El Hipogrifo Asustado (MM B: 105757)

[Zack Ivashkov]

-Comienza la cacería-

 

Soltó el Mortífago con una sonrisa macabra en su rostro mientras en sus orbes se reflejaba el anuncio de un local que ponía "Guardería infantil El hipogrifo Asustado". Aquél día el callejón estaba abarrotado de gente como de costumbre, las cuales lograban chocar con el hombre que se mantenía firme como un roca en su posición, oculto por una mascara en su rostro y la capucha de una túnica gris que le vestía. La marca tenebrosa en su antebrazo seguía latente, el llamado se había hecho recientemente.

 

Sin pensarlo un minuto más se adentró a la guardería con paso firme. La varita de ébano pasaba entre los dedos de la mano derecha mientras que en la zurda el ángel caído portaba su katana lista para proyectar los cortes de su afilada hoja. En cuanto entró al local buscó señales de vida y se encontró con Mía apuntando a una mujer junto con un bebé.

 

-Mal momento para ser un bebé- Bromeó el hombre tal cual sádico asesino. Su sed de sangre no se apartaría hasta ver un charco al rededor del cuerpo de aquella chica. -Quizás se lo dé de comer a mis hipogrifos- Finalizó el Black apuntando con su varita a Sunnar.

[Lisa Weasley Delacour]

¿Miedo? ¿Dolor? ¿Cansancio? Aquellas palabras no entraban en mi vocabulario, como mortifaga estaba decidida y sabia lo que tenia que hacer a cada instante. Nada mas senti el llamado de mi comandante en jefe, no dude un solo instante, me cubri el rostro, para que asi no me reconociese, con una mascara plateada de un color azul oscuro, que hacia temblar hasta al mas valiente de aquellos emplumados y girando sobre mis talones, desapareci de mis aposentos con tan solo una idea en la cabeza.

 

- El hipogrifo asustado - Pronuncie con sorna al ver el letrero del negocio. No habia tardado ni dos segundos en acter acto de presencia donde se me requeria. El brazo, alli donde portaba el tatuaje, aun quemaba con furia. Aquellos odefitos nunca aprendian, aquel cartel decia lo que en los siguientes minutos sentiria la mujer por la cual habiamos decidido ir. Con la varita en una mano, un sencillo vestido blanco y descanza me interne en aquel lugar, para situarme en la misma sala, donde ya se encontraban mis camaradas y la presa del dia.

 

A diez metros de Sunnar y de todo aquel que entrase a defenderla, espere ordenes. La adrenalina aumentaba a cada segundo que pasaba, el aire corria veloz por el lugar, el ambiente estaba tenso y no era para menos, la marca volvia a sus origenes; cazar dia si, dia tambien. <<Uno por uno, todos caereis>>

[Mia.]

--Celerus expelliarmus -soltó en dirección a Sunnar, logrando que un rayo saliera en dirección a la bruja e impactara directamente en ella, dejandola sin varita y de ese modo estaba desarmada y no podría defender a su adorado hijo ni a ella misma.

 

Pensando en eso y negando lentamente, supo que era lo que tenía que hacer en esos instantes, por lo que mirando a Zack que llegó simplemente asintió con tranquilidad, tenían que matarla rápidamente, fue por ello que con una sonrisa irónica, volvió a levantar su arma mágica, lista para olver a atacar en cuanto estuviera terminada la planificación de su ataque mentalmente.

 

-Sectusempra -- un segundo rayo salió en dirección a Sunnar, impactando en su pecho, causandole heridas de gran magnitud, las cuales comenzaron a desangrarse rapidamente y debían ser curadas o lamentablemente ella iba a morir delante de los ojos de su pequeño hijo, si no es que antes moría el crio a manos de su compañero de bndo, que sabía no iba a poder resistirse--Levicorpus --siseó por último, logrando que la bruja quedará colgada por un tobillo a un par de metros del suelo.

 

Terminando su ataque, se quedó contemplando la escena y supo que aquello iba a ser más fácil de lo que planeaba... así que quizás podría ir más tarde a algún otro sitio sola o con compañía grata para pasar el tiempo y tomar una copa.

[Zack Ivashkov]

De alguna u otra manera al hombre le alegró ver a la víctima con un bebé. Aquello le recordó la última vez que vio a uno en una situación de batalla. Lamentablemente el pequeño no murió a diferencia de ese, que seguramente terminaría junto a su madre en Nurmengard. Para no ser tan malvados quizás le dejaran el cadáver del mocoso junto a su celda.

