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Thomas E. Gryffindor

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Todo lo publicado por Thomas E. Gryffindor

  1. Aún traía consigo, en su mente, la despedida inesperada que le brindó a Bodrik con aquel eslogan sobre la Vulcanización; cuando Athena le sacó de sus pensamientos ensimismados a través de frases que denotaban el grado de sabiduría de la hechicera en relación al manejo de criaturas mágicas. -No siempre irse por el lado fácil es lo mejor, amiga. Créeme que yo soy partidario de tomar la ruta más complicada y llena de obstáculos. ¿Sabes el por qué? Pues... la respuesta es sencilla. Porque cuando logras conseguir la meta... se valoran aún más los sacrificios que realizaste para salir victorioso ¿No lo crees así? Y no te preocupes por el grifo y su mirada fea ¡JaJaJaJa! Conmigo también lo hace de vez en cuando- comentó Thomas, sintiendo el calor de la bella Rouvás que se mantenía escondida detrás de su vasta espalda tonificada. -Está bien... me haré cargo de la cuenta de San Mungo o de la clínica que desees visitar, eh. Tómalo como un cheque en garantía por tu gesto de osadía al enfrentar a mi hipogrifo como toda una paladín temeraria. No debería ser tan... "imposible"- agregó mientras la griega emergía desde las sombras con tal de hacerle frente a la criatura alada que la esperaba ansiosa de surcar los oscuros cielos británicos rumbo a la mansión Gryffindor. -Shhh... no le hables así. Solamente preséntale tus respetos. Es muy leal y tiene un sentido del honor que ni te imaginas, amiga. Para mí es un gran compañero... como todas mis criaturas, la verdad- susurraba el ebrio adolescente; observando la reverencia que la auror efectuó magníficamente a unos escasos metros de distancia del emplumado, el mismo que se irguió de su posición de reposo y fijó sus orbes anaranjados en la figura temblorosa de la hechicera. Pero, luego de batir un tanto las alas y desgastar con sus garras delanteras de águila el césped; finalmente el grifo se inclinó ante la visitante y lanzó un alarido simpático que cortó el clima de tensión en el patio trasero del taller mecánico del Granger. -Hola... Hola Stormswift. Te has portado como un buen chico con la dama aquí presente, eh... Te has ganado unos lechones cuando lleguemos a casa. Le diré a Tanis o a Rhaenya que te alimente con un par de esos del criadero- manifestó sonriendo el legilimago cuando acarició el lomo del animal fantástico algo indomable. -Ves que no te picoteó, querida Athena. Te faltó dar aviso al Ministerio del posible atentado suicida que te estaba obligando a realizar por mi... por mi evidente estado etílico ¿No? Pero bueno, ya hemos cumplido la primera parte de tu misión... Ahora es tiempo para que montes y vueles por los confines del firmamento. Es una bella noche despejada, no creo que el viaje sea muy tormentoso- declaró Elros, al mismo tiempo que desplegó un intento de mirada seductora que se perdió poco a poco ante la actitud borracha de un mozalbete ansioso por experimentar una travesía acompañado de una mujer hermosa; divina tentación hormonal para alguien que estaba absolutamente desinhibido por la cantidad de alcohol en su sangre. -Ya es hora, tengo sueño y merezco un descanso por toda la batahola de la inauguración. Ojalá Misty se pudra en el recibidor- finalizó, segundos previos a lanzarse a la aventura de subir al hipogrifo, el cual se agachó un poco para facilitarle el trabajo a su amo e invitada. -Toma bien las riendas... piensa que es un corcel, Athena. A la cuenta de tres partimos ¿De acuerdo?- le masculló al oído a la Rouvás mientras se aferraba a su cintura. -Uno, dos... Tres- exclamó en el mismísimo santiamén que le propinó una palmada en el trasero a Stormswift; incentivo que le motivó a pararse en sus dos patas traseras antes de emprender el vuelo con el aleteo característico del despegue. -A todo esto... ¡Feliz Cumpleaños, linda!- expresó en voz baja el inefable, en una exhalación tibia sobre el cuello de la fenixiana.
  2. ¡Hola! Buenas tardes Universidad °(^.^)° *se les tira encima a los directores* Ante la reciente subida de niveles, vengo por mi tercera habilidad... una muy divertida, eh. ¡Saludos a todos! Muchas gracias por su colaboración y paciencia Nick: Thomas E. Gryffindor ID: 113082 Habilidad: Animagia (Mono) Rango Social: Orden de la Cruz Dorada Nivel de Magia: XXV (25) Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Octubre 2011 Nº de conocimientos que se poseen: 9 Link a la Bóveda: Bóveda N°93543 Link a la Ficha: Ficha #93537
  3. -Claro... mi hipogrifo estará en el patio trasero del taller, espérame no más- expresó antes de volver a tomar un poco de aire que le permitiese seguir con la plática. -Tanis...- nombró con cierta dificultad, la misma que venía atormentándolo desde que el alcohol se le subió a la cabeza. -Señor Thomas, Tanis a sus órdenes- dijo el elfo doméstico de su padre, el cual se encontraba con Rhaenya ordenando el despelote que había quedado en el salón donde se había llevado a cabo el evento de la inauguración. -Ve a la mansión Gryffindor y trae a mi... a mi hipogrifo, por favor. Deseo sobrevolar los cielos con él esta noche. No estoy en condiciones de aparecer, por ningún motivo... Por favor, ve Tanis- solicitó el pelirrojo, al mismo tiempo que sacaba su brazo por encima de los hombros de la Rouvás, con el afán de demostrarle que ya estaba mejor. Craso error, pues el cuerpo del adolescente empezó a tambalearse hasta caer una vez más al piso del vestíbulo a los pies de Bodrik, en un acto tan vergonzoso y patético que provocó que algunas risas emergiesen de la nada, entre ellas la de Misty. -Esto... esto no es gracioso eh- masculló, poniéndose de pie con ayuda de un estante de roble antiguo que estaba en las cercanías del malogrado y borracho inefable. -Señor... Señor Thomas. Su hipogrifo ya está donde usted quería. El animal miró extraño a Tanis... Tanis pensaba que el emplumado lo aplastaría, pero Tanis es más inteligente que esa criatura, señor- comentaba el leal sirviente de Elvis, repitiendo las cosas cada cierto tramo temporal que culminaron por marear aún más al pobre fortachón de cabellos ondulados rebeldes. -Ya está, Tanis. Muchas gracias por tu colaboración... puedes seguir ordenando con Rhaenya- agradeció el vidente, tratando de sonreír entre tanto hecho desafortunado que había pasado hasta ese instante. -Bueno Boo... Nos estamos comunicando para hacerte entrega del presupuesto final y el detallado de la revisión técnica de tus motos voladoras. No creo que haya inconveniente alguno, así que pronto tendrás noticias de ellas. Ten fe que efectuaremos una labor pulcra y fina, sobretodo con los detalles. Somos muy perfeccionistas- pronunció el legilimago, no olvidando coger la mano derecha de la bruja para besar su dorso con caballerosidad y gentileza; innatas en él. -Bueno, Athena... Las damas primero ¿O no?- dijo Elros cuando efectuó una especie de reverencia mal hecha para dejar el camino libre a la griega, con el propósito de que ella se encaminase primero por el pasillo estrecho que comunicaba el recibidor de la Finnigan con el patio trasero donde estaba la criatura alada que los llevaría a la mansión Gryffindor. -Buenas noches o madrugadas a todos... Nos vemos en otra oportunidad y... Larga vida a la Vulcanización Mágica- clamó segundos previos a beber el último sorbo de un shot de tequila que estaba abandonado en una esquina del mesón de atención al cliente. Y fue así que el extrovertido muchacho llegó con la auror a un pequeño jardín donde estaba atado el hipogrifo a un mástil de madera enterrado en la tierra tal como una estaca. -Me imagino, Athena... que sabes lo que debes hacer en estos casos- advirtió con un guiño de su ojo izquierdo a su compañera de bando; dándole el pase a que ésta se enfrentara primero al noble animal mágico que le miraba fijamente con cara de "pocos amigos" al no reconocerla de antes en los dominios de los leones de Ottery y de los herederos de la Orden del Fénix.
  4. Elros, por algún extraño motivo, se había quedado en las proximidades de la pirámide del Ateneo luego de haber regresado de su prueba de vinculación con el aro de la habilidad de Videncia junto al Arcano Sajag. El chico no estaba absolutamente seguro, pero tenía un presentimiento raro sobre que algo muy importante acontecería en el mismo lugar donde demostró sus dones frente al portal mágico de runas rosáceas. <<Fue una jornada muy, pero muy agotadora. Realmente estos conocimientos te dejan exhausto y sin ganas de hacer nada más que... comer y dormir. Me daría una ducha con agua caliente y luego... a la cama>> cavilaba el Gryffindor, sonriendo de medio lado, mientras sus pies se encaminaron hacia la entrada del bosque de setos; pero cuando estaba at portas de pisar dicho terreno, el anillo de Legilimancia empezó a vibrar junto a un destello violeta que le demostró que su presagio estaba en lo cierto. Se trataba de una especie de llamado; aquel lazo que lo mantendría unido de por vida a la brasileña, era lo que le comenzó a incomodar de sobremanera... Debía indagar acerca del motivo y de la intencionalidad de la Pereira para estar buscándole así en un área que era de difícil acceso. <<¿Sabe que estoy aquí?>> se preguntó el pelirrojo, al mismo tiempo que se daba la media vuelta para retornar hacia las míticas murallas de la sala circular donde descansaba la serpiente y la estrella de cinco puntas. Cada vez que subía uno de los escalones de piedra; una punzada le clavaba en el alma, apretándole el pecho como si una sensación de peligro y angustia le atormentase incansablemente. <<¿Qué esta ocurriendo?>> fue el cuestionamiento que surgió en su consciencia cuando alcanzó a cruzar el umbral del Ouroboros en el instante preciso en que sus orbes esmeraldas se encontraron con los ojos inexpresivos de su antigua mentora... <<Lo sabía... eras tú, querida>> le transmitió mentalmente. -Rosália... ¿Me has llamado?- exclamó el mago, segundos previos a hallarse expectante frente a la esbelta figura exótica.
