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Thomas E. Gryffindor

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Todo lo publicado por Thomas E. Gryffindor

  1. La sonrisa satisfecha del muchacho Gryffindor tras haber realizado a la perfección su portal, se esfumó en un santiamén al vislumbrar que Badru le estaba apuntando directamente con su vara de cristal azabache; misma varita de la cual salió un resplandor opaco fulminante que le encandiló los orbes segundos antes del inevitable impacto hacia un estudiante colmado de cansancio. -¿Dónde estoy?- se preguntó, muy adolorido, cuando sus dos párpados se despegaron poco a poco, dejando entrever un paisaje oscuro y poco nítido que mantuvo bastante intrigado al mago de cabellos rojizos como el fuego. -Mei... ¿Dónde estará? ¿Maestro? ¿Hay alguien por aquí?- consultaba a viva voz el extrovertido veinteañero, sin obtener alguna respuesta alentadora que le indicase que no estaba completa y absolutamente solo en aquella caverna del averno. Decidió ponerse de pie con un dejo de dificultad, la cual se vio reflejada por el firme apoyar de sus manos sobre la roca que sobresalía de las paredes; muralla que estaba a una temperatura más alta de lo habitual y de lo que se esperaba de una gruta teñida por las tinieblas. -Lumos- susurró con varita en mano, emergiendo de ésta una bolita de luz que alumbró su trayecto por una vía estrecha que parecía ser la única alternativa que tenía el ojiverde para salir de ahí. <<Auch... me quemo>> caviló con una mueca de ardor en el rostro luego de palpar una grieta volcánica que estaba en medio de su recorrido, hecho que le obligó a tomar la decisión de utilizar uno de los hechizos del Libro del Druida para no volver a formar otra herida en su cuerpo. -Ignea- invocó el legilimago, surgiendo así una lluvia de polen de lirios de fuego que roció cada rincón de su esbelto ser corporal; otorgándole cualidades que le favorecerían al minuto de enfrentar una mayor emanación de calor que provocase en él estragos peores. Y así fue, pues al avanzar por su único y estrecho camino, una llama ardiente brotó de la nada con intenciones de calcinarlo tras pisar una baldosa de piedra que se hundió con el contacto directo de su pie derecho; librándose ileso de una especie de trampa que le indicó que su presencia ahí no era muy grata que digamos. <<¿Será un templo antiguo?>> se cuestionaba el chico mientras recorría el recoveco más aliviado; percatándose que tendría que escalar un trecho que permanecía más inclinado en una pendiente que bordeaba los noventa grados de angulación. -Y así con Badru... vaya reto que nos has puesto al venir en tu búsqueda. Nadie me mandó tampoco- refunfuñaba el aspirante a vidente, al mismo tiempo que sacaba la pomada hecha con los pistilos, y bañaba sus manos con el ungüento con el propósito de adherirse a la perfección a la superficie rocosa que tenía enfrente. <<Soy un ratón en plena tubería de una fundición de metales pesados... Es un calor horrible el que hace aquí adentro>> gruñía para sus adentros, subiendo de a poco y con seguridad; arrastrándose de vez en cuando. A continuación un aterrador y molesto ruido, similar a un grito chillón de mandrágora, brotó en el ambiente; como dando la alarma que un intruso estaba aproximándose a una mayor fuente de calor que se lograba percibir con el rocío del polen que permanecía impregnado en el organismo del alumno, colaborándole también en la resistencia ante la temperatura extrema que se dejaba relucir sin cavilaciones en la atmósfera subterránea. Sin pensarlo dos veces, el ojiverde activó el Anillo de Salvaguarda contra Miradas Indiscretas y conjuró verbalmente "Cantar de Eleboro", protegiendo todos sus sentidos; en especial la audición que se estaba viendo mermada con el sonido que por poco le causa una jaqueca incontrolable al notar que una tapada de orejas no detendría la posible rotura de tímpano que venía a pasos agigantados. -La vida no es fácil para nadie- masculló con recelo, teniendo que tomar una postura más incómoda aún, al agacharse para pasar por un hueco que le transformaría en un enano tras sentir sus rodillas a la altura de su torso. Los minutos pasaban y Thomas ya entró a desesperarse al no hallar más luz que aquella que discurría de "Lion" con menor fuerza que al empezar su aventura; temiendo por su vida tras haber intentado aparecerse fallidamente. -¿Será un laberinto o una prisión?- se preguntó el adolescente con el Amuleto contra Defensas Carcelarias entre las manos, dándose cuenta que estaba errado o ahí existía una fuente de poder más magistral que la suya que le impedía utilizarlo para salir de ahí. En eso, otro problema se avecinó ante la mirada estupefacta del patriarca Granger; debido a que una anaconda sacó su cabeza entre tanta oscuridad que tenía por delante en aquel pasadizo, abriendo sus fauces como león encausado a devorar su presa. -Obsistens- pensó como acto reflejo a pocos centímetros que el reptil lo envolviese con su hocico; conformando un cerco luminoso azul rey que absorbió a la criatura y la hizo desaparecer sin dejar rastro alguno en dicho sitio que cada milésima de perímetro se volvía más angosto y reducido. -Por Merlín... por poco y me come- manifestó muy agitado el jovial trabajador ministerial de la novena planta; divisando, a la distancia, una tenue emanación de energía que fluía al final del camino que ya estaba recorriendo a "punta y codo". -¡Fulgura Nox!- vociferó con toda la potencia mortal que restaba en su espíritu, logrando expandir la pequeña brecha tiempo-espacio que estaba frente a sus esmeraldas oculares que ya reflejaban un agotamiento generalizado de toda su anatomía. Y fue así que el Haz de la Noche del legionario agrandó el portal, siendo atravesado por éste luego de haber curado todas sus heridas de batalla con el uso de hechizos de Primeros Auxilios y amuletos de libros previos al conocimiento del Druida. -Vaya, vaya, vaya... un domo de duelos- se maravilló Elros con una sonrisa levemente arqueada en su fisonomía confundida; viendo con atención cada detalle nuevo que estaba frente a su persona en medio del mismo desierto que le había servido como lugar de entrenamiento con Badru. <<Espero que Mei no tarde en arribar... ¿Habrá sobrevivido?>> era la frase que, una y otra vez, recorría el universo de los pensamientos del primogénito de Annick y Elvis; el cual estaba esperanzado en ver aparecer a su líder Black Delacour a través de un portal cercano al suyo, entre tantas partes corporales y armas de piedra que sobresalían de la arena bajo sus tibios pies.
  2. La aparición de Thomas había sido exitosa, pues su organismo completo ya estaba plasmado en las cercanías de la mitológica Pirámide del Ateneo, mismo sitio que tuvo que abordar cuando enfrentó el portal de la Legilimancia a través de los conocimientos entregados por Rosália durante una larga cátedra mental. -Es un hermoso lago... pero eso no le quita importancia a la hora de transformarse en una de las pruebas que se deben sortear antes de poder siquiera pensar en llegar a los pies del Ouroboros- expresó el Gryffindor para sí mismo en voz baja, recorriendo con su mirada esmeralda cada una de las orillas de playa que se conformaban alrededor de aquella curiosa masa de agua estancada en las proximidades de la Universidad. <<Escógeme a mí. Te llevaré a tu destino>> fue la extraña y melodiosa frase que escuchó a la distancia; palabras que le incitaron a avanzar rumbo a la tranquilidad de la laguna en donde flotaban tres cartas del Tarot junto a una diminuta sombra con un tenue oleaje que parecía ser la zona en la que, posiblemente, descansó otra de éstas. <<Lyra se me adelantó>> caviló sin inquietarse, ya que sabía que cada uno debía seguir su ritmo de vida como mejor le funcionase; no todo debía ser precipitado. -Es una oportunidad increíble para dejar fluir mis instintos. No debo flaquear ahora... No es instante. Ya todo lo que hemos aprendido está incorporado en nuestro espíritu- pensó con los ojos cerrados, esbozando una sonrisa al imaginarse a la figura de su mentor apoyándole como de costumbre. Fue así que, sin meditarlo demasiado, el chico legionario de la Orden del Fénix cogió una de las cartas; asombrándose al corroborar que se trataba de "El Sumo Sacerdote". -Representa el poder espiritual y temporal- manifestó, agitándola despacio con tal de escurrir un poco lo mojado que estaba el cartón. Tras ojearla bien, pudo distinguir que la carta traía consigo la figura de un hombre sentado en un trono con unas columnas detrás; llevando un tocado dorado a modo de triple corona que interioriza el poder anímico, espiritual y material. Con la mano derecha está bendiciendo, mientras que con la zurda sostiene un cetro con tres calados; y a sus pies hay dos monjes arrodillados: uno con colores más rojos que representan "la acción", y otro con tonalidades azabaches que tienen que ver con "la sumisión". <<Dice relación con la obediencia al poder y la voluntad divina; de respeto al orden y a las leyes del mundo... Una vez más mi rumbo está siendo marcado por la ruta de mi destino>> fluían, una y otra vez, las predicciones del fenixiano al analizar la elección que había efectuado; recordando que en el tomo de Numerología visto en la clase, aquella carta era ligada al número "cinco" que enmarcaba la aspiración al conocimiento, la dualidad entre la armonía y el equilibrio con todo lo que nos contradice... Una carta completa e íntegra en todo sentido si se sabía leer de la manera más favorable y directa posible. Si bien era cierto que, dicha carta siempre estaba condicionada por el resto que la rodeaba en una lectura, como resultado final era positiva. Indicaba mucha fuerza de voluntad para conseguir las metas, tratándose de un mago o bruja que representaba una madurez cultivada bajo la experiencia de la vida misma, capaz de ayudar y dar uno que otro consejo a quienes le rodean; en el fondo se trataba de un gran amigo que demostraba a diario su amor paternalista, muy protector y cálido, e incluso constructivo a la hora de dar su opinión o crítica. Todo lo que le indicaba su lectura era muy cierto, pues el pelirrojo se conocía muy bien, y todo concordaba con su vivencia actual y las situaciones que estaba pasando en su trayecto como persona y empleado ministerial. -Sajag es muy sabio... He aprendido mucho de él... y también de mí- balbuceó el inefable entremedio del soplo del viento, al mismo tiempo que afirmó una cadena de hierro que saltó a sus manos de forma instantánea tras terminar de leer su elección. Y fue así que, tras jalar fuertemente de la metálica elaboración, emergió desde las profundidades del lago un bote que se vació en escasos segundos de toda el agua que lo resguardaba de los vistazos curiosos de quienes se acercaban hasta las orillas con el propósito de cruzar hacia la pirámide. -Vamos a la isla- dijo el primogénito menor de Annick y Elvis; subiéndose a la barca de un único salto que lo posicionó como capitán del pequeño navío de madera cubierto de algas pegajosas que le daban un aspecto horroroso y lúgubre. <<Hoy no tenía intenciones de nadar... y eso que hace bastante calor>> caviló para sus adentros mientras la embarcación fijó su brújula hacia la masa de tierra central que albergaba su prueba final y decisiva en la cúspide de su habilidad mágica... la Clarividencia.
