The Arabic Place (MM B: 94021)

[akiles]

Una vez más alguien había entrado al lugar, al parecer se había puesto muy de moda y el como único trabajador de ahí, tenía que encargarse de servir bien a sus clientes. El muchacho era un conocido de Ottery con el que el mago no tenía mucha confianza, pero la suficiente como para ordenarle a su elfo que lo sirviese en lo que necesitara. Con un chasquido de dedos Sors se apareció frente al mago saludándolo en modo de reverencia –Sors, atiende al cliente mejor que si fuese yo mismo- con una reverencia de asentimiento el elfo se dirigió hacia donde estaba el recién llegado y recogió su orden, complaciéndolo en todo lo que este necesitaba.

 

Otra vez sin compromisos laborales el chico continúo hablando con la bruja que tanto lo intrigaba, aquella que había aparecido en el local huyendo de la tormenta de nieve y que ahora estaban hablando de temas tan profundos como el aura. El mago no solía hablar de aquellas cosas con absolutamente nadie, solamente con su hermano, que compartía su habilidad. –Pues ya ves, las apariencias engañan- elevó su copa en forma de brindis –tal vez sepa más del aura de lo que crees- dijo estas últimas palabras con sus ojos fijos en el vaso, mientras se lo llevaba a los labios y daba un pequeño sorbo.

 

El Lobo fijo sus profundos ojos negros en los de la muchacha respondiéndole la mirada, escuchando sus palabras, de cierta forma estaba sumido en sus pensamientos, la tristeza se había convertido en su único sentimiento, desde que este tenía memoria, solo recordaba dolor y sufrimiento. –No es que me quite el sueño, pero sí, me es un poco incómodo sentir que te conozco y no saber de dónde- la verdad es que ya el mago sabia la respuesta, solo que no se abrevia a admitírselo a sí mismo, lo supo desde que vio el brillo en los ojos de la muchacha al mirarla.

[Meryen]

-Así que te es un poco incomodo- repitió las palabras del mago como si las meditara - que pena- su voz sonó sarcástica- no pienso moverme de aquí hasta que la nieve deja de caer de esa forma- dijo mientras dirigía su mirada al ventanal mas próximo en cuyo marco ya se había acumulado grandes cantidades de nieve.

 

-A pesar de que el Barman del lugar es algo... - hizo una pausa y medito su siguiente palabra .-misterioso - dijo finalmente - al menos tengo una buena copa de vino y un lugar semi tibio - sus ultimas palabras fueron acompañadas por un rose enérgico de su mano izquierda sobre su brazo derecho como intentando darse un poco de calor.

 

- Sabes empiezo a sospechar que no tienes nombre- comento luego de beber un sorbo de su copa- actúas como si cada persona de Ottery se fuera conocido pero... ninguna de esas personas te llamo por tu nombre... así que tal vez te ponga un nombre acorde con tu singular -dijo mientras pensaba áspera - personalidad-

[akiles]

Escuchaba cada una de las palabras de la bruja, concentrado en la sensual forma de la chica de mover la boca, cada movimiento era mágico y le daban más ganas de besar sus labios. El mago tenía mucho autocontrol sobre su cuerpo, no se dejaba llevar por sus emociones, pero aquella desconocida comenzaba a cambiar eso, tuvo que resistirse para no lanzarse a sus labios. Como mecanismo de defensa giro a ver la ventana junto con la chica en donde se veía la fuerte tormenta de nieve que estaba cayendo afuera. –Que me sienta incomodo… no quiere decir que no te quiera aquí- hizo una pausa alzando los ojos para cruzarlos con los de ella –me gusta cómo me siento estando a tu lado- termino sin apartar la vista.

