The Arabic Place (MM B: 94021)

[Nate Weasley]

Elvis parecía estar cómodo en el lugar en que nos habíamos sentado. Dedicó una mirada extraña al mozo al principio, pero luego logró formular su pedido, a continuación el camarero se fue hacia la barra para preparar nuestras bebidas.

 

- Pues.. el concilio es algo que requiere presencia constante y además es demasiado papeleo. - le contó Gastón a su tío. - Pero a pesar de todo eso, me fascina.. el concilio es algo que disfruto tanto que por el momento no tengo planes de abandonarlo, además, es lo que me mantiene en su parte.

 

El concilio era parte de su vida, era como si todo tuviera relacionado con él. Pero su tío tampoco ocupaba un cargo menor en la comunidad mágica, era nada más y nada menos que el director del departamento de aurores en el ministerio de magia.

 

- Y vos tío, que me contás del Ministerio.. esta muy busy? - dijo Gastón, aventurándose a descubrir si su tío entendía el Spanglish.

[Mael Blackfyre]

El mozo se fue directamente a preparar las bebidas que habíamos pedido. El clima en ése negocio, el que nos rodeaba en el exterior y las horas de trabajo que había tenido en el Departamento, me habían llevado a poder descansar en Arabic Place, tomando una cerveza de mantequilla junto a mi querido sobrino. Mi pregunta fue respondida sin titubear y lo escuché atentamente mientras nos acercaban las bebidas. Entendía a la perfección su trabajo y todo el labor que requería.

 

- No es ninguna sencillez ser miembro del Concilio…- comenté a sus palabras, mientras entregaba su bebida y le daba unos sorbos a la mía. Me hizo la misma pregunta que le había echo yo, con la diferencia que tomé hasta la mitad de la copa. Cuando apoyé mi cerveza en la mesa, limpié el posible bigote de espuma que se me había echo. – Si te refieres al trabajo, si, estamos ocupados. Aunque siempre es lo mismo: Reuniones con otros Directores, recibir a todos los empleados que me necesitan en mi despacho y está claro, que no dejo atrás los Cateos y Patrullajes en Ottery.

 

Le dirigí una sonrisa y me dediqué a tomarme lo que quedaba. La leve música era espectacular y acompañaba al ambiente en todo su esplendor. Apoyé mi vaso vacío y miré de reojo a la ventana, donde algunos copos de nieve empezaban a caer lentamente. Aquella época solo había dado pausa unos días. El clima empezaba a ponerse frío de nuevo y aún nos esperaban las patrullas que debíamos realizar para la Orden del Fénix. Miré a mi sobrino, tal vez él podría acompañarme a varias de ellas.

[Nate Weasley]

- Entiendo, pues.. cargas una responsabilidad muy grande. - le dije mientras tomaba la bebida que el mozo me había acercado hacía unos segundos, levantó el vaso y dió un par de tragos, la bebida tenía un leve gusto a ácido que la hacía perfecta junto al azúcar que tenía la naranja en sí, la bebida era perfecta.

 

Miró por la ventana, estaba comenzando a nevar y luego miró a Elvis, sabía que se acercaba la hora de realizar un par de patrullajes por la zona, por lo cual lo miró discretamente y mediante un par de señas entendió que las intenciones de su tío era salir a ptrullar en un par de minutos, era algo rutinario y que debía de hacerlo por obligación.

 

- Hagámoslo, pero disimuladamente, recuerda que nuestra identidad confidencial, te dejo aquí quince galeones. - depositó las monedas en la mesa. - En doce minutos me marcho yo y te esperaré en la esquina, tu espera ocho minutos desde mi partida y sal.. nadie sabe donde podemos tener un espía.

 

Esperó la respuesta de su tío.

[Mael Blackfyre]

Si era por cuestiones de comodidad, me hubiera quedado por u largo rato en aquel lugar. Pero Gastón también había entendido lo que teníamos que hacer después de aquella leve reunión. Como miembros de la Orden del Fénix, no solo era defender a toda la comunidad mágica, sino también evitar que hubiera presencia Mortífaga en los negocios, o patrullar todo terreno posible, sin contar el clima que hubiera. Los defensores de la luz trabajaban por más que lloviera o tronara.

 

Las indicaciones que me había dado mi sobrino, eran tal cual a las que había pensado y había comunicado a nuestros líderes. Incuso, por más que es tuviéramos en un local amigo, corríamos tanto peligro como si estuviéramos en medio del Atrio, hablando libremente del bando al que pertenecíamos. Gastón dejó las monedas y se levantó. Los quince minutos pasaron muy rápido y pude ver como atravesaba el umbral tapándose para cubrirse del frío.