  3. Thomas E. Gryffindor

    Videncia

    Escuchar su seudónimo como un susurro proveniente desde los labios de Sajag, fue lo que finalmente calmó al mago tras la serie de imágenes que brotaron en su mente durante aquella fase de vigilia; aprovechando aquel lapso temporal para dejar la toalla, antes utilizada por él con tal de secar el sudor de su frente, sobre un velador que yacía a un costado del catre que el Arcano le había facilitado para pegarse una siesta inducida con fines académicos relacionados a una de las áreas de la poderosa habilidad. El joven oyó la voz pacífica del hindú al referirse a Lyra; palabras alentadoras, sin duda alguna, que dejaron en evidencia el poder que la hechicera tenía arraigado desde las líneas sanguíneas heredadas de su madre. -Entiendo, señor. Disculpe mi falta de mesura al creer que había visto algo que... algo que me acomodaba o, mejor dicho, me hacía feliz a mí. Es muy cierto que el futuro es incierto... pero el arte de la Clarividencia nos puede ofrecer diversas puertas a cruzar con matices completamente distintos. Sé que está en nosotros perseguir nuestro destino... No me volverá a pasar. Se lo prometo... Aprenderé a mantener la compostura ante mis interpretaciones- expresó el Gryffindor, observando que el docente se paraba desde su butaca para abrir las ventanas y así dejar entrar la luz, renovando el aire denso que los tres estaban compartiendo hace horas. -Sabias son sus palabras, señor. Un buen consejo y una grata ayuda, indudablemente. Debemos ser leales con nosotros mismos y con el resto. Nuestro don no será usado para dar "sensaciones placebo agradables" a quienes recurran a nosotros por una mano amiga. La honestidad es un valor que ha sido inculcado en mí desde pequeño... viene de casa, de la educación de mis padres. Jamás estaría en mí el engañar a los demás con tal de conseguir fama, Sajag- agregó el inefable, sonriendo ante el gesto del arcano al alzar sus dos manos en señal de un abrazo simbólico hacia sus dos alumnos. -Su pensamiento es muy acertado, y me parece una buena oportunidad para pensar bien las cosas... no hacia un querer o no enfrentar la prueba; sino más bien el estar totalmente preparado ante las adversidades que allí adentro se viven. Tendremos la convicción, la determinación, la fortaleza y el conocimiento que usted nos ha otorgado con una guía magistral... pero ¿Dónde queda la valentía en todo esto? Muchos suelen perder la cabeza tras cruzar el portal... No es una decisión muy fácil ni ligera de tomar... pero, por mi parte ya lo ha de saber, señor- comentó antes de querer ponerse de pie. -Entonces, Sajag... es un: "nos vemos pronto"- exclamó el veinteañero, acercándose hasta el Arcano con el fin de estrecharle la diestra con cortesía, esta vez siendo él quien le envolvió la mano con su zurda, realizando el mismo ademán que el amigable barrigón había efectuado en su bienvenida al despacho. -Con tu permiso, Katara. Que tengas un término de jornada provechoso- agregó, despidiéndose de su compañera con una sutil reverencia antes de cruzar definitivamente el marco de la puerta de salida. <<24 horas... 1 día... es tiempo suficiente para pensar bien todas las alternativas que tengo en juego... a favor y en mi contra>> caviló el alquimista, segundos antes de posar sus pies en la fachada de la Universidad; desapareciendo en el acto hacia los confines de la mansión Gryffindor en Ottery. Aquella noche no fue para nada tranquila en la mente de Elros, tanto así que tardó mucho en conciliar el sueño. Estaba ansioso, quería estar pronto frente al Ouroboros una vez más, sacar a relucir todo lo aprendido con su mentor, y asimilar como propio el don de la Videncia; fuente de sabiduría que le conduciría por un camino sembrado de paz y serenidad interior si sabía manejar bien su destreza. Tenía la noción de haber demostrado todo su potencial durante el desarrollo de la clase, por lo que estaba conforme consigo mismo y con todo lo entregado frente al Arcano y su compañera Selwyn; características trascendentales que le beneficiaban a él y a sus expectativas personales de adolescente con un norte bien definido. Fue así que al llegar la mañana, Thomas actuó en su morada con absoluta normalidad; y llegada la hora indicada, cogió su equipaje de mano con coraje al instante preciso de aventurarse hacia los jardines delanteros de la residencia fenixiana. <<Vamos Elros... es una prueba más. Sólo concéntrate y da todo de ti>> meditó perseverante el aspirante; sumergiéndose en dicha sensación de vacío que lo materializaría de lleno en las proximidades de la Pirámide del Ateneo donde le esperaba la prueba de la habilidad y el hindú.
  4. <<La cocina sería el lugar ideal para asesinarla>> pensó el inefable luego de escuchar todos los posibles lugares que no debía siquiera tocar con la Stabolito ante una riña de aquéllas que ambos estaban acostumbrados a llevar en las salas de la novena planta ministerial. -Me encantaría tener esa habilidad, Jessie... y créeme que te la revelaría sin problemas. No necesito aparentar nada... menos ante blasfemias y calumnias de una niña malcriada que dice sentir que yo me meto en los confines de su mente para indagar sucesos de su pasado... Vaya juego de chavales. Estoy seguro que Heko y Enrick estarían muy decepcionados de ti y tus ideales oscuros escondidos- expresó el Gryffindor, al mismo tiempo que le guiñaba un ojo a la muchacha de orbes grisáceos perdidos en el can samoyedo que jugueteaba a sus pies; palabras que, sin duda alguna, le sacarían de quicio y le harían explotar como una mismísima bomba atómica. Pero Thomas no daría lugar a sus quejas, por lo que optó por seguir los pasos de Sofía (tras ver su seña) hacia el fondo del pasillo central del primer piso de la morada Granger, hasta poner sus pies en una espaciosa habitación con vista a los jardines traseros. -Déjame decirte que tu hija deberá hablarme con respeto dentro de estas cuatro paredes, Sofía. Yo soy su patriarca... y me debe un mínimo de decencia estando bajo el techo de nuestro hogar. Sé que es un tanto precoz... el hecho de estar ordenando algo, pero es por el bien de este linaje y de todos los que conviven aquí. No quiero que se armen problemas... ¿Me entiendes? No es bueno para los gemelos estar entorno a un ambiente de discordia... Crecer así, no es sano- manifestó el legilimago a la rubia, mientras su andar se hacía cada vez más lento con tal de contemplar con sus ojos cada detalle de su alcoba con paciencia. -Muy linda y llamativa habitación... Creo que te preocupaste personalmente de dejarla perfecta- exclamó con una sonrisa en el rostro; recordando que debía de hacer una serie de arreglos a su dormitorio en la Gryffindor ahora que llegaba el verano. El parquet imitación madera que cubría el piso, brillaba vitrificado con los rayos del sol que atravesaban el ventanal, dándole un toque antiguo muy lujoso al estilo del Palacio de Versalles. La alfombra gris estaba muy bien aspirada, la cama estirada como de costumbre, y una serie de adornos llamativos de tonalidades zafíreas (además de los espejos y lámparas) que alegraban el entorno de un color azul tan profundo como el océano. Poseía un cuarto de baño propio con todas las comodidades posibles, desde una tina blanquecina bien pulida hasta un diván de cuero para reposar antes de tomar una refrescante ducha por la mañana o la noche. -Son flores de sakura ¿No es así? Me imagino que Polo las cortó hoy, a sabiendas que aceptaría tu propuesta en el patriarcado, Sofía... Muy bonito gesto, querida- susurró al pasar por el lado de la vampiresa, yendo a olfatear los pétalos que sobresalían del recipiente de porcelana blanca sobre el velador. -Creo que es fabulosa para descansar de todo. Me vendré unos días para vacacionar... así aprovecho de supervisar las labores de la plantación de nuevas especies en el jardín más allá del lago. De verdad, Sofía, muchas gracias por todo- volvió a decir antes de besar la mejilla fría de la francesa; y posteriormente se sentó en el altillo acolchado a los pies de la cama, a la espera de que surgiese un nuevo panorama en las dependencias de los afamados patriarcas de la familia. http://i.imgur.com/s4BJwaD.jpg
