† Mansion Ragnaventus † (MM B: 88988)

[Thomas E. Gryffindor]

- ¿Espías? Nunca había oído a nadie que tuviese confidentes propios para salvaguardarse. ¿Has tenido algún problema de seguimiento, Bastian? Porque si es así… pues, cuenta conmigo para asesinar a dichosos impertinentes - comentó por lo bajo el Ryddleturn; logrando distinguir, gracias a su agudeza visual como vampiro, a una diminuta hada que jugueteaba en las proximidades de la copa de un árbol; según él, un eucaliptos. - Tal vez puedan ser seres con capacidades resolutivas más efectivas, pero según mi parecer, no hay mayor seguridad que la que uno mismo puede brindarse día a día - añadió, al mismo tiempo que le propinaba unas sutiles palmaditas en la espalda con su zurda. - ¿Me han borrado la memoria? ¿Por qué dices eso? ¿Quién podría ser capaz de enfrentar a un auror con vasta experiencia como yo y sin que me diese cuenta de nada? ¿Crees que he hecho el papel de tonto todo este tiempo? - cuestionaba una y otra vez sin entender las acotaciones del Rowle, ya que no se sentía como si algo le faltase o que su esencia estaba incompleta, al contrario... se notaba más realizado.

 

<< ¿A quién le habla ahora? >> se preguntó tras notar que el mortífago se dirigía con cierta amabilidad hacia los arbustos colindantes a la mansión Ragnaventus; sobresaltándose un tanto al percibir la sangre caliente de un enorme felino que se abrió paso por los frondosos matorrales. - Emm… Mucho gusto - se limitó a decir el ibérico; no dejando de mirar, con fijación, los movimientos del tigre de su cordial camarada. - ¿Sueles traer a tus tigres también a las moradas? ¡Eres extraordinario eh! ¿Nunca has tenido problemas con que uno de ellos haya atacado a algún civil sin tu permiso? - interrogó ya más relajado; dedicándose a caminar a la par de su tutor por las cercanías que aún restaban de preservar. Fue así que Enrick tomó partido por encuclillarse, posando la punta de su varita en la superficie, y luego de cerrar sus dorados orbes; desplegó una energía azabache demoníaca que se expandió rápidamente por los dominios de Hades, con el propósito de indagar a través de un método auror que había aprendido en sus maravillosos años de práctica en la segunda planta ministerial.

Editado 10 de Febrero del 2013 por Enrick W. Ryddleturn

[Juliens]

—Mis espías no me cuidan, ellos me proporcionan información que puede llegarme a ser muy útil — dijo Bastian. —Aunque no siempre la consiguen precisamente ocultándose — agregó dibujando una sonrisa en si rostro.

 

Se acordó de una de las primera misiones de reconocimiento a la que envió a su tigre. Harimau había realizado un grandioso trabajo ayudado por Kaplan.

 

—Hará un año, Harimau visitó Rumanía. Junto a Kaplan lograron neutralizar a un mago con emboscada. Le hicieron escupir todo lo que pregunté en la pequeña lista que los dos llevaron al cuello. Al final, como era obvio, lo asesinaron y regresaron a brindarme todo lo que necesitaba. Fue demasiado fácil — finalizó.

 

Sus tigres le fueron de mucha utilidad hasta que alguien los vinculó con Bastian. Obviamente ese alguien no logró decir palabra porque él mismo se encargó de eliminarlo. Pero en ese momento supo que no podía arriesgarse a enviarlos de nuevo. Ahora tenía espías que eran mucho más discretos, hombres de las sombras que hacían su trabajo mucho mejor que los enormes tigres; pero esa es otra historia, y ha de ser contada en otra ocasión.

 

—Cuando te unes a un grupo haces un pacto mágico, pueden usar ese pacto como se les antoje sin que tu siquiera llegues a notarlo — dijo.