 

-Celerus Silencius- Soltó el Mortífago arrebatándole la posibilidad de decir palabra alguna a Sunnar. La chica no podría conjurar un hechizo verbal hasta su siguiente acción, pero para entonces ya tendría mas problemas con los cuales lidiar. El efecto fue instantáneo por lo que no había forma de contrarrestarlo. Seguidamente el Black elevó su katana, activó la habilidad mágica de la misma y la bajó con rapidez cortando el aire por la mitad y proyectando el corte sobre el pecho de Sunnar.

 

-Un poco más y te vas a Nurmengard, no te preocupes- Murmuró sin apartar la mirada de su objetivo. Desde los diez metros donde se encontraba podía ver la herida en su cuerpo, no dejaba de chorrear sangre. En cuestión de segundos un charco quedaría en el suelo como consecuencia de aquello.

 

-¡Incarcerus!- exclamó apuntando esta vez al bebé que iba junto a Sunnar. No tenía sabía que parentesco tuviera con la victima. Tres cuerdas viajaron directo al pequeño, la primera de ellas ató el cuello del bebé haciendo presión en su garganta para asfixiarlo. La segunda fue a sus brazos para atarlos al torso y la tercera unió sus tobillos repentinamente haciéndolo caer al suelo. -Espero que no te moleste- Agregó el Mortífago ladeando la cabeza mientras ponía cara de lástima por el chiquillo.

[Lisa Weasley Delacour]

- Incarcerus -

 

Tres cuerdas salieron de la punta de mi varita, para asi impedir que pudiese moverse del lugar en el cual estaba. Era obvio que aquello era lo prinicipal cuando de una captura se trataba. Una de ellas y la mas veloz a mi pareces, se enrosco en sus piernas, juntandolas, haciendo asi que no pudiese caminar, pues habia tropezado y caido al suelo. La segunda cuerda ato sus manos, inmovilizandola, sin poder usar su varita magica y la tercera, pero no por ello mas importante, fue a su garganta, no podria hablar, ni tampoco respirar.

 

- Fuego maldito -

 

Una llamarada en forma de leon salio de la punta de Kim, en direccion al pecho de Sunnar. Si no la detenia, que me parecia algo poco probable que pudiese, se moriria quemada, puesto que aquel fuego magico era muy poderoso, capaz de destruir horrocruxes, con lo que la piel de una humana comun no seria nada para el. Sonreia con entusismasmo, notaba el poder oscuro recorriendo mi cuerpo. Aquello era sensacional.

[Mia.]

--Fuego Negro --el sonido de su voz fue meloso, después con una media sonrisa miró como de su varita mágica se creaba una bola de fuego que permaneció levitando a un par de metros de ella, con la única orden de crecer y evitar cualquier objeto, animal o persona que quisiera dañarla antes de ser usada por ella-- Fuego Negro --soltó por segunda ocasión, logrando que una segunda bola de fuego saliera de su varita mágica y se colocara cerca de la primera, más no junto a la primera, tenía la misma orden, crecer y evitar ataques en su contra.

 

Mirando sus dos bolas de fuego, se quedó tranquila, si los odefos decidían acudir a ayudar a Sunnar, podía estar tranquila al menos no iban a tomarla desprevenida, fue por ello que mirando que más podía hacer, simplemente supo que una defensa no le vendría nada mal en esos momentos, de todos modos le podía ser util para otras cuestiones, de no ser para defenderla.

 

-Necrohands--pensó, mirando como un par de manos fantasmales salieron del suelo y se colocaron delante de ella con la orden de protegerla de cualquier posible ataque en su contra, porque podrían moverse para defenderla.

 

--Esperemos que vengan... --siseó, logrando que un brillo de expectación apareciera en sus ojos.

[Lisa Weasley Delacour]

- Es obvio que no sabes en donde te has metido pequeña...- Dije con la voz mas melodiosa e infantil que podia, dejando entrever que la ironia era una parte fundamental de mi personalidad. Todos los ataques habian impactado en el cuerpo de Sunnar, con lo que ahora lo mas normal seria crear una que otra defensa. Para ello mire a mi alrededor en busca de algun mueble que me sirviese. - Es perfecto - Exclame sin ningun tipo de reparo, aquella mujer no era rival ni para mi, ni para ninguno de mis camaradas.

 

- Necrohand -

 

Dos manos fantasmales, del tamaño de un hombre adulto, aparecieron de la nada, cubriendo por completo mi anatomia, dejando asi imposible que ninguno de los conjuros que se me lanzasen me hiriesen. Estas manos estaban a mi entera disposicion, podian moverse y hasta separase, por lo cual tenia completa libertad de movimientos. A mi lado, se pusieron para resguardarme. No dudaria que estas detendrian a quien se pusiese por el medio.