  5. Misty Day Finnigan Recepcionista del Taller Mecánico -Bienvenida señorita Lockhart... ¿Lockhart? Su apellido me suena conocido por alguna parte... déjeme ver... ¡Sí! Atendimos hace poco tiempo a un joven llamado Adam, pero nunca terminó por completar el trámite de recepción de su escoba... Creo que era una escoba... ¿O una moto voladora? No lo recuerdo bien, pero claro... de ahí me parecía haber oído su apellido. Deben ser familiares ¿O no?- preguntó la Day con aquella curiosidad innata que florecía de su persona, al mismo tiempo que separaba una de las tantas fichas en blanco que estaban destinadas a los nuevos clientes del taller mecánico. -Ha venido al lugar indicado, Bodrik. Si sus medios de transporte no tienen mayor uso, pues... es necesario hacerles la revisión técnica pertinente. Una nunca sabe si en el Magic Mall nos venden los productos sin fallas de fábrica, sobretodo los vehículos motorizados nuevos... cero kilómetros. Entonces... le apuntaré ambas motos para que el dueño junto a su equipo de trabajo las revisen con cautela. La promoción de inauguración será perpetua... hasta el momento. Eso incluye la primera revisión y la elaboración de un presupuesto en el caso de que sea necesario reparar algo... Hoy en día el Concilio no está otorgando sus productos con garantía extendida... Eso se debería reclamar a la Logia- comentó a continuación la rubia con la mirada algo perdida en los dos ejemplares que ingresaría a continuación. -En base a la decoración personalizada... eso sí tiene un costo adicional; el cual será descontado en galeones desde su bóveda personal en Gringotts. Tenemos hasta tres cuotas mensuales sin intereses... pero es requisito indispensable que al momento de la transacción se cuente con el monto total del trabajo. Usted sabe que el banco, hoy por hoy, no está otorgando créditos- agregó, percatándose que la muchacha no estaba del todo bien, pues sus orbes reflejaban cierta tristeza que conmovió a la nigromante. -¿Le sucede algo malo? No es por ser entrometida, señorita... pero no la veo bien. ¿Desea servirse un café mientras rellena la solicitud?- consultó la secretaria personal del ebrio Gryffindor, el cual continuaba haciendo de las suyas en el interior del local comercial. -Bueno... mientras me responde... le explico sobre cómo debe rellenar el formulario, en base al servicio adicional que usted requiere. Debe poner las especificaciones en el apartado final donde dice: "Causa(s) de solicitud para Revisión Técnica". Ahí tiene que registrar: Revisión Técnica + Presupuesto Gratuito // Pintura + Estampado Personalizado. No olvidando detallar entre paréntesis, la decoración que usted gusta: colores, texturas, diseños, etcétera. En lo personal, señorita Lockhart, me parece muy hermoso el detalle de la anisoptera en la moto voladora color violeta... pero el dragón en la verde es muy... muy pasado de moda. Busque un estilo propio, Bodrik... Le aconsejo que siga la línea de los hermosos insectos... ¿Qué le parece una mantis religiosa?- le propuso la Finnigan, no sin antes aprovechar ese vacío temporal para servirle, sin reproches, una taza caliente de café colombiano con esencia de chocolate. -Tome... ya es tarde y es bueno tener cierto nivel de calorías en el cuerpo... Y también le hago entrega del formulario. Cualquier pregunta o inquietud que tenga en relación al correcto rellenado de los datos... me la hace saber ¿Entendido? Yo estaré tras el mostrador; debo ordenar algunas fichas para mañana temprano... pues haremos nuestras primeras entregas- finalizó la bruja; encaminando su andar hacia detrás del escritorio que estaba frente a la entrada de la Vulcanización Mágica de Thomas. Ficha de Registro * Fecha de Ingreso: * Nombre del propietario: * Medio de Transporte: * Modelo: * Color: * Link a la certificación de Magic Mall: * Causa(s) de solicitud para Revisión Técnica:
  6. -Sé que a cualquiera le puede pasar, amiga... pero es tan desagradable tener que ver estas cosas cuando estás lúcido, osea... me pongo en tu lugar y... me da asco mi actitud poco decorosa en mi propio local- empezó diciendo el muchacho con algo de dificultad y con un sabor amargo en los labios, puesto que el vómito teñido de alcohol era bastante malo y dejaba en él, rastros de lo que fue un café elaborado con todas las buenas intenciones de Misty. -Muy bien... creo que la celebración ha terminado. Ha sido una inauguración provechosa... y estoy feliz de que pudiesen venir, todos y cada uno de ustedes. Mis amigos, compañeros de trabajo... mi familia. Es gratificante cuando compartes los logros de tu vida con quienes quieres... y bueno, este proyecto me ha revitalizado en todos los aspectos- dijo a continuación el pelirrojo; al mismo tiempo que acariciaba los cabellos de la Rouvás, quien estaba inclinada a su lado con un gran dejo de paciencia que cautivó al legilimago; no cualquiera se hacía cargo de un pedazo de bulto humano. -Para otra oportunidad... iremos a comer algo ¿De acuerdo, Athena? Te has ganado una cita a cenar en el restaurante de Diagón que tú escojas. Como buen caballero, debo reconocer los talentos de una señorita como tú, amiga- propuso con una sonrisa a flor de labios, mientras la fenixiana retiraba la taza de café desde sus manos y se dirigía gentilmente a los padres de Thomas Elros. -¿Llevarme? Acaso crees que no me las puedo valer por mí mis...- fue lo que alcanzó a pronunciar el inefable; debido a que tan pronto emitió palabra, su cuerpo hizo el amago de levantarse de la silla, cayéndose de forma precipitada al piso del salón, no alcanzando a golpearse la cara gracias a sus reflejos. -Ehhh... Bueno, creo que tienes razón. Una mano, brazo, hombro... amiga... no me vendría mal. No quiero terminar convertido en tapete en el pavimento del castillo... mis padres me matarían... ¿O no Annick? ¿Elvis?- preguntó al matrimonio, alzando sus orbes esmeraldas vidriosos hacia ellos; no sin antes apoyarse en el respaldo de otro mueble para ponerse de pie de la manera más digna que pudo. -Misty podrá encargarse de los clientes que lleguen en la noche... y los de mañana, y los de pasado también... así como voy... creo que tendré una resaca de los mil demonios del infierno... De no ser que... tenga una enfermera particular en mi dormitorio que cuide de mi pobre persona- comentó con picardía mientras volvía a clavar sus ojos en la griega, esperando que la auror no se sintiera intimidada y lo tomase con sentido del humor. -¡Ah! Creo que la próxima semana llega mi nueva adquisición... ¿O me dijeron a fin de mes? ¿Comienzos de Julio? Ya ni lo recuerdo. Tendré que revisar la boleta de Magic Mall. Chimuelo... así le pondré... Chimuelo. Es un bello ejemplar de un Ridgeback Noruego joven... Debo autorizar los planos arquitectónicos de la planta baja que instalaré en mi vulcanización, pues tengo la necesidad de mantenerlo abajo... en una especie de subterráneo. Me ayudará con las cosas que necesiten fundición y soldadura... aunque, para serles sincero... debo ganarme su confianza y entrenarlo bien. No quiero ganarme una multa ministerial si escapa... Imagínense un dragón incendiando todos los negocios del Diagón, e inclusive Gringotts... ¡Un caos total! Así no me arriesgo a que me lo quiten y lo deriven a la Reserva- explicaba el veinteañero con algo de lucidez tras vomitar hasta el alma en el tacho que su madre le había enviado. -Bueno... ¿En qué estábamos nosotros? ¡Ah, sí! Nos vamos a casa... ¿Quién me lleva? No se les vaya a ocurrir usar la aparición o... yo no me hago cargo de los vestigios que tendrá que limpiar Tanis con Rhaenya- finalizó el heredero menor de los Gryffindor, dando lugar a que surgieran las opiniones de los demás presentes en el taller mecánico.