  5. Un nuevo aviso por parte del Concilio de Mercaderes se esparcía por toda la comunidad mágica acerca de nuevos stocks en criaturas que el joven pelirrojo no poseía dentro del conglomerado de bienes que ya estaban en su bóveda trastero de Gringotts. Aquel día se hallaba trabajando en su taller mecánico en la arteria principal del callejón Diagón, por lo que no dudó ni un segundo en dirigir sus pasos hasta las inmediaciones del Magic Mall con tal de cerciorarse de que la buena nueva era verdadera y no un simple rumor de pasillo. Al arribar al edificio comercial, se encaminó hasta la trastienda, con el propósito de ver el catálogo de Seres Mágicos por si alguno de ellos le interesaba para adquirir de inmediato antes que la batahola de magos y brujas acabaran con todas las unidades recién llegadas. -¡Buen día! Vengo por una compra. Espero que el formulario esté correcto- expresó el mago inefable, al mismo tiempo que le tendía el pergamino a la persona que le atendió por detrás del mostrador con bastante amabilidad; anhelando que los datos anotados estuvieran en orden para que la transacción lograra ser visada sin mayores inconvenientes. ID: 113082 Nick: Thomas E. Gryffindor Nivel Mágico: 22 Link a la Bóveda Trastero: Bóveda #107620 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda #93543 Fecha: 2016-07-15 Nombre del producto: Unicornio Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Criatura Catalogación: XXXX Puntos por unidad: 80 puntos Precio: 4000 G Precio total: 4000 G Total de Puntos: 80 puntos En caso de comprar una criatura, colocar el Rango Social del Comprador: Orden de la Cruz Dorada
  6. -¿De Heko y Enrick? Pues... nada. No sé nada de ellos... sólo escuché sus nombres en tu...- fue lo que le pudo responder el pelirrojo a Jessie, señalándose con el dedo índice derecho la sien del mismo lado; de modo que la muchacha quedase pensativa sobre la real y poderosa habilidad mental del cuestionado Gryffindor. Pero aquella pregunta no lo alarmaría ni tampoco deseaba darle más motivos a la ojigris para que siguiera odiándolo; por lo que el vidente se dedicó a bordear con la palma de la mano cada contorno de la mesa del comedor hasta que su matriarca alzó la voz en medio de ambos jóvenes inefables. -Es imposible no reconocerles, Sofía. He visto ese par de ojos desde que tengo uso de razón... o sea, no... O sea, me refiero a que desde que los conocí de lejos en su fiesta de cumpleaños en Disney, me es fácil saber cuál es cuál- expresó Thomas con un nudo evidente en la garganta tras estar a punto de "meter la pata" con aquello que ya sabía cómo diferenciar a los gemelos de la francesa. -Buenas noches, señoritos Granger. Es un placer verlos. Espero que disfruten la cena- agregó el ojiverde mientras revolvía, tranquilamente, los cabellos de Oscurus; el mismo que no dejaba de mirar extrañado a su hermano Mith desde su ubicación en el banquete nocturno. <<La manera de presentarse a comer, eh. Esta niña no sabe de modales. Pareciera que bajó de su pieza tal como salió de la ducha>> cavilaba el fenixiano, vislumbrando el atuendo "poco formal" de Jessie en medio de sus parientes; resaltando el tono turquesa de su blusa con tirantes que no paraba de resbalarse de un lado hacia el otro, ocasionando que la engreída tuviese que acomodarse de vez en cuando las cintas de su prenda de vestir superior mientras se deleitaban con toda la comida que los elfos habían preparado para ellos. Elros, en aquella ocasión, comió un poco de pasta italiana a la bolognesa con un poco de ensaladas y zumo de naranjas endulzado con miel de abeja; dejando para el poste una copa de helado de chocolate con almendras y salsa de manjar. -¿est****os, dices? Yo lo llamaría de otra forma, querida... Valientes. Cada uno con sus ideales de justicia y la manera correcta de manifestarlos. ¿No lo crees así? Sí, estoy consciente de todo... y el prejuicio que se creó entre la muchedumbre, pero ten por seguro que jamás pondré en peligro la integridad de mi familia... Te doy fe de eso- respondió el mago de orígenes futuristas, no olvidando orientar hacia su boca la última cucharada de helado que yacía en el diminuto recipiente de cristal refinado europeo. Fue así que, posterior a levantarse de su lugar y analizar de vista el refugio de la casa que la periodista de "El Profeta" les enseñó con responsabilidad, el alquimista apoyó su vasta espalda sobre la pared más cercana a la salida de la sala; clavando sus orbes esmeraldas en los ojos de Sofía cuando ésta se sentó cómodamente en uno de los divanes de aquella estancia. -Creo que ya he sido lo suficientemente claro, Sofía. Comprendo todos los puntos que has expuesto hoy sobre la mesa... y coincido contigo; excepto... en lo que dice relación con sobreproteger las perversidades de tu hija. Sé que la quieres... es lógico, pero no puedo ponerme una venda y creer que en su cabeza desquiciada no corroe la magia oscura. Lo único que puedo prometerte es que yo no voy a entregarla... nunca. Ahora también es parte de mi familia... pero si algún auror o personal del Ministerio la aprende por ser partidaria de "quien tú sabes", no haré nada para defenderla. Cada cual es responsable de sus actos... Es mayor de edad... ya no tiene el rastreador como nene de Hogwarts, pues... que se haga cargo de su lógica de pensamiento arcaico- contestó el Granger sin alterarse; deteniendo su discurso de moral y ética ante el aviso audible e inesperado sobre la llegada de un invitado a la mansión de los perdidos. -No se molesten... yo voy- exclamó antes de encausar su andar hacia el vestíbulo de la morada, abriendo enseguida la puerta de ingreso. -Buenas noches... joven. ¿Qué se le ofrece?- preguntó Thomas con actitud desafiante, examinando con la mirada al sujeto de vestuario azul (Vladimir Karkarov) que nunca antes había visto en su vida en las tierras mágicas de Ottery.
  7. La hora había transcurrido en un rápido suspiro dentro de la alcoba del patriarca Granger, quien abrió los ojos extrañado cuando Polo comenzó a susurrar su nombre suavemente con tal de no sobresaltarlo en medio de la siesta que Thomas había dormido luego del altercado con la Stabolito. -Señor Gryffindor... La ama Sofía me mandó a su habitación para avisarle que la cena está lista. Ella requiere de su presencia en el comedor... es importante que vaya, señor. No le gustará ver la cara de disgusto de madame Granger si no obedece a sus...- fue lo que pudo transmitir el elfo, ya que sus últimas palabras descolocaron al sereno inefable que hasta ese instante se había mostrado tranquilo y respetuoso. -Polo... silencio, por amor a Merlín. Aquí nadie me viene a dar órdenes, querido... pero puedes decirle a tu ama que estaré donde ella quiere que esté... sólo que me espere un momento; a no ser que ella quiera ir al baño por mí- respondió el pelirrojo, fijando sus orbes verdes en los inexpresivos ojos del sirviente de orejas puntiagudas; el mismo que, tras sonreír complacido, chasqueó sus dedos y desapareció del lecho solitario del adolescente. <<Tendré que hablar con Sofía. No me agrada que su elfo entre así como así en mi alcoba... Un poco de privacidad no le viene mal a nadie. Podría pillarme en "malos actos impuros y pecaminosos"... y eso no sería bien visto>> caviló Elros, mientras se ponía de pie con tal de estirar el cobertor níveo con el cual se había tapado para no enfriarse durante su estadía en los brazos de Morfeo. Luego de ir al tocador para orinar, mojar su rostro con abundante agua, y peinar algo sus revueltos cabellos rojizos; el vidente optó por orientar sus pasos hasta las instalaciones del comedor en donde Sofía lo debía estar esperando junto a sus hijos. Desconocía si Luna y Arabella se habían quedado para la cena, pero de lo que sí estaba completamente seguro era de que tendría que ver a Jessie una vez más en su propia morada; disfrutando cordialmente de una maravillosa comida como si no existiera problema entre ellos. -¡Vaya! Soy el primero en llegar, eh- expresó el fenixiano asombrado al contemplar todo lo que estaba sobre la mesa. Bandejas con diversas ensaladas, recipientes calientes tapados para no dejar escapar el calor de la comida del plato de fondo, cubiertos de plata fina, copas de cristal y bebestibles de todo tipo. También había pan, un altillo con aderezos y alcuzas de madera, y unos cuantos pocillos de loza europea blanca que combinaban con las albinas servilletas de género (ordenadas en forma de cisne) que yacían sobre la cubierta en cada puesto de los invitados a la cena. -¡Hola Sofía! ¿Y tus hijos? O sea... Mith y Oscurus ¿Ellos van a bajar a comer?- preguntó el alquimista del futuro cuando la figura rubia de la vampiresa cruzó el umbral de la estancia de convivencia familiar, esperando que ésta le dijese que la Stabolito no los acompañaría en aquella solemne reunión de los perdidos de Ottery.
  8. Thomas E. Gryffindor - Linterna Verde http://i.imgur.com/Vbylnkn.jpg Poco a poco nuevos personajes iban apareciendo por el salón oculto bajo las instalaciones de Hogwarts; varios disfraces que Thomas logró reconocer de inmediato por la originalidad de sus atuendos y poderes mágicos que se proyectaban a través del poderoso domo de confianza que los organizadores habían entablado para que los asistentes al evento tuviesen la oportunidad única de vivir como sus superhéroes favoritos. -¡Hola Binny! Buen traje has escogido eh... el Phoenix Blanco. Y bueno... yo aún no tomo nada; se los juro por las barbas de Merlín. Aunque tengo que reconocer que tengo bastante sed de una cerveza de mantequilla bien helada. ¿Están ofreciendo brebajes con alcohol pese a que puedan haber estudiantes de pregrado?- preguntó el vidente a la Evans, quien segundos antes bromeó con dicho asunto de los bebestibles. -¡Claro que está bien! No lo habría realizado si no hubiese estado seguro que Bel aterrizaría en condiciones favorables en la almohada gigante que confeccioné con ayuda del anillo de poder. En verdad... está todo genial. Se han pasado con la organización... y la banda musical ¡Ufff! De excelente gusto. ¡Felicitaciones Binny!- agregó sonriendo; al mismo tiempo que su mirada se clavaba en Deadpool (Darian), un anti-héroe que dejaba mucho que desear por las acciones violentas que se le atribuían en las revistas de cómics muggles. -No es la primera vez que asisto a una fiesta en Hogwarts, Bel... pero jamás había experimentado tamaña hazaña eh. Y lo de los reflejos es algo que viene de familia. Los Gryffindor somos muy buenos con el constante agudizar de nuestros sentidos- dijo a River Song, respirando tranquilamente antes de proseguir con la respuesta. -¿Pakami Gryffindor? Pues claro. Él es hijo de Arabella, mi madrina de bautizo y tía directa... por lo tanto Paji es mi primo. Hace mucho tiempo que no sabemos nada de él... suele acariciar a la soledad como a una amiga y confidente. ¿Tú has tenido noticias sobre su paradero?- le preguntó a la Evans McGonagall, segundos antes de oír dos disparos que le llamaron inmediatamente la atención, instando a que su cabeza girase en aquella dirección. <<Villanos... no podían faltar. Siempre queriendo resaltar entre todos>> caviló con cierto grado de indiferencia, mirando los disfraces de Joker (Ethan) y Harley Quinn (Kutsy) con una pizca de curiosidad, al querer saber de quiénes se trataban. -No te preocupes demasiado, Bel... todos podemos defendernos bien... como te pudiste dar cuenta, los poderes de nuestros trajes funcionan aquí adentro- manifestó sereno ante las malas intenciones que se hicieron notar en contra de Superman (Edward), volviendo a levitar con ayuda del anillo. -Te ves preciosa, Arya...- soltó en voz alta cuando la Mujer Maravilla rompió con aquel momento de tensión que se había formado tras las insinuaciones de la pareja de villanos; frase que provocó que las mejillas del legionario se sonrojasen de forma casi espontánea por aquel atrevimiento o halago, vaya a saber Merlín cómo se lo iría a tomar la Macnair. -¡Bel! Necesito hacerte una pregunta, linda. ¿Tú eres la directora del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, cierto? Es que hace unos días adquirí un dragón... un Ridgeback Noruego en Magic Mall para mi negocio en el Callejón Diagón. Me gustaría que pudieras ir con un grupo de tus empleados a mi taller mecánico para supervisar la llegada de "Chimuelo" ¿Podría contar con la colaboración de ustedes?- consultó Thomas; al mismo tiempo que materializaba un ramo de flores con su poder verde, con tal de tendérselo a Doctor Who en señal de cortesía y caballerosidad, esperando que la hechicera le respondiera afirmativamente ante la petición.
  9. -No me vengas a decir, Athena, que estás a favor de Misty... ¿O me equivoco amiga? Esa mujer lo único que quiere es comprobar mi negligencia comercial a la hora de saber llevar el negocio. Desde lo que pasó en el Atrio del Ministerio... con eso de la revelación de la Orden del Fénix... ella me mira extraño. Y bueno, es verdad que seguí ejerciendo mis labores como inefable del Departamento de Misterios y no entregué mi varita a los inquisidores... pero eso no me hace una mala persona ni un pésimo patrón ¿No es así Day?- exclamó el pelirrojo, observando a la distancia que su secretaria afirmaba con un gesto de cabeza cada una de las frases que el vidente manifestó delante de sus dos compañeras de bando. -¿Estás resfriada?- preguntó a continuación el legionario tras sentir toser a la Rouvás que seguía apegada a su esculpido cuerpo a través del agarre de cintura que Thomas le propinó sin su consentimiento; por lo que percibió cierto grado de incomodidad en la griega, la cual le incentivó a resguardar una distancia considerable con ella para que éste no entorpeciera su relación de amistad ante los efectos de unos cuantos vasos de alcohol que ya tenía en la sangre luego de la inauguración de la Vulcanización. -Y Bodrik... entiendo aquello que dices sobre cambiar una idea fija que forjas en tu cabeza. Esa obstinación es típica de muchos de nosotros... créeme que yo...- fue lo que alcanzó a decir el adolescente, justo antes que una nueva náusea aflorase en su organismo; deseo de vomitar que le silenció por casi un minuto antes de romper otra vez el silencio formado en el vestíbulo. -Eso... es muy complicado cambiar nuestro parecer eh, pero creo que finalmente debes guiarte por tus gustos. Lo del sello personal también es muy cierto. ¡Tómalo en consideración, querida!- concluyó, dejándose halagar por las últimas palabras de la sanadora, las cuales decían relación a su grado de experticia en el tema del diseño de las motos voladoras. -¡Vaya! Así que eres nieta del matrimonio Tonks-Lockhart... Conozco bien a tu abuelo, o mejor dicho a Ishaya... es un gran camarada. La última vez que le vi fue cuando usamos a mi fénix para salir del Atrio antes que los Warlocks tomaran represalia en nuestra contra. Estábamos un poco fastidiados por los "dimes y diretes" entre civiles y seguidores de la Luz de Dumbledore; por eso optamos por irnos antes de que la situación se escapase de nuestras manos- relató el legilimago. -Me parece una opción viable, señorita Bodrik. Tendré en cuenta los diseños sobre ambas libélulas para los transportes: violeta y verde. Los colores parecieran combinar a la perfección. De todas formas, le enviaré en un pergamino con los inconvenientes que surjan... de existir, obviamente- expresó sonriendo, en el mismo santiamén que orientó su andar (afirmándose en cuanto mueble encontró en su camino) hacia el mostrador en donde estaba trabajando la nigromante Finnigan, con el objetivo de archivar ambas ilustraciones de insectos que utilizaría en su proyecto. -Day... coloca un clip para agrupar los documentos de Bodrik. Pone todo eso en la carpeta del mes de Junio. Debemos comenzar con las entregas pasadas cuanto antes. Antoni Tonks es nuestro primer cliente. Si su pedido está listo... trata de comunicarte con él mediante lechuza ¿Está claro?- ordenó el muchacho borracho a la rubia, quien respondió afirmativamente sin decir nada. -Muy bien chicas, es hora de volver a casa... ¿Me llevas en mi hipogrifo, Athena?- consultó a la griega con ternura, tratando de poner los ojos más brillantes que el "Gato con Botas" de las historias infantiles muggles.
