Tienda P.B. de Material Escolar (MM B: 96638)

[Matt Blackner]

- Los libros salen a un galeón cada uno, o por lo menos eso decía en el albarán. - contesté a Heliké.

 

De pronto se acordó de algo más, una pluma de águila real con la que poder firmar las invitaciones de boda. Iba a responder cuando la joven Gryffindor entró, toda de violeta para hablar con Sagitas. En cuanto sentí el gruñido de Heliké salí de detrás del mostrador, notándome colorado porque se le había ocurrido decir qeu era pareja mia...

 

en lo último en qeu yo caía era en gustarle a nadie, asi que no entendía que necesitara dejarle eso en claro.

 

- Heli, anda, vamos a ver qeu pluma te gusta más. - le dije, riendo levemente mientras me la llevaba.

 

Subimos hasta la primera planta y la llevé a la zona de plumas y tinta. Alli teníamos plumas de muchos tipos, para niños qeu aprendían a escribir, fáciles de usar para zurdos, de todo tipo de aves y colores distintos, negras, blancas, multicolores, vuelaplumas...demás teníamos también los tinteros, para facilitar la búsqueda, ya qeu normalmente buscaban tinta y plumas a la vez.

 

- Cual prefieres? te puedo ayudar a encontrarla.

[Sagitas E. Potter Blue]

Heliké y yo teníamos al menos la misma idea común sobre quien era la mejor posible profesora de Herbología, nuestra familiar Reena ( mi sobrina y su... hem... ¿tía?, bueno, familiar). Sin embargo, pareció querer añadir algo que no dijo como si supiera que me fuera a rebotar con ese comentario. Fuera lo que fuera, y siendo la Universidad el tema de conversación, esperaba que no fuera sobre mi asignatura de Estudios Muggles, era mejor que se hubiera callado, porque en realidad, yo estaba a la que saltaba y tenía ganas de contestar con algún exabrupto. Tal vez tuviera anemia o necesitara ración doble de una hamburguesa con queso, algo que no me daba Harpo porque decía que tenía que ponerme a régimen desde que no hacía gimnasia en el Circo.

 

-- ¿Cartas Bomba? Tengo yo unas pociones explosivas que....

 

Calla, Sagitas, no empieces ninguna pelea... Miré a Matt y le sonreí, para que me envolviera mi libro y me dijera lo que le debía, antes de que le estampara el volumen en la cabeza de su novia.

 

-- ¿Nietos...? Brrr.... -- gruñido ronco. Hay pocas cosas que aguanto. La palabra "nietos" es una, y su meterse con los muggles sólo fue una excusa para moverme hacia ella con una ceja levantada y con la mandíbula bien tensa. -- Mira, niñata. Hay tantos muggles indeseables como brujos y hechiceras indeseables.

 

Mi mirada fue directa a la suya; si se daba por aludida, que le doliera. Sea como fuere, la disputa no empezó porque, ¡gracias a Merlín!, una cara conocida se acercó a mi. No me había dado cuenta que había entrado mi amiga @ a quien hacia tiempo que no veía.

 

-- ¡Lunaaaa! -- nunca me había gustado llamarla Lunática porque me parecía que muchos lo utilizaban como insulto. -- ¡Qué placer verte por la tienda!

 

La abracé, abrazar a la gente que se estima debería ser lo primero que haces para demostrarlo. Había mucha frialdad en el mundo y ahora que las cosas parecían ir mal en el pueblo, con eso de las peleas entre bandos, quería creer que era cuando más debíamos demostrar a la gente que la queríamos, por si al día siguiente... pues eso... desaparecías.

 

-- ¿Un Dálmata? ¡Ay, qué lindo! Amo esos perritos. Pero ahora el negocio es de mi hijo Matt, supongo que sí tenemos, pero ya llevo desde febrero fuera de aquí. Ya sabes, las reformas ministeriales me hicieron deshacerme de negocios, menos mal que mi familia se los quedó, para no tener que cerrarlos...

 

Suspiré y le eché una mirada de "malaje" a mi sobrina, pues se había presentado como novia de Matt.

 

-- ¡No hace falta que los chismees a bombo y platillo, sobrinita! -- le comenté, con lengua viperina. -- Anda, Luna, deja que yo te ayude en los que necesites porque esos dos tórtolos están con el tema de la boda.... ¿Qué tal está tu padre? Vi hace poco a Elvis y lo algo más delgado. Creo que los deberes ministeriales le exigen demasiado... Bueno, dime, ¿de qué edad quieres al perrito Dálmata?

 

 

 

OFF: Lunática, perdona, me lamento mucho por no contestarte. Mi grupo ya sabe que tengo problemas serios muggleosos que me han impedido entrar en el foro como antes desde finales de julio. No es que te haya obviado sino que... a veces, sencillamente la vida muggle es más absorbente en algunos momentos y no podemos dejarlo de lado. Espero que no te hayas enfadado conmigo.)

[Helike R V PB]

Había escuchado la contestación de Sagitas en cuánto me giré y Matt me llevó hasta la zona en dónde estaban las plumas. No pude evitar sonreír burlonamente, la verdad. Conseguí enfadar a mi tía y por momentos lo echaba de menos.