  7. <<Odio tener que romper las reglas... pero será por un bien común>> pensó el Gryffindor mientras alzaba su varita en contra del ejército de Anubis, pero en el momento preciso en que estaba dispuesto a lanzar un hechizo; se oyó un sonido extraño que indujo a las bestias caninas a separarse en dos hileras, dejando un camino central entre ambas conglomeraciones armadas. Desde lo más interno del monumento de Ra, emergió un sujeto cubierto de oro y túnicas que resplandecían con el sol desértico, denotando el poder y la influencia que el tipo de neme bordado en tonalidades azules e incrustaciones de piedras preciosas tenía. -Yo soy la estrella de la mañana y de la noche. Intento levantar un imperio desde los tiempos de Ramsés... y vuestro único pensamiento consiste en divertirte destruyéndolo- expresó Tutankamón, custodiado por dos sacerdotes con vasijas de porcelana. -Majestad... yo...- fue lo que alcanzó a balbucear el pelirrojo, pues fue interrumpido precozmente por la autoridad egipcia. -¡Silencio! Faraón habla... Has venido con intenciones de acabar con mi Dinastía. Destruíste el templo de Anubis, asesinaste a mis hombres, y robas... eso... eso que tienes en tus manos- manifestó, señalando con su diestra el disco plateado que Thomas sujetaba con firmeza bajo su brazo. -¡Acábenlo!- ordenó el egipcio, incentivando a decenas de criaturas que vociferaron un canto de muerte que dejó sordo al fenixiano. -Espera... Tutankamón. Yo soy...- empezó diciendo el legilimago mientras aprovechaba el centro de atención de todos con tal de convertir, a la distancia, uno de los recipientes de los sacerdotes en un halcón morpheado que, rápidamente, acudió a su llamado posándose sobre uno de sus hombros. -Yo soy Horus... el padre celestial que dio paso a tu civilización. He venido a tu encuentro para hacer la voluntad que, junto con Osiris e Isis, nos planteamos para Egipto. Debes dejarme el camino libre al templo de Ra... si no lo haces, Tutankamón... Arrojaremos sobre ti y tu pueblo... Las plagas- argumentó el chico inefable, distorsionando su hablar al fruncir el ceño con ambiciones de superioridad frente al faraón. -Por siglos he custodiado la barca de Ra como creador del sol... Sí, Tutankamón... la misma estrella de la mañana que tú dices ser en tu discurso como soberano de la corona egipcia... Y te lo demostraré... "Lumos Solem"- invocó el ojiverde con "Lion" direccionada hacia el cielo de Hamunaptra, conjurando una fuente lumínica inusual que dejó perplejos a quienes empezaron a efectuar una venia, por inercia, entorno al osado y valiente viajero del tiempo; el cual no perdió su tiempo y pasó fugazmente entremedio de la guardia de Anubis y se introdujo en la cueva a los pies de la escultura de Ra. <<Vamos Elros... debemos salir de aquí cuanto antes o morirás>> cavilaba nervioso el hechicero. Al llegar a la cámara oculta, el Gryffindor observó con determinación el cofre dorado que emanaba destellos del mismo color desde aquello que escondía en su interior; y sin miedos lo abrió de golpe, hallando el disco de metal que Mynerva debió recoger. Al fondo del tesoro, se encontraba otro tomo; pero éste poseía una inscripción que el inefable pudo identificar como: Libro del Amduat. <<Vaya... más misterios>> resolvió mentalmente, al mismo tiempo que tomaba el objeto extraterrestre y lo apegaba contra su pecho como si éste fuese una reliquia. -Ahora... ¿qué es lo que debo hacer? Ya tengo los dos artefactos... Debo marcharme al encuentro de mis compañeros. Me tienen que estar esperando en el aula con los alienígenas y sus tentáculos asquerosos- susurró al halcón que continuaba a su lado, esperando hallar la respuesta antes que los chacales viniesen por su cabeza. Y precisamente en el segundo que sus pies se giraron para buscar una salida alternativa, una cuerda gruesa le cayó desde superior y le amarró a la cintura (al más puro estilo del viejo oeste) como si fuese un animal; y posteriormente le jaló con suma potencia hacia una brecha témporo-espacial que se había abierto a su espalda, absorbiéndolo por completo desde dicho sitio que estuvo at portas de convertirse en su tumba. Tras abrir sus orbes esmeraldas, el initié se percató de que su organismo estaba tirado en el piso de la sala de clases de Historia de la Magia, y junto a él se erguían el docente y sus compañeras, a la intriga de que sus párpados se despegasen. -Ehhh... perdonen mi falta de educación al estar en el suelo como un ebrio cualquiera en las dependencias del Caldero Chorreante, pero... creo que logré cumplir con la misión que me encomendaron- pronunció el veinteañero, al mismo tiempo que se ponía de pie y depositaba los dos discos metálicos (uno plata y el otro dorado) sobre una mesa junto a los extraterrestres. -Tengo una única pregunta profesor Ravenclaw... ¿Quién me sacó de la catacumbas de Ra?- consultó el patriarca Granger a su mentor; mientras sus pasos recorrían (con mayor tranquilidad) el despacho, corroborando que Keaton ya no era un simple holograma.
  8. -¿No hay otra manera más civilizada y ortodoxa para solucionar nuestras diferencias?- expresó el pelirrojo a las tres criaturas de la guardia imperial de Anubis aferrándose a su colgante de "llave de sol"; los cuales emitieron un sonido aterrador desde sus hocicos de chacales azabaches, en el mismo santiamén que apuntaron con sus armas afiladas en contra del Gryffindor. Elros, por su parte, no descuidaba su integridad; señalando con su varita a cada una de las extrañas presencias que le bloqueaban el paso hacia la estancia bajo los pies del dios de la muerte egipcio. Con el Anillo Detector de Enemigos vibrando impaciente en uno de sus dedos; el ojiverde alzó sin temor a "Lion" optando por invocar las "Flechas de Fuego", brotando así una andada de filamentos llameantes que salieron disparados hacia los cuerpos de las criaturas, incendiando su piel opaca y causándoles heridas sangrantes que les hicieron retroceder en el mismísimo acto. Pero cuando el camino estaba libre hacia el cuarto secreto; una pared de concreto bajó desde la abertura superior del umbral y terminó por cerrar la única entrada que estaba a disposición del fenixiano. -No puede ser posible- bufó mientras fruncía el ceño, al mismo tiempo que su mirada esmeralda obeservaba los cortes flameantes que acongojaban a los canes bípedos que comenzaban a caer tumbados al piso ante la sensación dolorosa que nublaba sus sentidos. Sin pensarlo dos veces, Thomas recurrió al "Salvaguarda Mágica" y atravesó la muralla luego de una leve carrera con los ojos cerrados para no atormentarse mentalmente con la ínfima posibilidad de estrellarse contra la roca si algo no salía del todo bien; pero aquello no ocurrió. En cosa de segundos, se vio dentro de la habitación frente a un cofre negro que destellaba un brillo singular de tonalidades plateadas; por lo que rápidamente avanzó en dicha dirección y, sin tapujos, lo abrió de golpe utilizando un hechizo que le permitiese no hacer contacto directo con el baúl; pues las maldiciones de momias egipcias eran muy conocidas por todo el mundo, tanto mágico como muggle. -¡El disco!- manifestó con una sonrisa llena de satisfacción; cogiendo entre sus manos el objeto solicitado por los extraterrestres, pero su atención se centró inmediatamente en el ejemplar que estaba al fondo del tesoro escondido. Ahí yacía indemne su real interés en la magia egipcia de antaño, "El Libro Negro de los Muertos", con el cual podría llegar a conocer los misterios de la Nigromancia actual, sin tener la habilidad que el Arcano inculcaba en la Universidad en tierras británicas. La tentación era indudable, pero las indicaciones por parte del profesor Ravenclaw también lo eran; no debía provocar cambios significativos en el pasado, y robar aquel tomo para sus ambiciones personales era una fuente de problemas seguros. -¡Al diablo!- gruñó entredientes, cerrando el cofre con el libro en su interior en el instante preciso que el docente le transmitió un mensaje telepático que le dejó atónito. <<No puedo tener más mala suerte... Mynerva no atravesó el portal... ¡Demonios! Tendré que ir por el segundo disco>> caviló para sus adentros, maldiciendo a la Weasley por dejarle en solitario en medio del desierto. Ya con el disco plateado en su poder; el Granger giró su visión junto con su cuerpo hacia donde estaba la salida de aquella catacumbas y, posteriormente, volvió a dar paso a lo intangible y decidió cruzar a velocidad la muralla que lo separaba de su libertad. Y así fue; el mago logró salir de la escultura de Anubis victorioso, pero a las afueras de la estructura lo esperaba algo que le dejó con los orbes completamente desorbitados. No eran tres, ni cuatro, mucho menos diez; sino un ejército de guerreros con hachas, lanzas y guadañas, a la siga del desafortunado initié. -Ya no basta con venir hasta acá para recuperar una basura espacial... Ahora tendré que morir por culpa de estos ententaculados malnacidos- dijo el veinteañero divisando a lo lejos la estatua de Ra, debido a que una tropa gigantesca de perros sedientos de sangre y venganza se interponía entre él y su segundo objetivo. Con el Amuleto de la Resurrección sujeto en su zurda, y su varita de pirul en la diestra; Thomas miró por última vez el panorama que le aguardaba y, sin dejar que el pavor lo dominase, se mentalizó en que debía de cumplir su misión a cabalidad antes que el tiempo se le agotase y los alienígenas tomaran como fallido su intento por ayudarles a reconstruir su planeta... <<Me las pagarás Mynerva>> sentenció. http://i.imgur.com/JJ32OAs.gif
