✿.｡.:*El refugio Mágico*.:｡✿* (MM B: 102601)

[Gomita Haughton Westrong]

Mikael


― Como que recuerdo esa película sí, pero para serte sincero no contiene flores precisamente.

Respondí sonriendo débilmente mientras me acercaba al mostrador y descolgaba el estuche de mi hombro. Aquella arma que hacía tanto que no salía de su escondite, estaba a punto de ser usada una vez más. Y qué mejor que en un lugar alejado de todo el bullicio de Ottery, ya que realmente no era para "hacer limpieza", el motivo que me llevaba a utilizarla, sino simplemente practicar un poco para mantener mi habilidad. Varias ideas pasaban por mi mente cuando de pronto sentí la mano de Madeleine tomando la mía y le miré con extrañeza.

― Interesante, lástima que las fiestas no sean de mi agrado.

Mencioné al observar un cartel que acababa de ser llevado por una lechuza. No dije más luego de que mi mente divagara en ciertos detalles con respecto a lo que estaba pasando, los cuales preferí no mantener en mi consciencia.

― Me gustan los paseos...

Mencioné con gesto interrogante y, sin negarme a ser conducido por mi amiga, tomé el estuche nuevamente y salí con ella al jardín frontal mientras me preguntaba qué idea tenía la joven al salir así de su local. Era una extraña sensación aquella pero no me molestó sino al contrario, sin embargo decidí no decir una sola palabra y seguí sus pasos hasta encontrarme de nuevo con el murmullo de las avecillas cantando en las ramas de los arboles y el sonido del viento agitando las mismas.

[Binny Evans]

Leidy Salvador

 

La bruja había llegado unas pocas horas antes a Ottery, conmovida por la historia de una de sus amigas. La cual había conocido entre los muggles, no recordaba cual era la dirección del castillo de Bínfeyd pero sabía que en cualquier momento se encontraría de una manera u otra, más si podía encontrar una lechuza en los alrededores que le ayudara con eso.

 

El refugio lucía cómodo y he irradiaba seguridad en todos sus rincones, además que la decoración era agradable y hasta había comida para disfrutar mientras esperaba la forma de encontrar a Evans. Por lo tímida que era le costaba preguntar a cualquiera solo porque si alguna referencia de Evans sin embargo no era cobarde, por lo que la idea permaneció en ella para realizarla luego, por ahora solo quería descansar de su viaje.

 

Llevaba solo una mochila al hombro, una de colores anaranjados, cremas y morados que solo tenía un cinto porque el otro se había roto al andar jalándolo en medio de un juego de habilidades de fuerza (xD). En fin, su mochila solo tenía un cinto y aun esperaba poder encontrar hilo y aguja para repararlo ella misma, porque le encantaba hacer las cosas por ella mismo y no utilizar tanto la magia.

[Ellie Moody]

A decir verdad, ya no estaba segura de por qué había sacado al joven al jardín. Sus ojos buscaron entre las flores y los rústicos adornos de madera un motivo que no pareciera una farsa, aunque no tuvo mucha suerte con eso. Siempre había sido mala improvisando. Entonces vio su roja bicicleta contrastando con las blancas paredes del Refugio y rápidamente ideó algo que, aunque podía ser rechazado, sería una buena excusa.

 

―No tiene pinta de ser fiesta ―dijo Madeleine, honestamente, al recordar el panfleto―. Parece algo así como un concierto o qué se yo... ―al recordar que la invitación mencionaba La Madriguera, no pudo evitar preguntarse si Mikael conocería ese lugar― ¿Alguna vez has ido a ese lugar? No a una fiesta; te he visto en más de una. Me refiero a La Madriguera ―susurró, sin saber qué esperar. A pesar de lo que pudiese responderle, podía estar segura de algo: él no debía saber que se trataba del lugar de reunión de la Orden del Fénix. Y no podría saberlo nunca.

 

Soltó a Mikael y se agachó para recoger su bicicleta. No se montó en ella, pero la mantuvo a su lado.

