† Mansion Ragnaventus † (MM B: 88988)

[Anne Gaunt M.]

Casi a la vez que ella, la Haughton observó cómo su compañera Weasley se despedía de Hades, y sonrió discretamente al ver la sonrisa que le dirigía la mujer al hombre. Tras la despedida, la licántropa volvió a gesticular con la cabeza hacia el anfitrión a modo de despedida y, hecho esto, se giró junto a Lisa para dar una última vuelta por los jardines de aquella magnífica mansión. Terminaron en la parte trasera de los terrenos, la cual era más oscura que la delantera a causa de la poca incidencia de la luz solar en ella.

 

De repente, Lisa se puso tensa y la Haughton hizo lo propio, aguzando su oído al máximo. Sin embargo, no distinguió nada que estuviese fuera de lo normal, y se relajó mientras que su compañera hacía lo mismo. La ojigris la observó mientras la escuchaba hablar, a la vez que dibujaba una ligera pero sincera sonrisa en sus labios.

 

— Sí, por supuesto que ha sido de mi agrado. De hecho, espero que nos toque hacer guardias juntas en más ocasiones, ha sido un placer venir contigo —le contestó, mientras ampliaba inconscientemente su sonrisa—. Puedo hacerlo sola, si no tienes inconveniente. Nos vemos en el Diagon —añadió, guiñándole un ojo a la Weasley. Lo cierto es que la tarea de los guardianes le había gustado mucho, el corroborar que las distintas familias y negocios que apoyaban a la Marca estaban bien y no recibían molestias por parte de los fenixianos le parecía importante y, en ese momento, decidió que participaría en dicha tarea tantas veces como le fuera posible, pues ella misma había sufrido algunos ataques en su cafetería, la cual regentaba con su hermano trillizo.

 

Con un gesto de cabeza hacia Lisa, la Haughton desapareció de los jardines de la mansión Ragnaventus, esperando encontrarse en breve con la mortífaga nuevamente para seguir conociéndola, pues sentía que en ella encontraría una buena amiga con el tiempo.

[Mentita]

Estaba completamente perdida. No sabía si el lugar al que había llegado se trataba verdaderamente de la mansión en la que debía hacer guardias o era simplemente que se había desviado de camino y ahora debía empezar desde cero. Tampoco podía hacer preguntas, una de sus características era la de "No consultar"; su complejo de superioridad se lo impedía y le obligaba a solucionar el problema por sus propios medios.

 

Candela entró entonces cual intrusa hasta los jardines, desde allí parecía que podía espiar, si bien no del todo, al menos lo suficiente como para poder ubicarse. Aunque fuese algo que no le hubo servido de mucho, por lo menos le sirvió para tomar la decisión de dirigirse a la entrada principal.

 

Una vez allí, frente a la puerta, tocó tres veces; siempre vigilaba por sobre su hombro, hacia atrás, no quería encontrarse con nada indeseable.

 

— ¿Sí? —preguntó una criatura de largas orejas y prominente barriga— ¿En qué puedo ayudarla? —

 

— ¿Ragnaventus? —preguntó a su vez la ojigris.

 

— Así es —el elfo le dedicó una mirada recelosa.

 

— ¡Bien! —se glorificó la Triviani y entró hasta el vestíbulo como dueña de casa.— ¿Se encuentra algún miembro de la familia que pueda atenderme? —

[Aysha Potter Black T.]

Con un suspiro de alivio aparecimos mi tigre y yo a las afuera de la mansión Ragnaventus la cual al parecer era la última por visitar y hacer la ronda de guardia que habían indicado en la lista mía de guardiana mortifaga, ademas de que la chica que estaba acompañándome estaba un poco cansada con su gata en sus brazos en todo sitio.

 

--Mi bebe hermoso, ¿que paso? Mas tarde te comprare un helado de chocolate como a ti te gusta mi coso hermoso..--

 

Tras decir esto camine por los alrededores de aquella mansión a la espera de mi pupilo ya que esta no estaba acostumbrada de ir a un lugar a otro sin previo aviso, así que solo sonreí a la espera mientra que miraba el perímetro para así tener todo bajo control y sin ningún peligro ni para las mascotas ni para la pupilo ni para la familia aunque un poco de emoción no estaría nada mal.