 

Para pasar tiempo, hice que rebuscaba en el interior de mis vestimentas, para agarrar algunas monedas más. De todas maneras, el servicio había sido muy bueno al igual que sus bebidas. Dejé algunos Gallones más y mirando disimuladamente a mí alrededor, me levanté. Nadie se había percatado, de que habíamos pasado un rato juntos. Y tampoco nadie sabía a donde nos dirigíamos. Salí del local y desaparecí rumbo al siguiente negocio.

[Sally Sigel]

Después de visitar Playa Paraiso supo que tendría que buscar otro lugar para pasar unos días con su novio y es que el lugar parecia que iba a estar un poco lleno por la época en que pensaba hacer la reservación y sabía perfectamente que a él no le gustaban demasiado los lugares atiborrados de gente, sino algo un poco más íntimo.

 

Fue así que revisando en su agenda encontró la referencia de otro lugar, también de propiedad de amigos de la Orden del Fénix y donde sabía le darían un trato preferencial (xD).

 

Ingresó al lugar observando cada detalle que había sido colocado aquí y allá, haciendo referencia a la cultura árabe y lo que vio le gustó tanto que pensó que era el lugar apropiado. Pero ahora tenía que asegurarse de que iba a estar disponible, de que podía hacer una reserva y si el precio también le era accesible.

 

- Buenas noches - saludó a quien atendía en la recepción con una sonrisa - Quisiera saber si puedo hacer una reserva para estos días... - se acercó y empezó a informarse acerca de los servicios, precios y disponibilidad del lugar en cuestión. Tal vez ese fuera el elegido después de todo.

[Bodrik]

Herpink , Elfo del negocio.

 

Al pacer los empleados del establecimiento habían decidido marcharse del lugar. Así que sin lugar a dudas dependía de los elfos que trabajaban allí atender a los nuevos clientes y visitantes que se aparecieran en el negocio. Claro que para un elfo eso no era novedad y a decir verdad sus amos lo trataban tan bien que él trabajaba a gusto.

 

Se acerco a la barra dejando ver una sonrisa amable en su rostro y dispuesto a atender a los magos y brujas que se habían hecho presentes en la última hora. Dos hombres y una mujer esperaba ser atendidos por lo que acercándose a mostrador les saludo-Bienvenidos, es un placer tenerlos en nuestro establecimiento-

 

Por motivos extraños los dos hombres se marcharon antes de responder el saludo del pequeño elfo, por lo que prefirió centrarse en la mujer que acaba de llegar- Claro señorita, en este negocio contamos con alojamiento aunque son muy pocas las habitaciones-Afirmo con amabilidad.

 

-Los precios son variados, van desde 100 galeones un fin de semana –Respondió a la pregunta formulada por la bruja.

[Gitax Weasley]

Alsirus, Elfo personal de Gitax que es enviado a laburar (?).

 

Mientras la criatura hablaba tranquilamente con Herpink, nuevos clientes comenzaban a aparecer en el local. Por suerte uno de los mozos había terminado por atender a Gastón Weasley y Elvis Gryffindor. No se había preocupado por ello, pero ahora si debería de ir a atender y ayudar a su, según pensaba él o más bien lo apreciaba como tal, amigo. Una nueva bruja se acercaba hacia donde ellos estaban consultando precios para hospedarse en aquél lugar por un par de días.

 

Herpink le dio una suma para que viera más o menos como iba todo. Mientras tanto Alsirus miraba a aquella bruja, le veía algo peculiar. Más de una vez había estado con ella y con Gitax; con ambos juntos. Y si bien recordaba, también tenía algo que ver con Bodrik. ¡Ah claro! ¡Cierto! Ella era una de las compañera de bando de los dueños de aquél local. Más que compañera resultaba ser la líder de ambos jóvenes.

 

Por esa razón le codeó de manera suave a su compañero, mientras tomaba él la palabra.

 

-Los precios van de cien Galleons y en manera ascendente, pero como sé que usted tiene relación con el amo Gitax y su amiga Bodrik, el local podría hacerle un par de promociones-comenzó a pensar qué ofrecerle y luego recién comenzó a plantearle diferentes opciones-. Bueno... dependiendo de los días. Dos días y una noche con desayuno, almuerzo y cena, son en realidad 200 G. pero se lo haremos a 175 G. Por otra parte, si quiere servicio a la habitación solemos cobrar 50 G. más pero se lo daremos a tan solo la mitad, osea, 25 G. ¿Le parece bien?