 

-Así es, este no es un mal lugar, es bastante acogedor, además el barman es misterioso y sexy- sonrió de medio lado mientras enarcaba una ceja –es todo lo que una dama pediría- sus ojos seguían reflejándose en los de la muchacha –si necesitas algo de cenar o algo, solo pídelo, soy la persona adecuada- esta vez el lobo aparto la mirada, encajándola en la chimenea de atrás de la barra. A su mente llegaron como olas de mar a la playa una infinidad de pensamientos, en especial, sobre aquella caja de madera que mantenía bajo muchos hechizos de protección, esa caja que guardaba un pedazo de su cuerpo.

 

-Que nombre seria ese que estuviese acorde con mi personalidad?- le preguntó el mago mientras aparecía un tintero y un pequeño trozo de pergamino, escribió algo sobre el con su pluma sobre este, doblo el pergamino y desapareció el tintero y la pluma, con la misma rapidez que las había aparecido segundos antes.

[Meryen]

Meryen no pudo evitar sonreír con cierta malicia – En serio?? Tienen un barman es misterioso y sexy?? Donde esta?? - pregunto mirando a todas direcciones como buscando a alguien, al ver el gesto de mago sentado frente a ella sonrió.

 

-Asique eres la persona adecuada? – lo miro como tratando de adivinar lo que pensaba, mientras el observaban los leños arder dentro de la chimenea, la bruja tratado de percibir algún sentimiento algo que le diera una pista de aquel hombre, pero nada.. Parecía estar vacío – No es posible- susurro sin dejar de mirarlo.

 

- No se si sea seguro pedirte algo de cenar… por que supongo que no me dejaras ver como cocinas- el silencio se adueño de ambos por un segundo – trato de imaginarte con un delantal de cocina y no lo consigo, no pareces del tipo de hombre que… cierto las apariencias engañan – dijo para volver a beber de su copa.

 

La bruja fijo sus ojos en el pergamino que el mago había aparecido y no pudo evitar que la curiosidad se adueñara de su ser- no creo que las lechuzas pueden volar con esta tormenta- comento – así que tu novia, esposa, hermana, madre, hija, amiga o pareja deberá esperar para saber de ti- dijo refiriéndose al pergamino.

[Ela Karoline]

La Lockhart caminaba por el callejón, pero el frio era intenso, así que era mejor ponerse a resguardo además que no había comido nada y su estomago estaba haciéndole ciertos reclamos, estando en Diagon lo que sobraban eran lugares a donde ir, pero se le antojaba algo diferente, ¿Qué sería? Se pregunto viendo los letreros frente a ella. De pronto uno llamo su atención, así que árabe, no estaría mal probar algo de allí, sabía que encontraría calidad eso estaba garantizado debido a los propietarios los cuales conocía.

 

Entro al lugar, estaba decorado muy bonito, la madera daba calidez, un aire de sofisticación y cierto misterio, muy idóneo, camino despacito mientras se quitaba los guantes de las manicuradas manos, ah el calorcillo del ambiente era un deleite para la bruja que busco un lugar donde sentarse.

 

No tenía experiencia en aquel tipo de comida, así que esperaba que algún experto le atendiera y le recomendara algún platillo calentito y rico, así como una bebida.

[akiles]

El rostro del mago se tornó intolerante al escuchar la burla de la muchacha con respecto al barman, o sea a él mismo, la muchacha le había dado una respuesta que no se esperaba y se había quedado sin armas para contrarrestarle aquello. –Que es lo que no es posible- sus ojos esta vez se movieron solos y se enfocaron en la muchacha, se mantenía quieto, esperando una respuesta.

 

-Puedo llevarte a la cocina- calló por un segundo –para que me veas cocinar o para que me veas como quieras- el mago sonrió de medio lado, no pudo evitar darle un tono de malicia a la última frase –aunque realmente creo que te comerías lo que fuese que preparase- el mago se puso de pie y le extendió la mano a la muchacha para ayudarla a levantar y dirigirla hacia la cocina. La muchacha tomo la mano y con un tirón pego a la bruja a su cuerpo, quedando muy cerca los rostros de ambos.