[Kahlan Blackthorn]

Su marca tenebrosa estaba ardiendo con fuerza, parecía que le solicitaban con urgencia

 

-Esto si es divertirse-masculló clavando su azulada mirada en su víctima-Lamento tener que irme, pero el deber llama-agregó cortándole la cabeza de tajo sin reparo alguno-Ha sido un placer…-inclinando ligeramente su cabeza dejo el cuerpo mutilado tirado en un oscuro callejón. Al menos había cubierto su cuota, ahora podría anotarse una muerte más a su apretada agenda. Deslizando con elegancia y decoro la afilada hoja de plata, permitió que esta reposara en su espalda-Lo hiciste bien-concluyó su perorata apresurando el paso, no podía demorarse en responder aquel llamado.

 

Desapareciendo en medio de un halo oscuro, sintió aquel ya tan conocido tirón en su abdomen y rodeando los ojos dejo que este le llevara hasta donde solicitaban su presencia. Apareciendo en los jardines de la familia Ragnaventus sacudió con fuerza los bajos de su capa ce viaje, detestaba que la misma se impregnara de polvo y pelusas luego de terminar de desaparecer en algún determinado lugar.

 

-El deber llama-canturreó avanzando por los jardines, parecía que si acompañante ya se había apersonado dentro de la mansión-Parece que llegue un poco tarde-susurró para sí continuando con su elegante andar. Adentrándose en la mansión echando una ligera mirada al recibidor de la misma, ahí sin esperarlo siquiera alcanzó a percibir la figura de Candela.

 

-Pues a lo que venimos-encaminó sus pasos hacia la Triviani-Buenas…-espetó saludando a la joven-No ha venido nadie a recibirte, ¿verdad?-profirió altiva esperando una respuesta de su homóloga, posiblemente en algún momento alguien se dignaría en darles la bienvenida a ambas guardianas.

[Hades Ragnarok]

Rol Vampiro se mantenía sentado tras aquel hermoso escritorio de su habitación. Revisaba algunos pergaminos. Ahora que era el jefe de la Segunda Planta de San Mungo podía hacer aquello sin tener que estar metido en la oficina, aunque el adoraba estar allí en aquella planta donde había comenzado como un simple aprendiz para tiempo después ser el sanador que mas había durado en aquella planta bajo las ordenes de Anna, quien ahora era la directora de la institución.

 

-Si que pasa el tiempo -dijo mientras veía que ingredientes hacían falta- lo mejor es que esto lo termine de revisar en la oficina, allí podre ver de primera vista todo y así no s eme olvidara nada -dijo mientras sellaba el pergamino mágicamente y lo ataba en la pata de Zeus, su lechuza persona,

 

Luego de aquello dejo que esta saliera por la ventana abierta, allí en San Mungo la lechuza se quedaría en su lugar hasta que el llegara.

 

Con paso ágil volvió a sentarse tras el escritorio, aunque segundos después uno de aquellos elfos llamo a la puerta interrumpiéndole. Le informaba que tenía visitas. Sin perder tiempo el Ragnarok salió de la habitación, bajo las escaleras y se dirigió hasta el jardín donde se encontraban aquellas figuras. Hizo una ligera reverencia llegando a colocarse cerca de ellas-

 

-Buenas, en que puedo servirles? -di9jo en tono tranquilo.

[Mathías Lear]

Mira si era verdad que aquellos dos iban a ganar, cuando la última pista lograron encontrar. Mathías sonrió a su compañera, aunque sin verla muy de frente pues aún conservaba la vergüenza. Caminó por Ottery y tras dialogar a donde deberían ir, a la Black se le ocurrió la idea brillante.

 

Llegaron a la mansión Ragnaventus pues allí, se encontraba el premio o mejor dicho el ¿mortero? ¿Que era todo aquello? Junto a su compañera, ambos tomaron el pequeño objeto. Mathías por su parte lo observó curioso y luego sonrió.

 

- Creo que ha llegado la hora de partir ¿no? -

 

Esperaría la señal de su acompañante, había sido una noche ajetreada y le agradaba haberla lidiado en su compañía.

[Etoile Black]

Era una mansión más, la última y ya todo esa broma se acababa, sus pasos iban rápidamente y directo a la puerta de la mansión, lo que agito a la gorda(??) de Etoile , su primera opción era ir a las habitaciones pero eso le iba a llevar tiempo, opto por ir a la biblioteca pero se la vivía ahí así que dudaba que alguien ocultar la cosa en un lugar así, por último estaba la cocina, su lugar favorito.

