Ollivander's (MM B: 94928)

[Ada Camille Dumbledore]

La varita era bastante misteriosa, antigua y guardaba un secreto que no lograba ver, una maldición sobre quien la llevaba, ella me decia a susurros, pero en un idioma que no lograba descifrar del todo.

 

-Bueno, esta varita fue un regalo que me dio mi padre antes de abandonarlo, realmente significa mucho para mi ya que mi papá ya falleció y es el único recuerdo que tengo de él

 

Sonroje al mirar sus ojos y escuchar sus palabras, era doloroso el hecho de perder a un ser amado, yo habia perdido a muchos y no era agradable en lo absoluto. Y me sentí que de alguna forma lo había incomodado.

 

-Bueno también venía por otra cosa. Como le acabo de mencionar esta varita significa mucho para mi, por lo que sería horrible perderla en un duelo. Quisiera una varita poderosa y buena en los duelos, no se que me podría recomendar

 

Al escucharlo sonreí ampliamente, yo misma poseía dos varitas, porque mi primera varita, Bast, era en sí una vitacora de mi vida y de mi corazón. Levantando ligeramente mi pie para apoyarlo en el pequeño butaco que estaba tras la vitrina, saque la adorndad varita de mi propiedad. El zafiro y el rubí,procedentes de los dos anillos de compromiso que posei alguna vez, lucian imponentemente en el mango de la misma.

 

- Se lo que desea, probaremos algunas, haber cual de ellas desea estar a su servicio.

 

Las varitas escogian al mago, algunas eran muy amables otras testarudas, ellas eran como los magos: cada una poseía un caracter. Con una floritura traje tres cajas que estaban en los estantes, habia escogido nuecleos que concidiesen con el caracter que la otra varita me habia confesado de su amo: amable pero poseedor de una fortaleza sobrenatural, dadas las circuntancias de su pasado.

 

- esta varita...- saque una varita que estaba envuelta en un lienzo brillante de tono marron, el color de la varita era casi berenjena, pero su mango estaba fabricado con Carpe, una madera comun en las varitas, pero no muy trabajada por la gente.- Carpe del norte de Irlanda, 29 centimetros, semirígida, tiene un nucleo de nervios de corazon de un basilisco.

La entregue en sus manos, el debia tomarla y reconocer si ella le serviria o no.

 

- Y no se preocupe por mandar hechizo el local y sus empleados estan protegidos contra todo daño aqui dentro...

 

Sonreí alentandolo a tomarla y probarla

Editado 5 de Marzo del 2013 por Ariane Dumbledore

[Rodrigo Snape]

Rodrigo Myrddin Marshbone Lóriyen

 

Unos momentos después empecé a notar que Ariane se veía un poco más misteriosa a comparación de cuando empezó a atenderme. Le pregunté: -¿Acaso hay algo malo en mi varita?- para después seguir: -No dudes en decírmelo-. Después vi como sonreía al decirle que quería una segunda varita. Pensé que ella probablemente también tenía una varita que quisiera tanto y por eso ahora tiene dos.

 

Vi como la Dumbledore sacaba una hermosa varita con unas gemas incrustadas, supuse que era suya. -Hermosa varita- le dije.

 

Después sacó una varita con una especie de color berenjena para que yo la probara. Después de que me indicó sus especificaciones, la agarré y la empecé a ver. No estaba seguro de que fuera la indicada varita, pero como quiera tenía que probarla por lo que pensé en el primer hechizo que se me viniera a la mente y exclamé: -Incendio-. Se suponía que saldrían llamas de mi varita, sin embargo al momento de decir el hechizo, la varita se calentó tanto que tuve que soltarla sino me hubiera quemado completamente la mano.

 

-Creo que esta no es la indicada- le dije con una sonrisa risueña a Ariane.

[Joaquín Granger]

Sonreí alegremente al contemplar las expresiones de Ari y Helena, por supuesto la bebé no era aún consciente de lo que hacía, pero igual me gustaba verla sonreír. Miré toda la cantidad de bolsas que tenía a mi alrededor, quizás en el mundo mágico no tendría una gran fortuna, pero estaba bien acomodado, e ir a comprar al mundo muggle era todo un placer, un lujo que no abandonaría nunca, porque no tendría necesidad de hacerlo, además yo no tenía un carácter adictivo.

 

Me agradaba ver la expresión de la gente cuando recibía un obsequio, más si era una obsequio mio. Volví a sonreír ante la gratitud de Ariane, y por un momento me puse a pensar si a los demás a los que le traje regalos, se sentirían tan maravillados; probablemente el único que se sentiría así sería Seishiro, adoraba cualquier cosa brillante que hiciera ruido a papel, y más si dentro habían más cosas coloridas que hacían ruido, moría por darle sus regalos.

 

Moría de ganas por entregarle mis regalos al pequeño rubio. Aunque había pasado por casa antes de ir al local, Seishiro estaba durmiendo sus siesta, y no iba a ser tan cruel como para despertarlo, pero tampoco tenía la paciencia para esperar que se levantara; de la misma forma que parecía tener una energía inagotable mientras estaba despierto, cuando dormía también dormía varias horas; toda su energía no se recargaba en tan solo media hora.

