† Mansion Ragnaventus † (MM B: 88988)

[Lisa Weasley Delacour]

Mientras seguía apoyada en la blanca pared del edificio a la espera de que algún elfo o miembro de la familia diese señales de vida y aun atenta a todo lo que sucedía a nuestro alrededor, comencé una agradable charla para así conocer más a la mini guardiana que me acompañaría durante esos quince días. Esperaba que fuese una relación llevadera y tranquila como con mi anterior compañero. Esperaba enseñarle todo lo que en mis meses de trabajo había aprendido. Con una sonrisa comencé a hablar.

 

- Bien, el punto más significativo de todas estas guardias esta en que ningún fenixiano se cuele por ellas para intentar hacer uno de sus cateos innecesarios. Nuestra misión es salvaguardar a los miembros de dicha familia, sus mansiones y sus animales. – Explique en tono breve a Anne mientras observaba fascinada como parecía que todo lo que le comentaba lo absorbía como una esponja. Seria una gran alumna, pensaba mientras continuaba hablando – Normalmente y si nos abren – Señale con todo cómico a la puerta – Entramos y damos una vuelta por el interior y luego hacemos una ronza rápida por los exteriores. Asique mientras que esperamos podemos observar un poco el terreno ¿Qué te parece?

Aquello era un trabajo de dos. No iba a imponer mi ley. Cuatro pares de ojos y dos mentes eran mucho mejor que dos. Eso era tan obvio como que el mundo estaba creciendo día a día. El sol incidía en mis cristales negros. Podía ver a la perfección sin que el astro rey me obnubilase con sus rayos. De momento todo en orden y esperaba que siguiese así. Kim vibraba en mi bolsillo como diciéndome que ella tenia ganas de jugar. Sonreí divertida la ver como sin ni siquiera tocar a mi fiel compañera nos entendíamos a la perfección. La conexión con Kim había sido innata desde el principio.

[Anne Gaunt M.]

Parecía que la espera iba a prolongarse más de lo que la Haughton se había esperado en un principio, por lo que agradeció que su compañera en aquella guardia, Lisa, comenzase una conversación en la que le indicaba en qué consistían las guardias, así como la finalidad de éstas. La licántropa sintió un escalofrío que le recorría la espalda cuando escuchó la palabra "fenixiano", aunque hizo caso omiso de aquella reacción de su subconsciente y se centró en el resto de palabras de la mortífaga.

 

Asintió ante sus palabras, mientras las grababa en su cabeza a fuego. Tuvo que reprimir una risita cuando la mujer dijo "(...) y si nos abren", haciendo referencia a la espera por la que tendrían que pasar para cumplir con su trabajo. Después, ante la propuesta de explorar la zona exterior mientras algún miembro de la familia salía a atendernos (si es que lo hacían), la licántropa asintió.

 

— Claro, me parece una idea fantástica —respondió animadamente, dándole la espalda a la puerta y comenzando a caminar nuevamente hacia los terrenos, junto a Lisa. Su melena castaña ondeó tras ella en el giro, cayendo luego de forma desordenada sobre sus hombros—. Así, al menos, no nos quedaremos como pasmarotes ante la puerta —añadió, con tono burlón, guiñándole un ojo a su compañera.

[Hades Ragnarok]

El vampiro se mantenía tranquilo recorriendo los jardines de la mansión Ragnaventus. Había estado en San Mungo atendiendo algunos casos que se habían convertido en prioridad, el primero era el de aquel paciente congelado y por el cual había mantenido en cuarentena aquella habitación, la 212, donde también había encerrado a la nueva Directora de San Mungo Anna y a uno de los elfos de la segunda planta donde él trabajaba, y donde se había postulado para jefe de la misma.

 

Otro caso era el de aquella mujer que había sido su compañera en la academia de magia y hechicería Belu Snape, aunque la verdad aun trabajaba en el, solo que, el vampiro había ido a su casa por un momento para revisar que todo estuviera bien y en orden. Había pasado demasiado tiempo afuera, aunque confiaba en sus elfos, él, quería ver por sí mismo como se mantenía todo, dar una vuelta por los terrenos y luego ir a san Mungo para continuar con su trabajo.