 

―Oh, vamos a darte un paseo por el Callejón ―anunció Maddie, encogiéndose de hombros― a ver si eso logra que me digas exactamente que traes en ese estuche... ¿o no se puede?

[Ania Evans Weasley]

Seguí mi camino, pensaba ir al lago, pero antes decidí enviar una lechuza a casa para informar que estaba en el refugio mágico, mientras caminaba e iba a la puerta principal del refugio, saqué un pedazo de pergamino de mis bolsillos y un bolígrafo, había rescatado de mis pertenencias muggles cuando vine al mundo mágico, escribí unas líneas y llegué a la salida, una ves fuera del refugio, pensé en la manera de enviar la lechuza, no tuve que hacerlo por mucho tiempo, Timoteo apareció de la nada, hecho que me asustó de sobremanera.

 

-Timo! me asustaste, por favor no lo vuelvas a hacer-dije con la voz entrecortada.

 

-Timo supo que lo necesitaban y no dudo en acudir-el elfo se quedó mirándome por unos segundos-señorita Ania, se siente bien? si quiere puedo llevarla a casa, eso es lo que quería?

 

-No Timo, gracias, lo que quiero es que vayas al castillo y avises a tía Soa que me encuentro bien, que no se preocupe, y si logras hablar con mi madre sera mucho mejor, puedes?

 

-La señora Pandora no se encuentra aún en el castillo, pero su recado le llegará a la señora Soamyli.

 

-Ok, gracias Timo-agradecí a mi amigo cuando me sorprendió una voz muy familiar, que al igual que yo estaba anonadada. Era Irina, una vieja amiga.

 

-Irina? hola, si, si se, Timo, recoge por favor sus cosas y llévalas adentro del refugio-dije mirando a Timo, luego me volví a Irina.

 

-Si, no me siento muy bien pero ahí la llevo, caminemos, deja que Timo lleve tus cosas, es un buen amigo y muy confiable, no te preocupes-le dije mientras la instaba a caminar conmigo, la guié hasta la puerta del refugio, Timo, ya había vuelto a salir.

 

-Alguna otra cosa señorita?-dijo el elfo.

 

-No Timo, gracias, haz lo que te encargué por favor...-dije mirándolo a los grandes ojos marrones.

 

-Claro señorita, no se preocupe.-dijo el elfo al desaparecerse con su peculiar chasquido de dedo.

 

Me volví a mi amiga y seguimos platicando.

 

-Bien, este es el refugio mágico, aquí estoy desde hace unos días, entremos, hay un lago que quiero enseñarte, de hecho iba para allá, vamos...-dije poniendo mis manos en los bolsillos y con la mirada gacha caminé hacía el gran patio, por así decirlo, del refugio mágico.

[Paú Gryffindor]

El sol se encontraba en su máximo punto, trayendo al callejón Diagón un calor sofocante que le resultaba imposible de soportar. Los últimos días había querido visitar el refugio mágico, un negocio que su hermana Madeleine había abierto en compañía de otras mujeres del bando. Ella le había comentado de lo que trataba el lugar y Paula esperaba pasar unos días ahí viviendo, intentando alejarse de cualquier cosa que pudiese suceder a su alrededor.

— ¿Hay alguien aquí?— preguntó la castaña mientras se desliza por la puerta del lugar—. Tengo un poco de hambre, soy una vagabunda intentando tener un techo por al menos un par de días.

Soltó una carcajada que hizo delatarla. Esperaba encontrarse allí dentro con Maddie o su tía Laine, a quien no había visto en los últimos meses. Continuó caminando por el lugar buscando alguna habitación que le resultara interesante, o al menos algo que pudiese tener alcohol. Ninguna de ellas lo tenía. Se quitó la blusa y la lanzó a la basura —porque hacía mucho calor— y quedó en brassiere, mostrando aquel abdomen marcado.

— ¿Maddie? Quiero presumirte mis cuadritos— gritó.