 

Salí de mis pensamientos en cuanto volví a sentir la voz de la pelinegra, y enseguida el sonido de la campanilla; clientes, pero seguro los elfos se encargarían, estaban muy bien capacitados. Sin embargo aquella era una petición especial, que los elfos no podían cumplir por lo que la elfina de Ariane fue a buscarla, aquello que necesitaban era cosa de una experta, alguien que de verdad tuviera experiencia, y que supiera tratar bien a los clientes por varios minutos, cosa que yo no podía hacer bien.

 

Acepté a Helena en mis brazos, que se movió lentamente pero no lloró, ni se quejó, era toda una belleza. La mamá de la bebé salió de la oficina y yo me quedé allí de pie, observando a Helena con su piel tan blanca como la mía y sus ojos azules tan bellos, no tenía el cabello ni los ojos iguales a la mítica Helena de Troya, pero era tan hermosa como ella, no era hija de un dios y una reina, pero sería muy poderosa cuando creciera, y para mí, siempre sería una princesa, y tenía todas las condiciones para ser tratada como tal.

 

Comencé a mecerme sobre mis pies suavemente, tarareando una canción infantil, de las pocas que recordaba haber escuchado alguna vez, mientras la bebé movía sus manitas cerca de mi cara, como si me celebrara la canción, y yo ni siquiera tenía una bonita voz. La pequeña de cabello negro había comenzado a babearse, y busqué su babero para limpiarle la carita. Estaba allí sobre el diván, como pude lo tomé y sequé los alrededores de su boca, pero parecía no gustarle demasiado; había tantas cosas que tenía que aprender de ella...

[Ada Camille Dumbledore]

Estaba ensimismada en la varita y finalmente mi olfato logro descubrir algo mas de mi cliente, talves esa era la razon de su tristeza: era un lycantropo. Sonreí porque uno de mis mejores amigos lo era y me parecian personas incomprendidas por la sociedad.

 

Muchos se extrañaban que siendo mitad veela, mitad vampiro lograra entablar amistad con alguien a quien consideraban mi enemigo natural, pero a mi me parecia algo sumamente normal.

 

-¿Acaso hay algo malo en mi varita? No dudes en decírmelo

 

Reaccione algo preocupada

 

- No. no hay nada malo en ella, solo que mi empatia con ella me hace sentir cosas y no puedo evitar escucharla, disculpe.

 

Me avergonce pero era parte de mi naturaleza llevar aquella relacion con las varitas. En cuanto escuche el comentario sobre la belleza de mi varita y observe con atencion a Bast, el corazon me dio un vuelco, ultimamente pensaba mucho en el pasado y eso no era bueno.

 

- Si, ella es muy especial para mí, la hizo mi tia, la dueña y heredera de la tienda, pero ya no esta con nosotros... yo misma la adorne asi, suelo hacer esta clase de trabajos si la gente lo desea. Le llamo personalizar varitas.

 

El señor Myrddin hizo una floritura y el hechizo no salio, su mano parecio calentarse, tome la varita en mis manos y la aleje de el en cuanto la solto.

 

- Eso veo, esta bien su mano ?... por cierto olvide presentarme, mi nombre es Selene Ariane Dumbledore...

 

Suspire tras guardar la varita, ella se habia comportado mal, eso no era. Tome otra caja esta ten ia la varita envuelta en un lienzo azul brillante. La madera era de tono claro y tenia un pequeño grabado de un arbol de alamo en el mango.

 

- Alamo, 27 centimetros y medio, flexible, su nucleo esta hecho de cuerno de unicornio...

 

Se la ofrecí para que la tomara, le adverti con la mirada a la varita que se comportara y no le hiciere daño al caballero. No me gustaba que ellas fueran agresivas. Aproveche para ver su mano, aunque por su naturaleza el deberia estar bien

[Rodrigo Snape]

Rodrigo Myrddin Marshbone Lóriyen

 

Después de que la Dumbledore me dijera que no había nada malo en mi varita sonreí. Me di cuenta que en verdad estaba en el lugar indicado para tener la mejor varita. Después me contó la historia de la suya, me parecía una muy linda historia pero después de que mencionara lo de su tía me puse un poco serio. No me gustaba hablar de los seres queridos que nos dejan.

 

La bruja procedió a preguntarme acerca de mi mano a lo que le conteste: -Esta perfecta, realmente no le paso nada-. Después me entrego otra varita de álamo, de 27 centímetros y medio, flexible,y su núcleo estaba hecho de cuerno de unicornio. La tomé y pensé en mi segundo hechizo. Acto siguiente exclamé: -Locomotor mesa- si la varita era la indicada, la mesa de madera que apunte con la varita debería de tomar vida.

 

Al instante se notó como la mesa empezó a moverse, acto que puso una sonrisa en mi cara. -Creo que es esta- le dije a Ariane, con una sonrisa.

