Ollivander's (MM B: 94928)

[Ada Camille Dumbledore]

La verdad no habia sido mi intencion ofenderle en el momento que llame al bebe mi hijo, solia hacerlo y no era por menospreciarlo, solo que sentia tanto odio de parte de él que el hecho de que eso pasara me hacia ver que estaba sola en todo esto. Yo sabja que no era malo pero ser humana y de repeso odiada por un vampiro era una sentencia de muerte asegurada.

 

Yo no tenia quien me amara ni me apoyara en nada y el habia sido mi unico amigo, y aquel dia se habia arruinado todo por mi equivocacion.

 

Ante sus reclamos no queria discutir, solo.me quede en silencio, pero me sorprendí cuando me pidio dejarlo acercarse al bebe, suspire por un momento y pase saliba asustada.

 

- Si, claro puedes acercarte...

 

Me quede quieta esperando cual era su reacción.

[Joaquín Granger]

Yo sabía lo que pensaba, lo sentía, lo veía. Ella creía que yo la odiaba aún, cosa que no eran nada más que ideas, pues mi odio había disminuido con el tiempo. Sin embargo con ese resguardo, tan exagerado, ya me parecía muy molesto, y aunque en otros tiempos era comprensible, ahora solo contribuía a que me enojara más y más, y ahora la razón ya no era de ella, la razón era mía, o al menos esa idea estaba en mi mente.

 

Sin embargo al no poner objeciones con mi deseo de acercarme al pequeño, quedé más tranquilo. Pero aún así podía ver lo intranquila que seguía estando la pelinegra, detalle que además de desagradarme, no me dejaba tranquilo, sabiendo que los nervios afectaban al bebé ¿Cuando sería el día en que todo volvería a ser mas o menos como antes? Yo esperaba que pronto.

 

Coloqué mi mano sobre su vientre, y sentí los movimientos del pequeño, de aquel bebé, fruto de un error, pero igualmente amado por ambas partes, tanto su madre como yo, y eso lo había confirmado en el momento en que sentí el vientre de Ariane, todo el enojo pareció esfumarse de pronto, y me sentí tan maravillado que casi no podía creerlo, y mi mano blanca como un papel, no quería dejar de sentir el vientre.

 

-Se mueve -fue lo único que pude decir, mirando a la joven.

[Ada Camille Dumbledore]

Los nervios me acogieron cuando lo senti acercarse, pero mi pequeño hijo parecio alegrarse y entonces recorde que el tambien era parte suya, suspire y al sentir su contacto el movimiento de el bebe me sorprendio, parecia saludarle como si hubiera extrañado su presencia.

 

Las palabras de Joaquin me causaron sorpresa, pareciahaberse emocionado, sonrei y y lance un suspiro.

 

- Si, a veces suele moverse como saludando las personas, pero no le habia notado nunca tan emocionado, creo que te reconoce...

 

Le comente con ilsion, amaba a mi pequeño bebe, era tan dulce sentirlo dentro de mi feliz, a pesar de todo el era feliz y eso era lo que realmente importaba.

[Joaquín Granger]

Sentía todo, desde los movimientos fluidos del pequeño Granger hasta los nervios y sorpresas de Ariane, y todo a través de mi blanca mano, lo que los humanos solo podían usarlo para golpear débilmente, estrechar, y muchas otras funciones inferiores a las mías, yo percibía cualquier emoción, los sentimientos de Ariane y transmitir mis propias emociones a aquel bebé que esperaba su salida y que parecía muy ansioso.

 

Si me hubieran preguntado un año atrás, hubiera dicho que nunca habría podido tener más hijos, considerando el historial de amor que tuve, y que aún me perseguía. Unos meses atrás lo único que habría querido era que ese bebé y su madre desaparecieran de la faz de la tierra, o que solo vivía un horrible sueño. Pero aquel día, con la mano sobre el vientre hinchado de una mujer que aún consideraba traicionera, la emoción por mi hijo o hija me llenaba, hasta lo más profundo de mi pétreo corazón, y aquellos pensamientos negros se esfumaron.

 

-¿Tú qué sientes que es?¿Niño o niña? -pregunté, sacando mi mano del vientre suavemente.

[Ada Camille Dumbledore]

Estaba extrañamente tranquila a su lado, observe su rostro se veia diferente y no le temi mas, respire tranquila y serena mientras que el acariciaba mi vientre, el pequeño bebe estaba como emocionado.

 

Le sonreí con amabilidad y ante su pregunte trate de estar tranquila para que sintiera mi instinto cual era el sexo del bebe.

 

- Por su amabilidad y su dulzura a veces creo que es una niña, pero en momentos lo dudo y creo que me equivoco.

 

Me quede recordando las ecografias que habian intentado y habian sido fallidas, por causa de una membrana que recubria al bebe protegiendolo de cualquier daño.

 

- Sea lo que sea... lo amo tal y como es, aunque jamas lo pedí...

 

Las ultimas palabras las habia dicho sin pensar mucho como si hablase conmigo misma, mientras acariciaba mi vientre con cariño.

[Galedra Azhebel Myrddin]

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--Wuaw!! la Tienda de nuestra abu!!

 

--Pasemos a verla 0w0

 

--Mami tambien estará?

 

--que va!!! ni siquiera se ha aparecido en el Castillo U.U

 

--Parece que tenemos tíos nuevos y abuelo nuevo 0w0

 

--ay esta abue! XD

 

Entraron a la Tienda de Varitas:

 

 

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^^ Era primera vez que iban a una Tienda de su abuela....de hecho, era la Primera vez que se paseaban tanto por el Callejón. Disque la Onda Navideña les dio duro y parejo en aquel año...quizás porque su madre andaba media desanimada para aquellas cosas, así que buscaron la forma de levantarle el ánimo: siendo niños buenos O.O (sip...se acabará el Mundo O.O)...aunque fuera por sólo un día (?).

