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Thomas E. Gryffindor

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Todo lo publicado por Thomas E. Gryffindor

  1. Mientras esperaba que tanto Antoni como Emmet dijesen palabra alguna con respecto a sus preguntas; el sonido del león rugiendo desde la entrada de la Vulcanización le sobresaltó; provocando que el fenixiano desenvainara, desde el bolsillo de su túnica azabache, la varita de pirul que siempre le acompañaba fielmente. -¿Quién anda ahí?- fue lo que consultó el patriarca de los Granger sin dejar de apuntar a la puerta que unía la fachada del taller con la recepción, siendo observado por una tímida Misty que no paraba de realizar una serie de amagos nerviosos con el afán de resguardarse si se trataba de otro ataque mortífago. Pero, gracias a Merlín, la voz de un hombre al que ya conocía se hizo presente preguntando por el propietario; hecho que incentivó al chico a guardar su arma para salir a recibir al visitante con excelente disposición. -¡Hola, profesor Blackner! Me alegra que la misiva que envié a nombre de Helike llegase con prontitud al Ministerio. Como verás... La Marca Tenebrosa se encargó personalmente de convertir mi mayor emprendimiento en basura. Menos mal tenía algunas cosas almacenadas en la bodega que sirvió como búnker alemán ante sus rayos destructivos ¿Cómo has estado? ¿Vendrá Amya?- expresó con rapidez el apuesto medimago; viendo el nacimiento de un grupo de patronus con forma de lobo desde la varita de su antiguo docente de Transformaciones, el cual partió desde su local comercial en el callejón hacia un rumbo que el Gryffindor desconocía por completo. -¿Pides colaboración a tus colegas?- dijo el adolescente, justo cuando una mujer joven pelirroja de apariencia cercana a los 25 años apareció ahí. -¿Destrozar? ¡JaJaJaJa! Claro que sí, señorita... pero lo tendrá que hacer con los carteles ofensivos que todos los mortífagos dejaron por las paredes de mi taller mecánico. El resto del trabajo es reparar, como bien me lo acaba de decir Matt... Por su manera de referirse a Blackner como "jefe", intuyo que también trabaja para las inmediaciones del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes ¿No es así?- preguntó a Galedra cuando otra empleada de cabellos y orbes azules arribó junto a ellos. -Un gusto, Luisitha. Soy Thomas Gryffindor, el dueño de esta Vulcanización. ¿Vienes con ellos, verdad?- saludó a la Black estrechando su mano, anhelando que pronto ellos dieran paso a reconstruir y limpiar todos los vestigios de los seguidores de Lord Voldemort.
  2. Rol Ministerial Control de Comercio Universal Las palabras que Jessie le expresaba al pelirrojo le parecían ilógicas, ya que por más mala que fuese su relación con los Warlocks; ella sabía muy bien que eran ellos los encargados de llevar a cabo los trámites basados en toda la reforma mercantil que la Black Lestrange deseaba hacer, por lo que solamente sonrió tras oír aquellos necios e inmaduros descargos ministeriales que se hicieron acompañar por una "sentencia" que debía cumplir en menos de 5 días hábiles a contar de su actual visita en la tienda de obsequios de la hija adoptiva de Sofía. -Buenas tardes pequeños... y también para usted, señorita Verena- exclamó Thomas una vez que los dos elfos junto a la vendedora, menor de edad, se hallasen junto a él en la zona de la cafetería. -Entiendo Jessie... Tomaré apuntes sobre ese detalle de las vacaciones y la jornada de trabajo. Eres muy gentil con ellos- manifestó el muchacho; escuchando, a continuación, las explicaciones que la niña le daba luego de la intervención de la inquisidora. -¿Qué es lo que dices, jovencita? ¿No posees magia? ¡Jessie! ¿Qué estás haciendo con ella aquí? Sabes que es un peli...- fue lo que pudo pronunciar el fiscal comercial, ya que el discurso defensivo de la mortífaga no se dejó esperar. -Ehhh puedo comprender que la quieras como tu hija, Stabolito... pero esto no es legal. Estás faltando a la verdad, y al haber modificado su aspecto... estás realizando magia delante de una muggle, por más adulta que seas. Es muy irresponsable de tu parte, Jessie. Debiste dejar que se fuera a ese orfana...- se auto-silenció, porque todo su reproche estaba ocasionando que unas lágrimas de tristeza afloraran en las mejillas de Verena. -Silencius- apuntó el Gryffindor a Otto cuando éste trató de intervenir en su conversación, dejándole mudo de manera espontánea. -Señor Black... Mientras usted no figure en el registro del local... no puede considerarse dueño. Aquí las únicas propietarias son: Jessie Stabolito y Lillian Potter Evans ¿Entendió? O quiere que le explique con manzanas- bufó el fenixiano, considerando inoportunas las palabras del novio de su ex-compañera de Misterios. -Bueno Jessie, yo no diré nada acerca de Verena... y veo que Uri y Oki están bien. Ahora bien... Háblame de lo que vendes aquí y en la tienda de regalos. Creo que la pastelería es propia del negocio ¿No es así? Y los objetos... ¿Los traes de un sitio en especial? Me refiero a que si haces pedidos mensuales a alguna empresa- consultó, observando de reojo las sillas que simulaban bastones de azúcar, los que se consumían bastante en Navidad.
  3. Rol Ministerial Control de Comercio Universal -Parece que te llamas... ¿Zeta? Eso leo en tu placa de identificación. Pues... por favor, me gustaría que vayas en búsqueda de las propietarias de este local. Tengo una orden ministerial para llevar a cabo una investigación mercantil en este negocio- volvió a expresar Thomas algo molesto ante la falta notoria de comunicación entre el corpulento sujeto de penetrantes ojos negros y él; no alcanzando a pronunciar ninguna palabra más, debido a la llegada de la auror Rouvás que se disculpó por la tardanza. -Hola Athena... Luces estupenda- saludó el medimago a la joven griega; plasmando una radiante sonrisa en su rostro, la cual se hizo acompañar por un brillo inusual en sus dos perlas esmeraldas. -No te preocupes... Acabo de decirle lo mismo a este tipo. Sólo espero que @@Mery Gaunt Karkarov o @ aparezcan pronto o tendremos que examinar todo desde afuera... Y créeme, que ese trabajo no es muy grato que digamos- agregó el adolescente, al mismo tiempo que afirmaba con seguridad su varita que se hallaba por debajo de sus ropas. -¿Viste la Harley Davidson de la entrada? ¡Está genial! Estoy aguantando todas mis ganas de ofrecer una buena suma de galeones por ella. Se vería de maravillas en el pórtico del taller ¿No lo crees? Yo y mis tuercas... quién me entiende, eh- manifestó Elros mientras divisaba un sofá de tres plazas que parecía imitar el capó de un coche muggle; por lo que no dudó en efectuar una especie de mueca a Athena con tal de que la mujer le siguiese hasta aquel objeto acolchado de tonalidades brunas y rojas, donde segundos más tarde tomó asiento. -¿Quieres algo de beber por mientras? ¿Un whisky de miel?- preguntó el veinteañero luego de que su "escolta" optara por seguir sus pasos; logrando tener una vista panorámica de todo. -Yo quiero tomarme uno de ésos con dos hielos... ¡Mesero!- exclamó enaltando su voz y alzando su mano izquierda hacia la vieja barra de madera gastada que ocupaba casi toda la pared frontal del establecimiento; llamando la atención de uno de los trabajadores del bar que no dudó en acercarse hasta la pareja para tomar su pedido. -Un whisky de miel con hielo y lo que ordene la señorita, por favor... ¡Ah! Y una tabla de cuatro quesos para picar- solicitó el paladín de La Orden del Fénix, no sin antes dejar su maletín al costado de la mesa de cristal baja que estaba próxima al diván donde ambos magos estaban platicando. -¿Có... cómo has estado? ¿Todo bien?- musitó algo acomplejado, tragando un poco de saliva que se había secretado inconscientemente.
  4. La respuesta de Mica no se logró oír de inmediato; debido a que un agudo sonido proveniente desde la zona de la cocina de la embarcación, le hizo girar inconscientemente la vista al apuesto Gryffindor; hallándose de frente con la figura de uno de sus alumnos a quien conocía desde un tiempo atrás al compartir con él en los terrenos de la mansión de sus padres en Ottery como también en La Orden del Fénix. -Buenas madrugadas aún, Darian. No tienes de qué preocuparte; a veces tenemos panoramas que nos descuadran un poco... yo también soy joven y comprendo un poco aquel sentido de la "impuntualidad" que todos poseemos a cierta edad. Y pues... llegas justo para escuchar las palabras de la señorita aquí presente... ¡Ah! Y Darian... Bonita camisa, eh- comentó el medimago con un dejo de simpatía en su expresar, guiñándole el ojo izquierdo al muchacho Mcnair mientras le hacía un rápido gesto con la mano, con tal de que se aproximase a la zona donde estaba dictando la clase desde el abordaje. La explicación sobre la runa "Tiwaz /ᛏ/" dejó absolutamente satisfecho al pelirrojo, el cual sonrió complacido cuando el paladín de cabello semi-corto castaño concluyó con su certero discurso acerca del nexo de dicho símbolo con la mitología nórdica que tanto le apasionaba desde pequeño a Elros. -Muy bien, Darian... Excelente. Lo único que debo recalcar a modo de consejo es que toda runa puede ser positiva como también negativa; eso depende de la tirada que hagas e incluso de la forma que la lees tras descubrirla por primera vez... Con esto me refiero a que si la contemplas de manera inversa o tradicional ¿No sé si me entiendes? Tiwas también representa el razonamiento y la decisión; algo de lo que muchos escasean ¡JaJaJaJa!- intervino el patriarca de los Granger; observando, posteriormente, que el chico de orbes marrón claro se acercaba hasta Mica para saludarla y ayudarla a ¿remar?; hecho que descolocó un tanto a Thomas, pues habían más de veinte fantasmas vikingos tripulando el drakkar desde que zarparon del puerto. -Entonces, linda... ¿Cuál es tu moti...- fue lo que alcanzó a pronunciar, nuevamente, el fiscal del Control de Comercio Universal; ya que el arribo de Zack se hizo efectivo tras escuchar su "buenos días" con aquel tono de voz que recordaba desde su fatídica clase Uzza del Libro de la Sangre. -Ivashkov... me alegra que hayas llegado sin novedad luego de coger el traslador. Y bueno... al final de la clase sabrás lo que conlleva el significado de la runa que te trajo hasta aquí... la misma que efectivamente es "Uruz /ᚢ/" y que se liga a la contención de las energías para orientarlas hacia un fin provechoso. Mi maestro... Sajag, una vez me dijo: "El que sepa comprender el real y verdadero propósito de las Runas... Verá la luz del creador con sus propios ojos" Sabias palabras de un poderoso mago... ¿No lo crees, Zack?- manifestó el veinteañero, sin despegar su foco de atención de los zafiros grisáceos del vampiro, los mismos que parecían hipnotizarlo. -Muy bien, señorita "Haughton"... Puede proseguir con lo que le pedí, por favor... Y también me gustaría que me hablase de esta runa (Link)... ¿La conoce?- volvió a dirigirse a su tía, anhelando de que ésta no lo defraudara con sus conocimientos. -Y ustedes dos... ¿Cuál es su propósito al querer tomar esta cátedra? ¿Tienen alguna motivación personal que les atrae?- consultó hacia sus otros estudiantes universitarios mientras le pasaba el trozo de madera a Mica.