 

Y así era, cuando él dejó la orden ese vínculo mágico lo obligó a tomar varios sorbos de pócima para olvidar, que hicieron que -al menos temporalmente- sus recuerdos se evaporaran.

 

—Harimau me acompaña a todas partes, menos al ministerio. Como seguro lo notaste, soy un vampiro. Soy uno de los Lores de la Hermandad de la Rosa Negra, represento a al Clan Gangrel — dijo Bastian.

 

Quizá Enrick no lo entendiera; varios vampiros habían olvidado sus conexiones con Caín e ignoraban por completo la jerarquía que existía, ignoraban las generaciones, habían olvidado a la hermanda de la Rosa por completo.

 

—Mis veinte tigres dejarían de respirar si se los pido, tengo cierta facilidad para convencer a los animales. Esta facilidad está ligada a Clan Vampírico Gangrel.

 

Sacó la varita y con ella realizó varios círculos en el aire.

 

—Vitae Revelio — susurró.

 

Aquel hechizo le daría información -directamente en su cerebro- acerca de todos los seres vivos que estuvieran próximos.

 

—No uses tus poderes cuando hay formas más sencilla de enterarse de cosas — dijo Bastian.

 

Algo en el mago le indicó que debía reclutarlo a su causa. ¿Sabría Enrick algo sobre el pasado que unía a todos los vampiros? ¿Podría ser que el mago, sin saberlo, fuese un Gangrel?

 

—Eres un vampiro, Enrick. Me gustaría que me visitases en mi castillo; hay muchas cosas que me parece ignoras sobre nuestra raza, he de contarte nuestro pasado en común — agregó el mago.

 

Se dio vuelta y comenzó a caminar en otra dirección, esperando que el aspirante a mortífago lo acompañara. El sol finalmente había dado paso a la penumbra, había dado cabida a todos aquellos seres que escapaban cuando el día dominaba.

[Thomas E. Gryffindor]

- Entiendo… pero ten en cuenta que igual se arriesgan demasiado ante los peligros de los miembros de la… “tú sabes qué”. Pueden capturarlos y torturarlos para que den alguna pista o señal que los liguen hacia ti, y así planear una emboscada en tu contra - explicaba el Ryddleturn con solemnidad, prestándole atención a cada una de las palabras que el Rowle le dedicaba con majestuosidad en plena tarea de guardia. - ¡Claro que sé que eres vampiro! Entre los de nuestra raza nos reconocemos solamente estando a unos metros de distancia. La esencia y el aroma que expelemos es distintivo frente a los animales de sangre caliente. Pero, lo que no tengo idea es eso que hablas acerca de una hermandad. ¿Existen más organizaciones vampíricas en todo el mundo? - cuestionaba con sentido de la indagación a flor de piel, al mismo modo que las ansias de conocer más de su situación de eternidad. - No sé si sabes o mi madre te lo comentó alguna vez; pero yo y mi gemela, Anna, somos hijos del conde Vlad Tepes… comúnmente conocido por los muggles como Drácula - relató en confianza.

 

- Cuando Zack Black me mordió y transformó en vampiro, se produjo una mutación fuera de lo habitual en un mago, debido a que yo soy igualmente demonio por el linaje ancestral desde mi abuelo Lucifer; lo que provocó una condición híbrida bastante ventajosa para mí. Fue en eso que decidí viajar hasta Transilvania para buscar respuestas… y las encontré; lo único malo fue que mi padre intentó dominarme, sacando la maldad más pura en mi ser; lo que asustó demasiado a Lyra por temor a perderme para siempre - se explayaba mientras ambos caminaban sin rumbo fijo por los jardines de la mansión de Hades. - ¡Está bien! Es sólo la fuerza de la costumbre de estar todo el día cateando - respondió tras ver que Bastian realizaba encantamientos en el aire con su varita. - ¿Hablas de pasado en común? ¿Cómo es posible eso si nuestras familias tienen árboles genealógicos tan distintos? Igualmente he de aceptar feliz tu invitación a vuestra morada. Podríamos salir a cazar juntos ¿No crees? Por Merlín… ya me dio sed - desarrolló con afición mientras las penumbras los gobernaban junto a Harimau.