 

El elfo del negocio lo miraba extrañado, pero de cierto modo Alsirus sabía lo que hacía. Gitax y Bodrik le habían dado órdenes de tratar con preferencia a sus conocidos (???

[Sally Sigel]

Un elfo se le había acercado para atenderla. Le respondió gentilmente sobre los precios y servicios que ofrecían. El costo era accesible y en cuanto a los servicios, quería informarse un poco más, aunque podía imaginarse más o menos por el decorado y el amoblado en sí que era bastante cómodo.

 

- Bien, entonces tendría hacer algún tipo de reservación? - preguntó. - Si es así, no sé si tienen varios ambientes... Me gustaría verlos para apartar alguno en especial.

 

Según sus cálculos, para la tercera semana de Marzo estaría perfecto pero también debía adecuarse a las fechas que hubieran o no disponibles en el lugar. Quería ver además los ambientes porque quería hacer algunos arreglos oportunos por su parte. Tal vez se estaba emocionando demasiado, pero es que quería tenerle preparada una sorpresa bonita a su novio y tenía que cuidar todos los detalles.

[Saya Black]

Instinto

 

Una nueva noche se había hecho paso sobre el Callejón Diagon. Sin luna ni estrellas; la oscuridad había engullido las callejuelas hasta hacerlas desaparecer en una densa y abrumadora bruma. Típico de Londres, el clima húmedo se podía percibir hasta en los huesos de los pocos trausentes que caminaban por ese penumbroso escenario. La gran mayoría de la gente había optado por refugiarse en alguno de los locales del callejón, dónde podían olvidarse de sus abrigos y bufandas por algunos momentos y gozar de las maravillas que ofrecían esos magníficos negocios.

 

Instinto caminaba con paso lento; completamente indiferente de lo que sucedía a su alrededor. Sus pasos hacían eco sobre el suelo y con cada exhalación emergía una pequeña nube de vaho de su boca. Algunas gotas de lluvia todavía insistían en caer sobre la ciudad así que llevaba levantada la capucha de su abrigo de cuero negro.

 

Las luces de los negocios eran proyectadas a la calle principal, resaltando aún más la neblina gris e iluminando tenuemente el camino. Sin embargo, Instinto caminaba en aquel momento por una zona penumbrosa y alejada de las luces alegres y el bullicio de la gente. Su paseo nocturno lo habían conducido por pasajes cercanos al Callejón Knockturn. Ladeó la cabeza al escuchar el solitario ulular de una lechuza posada en lo alto. Todo en ése rincón se mostraba amenazador y grotesco. Pero el demonio siguió su camino ignorando todas esas funestas señales que emergían en la oscuridad, casi como advertencias, y que servían a otros magos y brujas como indicativo de que no debían estar en ése lugar a menos de que quisieran realmente estarlo.

 

— Ey, amigo... ¿Qué tal está la noche?

 

La voz siseó en las sombras acompañada por risas y jadeos burlescos. Instinto detuvo sus pasos inmediatamente. En otra ocasión, habría ignorado las palabras de aquel pobre diablo y seguido su rumbo. Sin embargo, esta vez tuvo que detenerse; un grupo de desconocidos había cortado su paso y lo habían rodeado.

 

La misma voz volvió a hablar.

 

— Lindo abrigo. ¿Eso es cuero genuino? —preguntó. Una nueva serie de risas sonaron en el callejón—. ¿Piel de dragón... quizás? —aventuró.

 

Instinto emitió una inaudible exhalación.

 

—No es nada que un perdedor como tú no pueda imitar con su varita. Si es que tienes una... —respondió cortante. Sus ojos emergieron brillantes entre las sombras.

 

Al parecer el mago había interpretado correctamente la invitación del demonio, ya que desenfundó una vieja varita negra y la sostuvo juguetonamente entre sus dedos.

 

—Siempre preferí la piel original.

 

Uno... dos... tres... cuatro perdedores. Realmente no veo necesidad de mostrarles MI varita. pensó el demonio. Sin embargo estaba acorralado en un oscuro callejón. El negocio más cercano olía a comida árabe –creo que se llama “The Arabic Place”, o algo así...-; y aquel sujeto que hablaba estaba haciéndolo enojar con su esporádica arrogancia. Instinto odiaba los duelos con varita. Siempre prefería arreglar las cosas a la escuela antigua.