 

Llevaba un traje negro con camisa color vinotinto. Sus zapatos negros se encontraban pulidos como siempre. Se podía respirar paz, sin embargo un sonido llamo la atención de este. Alguien llamaba a la puerta o se encontraba frente a la casa. Suspiro y recorrió los pocos metros que le separaban del jardín exterior hasta la pesada puerta de entrada. Allí frente a ella se encontraban 2 figuras.

 

-Buenas, en que puedo ayudarles? -pregunto el vampiro observando a cada una de las personas.

[Lisa Weasley Delacour]

Paseando por los jardines de la mansión con los sentidos al cien por cien, observándolo todo mientras conversábamos tranquilas respecto a todo. Realmente podía decir que trabajar con aquella mujer se me hacia tan cómodo como si nos conociésemos de hace años. Más que una guardia, era un paseo de amigas conociéndose. Aun así ninguna de las dos nos olvidábamos la actividad principal de aquel encuentro y por eso mucho antes de que el vampiro llegase hasta nosotros, yo ya me había puesto en guardia y esperaba su presencia. Cuando este llego, a tan solo dos metros de nuestras personas, salude amablemente, aunque conocía a Hades y lo quería como un hermano el trabajo era el trabajo y tenía que comportante como se esperaba de mí.

- Buenas tardes Hades. Estamos en calidad de guardianes y queríamos saber si todo esta en orden…. – Sabia que así era, mas que nada porque el vampiro tenia los sentidos tan o mas perfilados que yo y al estar paseando podía haber escuchado ruidos a cinco kilómetros a la redonda, pero era nuestro trabajo y aun así lo haríamos.

 

Mientras esperaba la respuesta del hombre que consideraba mi hermano, veía como mi compañera seguía observándolo todo muy concentrada. Seguramente de todo los minis que había tenido conmigo, en los diferentes lugares, ella era la más activa y eso me agradaba. Con una sonrisa apoye una mano en su hombre y le señale un punto, donde se encontraba un águila real. No por estar trabajando deberíamos estar serias y mucho menos no disfrutar de momentos tan mágicos como aquel. Ver un águila real emprender el vuelo era precioso. Sonreí a la bruja mientras seguía esperando a que el vampiro diese muestras de conformidad respecto a nuestro oficio como guardianes.

[Anne Gaunt M.]

Lisa se unió a la Haughton y ambas caminaron por los terrenos de la mansión, atentas a cualquier cosa que pudiese captar la atención de cualquiera de las dos mujeres mientras la Haughton, en calidad de novata, observaba con atención cada movimiento de su compañera e instructora absorbiendo cada detalle. Sin embargo, el olfato de la licántropa percibió que había alguien cerca y se alegró al comprobar que Lisa también se había dado cuenta.

 

El recién llegado (Hades) era un hombre vestido de forma elegante que se acercaba para recibirlas. Lisa tomó la palabra, tal y como la Haughton suponía que sería, lo cual la hizo suspirar de alivio casi imperceptiblemente. Parecía que ambos se conocían, lo cual facilitaría las cosas. Con esa creencia, la licántropa siguió observando con disimulo su alrededor mientras los dos mortífagos intercambiaban algunas palabras, a la vez que movía ligeramente la nariz al notar que el olor a vampiro se hacía demasiado pesado en el lugar, a lo cual ya se había acostumbrado con el paso del tiempo.

 

De repente, notó una mano sobre su hombro y se giró hacia Lisa, dando un respingo. Vio que la mujer le señalaba un punto concreto mientras le dedicaba una sonrisa y la Haughton, siempre curiosa, se giró hacia éste. Un águila real desplegaba el vuelo, majestuosa, y la ojigris esbozó una sonrisa al verlo. Siguió el movimiento del ave con los ojos durante unos segundos más hasta que se giró nuevamente hacia Lisa para guiñarle un ojo con complicidad. Le gustaba aquella sensación, nunca había imaginado que en las guardias pudiera sentirse de ese modo, cómoda y conectada con su compañera. Y no pudo evitar sonreir levemente ante ese pensamiento, mientras observaba a su anfitrión a la espera de una respuesta.

[Hades Ragnarok]

El vampiro dibujo una mueca de sonrisa al escuchar el trato formal que le dirigía Lisa. El Ragnarok sospechaba porque ellas se encontraban allí y la razón por la cual en aquel momento se estaban tratando de aquel modo. Ladeo la cabeza y la miro tranquilamente mientras colocaba sus manos en la espalda.