Editado 10 de Febrero del 2013 por Enrick W. Ryddleturn

[Juliens]

—Harimau, Kaplan, el resto de mis tigres, las hadas y todas las criaturas que me sirven jamás dirían nada en mi contra — dijo Bastian. —Muchas criaturas van ahí porque las he persuadido, son animales que encontré en el bosque y que no me importan en lo más mínimo — agregó el vampiro, soltando sus palabras como si prescindir de un espía fuese lo más normal del mundo. —En cuanto a las criaturas que me pertenecen — hizo una pausa —jamás se dejarían atrapar... — un segundo más de silencio —... vivas. Saben el riesgo, ellas van voluntariamente porque he llegado a formar un vínculo con ellas; jamás las obligaría a hacer nada peligroso.

 

Escuchó las palabras del mago respecto a su progenitor, lo que solamente hizo que sus sospechas se confirmaran. Hacía varios años investigó el pasado de Drácula, y no había vista alguna que relacionara su gusto por la sangre con el vampirismo. Incluso llegó a manejar una teoría sobre una enfermedad que te obligaba a beber sangre para no morir (era una enfermedad genética que surgió en un accidente médico, cuando los muggles trataban de replicar el vampirismo de las leyendas).

 

—Drácula no era un vampiro, creo que es obvio. Los vampiros no procreamos, aunque los muggles crean lo contrario por est****os libros —dijo Bastian cortando el mito muggle en una sola frase. —Esto nada tiene que ver con árboles familiares. Por mi cuerpo no corre mi sangre original, así como tampoco la del vampiro que me convirtió. Cuando te transformas pierdes toda tu sangre, y en su lugar eres llenado por la sangre de quien te convirtió. Así ha sido desde el inicio. Por ende, por las venas de un vampiro corre la sangre del primer vampiro: Caín — finalizó.

 

Observó la luna, supo entonces que era el momento en que los magos debían tomar caminos separados.

 

—Creo, Joven Ryddleturn, que por esta noche ha sido todo. Te espero en el Valle de Godric, si tienes magia es sencillo encontrar mi castillo — dijo Bastian.

 

Su espalda comenzó a encorvarse, sus manos a crecer al igual que sus pies. Todo su cuerpo creció mucho. En un par de segundos, se encontraba en cuatro patas corriendo en dirección de la oscuridad más profunda. El vampiro había adoptado su forma animaga y aquella noche su cena sería la misma que la del tigre que lo acompañaba: carne.

[Thomas E. Gryffindor]

<< ¿No procreamos? ¿Cómo es eso posible? >> se cuestionó totalmente incrédulo acerca de la aseveración que Bastian acababa de decir, ya que él mismo había sido padre de una menor semi-humana hace pocas semanas atrás, a través de un proceso de mutación que ocurrió en medio de una situación engorrosa que el Ryddleturn no recordaba. - ¡Caín! ¿Me estás…? Mejor olvídalo… Así tenemos tema de plática para cuando te visite, mi amigo. Tienes más cosas que decirme que todo lo que yo he podido investigar en mi tiempo como inmortal. Me serás de gran ayuda para lograr comprender más sobre esta… “condición” - expresó con aquella curiosidad que tanto le caracterizaba, desviando también su dorada mirada hacia la luna que los cobijaba en aquellos terrenos de la mansión. - Yo también creo que ya es todo por hoy. Ha sido una jornada de trabajo espléndida junto a ti. Entonces… ¿Será en el valle de Godric, cierto? Espero no perderme y terminar golpeando hogares de indeseados con tal de encontrarte, Bastian - prosiguió sonriendo mientras se despedía con su mano derecha en alza al cielo.