  5. Rol Ministerial Control de Comercio Universal Una sonrisa chancera se dibujó en el rostro de Elros cuando éste escuchó las ironías de Jessie en relación a su propio trasero y las intenciones que éste tenía hacia Sofía Granger; motivos que obviamente la Stabolito no debía conocer jamás o su integridad se vería menoscabada a ciencia cierta. -Si alguna vez quiero comprar un obsequio para tu madre, pues... no creas que acudiré a otro negocio; claro, que si éste no está bien regularizado bajo el canon del Ministerio, dudo mucho que continúe abierto al público por mucho tiempo más. Espero que esa "brevedad posible" que dices... sea luego, Black Lestrange- concluyó el Gryffindor antes de oír la explicación de la dueña de "Cintas de Colores" en base a la unión por Red Flu con el local de su hermano. -Quedo conforme con todo lo que me dices... y tiene lógica también. Además que todos los papeles del Departamento de Transportes están en orden, incluso los descuentos de Gringotts en la bóveda. Recuerda pedir a los warlocks que lleven a cabo tu trámite que, por favor, ellos informen al banco sobre el cambio en la sociedad con la salida de Lillian. ¡Ah! Y establece los porcentajes de cada propietario... es trascendental para futuras donaciones- añadió mientras se disponía a guiar sus pasos hacia la salida de dicha oficina privada, pero Jessie lo detuvo con un ademán de manos en el umbral que lo llevaría a la zona comercial de la tienda. -La Granger no es mi familia principal, pero soy patriarca de ella. No así en la Gryffindor, que es el hogar de mis padres. Tendré en consideración tus palabras, linda... pero creo que he sido lo suficientemente claro contigo como para que no entiendas que puedes ir a mi taller mecánico en vez de acudir a una mansión en Ottery. Esperaré a los inquisidores ahí- refutó el apuesto vidente con el ceño fruncido antes de salir. Fue así que, al llegar una vez más al mostrador de la cafetería y pastelería, se le vino una importante consulta que no vaciló en hacérsela saber a la mortífaga. -Stabolito... me puedes decir ¿por qué tienes trabajando a una menor de edad en tu negocio? ¿Tienes el permiso notarial de los padres de esta muchacha? Por su apariencia, yo diría que no tiene más de catorce años... Sabes que eso es un crimen ¿No es así?- explicaba el animago, esperando que la bruja tuviese una muy buena razón como para tener ahí a esa chica de cabellos de color rosa chicle. -Veo que también tienes registrados dos elfos por el Departamento de Criaturas... ¿Me los podrías presentar?- dijo con seriedad Thomas, luego de revisar los papeles que tenía anexados en su portafolio de fiscal mercantil.
  6. -¿Tía Mica? Ehhh... ¿Agatha Haughton?- exclamó Elros cuando vio aparecer la figura de una mujer entre la niebla que circulaba en el puerto de Vestvågøy; silueta que se aproximaba a pasos sigilosos vestida con una túnica y capa color chocolate que hacían juego con el verdor intenso de los orbes de la melliza de su padre, la misma que lanzó una pregunta que hizo sonreír gratamente al profesor universitario. -Claro que somos magos... Solamente lo consultaba por si nos viésemos en la necesidad de remar, tía... Además, creo que el ejercicio físico le hace muy bien a nuestro cuerpo que está acostumbrado a la comodidad habitual gracias al uso de magia ¿No lo crees? Por mi parte; podrás contar con este par de brazos fuertes para avanzar por el mar sin problemas, eh- expresó el chico de cabellos rizados con entusiasmo, al mismo tiempo que le enseñaba uno de sus bíceps a la hechicera. -Parece que tus otros dos compañeros se han perdido... No podemos esperar más tiempo. El drakkar está listo para zarpar. Sí, esta clase la haremos a bordo de esta reliquia vikinga, Mica... Espero que no vomites en el trayecto- agregó con una pizca de maldad, para posteriormente extraer dos trozos de madera pequeños que empezó a tallar con una magia peculiar utilizando el extremo distal de su afilada varita. La finalidad de esos objetos era instaurar un rápido traslador para los rezagados; símbolo de la cátedra que los conduciría sin demora al interior del barco, de forma específica a la cocina que estaba en el piso inferior a la popa. Para el joven @@Darian Mcnair escogió una imagen similar a una flecha (Link), mientras que para @@Zack Ivashkov eligió una especie de ladera inclinada (Link); ambas pertenecientes al arcaico alfabeto futhark antiguo. Sus alumnos, una vez en cubierta, tendrían que explicársela detalladamente si deseaban continuar con su aprendizaje; de lo contrario los enviaría de regreso a la Universidad sin poder dar por aprobado el conocimiento al que los dos se habían inscrito voluntariamente durante el pasado mes del año. -Mica... Vamos. Es hora de partir- manifestó Thomas mientras le tendía la mano a su tía para ayudarla a subir por el puente de madera que unía la embarcación con tierra; pudiendo llegar ambos a la zona donde unos remos se veían vacíos a ambos lados del drakkar vikingo. Fue así que, con un ágil movimiento de su varita de pirul, el docente convocó una veintena de fantasmas robustos, translúcidos y de apariencia escalofriante; los cuales aparecieron en las bancas y dieron comienzo al viaje por las islas Lofoten. El izar de las velas, el soplido del viento a esas horas de la madrugada, el romper de las olas contra la proa, y el frío que calaba hasta los huesos de los únicos mortales a bordo; eran algunas cosas que formaban parte del panorama de la travesía marina. -Mica... cuéntame un poco acerca de tu iniciativa al querer tomar esta clase ¿Qué conoces sobre las Runas?- preguntó el Gryffindor, no olvidando sujetarse bien de un mástil para no caer de bruces al suelo ante un brusco movimiento del barco.
  7. -Vaya, una lástima que no puedas quedarte... Athena. Pero ¿Sabes? No había pensando en la posibilidad de pedir la colaboración del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes. Creo que le mandaré una misiva a Helike, Matt o Amya... Ellos son bastante eficientes en temas así de desastrosos... y bueno, verás que mi taller está hecho un desfiladero de escombros con este ataque mortífago- comentó Thomas, a sabiendas que no podría salvar todo lo que ahí estaba destruido; por lo que no le vino de mala gana la sugerencia que la griega le brindó antes de que una elfina arribase nerviosa al taller vistiendo ropajes andrajosos. -¿Sucede algo?- alcanzó a preguntar el adolescente, justo cuando sus oídos escucharon acerca de un nuevo atentado vandálico; esta vez al negocio que le era de propiedad a la joven Rouvás. -¿Nuevamente? ¿Acaso La Marca Tenebrosa te tiene de casera, amiga? Pues, no te preocupes por tu escoba. Creo haberla visto en la bodega... así que no debe haber sufrido ningún tipo de daño con el incendio y las explosiones. Una vez que culmine todo aquí, te enviaré la Saeta con Misty al Coffe Artist. Yo mismo realicé el tallado de la flor de jazmín en el mango color caoba... así que te aseguro que está muy bien realizada la pega- agregó sonriendo el Gryffindor, no olvidando efectuar un gesto con su mano derecha alzada para que la Finnigan realizara la boleta de pago por el trabajo encomendado por la auror. -El scanner mecánico no fue categórico como para indicar si existía o no una falla de fábrica de la escoba, por lo que se puede concluir que el medio de transporte fue adquirido en buena ley en el Magic Mall. Eso sí... tienes que darle uso, Athena. Si la mantienes sin volar... con el tiempo, se va a averiar como todo lo que no se usa ¿Comprendes?- explicó el vidente cuando la Day se aproximó tímida con la factura que la rubia de cabellos ondulados debía firmar como comprobante. -Entonces son 1500 Galeones, señorita- expresó la bruja amante de la Nigromancia; observando que todo estuviera en orden y de acuerdo al protocolo de compra/venta que el Ministerio obligaba a cumplir a todos los locatarios de tiendas en el callejón. -Cuídate, amiga. Cualquier cosa que necesites... sabes que me puedes llamar- dijo Thomas antes de que la ahijada de sus padres se encaminara rumbo a la salida de la vulcanización; quedándose con Emmet y Antoni, además de la nefasta compañía de su incompetente secretaria. -@, si gustas puedes dejar la moto voladora... por mientras la puedo mantener en bodega... @@Emmet Haughton Gaunt ¿Todo en orden con los papeles, cierto?- exclamó al fijar su mirada esmeralda en ambos hombres luego de ordenarle a Misty que diera inicio al pergamino a nombre de @ como jefa de la institución, con el objetivo de que enviara a sus "accidentosos" lo más pronto posible y así terminar de ordenar toda la batahola.