 

- Vitae -

 

Una mesa, de hierro al parecer, que estaba a tan solo dos metros de mi, cobro vida. En uno de sus bordes, le nacieron un par de ojos, con los que lo podia observar todo, debajo de estos, una boca, con dientes y colmillos afilados y largos, con los que desgarraria cualquier cosa, en el lado opuesto una cola con pinchos le habia nacido, ayudandolo en su equilibrio y con una fuerza brutal para derribar y hacer sangrar al oponente. Este sin corriente sanguinea, pero con fuerza, fortaleza y velocidad estaba bajo mis ordenes. A tres metros de mi, esperaba cualquier movimiento de Sunnar para atacar.

[Zack Ivashkov]

Mientras esperaban la respuesta de Sunnar a todos los ataques que fueron enviados en su contra, el Black comenzó a pasearse por el lugar acercándose a la víctima y rodeándola. Por su mente pasaron los tres asaltos del día anterior, donde no obtuvo respuesta por parte de los fenixianos en ningún momento. No entendía que sucedía con ellos, si semanas atrás se mostraban muy interesados por encarar a los magos tenebrosos del pueblo.

 

-Expectro Protego- Conjuró invocando frente a él un fenix de oscuridad que pronto extendió sus alas y comenzó a sobrevolar a su invocador. La criatura era totalmente indestructible, con las mismas habilidades que un fénix real y un enorme tamaño de poco más de un metro. Algo inusual en ellos pues no acostumbraban a ser tan enormes como ese. Por ahora solo tenía orden de proteger a Zack, mas adelante lloraría, de ser necesario sobre las heridas de él o sus compañeros.

 

-Fuego Negro- Inquirió el mago y sin hacer uso de su varita logró que una bola de fuego negro apareciera a dos metros sobre su cabeza. -Fuego Negro- Soltó una vez mas invocando una segunda llamarada junto a la otra. Por ahora solo crecerían hasta alcanzar su máximo nivel mágico, más adelante podrían ser enviadas en contra de quien él deseara.

 

-¡Vamos! al menos haz algo- Comentó el Black sin apartar la mirada de Sunnar y el pequeño, quienes quedaron perplejos ante la llegada de enmascarados.

[Boss Elessar]

-- No hoy... no ahora -- musitaba Elessar, con los ojos encolerizados de furia. Le estaba empezando a fastidiar la osadía de los mortífagos que día a día invadían más Londres y atacaban a personas aún yendo de civiles por ahí. Boss, ataviado con una bonita túnica oscura y una cegadora luz en el rostro que cubría su identidad llegó a Diagón, yendo directamente hacía el local que llevaba por nombre "El hipogrifo asustado".

 

Estudió con la mirada el local. Sabía que los mortífagos que yacían allí, intentando vencer a una mujer que en sus brazos llevaba un bebé ¿había acaso algo más inhumano que eso? sin lugar a dudas debería ser denunciado a El Profeta.

 

-- Como de costumbre, miles de hechizos previamente invocados para enfrentarnos... creo que la valentía es un cliché en estos días -- dijo sin miramientos, posicionándose al frente del local sin ingresar aún. Esperaría a su legión de miembros de la Orden del Fénix. Todavía no pensaba en ingresar.

 

Su semblante lucía tan tranquilo como siempre, pese a que estaba lleno de furia. Acabaría con la vida de los mortífagos o moriría en el intento. El terror regresaba nuevamente a Londres, aunque obligado por mortífagos en son de valentía. Permaneció tranquilo, respirando hondo, como cuando estás apunto de zambullirte en una profunda piscina. Así mismo fue, la eterna respiración antes de lanzarte al vacío.

[Sunar PBT]

La mujer se quedó esperando la respuesta de su tío pero no pudo escucharla, ya que antes de eso unas personas se aparecieron en el local. Primero, iban vestidos bastante feo y segundo, con máscaras. Eso no estaba bien.

 

Tomó en su mano el prendedor, y con eso supo el elfo que debía ir. Apareció para ver como atacaban a la mujer y en ese instante al amito. Como elfo doméstico, detuvo al menos el ataque al niño, ya que necesitaba viajar esa cuerdas. Sethy lo logró, agarró a Argi y desapareció.

 

Intentó sacar la varita para lanzarles algún hechizo al menos. Pero cuando la tenía en la mano pensó mejor en algo. - ¡Proyección Mágica! - para ese momento había visto unos muebles y decidió empujarlos hacia (Mía) una mujer que le lanzó unos rayos.

 

Fue tan repentino todo.

 

 

off: Si los hubiese visto entrar,algo intentaba más. Pero me sacan de la lap y nada. Disfruten de la matanza.