  9. El clima era bastante cálido y seco; tanto así que Thomas no logró controlar sus ansias de beber, y decidió dar marcha firme a sus pies rumbo a una construcción arcaica que parecía ser un pozo. Mynerva aún no cruzaba el gran umbral del portal mágico abierto por Leah; lo que le dio tiempo de sujetar con valentía la soga con tal de pasar sus manos como medio de fijación al instante en que sus brazos empezaron a tirar la cuerda; logrando que, en un abrir y cerrar de ojos, apareciese frente a él un recipiente con agua. Hamunaptra se alzaba en gloria y majestad ante un curioso mago londinense que había acudido a aquellas míticas tierras en búsqueda de un legado espacial que un grupo de extraterrestres le solicitó trasladar para reconstruir su planeta luego de una temible guerra de galaxias que terminó por consumir su hogar. Es aquí, en esta custodiada ciudad, donde los egipcios realizaban el ritual para dar el último adiós a sus muertos; preparando vasijas sagradas de porcelana en donde depositaban los órganos vitales de estos, y posteriormente los momificaban. -¿Dónde estarás Weasley? No podemos esperar mucho. Es hora de comenzar con la investigación... son dos discos... le dejaré uno a Mynerva- sentenció en voz muy baja el Gryffindor, ingiriendo a continuación un buen sorbo de agua que mojó sus labios y revitalizó sus sentidos a la espera de la aventura. <<Según tengo entendido... Tutankamón fue un faraón muy joven que se comprometió con una bella doncella egipcia de nombre... Ankhsenamun... en los años próximos a la Dinastía XVIII. Ambos rendían culto a los dioses; en especial a... Anubis>> pensaba el pelirrojo; recordando algunas reseñas del todopoderoso chacal, dios de la muerte del antiguo Egipto, maestro de la necrópolis y patrón de los embalsamadores. La mirada perdida del inefable en el desierto, se admiró de variadas edificaciones de la época de oro, dentro de éstas las famosas pirámides que se levantaban con orgullo hacia lo más alto del firmamento. También se hallaban algunas figuras de esfinges, criaturas que no eran similares a las que Thomas conocía a través del mundo británico, debido al estilo arquitectónico ligado a la fisonomía del hombre que, claramente, los seres mágicos no poseían en su gran mayoría; exceptuando uno que otro. La visión que le habían presentado los extraterrestres al veinteañero era nítida, por lo que no le quedaba más remedio que acudir en búsqueda de uno de los dos discos brillantes que estaban escondidos por algun rincón de dicho lugar sagrado. <<Iré por la estatua de Anubis... dejaré que Mynerva acuda a Ra>> optó el Granger, al mismo tiempo que desenvainaba su varita de pirul desde el cinturón de su traje egipcio y la sostenía tranquilamente en sus manos; debido a que no se vislumbraba ciudadano alguno por los alrededores del perímetro que sus ojos verdes captaban con suma cautela y discreción. Lo que más le llamaba la atención al legilimago, más allá de hacerse con el famoso disco metálico, era conocer los más profundos secretos de la magia egipcia. Tenía nociones básicas de la cultura religiosa de aquella civilización, y por lo mismo deseaba poder analizar detallada y minuciosamente los manuscritos del legendario "Libro Negro de los Muertos". Aquel tomo era un conjunto de recitaciones y varios sortilegios mágicos recogidos de diversos papiros, tumbas y sarcófagos de faraones trascendentales; cuyo fin era alcanzar un estado de "supervivencia" más allá de la misma muerte; algo que, hoy en día, podría ser considerado como los orígenes de la Nigromancia. <<Espero no hallar momias>> cavilaba el aspirante a vidente, mientras sus pasos se sumergían en las profundidades de una especie de catacumbas que le obligó a iluminar tenuemente el área con un "Lumos" que brotó desde el extremo distal de "Lion". En eso, un estruendo se sintió en todo el pasillo y, por arte de magia, una enorme roca le bloqueó la salida mientras decenas de antorchas se encendieron en todo el recoveco, incentivando al Gryffindor a cesar la invocación de luz que previamente conjuró. -Maldita sea... sabía que la opción de separarse nunca es buena- bufó con un dejo de nerviosismo; adentrándose aún más en la cueva que escondía las historias más reservadas de la magia egipcia. Y justamente el chico estaba at portas de arribar a un vasto salón, cuando sus orbes se abrieron como platos tras comprobar que habían tres figuras con máscaras de perro negro de Anubis (situación que le hizo memorar al Grim), impidiéndole el paso con armas a lo que parecía ser la zona más cercana a los pies de la escultura del dios de la muerte; estancia en donde estaba escondido uno de los discos junto a los misterios del Libro Negro de los Muertos. -Todo sea por salir luego de acá- manifestó con osadía, alzando su varita en contra de los tres sujetos, momias, inferi o estatuas que tenía frente a su persona; esperando que su compañera Weasley tuviese mejor fortuna del lado oeste a los pies del monumento de Ra.
  10. El desafortunado de Thomas no logró recibir respuesta alguna de su mentor tras haberle formulado su inquietud en ayudar a la joven Delacour con su misión; pues, tan pronto como sus labios se cerraron en pos del uso de su gran habilidad mental, un choque despiadado e inesperado le lanzó hacia atrás del borde superior de dicha plancha de metal. Se trataba de Mei, quien no logró dimensionar los poderes de los lirios de fuego y terminó estrellándose contra la figura esbelta de un cansado pelirrojo que perdió el equilibrio en el acto y se desplomó como pato de campo baleado sobre el pantano. -Disculpas aceptadas... pero para la siguiente oportunidad, por favor ponte un par de lentes o gafas aislantes de arena... si es que no ves nítido en el desierto- respondió el Gryffindor con una sonrisa fingida a flor de labios, restándole importancia al asunto mientras permanecía sujetado a la mano de la líder de la Orden del Fénix, la cual se aferraba con fuerza al extremo de la muralla de hierro con tal de no caer al vacío y terminar como cucarachas aplastadas ante la magnitud del supuesto impacto desde aquella altura y con un mecanismo de alta velocidad o aceleración irreversible. Fue así que, luego de que la muchacha realizase una especie de movimiento oscilante como péndulo circense, el inefable logró hacer contacto con aquella zona de grosor delicado y, sin mayores cavilaciones ni dificultades, subió una vez más al lado de Badru; no sin antes tenderle una mano amiga a la Directora de la Oficina del Ministro. -Parece que el Nefir nos hará sudar la gota más gorda que saldrá fruto de nuestro esfuerzo... ¿No lo crees Mei?- le susurró el ojjiverde por lo bajo a su compañera, en el mismo instante en que el guerrero saltó con dintinción hacia el área de origen desde donde el par de fenixianos había empezado a escalar pendiente arriba. Sin nada más que hacer, además de contemplar el horizonte desde aquel rascacielos liso, el veinteañero se lanzó a la aventura sin temor ni represión emocional. El aire que rozó su rostro fue escaso, sin embargo la adrenalina que fluía en su sangre parecía estar alborotada con tantas descargas que avivaban sus sentidos en el santiamén en que sus pies estaban at portas de tocar la zona inferior y distal del trayecto aéreo; por lo que no objetó en su consciencia sobre el segundo preciso en que su amuleto volador se activó y le permitió planear la distancia final de su odisea, descendiendo lentamente. -Buena caída libre, Elros... Podrías hacer este deporte de vez en cuando- se auto-motivó el extrovertido mago de carismáticos orbes esmeraldas, al mismo tiempo que sus pies se orientaban junto a los del Uzza en medio de la arena que cada vez se entibiaba aún más con el pasar de las zancadas en compañía de Mei. Pero fue un ruido muy extraño el que le sacó de su propio estado hipnótico de alabanza; fuente sonora que provenía del movimiento de una duna que envolvió con sus brazos a la antigua pared de metal, dejándole atrás junto con una experiencia que el initié jamás olvidaría. -Y si Delacour se va a buscar a... vaya a saber quién... ¿qué pasará conmigo y con lo que usted dispondrá a...- fue lo que alcanzó a pronunciar el alquimista viajero del tiempo, pues el Uzza ya se había apresurado a alzar su varita azabache que, minutos previos, fue su objeto de juego en el camino. -Entiendo a la perfección, Badru... Voy a conseguirlo, señor... ya lo verá- exclamó el chico con optimismo luego de oír el rosario de indicaciones de su mentor y la seguidilla de posturas que éste adoptó con tal de realizar el hechizo que le permitiría abrir un portal hacia la prueba final del conocimiento del Druida. Ya con su mente bien fija en la perseverancia, y con su capacidad física orientada al éxito; Thomas desenvainó a "Lion" desde sus túnicas y comenzó a reunir todas sus fuerzas con el propósito de efectuar un corte certero en la delgada línea que unía al tiempo con el espacio. Uno, dos, diez, catorce intentos ya llevaba el legilimago cuando su respirar se volvió entrecortado y las gotas de sudor cayeron desde sus cabellos ondulados revueltos; poco a poco su visión verdosa se nublaba y su aliento perdía consistencia... el Gryffindor estaba agotadísimo. <<Fulgura Nox>> invocó cuando su concentración y energía alcanzó su máximo esplendor, logrando abrir una brecha tridimensional que le sacó las últimas palabras antes de exhalar una bocanada de aire. -Lo hice, señor... Lo hice... Es el Haz de la Noche. Ya estoy preparado para lo que usted disponga- enunció el satisfecho alumno hacia su profesor, contemplando con orgullo su creación... el portal mágico que lo trasladaría junto a Mei.