  8. <<¿Será posible que mi cuerpo y espíritu permanezcan aquí por siempre?>> se cuestionaba el Gryffindor al ver que nada en el ambiente níveo que le rodeaba cambiaba. Realmente la prueba había concluido, pero estaba en Elros el poder encontrar el camino que lo llevaría de regreso a la Pirámide del Ateneo. La aventura en la selva le había servido para darse cuenta de sus propios límites y del gran poder que tenía en su interior al vincularse con el alma de un animal que siempre estuvo impregnada a la suya, desde el momento de su concepción. La esencia guardián del mono le ayudó durante todo el proceso de su misión; y ahora, que ya formaba parte de él, se manifestaba con el constante vibrar de su anillo de prueba, el mismo que había cambiado a una forma original que ya no era igual al que Suluk le había entregado antes de cruzar el portal. <<Es hora de marcharse de aquí... ya he terminado con todo mi aprendizaje. Debo hallar la forma correcta de abrir la puerta hacia la realidad>> reflexionaba el chico con un dejo de insistencia que le volvía inseguro a ratos; hasta que finalmente, muy a lo lejos, logró divisar un estanque de agua congelada que estaba cercado por un terreno lleno de nieve. -¡Maravilloso!- exclamó el apuesto veinteañero cuando posó sus orbes esmeraldas en la superficie gélida de hielo; pudiendo ver que su reflejo ya no era aquel del hombre que tuvo que encarnar en su travesía a la jungla, sino el suyo propio. Pero algo no andaba bien, debido a que una fuerte punzada en su corazón le impulsaba a lanzarse sin miedo sobre el manantial helado en donde no duraría más de un minuto sin caer en pérdida de consciencia. -Valentía... sabiduría, humildad y astucia- dijo el medimago en una única frase; la que fue la última expresada justo cuando su figura avanzó por el hielo que se agrietó inmediatamente, hundiéndose en las cristalinas aguas que le llevaron al fondo del lago donde una puerta se materializó a ras de la superficie y lo absorbió en un remolino luminoso, sin que Thomas opusiera resistencia alguna a la fuerza de la tromba. Unas cálidas palabras de bienvenida fueron las que incitaron al fenixiano a abrir los verdes ojos al mundo que todos conocían; viendo de frente a la Arcana de la Animagia con una sonrisa sobrecogedora que le transmitió mucha paz y serenidad. -Muchas gracias, maestra Akku. Nunca dudé de mis capacidades. Fue una prueba difícil y compleja de vivenciar... una realidad alterna que, de alguna u otra forma, también se unía a mi propia vida. Sé que el portal, en su infinita bondad e inteligencia, escogió lo más acertado posible- manifestó con sensatez, al mismo tiempo que le mostraba a la inuit el anillo que ahora lo reconocía como un nuevo animago. La reliquia de plata poseía la forma de un simpático mono que en su cola aferraba una piedra preciosa turquesa muy similar a la que la bruja de Groenladia poseía; era un diamante que concentraba todo el poder del paladín, y que desde aquel día en adelante, le serviría como medio de comunicación con la anciana que esperaba con templanza el retorno de la Delacour. -Mei debe estar por llegar... Sé que lo hará- musitó confiado sin despegar su atención del portal que traería de vuelta a su amiga a dicha sala donde el Ouroboros lucía con mayor majestuosidad que nunca. <<No me iré de aquí sin mi Líder>> pensó con optimismo.
  9. -¿Abono para los árboles? Bueno, Sofía... Tú verás lo que haces si la mascota de Stabolito termina por quemar las flores y los ejemplares de sakuras recién plantados, con su orina... pero no digas que yo no te lo advertí- dijo el muchacho con seriedad; ya que no le gustaba que estropearan su trabajo, menos algo o alguien que tuviera una relación directa con la mortífaga que estaba obligado a proteger por aquella promesa que la matriarca del linaje de los perdidos de Ottery le había solicitado. -Nadie le hará daño a tu can, Jessie... yo no soy como esos tipos que suelen desquitarse con los más indefensos. Me imagino que conoces a los seguidores de Lord Voldemort ¿O no? Con ellos sí que tienes que tener cuidado, porque esos sujetos están acostumbrados a realizar actos de crueldad que podrían terminar con la vida inocente de tu querida Estrella- comentó con ironía el medimago, a sabiendas de que la Black Lestrange se molestaría con las palabras alusivas a sus propios ideales oscuros. -Vamos al lago entonces, Sofía... La luna se verá magnífica sobre el firmamento. Allí podremos platicar más tranquilos y sin que nadie se altere por nada ¿Cierto?- manifestó enaltando su ceja derecha mientras contemplaba fijamente las perlas grisáceas de la inquisidora ministerial; para después encaminar sus pies a través del sendero de piedra que los llevaría directamente a la zona más hermosa del manantial artificial que la madre de Mith y Oscurus había hecho hace bastante tiempo atrás. -Me imagino que ambas cenaron- preguntó, justo cuando le ofreció su brazo a la vampiresa para que ésta se tomara de él a la hora de comenzar el camino más resbaladizo. Thomas desconocía los motivos que tenían a ambas Granger para estar con los ánimos por el suelo, pero su intuición le decía que no se trataba de algo simple de comprender; en especial por el lado de Jessie que era mucho más cerrada a la expresión de sus emociones y sentimientos; sumando que desde hace un tiempo hasta ahora, le era casi imposible al Gryffindor ingresar a su mente tan fácilmente como antaño en el Departamento de Misterios. -Alguna de las dos me puede decir... ¿qué es lo que pasa acá? ¿por qué las caras tristes?- volvió a consultar el templario de La Orden del Fénix cuando el trío de magos arribó a orillas del lago; sentándose sobre un tronco truncado de roble viejo, a la espera de que alguna de las hechiceras rompiese el hielo que se lograba percibir desde cualquier rincón de los terrenos que compartían los Granger y que Elros asumió voluntariamente como propios.
  10. Rol Ministerial Control de Comercio Universal -Eres patético, Elros... Un nene de cuna cualquiera- gruñía el Gryffindor mientras sus pasos sigilosos resonaban con el piso humedecido en las cercanías del Banco Mágico de Gringotts, ya que durante la tarde había caído una inusual llovizna que terminó por mojar todas las calles y el pavimento agrietado del Callejón Diagón. Aquella última jornada en el Control de Comercio Universal había sido diferente a las demás; debido a que gracias a su sabida incompetencia emocional se logró adjudicar una nueva incomodidad a su vida, la cual tenía nombre y apellido, y precisamente con ella tendría que reunirse para acudir al famoso "Elviris Pub"... Athena Rouvás. -¿Qué tiene de especial ella, eh? Es una chica... una mujer más, Elros... ¿Por qué me intimida tanto? No me sentía así desde que Millie y yo...- pensaba en voz alta el medimago, cuidando de no ser escuchado por nadie más. Dentro de todo, él sabía que existía algo en la griega que le gustaba, pero no estaba dispuesto a admitirlo; sobretodo teniendo la convicción de cumplir a cabalidad con el plan que le había llevado hasta el pasado, el mismo que también tenía una conocida identificación personalizada... Sofía Elizabeth Granger. Igualmente el fenixiano estaba al corriente de que hechos muy raros estaban sucediendo en ese tiempo; acontecimientos que le descolocaban tras reflexionar que quizás la vampiresa no había tenido nada que ver con la muerte de sus padres, pero el vivo recuerdo del asesinato de las mellizas de Arabella a manos de los gemelos de la ex-reportera, era lo que le incentivaba a continuar con la investigación que él mismo se había trazado con la única gota de madurez que tenía. Fue así que al encontrarse de frente con un portón de madera similar al de las cocheras muggles; el adolescente se acercó lo suficiente como para poder leer el grabado con el título del local comercial, tocando con templanza las iniciales de ambas palabras para así dejar que una puerta se materializara sobre la misma barrera que parecía tapar un simple hueco en la pared. -¡Vaya! Una Harley Davidson... ¡Maravilloso!- exclamó sorprendido de ver una moto en una estancia como ésa, demostrando su fascinación por las tuercas a través del brillo infantil que desplegaban sus ojos verdes; por algo él era el dueño de un taller mecánico. Una máquina tragaperras en el pasillo y una vasta cortina negra, fue lo que finalmente observó antes de adentrarse por completo en el garaje; aproximándose hasta un hombre alto y musculoso con la piel tostada que estaba estoico cerca de una mesa. -Buenas noches. Busco a Anne Gaunt o Mery Gaunt Karkarov, de parte del Ministerio de Magia- expresó con serenidad el fiscal mercantil.
  11. -Me parece perfecto, Patricia... El traslado sería del Magic Mall hasta acá, pues pretendo mantener a mi criatura en una cueva subterránea que mandé a construir hace un tiempo atrás; y que ahora, sin querer queriendo, sirvió de búnker ante el ataque de los mortífagos. Realmente si ese sitio no hubiese estado habilitado... creo que tendría que lamentar muchas más pérdidas que las que tuve materialmente hablando, señorita- comentó el Gryffindor, no sin antes desviar su mirada esmeralda hacia donde Emmet estaba platicando con Madeleine; esperando que el Gaunt no se cohibiera ante la actitud prepotente de la jefatura del Cuartel Auror. -No te preocupes, Patri... cuando tenga un poco más de tiempo, iré personalmente a hablar contigo y Bel para llevar a cabo el registro de Chimuelo... Sí, mi dragón se llama así, aunque no lo creas. Sé que la investigación no llegará a buen puerto, porque siempre pasa lo mismo con los partidarios de La Marca Tenebrosa... se esconden tras una máscara para cometer crímenes, y son muy temerosos de mostrar su verdadera cara ante la sociedad... ¡Cobardes e hipócritas!- gruñó, resonando su voz por todos los rincones del taller mecánico; tanto así que Misty no pudo evitar sobresaltarse desde su ubicación donde conversaba con Athena y entregaba su testimonio amablemente. -Descuida, Patri. Comprendo que tienes muchas cosas que hacer hoy y... además mi local no está en las condiciones óptimas como para recibirte como lo mereces ¿Vale? A mediados de mes procuraré acudir a la Reserva... Cuídate mucho- se despidió finalmente el legilimago, acercando su rostro al de la Lockhart con afán de besar su mejilla antes de encaminarla hasta la fachada, o lo que quedaba de ella tras el atentado sombrío. <<¿Hermano?>> era la palabra que quedó rondando en su consciencia cuando sus pies ingresaron tranquilos una vez más al vestíbulo de la vulcanización, hallándose de frente con la Moody. -Espero que con toda esa información, tengas suficiente... Madeleine. Gracias por venir- exclamó el adolescente, instantes previos a que la auror se marchase con los papeles guardados en el bolsillo interno de su capa; viendo de reojo al Haughton y al Tonks que aún permanecían allí. -Emmet... Ten a mano ese legajo, eh... Mira que pronto iré nuevamente al Atelier para ver los productos nuevos; esta vez como cliente habitual. Espero que sepas hacer un descuento ¿O no?- manifestó con una sonrisa a flor de labios, mientras sus oídos continuaban atentos a toda la charla que la Day estaba teniendo con su amiga oriunda de Grecia. -Muy bien, señorita Rouvás... Veo que su jefa se fue y la dejó acá solita ¿No es así? ¿Tienes algo que hacer ahora o te quedas a ayudarme a ordenar todo este destrozo, amiga? Y tú... Finnigan... Ve a la bodega por baldes con agua, traperos y demases. Quiero mi taller en perfecto estado para mañana temprano ¿Me oíste bien?- bufó el fornido fenixiano; analizando todo el trabajo que le aguardaba allí por una buena cantidad de horas de limpieza y remoción de escombros, obviamente sin la colaboración de un grupo de elfos.