  10. @Badru ¡Buenas noches! Vengo por este tópico, no con intenciones de armar drama ni nada por el estilo xD ,pero creo que es necesario hacerlo y demostrar, de cierta forma, mi grado de disgusto y molestia personal con una situación en particular. Primero que nada, expreso mi incomodidad ante la ausencia notoria del guerrero Uzza durante toda la semana. Entiendo que todos tenemos situaciones en el mundo muggle, y que el (la) usuario (a) tiene derecho a disfrutar a su personaje dentro del foro, pero encuentro una falta de consideración con los alumnos que el tópico quede botado durante tantos días. Mi duelo con Mei Black Delacour debió ser cerrado hace una semana (aproximadamente), y por aquella circunstancia que mi compañera dejó plasmada en su post anterior a modo de "consulta", pensé que se había postergado mientras se esperaba la respuesta del Nefir, pero... como muchos notaron, Badru tardó casi una semana en responder a Mei (plazo más que fuera de tiempo). Ahora bien, en lo expuesto por Badru en el posteo que antecede al mío... no me quedó claro si la prueba concluyó o no. Me parece de mal gusto que pruebas que comenzaron mucho después que la nuestra, como es el caso del Libro de la Sangre y del Caos, ya tengan su candado respectivo; lo encuentro injusto. Y aprovecho de hablar también por el tópico de rol, donde Badru dejó esperando bastante tiempo a Ishaya... y no solamente él, sino que Bakari ya lleva una semana sin responder a Katara. Espero que solucionen pronto el tema de los tiempos, ya que igual causa molestia en los usuarios que programamos nuestros quehaceres. No se lo tomen como queja, sino como crítica constructiva. ¡Saludos cordiales!
  11. <<Nunca pensé que tendría que llevar a las ovejas al monte>> caviló el Gryffindor cuando sus ojos se posaron en, al menos, dos docenas de ovinos rumiantes que estaban encerrados tras un corral de madera; encaminando sus pies hacia dichas instalaciones con tal de soltarlas luego de haber cogido una larga vara y una correa de cuero bruno para poder arrearlas como era debido en aquellos tiempos. Las palabras de Sephora habían sido muy claras; él debía orientarlas a pastar por las desérticas lomas antes que se asomase el alba, o sino Jetró se encargaría de reprenderlo como lo hacía un buen padre con un hijo descarrilado. Pero, para sus adentros, el muchacho seguía pensando en todo lo predicho ante el futuro incierto de la gitana. Eran muchas coincidencias, y si su Ojo Interno estaba en lo cierto; su "hermana" tendría una vida feliz, pero sacrificada al lado del sujeto que no se aburría de aparecer en sus visiones y planteamientos deductivos. Fue así que, sin temor a sus propias conjeturas y juicios valóricos, Elros tomó las riendas de la situación y empezó a ascender por la colina montañosa hasta llegar a un sitio que le llamó bastante la atención. Ahí había una charca de agua algo estancada que conformaba un diminuto lago de apariencia cristalina que cautivó, inmediatamente, a los orbes expresivos del buen adolescente; quien, posterior a corroborar que los mamíferos estuvieran alimentándose en la paz de Merlín sin ningún riesgo evidente por parte de algún depredador, se quedó examinando con intriga la laguna natural que no mostraba indicios de estar contaminada ni sucia; es más, parecía estar purificada. Su reflejo se estampó en las aguas tal como si se estuviese mirando en un espejo, pero no era a Elros a quien veía; sino a Hobab, el cuerpo mortal que estaba conteniendo a su espíritu desde que abrió los ojos a aquella realidad que jamás había vivido ni tampoco recordado en lo más oculto de sus pensamientos. -¿Qué es lo que está sucediendo aquí? ¿Quieren mostrarme algo?- preguntó el Granger con convicción y en voz alta, dejando que la respuesta aflorara de la nada sobre el manto de aquel elemento noble; contestación que se manifestó a través de una serie de imágenes nítidas que se materializaron en el agua tal como si tuviese por delante una Bola de Cristal. El oráculo mágico comenzó enseñándole las mismas representaciones mentales que visionó en los sueños oníricos de la noche anterior en la carpa de Sephora; viendo al sujeto en compañía de cientos de hombres, que parecían ser esclavos por lo andrajoso de sus ropas, caminando por la arena del oasis de Egipto rumbo a las orillas de un enorme mar que los separaba de la libertad. También distinguió la ira del faraón y sus leales súbditos tras la muerte inesperada de sus hijos; cólera que cegó sus ojos y le incentivó a ir en búsqueda del hebreo para hacerle pagar por los crímenes que su Dios cometió. Y finalmente, el estanque le dio a conocer parte del futuro de Sephora; la cual se veía alegre junto a su pueblo y dos niños que parecían ser sus hijos, mismos infantes que se transformarían en su razón de vivir tras la partida del hombre que amaba hacia tierras de sufrimiento gobernadas por Ramsés. <<Es... es algo muy difícil de creer, pero si yo no soy capaz de confiar en mí... ¿Cómo voy a esperar que aquellos que me consultan lo hagan?>> se cuestionó apenas sacó su concentración de encima de dichas aguas, volviendo a atormentarse con todo lo que sabía que pasaría y que no podría detener; ya que podría cambiar de manera drástica la historia que todos conocían. Una terrible angustia brotó en el corazón del inefable; sentimiento que se intensificó con el cantar de una bandada de aves que sobrevolaron el firmamento que ya lucía majestuoso con los primeros rayos de sol. -Esto, esto que siento es un Augurio... Lo que vi, está a punto de ocurrir. Sephora... Debo ir por ella y contarle todo lo que he presagiado sobre su futuro- meditó con un sobresalto el fenixiano, al mismo tiempo que los músculos de sus piernas se tensionaron con el relámpago de adrenalina que encausó su brújula hacia aquel pozo donde la gitana iría a sacar agua en compañía de sus hermanas pequeñas. Mientras corría, sin importarle el rebaño que había dejado desolado a sus espaldas, un fuerte dolor de cabeza comenzó a punzarle la sien del lado derecho; sensación molesta que se sumó al vibrar de un anillo rosáceo que estaba en uno de sus dedos, en el instante preciso en que su don clarividente se manifestó una vez más. <<M... de monarca, quien dirige un reinado hacia la prosperidad. O... de omega, todo comienzo tiene su final. I... de inteligencia, la esencia del hombre que está dispuesto a enfrentar sus miedos para evolucionar. S... de suerte, la que necesitará para salir vivo ante la petición de su Dios. E... de Edén, el paraiso... la Tierra Prometida. Y S... de sonrisa, cuando todo el tormento haya cesado, vendrá el gozo ante la calma. M-O-I-S-E-S...>> canalizaba el legionario en el interior de su consciencia; hasta que pudo completar aquella palabra que tanto anhelaba, en el segundo más certero de su vida. -¡Moisés!- vociferó desde la altura de una enorme roca cuando su silueta arribó a las proximidades de donde se podía observar el pozo de agua donde estaba Sephora con sus hermanas, el tipo de sus visiones y un grupo reducido de tres desconocidos que se mofaban de las gitanas. Pero cuando sus orbes se fijaron con los de Moisés en un único canal de comunicación, el anillo desparramó una energía colosal que se convirtió en un resplandor dorado que encandiló todos los sentidos del pelirrojo; y una vez más, tras percibir que su alma se desprendía de aquel envoltorio humano prestado, Thomas sintió un congelado balde de agua fría que cayó sobre su cabeza cuando cruzó el Portal de regreso a la mitológica pirámide del Ateneo en donde se hallaba la serpiente. -"Un vidente tiene un gran poder en sus manos, la creencia de los que le consultan"- recitó el joven con una gratificante sonrisa dibujada en su pálido rostro entumecido, sensación de hielo que se reflejaba en el color morado de sus labios y en el constante temblor de su cuerpo. Molestias de hormigueo y torpeza en cada uno de los movimientos que efectuó el chico hasta llegar a la vasija con frutas, era lo que vería el Arcano en el santiamén que el Gryffindor retornó a la sala circular satisfecho por su logro. -Hermosa kurta para una ocasión tan especial como ésta, maestro Sajag- comentó el alquimista antes de masticar una manzana verde que anteriormente había cogido desde el recipiente del docente. -Fue una experiencia... ¿cómo se lo puedo decir? Ah... sensacional. He aprendido mucho de usted durante toda esta travesía, señor- agradeció con sinceridad el primogénito menor de los leones de Ottery, no sin olvidar acercarse hasta el hindú con tal de tomarle la mano derecha y cobijarla entre las suyas en señal de respeto y cordialidad. Thomas esperaba haber cumplido con las expectativas del amante de la música, y también deseaba que su compañera Lyra ya hubiese tenido el honor de pasar a ser una embajadora reconocida de aquel don que tanto le fascinaba. Por todo eso, el extrovertido estudiante se quedó a la espera de las palabras de Sajag, anhelando que éste le diera la aprobación.