¿Dónde se habían metido? Esperaba rápido dar con alguna de ellas, pues el lugar era muy grande y le resultaba imposible descubrirlo sola. ¿A dónde tenía que ir? ¿Qué tenía que hacer? Esperaba que fuese gratis para ella por ser su hermana.


 

Editado 28 de Diciembre del 2021 por Sagitas
eliminación de una imagen de un concurso anterior.

[Ky.]

Kuzkah

 

Surcando el cielo de Ottery se encontraba una lechuza blanca propiedad de Venelope, la cual se había ofrecido a repartir las invitaciones a un evento que iban a realizar. La niña tratando de que el trabajo se redujera y mientras ella saboreaba una manzana de caramelo, envió a su fiel Lechuza a repartir la invitación. Agregando una nota que indicaba a que se debía aquella invitación.

 

http://i.imgur.com/0TCou.png

Queridas Made, Lai y Kass:

Wonderland las invita a pasar una tarde muy divertida en los terrenos de la Academia,

esperamos contar con su presencia. Vengan preparadas a pasar el mejor día de su vida.

Más datos en la invitación.

at. Venelope Westrong

Tras amarrar la nota ala pata de su lechuza esta voló al primer negocio al cual la habían encomendado, al llegar al refugio mágico descendió en picada dejando sobre el mostrador del lugar la invitación y la nota, saliendo de ahí por el mismo lugar donde entro buscando encontrarse con su dueña.

[Helene Eloise Bellerose]

Martha Jhonson - Asesina prófuga de la justicia

 

Illinois, USA.

 

Había estado huyendo todo aquel espantoso día. Su trabajo no era sencillo en lo absoluto, más con la cooperación de su socia el crimen había salido exitoso. Envuelta en una gabardina negra, la rubia trataba de ocultar su identidad. El sombrero negro que hacía juego con la gabardina, cubría su dorado y lacio cabello. La mirada agachada para que sus ojos azules no fuesen reconocibles, y que nadie se fijara en ella. En su mano derecha, lo más importante, un maletín que contenía la mitad del cuerpo descuartizado de su víctima de aquella noche. A su lado, Emily llevaba la maleta de mano con la siguiente mitad del descuartizado cuerpo. Ambas caminaban tratando de no llamar la atención, pues habían sentido la presencia de alguien que las había estado siguiendo todo el día. Con cautela, Martha miró a su compañera, y le manifestó apenas en un susurro.

 

— Vayámonos de aquí, esto no me da buena espina.

 

Con un desvanecimiento, ambas brujas desaparecieron llevándose consigo la evidencia del crimen que habían cometido unas horas antes.

 

El refugio mágico

 

Aterrizaron suavemente, podría verse el alba, al parecer estaba amaneciendo. Sujetó con más fuerza la maleta, y caminaron por varios minutos hasta dar con algo que parecía una hostería. Vestidas como estaban y con las maletas a la mano, nadie dudaría que se trataba de un par de forasteras en búsqueda de un refugio para pasar la noche. Se tranquilizó, y con un movimiento de cabeza, ingresó junto a Emily al dichoso local.

[Gomita Haughton Westrong]

"La sucesora de Dexter" - Agente secreto de la poli-CÍA (XD)

Illinois, USA.


Hacía tiempo que se estaban dando una serie de crímenes un tanto particulares alrededor de la ciudad, sin embargo, aquél había ocurrido de forma mucho más fuera de lo común que los anteriores. Mi jefe me había mandado llamar con la intención de que averiguara quién o quiénes habían sido los responsables de semejante acto y derivarlo a las autoridades, de esta forma recibiría su merecido castigo.


— El culpable es alguien muy escurridizo. Tienes que tener mucho cuidado.

— Sí jefe.

— Fueron muy pocas las pistas que ha dejado, además de los restos del cadáver por el que ha sido acusado.

— De acuerdo jefe, seré muy cuidadosa.

— Te pondré un compañero para que se apoyen.