  12. "La Travesía en el Drakkar Perdido" http://i.imgur.com/apjlxcd.jpg Era cerca de medianoche cuando el fenixiano se dispuso a ordenar sus pertenencias adentro de un bolso hechizado con aquella expansión indetectable que tanto le gustaba a la hora de aventurarse por largos días afuera de los territorios de la morada de sus padres. Pese a sus cortos veinte años; Elros era un mago muy poderoso, con un conglomerado de conocimientos y habilidades mágicas que le hicieron acreedor de la vacante de Runas Antiguas en el Ateneo de la Universidad británica. Dentro de todo; el muchacho se sentía orgulloso de sus capacidades, pero muy tatuado en él se escondía un preciado secreto que muy pocos conocían... su verdadera identidad. Para mucha gente, el andar revelándose como ciudadano legal en Londres era absolutamente normal, pero para el caballero templario de La Orden del Fénix no era así, pues su presencia en estos tiempos había sido forzada con un viejo objeto que le ayudó a volver al pasado para tratar de remediar los errores que destruyeron a su familia. -Creo que con todo esto está bien para el viaje- caviló en voz alta el vidente mientras caminaba en círculos en las dependencias de su alcoba en el tercer piso de la residencia de los leones de Ottery; observando, posterior a su reflexión, el reloj de bolsillo que yacía durmiendo en la faltriquera derecha de su pantalón de jeans. -Si mal no me equivoco... la misiva decía a las 05:00 AM ¿No es así?- se cuestionó el adolescente mirándose en un vasto espejo a la entrada del cuarto de baño, no olvidando ordenar a la fuerza sus revueltos cabellos rizados rojizos que no cedían con peine metálico alguno ni con cera últimamente. La carta había sido enviada durante la tarde a sus tres alumnos: @ @@Darian Mcnair @@Zack Ivashkov, directamente a sus domicilios, por lo que el patriarca del linaje de los Granger esperaba que el trío de aprendices arribara sin demora a la reunión. Fue así que, tras descender escaleras abajo con cautela para no despertar a nadie, el docente puso sus pies en la cocina con tal de beber un refresco de papayas y comer una manzana roja junto a un gran sándwich relleno de mantequilla de maní y chips de chocolate que le brindaría de calorías para el camino; y, al tener su estómago cargado, ya no sentiría aquella fastidiosa necesidad de ingerir alimento alguno ante su voraz apetito que en reiteradas oportunidades le había dejado en vergüenza frente a familiares y amigos. Al salir a la fachada del hogar con treinta minutos de adelanto; el apuesto chaval se sumergió en dicha sensación de succión que lo llevó a una de las islas Lofoten, las cuales son un archipiélago y un distrito de Noruega, situado en la provincia de Nordland, por encima del círculo polar ártico... Vestvågøy, así la apodaban los viejos habitantes de la zona; y ése fue justamente el lugar exacto que Thomas escogió para desarrollar su cátedra. <<Debe estar por llegar el grupo>> se dijo a través de sus pensamientos, al mismo tiempo que se apoyaba con su diestra en la majestuosa construcción de una embarcación encallada de casco trincado con el mascarón de la proa enaltado, que consistía en la representación de la cabeza de un Ridgeback Noruego. -¡Buenas son las madrugadas, eh! Espero que sepan remar- exclamó sonriendo cuando su mirada esmeralda vislumbró tres sombras acercándose por la niebla que cubría el molo vikingo casi por completo, deseando que ninguno de ellos cayese al agua al pisar erróneamente.
  13. -Será la última vez, mamá... Te lo prometo, de verdad- respondió Elros con el rezagado aliento que le restaba en sus pulmones tras la fugaz carrera hacia donde le esperaba Annick a orillas del pozo; correspondiendo la sonrisa de la fenixiana al oír aquel comentario que enunciaba que jamás debía dejar esperando a alguien, menos a una mujer, otorgándole su habitual impuntualidad al exceso de confianza que ella con Elvis le brindaron con el transcurso de los años durante su crianza. -Tomaré tu palabra como consejo, má. Me sirve muchísimo ahora que yo siento que me gusta una... ehh... mejor olvídalo ¿quieres? Estoy algo confundido con todo el oxígeno que le debe faltar a mi cerebro al haberme apresurado tras quedarme dormido en casa de la tía Sofía. Me disculpo, una vez más, si ya llevabas muchos minutos aquí- agregó el adolescente, recuperando en parte la tranquilidad de su ritmo cardíaco. -Papá, cuando niño, me relató la leyenda de Amarna... pero jamás había venido hasta acá, má. Es una experiencia nueva, tanto para mí como para ti. Aunque, siendo franco, tendría que estar mal de la cabeza y algo desquiciado como para querer lanzarme a un pozo oscuro sin saber dónde tocaré fondo... así que no sé si te serviré mucho de ayuda... no más de la que tú me podrás entregar, má- contestó, mientras desviaba su mirada de tonalidades esmeraldas hacia una cesta que yacía perfumada a comida a orillas del mítico manantial. -Eso me ha de gustar mucho, mamá. Le dije a Eneas que incentivara a Dido y a Rhaenya para que prepararan exquisiteces de variados sabores, tanto dulce como salado... ¿Enviaron cosas con miel, cierto?- preguntó con curiosidad el mago de habilidades videntes, al mismo tiempo que observaba a su progenitora atar la coleta que afirmaba su cabello carmesí, tan rizado como el suyo propio, con mayor fuerza. -Pues... sí, vamos- expresó no tan convencido el caballero templario de La Orden del Fénix. Poco a poco; Elros se aproximó al pozo hasta asomarse definitivamente a través de la última capa de piedra que permitía distinguir el manto sombrío que envolvía las posibles aguas que se almacenaban allí desde tiempos que parecían ser inmemorables. Una atracción a lanzarse comenzó a apoderarse de él; era una sensación rara que no se podía explicar, pero que le cobijaba con cierta confianza que segundos antes ni siquiera brotaba de los más cerrados poros de su nívea piel. <<Es como si estuviese vivo>> caviló con intriga, analizando hasta el último detalle antes de coger de la mano a su madre, con la misma que llevaba afirmada la cesta a la altura del codo sin inconveniente alguno. Fue así que, sin dar pie a temores, ambos Gryffindor fueron absorbidos por el abismo; descendiendo por varios segundos en una caída que parecía no tener fin; hasta que sus cuerpos se sumergieron en una especie de sustancia de consistencia líquida, que fue el medio para traspasar el portal. -¿Do... dónde se supone que estamos? ¿Llegamos?- manifestó el medimago a la McKinnon tras abrir los ojos y verse tumbado (boca abajo) en un conglomerado de fardos de alfalfa, adentro de una construcción sólida de paredes agrietadas que parecía ser un viejo molino, o eso era lo que creía el paladín.
  14. -Está bien, señorita Rouvás... trataré de recordar. Ehhh... Eran cinco individuos, sí cinco. Cuatro de ellos vestían esas túnicas negras horribles junto a máscaras de plata con filigranas variadas; exceptuando un tipo de cabello azul que traía consigo únicamente un jeans. Me pregunto... ¿Habrá tenido frío? Lo digo porque su torso y pies estaban al descubierto... incluso su rostro, señorita auror... pero le mentiría si le dijera que lo pude reconocer de algún lado, pues... no lo había visto jamás por estos rincones... menos por el taller- comenzó relatando Misty, tratando de no descuidar ni el más mínimo detalle. -¿Conversación? Pues... no, Athena. Sólo se percibían ruidos de explosiones y quebraduras de vidrio por doquier. Cuando salí para verificar el estado en que quedó la vulcanización... pues, me encontré con carteles ofensivos contra La Orden del Fénix. Súmele a eso todos los daños que provocaron y las pérdidas que el señor Gryffindor tendrá que reponer- agregó con pesar la bruja de cabellos rubios ondulados, observando con impacto todo lo que sus ojos podían ver a su alrededor, en especial la figura malhumorada de su patrón que se encontraba platicando con una funcionaria ministerial del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. -Yo pienso que venían por Thomas, señorita. Conocida es su lealtad con los fenixianos desde la revelación en el Atrio. Yo no lo juzgo, para nada... pero creo que no fue oportuno que un muchacho a sus años... entregara su cabeza en bandeja de plata a La Marca Tenebrosa. Ellos no se apiadan con nadie; incluso han asesinado niños, estudiantes y ancianos- finalizó la Day muy preocupada. Por otra parte; Elros continuaba su fugaz conversación con Patricia luego de tomarla del brazo con delicadeza y caballerosidad, con tal de que ésta le siguiera a una de las esquinas que estaban menos ocupadas por todos los escombros que se desprendieron con los hechizos del funesto ataque. -Me parecen muy interesantes tus métodos de registro de los animales muggles o fantásticos. Veo que Bel está poniendo énfasis en la mantención bajo control de todas las criaturas, pese a tener amos responsables como yo ¿No es así? Y bueno... veré cuándo me podré dar un tiempo para pasar por las instalaciones de tu lugar de trabajo, Patri... pero no puedo prometerte que será luego... debido a que estaré con trámites por lo que sucedió aquí ¿Vale? Pero sí tengo una pregunta para ti, y es en relación al dragón que aún no llega a mi taller mecánico. ¿Podría contar con ustedes, como departamento, para el resguardo del traslado de la criatura desde el Magic Mall hasta acá?- consultó a su "supuesta hermana", no despegando su atención de la figura de Madeleine interrogando a los otros dos testigos; siendo Antoni Tonks el primero en declarar voluntariamente ante la Stark. <<"Pandilla de chicos rebeldes">> caviló sonriendo al escuchar el título que la jefa del Cuartel Auror le dio a los leales a Voldemort.