[Ada Camille Dumbledore]

Era bastante peculiar, tener simpatia por alguien que era casi un extraño, pero me sentia placida con su compañia. El se hacia para mi algo damiliar.

 

La verdad me sentí más tranquila al saber que su mano se encontraba en buenas condiciones. To mo la varita y la observo, yo tambien obseverve lo bella que era,ademas el alamo era un arbol que daba varitas excelentes. Realizo el hechizo y la mesita ratona que estaba junto a los sillones de espera se movio con vida propia. Sonreí al verle compalcido con aquella varita.

 

-Creo que es esta

 

Respondí a su sonrisa, la verdad me hacia feliz que las personas regresaran a casa felices con su varita y que ella les sirviera diligentemente.

 

- Me parece bien, ¿la llevara en su bolsillo o desea que la empaque en su caja?

 

Pregunte sonriente, esa varita ya tenia un dueño y un hogar en el cual servir.

[Rodrigo Snape]

Me sentía feliz de poder hablar tan si quiera unos instantes con alguien tan amigable. Vi como sonreía al hacer mi hechizo y al decirle que esta era la varita indicada. Realmente estaba feliz de poder comprar una varita como esta, porque estaba hecha por los mejores en el Mundo Mágico. De ahora en adelante, esta varita iría en donde usualmente llevo la mía: en mi bolsillo o en mis botas. Ahora tendría algo que estrenar en mi próximo duelo.

 

-Me parece bien, ¿la llevara en su bolsillo o desea que la empaque en su caja?- preguntó la bruja.

 

-Creo que mejor me la llevare en mi bolsillo, realmente estoy feliz de poder comprar una varita como esta- le contesté a la Dumbledore y sonreí.

 

-Gracias por la ayuda, espero que podamos volver a vernos para conversar, o incluso ir en alguna ocasión por unas cervezas de mantequilla- le dije.

[Ada Camille Dumbledore]

La verdad cada vez que una varita llegaba a tener un dueño me hacia sentir felíz, no sabia exactamente porque, pero me gustaba que llegaran a tener un hogar, como pequeños niños que llegan a una familia.

 

-Creo que mejor me la llevare en mi bolsillo, realmente estoy feliz de poder comprar una varita como esta

 

Esas palabras me hicieron darle una gran sonrisa, hacer varitas era una de las pocas cosas que me apasionaba, era algo que no podia evitar en mi vida y sin ello creia morir.

 

- Me alegra muchisimo que le agrade, cuando desee algun arreglo un portavaritas o cualquier accesorio para personalizar sus varitas no dude en venir es bienvenido.

 

Estaba contenta de saber que estaba a gusto

 

-Gracias por la ayuda, espero que podamos volver a vernos para conversar, o incluso ir en alguna ocasión por unas cervezas de mantequilla

 

Sonroje de inmediato, aunque lo disimulara muy bien era bastante timida, pero me agradaba la oferta, habiamos congeniado magnificamente y seria perfecto salir alguna vez a distraernos y conocernos más.

 

- Claro que si, sera un honor acompañarle... tome no olvide la envoltura de la varita

 

Le entregue la caja en la bolsa de terciopelo dorada que llevaba el emblema de mi amada familia

[Rodrigo Snape]

Rodrigo Myrddin Marshbone Lóriyen

 

Noté como la bruja sonreía y yo le devolví la sonrisa. Realmente estaba feliz de tener una nueva varita y cuando la Dumbledore me dijo que cuando necesitara algo volviera le contesté: -Muchas gracias, cuando necesite algo acerca de mis varitas vendré inmediato-. Después tomé la envoltura y la caja que venía en una bolsa de terciopelo, la cual tenía grabado el emblema de una de las familias más importantes del mundo mágico.

 

Después de escuchar sus palabras acerca de irnos un día a tomarnos algo le dije: -El honor sería mio-.

Me fui hacia la puerta, volteé a ver la bruja, sonreí y me despedí. Salí de la tienda con una sonrisa de tener una asombrosa nueva varita.

[Ada Camille Dumbledore]

Al darle el paquete note su sonrisa y me alegro mucho, era bueno ver personas que sonreian, la mayoria vivian afanados entres sus trabajos y lios de su vida. Pero el parecia que el sabia controlar su vida.

 

- Muchas gracias, cuando necesite algo acerca de mis varitas vendré inmediato

 

Con rapidez mire la varita viendo como la guardaba en el bolsillo

- sera un gusto atenderlo para lo que necesite

 

Al escucharlo sonrei y de nuevo y mas al ver como se despedia desde la puerta, me quede mirandolo alejarse. Parecia que habia hecho un amigo, recogí con rapidez las otras cajas y guarde todo en su lugar.

 

Subí de prisa por las escaleras, debia atender asuntos con mi socio, entre a mi oficina y lo vi con la bebe en brazos. Fui a tomar asiento en mi divan.

 

- bueno cuentame como estuvo tu viaje, vez lo que ha crecido Helena en estos meses?

 

Sonrei, aun me sentia sonrojada

Editado 8 de Marzo del 2013 por Ariane Dumbledore