[Sunar PBT]

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Milltokk, un Duende de Santa Claus

 

El personaje de traje colorido con su gorro llamativo volvía a caminar con su carga por las calles; las personas le miraban muy extrañados, ver a un duende como él no era muy común. Sin embargo, en esos días no les parecía que fuera malo. Milltokk no se parecía a los que se hallaban en Gringotts, porque él como otros al vivir en el Polo era diferente, por poco pero lo eran.

 

Todos sus amigos, los que se quedaron ayudando a organizar los juguetes para la noche de Navidad compartían una alegría que los otros no. Estar rodeado de amor, esperanzas, y un jefe muy alegre, ellos se contagiaron y desde entonces iban por el mundo repartiendo felicidad entre los que desean.

 

Pronto llegó al otro establecimiento y como en los anteriores entró a dejar sus regalos para los que gustasen de una festividad animada. Antes de abrir su saco adornado, levantó una mano y chasqueó los dedos. Una nube, no muy grande comenzó a desprender una fina lluvia de copos de nieve que al caer al piso, sobre repisas, desaparecía sin dejar rastro de agua que pudiera dañar las maderas de las varitas u otros muebles dentro del local.

 

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Y como el tiempo no le alcanzaba mucho, sacó su regalo para el sitio, lo colgó en un sitio visible. No obstante, sería posible moverlo a donde quisieran los dueños del establecimiento. Cada quien se encargaba de reacomodarlo, Milltokk solo los dejaba para que se viera más festivo.

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Como debía pasar por otro negocio, salió con una amplia sonrisa por su labor realizada.

[Gomita Haughton Westrong]

Edyan


El pequeño animalito se divertía corriendo ante las miradas divertidas de las personas que caminaban por el callejón, ninguna de ellas se animaba a acercarse, ya que los maullidos del gatito al que seguía no dejaba de maullar desesperado tratando de escapar.

Yo había salido tarde de mi trabajo ese día, sin embargo sentí la necesidad de caminar un poco para distraerme antes de llegar a la mansión de mi familia. Cerré la librería y luego, con mi mochila colgada a mi espalda, caminé por todo el callejón mirando atentamente los escaparates. Las luces navideñas adornaban todas las vitrinas y suspiré al acordarme de algo que me hacía sentir nostalgia.

Mi pequeño huroncito blanco de ojos negros caminaba tras de mí, como siempre, jugando y siguiendo ésta vez a un pequeño gato totalmente negro que se cruzó en mi camino. A pesar de mi llamado, Edyan continuaba corriendo tras el gato, el cual corrió y se adelantó a mí nuevamente con mi pequeño animalito tras él. Tenía que aceptar que la escena era verdaderamente graciosa, algo que no me había tocado ver antes...

- Ya llegamos pequeño, ven acá...

Mencioné cuando me detuve frente al negocio de las varitas. Necesitaba hacerle algunos arreglos a la mía así que no había mejor lugar para ello.

[Ellie Moody]

Laia, elfina de Battrek Fly.

 

Una pequeña elfina se materializó al frente de las puertas del negocio, aunque ésta parecía más bien una duendecilla navideña que la criatura que en realidad era. Ésto se debía a que las dueñas de Battrek Fly la habían hecho vestir con un chaleco verde y rojo y un gorro parecido al que debía usar Papa Noel. Cargaba una cesta llena de ranas de chocolate, Grageas de Todos los Sabores de Bertie Bott y bolsas de papitas; todo para obsequiar a las personas que se encontrasen en los negocios del Callejón Diagón.

 

―¿Dónde se habrá metido Dwarf? ―se preguntó Laia en voz alta, mientras se acomodaba los guantes e ingresaba al local llamado "Ollivander's".

 

Nadie se percató de su presencia todavía, así que Laia simplemente comenzó a caminar por los pasillos, esperando a que alguien notara su presencia para poder obsequiarle un par de dulces.

Editado 22 de Diciembre del 2012 por Madeleine Rambaldi G.

[Paú Gryffindor]

Dwarf ~ Elfo de Battrek Fly

 

Y ¡pafff! Dwarf apareció arrastrando la caja que tanto trabajo le costaba traer por todas partes. ¿Qué diablos ocurría? Aún faltaban aproximadamente tres días para que la Navidad comenzara y a decir verdad, sus jefas de último momento los habían puesto a entregar regalos. Las conocía y sabía que todo lo dejaban para el final, pero eso ya era demasiado... pues apenas con sus pequeñas piernas podían moverse de un lado a otro y con la prisa, intentaban no tropezarse; al menos él lo intentaba.

 

―Ya he llegado, Laia― le dijo, mientras se tiraba encima de la caja de cartón―. La señorita Paula me ha enviado por la caja que dejó en su habitación... he tenido que ir corriendo pues no se me ocurría otra forma de viajar. Después recordé que podíamos aparecer y desaparecer, pero ya era tarde.

 

¿Cómo había sido que se le olvidó que podía aparecerse? Quizá y estaba teniendo aquella enfermedad de pérdida de memoria que les daba a los magos y brujas, incluso a los muggles. No recordaba siquiera el nombre de aquello, ¿debía preocuparse?

 

―En fin, he llegado. Dejaré un regalo en el mostrador para la señorita Ariane Dumbledore, que creo que es la dueña del negocio. Tu deja uno extra donde quieras.

 

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