— ¡¡¿Qué?!! Pero... ¿A quién?


Callejón Diagon

— Deja de hacer esa cara.

— Es que no es justo, ¿De todos los agentes posible tenían que ponerme justamente contigo?

— Ay por favor... ya acepta que no puedes estar sin mí.

— Ay calla presumido.

Me habían emparejado con otro chico con el que continuamente solía tener dificultades en la jefatura, cuando no era una cosa era otra, pero siempre había una razón de peso. Sin hacerle mucho caso luego de su comentario egocéntrico, me até mi cabello largo y ondulado en una colita de caballo para que no me molestara, mientras continuaba caminando frente a los negocios del callejón. Mi atuendo era claramente muggle: un pantalón vaquero, botas industriales y una blusita de manga corta entallada justo a mi medida.

— ¿Y bien? ¿A dónde sugieres que comencemos?

Me preguntó mi compañero mientras posaba sus ojos cafés oscuro en mí y yo sonreí. Realmente el chico no estaba nada mal, pero debido a que no me gustaba "inflamar egos", no se lo decía ni lo haría jamás. Su cabello medio corto, ondulado de color castaño se despeinaba un poco con el viento que hacía, pero no presté mucha atención. Pronto miré un lugar un tanto interesante a las orillas del resto de los locales, un tanto más privado y se me ocurrió la idea...

— ¿Qué te parece si empezamos por allá?

Mencioné señalando el Refugio Mágico y él asintió. Posteriormente yo miré atentamente al chico ataviado con sus ropas negras, las cuales le daban un aire bastante misterioso.

[Laimi Evans]

Emily Miller - Asesina profuga de la justicia

 

Mi familia habia llegado hace casi ya cincuenta años a Illinois, Estados Unidos, desde Escocia en busca de aquel estupido e iluso sueño americano que yo jamas encontre, llevaba una vida ligada al crimen, no por un error de la vida si no porque pensaba que la vida sin acción, riesgos o locuras no era vida; en ese momento me encontraba en compañia de mi socia Martha a quien habia conocido en un bar hace casi ya cinco años, a punto de abordar un avion de aerolineas clandetinas con destino a Londres, Inglaterra, mi vestimenta constaba que vestido negro de tercio pelo con zapatos a juego, mi cabello estaba teñido de un rojo casi carmesi puesto que mi cabello natural es de color zanahoria.

 

El Refugio Magico

 

Arraste la maleta de mano que llevaba un pequeño tramo de la entrada al recinto, todos ignoraban el contenido aunque yo y mi socia sabiamos lo que era puesto que ella llevaba una identica a la mia ambas contenian medio cuerpo sercenado de alguie quien mucha causa tenia para estar alli pero ese ya no era nuestro problema , el problema era , desacerse de el, sin dar cuenta de ella ni dejar rastro.

[Helene Eloise Bellerose]

Martha Jhonson - Asesina prófuga de la justicia

 

Martha apresuró el paso, con Emily siguiéndole los talones. Abrió la pequeña verja de la entrada, y sin pedir información ni permiso, se inmiscuyó dentro del local, sintiendo una sensación de abrigo y tranquilidad que invadió cada centímetro de su cuerpo. No había recepcionistas, más pudo divisar a un elfo dormitando sobre el escritorio donde supuso, debían hacerse los registros. "Mejor si nadie nos ve" pensó, y junto con Emily, haciendo el menor ruido posible, se dirigió a una de las puertas, que resultó curiosamente ser una habitación desocupada. Una vez llegadas ahí, cerró la puerta y tratando de no hacer ruido, depositó con cuidado la maleta que contenía el cuerpo descuartizado en la moqueta del piso que supuso sería de piedra. Se deshizo de su abrigo, y mirando a su socia, compuso una sonrisa triunfante.

 

—Lo hicimos. —Manifestó al tiempo que se desprendía del pesado abrigo negro, y se quitaba el sombrero a juego.

Editado 17 de Noviembre del 2012 por Kassandra S. Weasley B.L.