  12. La Oniromancia, es otra de las facultades que un buen vidente llegaba a desarrollar con el paso del tiempo. Si bien era cierto que Thomas no era adepto al conocimiento que entregaban los sueños y las pesadillas, siempre consideró y tomó en cuenta cada uno de los avisos que se le presentaron a través de aquel don; y esta vez no fue la excepción. Tras un leve episodio de incomodidad en las almohadas de la tienda de Sephora, finalmente logró conciliar el abrazo de Morfeo, dándose por completo a la seguidilla de visiones que fueron aflorando en él como pez que nada contra la corriente. Lo primero que vislumbró el pelirrojo, luego de que su visión se despejase de dicha niebla blanquecina que le impedía contemplar las escenas con claridad, fue a un tipo. Sí, era el mismo hombre con apariencia egipcia que se acercaba hasta un pozo en medio del desierto. Estaba muy maltratado, sediento, sin fuerzas y con ansias de morir. Algo muy extraño le ocurría; era como si el sujeto no tuviera ganas de vivir, como si su actual caminar por este mundo hubiese sido una mentira y que nada de lo vivenciado fuera real. Se sentía decepcionado, solitario y sin un origen concreto de cómo fue que sus ojos se abrieron ante el universo. Luego la escena cambió rápidamente. Elros veía un gran templo egipcio. Adentro de éste, hablaba el faraón junto a sus sacerdotes. Comentaban algo acerca de las diez plagas que el Dios hebreo/israelita había prometido enviarles si él no liberaba a su pueblo. Un enorme mar de sangre, ranas, piojos, moscas, una terrible peste sobre el ganado, úlceras y sarpullido en las personas, granizos, langostas, tiniebla y oscuridad, y muerte. Posteriormente, Thomas observó una nueva imagen; esta vez desde un alto monte, donde el mismo hombre escribía sobre diez tablas de piedra pulida lo que parecían ser leyes o doctrinas que debía seguir la gente... y ahí, junto a él, se hallaba la abnegada Sephora. Pero la mujer no estaba sola, al contrario, se encontraba con muchas personas... un océano de seres humanos que caminaban y continuaban avanzando hacia lo que ellos llamaban: "La Tierra Prometida". Todo era confuso, no había una conexión entre todo lo materializado en su mente, salvo el número diez que se repetía una y otra vez en las representaciones oníricas del fenixiano. Fue en eso que, sin voluntad propia, Elros despertó. Aún era de noche y hacía bastante frío. Sephora dormía tranquilamente a sus pies, mientras que un grupo de muchachas de corta edad se abrazaban entorno a ella para darse calor. <<¿Por qué el número diez? ¿Qué querrá decirme?>> era lo que se preguntaba el Gryffindor, tratando de recordar el verdadero significado de su sueño. En las bases de la Numerología; el número diez es la unión de dos dígitos. Su conjunción hace referencia al cuerpo (uno) más "el todo o la nada" (cero); relacionándose con el poseedor de una gran fuerza, el coraje de un rey, y con la capacidad de visualizar sus objetivos, no existiendo nada en su trayecto que se le interponga. -No es posible... ¿Quién es este hombre que viene para acá? Se aproxima... cada vez está más cerca para cruzar su destino con el de este pueblo... Debo saberlo, por Sephora- se envalentonó el inefable, examinando con sus orbes esmeraldas todos los rincones de la carpa; hasta que pudo hallar lo que buscaba... un mazo de Tarot. http://i.imgur.com/cLFcjNb.jpghttp://i.imgur.com/UOHFGx2.jpg -Díganme... ¿Qué le depara el futuro a Sephora?- preguntó silenciosamente el muchacho, concentrándose en la carta que su mano derecha cogió; revelándola inmediatamente. Se trataba del As de Copas no invertido. La carta era clara; Sephora daría inicio a un evento emotivo... como el comienzo de una relación, una aventura o el nacimiento de un hijo. Tendría una conexión, espiritual y emocional, muy fuerte. Confiando en lo que dicta su corazón y siguiendo la intuición de sus sentimientos. -Pero... ¿qué pasa con este hombre? ¿Es él quien llegará a formar parte de la vida de Sephora?- consultó a continuación, escogiendo una nueva carta que fue reconocida por éste como el Caballero de Bastos. Por sí sola, aquella jugada representaba a una persona con actitud ganadora, "complejo de héroe y salvador", con deseos de libertad, y carácter impulsivo-apasionado. Pero eso no era lo que preocupó al legionario de la Orden del Fénix, sino que la combinación de ambas cartas le mostraba el triste futuro que le venía a la gitana. Se veía claramente un distanciamiento del hombre al que amaba; separación causada por las convicciones de éste y el compromiso que el tipo tenía con sus ideales marcados desde su nacimiento. Era como si el destino de ambos se hubiese cruzado para dejar semillas sobre la tierra y luego se alejarían para, cada cual, cumplir su misión en esta vida. <<Raro, muy extraño>> cavilaba el alquimista con ambas cartas sobre el piso, tratando de analizarlas más a fondo, pero no contaba con que la mujer se despertaría y le alzaría la voz. -¡Hobab! Hermano... ya es hora. Debes ir al monte a pasear a las ovejas y las cabras. Nuestro padre te regañará si no sales antes del alba. Abrígate bien... aún cae el rocío nocturno- pronunció la hija de Jetró, antes de darse la media vuelta con tal de seguir durmiendo junto a sus hermanas pequeñas. <<Pues... será>> bufó el Granger, al mismo tiempo que tomaba una manta de material muy pesado y se la colocaba sobre sus hombros; saliendo hacia el exterior de la tienda donde los cuerpos celestes aún estaban observando a los mortales desde el espacio. La Astrología era una forma muy complicada de la Videncia en sí, pero Thomas tampoco se quedaba atrás en tratar de interpretarla. Fue por eso que sus ojos se desviaron hacia el cielo estrellado, y tras ver que la luna estaba en su fase de cuarto menguante; supo que aquella época sería ideal para nuevos cambios, modificaciones que influirían en todas las decisiones de las personas que cayeran en su régimen, mismo legado que se combinaba con la entrada del sol en Cáncer. Aquel signo del zodiaco que representa a la "madre", era la señal indudable de que grandes hazañas se vendrían en la vida de quienes se vieran incitados durante dicho período de tiempo. -¿Dónde estarán esos animales?- se preguntó Thomas, tratando de borrar todas aquellas deducciones de su cabeza, con el objetivo de concentrarse en la tarea que se le fue asignada antes de que se asomara el astro rey de la vía láctea por las tierras desérticas del clan de Madián.
  13. -¿Hermano? ¿Te sucede algo? Por favor, Hobab... Dime algo más... ¿Qué pasará conmigo?- consultaba la chica con bastante hincapié acerca de su posible destino, repitiendo una y otra vez las mismas preguntas ante el Gryffindor que aún no comprendía lo que estaba sucediendo allí. -Sephora... El monte de Marte, bajo el círculo de la elocuencia de Mercurio... Aquí, mira... esta prominencia bajo tu dedo meñique... se ve muy bien abultada, querida. Eso demuestra tu coraje... la valentía con que sueles enfrentar tus problemas; y vaya que has tenido inconvenientes en tu vida, porque el monte del Sol a los pies de tu dedo anular, me deja entrever tu inteligencia y el modo en que planificas tu vida. Eres una mujer increíble... pero un amor muy difícil llegará a tu vida, cariño. Mira... por aquí. Se puede dibujar una estrella, sobretodo cercana a tu pulgar... eso indica cierta falta de estabilidad con tu pareja, pero sin embargo... ese amor dejará una huella imborrable en tu alma y en tu corazón- continuó diciendo el muchacho, el cual recitaba todo lo que leía en la palma derecha de la gitana, aunque sus pensamientos seguían estando en las visiones que brotaron en su consciencia de forma espontánea mientras estaba frente a la fémina. -En la base de tu pulgar, nace la línea de la familia, misma que muestra el apego que tienes con tu gente... tu pueblo, Sephora. Está muy bien definida y tiene una forma similar a una cadena que confluye hacia tu línea de la vida, indicando una serie de cambios que pasarán a lo largo de tu caminar por esta tierra. Tu futuro está sumergido en el gran esmero, la responsabilidad y la pasión con que afrontas tus quehaceres a diario... así lo leo en tu línea del destino, Sephora- concluyó el mago tras visualizar el último trazado que iniciaba encima de la muñeca y se extendía a lo vertical hacia la base del dedo medio. -Hobab... la forma en que me hablas, hermano. No sé cómo interpretarla... Hoy has estado muy extraño. De hecho tu mirada refleja incertidumbre... es como si no me conocieras... Soy yo, Sephora... ¿Estás bien? Realmente no sé qué te sucede, Hobab. Desde que subiste al monte a meditar por la mañana... ya no eres el mismo- manifestó la gitana mientras acariciaba las manos de Elros, entregándole su gratitud a través de aquella muestra de cariño y compañía. -¡Hey! ¡Sephora! ¡Hobab! ¡Hijos míos! Vengan acá... ¡Bailemos todos juntos antes que se acabe el fuego!- exclamó Jetró con una gran sonrisa oculta bajo la acrecentada barba nívea que cubría su rostro; llamando a ambos muchachos para que, nuevamente, se unieran a la celebración del clan. Fue así que el alquimista se puso de pie y, tomado de la mano de su "hermana", llegó hasta la ubicación del macizo patriarca; el mismo que los abrazó en un único apretón entre carcajadas que por poco les quitó el aliento. La noche era hermosa, la luna resplandecía en lo alto del firmamento estrellado mientras todos danzaban en un gran círculo alrededor de la pira; tomados de las manos y moviéndose en una ronda de un lado para el otro. Unos cantaban, otros simplemente reían, y habían algunos que estaban tan desconcentrados que su fisonomía reflejaba cierta incomodidad... como la de Thomas, la cual no pasó desapercibida ante la mirada dubitativa del sumo sacerdote y cabecilla de la comunidad, quien se acercó al mago sin dudar. -¿Qué es lo que te pasa, hijo mío? ¡Ven! Siéntate junto a tu padre... Hobab, sabes que puedes confiar en mí plenamente... así como yo me encomiendo a ti antes de realizar algún negocio con otros clanes y tribus, sin que el faraón se entere de que existimos en alguna parte de este inmenso desierto. Te conozco desde que tus ojos se abrieron a este mundo... Dime, hijo... ¿Pasa algo?- preguntó el viejo sabio al adolescente. -Sí... hay varias cosas que me incomodan. He tenido una visión mientras platicaba con Sephora. El heredero de Abraham, aquel que fue salvado desde las aguas del Nilo... vendrá hasta acá, Jetró. Vendrá en búsqueda de tu hija... y sembrará en tu pueblo dos semillas que germinarán con el tiempo- predijo el inefable mientras sus orbes ambarinos se tornaron opacos, tan oscuros que la pupila no se lograba diferenciar del resto del globo ocular. -¿De qué hablas Hobab? ¿Quién es ese sujeto? No logro comprenderte... ¿Esto que has visto nos va a traer problemas, hijo?- siguió conversando el mandamás de Madián, el cual sirvió dos tazas de té en un par de recipientes pequeños de marfil; tendiéndole uno al Granger. -Bebe, hijo... Te hará bien- recomendó el hombre mientras sus oídos seguían atentos a los designios del aspirante a vidente. -No sé quién es el tipo que veo en mis visiones... su rostro es muy acogedor. Por sus vestuarios diría que es egipcio, pero su cara entrega tanta paz como determinación. Sus rasgos son similares a los del pueblo hebreo; aquellos que están oprimidos bajo el yugo de Ramsés en Egipto- agregó, volviendo a recobrar la compostura. -Muy bien... entonces habrá que esperar, hijo. Sabes muy bien que tus visiones no siempre trazan el camino de la verdad y que el futuro se construye con acciones en esta tierra... Ahora bien, quiero que leas el fondo de mi taza y me digas cómo me irá mañana con los telares- pronunció Jetró tras eructar disimuladamente, para luego dejar que Thomas analizara sus hojas de té. La Tesomancia servía bastante para predecir eventos próximos a ocurrir en la vida de una persona, y así lo sabía el Gryffindor; por lo que no caviló en demostrar su don clarividente una vez más. -Una bellota, Jetró... Mañana tendrá un golpe de suerte. Su gente ganará mucho con el negocio que efectuará, ¿padre?... Así que vaya tranquilo... los telares serán bien valorados- fue lo que leyó "Hobab", sonriendo al ver la expresión de felicidad que se plasmó en el rey. -Padre... es hora de ir a la cama... es tarde. Mañana debo ir al pozo en búsqueda de agua- susurró Sephora al patriarca; el cual se puso de pie y, tras un aplauso sonoro, captó la atención de todos. -¡Vayan a sus carpas! La celebración ha culminado- vociferó estereofónico el hombre; decreto que Thomas también obedeció, acudiendo a una de las tantas tiendas (acompañado por Sephora) en donde se recostó y entrecerró sus ojos para viajar a la morada onírica de Morfeo... sitio subconsciente en donde Elros viviría otra aventura.