  15. Rol Ministerial Control de Comercio Universal -Créeme que no estoy de acuerdo con que este suje... o sea, que tu prometido esté escuchando nuestra plática ministerial privada que... tú misma te encargaste de "ocultar" del resto de tus trabajadores y visitantes al conducirme hasta acá ¿O no, Stabolito? Más allá que luego le comentes todo lo que aquí se debatió. Tú, más que nadie, debe comprender lo que es un protocolo ¿Verdad? Y yo tengo la obligación moral y legal de conversar con los propietarios de los locales comerciales... No con su familia ni con sus "enamorados". Pero, por ser tú, haré una única salvedad... Aunque te lo advierto; esto no tiene que repetirse- masculló con molestia el fiscal mercantil, desplegando una mirada fulminante que envolvió a Otto antes de que sus orbes esmeraldas se volvieran a posar más serenos en las perlas grisáceas de la hija adoptiva de Sofía. -En primer lugar... el que sabe si existen o no anomalías en una tienda en el Callejón Diagón... soy yo, no tú. Así que pronto tendrás que llevar mi trasero a cada una de tus instalaciones, si no quieres que te clausure tu proyecto ¿Está bien? En segundo lugar, Jessie... Para registrar cambios en la escritura de tu negocio, como lo son los dueños y los porcentajes de ganancias/pérdidas, debes ir hasta la Oficina de Registro del Ministerio y aproximarte a la ventanilla que trata las modificaciones y consultas (LINK). Ahí te podrán ayudar con tus cosas si rellenas los formularios que están disponibles ¿Se entendió?- explicó con paciencia como si estuviera hablándole a una niña de kindergarten; tomando un breve respiro antes de proseguir con su discurso. -Lo de la señorita Lillian Potter Evans no es algo fácil de resolver, querida... sobretodo porque no se estableció nada cuando iniciaron su negocio. Ella, siendo activa o no, merece una parte de las riquezas del local... quieras o no, Black Lestrange- agregó sin tapujos el aspirante a animago, siendo categórico en su opinión al respecto. -Ahora bien... Me gustaría que fuéramos a conocer tu emprendimiento personal, Jessie. Estoy ansioso de analizar cada una de esas joyas de fantasía que lucen inofensivas detrás del mostrador de la entrada... no vayan a ser parte de alguna maldición mortífaga como las que tú sueles hacer en tus noches de juerga, linda. O tendré que requisar cada objeto que me parezca sospecho, incluso los que vendes en la tienda de regalos. Pero antes que nada, Stabolito, respóndeme una pregunta... ¿Por qué tienes conexión de Red Flu hacia el Resort Dragón Dormido? Me lo cuestiono porque me parece extraño que no sea la mansión Granger tu lugar de nexo- manifestó mientras se paraba de la silla, esperando que su ex-compañera le contestara antes de encaminarlo nuevamente al interior del negocio donde en un comienzo había sido atendido por una muchacha menor de edad de cabello rosa chicle.
  16. Otra de las características principales de los monos era el vasto nivel de locura que poseían; y esa demencia o paranoia tampoco quedaba ajena a Thomas, desde que el extrovertido mago tenía uso de razón. Pese a que ahora su mente estaba ocupando un cuerpo diferente al propio; su esencia algo maniática seguía ahí, intacta, y sin la menor intención de abandonar los pensamientos inmaduros del muchacho Gryffindor que ahora se encontraba en una situación de peligro inminente que estaba mucho más allá de los típicos "líos de faldas" que el adolescente se ganaba voluntariamente por su exagerada curiosidad ante el género opuesto. <<No tendré otra oportunidad. Si el leopardo me ataca de nuevo... Seré alimento de felino, y restos orgánicos para los carroñeros>> caviló con un dejo de desesperación; sentimiento que se opacó con el creciente vibrar de su anillo de prueba, el cual le dio mayor confianza al percibir el apoyo de una persona especial que lo estaba alentado desde un sitio diferente al que sus pies descalzos (obviamente prestados) tocaban con agilidad y destreza a través de la húmeda superficie selvática, realizando una serie de amagos que incitaban los gruñidos de su eventual cazador; criatura que deseaba dar "riendas sueltas" a sus macabros instintos dominantes. Fue en eso, que una gran cantidad de lianas cayeron desde las alturas; adornando el escenario con cipós que el desenvuelto y acrobático Elros utilizaría a su favor en aquel duelo mortal que estaba en su fase de esplendor máximo. Sin dar espacio a dudas ni inseguridades; el Granger empezó a trepar con soltura las estructuras, columpiándose de una en una, con el propósito de confundir al leopardo antes de que éste lo asesinara. Era un vaivén constante que no se detenía con nada en el mundo, realizando piruetas que ocasionaban el mareo del felino, a tal punto de que éste comenzó a colisionar con los troncos de los árboles que cercaban el domo de batalla. Desde las copas más altas de las especies de flora nativa de África, se vislumbraban: gorilas, orangutanes, chimpancés y variadas familias primates que saltaban en su mismo puesto con euforia animando al humano; energía que Thomas adquirió como propia y que la concentró en un fin último que era salir vencedor de aquel enfrentamiento en la jungla. <<Ahora es el momento>> reflexionó con determinación en el mismo segundo que se deslizó por una de las lianas y embistió con fuerza al leopardo, el cual salió despedido hacia una enorme roca que lo noqueó. -¡Lo hice!- gritó Thomas con alegría, dándole la espalda a la bestia para alzar sus brazos y vista al cielo, contemplando toda la batahola festiva que tenían armada sus hermanos. Pero, Elros volvía a ser descuidado como siempre; ya que aquel segundo de inadvertencia y distracción le sirvió al leopardo para recobrar su consciencia y atrever a lanzarse, por última vez, al muchacho con las fauces bien abiertas y dispuestas a desgarrarlo todo. Fue ahí que el ágil y poderoso instinto animal del hechicero afloró en su total apogeo, logrando impulsar la acción de supervivencia que el Gryffindor jamás había sentido de forma tan propia; la misma que le incentivó a darse la media vuelta y apuntar hacia adelante con la lanza, en un veloz movimiento que terminó por salvar su vida. -Ahhhh- vociferó con bestialidad, estando bañado en la sangre de su fallecido oponente que colgaba del extremo de su arma; grito que se acompañó por los fuertes golpeteos de puños que Thomas se auto-propinó, tal y como lo hacen los simios cuando se enorgullecen de sus actos. Sabor estaba muerto, y bien lo distinguieron los monos que descendieron de los árboles para demostrarle su respeto al Granger; inclusive Kerchak, el líder, quien se acercó con su pareja Kala para reconocer el mérito que el "cachorro de humano" había conseguido con valor, esfuerzo y perseverancia. -Lo he conseguido- exclamó sonriendo, justo cuando unos disparos interrumpieron el momento con el arribo de un equipo de exploradores que estaban internándose en la selva de manera ilícita y con intenciones no muy buenas. El fenixiano era astuto e inteligente, al igual que el espíritu que reflejaba su forma animal; por lo que de forma casi espontánea, se comunicó con el resto de sus hermanos para que las hembras, ancianos y crías buscaran un refugio seguro, mientras que los machos jóvenes fueran a explorar para ver de qué se trataba tanto alboroto que espantaba a todas las criaturas de la zona, en especial las aves que migraban al cielo con cada estallido que emergía de las armas de fuego de los intrusos. Pero cuando el hombre-mono saltó hacia una liana con el afán de treparla e ir con sus demás amigos, el ambiente se colmó de una tonalidad nívea categórica que deslumbró los ojos del aprendiz de Suluk; el mismo que ahora se veía rodeado de un manto albino que no permitía que ni una chispa diminuta de color manchara la solemnidad del entorno. -¿Ha concluido? ¿Esto es todo?- cuestionó en voz alta el medimago, esperando que el portal le diera alguna señal que le envalentonara para salir de la compleja prueba que le había ayudado a reafirmar su compromiso consigo mismo y con la Arcana oriunda de Groenlandia, a quien le debía bastante.
  17. <<Es que ya estamos cerca del mediodía>> caviló Elros aún algo dormido entre las sábanas de sus aposentos en la mansión Granger, despegando un ojo para coger el reloj de bolsillo que estaba sobre la cubierta de su velador y así ver qué hora era efectivamente. Pero, tras corroborar que las manecillas estaban próximas a tocar las doce, se levantó de un único disparo que lo lanzó abajo de la cama como si le hubiesen arrojado una cubeta con litros de agua helada del océano Glacial Ártico. -Mamá me regañará- masculló con nerviosismo, mientras se desprendía de su bóxer para ingresar completamente desnudo al cuarto de baño; con el objetivo de tomar una fugaz ducha que lo sacase de aquel estado somnoliento en el que estaba sumergido hace unas cuantas semanas desde que su trabajo se había intensificado con la ausencia de Kyttara y Groter. No tardó ni cinco minutos en salir muerto de frío de la bañera de puertas translúcidas; cogiendo una toalla de algodón que no dudó en cruzar en su cintura luego de secar rápidamente sus cabellos rojizos rebeldes que no fueron humectados con bálsamo aquel día. -Más rápido, bobo... pareces una nena con todas las vueltas que te das- se reclamaba a sí mismo cuando se vestía con ropas ligeras de verano; debido a que habían anunciado en el periódico que haría una excelente jornada soleada pese al cambio de estación. Fue así que culminó por cubrir su cuerpo con: una bermuda de jeans algo desgastada, una sudadera azul rey que dejaba entrever sus musculosos brazos, un par de deportivas níveas, y un jockey de visera curva que combinaba con el tono zafíreo de su prenda superior. -No se me puede olvidar mi varita- manifestó el fenixiano; buscando entre las frazadas y colchas lanudas de su lecho, el arma que siempre le acompañaba. Ya estando listo para salir; posterior a divisar el reloj, sin querer, y percatarse de que llevaba más de media hora de retraso; el adolescente extrovertido recorrió a pasos veloces el pasillo que lo separaba de la puerta de salida del hogar de Sofía, hallándose en el trayecto con Polo, quien le miró con cara de "pocos amigos" al pensar que el muchacho una vez más salía con los minutos en contra hacia su lugar de trabajo. -No es lo que piensas, pequeño chismoso. Cuida bien de los gemelos, eh- le gritó a lo lejos, segundos previos a sumergirse en aquella desagradable sensación de succión que lo trasladó a los confines de la Universidad Mágica. -¡Madre! Por favor, perdóname- exclamó al ver de espaldas a la figura femenina de la hija de Lyla y Andrew McKinnon, acercándose hasta ella justo donde estaba el mítico pozo de Amarna como una pieza inamovible en medio del jardín.