 

- Vaya, es barato los libros - me encogí de hombros - yo los pondría mucho más caros - reí un poco de lado.

 

<< a siete galeones, por ejemplo. Por eso de sacar beneficio...

 

- Eh, sí vamos - asentí con la cabeza. No quería poner a mi pareja colorada, pero no había podido evitarlo. Fue un impulso.

 

Me llevó hasta dónde estaban las cosas y la verdad me sorprendió la variedad que había. Tenían de todo tipo.

 

- Pues... pues... - mis ojos iban observando a cada cuál más bonita. Hasta una que me llamó poderosamente la atención.

 

- Ya sé que te había pedido una pluma de águila... pero ésta me gusta - comenté, señalando una pluma que era completamente negra pero que en su zona superior en dónde terminaba en punta era de un color rojo chillón. Además fui a la zona de las tintas. Encontré una con un bote bonito, de plata y con tinta cambiante...

 

- ¿Ésta qué precio tiene? ¿Tiene el encantamiento para buscar la pluma? Porque la verdad sería bastante útil. No me importaría pagar un poco más del valor que tiene - dije con una sonrisa.

[Luna Gryffindor Delacour]

Observé a Helineke algo asombrada, aunque para asombro de todo el mundo le sonreí amablemente y negué con la cabeza divertida, no me había molestado en lo absoluto y dicho sea de paso estaba seguro que yo también sacaría las uñas con mi caballero de brillante armadura... bueno en caso que lo tuviera claro, justo cuando estaba por responderle o por retirarme ya que no me parecía bien quedarme, Sagitas apareció haciendo que suspirara tranquilizadoramente, ciertamente no quería pelearme con ella y no deseaba hacerlo por nada del mundo, solo quería mi perrito nada más e irme lo más rápido posible.

 

- No te preocupes, Helineke, nunca se me ocurriría mirarlo, primero que no es mi tipo y segundo que no me van los casados, prefiero a los solteros, así que no tienes de que preocuparte, por cierto soy Lunita Gryffindor y muy orgullosa de serlo por cierto ¿tienes algún problema con eso? - Le comenté sería como nunca había estado en mi vida -

 

¿Yo fijándome en Matt? lo observé por un minuto y negué con la cabeza de nuevo, no, definitivamente el chico no era mi tipo y si lo fuera tampoco me fijaría en él, los casados estaban prohibidos y yo jamás lastimaría a nadie y nunca se me ocurriría algo como aquello, así que toda esa situación me resultaba del todo cómica y hasta risible, era extraño que no me enfadara pero ciertamente en aquellos momentos solo quería mi animalito y irme de allí.

 

- Sagis, madre mía, dios es que yo estaba... Helineke.... no importa, te extrañé hacía mucho que no venía - Le comenté sonriendole amablemente y correspondiendole alegré el abrazo -

 

Su abrazo me reconfortó como siempre, hacía mucho que no recibía un abrazo como no fuera de mi papá Elvis o de mi mamá Annick, así que me hizo sentir en casa y feliz, solía pensar que abrazar a las personas que quieres era importante, no solo para demostrarles cuanto los querías si no para decirles, "yo estaré contigo cuando me necesites" Saguis, nunca lo sabría pero con aquel abrazo me demostró que podría contar con ella cuando más la necesitara y eso hizo que me sintiera en casa.

 

- Un dalmata, siempre me gustaron los dalmatas quiero uno pequeñito aunque luego crezca mucho, uno al que poder cuidar desde cachorro, ¿reformas ministeriales? ¿también tocaban los negocios? Por las barbas de merlín, no lo sabía creí que solo era para el ministerio en donde por cierto estoy trabajando en la oficina de aurores, menos mal que ellos se lo quedaron lamentaría mucho que lo cerraras, Saguis - Expresé alegre y feliz como era habitual en mí -

 

- Pues mi papá siempre se dedicó demasiado al ministerio pero también saca tiempo para la familia y pues si yo también lo vi así pero él esta bien e inclusive lo vi para el desayuno, esta mañana antes de que mi elfo Requiel, me trajera las galletas de chocolate y nos fuéramos al ministerio a si, yo estoy trabajando en su planta ¿podes creerlo? ni sabía que iba a trabajar con él, en el Cuartel de Aurores - Le comenté sonriendole alegremente -

 

@

[Matt Blackner]

Menos mal qeu Heliké consintió en venir conmigo, asi podríamos buscar la pluma que quería para las invitaciones de la boda y Sagitas mientras podría hablar con la joven que parecía ser amiga suya.

 

- No pongo los precios para sangrar a la gente. Saco algún beneficio y asi todos pueden conseguir lo qeu necesitan...no necesito los galeones de todos modos. - dije, encogiéndome de hombros.

 

La dejé echar un vistazo mientras abajo mi madre hablaba con la joven. Al parecer buscaba un dálmata. los cachorros estaban en la parte de más arriba, donde podían corretear al aire libre en un pqueño corral que les había montado. Cuando bajara le diría donde encontrarlos.