  14. -¡Vaya, Lyra! Pues éxito en la tuya también... Nos vemos pronto- contestó Thomas gentilmente a la Selwyn, sonriéndole de medio lado mientras ésta respondía con seguridad que sí deseaba tomar la prueba de Videncia y enfrentar el Portal; palabras que no solamente calaron dentro de la consciencia del adolescente, sino que también le motivaron a no flaquear en el último paso que debía realizar para salir victorioso con la gran adquisición de una nueva y poderosa habilidad mágica. -Me complace con vuestros halagos, maestro. Yo he dado todo lo que de mí ha dependido para salir tranquilo de las cuatro pruebas iniciales. No le mentiré... no fueron para nada fáciles, pero logré perseverar con ayuda de su música. Aquella melodía me calmó en los segundos más trágicos... cuando pensaba que no lo superaría; pero ahí estuvo usted y su serenidad. Muchas gracias, Arcano Sajag- expresó un cansado muchacho, acercándose hasta donde estaba su mentor, quien había dejado de tocar dicha flauta transversal alta originaria de la India con tal de dirigirle unas cuantas y necesarias frases a su aspirante. -Es una manifestación de amor muy interesante, Sajag. Veo que lleva el ritmo en las venas, porque no cualquiera aprende a tocar tan bien el bansuri. Y gracias por aquel punto sobre la concentración... Vaya que colaboró, señor... Vaya- agregó el pelirrojo, al mismo tiempo que le daba orientación a sus pies rumbo a las vasijas con frutas frescas y agua purificada con el propósito de saciar sus instintos más humanos en relación a la sed y el hambre, no cayendo en la gula obviamente. -Sí, maestro. He venido hasta acá con un propósito... con una meta. No soy de esos que se dan por vencido así de fácil. Me gustan los retos personales, las misiones que huelen a "imposible"... porque nada en este mundo tiene fronteras, señor. Antes pensaba que la muerte era lo único que no tenía solución... pero ya ve; hoy en día se conocen secretos profundos acerca de la Nigromancia... por lo tanto, maestro... ¡Todo se puede! Hay que poner de nuestra parte para llegar a lo que tanto ansiamos. No me siento presionado, para nada. No es una obligación, Sajag... Es trazar mi propio destino con las mismas manos que mis padres me dieron- fue la respuesta que entregó el inefable al Arcano, mientras tanto cogía un exquisito racimo de uvas que estaba en la zona más expuesta del recipiente desde donde Katara tomó una pera. -Iré, señor. Confío en mí, y en todo el camino que recorrí con usted. Soy digno de poseer la Clarividencia. Me lo demostraré una, dos, tres y hasta mil veces de ser posible- añadió segundos antes de beber un buen sorbo de agua; para luego dirigir su mirada esmeralda hacia la mesa en donde yacía el anillo de prueba para poder cruzar el portal. Era muy hermoso y rudimentario a la vez; una reliquia exacta a la original que Sajag portaba consigo mismo, pero algo le faltaba. Escaseaba de brillo propio, de aquella energía del Ojo Interior que sí tenía el hindú; pero Elros estaba convencido de que podría revitalizarlo tras salir airoso su última misión. Fue así que, sin dejar espacio para las dudas, Thomas se colocó el anillo rosáceo sobre la reliquia de jade con forma de enredadera que Rosália le había brindado tras obtener la habilidad de Legilimancia; y ya con la llave lista y dispuesta para enfrentar su reto, caminó hasta quedar a escasos centímetros de atravesar el portal. -Nos vemos pronto, maestro Sajag. No lo defraudaré, señor- manifestó sonriendo sutilmente. Como el caer de un balde de agua fría, fue lo que sintió el Granger luego de aventurarse a pasar la barrera de energía que lo materializó en un terreno desértico que desconoció de inmediato. Pero algo le hacía ver que no corría peligro en aquellas tierras, era como si efectivamente se hallase en casa... su hogar. Ya había caído la noche, no corría viento alguno, y a lo lejos se oía el cantar de una gente extraña alrededor de una enorme pira; bailando felices y tocando diversos instrumentos, mientras tanto otros estaban sentados sobre la arena con platos de greda llenos de comida. -¡Hey! ¡Hobab! ¡Hermano! ¿Qué haces allá solo? ¡Ven a danzar con tu pueblo!- vociferó una mujer desde la fogata; llamándole a mano alzada de manera insistente, tanto así que Thomas no pudo negarse y acudió, a paso ligero, hasta la fuente principal del mensaje. -¡Ven aquí, Hobab! Nuestro padre quiere saber si pronto podremos negociar las telas... Ha estado preguntando toda la noche por ti... ¿Se puede saber dónde te habías metido?- cuestionó la fémina, la cual poseía una belleza incomparable que deslumbró los ojos curiosos del Gryffindor. La chica rara tenía un color negro similar al carbón en sus orbes, tatuajes tribales en su rostro y de henna en sus extremidades (dejando entrever aquel delicado diseño sobre sus manos), sumándole las extravagantes túnicas y adornos de metal labrado que salían desde sus azabaches cabellos cubiertos con un manto de tonalidad crema. <<¿Dónde estoy?>> cavilaba Elros en sus pensamientos, sonriendo externamente ante cada comentario que la mujer efectuaba. -¡Sephora! Veo que has encontrado a tu hermano... ¡Buen trabajo, hija! Ahora... disfruten de los alimentos. Mañana hay que pasear las cabras en el monte... y tú Sephora, deberás ir con tus hermanas menores a sacar agua del pozo que está a las afueras del campamento- decretó aquel hombre al que todos llamaban Jetró; mismo que parecía ser el mandamás allí, y claramente lo era; no tan sólo por su enorme y robusta figura, sino que también por la sabiduría que reflejaban sus ojos azules con cada contacto visual que éste hacía con los ahí presentes en medio del apasionante fuego del oasis. Todo era verdaderamente confuso... ¿Dónde estaba? ¿Quién era? ¿Qué hacía metido en una especie de fiesta gitana en donde todos celebraban alegremente? Eran interrogantes que el alquimista no podía responder, pero sí deseaba averiguar. A pasos firmes, el chico se encaminó hasta un enorme recipiente de plata que estaba vacío, y luego de asomarse lentamente; logró corroborar una de las hipótesis que se había planteado antes de atreverse a ver su reflejo bajo el sobrevolar elegante de algunas luciérnagas. Ya no era el mismo. En vez de su conocida fisonomía, había un rostro que desconoció tajantemente. Se vislumbraba a sí mismo como un muchacho moreno, de tez oscura y pelo poco fino, rasgos toscos y nariz prominente, con ojos profundos de color ámbar que resplandecieron ante la humedad rebelde de algunas lágrimas de impotencia que afloraron de la nada en él. <<¿Quién soy yo?>> se preguntaba con ambas manos en su cabeza, retrocediendo un par de pasos de aquella vasija hasta colisionar con Sephora una vez más. -Te estaba buscando, hermano. Necesito que leas mis manos... Quiero saber qué me depara el destino, Hobab- manifestó la mujer, al mismo tiempo que le pasó ambas palmas al muchacho de barba apenas contorneada en su cara; quien solamente le sujetó la diestra. La Quiromancia era un arte muy oculto, un don muy escaso que se expresaba en muy pocas personas; pero el chaval sabía muy bien cómo leer e interpretar aquellos mensajes. -Tu línea de la vida está muy bien trazada por aquí... no pasa por sobre el Monte de Venus, lo que demuestra tu vitalidad... es bastante larga- fue lo primero que dijo el mago, observando el nacimiento de dicha línea desde el borde de la palma de la mano, entre el dedo pulgar e índice, con un arco hacia abajo en dirección a la muñeca. -Serás una mujer muy feliz y con bastante armonía... así lo veo en tu línea de la felicidad que es recta y amplia, pero...- fue lo que alcanzó a decir Thomas, ya que una visión borrosa se situó en sus pensamientos. En ella veía a un hombre con vestuario egipcio, luego al mismo tipo cercano a un pozo, y finalmente al mismo sujeto junto a Sephora y dos niños que parecían ser sus hijos. -¿Hobab? ¿Viste algo? ¿Qué te sucede?- preguntaba ansiosa la mujer mientras remecía a su hermano. -Tu línea del corazón, Sephora. Pese a estar bien trazada... lo que revela tu inmensa generosidad en el amor... se cruza con tu línea de la cabeza. Eso es... que tomas decisiones en base a los sentimientos... por sobre la razón; y eso te traerá problemas. Inconvenientes con un sujeto... un egipcio... no, no es egipcio. Es... muy confuso- dijo Elros ante la mirada expectante de la hija consentida del sumo sacerdote del Clan de Madián, quien esperaba que le dijese algo más concreto antes de regresar con su padre.
  15. <<Algo le sucede>> premeditó el inefable al ver la seguidilla de muestras de dolor que su rival manifestaba en su rostro cansado y agobiado de todas las situaciones que habían vivido en compañía de Badru, pero el uso efectivo del hechizo protector de la Delacour a través de la lluvia de polem de los lirios para salir ilesa de las flechas llameantes, le tranquilizó por un breve margen de tiempo. <<Obsistens>> pensó rápido el Gryffindor antes que la bruja argentina lanzara su segunda acción, conformando un cerco de materia lumínica de tonalidad azul que salvaguardaría al veinteañero ante cualquier maniobra ofensiva de su Líder. Y así fue que sucedió; pues para sorpresa de Thomas, Mei lanzó tres gruesas cuerdas destinadas a impactar contra las zonas más trascendentales del adolescente ante las complejidades de un duelo de magia; mismas que fueron absorbidas por el muro luminoso antes de llegar hasta su destino. -Cantar de Eleboro- fue lo que pronunció a continuación el legilimago; surgiendo una vibración musical apenas audible, desde el extremo distal de su varita de pirul, que protegería y agudizaría sus cinco sentidos. Tal fue el efecto de la melodía, que sus oídos lograron escuchar la carcajada que afloró de su compañera desde el otro extremo del domo de batalla; sintiendo también que su respiración se volvía cada vez más entrecortada. -¡Tómala como quieras, Mei! Una propuesta indecente se puede bailar mejor si los dos danzarines están de acuerdo... ¿No lo crees? Es como el vaivén de las aves cuando...- fue lo que alcanzó a pronunciar el apuesto muchacho, debido a que sus palabras tentadoras de "Don Juan" fueron silenciadas en el acto por la caída de rodillas precipitada de su contrincante al suelo arenoso, dejando entrever que algo no andaba del todo bien. <<El veneno de la araña llegó a su corazón>> dedujo abriendo sus orbes como platos ante el asombro. Dentro de sus fugaces pensamientos brotó una duda existencial: "¿Cómo no se curó a tiempo?", pero la respuesta era única y fácil de interpretar: la culpa había sido de él, al no dejarle el lapso temporal suficiente para poder hacerlo. <<¡Fulgura Nox!>> invocó mentalmente sin pensarlo dos veces, abriendo una brecha tiempo-espacio delante de él, con el objetivo de desaparecer de su actual ubicación y así poder materializarse en otra zona del domo de cristal impenetrable conjurado por el Uzza. Fue así que un portal se abrió justo donde estaba el cuerpo maltratado de Mei, Haz de la Noche que cruzó Elros con prisa y nerviosismo. -¡Mei! ¡Mei! ¡Mei, despierta! ¡Por Merlín! ¡Por amor a Merlín! ¡Despierta mujer!- exclamaba el Granger mientras la tenía entre sus fornidos brazos, esperando alguna acción del Nefir. -Perdóname... no quise asesinarte... Yo solamente tenía las ganas de poder brindarte un duelo como tú lo mereces... Me matarán en la Orden si no... si no soluciono esto antes de que termine la prueba- platicaba en solitario el ojiverde, al mismo tiempo que trataba de buscar una alternativa idónea ante aquella circunstancia. Y así surgió la luz... Sin cavilaciones, el mago metió sus manos entremedio de la blusa de Mei queriendo hallar un objeto colgado en su cuello. Ya no sentía vergüenza alguna sobre cuerpo fallecido de la Black, ante todo era su camarada y no deseaba perderle en una contienda amistosa para adquirir nuevos conocimientos. -¡Bingo!- vociferó cuando sus órbitas verdes se toparon con el Amuleto de la Resurrección de la transandina, mismo colgante que empezó a emitir una luz esmeralda fluorescente que en un par de segundos le devolvió el aliento. -¡Mei! ¡Mei! ¿Estás?- preguntaba ansioso el nuevo legionario a su mandamás, anhelando que ésta prontamente abriese sus ojos achocolatados junto a él.