  18. -Me alegra saberlo, señor Haughton. No me hubiese gustado tener que ver estas reliquias en pedazos luego del ataque que llevaron a cabo los malnacidos de los mortífagos. Me imagino que usted está en contra de todo acto de vandalismo como el que presenció aquí ¿No es así, Emmet?- comentó Elros con mayor templanza en su hablar, no sin antes sonreír al ver levitar a sus preciados objetos empaquetados frente a él. -No hay de qué, Gaunt. Firmaré muy satisfecho sus papeles, especialmente porque fue el mismo dueño del "Atelier de Hestia" quien los trajo en persona a mi taller. Una vez que ordene todo esto... se verán de maravilla- respondió mientras se acercaba al escritorio de la recepción donde el comerciante había apoyado los pergaminos que el Gryffindor debía certificar antes de que éste pudiese marcharse de ahí en paz. -¿Misty? Vaya, no me sorprende lo que usted me dice, Gaunt. Últimamente he recibido muchas decepciones por parte de mi secretaria. Créame... Espero que sean las finales o tendré que tomar "cartas en el asunto" en relación a su incierto destino desafortunado- agregó, no olvidando dejar su signatura en la línea que así lo indicaba; para posteriormente poner atención a lo que el vampiro le decía en base a la garantía de sus piezas. -Mantendré bien guardado este comprobante, eh. Lejos de manos curiosas como las de... tú sabes quién ¡JaJaJaJa!- sonrió el adolescente en complicidad con el jefe del Magic Mall, siendo interrumpido por la llegada precipitada de la mandamás provisoria del Cuartel Auror del Ministerio británico. -¡Hola Madeleine! Y claro... es de la peor calidad, despreciable o desagradable; lo que ha pasado aquí ¿Verdad camarada?- contestó sin dejar de contemplar los paquetes que estaban a su proximidad. -¡Claro que vinieron! ¿Acaso crees que dejarían pasar una oportunidad así para atraparlos?- refutó con normalidad a la Stark, pasando por alto la compañía. -Pues... yo no he visto nada más allá que lo que tú has vislumbrado ahora, Madeleine. No me encontraba aquí al instante del ataque. No así mis tres testigos: Misty, Emmet y Antoni- señaló el fenixiano a los demás sujetos que permanecían quietos en el vestíbulo del taller mecánico. -Si gustas puedes interrogarlos- incentivó a la joven escocesa mientras ésta tomaba fotografías con su cámara mágica a la fachada de la vulcanización. En eso, el arribo de otra chica le descolocó por completo. <<¿Será El Profeta?>> se cuestionó dubitativo tras pensar que su amigo Ishaya había mandado a algún reportero a cubrir la noticia, pero no fue así. Se trataba de Patri Gryffindor, una recién llegada a la familia de los leones que afirmaba ser hija sanguínea de sus padres; hecho que aún le perturbaba a diario al no poder imaginarse tal situación. -Hola, linda. Te aconsejo que me des ese afiche a mí, y luego lo pondré. Con todo este ajetreo, no creo que sea bueno manchar la evidencia que dejaron los miembros de La Marca ¿Verdad?- dijo hacia la empleada del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, leyendo por encima toda la información ministerial. -Si gustas, Patri... puedes hablar con Misty, mi secretaria, sobre la criatura que tendremos aquí... pues aún no llega. Obviamente si la auror, aquí presente, parte con la toma de testimonios con los dos caballeros- pronunció, pero justo Athena se interpuso en el camino para quedarse con la Finnigan antes de que Patri emitiese palabra alguna a su favor. -Pregúntame a mí entonces, Patri. ¿Qué deseas saber de mis criaturas? ¿Te interesa mi dragón?- exclamó el paladín con alegoría y orgullo. Por otra parte, la despeinada secretaria continuaba sollozando en un rincón de la destruida antesala; viendo con los ojos llenos de lágrimas como la griega se aproximaba hasta ella con afán de interrogarla. -Buen día, señorita Rouvás. ¡Claro que la conozco!- empezó diciendo la bruja fanática de la música de Stevie Nicks, no sin antes acomodarse sus rubios cabellos en una cola alta que anudó con un listón verde. -Yo me encontraba junto a Antoni Tonks... entregándole su escoba recién analizada, y bueno... debatiendo con el señor Haughton sobre mis capacidades y competencias como empleada del taller en ausencia del Sr. Gryffindor, cuando una ola de sujetos enmascarados ingresó por la puerta principal tras oír el rugido del león. Esa señal me instó a mirar por los ventanales y divisar que eran mortífagos, por lo que yo... sin pensarlo, refugié a los dos visitantes junto conmigo en un pasadizo que conduce hacia la zona donde Don Thomas tendrá a su Ridgeback Noruego- declaró la aficionada a la Nigromancia oriunda de una comunidad pentecostal en los pantanos de Louisiana, esperando que Athena prosiguiera con sus preguntas de rigor.
  19. <<Esto me huele mal... sí, aparte de mí>> pensó Thomas mientras era correteado por el gorila hacia un incierto destino que, obviamente, su mente ajena desconocía. Creía no estar loco ni demente al haber entendido, en una primera instancia, las palabras de aquel enorme elefante preguntándole sobre si deseaba acudir al agua; por lo que se limitó en dejarse llevar por el primate mientras, en el trayecto, meditaba en una buena solución para salir de dicho meollo que ya le provocaba cierto dolor de cabeza al estar sumergido en un mundo de confusión que no le era para nada de habitual. El sonido del gorila cada vez era más potente, denotando el grado evidente de emoción que sentía la criatura acorde avanzaba; pero Elros no conseguía oír nada más que un simple gruñido encabezado por la vocal "u" que no podía comprender en lo absoluto. Fue en eso que su cuerpo "casi desnudo" se dejó entrever en un vasto claro que terminaba en una especie de río que separaba dos tierras hermanas. En las aguas se hallaban decenas de gorilas; disfrutando, gozando y compartiendo entre ellos; armonía que se rompió con la llegada de Tarzán junto a Terk, la antropoide que le había traído hasta ahí. <<¿Qué sucede aquí? ¿Por qué me miran de esa forma tan cruel? ¿Es que acaso hice algo malo?>> se cuestionaba el hombre salvaje, al mismo tiempo que Tantor, el paquidermo, pasó corriendo como un niño por su lado y se lanzó al manantial en un fugaz chapuzón que culminó por empaparlo por completo, además de dejar sin la mitad de agua al río. -¡Hey, tú! Sí, te hablo a ti... ¿Sabes lo que hacemos aquí?- preguntó el veinteañero a la gorila, quien le miró dubitativa al no entender el lenguaje coloquial que su amigo estaba empleando; hecho que la instó a responderle con las típicas "u" que no ingresaban ni por si acaso en los registros de discernimiento del Gryffindor. Al percatarse Terk de que algo no andaba bien con Tarzán; le tomó fuertemente del brazo y lo llevó a un sitio oculto donde poder dar espacio a la plática que ambos se debían. Claro estaba que Elros no entendió ni una sola frase que la primate trató de expresarle, tanto así que terminó por frustrarse. -¿Sabes? No sé lo que intentas decirme... Te va a sonar raro, pero no me es familiar tu lenguaje, lo siento. Es que yo... en verdad, no soy la persona que tú cre...- alcanzó a pronunciar el aspirante a animago, debido a que la gorila le propinó un certero golpe de puño sobre su cabeza para ver si algo cambiaba en su amigo de toda la vida. Aquel mazazo doloroso provocó que la visión del muchacho se nublara por escasos segundos, haciendo que su mente lograra re-alinearse una vez más a través del vibrar de su anillo de prueba, el cual le instaba a seguir con el desafío que el portal le había interpuesto. <<La Legilimancia ¿funcionará?>> se consultó inquieto al tratar de reflexionar; así que decidió mirar profundamente a los ojos a la gorila con el afán de leer lo que ésta estaba pensando, suceso que no funcionó del todo y que también terminó con otro golpe en la cabeza tras sentirse intimidada por el humano. -Tarzán... ¿te encuentras bien?- fue la frase que escuchó con precisión al retornar a la lucidez; sonriendo al haber encontrado, casualmente, la manera de comunicarse una vez más con los integrantes de la tribu de los monos africanos. -Un poco adolorido, pero bien- contestó el adolescente tras incorporarse una vez más frente a la gorila. -Tienes que ponerte en forma, Tarzán. Hoy es el reto contra Sabor, por si tampoco lo recuerdas- dijo Terk muy ansiosa. -¿Sabor? ¿Quién es ése?- preguntó el chico, incentivando a la primate a alzar su brazo en señal de volverlo a golpear si no razonaba. -Sabor, pues. Es el asesino de la selva, amigo- refutó. Palabras que erizaron los pelos de punta en el Granger, quien deseaba salir corriendo por los matorrales de la jungla antes de hacerle frente a algo que podía matarlo, tal como aquel cocodrilo imaginario que por poco lo devora en el laberinto. Lo que sucedió a continuación fue más extraño aún; debido a que el escenario cambió drásticamente y ahora su organismo ya no estaba frente a su amiga gorila, sino más bien delante de un leopardo que le miraba fijamente, rondando su cuerpo con acecho e instinto homicida. En su mano derecha no estaba su varita, en vez de aquella arma mágica, yacía en la diestra una lanza con el extremo distal muy afilado. <<Me va a matar>> bufó para sus adentros, al mismo tiempo que trataba de mantener la distancia de su rival felino. Mientras tanto, desde las múltiples copas de los árboles que cerraban el área de combate, permanecían los gorilas y monos que formaban parte de la tribu de Tarzán; entre ellos Kerchak, el líder y quien aún no aceptaba al humano como su igual adentro del clan donde Kala lo refugió desde que era un bebé huérfano. Fue así que Sabor lanzó su primer ataque a través de una embestida en donde estuvo a centímetros de morder el cuello de Thomas, de no ser por haberse deslizado, accidentalmente, por un charco que le hizo resbalar. <<Sí... moriré>> volvía a meditar entre los gritos de los gorilas; recordando espontáneamente cuál era su objetivo ahí. Dentro de todas las cualidades que lo ligaban al espíritu del mono, estaba la astucia e inteligencia; por lo que se escudó de éstas para idear un buen plan que le permitiera librarse de aquel felino que le parecía familiar de alguna parte; no recordando de dónde. También tenía de su lado la velocidad de reacción, la agilidad y la capacidad de inferir previamente.