 

Por primera vez en la vida, el lobo se sintió de aquella manera, la respiración se cortó instantáneamente, como si le costara trabajo respirar, como si le costara trabajo mantenerse en pie, el vacío que existía en su pecho se hizo tan grande que lo supo de inmediato, aquella no era una muchacha cualquiera, aquella era la indicada, la que cuidaría aquella cajita de madera que mantenía en secreto. Que gran responsabilidad aquella, cuidar algo tan preciado para alguien, no podía darle tanta carga, pero el destino la había escogido, la escogió desde que vio sus ojos grises y vio el brillo en estos indicándole que era su otra mitad, lo confirmo cuando noto sus auras enlazarse de forma única, y ahora estaba convencido al sentir por primera vez, que la caja ya no le pertenecía mas, sino a esta bruja que ni siquiera sabía su nombre.

 

Pocos segundos después, él se separó de la desconocida y comenzó a caminar hacia una puerta que se encontraba en la esquina de atrás de la barra –sígueme- le dijo el joven –este es el camino hacia la cocina- el muchacho intentaba tapar su rostro de incredulidad, intentando parecer lo más normal posible. Una vez entraron en la cocina el mago giro sobre sus talones encarándola –Akiles- hizo una pausa –ese es mi nombre, creo que es justo que ya lo sepas- concluyo dejándole en su mano el trozo de pergamino que minutos atrás había escrito.

[Meryen]

–Que es lo que no es posible-

Sintió la mirada del mago posarse en ella y se maldijo interiormente... Había pensado en vos alta y ahora el como era lógico esperaba una explicación. Intento darle una respuesta que no sonara tan desquiciada pero no se le ocurría otra que no fuera la verdad… pero… como podría decirle a un casi extraño: he intentado percibir algún sentimentero en vos pero al parecer estar seco?... esa respuesta por mas verdadera que fuera no solo era inexplicable sino que también era ofensiva asique Meryen solo se limito a cambiar de tema y beber de du copa.

 

-Puedo llevarte a la cocina…para que me veas cocinar o para que me veas como quieras-

 

Meryen puso los ojos en blanco, pero sonrió aquel hombre era uno de los seres mas presumidos que había conocido pero a pesar de todo aquello aun no le resultaba del todo desagradable.

 

-aunque realmente creo que te comerías lo que fuese que preparase-

 

-Los gatos no se queman dos veces- dijo mientras dejaba su copa sobre la barra y tomaba la mano del mago para ponerse de pie. Sintió que jalo casi de manera brusca hacia el y levanto la mirada para reclamarle al sentir como su cuerpo chocaba contra el cuerpo del mago

 

Y sus ojos quedaron presos de aquella mirada en su interior Ananel dio un grito sordo… su corazón dio un giro como si estuviera emocionado.. Que estaba pasando con ella… debería estar reclamándole su falta de delicadeza y en su lugar se dejaba derretir por aquella mirada

 

Respiro aliviada cuando el se alejo de ella, lo vio caminar y lo siguió sin estar muy segura de que aquello fuera prudente, la bruja miro en todas direcciones siempre desconfiando estado lista para defenderse de cualquier ataque que pudriera llegara de manera sorpresiva.

 

De pronto lo escucho decir su nombre y deposito en su mano un trozo de pergamino la bruja desdoblo el pergamino y sonrió al leerlo –lindo nombre- mor uro mientras guardaba el pergamino en el bolsillo de su ropa y recargaba su cuerpo en uno de los muebles de mármol de la cocina.