  11. Thomas E. Gryffindor

    Videncia

    <<Espero haber sido certero como Lyra>> caviló para sus adentros luego de oír las palabras del Arcano, quien se notaba entusiasmado con el don que la Selwyn manejaba en su totalidad; debido también a la vasta experiencia que la bruja poseía, nivel de hechicera que era reconocido por toda la comunidad londinense. -El poder onírico de la mente... ¿Se refiere a los sueños, maestro? Estuve leyendo dentro del material que me entregó al inicio de la cátedra... algo muy relacionado a eso... pero lo llamaban "Onirismo". Decía que los "onironautas" son las personas que cobran un estado de consciencia similar al de la vigilia mientras sueñan (a este tipo de sueños se le conoce como sueño lúcido), permitiéndoles reconocer el estado de sueño como tal, y experimentar dichos sueños con un mayor grado de control, así como recordarlos más claramente al despertar. La mayoría de los seres humanos experimentan dichos sueños lúcidos espontáneamente, en algún momento de sus vidas (especialmente en la niñez y adolescencia), aunque son numerosas las personas que mantienen esta "habilidad" o don de forma diaria o casi, durante toda su vida y con regularidad, pueden llegar a sorprenderse cuando se percatan que no toda la población comparte dicha característica... Así mismo como los videntes, señor... algo similar a lo que yo le confesé. Los autodenominados onironautas pueden provocar dicho estado con diversos métodos de eficacia variable dependiendo en gran medida de la persona que los pone en práctica y del método concreto... ¿Utilizando inciensos? ¿Bebiendo alguna pócima o brebaje que les ayude a agudizar sus sentidos en pos al sueño? Vaya a saber uno las variadas formas que utilizan las personas para conseguir arribar a dicho estado, pero...- fue lo que alcanzó a expresar el Gryffindor, ya que sin darse cuenta, uno de los ventanales de la habitación se abrió de par en par y dejó salir la esencia de las amapolas que minutos antes había inhalado desde el recipiente sobre la mesa; corrientes eólicas que le dejaron en silencio como si algún pensamiento se hubiese borrado de su mente en el mismo instante que la pesadez del aroma se alejó rumbo al firmamento que cubría las cabezas de decenas de estudiantes universitarios de Londres, esperanzados en consagrarse en la magia. -Ah... ¿En qué estaba? Sí... sobre los "sueños lúcidos". Me imagino que estos no son los mismos que los que se consiguen o... las visiones que se manifiestan por sí solas al estar en vigilia ¿No es así, maestro Sajag?- fue lo que preguntó el fenixiano; dejando su consulta en el aire con tal de dejar lugar a las indicaciones que el hindú les brindó antes de encaminar sus pies hacia uno de los catres que estaba en la estancia del Arcano. La palabra "premonición" le hacía mucha gracia al veinteañero, no por el carácter serio que ésta involucraba, sino por la amplia capacidad mental que estos sueños le podían dar a la hora de encausar de mejor manera su destino y el de sus seres queridos. Un buen consejo nunca debía ser tomado para mal, menos viniendo de un mago que tuviese la destreza de ver algo que aún no ha acontecido; pudiendo también modificar ciertos aspectos del futuro si eso lo precisaba. Los sueños, en sí, son una gran reserva de conocimiento, y son a menudo no considerados en su gran cualidad de vehículos para explorar la realidad o como el origen de la espiritualidad de un ser. Aquello le daba cierta intriga al Granger, debido a que notaba que eran desvalorizados por muchos individuos, sobretodo muggles que no tomaban el real peso al significado de estos "avisos" que tu "yo interno" te proporcionaba. -Gracias... será como beber un trago de whisky de fuego doble en alguna cantina del callejón... ¡A vuestra salud!- pronunció Elros con bastante ánimo al instante de coger, con ambas manos, el cuenco que Sajag le ofreció. Dentro de éste había un líquido ambarino de suave fragancia que regocijó al initié al momento de olfatearlo por mera curiosidad e inmadurez propia a su edad. Y fue así que optó por recostarse sobre la cama más próxima al biombo que, minutos antes lo había cobijado; ingiriendo de un único sorbo el brebaje con sabor a almendras tostadas (según él dedujo y percibió tras saborearlo), segundos antes de posar su cabeza sobre la almohada de plumas mientras pensaba en el destino que pudo envolver a su novia Millie antes de su fugaz viaje al pasado con aquel giratiempos especial que su tía Arabella le ayudó a fabricar a escondidas. <<¿Me considero apto para merecer el anillo de la Habilidad de Videncia?>> era el cuestionamiento que se arraigó en su consciencia en compañía de la imagen de su amada chica; idas y venidas que poco a poco le fueron cerrando los ojos, apoderándose de su cuerpo una sensación de cansancio, y sumergiéndose en un profundo sueño del cual no despertaría fácilmente. Allí se hallaba él, parado frente a lo que era la morada de los Diggory. La mansión se vislumbraba rodeada de mortífagos con sus capuchas negras y sus varitas dispuestas a atacar a quien apareciese por el umbral de la fachada de la vivienda. Desde el exterior se podían ver luces encendidas adentro; era de noche y un viento despiadado acompañaba al augurio de muerte que un augurey cantaba sobre una de las ramas de un roble viejo. -Millie... Debe estar en su alcoba... Millie- balbuceaba el Gryffindor con dificultad y una pizca de nerviosismo evidente ante tamaña situación; avanzando como fantasma hasta el interior del hogar en donde se encontraba una figura femenina que ya conocía desde su infancia. Ahí, sin remordimiento, estaba Sofía Elizabeth Granger; apuntando con su varita al padre y la madre de su enamorada, y en un acto inhumano, lanzó una maldición asesina que rebotó en los dos humanos que fallecieron con el impacto del rayo mortal. -¡NO!- vociferó en vano el legilimago, obviamente sin poder ser escuchado por la francesa que reía a carcajadas con malicia. Sin pensarlo dos veces, Thomas subió los escalones hasta el cuarto de su chica al ver que Sofía se dirigía a marcha firme hacia allá; pero cuando ésta derribó la puerta con un "Confringo", su mirada esmeralda se colmó de alegría y esperanza al percatarse que Millie no estaba ahí dentro. -No murió... Millie no murió... Está viva... ¡Sí! Está viva... mi corazón me lo dice... ¡NO MURIÓ!- fue la última frase que salió de su boca justo cuando sus ojos se abrieron, como platos, nuevamente a la realidad del cuarto de Sajag. -Maestro... Tuve un sueño de algo que aún no sucede, señor... o sea... no puede haber ocurrido aún... Yo... yo pensaba que... o sea, señor. Yo estaba equivocado... Forjé una historia incorrecta en mi vida, basada en una suposición infundada. Mi Ojo Interior me ha mostrado el camino, señor... Mi brújula ha cambiado... Por eso... Sí... ¡Sí soy digno de ir a la prueba! Es hora de atravesar el portal de Videncia... Ver una vez más la pirámide del Ateneo... El Ouroboros- manifestó, al mismo tiempo que secaba el sudor de su frente con una toalla de algodón que estaba a los pies del lecho. Y sin más detalles ni palabras, el primogénito de Elvis y Annick se dedicó a observar el rostro del hindú que estaba recostado en su butaca; esperando también que su compañera Lyra alzara la voz con tal de afrontar el nuevo desafío en dicha sala donde la serpiente se mordía su propia cola.