 

- ¡Ya es tarde! - musitó dándose la media vuelta para ver la mansión por última vez antes de marcharse hacia su siguiente destino, percatándose que todo continuaba tan tranquilo como en un comienzo de la guardia. Fue así que Enrick encaminó lentamente sus pasos hacia la salida de la verja de la morada, cruzando los jardines de la Ragnaventus y todo lo colindante hasta llegar finalmente al terreno en donde podía desaparecerse; sitio que le sirvió para cubrirse de oscuridad y desmaterializarse en un humo azabache que ascendió al edén.

Editado 12 de Febrero del 2013 por Enrick W. Ryddleturn

[Etoile Black]

Etoile C. Malfoy

Guardias

 

 

La tarde había caído y los deberes de la mortífaga seguían y parecía ser que nunca terminaban. Etoile apareció fuera de los terrenos de la Mansión Ragnaventus gracias a su elfo Kiuksen quien la había acompañado desde la fortaleza oscura. Su cabello iba recogido en una cola alta dejando que sus puntas queden, llevaba una blusa negra de tirantes, con unos jeanz azules y unos tenis del mismo color que la blusa.

 

- Vamos a hacer el trabajo – Ordenó a su criatura y este le empezó a seguir detrás de ella.

 

Quedo frente a la reja de entrada y manualmente se abrió, recordaba que llevaba consigo su varita, así que no se preocupo tanto por que la atacaran. Sus píes se fueron hundiendo en el césped húmedo y largo, sin duda había estado abandonado y nadie se tomaba la molestia de cortarlo. – Espero y Hades este… – Le susurró a su elfo en lo que se le dibujaba una sonrisa en su rostro.

 

Ambos llegaron hasta la entrada y Etoile decidió tocar, en lo que esperaba a que le abrieran igual esperaría a su acompañante que se le fuese asignado.

 

**

El cuerpo de la mortífaga apareció a las afueras del negocio Honeydukes, el cual se le fue asignado para hacer sus debidas guardias. Era el penúltimo lugar por el que tenía que pasar, así que solo disfrutaba todo lo que podía de esos viajes.

 

Al entrar se quedo observando detenidamente los estantes, el material que contenía y varias cosillas que existía en ello; sus labios se curvearon y asintió con la cabeza empezando a caminar hacia la barra. – Hola, se encuentra la dueña del lugar? – Le preguntó a una criatura, se notaba la ausencia de las visitas en ese lugar y no entendía el por que.

 

Escuchó unas voces conocidas, pero ni si quiera volteo a ver ya que sería algo obvio en apartar su cabellera castaña y así viera de quienes se trataba. – Vine a saber que tal van las cosas por acá – Sonrío de lado y bajo la mirada a la barra cuando el elfo se fue. Etoile esperaba que no estuviese tan ocupada ya que el tiempo no estaba tan de su parte.

 

Recordó que esperaba a su acompañante, la cual no sabía ni su nombre, soltó un suspiro y negó lentamente, quizá para sus siguientes guardias no iba a pedir mini alguno, ya que se demoraban bastante en llegar.

[Hades Ragnarok]

El vampiro se mantenía tranquilo recorriendo los jardines de la mansión Ragnaventus. Se habia tomado munos minutos libres pero sabia perfectamente que pronto deberia volver a su lugar de trabajo parab terminar aquella investigacion y las pociones que curarian a todos los atacados por los dulces de Valentina.

 

Ya habia pasado algunas emergencias solo, aunque parecia no ser asi porque generlamnete Anna quiene era la directora de la institucion se la pasaba en la segunda planta. Recordaba a aquel paciente congelado y por el cual había mantenido en cuarentena aquella habitación, la 212. Otro caso era el de aquella mujer zombie, aunque en ese instante el seguia siendo un sabador de planta y no como ahora el jefe de la misma. el vampiro había ido a su casa por un momento para revisar que todo estuviera bien y en orden. Había pasado demasiado tiempo afuera, aunque confiaba en sus elfos, él, quería ver por sí mismo como se mantenía todo.