 

-Hola Lisa, me alegra verte por aquí -dijo tranquilo- sabia que en algún momento te encontraría por aquí haciendo las rondas -comento- justamente hoy he regresado a casa, seguro tus compañeros deben pensar que soy un maleducado ya que me han informado mis elfos que han venido a hacer las guardias y no he estado aquí para recibirles

 

Luego de aquello dio unos pasos para mirar el jardín y mantenerse atento a todo lo que sucediera en aquel lugar en aquel momento. Segundos después miro a la mujer con la que se encontraba Lisa.

 

-Hola, mucho gusto -dijo posando sus orbes negros en Anne- creo que es la primera vez que nos vemos y Lisa no nos a presentado -observo a la weasley rambaldy- Soy Hades Ragnarok patriarca de la familia Ragnaventus

 

Luego de aquello y de brindarle una sonrisa a la chica volvió a mirar a Lisa para responder a su pregunta.

 

-Todo a estado tranquilo por aquí, nadie ha venido a molestar -comento de manera tranquila.

[Lisa Weasley Delacour]

- Disculpa mi falta de modales – Dije mordaz – Pero se me había pasado por completo presentar a mi joven acompañante, ya veo que tu lo haces mejor que yo hermanito – Esta vez si se noto el tono de broma que utilizaba dirigiéndome al Ragnarock. - Anne no se lo tengas en cuenta, es un encanto en el fondo – Le guiñe un ojo cómplice a la mini mortia y sonreí al ver como mi hermano se moría por despeinarme.

 

La guardia estaba siendo tranquila, como a mi me gustaba, aunque en el fondo de mi corazón ansiaba un poco de acción, no podía permitir que en nuestra primera visita mi compañera se asustase ante la presencia de las fuerzas de la luz. Mirándola atenta supe que estaba tan cómoda como yo y eso me relajaba. Siempre había tenido la idea de que en aquellas guardias no éramos un superior y su esclavo, si no dos compañeros compartiendo los mismos ideales que iban a ayudar y dar su apoyo a una familia que partencia a su propio bando. Todo estaba saliendo a pedir de boca, pensaba mientras seguía con mis ojos todo el recorrido del águila que parecía que nos brindarnos un poco mas de su compañía.

 

- Hades como veo que esta todo en orden, daremos una vuelta mas y nos iremos. Seguro que estas cansado por el viaje y necesitas un poco de calma – Dije tranquila - ¿Qué opinas? – Consulte a mi compañera – ¿Seguimos este encuentro en un bar y nos conocemos mas? – Pregunte ya con ganas de quitarme esa seriedad de encima.

 

La chica era divertida y se la veía amable y simpática. Seguramente nos haríamos buenas amigas y la verdad que esa pose seria la odiaba. Casi nunca me comportaba así, excepto obviamente cuando esta en alguna misión para la marca o cuando tenia que hablar de negocios, pero no me gustaba. Espere la respuesta de ambos mientras jugaba con mi varita entre los dedos.

[Hades Ragnarok]

El vampiro se mantenía serio dada las circunstancias porque debía comportarse de esa forma ante los guardianes, aunque dibujo una mueca antes las palabras de Lisa, ella deseaba provocarlo pero el Ragnarok no le daría el gusto en aquella ocasión. Simplemente hizo un asentimiento mientras la chica le explicaba a su acompañante (Anne) aquello.

 

-Estas disculpada Lisa -dijo en tono serio el vampiro entrecerrando los ojos mientras veía la reacción de la Weasley Rambaldi- y sí, soy un encanto y molo -dijo en tono tranquilo- además no puedes negar que te hago reír y cuando no lo hagas te quejaras -comento observando los ojos de lisa.

 

Luego de aquello el Ragnarok se mantuvo atento a todo lo que sucediera sobre los hombros de las 2 chicas que se encontraban frente a él. Todo estaba tranquilo y aquello le gustaba, para nadie era un secreto que el Ragnarok prefería la paz, la tranquilidad y el silencio. Sin embargo, en muchas ocasiones no podía estar tranquilo.