  12. Thomas E. Gryffindor

    Videncia

    Luego de transmitirle mentalmente al Arcano lo que pensaba acerca de aquella carta ligado al ámbito de la Numerología; Thomas se dedicó a escuchar con atención lo que su compañera relataba en base a la misma, pero relacionándola al concepto propio del Tarot. Lo que más le causó curiosidad al pelirrojo fue que Lyra coincidió con lo que él dijo al interpretar los posos de la taza de té de su maestro, quedando aún más tranquilo al darse cuenta que no estaba del todo perdido en sus predicciones como aspirante a vidente. -Vaya, Katara... el tipo de lectura que empleaste me parece muy interesante... para serte sincero, nunca tuve dudas de tus capacidades. Eres una bruja muy poderosa, y me alegra tenerte aquí para poder aprender también de ti. La experiencia de una gran habilidad como la Clarividencia, también se puede obtener de tus pares... Agradezco tu gesto de compartir con Sajag en una misma aula- comentó el Gryffindor sin apartar su mirada esmeralda de la carta que el hindú había tirado con el propósito de ser analizada por la Selwyn; aprovechando aquel instante para recordar un episodio que vivió junto a Lyra en una de las pruebas de los Libros Uzza, momento en que la hechicera le pidió que no hablase tanto, como tenía de costumbre, pues ella gozaba de la serenidad con tal de obtener mayor grado de concentración que le permitiese efectuar sus conjuros de buena forma. -¡Claro, señor! No lo voy a defraudar. Estoy completamente seguro que nuestro encuentro rendirá frutos excepcionales- manifestó Elros con una vasta sonrisa a flor de labios, al mismo tiempo que sus ojos siguieron al aletargado barrigón hasta que éste se logró acercar lo suficiente a ambos pupilos. <<¿Concentración mutua? ¿A qué se refiere?>> se preguntó extrañado el initié, observando cómo Sajag preparaba una mezcla aromática muy envolvente sobre un recipiente de barro con tapa y un agujero, que no tardó en encender con tal de provocar que una sutil humareda emergiese desde su interior con un perfume espeso que se esparció por toda la estancia. -Es una tarea difícil, pero no imposible. Estoy preparado para realizar esto, señor. Sólo anhelo que la carta me ayude a explotar todo mi potencial y poder abrir mi Ojo Interior en servicio de la interrogante que responderé... en función de Katara- contestó, no sin antes sentarse frente a su compañera, listo y dispuesto para aspirar el humo de la amapola y coger una de las tantas cartas que estaban en el mazo que el legendario hechicero posó sobre el altillo de madera que le separaba de Lyra durante aquella sesión de prueba. Al inhalar con fuerza una buena cantidad del incienso alucinante; el inefable sintió un leve dolor de cabeza en su sien derecha que le impulsó a cerrar sus ojos por breves instantes. Fue en ese pequeño lapso de tiempo que una serie de imágenes, a modo de película muggle, afloraron en su consciencia de la nada; mostrándole una sombra femenina que se reflejaba en un charco de agua, sin compañía de nadie. <<¿Quién eres tú?>> susurró en medio de sus pensamientos, pero justo cuando la silueta empezó a girarse hasta quedar de frente; sus orbes se abrieron de par en par frente a la Selwyn, totalmente azabaches y sin lograr distinguir ninguna zona dentro del globo ocular que comúnmente ostentaban los seres humanos. Era como si estuviese poseído por otra entidad, un ser mucho más poderoso y místico que no tardó en sacar una carta de la baraja de Sajag, arrojándola frente a Lyra encima de la mesa que separaba a ambos alumnos de Videncia. -Soledad... ésa es tu palabra, Katara. Eterna soledad desde el día en que tu madre te dio a luz y tu padre te llevó al mismísimo Infierno lejos de toda civilización. Todo tu pasado es oculto... pero eso mismo te ha cultivado el sentimiento de desconfianza con el pasar de los años. ¿Qué más se puede decir de la hija de Lucifer con Pearl Russell? Un demonio que desde sus primeros signos de vida vislumbró la luz negra de la muerte, resplandor que no tardó en venir hasta su madre a manos de un grupo de brujas que... que eran de su familia...- manifestó el fenixiano con cierta distorsión en su voz. -Pero, "La Fuerza" te persigue... tu inteligencia y determinación te han llevado por el camino del éxito. Pudiste dominar a tu padre, permitiéndote un rango seguro de estabilidad dentro de este mundo infinito- agregó antes de volver en sí; frotando frenéticamente sus párpados hasta lograr enfocar correctamente el sentido de su visión. Ante él y sobre la cubierta de la mesa se hallaba una carta que mostraba la figura de una mujer tocada con un sombrero, elegantemente vestida y con un león con la boca abierta entre sus manos, imprimiendo fuerza sobre sus mandíbulas para no dejar que este feroz animal cerrase su hocico. -Vaya... fue... extraño- masculló, esperando que el Arcano comentase algo de la experiencia que ambos aspirantes habían vivenciado.
  13. <<Vaya... estas cosas también se irritan>> masculló para sus adentros el pelirrojo luego de escuchar, sin interrupciones, el discurso de uno de aquellos seres extraterrestres; mirándole de reojo mientras éste no paraba de balbucear en contra de un grupo de alumnos, incluido él. -Muy bien, profesor. Me parece perfecto... Mynerva, estoy a tu disposición, querida. Espero que no tengamos demasiados inconvenientes en la búsqueda de dichos discos brillantes... No quiero terminar momificado por culpa de un conglomerado de criaturas repletas de tentáculos que desean restaurar su planeta perdido en el vacío post una guerra galáctica- comentó el ojiverde tras las indicaciones de Keaton; encaminando sus pies con agilidad hacia donde estaba la bruja que sería su acompañante en tan distinguida misión suicida. Fue así que, sin mayores cavilaciones, el Gryffindor cogió su amuleto con forma de nota musical (llave de sol), y lo guardó entre sus ropas; esperando ansioso que una de sus camaradas de cátedra universitaria, les abriese el portal mágico que los conduciría a las antiguas tierras de Egipto. -Te verás... "extraña" sin cabellos, Joa. Ten mucho cuidado con los budistas... tienen tendencias muy raras y ligadas al fanatismo por su condición religiosa. Nos veremos pronto- expresó con simpatía hacia la joven Macnair; anhelando, dentro de todo, que tuviese éxito en su travesía. -Mynerva... son dos discos. Debemos cruzar la puerta tridimensional primero. Cuando estemos a orillas del Nilo... tendremos que ubicar los objetos que estos seres nos han mandado a traer. Por lo que pude notar en las visiones... Uno de ellos está escondido en las faldas de la mítica estatua de Anubis; mientras que el otro bajo los pies de Ra- explicó a la hechicera, al mismo tiempo que desenvainaba su varita de pirul y, con un fugaz movimiento de muñeca, cambió una vez más sus prendas de vestir a unas que pasaran desapercibidas por los egipcios del trono de oro del faraón Tutankamón. <<¿Habrán momias?>> se preguntó, cerrando sus párpados con presión. Su ropa nueva era de lino arcaico muy fino de tonalidades blancas. Llevaba consigo: un shenti (consistía en una especie de faldilla que se arrollaba a la cintura y se ceñía con un cinturón de cuero café opaco), una saya corta formando menudos pliegues, un neme níveo sobre su cabeza que se formaba con un lienzo cuadrado, y varios adornos con piezas bordadas sobre la túnica, alusivas al cetro de la corona egipcia. Traía consigo un par de sandalias hechas con cuero trenzado, rematándose en la punta encorvada hacia arriba. Sus orbes esmeraldas estaban enmascarados con una pintura negra elaborada a partir de galena, con la cual se dibujaba el contorno de los ojos y acentuaba la forma de almendra característica de los individuos de aquella gloriosa era. -Muy bien Mynerva... estamos listos. Nos vemos del otro lado- pronunció el apuesto legilimago, no sin antes dirigir su andar hacia donde estaba Leah al otro lado de la estancia educativa. -Créeme que si no fuera por mandato del profesor Ravenclaw... Jamás utilizaría algo proveniente de una... ¿Cómo decirlo? Ah... fugitiva de la justicia por uso indebido de Artes Oscuras como tú, Ivashkov- sentenció antes de envalentonarse y atravesar el portal que dejó una brecha témporo-espacial que lo condujo, inevitablemente, hacia el antiguo Egipcio. -Vaya... Hamunaptra existe... es real y no un mito- se dijo a sí mismo en voz baja, corroborando su actual ubicación al lograr leer un cartel que estaba estancado en las arenas al comienzo del camino que conducía al centro de la ciudad perdida más imprescindible para el pueblo egipcio; para posteriormente darse la media vuelta, con el propósito de ver a la Weasley aparecer tras el corte en el ambiente que indicaba el puente de unión entre ambas épocas. <<¿Cómo volveremos?>> caviló.
  14. -No me agrada tomar café en... estas condiciones, amiga. Será mejor que me dejes en el baño; tengo un mal presentimiento de todo esto... No sé en qué minuto se me subieron los tragos a la cabeza- comentó Thomas, al mismo tiempo que pasaba su brazo por el cuello de la joven Rouvás con tal de que ésta le sirviese de soporte a la hora de emprender la marcha zigzagueante, vaya a saber a dónde. -Puede que tengas razón, Athena... pero nadie me quita de la mente todos esos recuerdos fatídicos de aquella noche en donde los vi morir... con mis propios ojos vislumbré sus cadáveres calcinados a través del ventanal frontal de la mansión de mi familia. No tengo motivos reales para pensar que yo fui el culpable, pero de lo que sí estoy seguro es... es que no hice nada para vengarlos de esos malnacidos mortífagos. Los mataría a todos... los cazaría uno por uno hasta dejar que sus cráneos se pudriesen en la fosa común de algún cementerio muggle- agregó con rabia; quizás era la primera vez que Elros expresaba de esa forma sus sentimientos, con odio y rencor, tanto así que el mismo Lord Voldemort hubiese asesinado con el propósito de sumarlo a las filas principales de la Marca Tenebrosa. -Muy bien, señorita. Enseguida le traigo el brebaje caliente... Creo que le pondré un poco de cardamomo- respondió la Day, no sin antes lanzarle una fugaz ojeada a su patrón con ansias de arrojarlo a una bañera con agua congelada. En eso, un cesto de basura se posó en el regazo del pelirrojo; acción que fue efectuada por su madre, quien parecía estar muy afligida por la manera en que se hallaba el inefable, y fue por eso que le propuso sinceramente a Misty que se hiciera cargo del taller con el objetivo de que el veinteañero se fuera a la morada Gryffindor a descansar y pasar la borrachera lejos de su lugar de trabajo ajeno al Ministerio de Magia. -Por mí no habría problema, señora. Pero... es necesario que el mismo dueño finiquite la celebración. Podría perder mi empleo al entrometerme en asuntos que no me competen. Aunque, para serle franca Annick, también quiero que don Thomas se vaya a reposar... es tarde... y mire su estado; parece un chaval sumergido en mares de licor sin autocontrol- añadió la rubia mientras acudía al encuentro de la auror con una taza de porcelana que humeaba sin parar, perfumando la estancia con un aroma sutil a café en grano que muchos apetecían. -Está bien, está bien... beberé un trago. Sólo porque eres tú, Rouvás- fue lo que dijo el ojiverde, segundos antes de colocar sus labios en el borde del objeto e ingerir un sorbo; mismo que vomitó en el acto sobre el tacho metálico que la Poulain había enviado hasta sus piernas. -Perdón- suspiró el mago. La bella recepcionista, por su parte, se había alejado lo suficiente de su jefe por temor a que éste tomase alguna represalia en su contra; pero, en el mismo santiamén en que sus manos frotaban sus orbes ante el cansancio y el sueño, el arribo de una posible cliente la sacó de su condición hipnótica. -Buenas noches, mejor será, señorita- saludó la nigromante al notar el ingreso de una muchacha de cabellos azabaches ondulados que venía acompañada por dos motos voladoras. -Mi nombre es Misty Day Finnigan. Soy la secretaria de esta vulcanización... Dígame ¿Qué necesita señorita... ¿Cuál es su nombre?- preguntó la empleada, al mismo tiempo que se daba la media vuelta con tal de sacar un archivador con las fichas de recepción, pues intuía que la hechicera con perfume de jazmín venía al negocio con ansias de contratar alguno de los servicios que éste ofrecía al público.