  16. <<Unos pasos más y estaré adentro de la pirámide>> pensó el Gryffindor cuando su semblante se posó a los pies del primer escalón de piedra al centro de aquella isla. Ya había tenido que sortear tres pruebas para demostrar que era digno de ingresar al Portal de Videncia, cada una más difícil que la anterior, por lo que Thomas ya sentía que su próximo reto no sería nada de fácil. Sus orbes esmeraldas contemplaron cada rincón de la zona más externa de la construcción milenaria, encontrando que todo estaba muy tranquilo; tanto así que aquella paz interior empezó a aterrorizarlo poco a poco. <<¿Por qué no se oye nada?>> se preguntaba muy dubitativo el pelirrojo, direccionando su centro de atención hacia todas partes con tal de analizar bien el terreno que estaba pisando; mismo perímetro que le brindó una fuerte descarga eléctrica cuando avanzó hacia el primer peldaño, paralizándole en el acto y mermando sus energías justo en el segundo en que su cuerpo mortal salió despedido hacia atrás, azotándose contra la corteza de un árbol colindante. -¡Demonios!- gruñó el aspirante tratando de incorporarse nuevamente, pese al agudo dolor de espalda que brotó tras la colisión contra la especie nativa del lugar. En eso, la música de aquel instrumento que antes lo serenizó y colaboró a seguir con valentía su ruta, se empezó a oír sutilmente en la mente del veinteañero; el cual entrecerró sus ojos espontáneamente con el afán de colmar sus sentidos de dicha melodía revitalizadora. <<El vaivén de las notas musicales se repite una y otra vez... como si me quisieran decir algo>> intuía el fenixiano, al mismo tiempo que una enorme bandada de pájaros de variadas razas comenzó a piar, entonando un cántico muy ruidoso y desconcentrador que fastidió a Elros, pues no lograba discernir bien el mensaje oculto que quería mostrarse con desconsuelo desde los dedos del Arcano. <<¿Qué será todo esto? No logro comprender... me es extraño distinguir la clave de esta misión. Yo... yo no sé si podré seguir con esto>> cavilaba con un dejo de decepción en su expresar subconsciente mientras se agachaba con ambas manos situadas en sus oídos, con el propósito de alejar aquellos augurios nefastos de las aves que impedían que las cualidades del muchacho salieran a flote como solían hacerlo a diario frente a circunstancias en donde todo se veía gris y nublado, cuando la frustración tocaba a su puerta incansablemente. <<No... no puedo flaquear ahora. No debo perder el norte de mi brújula... Ya estoy aquí>> decretó con mayor convicción, poniéndose rápidamente de pie para encaminar sus pasos una vez más hacia el primer escalón que le separaba del comienzo de su reto definitivo. Pero, como era de esperarse, la fuerza de voluntad y el coraje del momento le cegó; pues cuando su pie derecho se posó en el primer peldaño, otra descarga de una buena cantidad de voltios le lanzó por los aires, separándole unos cuantos metros del umbral de ingreso a la pirámide del Ateneo. -Ahhh... ¿Qué pasa contigo Gryffindor?- bufó con cólera en sus venas, en el mismo santiamén que desenvainó su varita de pirul y apuntó con rudeza hacia la entrada a la sala circular, sin vacilaciones ni impedimentos que estorbasen su premeditación. -¡Reducto!- fue el hechizo que salió desde la punta de "Lion"; rayo dorado que rebotó en un escudo transparente de fuerza y salió disparado hacia Thomas con intenciones de lastimarlo, pero gracias al "Salvaguarda Mágica" logró librarse del impacto y de la gran explosión que causó aquel maleficio. -¡Malnacido seas, Elros!- refunfuñaba el adolescente, dejándose llevar por la impulsividad frente al raciocinio. El legionario ya estaba perdiendo la calma, no lograba entender el comunicado que las notas musicales de aquel instrumento le querían dar a conocer; algo muy raro estaba pasando con sus sentidos... Ya no se reconocía. Pero en eso, la melodía se hizo mucho más fuerte en los rincones más secretos de su consciencia; indicándole con templanza el camino que debía recorrer. Era como si Sajag se estuviera comunicando con él a través del pentagrama rítmico que oía; y tanta fue la energía que sintió proveniente desde el interior de la pirámide que optó por bañarse por completo con la canción que englobaba a todo su ser espiritual. <<Ya comprendo, maestro... Es como un piano... seguiré su enseñanza y llegaré hasta donde mi destino me lleve... o sea, el trayecto que yo quiera para mí... porque el futuro... mi futuro... yo mismo lo construyo>> conjeturó con optimismo; volviendo a empezar con la travesía, sin dar mayor importancia al cántico de las aves. "La, Si, Do, Fa, Re, Sol, Mi"... fueron las notas que escuchó el ojiverde; pisando los escalones de piedra en el mismo orden tras darle un número a cada una; y gracias al Mago Merlín, todo dio resultado... la barrera de energía se había disipado frente a su rostro complacido de satisfacción personal. -Buen día, maestro Sajag... Lyra, un placer verte aquí adentro- saludó el inefable, con cierto cansancio notorio en sus frases; observando con cuidado cada pared del salón con la estrella de cinco puntas y la mitológica serpiente que mordía su propia cola. -Al final era un bansuri, señor. Yo no había tenido la ocasión de ver uno, en vivo y en directo. Pensaba que el origen de aquella música era una flauta o una ocarina... pero el bansuri le da un estilo muy particular ligado a su pueblo ¿No es así?- fue lo que manifestó con una delicada sonrisa, al mismo tiempo que sus orbes ansiosos se clavaron en una vasija con un poco de fruta dulce y una fuente con agua fresca que le obligó a lamerse los labios ante la sed que sentía.
  17. -¿Ah sí? ¿Qué prenda hubieses elegido entonces, Delacour?- preguntó Thomas con una sonrisa plasmada en su rostro adolescente, el mismo que reflejaba cierto grado de "connotación sexual" muy característica de los chicos de su edad con las hormonas revolucionadas; siendo un poco malintencionado y pervertido a la vez en medio de aquel duelo fenomenal en el desierto. La estrategia de Mei era algo evidente, tanto así que el pelirrojo no dudó ningún segundo en sus pensamientos tras analizar detenidamente el vaivén de varita de la líder fenixiana a modo de "director de orquesta" que, a ciencia cierta, venía de la mano con uno de los hechizos del arte del Druida; vibración musical apenas audible que le brindaría de inmunidad frente a cualquier ataque que deteriorase sus sentidos. -Mírate... o sea... Míranos, Mei. Tú estás sin una de tus zapatillas y yo... sin mi remera. No quiero averiguar en qué va a terminar todo esto, eh. Pero el calor que discurre por los rincones del domo... no es nada frente al fuego que sale por mis poros cuando ando muy... "tú comprenderás" ¡JaJaJaJa!- bromeó el legionario a la distancia, observando que la hechicera no estaba del todo complacida con sus dichos, o tal vez se debía al veneno de la araña de rincón que ya se debía estar paseando por el torrente sanguíneo de su víctima; ocasionándole dolor y molestias. -Cinaede- vociferó antes que la transandina efectuase su segunda maniobra, volviendo a envenenarla con aquella repugnante toxina que invadiría en el acto sus vías respiratorias ante el gas invisible extraído de los Pétalos de Pensamientos. <<Lo siento, Mei>> caviló mientras realizaba una mueca en signo de desaprobación por lo que acababa de hacer, dificultándole aún más las cosas a la "ex-directora" de la Oficina del Ministro. Todo estaba pasando más rápido de lo que creía el Gryffindor, tanto así que Elros estaba olvidando poner en práctica los hechizos que Badru les había enseñado a utilizar durante la clase. <<El Haz de la Noche no puedo... no sería bien visto que huyese del duelo a través del portal... Obsistens, tampoco es hora, pues no tengo de qué protegerme aún, ni criatura que desee atacarme. Ignea... no sacaría nada con invocarla, ya que ninguno de los dos puede usar fuego por la restricción de hechizos; a menos que...>> fue lo que meditó para sus adentros el inefable, dejando tranquila a Mei para que ésta realizara su segunda acción (la cual él intuyó que sería algo ligado a una curación para sanar parte de su dolencia). Fue así que el legilimago pensó en "Flechas de Fuego" y disparó una andanada de filamentos llameantes que salieron lanzados, uno tras otro, rumbo a la silueta femenina de la bruja de orbes achocolatados; estructuras largas y delgadas (como hilos) de fuego que le incendiarían la piel, provocándole heridas sangrantes muy nocivas que ni el Cantar de Eleboro podría proteger basándose en su influencia directa sobre el sentido del tacto.
  18. -No me digas señor, por favor. Thomas... simplemente Thomas. Solamente tengo veinte años... y bueno, con aquel título me haces sentir un poco más viejo de lo que soy frente a un chaval de primaria. ¡Aps! Y sí... me alegro de tener razón con respecto a tus motos voladoras. "La práctica hace al maestro" O eso es lo que dicen las malas lenguas conventilleras- comentó el Gryffindor mientras le estrechaba, gentilmente, la diestra a Bodrik; no realizando tanta presión como lo acostumbraba con un hombre, ya que no deseaba perder su caballerosidad ni menos la compostura, aunque estuviese con unos buenos litros de alcohol demás en la sangre. -Quizás en San Mungo... a veces frecuento sus instalaciones por exámenes de rutina antes de tomar una clase con los guerreros Uzza. Así que puede ser que nos hayamos topado de vista por alguno de sus recovecos- añadió luego de oír las explicaciones de la Lockhart y el saludo de ésta con la griega. -¡Claro! Eso del sello personal que dice Athena... puede venirle muy bien a ambos ejemplares de traslado aéreo. Los colores son bastante originales y el decorado... pues también. Yo, en mi opinión personal, no veo nada de malo en que uses insectos en ambas. La libélula es muy hermosa, y la mantis religiosa te da un toque de "elegancia europea" que no todos tienen, querida... pero si dices que la prefieres únicamente de tonalidad verde con plateado, porque...- fue lo que alcanzó a pronunciar el pelirrojo, debido a que le sobrevino una náusea que tuvo que controlar tras taparse la boca con una de sus manos libres, pues la otra continuaba apoyada en el mesón de atención con tal de no perder el escaso equilibrio que conservaba a esas altas horas de la noche. -E... espera. ¿Eres paladín? O sea, es que el color plateado se acompaña bien del dorado y el azul... que es mi favorito por lo demás... y bueno, esa gama pertenece a los herederos de Uther y la Mano de Plata- expresó tras disimular un eructo que sólo fue percibido por Misty, quien movió la cabeza negativamente en señal de vergüenza frente a Elros; el mismo que utilizó la Legilimancia en Bodrik tras centrar el foco de atención en sus ojos verde-azulados. -Todos pueden tener sus gustos, patrón. Y en gustos no hay nada escrito- balbuceó la Day desde el otro extremo del vestíbulo del taller mecánico; frase que instó a Thomas para que éste la fulminase con la mirada sin decirle nada, ya que en su próximo encuentro dejarían bien claras las funciones de cada quien al interior de la Vulcanización. -Como te venía diciendo, Bodrik... me causa curiosidad tu gusto por los colores ligados a un clan muy particular. Siento que... de alguna forma, la energía fluye entre todos nosotros... menos en Misty, obviamente- platicó el fenixiano con una sonrisa a flor da labios, desviando sus ojos hacia Athena y también en dirección a sus padres (Elvis y Annick) que permanecían silenciosos en las proximidades al núcleo de miembros de la Orden del Fénix que estaban conversando sobre los arreglos a las motos voladoras de la sanadora. -Entonces... ¿Qué me dices? ¿Cuál es tu veredicto final?- fue lo que consultó el mago, al mismo tiempo que cogía a la Rouvás por la cadera y la allegaba hasta su trabajada figura varonil; con una actitud de propiedad sobre ésta que claramente no ostentaba, y que jamás se hubiese atrevido a realizar sobrio... Todo por culpa de la notoria desinhibición producto del alcohol; misma que le pasaría la cuenta más temprano que tarde.
  19. <<¿Qué habrá sido lo que dijo Mei?>> se preguntó el inefable al ver, a lo lejos, que la bruja respondía a sus dichos con un tono de voz tan bajo que, a los ocho metros que le distanciaban de ella, le fue imposible comprender del todo lo que decían sus labios (a menos que hubiese usado la Legilimancia). Quizás, la Black Delacour pensó que Thomas estaba a su lado al momento de aparecer tras el portal, pero no era así; lo que tal vez Mei vio fue un espejismo producto de la alta temperatura y del ambiente desértico mismo que los había colmado desde un comienzo de la clase con el guerrero Badru. Ella había arribado al domo de cristal desde el otro extremo del campo de batalla, por lo que era inverosímil que el Gryffindor hubiese estado a su lado y menos que éste le hubiera dado la oportunidad de dejarse tocar directamente, pese a que ambos eran muy buenos camaradas en la Orden del Fénix; debido a que estaban disputando un duelo y Elros no le daría cierta ventaja a sabiendas que la muchacha conocía también la poderosa magia de la Sangre. De todas formas, el veinteañero llevaba consigo su Amuleto de la Resurrección por si algo no salía del todo bien y necesitaba de sus energías para volver a la vida por las suyas y no gracias a las destrezas de un tercero. Así fue que el pelirrojo optó por separase aún más de algunas estatuas que yacían detrás de él y que sobresalían de la arena, tomando un resguardo de al menos cuatro metros de distancia de la fuente más cercana; hecho que le tranquilizó por breves segundos; porque, tan pronto como hubo vuelto la mirada esmeralda hacia su rival, la sudadera azul rasgada que llevaba consigo se transformó en una avispa marina que no tardó en adherir sus tentáculos ponzoñosos al torso desnudo del legilimago, inyectándole un veneno letal a través de sus aguijones microscópicos al estar en contacto directo con la piel nívea del adolescente; provocándole una sensación extremadamente dolorosa, ardor, pequeños toques eléctricos y calambres. -¡Auch! Esto no fue gracioso, Mei. Si querías verme sin remera, pues... ¡Debías pedírmelo y ya!- vociferó el británico con un dejo de picardía, sonriéndose con su Líder justo en el instante preciso en que efectuó un fugaz movimiento con su varita de pirul, antes que la Delacour realizara su segunda acción. -¡Morphos!- dijo apuntando hacia la zapatilla derecha de Mei, la cual se transformó en una araña de rincón que no demoró en inyectar su brebaje malicioso en el dorso del mismo pie; veneno que rápidamente pasaría al torrente sanguíneo, causándole la muerte si ésta no actuaba con prisa y sabiduría, cualidades innatas en ella. -¡Malnacida seas, medusa de los mil demonios! ¿Acaso no sabes que me duele? Mis pectorales son únicos y bueno... son para las chicas; no para ti. Ententaculada de cuarta categoría- gruñó con rabia el nuevo legionario de los fenixianos, al mismo tiempo que cogía al "baboso ser" desde la exumbrela convexa de la zona aboral (para así no rozar los tentáculos otra vez) y lo lanzaba a unos dos metros de distancia de su preciado cuerpo, dejando que la avispa marina muriese con la arena seca y el calor agobiante que azotaba el perímetro de contienda. <<Debe haber usado Anapneo>> pensó con certeza, siguiendo el don de la intuición que estaba siendo explorado por él gracias a la habilidad de Videncia. -Morphos- volvió a pronunciar, esta vez casi susurrando, apuntando con "Lion" hacia una de sus propias deportivas blancas, convirtiéndola en un bezoar que prontamente se puso en la boca. -Es impresionante... ¿cómo una piedra extraída del estómago de una cabra te puede llegar a salvar la vida?- caviló dubitativo en voz alta; esperando, con la guardia lista, la próxima maniobra ofensiva de la hechicera de cabellos despeinados y blusa de mangas cortas.