  20. -Está bien, maestra Akku... Para otra ocasión deberé andar con una cantimplora siquiera- respondió Elros a las palabras de la inuit, la misma que demostró cierto nivel de desagrado ante la petición inesperada de comida y agua por parte del joven Gryffindor, quien lo había encontrado de lo más normal luego de que Sajag le tuviese un recipiente lleno de fruta fresca para recuperar energías antes de cruzar el portal de la Videncia aquella pasada ocasión. -Entiendo a la perfección todo lo que usted nos relata, Suluk... y agradezo la confianza que ha depositado en mí y también en Mei. Estoy seguro que ninguno de los dos la va a defraudar... Se lo juro por la memoria del mago Merlín que así será- exclamó con confianza el paladín, no olvidando coger el anillo plateado y liso del aprendiz sobre la mano de la anciana; el cual le serviría como medio de comunicación con ésta durante el transcurso de la prueba. <<¿Personalizar? Eso sí que es tener estilo, eh>> caviló sonriendo; imaginándose el sinfín de posibilidades que tenía dicha joya mágica para adoptar una vez que saliera victorioso de aquel reto que estaba a escasos minutos de iniciar. -¿Cómo es eso? O sea que... ¿No podremos usar nuestra forma animal? Es una indicación que no me agrada del todo, mentora... pero debemos obedecer sus directrices. Así que está bien. Enfrentaré esta tarea complicada siendo un simple humano más... Sólo espero que el portal sea benévolo conmigo y que no torture ni frustre mis deseos de poseer esta maravillosa habilidad que usted nos inculcó- manifestó con una cuota inesperada de nerviosismo, mirando de reojo a la Delacour mientras la Vara de Cristal de la bruja emitía una serie de destellos que encandilaron a las esmeraldas órbitas del medimago ansioso por verse adentro de su último obstáculo antes de ser considerado un animago. -Muchas gracias por sus buenos deseos, maestra... Y Mei... te espero sana y salva a tu regreso o al mío, amiga. Por favor, cuídate mucho ¿Vale?- pronunció el chico sin vacilaciones, logrando dibujar una bella sonrisa en su rostro justo antes de desviar su centro de atención hacia el portal; el mismo que no dejaba de llamarlo. <<La mente serena... el espíritu tranquilo... Inhala, Exhala... Otra vez, Elros>> eran los vocablos que repetía el patriarca de los Granger cuando su cuerpo mortal se sumergió en aquella puerta tridimensional zafírea que lo trasladaría a una realidad absolutamente diferente a lo acostumbrado por él. Sus orbes no tardaron en abrirse en medio de un hostil panorama que involucraba tinieblas y una tormenta que azotaba con potencia las copas de los árboles de un frondoso sitio que parecía ser una selva. Así era; Thomas estaba en medio de África en el siglo XIX, cuando una pareja de ingleses y su hijo escaparon de un barco en llamas, y terminaron en una vacía y deshabitada costa, donde construyeron una casa en uno de los miembros más diversificados de la vegetación de la zona salvaje con los restos de su nave para poder vivir hasta su eventual rescate. No eran sus manos ni eran sus pies los que jugueteaban alzados sobre el aire, pero sí era su consciencia la que comandaba aquel cuerpo que se mojaba con el agua. La escena cambió drásticamente desde la ternura al horror, pues un leopardo ingresó en la vivienda y dio muerte a ambos adultos, evocando un potente llanto en el bebé encarnado en Elros, el cual incentivó a una gorila de los alrededores para adentrarse en aquel peligroso lugar, y salir huyendo con el niño antes de que el felino lo asesinara. -Ta... Tarzán- fue el nombre que resonó en sus pensamientos, tal como si el primate le hubiese hablado en su mismo lenguaje; comprendiendo que ése sería su nexo. Posteriormente, todo el ambiente se nubló y una densa neblina blanquecina cegó a Elros, hasta el punto que su cerebro perdió la noción de aquel refugio cálido que le brindaba Kala; cambiando a una circunstancia distinta donde ahora poseía el cuerpo de un hombre joven casi desnudo, de no ser por un taparrabos café que cubría sus partes íntimas. <<¿Dónde estoy? ¿Quién soy?>> se preguntaba a sí mismo, mientras analizaba sus manos desde las palmas y luego ambos dorsos, pudiendo ver un anillo en su anular zurdo que vibraba tenuemente. Mentalmente habían transcurrido 20 años después del panorama inicial, y Tarzán ya era un esbelto adulto que se convirtió en un experto trepaárboles y columpialiánas, desarrollando una gran fuerza y resistencia para sobrevivir a los peligros de la jungla. Ahora bien, no era solamente el hijo de aquel matrimonio fallecido, sino que su hábil consciencia estaba siendo ocupada por el aprendiz de Animagia que aún no lograba habituarse a los hechos. -Oye Tarzán... ¿Vienes al agua?- preguntó una voz grave proveniente de un elefante que apareció justo a su espalda, asustándole de sobremanera, a tal punto de que resbaló con una rama y cayó sentado en el piso. -¿Quién eres tú?- consultó Elros, a lo que el animal contestó con un fuerte sonido emitido gracias a su enorme trompa; respuesta que ahora no pudo deducir, en el preciso instante que un gorila apareció desde lo alto de un árbol, y empezó a empujarle con insistencia hacia el interior de la selva sin saber hacia dónde se iban, pues no podía comunicarse.
  21. -¿Para mí? Vaya Eneas, veamos de qué trata esto- respondió a las palabras del elfo de su madre, cogiendo entre sus manos una caja cuadrada envuelta en papel amarillo con un elegante listón negro; detalle característico que le hizo recordar a su querida casa de Hufflepuff cuando era tan sólo un estudiante más de Hogwarts junto a sus entrañables amigos. -¡Chocolates y dulces de miel! ¡Maravilloso, eh! ¡Gracias! Annick sabe muy bien mis gustos. Creo que, poco a poco, comienza a comprender todo lo que he tratado de demostrarle durante estos meses de mi arribo desde el futu... o sea, desde tierras lejanas ¿No? Pero bueno, jamás hay que darse por vencido cuando tienes una meta que cumpl...- fue lo que alcanzó a pronunciar Elros cuando sus orbes se percataron de una nota oculta entre los pliegues de la envoltura; por lo que la abrió muy fugaz y comenzó a leerla mentalmente, siendo contemplado por un expectante elfo doméstico que únicamente esperaba órdenes del legilimago. -Ehh... no tienes de qué preocuparte, pequeño. Misty Day tiene que solucionar ese tema... Además creo necesario que el Cuartel Auror debe venir a examinar el área y tomar declaración a los testigos antes de limpiar todo este desastre. Y bueno... en relación a la petición de tu ama, pues... dile que la espero mañana cerca del mediodía en "El Pozo de Amarna". Está en los territorios de la Universidad, ella debe conocerlo por Elvis. También pídele que Dido y Rhaenya elaboren un pícnic sencillo ¿Vale? Bueno, Eneas... puedes marcharte. Yo tengo mucho que hacer aquí en este sitio. Dale mis saludos a Annick- declaró antes de acariciar la cabeza del elfo para encaminar sus pies, una vez más, al interior de su taller mecánico donde su secretaria no paraba de sollozar como una magdalena. -¿Crees que tus lágrimas me convencerán de algo, Finnigan?- preguntó a la recepcionista, aún conservando en sus pensamientos aquella idea sobre la reunión con su madre en el bendito paraíso donde se desarrolló la historia egipcia de Nefertiti y Akhenatón. -Me imagino que diste aviso al Ministerio antes de meter mano ¿O no?- añadió sin dejar de fulminarle con la mirada; pasando por alto que Antoni y Emmet aún continuaban allí observando todo lo que acontecía adentro de esas cuatro paredes de la vulcanización. -Sí jefe... mandé una misiva a nombre de su familiar... Ley Gryff...- no pudo terminar de pronunciar el apellido de la mujer, debido a que Thomas la volvió a silenciar en el acto. -¿Eres necia o te haces, Misty? Ley ya no está en el Cuartel Auror... Ella acaba de renunciar hace unos días atrás... ¿No lees El Profeta? Vuelve a mandar el mensaje, pero esta vez a nombre de @ ¿Está bien?- inquirió antes de que la Day asintiera con sumisión. -Señor Haughton... Cuénteme ¿Qué te trae por acá? Me imagino que el tridente y el dragón no sufrieron daños ¿Cierto?- comentó sonriendo forzosamente.
  22. Rol Ministerial Control de Comercio Universal -Además Jessie... Yo no puedo autorizar a nadie para que irrumpa o aparezca violenta y repentinamente en un lugar, menos en una mansión de Ottery... por más inquisidora ministerial que seas ¿Entiendes? Quizás sí puedo permitirte el paso a mi negocio en el Callejón Diagón... Es un taller mecánico bastante peculiar que puedes ir a conocer cuando gustes, eh... y por cierto; ahí no encontrarás nada ilegal... te lo afirma el mismísimo fiscal mercantil del Control de Comercio Universal- comentó Thomas a su ex-compañera de Misterios; tomando un respiro mientras terminaba de analizar los documentos que la Stabolito le había tendido previamente. -¿El Cuartel Auror está siendo investigado? Vaya... ésa sí que es una novedad, querida. Es una lástima que mi hermana renunciara a la dirección justo cuando el Ministerio planeara rastrear sus pasos ¿No lo crees? ¿Coincidencia leve o medida de precaución? Creo que deberás indagar sobre ese suceso en particular, Jessie- agregó en relación a la partida fugaz de Ley al mando de varios trabajadores; dejando a Madeleine Stark con mucho más trabajo de lo habitual en su cargo de jefatura. -Lo otro que no me quedó muy en claro es eso del "Cateo de Darius" ¿Quién es ese sujeto y qué tiene que ver con mi familia? Te lo advierto, Black Lestrange... no quiero "juegos infantiles ni rodeos" en esta oportunidad... ¿Qué hará ese tipo en mi hogar?- preguntó con curiosidad; al mismo tiempo que guardaba los dos pergaminos, que la bruja le pasó, entremedio de los papeles que tenía archivados en su carpeta de viaje y que prontamente rellenaría con los datos del local de comida y obsequios de la hija de Sofía. En eso, la puerta del salón privado al interior de la tienda se abrió de par en par, dejando entrever la figura de un hombre de cabellos azules a quien reconoció inmediatamente sin presentación alguna de por medio. -Buen día, Otto. Estoy en una reunión "privada" con tu prometida... o como la llames, eh. Si los papeles estuvieran al día y tú sí figuraras como propietario... podrías quedarte, pero no es así. Jessie... te pediré que le digas al Black de que espere afuera mientras terminamos de platicar, por favor- solicitó. -No es nada personal, Otto... pero es parte del protocolo de seguridad ¿Comprendes?- agregó tratando de ser un poco más simpático con el demonio, pues no deseaba molestarle ni tampoco parecer un tipo fastidioso frente a la mirada algo expectante de la Stabolito. -Te lo dije, Jessie... en cuanto puedas acércate al Ministerio para que regularices la situación del título de propiedad del negocio. Hazlo ahora o más adelante puedes tener problemas legales con Lillian Potter Evans y su porcentaje ¿Estamos en sincronía?- manifestó el fenixiano antes de que el Black hiciera abandono de la oficina, esperando que éste escuchara aquella advertencia que le transmitió a su antigua camarada por su bien y el de su local comercial. -Bueno, Granger... Te escucho- concluyó el adolescente mientras se cruzaba de brazos; dando un tiempo para que Jessie reorganizara sus ideas y las expusiera serena.