 

Sus ojos seguían cada moviendo del mago – y bien ¿? Para que eres bueno? – pregunto mientras se cruzaba de brazos esperando respuesta

[Gitax Weasley]

En un nuevo año, Gitax planeaba tener bien atendidos a sus negocios. El primero en su lista, resultaba ser el que tenía con Bodrik, puesto que quería hacer sentir más relajada a la semi vampiro que se había ocupado excelentemente del local mientras el Weasley se encontraba con miles cosas que hacer; entre Academia, Orden del Fénix y el Ministerio de Magia. Ahora que podía organizar bien sus horarios, quería hacer entrar todos sus deberes para poder hacer todo en algún tiempo.

 

En ese momento, antes de entrar, decidió aparecerse directamente en la parte trasera del local a la que solamente los propietarios tenían acceso desde el interior. Allí, tuvo que sacarse su túnica normal y se colocó el thawb, la vestimenta que usaban los hombres, comunmente, en Arabia. De esa manera no perdería el ambiente de aquél lugar, y tampoco quería mostrar mala higiene, así que se lavó las manos y la cara correctamente.

 

-Vamos.

 

Susurró, y pasó hacia el centro del local, buscando a quienes necesitaran la atención de alguien. Pensando que sería así, Gitax se acercó hacia una persona que le parecía parecida. Y cuando estuvo al lado de ella, sonrió y dijo:

 

-¡Já! No sabía si eras tú o no Cye, ¿Qué tal? ¿Necesitas algo?

 

La emoción del joven empezaba a aumentar, tener conocidos en el negocio era lindo; se podía lograr alguna charla, la atención podía ser más amistosa y, en general, todo mejoraba. Más aún, siendo que aquella hermosa bruja resultaba ser la abuela de Bodrik.

[Nate Weasley]

Luego de haber compartido una agradable charla con Elvis frente a la fogata en Playa Paraíso, ambos jóvenes habían decidido ir a dar un par de vueltas por el callejón diagon en busca de algun entretenimiento, la noche era aún joven y nada les impediría divertirse un rato.

 

La primera opción de ambos jóvenes había sido The Arabic Place, negocio con temática árabe que era propiedad de sus compañeros de bando, Gitax Weasley y Bodrik, ambos muy amigos del mago Gastón. El local tenía un ambiente agradable y era un buen lugar para tomar una fresca bebida.

 

Elvis y Gastón se sentaron en una de las mesas cerca de la ventana y esperaron hasta que un camarero viniera hacia ellos para servirles algo. No pasó mucho tiempo hasta que uno de los empleados del lugar se les acercó y les preguntó que querían tomar.

 

- Pues.. yo quiero nada más un jugo de naraja exprimido, puede ser? - preguntó el mago.

 

El mozo asintió y luego dirigió su mirada hacia Elvis, como esperando su pedido.

[Mael Blackfyre]

La estadía en Playa Paraiso no había sido muy larga, pero si la necesaria para entrar en conversación con mi sobrino, pasear un rato por la playa y organizarnos para visitar otro negocio en el Callejón Diagon. Allí el clima continuaba como el local que acabábamos de abandonar. Nunca había pisado ése negocio y me parecía una excelente propuesta para pasar un buen rato junto a Gastón. Hacía mucho que no lo veía y teníamos que ponernos al día.

 

Entré admirando cada detalle que estaba dispuesto en el lugar, como parte de la decoración. Estaba basado en la cultura arábica y pocas veces había presenciado algo así. Mientras nos dirigíamos hacia la mesa que estaba ubicado cerca de una ventana, Gastón me había dicho que los dueños de aquel lugar eran bodrik y Gitax, dos grandes amigos y compañeros de la Orden del Fénix.

 

- Que bueno, nunca había venido por aquí…- le comenté mientras el joven hacía su pedido. En ése momento me percaté de que no sabía que bebidas servían por allí. Si hubieran estado los dueños del lugar, seguramente me habría animado a tomar algo típico del negocio, pero me agradaba evitar cualquier inconveniente. – Yo deseo tomar una cerveza de mantequilla…- dedicándole una reverencia al camarero que se nos habia acercado. - ¿Cómo está el trabajo? Según me dijeron algo saturado ¿No?