  20. ¡Hola Anne y papito lindo! Espero no haber llegado demasiado tarde y que quizás se pueda hacer una excepción este mes a todos... Por favor U.U Estaba esperando, ansioso, la subida de niveles del mes... y como verán, se tardó más de lo habitual Creo que muchos vendrán a inscribirse recién hoy, por lo mismo... Tal vez pueda hacerse una salvedad ante el retraso evidente de Administración Igual el docente de la clase que deseo adquirir ya tiene alumna, así que no creo que tenga problemas en aceptar otro °(^.^)° Saludos Directores *dejo chocos* * Nick: Thomas E. Gryffindor * ID: 113082 * Conocimiento: Runas Antiguas * Nivel de Magia: XXII (22) * Link a la Bóveda: Bóveda N° 93543 * Link a la Ficha: Ficha #93537
  21. Thomas E. Gryffindor - Linterna Verde http://i.imgur.com/Vbylnkn.jpg Ya era un poco tarde durante aquella jornada de comienzos de semana, la última del mes de Junio, donde se llevaría a cabo un evento en las inmediaciones de la escuela de Hogwarts... "Magical Cómic Con". Thomas había anhelado que aquel día llegase pronto, pues desde niño siempre tuvo la manía de leer cómics muggles que vendían en los negocios cercanos a su morada en Ottery; pese a que muchos de los ejemplares de aquellas historietas de superhéroes también venían adaptados a la realidad maravillosa que todo hijo de magos poseía en aquel entonces. Por lo que dicho lunes pidió permiso a la directora del Departamento de Misterios para retirarse antes de sus quehaceres como inefable, y encaminó sus ágiles pies con un dejo de prisa hacia las instalaciones de su antigua casa de estudios. Según el mago de orbes expresivos, no pisaba las tierras de su ex-colegio desde Febrero, debido a que recordó haber estado allí para San Valentín; fecha en la que conoció a una muchacha que jamás volvió a ver por los rincones de Londres ni siquiera por los recovecos del callejón Diagón. -Espero que Peeves no esté haciendo de las suyas- bufó con una pizca de recelo y apatía, memorando las travesuras que el desquiciado poltergeist hizo en esa última celebración; bromas excesivas que por poco lo dejan inconsciente en el piso de la estancia educativa. Al arribar al Gran Salón donde se realizaría la convención mágica, y luego de añorar (por breves segundos) sus experiencias en Hufflepuff junto a sus amigos, el apuesto veinteañero dispuso su andar hacia una solitaria cabina telefónica policial azul que estaba plasmada allí; y, posterior a ingresar únicamente él en dicho espacio físico con bastante capacidad, se dio el trabajo de levantar la bocina del teléfono azabache de rueda con tal de oír lo que una voz femenina le dijo desde el otro lado del cable de comunicación. <<¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Vaya... ¿Cuál es la contraseña? No lo recuerdo... Vamos Elros... ¡Bingo! Ya sé>> caviló para sus adentros antes de responder. -No... ¡Es Superman!- fue lo que contestó el legionario de la Orden del Fénix, activándose el mecanismo de ingreso en el acto y provocando que un par de luces rebeldes se encendiesen antes de que la cabina cayera al vacío precipitadamente. -¡Auch!- se quejó el adolescente tras el brusco golpe de cabeza que se dio gratuitamente en compañía del sonido de la campana que indicaba su llegada a la zona oculta del evento. Fuegos artificiales, diversos stands, exhibiciones y un bello escenario en el centro; eran una pincelada de las atracciones del lugar recreativo; llamándole la atención el gran anuncio sobre el concierto en vivo de la banda de pop-rock-punk de Chicago, "Fall Out Boy". -No será una tarde aburrida eh- manifestó sonriendo, anhelando escuchar temas como: Centuries, Irresistible e Immortals. <<Hay muchos trajes y confecciones de superhéroes y villanos de todos los tiempos... Creo que también me uniré. Es hora de dejar entrever mis gustos preferenciales por DC Cómics, pese a que Marvel no me desagrada... pero tengo mi tendencia marcada por los miembros de la Liga de la Justicia ante los Vengadores>> pensó con determinación antes de dirigirse hacia uno de los cuartos de vestuario que estaban en el área posterior, donde se vislumbraba una gran arena de batalla en la que Batman estaba haciendo frente a Spiderman, demostrando sus habilidades en competencia frente a varios espectadores deslumbrados. Al ingresar a la habitación, Thomas no tardó en elegir a su personaje, y rápidamente cogió un anillo de poder que discurría una impresionante fuerza de voluntad y tonalidades esmeraldas que, tras ponérselo en su dedo índice derecho, materializó el traje del poderoso Hal Jordan... un Linterna Verde. -¡Esto es magnífico!- exclamó sorprendido el británico, mirando el reconocido antifaz en su rostro a través de un espejo que estaba dispuesto para los aficionados. -¿No es River Song? ¿Doctor Who?- se preguntó tras salir de los probadores, contemplando a una mujer (Bel Evans McGonagall) junto al legendario Superman. Fue en eso que, con las ganas de pasarlo genial a flor de piel, Thomas creó una resortera detrás de la chica y la lanzó por los aires del lugar, logrando conformar (con su poder verde) una construcción (almohadón) inflable que amortiguó la caída a unos metros de distancia de su posición original junto al tipo de calzoncillo rojo. -¡Ups! Perdona... Me emocioné demasiado- dijo al llegar volando al lado de la hechicera, tendiéndole una mano con tal de ayudarla a levantarse. -Soy Thomas... Thomas Gryffindor. Un gusto- saludó muy enérgico, esbozando una divertida sonrisa que se proyectó hacia sus ojos de chaval de primaria que aún gozaba con aventuras infantiles algo inmaduras.
  22. Los minutos transcurrían lentamente, y la joven Black Delacour no hacía su aparición en la arena de duelo. Ya la desesperación estaba embriagando al adolescente, en todo sentido, incluyendo a aquel domo de cristal que parecía no ser penetrable por ningún tipo de magia; debido a que el apuesto pelirrojo intentó cruzarle utilizando el colgante con forma de aro dorado suspendido en su cuello, pero dicho intento fue en vano; ni siquiera el poder del Amuleto Contra Defensas Carcelarias le ayudaría a barrer la claustrofobia que sentía en su interior desde que Badru lo dejó sometido en la oscuridad de aquel laberinto de piedra volcánica caliente. <<Vamos Mei... Yo sé que llegarás pronto... No me dejes aquí>> cavilaba el Gryffindor mientras sus pies andaban de un lado para otro, intranquilos, deseando poder estancarse en un único sitio con la satisfacción de tener un rival con quien dar el siguiente paso hacia el arte del Druida. Pero fue justamente en el instante menos esperado que la muchacha, a la que estaba anhelando ver el legilimago, hizo aparición tras un portal desde el otro extremo del campo desértico; cayendo de bruces a la superficie que anteriormente los cobijó bajo las enseñanzas del Uzza. -¡Mei!- exclamó con una vasta sonrisa dibujada en su pálido rostro, observando que la bruja de orbes color chocolate comenzaba a recuperar el aliento e intentaba ponerse de pie, dejando a un lado la ansiedad y el pánico ocasionado por la prueba antes vivida. En cambio, Elros ya estaba más sereno; sus signos vitales estaban normalizados y sus ganas por enfrentar la próxima aventura emanaban a flor de piel con cada movimiento que efectuaba con su varita en mano, deslizándose al compás del viento que, tenuemente, recogía a los diminutos granos de arena que estaban en la capa más externa del oasis guerrero. -Es hora de librar nuestro encuentro, compañera... Ponte en guardia. Te prometo que daré todo de mí... ¿Entendido?- fueron las únicas palabras que transmitió el veinteañero a la mujer de cabellos largos de tonalidad castaño opaco; posicionándose a escasos ocho metros de distancia frontal de su camarada de bando. Las ropas de Thomas estaban algo desgarradas por la travesía en la cueva, componiéndose por: una sudadera azul bien apegada a su torso, un pantalón tipo "bermudas" de jeans negro y zapatillas ligeras blancas; destacando en él que todas sus prendas de vestir estaban sucias y con señales azabaches de quemaduras. -¡Cinaede!- pronunció con su arma de pirul apuntando a Mei; surgiendo un gas venenoso invisible alrededor de la argentina, el cual ingresaría en el acto en sus vías respiratorias, cortándolas. Aquel elixir volátil había sido elaborado a partir de los conocidos Pétalos de Pensamientos de los conocimientos del Equilibrio, y si la hechicera no actuaba pronto, la toxina penetraría el torrente sanguíneo, provocando un shock en el sistema nervioso y la posterior muerte. Pero el fenixiano sabía que la Black Delacour se manejaba a la perfección en duelos, así que no temió por su vida ni por los efectos secundarios que el Cinaede provocaría en su organismo. No la conocía bien, pero se dejaría valer por los comentarios de los miembros de la Orden del Fénix acerca de la fiereza con que su Líder hacía frente a cada batalla que se le ponía por delante; no tenía un contrincante fácil, lo sabía, pero el Gryffindor pondría todo de sí para librar una contienda digna a los ojos de Badru, quien seguramente les estaba mirando expectante desde algún punto oculto de aquel domo.