 

— Te diré que vamos a hacer. Si uno de ustedes logra darme un puñetazo en la cara, les regalo mi abrigo —propuso el demonio—. Y si no... Voy a beneficiarme mucho dándote una golpiza.

 

Los cuatro magos comenzaron a reír a carcajadas. Finalmente, el mago de voz monocorde dijo:

 

— Trato hecho, amigo...

 

— Recuerda: sin varitas.

 

— Lo tendremos en mente.

 

Instinto sonrió y sacó las manos de los bolsillos de su abrigo. Oh... esto será divertido.

Editado 3 de Marzo del 2012 por Saya Black

[Corvus Aidan]

Frustración, esa era la palabra que definía el estado de Corvus en ese momento. Molesto, fastidiado después de la discusión con ella y por como habían terminado las cosas. Si, habían terminado para su pesar, después de tantos años, después de todo lo pasado, la amistad se iba a la ruina solo porque él no podía controlar su líbido. !Maldición!, gritó mentalmente soltando una patada a una piedra cercana con rabia, esa noche no estaba de humor. ¿Que podía hacer? Se lo dijo, que si se alejaba nunca podría regresar, que lo olvidase todo y ese todo la incluía principalmente a ella. Tenía que disculparse, perdirle perdón pero...¿para qué? El deseaba mucho más que el Pacto y la hermandad que los unía, ella sin embargo, necesitaba más, ¿más qué?

 

Las mujeres necesitaban tener un manual de nacimiento, así podía entenderlas. Lo quería, lo deseaba, reaccionaba a sus caricias pero...siempre existía un pero...no era suficiente y...Bufó enojado y agotado, no tenía la capacidad de descifrar los sentimientos de alguien tan intensa como ella y ya aprendía la lección, que era mejor no intentarlo o quien terminaba complicado era él. Alejarse, así como lo pidió y como la razón indicaba, se alejaría hasta que todo pasara, si pasaba.

 

Sin darse cuenta, se había metido entre los callejones oscuros de Ottery, al menos no estaban llenos de parejas amorosas, ni música romántica como el parque y podía hacer eco del silencio en sus propios pensamientos. Lo necesitaba, no pensar, no sentir y no sentirse así, tan malditamente...ahogado, asfixiado. ¿Sería el lazo del traje? Lo arrancó de un tirón y lo lanzó al suelo, desabrochando el último botón de la camisa, todo le molestaba, hasta el sonido de su propia respiración y algo más...

 

Voces, de algún lugar en la oscuridad y entre los callejones, variadas y en diferentes tonos, una más arrogante que la otra y alguna que otra familiar. Curioso se acercó al origen de la disputa, un grupo, cuatro para ser más exactos, rodeaban a un hombre que parecía temerles menos que la garrapata al perro. De espaldas se le antojaba familiar, casi, su voz...pero no, seguramente estaba confundido. De pronto, los hombres se lanzaron sobre el joven que asestó un fuerte puñetazo al primero, mientras un segundo llegaba a sus espaldas para sostenerlo. Corvus negó con cansancio, no le gustaban las peleas desiguales, le parecían una falta de hombría. Por mucho que pareciera, él tenía su código de honor y lo respetaba. Siempre darle la oportunidad a tu enemigo de defenderse, aunque supiera que la muerte era segura.

 

Con tranquilidad se deshizo de la chaqueta y subió las mangas de la camisa, el traje de noche ya estaba estropeado, así que poco importaba un par de rasguños más. Avanzó unos pasos hasta llegar a la altura del grupo, donde el joven se batía con bastante destreza contra los tres que quedaban en pie y calculó quien quedaba más cerca para el primer golpe. Un puño voló cerca, una segunda patada y se escurrió entre ellos, asestando un derechazo al primero que se interpuso...

 

-Bingo...- gruñó satisfecho -Señores, las peleas son justas.- se giró para detener a uno que se le lanzaba encima y por error de relatividad, el golpe cayó en el rostro del joven a quien se suponía, intentaba defender -!Ups,lo siento!

 

El asombro fue doble cuando reconoció el rostro de un viejo amigo.

 

-¿Instinto? - masculló esquivando la navaja que uno de los tipejos le lanzaba al cuello -Ya sabía yo, que estas cosas solo las provocas tú. Hay un bar cerca, terminemos con esto y vayamos a celebrar el reencuentro.- le propuso nockeando a uno de los tipos.

Editado 3 de Marzo del 2012 por Corvus Aidan