  23. -¿Eneas?- fue la interrogante que surgió en los labios del Gryffindor cuando divisó al elfo de su madre desde la otra esquina donde se encontraba su taller mecánico, llamándole la atención que el pequeño se quedase quieto por más de lo habitual, frente a la fachada donde debía estar la entrada metálica con la cabeza de león que no dejaba de rugir ante el arribo de un visitante; hecho que tampoco sucedió en aquella ocasión. <<Algo extraño debe estar pasando aquí>> caviló nervioso Thomas, apurando el paso con tal de cruzar lo antes posible, y así analizar con sus propios ojos lo que más temía. Escombros, rocas, madera quemada, líquido desparramado, fierros y neumáticos trozados en pedazos de caucho y goma; era parte del panorama que ingresó a presión a su cerebro algo inmaduro, reconociendo inmediatamente que su tan anhelado sueño había sido blanco de terrorismo mágico. -¡Claro que estoy aquí, Eneas! Y no tienes que hacer tal gesto de cortesía ante una desdichada que no lo merece... pues es cierto que no lo merece ¿No es así señorita Day?- resonó la potente voz del adolescente por toda la antesala de la vulcanización; erizando los pelos de Misty, la misma que dejó caer una bandeja de plata con dos copas de cristal que contenían agua para Emmet y Antoni. -Se... señor Gryffindor... Yo puedo explicarle to...- alcanzó a pronunciar la Finnigan, siendo silenciada por un rápido movimiento de varita del pelirrojo. -Lo que yo puedo ver acá... me deja en claro lo que aconteció, Misty. Lo que no entiendo es el porqué de tu no aviso hacia mi persona, siendo yo quien manda aquí ¿Quién te crees mujer? ¿La propietaria? ¿Cómo es posible que tú no hayas mandado una nota a mi domicilio? Mira el desastre que hay aquí adentro- exclamó con enojo, avanzando hasta el diminuto ser de ojos castaños, orejas grandes y nariz respingada. -Eneas... acompáñame afuera. Ahí podremos platicar tranquilos sobre lo que tu ama te confió ¿Vale?- le susurró al elfo tras agacharse un tanto, para posteriormente recuperar su postura bípeda y así mirar el entorno. -Antoni, Emmet... Lamento mucho las molestias, eh ¿Se encuentran bien? Ehh... iré unos segundos afuera para no dejar al elfo de mi tía esperando, puede haber pasado algo allá también. Enseguida regreso con ustedes para que platiquemos ¿Está bien? ¡Ah, y Emmet! Me alegra ver que mis reliquias están intactas; luego hablamos de todo lo que pasó y sobre lo que estaban haciendo antes del atentado- manifestó con una sonrisa tímida a flor de labios; encaminándose con Eneas hasta la fachada del taller donde se mantenían algunas motos voladoras, que gracias a Merlín no estaban instaladas al momento del ataque mortífago. -Muy bien, Eneas... soy todo oídos- incentivó al pequeño con el propósito de que éste comenzara a relatar lo que la McKinnon le transmitió.
  24. <<Inhala... exhala... Muy bien, sigue así Elros>> se auto-motivaba el Gryffindor, conservando aún la misma y cómoda posición sobre la tierra a la salida del laberinto; dando gracias a Merlín por haber salido con vida de aquella travesía infernal que lo enfrentó a un brutal cocodrilo que estuvo a pasos de devorarlo. Si las cuentas no le fallaban, aún le restaba sortear un obstáculo más para llegar al Ouroboros; barrera que obviamente sería muy complicada de pasar, al igual como aquella vez en que Sajag lo orientó con la música de su bansuri para que no perdiera el rumbo y lograse arribar victorioso al salón circular donde le aguardaba su máximo desafío. -He llegado hasta la pirámide... ¡Grandiosa construcción ancestral eh! Debe ser antiquísima. Jamás se me ha pasado por la mente el preguntarle a un Arcano sobre la leyenda que Mr. Pippin relata a todos los estudiantes cuando ingresan a su despacho para inscribirse a una habilidad- reflexionaba en voz alta el fenixiano, al mismo tiempo que se ponía de pie, con el propósito de sacudir sus ropas ligeras níveas (que ahora parecían ser de color café mimetizado por las manchas de lodo que se manifestaban por doquier) y posar sus orbes esmeraldas en la cima del monumento del Ateneo. Fue así que el apuesto muchacho extrovertido decidió continuar con su misión, avanzando hasta los escalones que lo conducirían hasta donde Suluk lo esperaba; pero cuando sus pies tocaron el cuarto peldaño de piedra, una inesperada aparición desde el cielo le dejó con los nervios alterados. Se trataba de una esfinge; una bestia con tendencias algo violentas que tenía el cuerpo de un león: grandes patas con garras y una cola larga y amarillenta que terminaba en un mechón castaño. Su cabeza, sin embargo, era la de una mujer de finos ojos almendrados tonalidad avellana; mismos que se fijaron curiosos en la fisonomía espantada del chico de escasos veinte años de edad. "Un pastor tiene que pasar un lobo, una cabra y una lechuga a la otra orilla de un río, dispone de una barca en la que sólo caben él y una de las otras tres cosas. Si el lobo se queda solo con la cabra, se la come; si la cabra se queda sola con la lechuga, se la come. ¿Cómo debe hacerlo?" <<¿Un enigma?>> caviló el patriarca de los Granger, recordando que dichos seres mágicos gozaban con poner en serios aprietos a los humanos con sus difíciles acertijos. ¿Por qué Suluk pondría una prueba así? ¿Qué tiene que ver esto con mi aprendizaje? ¿Un hombre, una cabra, un lobo y una lechuga? Eran los cuestionamientos que se formulaba el medimago del Control de Comercio Universal; pensando en una rápida solución antes que la esfinge intentara asesinarlo por su evidente osadía al estar ahí. -Claramente esto trata sobre la cadena alimenticia del ciclo de la vida de los animales... como cuando el cocodrilo intentó comerme... o cuando el oso me atacó en la reserva canadiense tratando de proteger a sus crías- hablaba solitario hacia el cielo, meditando en una salida viable que le permitiera el paso a la estancia con la estrella de cinco puntas. -Ya sé... esto es una maniobra totalmente astuta, querida... El pastor pasa primero a la cabra, la deja en la otra orilla y regresa por el lobo. Al cruzar, deja al lobo y vuelve con la cabra. Luego deja la cabra en el sitio del comienzo y cruza con la lechuga. Finalmente deja la lechuga con el lobo y vuelve por la cabra. Así termina pasando a los tres sin que nadie se devore- respondió con una radiante sonrisa tras su raciocinio; argumentos que fueron válidos ante la criatura oriunda de Egipto, la misma que se elevó por los aires hasta perderse entre las nubes. <<Suluk sabe muy bien lo que hace... Todo lo que viví en el Lago Moraine, en Los Ángeles y aquí... se unen en un tema tan delicado e importante como lo es el ciclo de la vida>> concebía psíquicamente el Gryffindor mientras su brújula prosiguió con su caminar hasta que su silueta masculina cruzó el umbral donde se hallaba la inuit con Mei. <<¿Tendrán algo de fruta y agua?>> se cuestionó dubitativo. -Me alegra verle, maestra Akku. También a ti, Delacour. Se te ve entera... gracias a Morgana- bromeó el chico con su amiga y Líder de bando; guiñándole su ojo izquierdo mientras se ubicaba a su flanco derecho, en señal de complicidad por todas las aventuras que habían tenido que pasar juntos. -Sí, mentora... Soy digno de probar mi fortaleza ante el portal. Acepto con gusto enfrentar la prueba de la Animagia con todo mi entusiasmo y sabiduría. He leído todos los documentos que el Ministerio me entregó cuando Pip permitió mi presentación ante usted. ¡Estoy listo!- exclamó con agallas el retoño menor de Annick y Elvis, vislumbrando con añoranza aquella serpiente que se mordía su propia cola en el suelo al interior de la mitológica pirámide que custodiaba su organismo mortal por tercera oportunidad. -Eso sí, Arcana... me gustaría comer algo antes... mi apetito es algo... voraz- finalizó.
  25. <<La familia está primero>> eran las palabras de Sofía que aún resonaban en su consciencia; frase que fue dada a conocer por la francesa durante aquella reunión veraniega que sostuvieron junto a Jessie y los gemelos en las comodidades de la sala más próxima al comedor donde cenaron previamente. Por su parte, Thomas prometió cuidar de la nueva hija adoptiva de la vampiresa, siempre y cuando ésta estuviera resguardada en la mansión; ya que como empleado ministerial y miembro activo de La Orden del Fénix, no iba a permitir que la Stabolito causara desastres cubriendo su rostro con una máscara como una vil rebelde antisocial. El día poco a poco comenzaba a terminar, y los últimos rayos de sol se manifestaban débiles frente al ocaso; instante preciso en que el chico de fornido cuerpo apareció en los jardines traseros de su residencia a través de un portal tridimensional que conformó con ayuda de la magia del Druida. <<Amo el aroma de los cerezos. Bellos y elegantes sakuras>> caviló con los ojos cerrados mientras inhalaba con fuerza una masa de aire que ingresó por las fosas nasales hasta su sistema respiratorio, brindándole de una sensación de pureza natural que regocijó a su espíritu paladín que se hallaba despierto hace mucho tiempo atrás. -Más te vale, Black Lestrange. No quiero verme en la obligación de tener que usar "ésto" en contra tuya- exclamó en voz alta y con varita en mano diestra el adolescente, tras alcanzar a oír la confesión de la inquisidora hacia su madre; la misma que parecía tener un semblante y actitud muy diferentes a las que él recordaba desde que era un bebé en brazos de Annick y Elvis. -Hola Sofía... ¿Nuevo look? ¿Visos o reflejos? El rojo te viene muy bien, querida... te da un toque Gryffindor que no puedes negarte a aceptarlo- bromeó Elros, no pudiendo controlar la risa que brotó espontáneamente en él frente a las brujas que parecían estar muy serias y pensativas. -¿De quién es esta mascota? Cuidado con andar defecando por ahí, eh... Mira que el trabajo extra como jardinero en esta residencia británica no me lo paga nadie. Será bueno que mantengas tus patas lejos de los árboles que planté la semana pasada... o te las verás conmigo- decía Thomas al animal, sabiendo que sí lo comprendía; ya que desde el primer instante en que él se había transformado en un mono, supo que las criaturas sí podían tener un intelecto que los humanos comunes desconocían. -¿Cómo están ustedes? Las noto melancólicas y tristes... ¿Es que pasó algo y yo no me enteré?- consultó extrañado el patriarca, desviando su mirada esmeralda desde Jessie a Sofía y viceversa, esperando que alguna de las dos alzara la voz con una respuesta convincente.

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