 

Llevaba un traje negro con camisa color verde. Sus zapatos negros se encontraban pulidos como siempre. Se podía respirar paz, sin embargo un sonido llamo la atención de este. Alguien llamaba a la puerta o se encontraba frente a la casa. Suspiro y recorrió los pocos metros que le separaban del jardín exterior hasta la pesada puerta de entrada. Allí frente a ella se encontraban aquella chica.

 

-Buenas, en que puedo ayudarle? -pregunto el vampiro

[Etoile Black]

Etoile C. Malfoy

Guardias

 

 

La mortífaga no espero tanto para ser atendida y eso le agrado bastante, a pesar de que su compañera no había llegado. Levantó la mirada y la pasó en el cuerpo del hombre lentamente, su vestimenta hacia una perfecta y curiosa combinación ya que eran los colores representativos de la marca. - Buenas tardes, usted es el patriarca de la Mansión Ragnaventus? – Etoile frunció el seño al ver que él hombre no la había reconocido aun, quizá se había acostumbrado a verla con el cabello rubio y no castaño.

 

–Soy Etoile, Hades… vengo por las guardias – Una diminuta sonrisa se apareció en su rostro, cruzando sus brazos sobre su pecho. – Quisiera ver que tan seguido se pasan por aquí los poshos – En ese comentario soltó una pequeña risa.

 

Últimamente sus enemigos se la pasaban dejando marcas y banderas absurdas por todos lados, esperaba que aquella mansión no hubiese pasado eso, ya que tenia ese algo tenebroso y en todas las guardias que la Malfoy había hecho, esa era la única que la tenia.

 

En veredicto.

[Hades Ragnarok]

El vamopiro observo a la mujer y le sonrio, escucho el nombre de esta y la razon por la cual ella habia ido hasta alli. Asintio sabiendo que seguramente habian ido otros guardianes a la mansion y él no se encontraba presente para atqnderlos, pero aun si le alegraba que a pesar de que muchas veces el no pudiera estar alli ellos iban a cumplir con su trabajo. Sin mas el vampiro dio unos pasos a un lado para dejar que la chica hiciera lo que debia hacer.

 

-Esta bien, puedes pasar y revisar todo con calma, no hay problemas -dijo- haz el trabajo que debas hacer -sonrio.

 

Sin mas el vam,piro volvio a lo suyo, entro en la mansion para revisar algunas cosas, llego hasta la biblioteca y tomo uno de aquellos libros sobre plantas curativas exoticas. Quizas con esa mini investigacion podria determinar alguna cosa sobre los dulces de valentina. Luego saldria de alli, se despediria de la guardiana y volveria a San MUngo donde su jefa lo estaria esperando para terminar aquella complicada pocion que los terminaria sannado a todos.

 

-Mientras no mueran en mi turno todo bien -dijo de manera divertida- algo em dice que la pocion no sera nada facil

[Arwen Erised]

La desorientada bruja encontró finalmente la mansión después de dar unas cuantas vueltas por el barrio en su motocicleta.

-Estos me recuerdan a los Xtrong- gruñó mientras aparcaba en los jardines junto a una estatua de marfil -Esa mansión era imposible de encontrar.

 

Se quitó el casco y encendió un cigarrillo, avanzó a paso tranquilo, como quien disfruta de la tarde. Sin embargo lo único que deseaba era estar en su habitación, en su cama, con un buen libro y una botella de cerveza. Irritada, la bruja se acercó a la entrada de la mansión donde encontró a su compañera de guardia junto con un hombre que la recibía.

 

-Etoile, siento la tardanza- dijo la bruja al tiempo que sus azulados ojos posaban sobre el muchacho -Buenas tardes.

Observó que el mago le había permitido ingresar para revisar que todo estuviera en orden a lo que le dedicó una cordial sonrisa y dio un paso adelante.

-Con permiso- le dijo al mago -Eto... manos a la obra.

 

Ingresó al vestíbulo y avanzó directo hacia la cocina, necesitaba un trago.