  23. -Muy bien, concuerdo contigo... El respeto se gana; y créeme que lo haré valer estando aquí dentro. Ahora la mansión Granger también es mi hogar, y sabré imponer ciertas reglas como debe hacerse en una casa para que el caos no reine... ¿Estamos de acuerdo, querida?- comentó Thomas, direccionando su cuerpo hacia el sillón donde Sofía tomó asiento; lugar desde donde se podía vislumbrar tranquilamente el lago y los jardines traseros de la morada de los pedidos de Ottery. -Y tomaré tu consejo... Veré la mejor manera de llegar a Jessie, te lo prometo aquí y en la cima del Himalaya. No tengo intenciones de crear malos ambientes en mi residencia, sobretodo por la integridad y el ejemplo hacia tus hijos, Oscurus y Mith. Ellos deben crecer en buenas condiciones y en un lugar cálido al que ellos llamen "refugio de problemas". Siempre nos cobijamos en el seno de la familia ante alguna que otra dificultad; y en este linaje no será diferente- agregó con suma determinación, al mismo tiempo que miraba una de las lámparas que colgaban desde el techo; pensando seriamente en sacar la conexión directa de éstas y efectuar un hechizo de "flotación continuo" en donde se mantuviesen en el aire sin necesidad de una fuente eléctrica que las estuviese suministrando de energía en todo momento. -Ehhhhh... sí. Sé a lo que te refieres, Sofía. No podría esperar más de una reportera de "El Profeta". Además que en la entrevista te dejé en evidencia aquella información... pero coincido contigo con que es bueno platicarlo en familia; incluyendo a Jessie, tus hijos y los elfos del domicilio. Hay que ser precavidos- finalizó el inefable, correspondiendo el beso en la mejilla de la francesa antes que ésta se encaminase hacia el umbral de salida del cuarto. -Nos vemos en el comedor para la cena... por mientras me acomodaré si no te molesta- se despidió caballerosamente, sonriendo de medio lado con mayor serenidad y templanza. Fue en eso que escuchó varios ruidos de desastres que le hicieron ponerse de pie rápidamente, además de desenvainar su varita de pirul en el acto por reflejo de costumbre. <<¿Un ataque?>> caviló extrañado para sus adentros, optando por dirigir su andar hacia el ventanal más próximo de su acogedora habitación. Desde ahí pudo observar a la joven Stabolito saliendo disparada hacia las inmediaciones del lago, perdiéndose entre las aguas tras zambullirse a través de un certero chapuzón que desparramó litros por doquier. A continuación se dejó ver Sofía en compañía de las perras que seguían jugueteando por los alrededores, correteando entre los matorrales que cercaban el perímetro más colindante a la laguna; mientras la rubia vampiresa se sentaba tranquilamente en una de las sillas que estaban a las orillas de la zona de recreación. -Vaya que son complicadas las mujeres. Nadie me mandó a ponerme en medio de ellas- juzgó en voz alta el fenixiano; cerrando las cortinas con tal de no seguir viendo ni escuchando conversaciones ajenas de madre e hija. Ya con parte del equipaje desempacado tras el arribo de Tanis con algunas pertenencias desde la morada de sus padres; Elros se recostó sobre la cama con los ojos cerrados. Estaba cansado y necesitaba pensar en todo lo que se venía desde ahora en adelante luego de la Revelación acontecida en el Atrio. Su cabeza estaba puesta sobre la mesa, y el cartel de búsqueda ministerial con su rostro estampado pronto se dejaría esparcir por todo Londres; era un hecho inevitable que el legilimago debería afrontar por haber dado la cara como el hombre de bien que era... como miembro activo de la Orden del Fénix.
  24. -No, Athena... Aún no realizo los trámites de la red flú. No es una de las formas de viajar que más me agraden, sobretodo por el hecho de que quedas todo... ¿sucio? Es un lío tener que sacudirse el polvo que resta en todas las prendas de vestir... olvídalo si vas con algo de algodón incluido. Así que me sumo a la idea de viajar en algo que vuele... ¿Alguien aquí tiene un thestral, hipogrifo o aethonan?- preguntó el Gryffindor aún con algo de mareo, al mismo tiempo que se apoyaba en uno de los hombros de la Rouvás con tal de no perder el equilibrio y terminar una vez más de bruces en el piso del taller mecánico. -Creo que mi hipogrifo está en la parte trasera de la mansión? Quizás Tanis o Rhaenya lo pueda traer con su método de aparición... ¿Podría ser así?- consultó el legilimago tras posar su mirada esmeralda en su madre (Annick), la cual parecía estar muy preocupada con toda la situación que estaba viviendo su hijo menor alcoholizado con litros de brebaje. En eso, Thomas no pudo evitar el soltar una risa divertida; pues al oír la alternativa de la griega sobre el Autobús Noctámbulo, se le vino a la memoria un recuerdo de la juventud cuando solía tomar aquel método de locomoción luego de noches de diversión y jarana adolescente bulliciosa en el Caldero Chorreante con sus amigos de Hogwarts. -Claramente ésa no es una de las mejores opciones, amiga mía... a no ser que quieras verme pegado en los ventanales cuando Prang arranque el motor del vehículo de pasajeros. Aquel puesto de conductor ha pasado de generaciones a través de la conocida y distinguida familia del fallecido Ernie... por eso soy partidario de gozar un tranquilo viaje por los cielos y así aprovechar de tomar una buena dosis de aire fresco antes de llegar a casa- agregó el inefable previamente a recibir un gran abrazo por parte de su invitada, quien se demostraba muy agradecida con todo. -No tienes que darme las gracias, Athena. Lo hice porque eres mi amiga y familia. Fue un agrado compartir contigo durante esta velada en mi negocio... Salvo por mi estado actual etílico que deja mucho que desear. Así no podré conquistar a ninguna chica que quiera acercarse a mí- comentó sonriendo el fornido chiquillo. En eso, la voz inconfundible de Misty Day resonó en los oídos del apuesto Granger; palabras que le indicaron que habría un posible cliente en las inmediaciones de la Vulcanización; por lo que el pelirrojo le sugirió a Athena que lo siguiese hasta el recibidor de productos en la zona delantera del taller, para así lograr corroborar su hipótesis sobre un nuevo pedido mecánico. -¡Vaya! ¿Así que no sabes sobre qué estampado poner en una de tus motos? ¿Suzuki Intruder 400 y Yamaha fjr-1300? ¿O no? Mucho gusto... soy Thomas Elros Gryffindor, el propietario de esta vulcanización en el callejón Diagón... ¿Tú eres?- consultó el paladín a la muchacha que estaba con el formulario en la mano para tendérselo a la nigromante. -¡Bodrik Lockhart, patrón! Ha venido para realizar una revisión técnica y presupuesto sobre modifi...- fue lo que alcanzó a decir la Finnigan, puesto que el legionario de la Orden del Fénix la hizo silenciar con un ligero y rápido movimiento de su varita. -Así estoy viendo en la ficha, querida Misty... no vuelvas a interrumpir otra plática o tendré en cuenta tu falta para este final de mes... ¿Entendido?- manifestó el ojiverde hacia su secretaria, la cual asintió levemente con un gesto de cabeza. -Veo que la primera es violeta con una libélula... mientras que la segunda es verde con ¿No sabes aún qué diseño escoger? ¿Qué te parece una mantis religiosa?- preguntó el veinteañero curioso, espantando un poco la borrachera con tanto detalle que leyeron sus orbes. -Te presento a Athena Rouvás... una amiga. Creo, de igual forma, que te he visto en alguna parte- volvió a hablar, pensando en que tal vez antes se habría cruzado con aquella bruja de cabellos azabaches ondulados; quizás dentro de un evento o circunstancia al interior del Cuartel de la Orden o de la Madriguera.
  25. Elros no tardó demasiado en posar sus pies en superficie firme, ya que la barca cruzó tranquilamente las aguas del lago que le separaba de la isla que ya estaba bajo su sutil sombra dibujada ante los rayos del sol que se dejaban caer desde lo más alto del firmamento. <<Juguemos en el bosque mientras el lobo no está>> pensó con una sonrisa a flor de labios el pelirrojo, recordando una canción que su madre Annick le cantaba en su niñez, y que ahora brotó de sus pensamientos más recónditos al contemplar un conglomerado de árboles que le dificultaban el paso hacia el interior del laberinto que estaba antes de arribar a los pies de la pirámide del Ateneo. Al lograr introducirse en la arboleda con gran complejidad en sus movimientos (rasgando parte de su sudadera con algunas espinas que adornaban los rosales silvestres del área en cuestión); Thomas oyó una característica melodía que hizo eco en su consciencia. Era un sonido tranquilizador, pero alentador a su vez; música proveniente de un instrumento semejante a una flauta u ocarina por la nitidez de sus notas y el vaivén de la canción que deleitaba todos sus sentidos humanos, brindándole de una energía colmada en serenidad que le guió hacia una senda libre de arbustos en donde le aguardaba otra prueba del Arcano. -Tres pedestales... tres recipientes- caviló en voz alta el legilimago, tratando de reflexionar acerca del real motivo de aquella encrucijada que tenía frente a sus orbes esmeraldas esperanzados en conseguir una victoria implacable en aquel reto máximo. Uno de los altillos era verde, el otro medio anaranjado, mientras que el último (el izquierdo) era tan blanco como la nieve del Himalaya en pleno invierno. Sobre estos se encontraban tres cuencos de barro, iguales al que Sajag había utilizado en la clase dentro de su despacho universitario; pero en esta oportunidad todo era diferente. El Gryffindor entrecerró sus ojos con el propósito de concentrarse, sumergirse en su interior y abrir su Ojo al servicio de la habilidad que ya brotaba por todos los poros de su piel. Fue en eso que una ampolleta se iluminó dentro de sí tras hacer memoria acerca del significado del Número Tres, fuente principal del problema que estaba afrontando. Como bien exponía el tomo que el barrigón le enseñó con anterioridad; aquel número era el signo de la expresión artística, la sociabilidad, simpatía, superficialidad y el espíritu derrochador. También era el símbolo de la comunicación, la interacción y la neutralidad. <<¿Neutralidad?>> caviló dubitativo, haciendo espacio en su rasocinio para la capacidad imaginativa que, en escasos segundos, salió a flote en él. -Espera... Espera Elros... Neutralidad. Si tomo esto como inspiración... Puedo interpretar que: La Marca Tenebrosa se guía por el color de la serpiente, el verde... La Orden del Fénix se inclina por las tonalidades de la misma criatura que les da el nombre... el color naranja... O sea que... o sea que el blanco debe indicar la Neutralidad. Sí, así es. Si mi intuición... o sea, si mi don está en lo correcto... Sí, Elros... no dudes más- conjeturó el inefable, acercándose al pilar zurdo sin temor ni represiones que atormentasen su presentir; cogiendo así la vasija con la infusión, que olía a las mismas almendras que colocaban los elfos de su hogar para el desayuno, con tal de beberla hasta acabarse el contenido perfumado que poseía. -Suave brebaje de los dioses- suspiró el Granger con más calma, mientras vislumbraba el correr de los árboles hacia los costados de su actual ubicación; apartándose para dejarle libre y expedito el camino de acceso hacia el interior del laberinto de setos que ya había atravesado en una ocasión con la destreza entrenada de la Pereira en su anterior desafío personal. -Por lo menos no morí envenenado... El afán con tratar de asesinarnos. Y yo que pensaba que los Uzza eran los sanguinarios- bufó con el ceño fruncido el mago británico, adentrándose por el trayecto hacia los confines de la isla. <<Amapolas>> se dijo para sí al ver plantaciones de flores de tonalidades rojizas y moradas de aquella esencia vegetal inductora de sueño que el Arcano hindú también había utilizado en sus doctrinas pedagógicas con sus estudiantes. De alguna u otra manera, todo le resultaba familiar al Gryffindor; tanto así que no se aterró cuando sus ojos comenzaron a nublarse en una atmósfera onírica que le sacó de la realidad a la que estaba habituado a diario. -Elros... Estoy viva, amor mío- era la voz que se escuchaba venir desde uno de los setos que tenía enfrente el veinteañero; gigante ejemplar que cobijaba la figura femenina de Millie Diggory, su novia, a quien había visto en la antigua pesadilla inducida por las infusiones de Sajag; sueño que fue certaramente criticado por el mentor ante la falta de criterio del Gryffindor para con todas sus deducciones y planteamientos futuristas. -He estado aquí... esperándote. Has sido muy valiente, amor mío. Todo un león, haciendo honores a tu apellido. Y ahora que estamos juntos, nada ni nadie nos separará- manifestaba la fenixiana con bastante hincapié en el hecho de que el adolescente se quedase ahí con ella y no avanzara más rumbo a la pirámide. -Tú no eres real... No eres Millie. Solamente eres fruto de mis inseguridades... de mis deseos más profundos... de mis anhelos más secretos- respondió el legionario, alzando la voz con fuerza en medio del laberinto. -Quédate conmigo, corazón. No pierdas esta oportunidad que nos da la vida- insistió la bruja, la cual tenía la mirada perdida y sin expresión; características que florecían mayor seguridad en el legilimago al saber, a ciencia cierta, que todo aquello no era cierto. -Vete de aquí, fantasma. Si fueses Millie... mi Millie; me apoyarías en mis decisiones... No como tú, que obstaculizas mi desempeño en la prueba. ¡Lárgate! ¡Desaparece de mi mente y mi consciencia!- vociferó Elros tras cerrar sus ojos con tal de no dejarse engañar más por la bella imagen que captaban sus pupilas; y cuando se dispuso abrirlos, nuevamente, ya no estaba ahí la manzana de la discordia que no logró cambiar sus convicciones. En vez de la mujer, se hallaba un camino más estrecho que le condujo hacia el centro del laberinto; zona privilegiada en donde pudo contemplar con mayor detalle cada uno de los escalones de piedra que lo separaban del umbral de ingreso al Ouroboros y al Portal.

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