 

-Esta bien, por mi no hay problemas, así que vayan y terminen su ronda aquí -dijo observándolas- seguramente tendrán otros lugares que visitar o a los cuales les gustaría ir a descansar -comento mientras observaba a ambas guardianas

[Anne Gaunt M.]

Pronto, ambos mortífagos comenzaron un intercambio de palabras en el que Lisa informaba al anfitrión del motivo por el que ella y la Haughton habían viajado hasta allí. La licántropa escuchaba con atención y dio un respingo cuando, de repente, el hombre se dirigió a ella, puesto que Lisa no los había presentado. Ésta, rápidamente, enmendó el despiste y la Haughton no pudo evitar esbozar una tímida sonrisa.

 

— No pasa nada, estas cosas suceden a menudo —comentó, posando sus ojos grises en Hades—. El gusto es mío, yo soy Anne K. Haughton —añadió, quedando presentada así ante el patriarca de la familia cuya mansión andaban visitando ambas mujeres. Tras esto, el anfitrión les comunicó que todo estaba en orden, por lo que Lisa comentó que lo mejor sería no molestarle más, ofreciendo a la pelicastaña ir a otro lugar para seguir charlando un poco más.

 

La Haughton la miró y asintió con la cabeza a la vez que sonreía a su compañera, con simpatía.

 

— Claro, me parece una idea estupenda —le dijo, a la vez que giraba la cabeza hacia Hades—. Parece que nuestro trabajo aquí ha acabado. Ha sido un placer conocerle, nos veremos en otra ocasión —le dijo, a modo de despedida. Tras esto, observó a la Weasley esperando a que ésta se despidiese y diese por finalizada la guardia.

 

Era la primera vez que la Haughton salía con un mortífago para una misión así, y lo cierto era que el balance de la experiencia era enteramente positivo. Tal vez fuese porque cualquier trabajo para la Marca era honroso, o quizá porque la compañía de Lisa era agradable y hacía las tareas llevaderas y entretenidas. Fuera por lo que fuese, la licántropa se sentía a gusto y tranquila, cosa que no sucedía muy a menudo.

[Lisa Weasley Delacour]

El ambiente entre mi compañera guardiana y yo era de total calma y conexión. Me gustaba trabajar en esas condiciones, puesto que así ambas podíamos hablar con libertad y sin ningún problemas acerca de los métodos que usábamos para hacer nuestras rondas por Ottery. Siempre había pensado que aquellas guardias, que hacíamos para salvaguardar el nombre de las diferentes familias que apoyan al bando mortifago, eran un simple entrenamiento para lo que realmente se les pediría dentro de la marca y que ante todo mi misión o la misión de todo guardián adulto era enseñar a los minis como se debía actuar en casa de peligro extremo. Me gustaba ver como Anne lo captaba todo a la primera. Sabia que seria una buena mortifaga en su día.

 

- Hades ha sido un placer verte. Prometo venir en calidad de hermana pequeña en cuanto me sea posible – Seguía con la seriedad en el rostro – Además aun me debes un beso eh – Esta vez si sonreí.

 

Con una mira ha hacia la joven, que se encontraba callada tras despedirse del patriarca de la Ragnaventus, ambas coincidimos y entendimos lo que vendría a continuación; Una vuelta mas por los jardines y a tomarnos algo para descansar del trabajo realizado aquel día. Mis pasos nos llevaron hasta la parte trasera de la mansión, la cual estaba casi en penumbra porque no le daba apenas el sol. Mis agudos sentidos salieron a flote y me puse en posición de defensa. Tras dos segundos supe que no había nada que temer y me relaje comenzando una agradable charla con mi acompañante.

 

- Buenos creo que por ahora hemos ter invado. Espero que haya sido de tu agrado esta guardia – Dije con una sonrisa en la cara. Me caía bien y no tenia porque no demostrarlo – Nos vamos ya ¿Desaparición conjunta o puedes tu sola? – Pregunte mientras encaminaba nuestros pasos hacia la salida

 

La guardia había sido productiva. Los señores protectores de la luz, como se hacían llamar ellos mimos no habían aparecido y era más que normal, la mitad de ellos estaban a buen recaudo en Nurmegard, gracias a nuestro ataque el otro día. Mientras recordaba la batalla de aquella noche sonreía a la espera de que la Haughton me respondiese para ya poder irnos a nuestros demás quehaceres.