 

En su mano arrastraba y trapeaba el piso con el cuerpo del hombre borracho que Derek se había encontrado. – Duri, duri, duri, creerán que vine a robar- Dijo para si misma y negó. Entro a la cocina y empezó la búsqueda, dejo al borracho en el suelo y empezó a tirar todos los trastes del lugar, bandejas, platos, cucharas y cuchillos caían subliminalmente en el cuerpo del hombre ebrio, hasta que un cuchillo llego a caer entre sus piernas. La pelirrubia se asusto y observo divertida en que posición estaba. –Ay vamos, tienes copas en sima, no te pasara nada, ni lo sentirás- Dijo riendo y cuado regreso su vista a la última base donde los platos estaban, se encontró con un mortero, aquel tenía un brillo raro y lindo, lo que se supuso de inmediato que era lo que le faltaba.

 

-Vamos borrachito, vamos a belen, que ya hay fiesta y pavo también- Canturreo sujetando el cabello del hombre y camino a la salida feliz de la vida con su mortero y su borracho.

[Blackimse]

Llegaron a la mansión de su amigo Hades Hagnarok en unos segundos desde el callejón. Con agilidad entraron por la verja y se pusieron a mirar a todos lados para ver dónde estaba el dichoso objetos

 

-Vamos....- Indicó mientras al pasar por una banca encontraba el ingrediente y el acertijo que faltaba. Los tomó con rapidez y los leyó.

 

-Con esto estamos listos... Indicó mientras le tomaba de nuevo la mano y salieron. Sus cuerpos estaban llenos de brillantes copos de nieve mientras salian de la mansion. La tarde se haría pronto noche y el frío calaría más en los huesos de ambos magos, sin embargo labúsqueda aún continuaba y la pócima debía ser hallaba a cualquier precio.

 

-Esperemos no llegar tarde....- Indicó mientras salían de los terrenos y desaparecían del lugar.

[Hades Ragnarok]

El vampiro se encontraba en el jardin observando el cielo. El fresco viento golpeaba su nivea faz mientras estaba alli. la paz y tranquilidad reinaban en el lugar. "Respiro" profundamente dejando que el vital gas para algunos pasara por sus pulmones. Aquello lo hacia de manera instintiva simplemente para parecer mas "Humano".

 

Recorrio con sus orbes negros aquel sitio lleno de arboles para minbutos despues darse la vuelta y dirigirse hacia dentro de su mansion. Al cruzar las pesadas puertas el Ragnarok simplemente siguio su camino subiendo por aquella escalera y perdiendose por alguno de aquyellos pasillos. Aquella vez no se dirigio hacia su habitacion, aquel dia habia decidido hacer algo mas, asi que se dirigio hacia una de las bibliotecas del segundo piso para revisar algunos libros.

 

-Supongo que deberia encargar mas libros sobre pociones, plantas e ingredientes magicos, quizas haya algo nuevo -dijo tranquilamente- ahora que soy jefe de planta debo actualizarme mucho mas de lo que estoy ahora

 

Luego de aquello entro en la habitacion para segundos despues mover la varita y que esta quedara iluminada. Paso su niveo dedo por una de aquellas filas de libros buscando alguno con un buen titulño que llamara su atencion.

 

-hace siglos que no reviso estos libros, como siga a si tendre que pedirle a alguno d elos elfos que haga limpieza de este lugar -susurro mientras quitaba algo de polvo.

[Rías W. Loveless]

El clima volvía a la normalidad, frío claro esta pero sin aquel espeso manto blanco que cubría las acercas de las ahora despejadas calles de Ottery, un pequeño rechinar de dientes se escucho de la boca de la peli verde que hacia intentos fallidos de manejar bien los tacones que hasta aquel momento parecían ser misión imposible, aun que le añadiesen varios centímetros a su estatura no compensaba el echo de tener que agarrarse cada pocos segundos de algo.

 

Su varita amarrando la larga cabellera verde se movía de un lado a otro con una gracioso contoneo, aquel día unos jens desgastados y una blusa color manteca oculta bajo una gruesa chaqueta de cuero negro, era ese el vestuario de la guardiana que con delicadeza movía una de las verjas para adentrarse en los terrenos de la familia Ragnaventus, su primera vez en aquella mansión sin embargo se encontraba ansiosa por visitar a el que según creía era su tío y antiguamente profesor. Con disimulo posos sus orbes turquesa en las entrada en busca de su aprendiz o bien alguien que le recibiese.

 

-¿Envié la carta?- se pregunto a si misma con voz infantil -Si, creo que sí-

 

Con su puño cubierto por delgados guantes de lana beige que retiro para tocar la puerta, una mirada de sigilo basto para comprobar que al menos en aquel sector no se encontrase nada extraño, aun que raro seria lo contrario últimamente todo en Londres estaba decaído <<Seguro sera fácil >> pensó, con desinterés miro sus uñas notando el lindo tono carmín que hacia juego con su labial.