 

- Vaya....es una pluma genial. - dije, observándola con atención. - - Pues serían unos 10 galeones en total - dije, tras revisar el precio del tintero y la pluma.- Quieres algo más para la boda? - pregunté

[Helike R V PB]

Por supuesto había escuchado a la chica antes de subir a la zona de las plumas, pero la había ignorado de todas maneras. Me gustaba hacer rabiar en la medida de lo posible. Si conseguía hacerlo con Sagitas con la chica que había entrado no iba a ser menos.

 

Miré lo que tenía en esos momentos en las manos, el libro de pociones, la balanza de plata y el saquito de pociones. Tendría que usar una bolsa bastante grande para llevar las cosas a casa.

 

- Bueno, es tu negocio - respondí con una sonrisa - aunque la verdad así es mejor - lo había pensado y si lo reconsideraba hasta podía ganar más clientes.

 

- Al menos aunque no necesites galeones, no tienes que pedirle a tu madre - dije, riéndome un poco.

 

- Entiendo - pensé un poco más...

 

- mer... pergaminos. Para las invitaciones - aclaré- y no sé a cuántos invitados llevaremos - suspiré- hay que pensar en muchas cosas...

 

<< mira, no creo que pueda llevar todo ésto ahora mismo - comenté, riendo - espero que alguno de los elfos puedan llevarlo todo a casa. Tú hazme la cuenta y te pago ahora - dije, alzando las cejas con una sonrisa.

[Matt Blackner]

Acabé echándome a reir al ver su expresión. Primero la pluma, luego la tinta...y ahora de repente se acordaba de los pergaminos. Cogí los materiales que tenía en las manos y la besé un momento, animado.

 

- Anda, te llevaré a la zona de los pergaminos para que elijas el que quieras...y no te preocupes, yo mismo puedo llevarlo a casa más tarde. - sugerí, mientras le decía que me acompañara. En este caso, íbamos hacia el lado contrario, en busca de los pergaminos, materiales distintos, colores, formas y tamaños de nuevo, incluso con distintos fines, impermeables para prevenir qeu lo escrito desapareciera una vez se utilizara, especiales para pintar o fotografías mágicas...

 

- Ten cuidado...a lo mejor no tienes bastantes galeones y tenemos qeu buscar un método de pago. - bromeé, pue slos precios de la tienda eran bastante asequibles.

[Helike R V PB]

- Cómo quieras pero la verdad, no quiero hacerte cargar con todo - comenté preocupada.

- En fin, ya buscaremos la forma de pago que más nos convenga - dije alzando las ceja, picarona.

Me dejé guiar por él y llegamos hasta dónde estaban los utensilios para escribir... Escogí unas veinte hojas de pergamino impermeable no sabía si me saldrían caras pero sería necesarias sobre todo, si iba a usar mi lechuza, y que durante el vuelo lloviese que lo escrito no se emborronase. Había que entregar el mensaje como era debido, por supuesto.

- Bueno, creo que ya es más que suficiente - le sonreí.

<< La verdad no sé ni lo que te debo, así que, hazme la cuenta y si me falta algo pues en casa, ya hablamos - y tras decir ésto, le lancé una mirada enigmática y un tanto traviesa.

[Matt Blackner]

Abrí la puerta del negocio, un nuevo día comenzaba y debía asegurarme de que todo estaba listo para la apertura diaria.

 

Aun recordaba bien la visita de Heliké, se había llevado todo un arsenal, no solo de materiales para pociones sino también de pluma, tinta y pergaminos impermeables para preparar las invitaciones de la boda. Cada vez qeu lo pensaba sentía un pellizco en el estómago por un montón de sensaciones distintas que ni siquiera sabía explicar.

 

Además, aun me reía al recordar como había llevado las cosas yo mismo a casa, acordando también un método de pago muy adecuado para los dos.

 

Pero tenía que salir de mi ensimismamiento, asi que revisé la trastienda, dándome cuenta al momento de que iba a tener qeu reponer un montón de cosas aquel día. Asi que al fin, solté el seguro de las puertas usando mi varita y me preparé para el nuevo día. Ojalá fuera movido para asi tener algo entretenido que hacer durante el día, pensaba yo mientras comenzaba a organizarme con las cosas que debía colocar.

[Helike R V PB]

Mansión Rambaldi:

 

Después de colocar todo en orden tras la compra que había realizado me di un baño largo. Necesitaba relajarme después de tantas compras y las que me quedaba por hacer con la nueva reapertura del Magic Mall.

 

Cuando ya estaba más relajada me salí, sequé y vestí normalmente; botas de piel de dragón, tejanos, camiseta y una cazadora de cuero. Puse la varita en mi mano derecha, mis pertenencias en los bolsillos y me desaparecí para hacerlo en el callejón Diagón.

 

Tienda Pb:

 

Me aparecí a unos cuántos metros del negocio que llevaba mi pareja. Su fuerte aroma me indicaba que no hacía mucho tiempo que había estado ahí. Con una sonrisa en la cara, abrí la puerta y entré.

 

- ¡Hola! ¿Hay alguien en casa? - pregunte, esperando respuesta. Sabía que no tardaría mucho en responder.