  15. Thomas E. Gryffindor

    Videncia

    El Gryffindor sonrió ante la re-bienvenida de Sajag a la clase de Videncia, pues ambos ya llevaban un buen tramo recorrido acerca del profundo arte de aquella habilidad que tanta fascinación le causaba al pelirrojo. Fue así que tras percatarse que el Arcano tomaba asiento al lado opuesto de la mesa; Thomas optó por encaminar sus pasos tras la figura femenina de Lyra y se quedó de pie a sus espaldas, con el propósito de oír con atención la clase de Cartomancia que el barrigón le brindaría gracias a la noble iniciativa de su compañera. <<Vaya... Es la Rueda de la Fortuna... una carta dinámica, con bastante movimiento... que indica rapidez en la consecución de eventos y sopresas traídas por el destino... Espero que Katara esté lista para una vida de altos y bajos>> pensó casi espontáneamente el ojiverde, llamándole profunda y curiosamente la atención el porqué de dicho símbolo de la transformación en el camino de la poderosa bruja que tenía por camarada de aula; siendo interrumpido abrupta y fugazmente por la sonrisa bondadosa del hindú. -Muchas gracias por su cumplido, maestro. Me esmeré bastante en conseguir acertar en mis predicciones basadas en sus posos de té... Lamento mucho lo de la tetera, quizás un hechizo reparador pueda solucionar lo que aconteció mientras estaba analizando mis deberes- expresó el mago, al mismo tiempo que realizaba un delicado movimiento con su varita y, en un dos por tres, el objeto volvía a la integridad que anteriormente exponía. -Me parece una excelente idea, señor. Entonces esperaré que Lyra nos pueda decir algo interesante de la carta del Tarot que usted tiró- agregó, tomando asiento justo a la derecha de la bruja, con la mirada esmeralda fija en aquel símbolo, sobretodo en la figura que se hallaba en la parte más alta de la carta, la cual parecía ser una especie de esfinge egipcia con una espada filosa entre sus manos o patas. <<Cosa fea que parece ser Tutankamón>> caviló. <<Maestro Sajag... En el libro de Numerología encontré algo ligado al Tarot, señor. En Aritmancia... La carta de la Rueda de la Fortuna representa al número diez... el cual tiene directa relación con la totalidad del cosmos. Ésta se separa en cuatro fases o números. El uno... es Dios. El dos es la materia. El tres es el mundo físico... Y el cuatro es la reproducción... Sumando uno, dos, tres y cuatro... tenemos un total de diez, el equilibrio del ciclo de la vida y la muerte... el dolor y el placer. La ley universal de la existencia que desciende del Karma. Es una interpretación muy extraña... ¿No lo cree?>> le transmitió mentalmente al Arcano a través de la efectiva y privada habilidad de la Legilimancia, con motivo de no desconcentrar a su compañera. Elros estaba seguro de que Katara lo haría a la perfección; era una hechicera con bastante experiencia y había tenido la suerte de haber cursado varias cátedras en la Universidad Mágica con su compañía; tanto en el Ateneo de Conocimientos como también en las artes guerreras de los Uzza.
  16. -No te lo tomes tan personal, Mei. Tratemos de ser optimistas y pensar que... por algo pasan las cosas. No creo que nos quedemos eternamente varados, como buque en el mar, en medio del desierto. Ten fe, querida. La vida no es fácil para todos... algunos debemos sortear más barreras que otros con tal de crecer... Es la ciencia y el misterio de la evolución... la cual no solamente influye en los seres humanos, sino que también en todas las criaturas que gozan de vida- expresó el Gryffindor en un primer tramo de su breve discurso. -¿Un duelo en estos momentos? No me parece una mala idea... pero creo que a él sí... Tranquila Mei, creo que tendremos tiempo para librar una contienda entre los dos cuando finalicemos con las enseñanzas de Badru. Estoy seguro que vamos a enfrentarnos en una futura prueba por los conocimientos del Libro del Druida... Tuve una visión de aquello antes de venir al encuentro con el resto de nuestros compañeros- agregó, alcanzando a desenvainar a "Lion" entre sus túnicas, justo en el santiamén en que el Uzza posó una de sus manos sobre su hombro. -Y no... Elvis y Annick son mis tíos... Ellos me dieron refugio en su mansión luego de mi arribo a Gran Bretaña- contestó con curiosidad, la cual se vio reflejada en su mirada esmeralda, a la interrogante de la Black Delacour; puesto que no tenía ni la más mínima idea sobre si sus padres le habían relatado la verdad a su líder de la Orden del Fénix, suceso que no logró quedar ajeno a sus pensamientos en el instante en que el erudito entrenzado le manifestó una duda. -¿Se refiere a la pomada? Porque... me preocupé de que el ungüento estuviese bien elaborado. Una pócima es mucho más líquida... a excepción de la Multijugos que tiene un aspecto, textura y aroma... horrible. Pero sí, maestro. La preparación en base a los lirios de fuego está lista para ser utilizada cuando sea necesario, señor. La guardé en mi bolsa con hechizo de expansión indetectable en el momento preciso... o sea al segundo en que la tienda de campaña se transformó en una antorcha por... un descuido que a todos nos puede ocurrir- respondió honestamente, mientras sus pies se encaminaron a la siga del Nefir hacia los confines del páramo seco que les serviría como campo de entrenamiento previo a tener el honor de afrontar la prueba final para hacerse con los poderes druidas. <<Anhelo regresar pronto a casa victorioso... No quiero perder este reto>> cavilaba. El terreno se volvía cada vez más empinado, por lo que el pelirrojo tenía que realizar un mayor esfuerzo físico cada vez que decidía levantar una pierna en función de la trayectoria que estaba siguiendo Badru; pero, gracias a la bondad de Merlín y el consejo de sus hermanas, poseía un cuerpo bien trabajado y entrenado a diario; lo que le daba un mayor margen de posibilidades de hacer frente a desafíos en donde la capacidad pulmonar, la fuerza y el potencial muscular eran los principales factores. Fue así que tras oír la indicación del profesor; Thomas extrajo el frasco desde sus pertenencias y giró la tapa rosca superior sin vacilaciones, cubriendo ambas manos con la pomada que le permitiría adherirse a cualquier superficie. Desconocía si ésta era efectiva en un plano cubierto por arena, debido a que ésta se conformaba de millones de entidades o granos que se enfilaban de forma separada en el campo, no comportándose como una única fuente u organismo inerte como sí lo era, por ejemplo, una muralla de concreto o cemento. -Como que está haciendo calor aquí... No sé si vamos caminando en una especie de espejismo malintencionado de Atacama o subiendo el Himalaya. Ya esto es una cuesta arriba que nos está dando un mayor problema del que pensábamos... ¿O no Mei?- preguntó el veinteañero a su camarada de bando; la cual venía un poco más atrás por la aparente molestia que ésta tenía con Badru desde que el guerrero la había dejado en la celda encarcelada, al igual que a Lisa, como un delincuente cualquiera de Azkabán. Verdaderamente se hallaban en la parte central de una enorme plancha metálica a alta temperatura, tanto así que el Granger tuvo que retroceder un resto para equilibrarse mejor y aprovechar de nutrir su piel con el polen del lirio de fuego que el Uzza, de vasta experiencia, le había obsequiado en un comienzo de la clase; misma flor que el mecánico mágico agrandó tres veces su tamaño para facilitar su tarea. Con el amuleto volador colgando del cuello ante una eventual caída y posteriormente a beber un trago sutil del brebaje de los pétalos de pensamientos para estimular su agilidad mental, Elros se aventuró a lanzar varias zancadas en post de conseguir llegar hasta donde estaba Badru en lo más alto de la estructura. Fundió sus manos con el acero y avanzó a pasos de gigante sin el temor de caer en el osado intento que se transformó en un logro luego de fallidos deslizamientos que no pasaron a mayores. Cuando sus dedos se aferraron al borde, la fuerza de sus musculosos brazos le permitió subir de un único movimiento hasta la cima; sitio en donde el guerrero estaba sentado calmadamente mirando el horizonte a la espera de sus dos estudiantes. -Creo que no fue tan complicado... mis destrezas en deportes extremos como el alpinismo, me ayudaron a no tardar mucho... ¿Cree que debamos darle una mano amiga a Mei?- pronunció el Gryffindor, al mismo tiempo que sacaba su varita y pensaba en "Curación", con el propósito de sanar algunas marcas de quemaduras simples que se originaron con el contacto de su piel protegida con la elevada temperatura de la plancha de hierro. <<Vamos Mei... Tú puedes... confía en tus capacidades>> alentó a su líder a través de la Legilimancia.
  17. Tal parecía que Taurogirl no era la única que conocía los poderes secretos del Libro Uzza de los Druidas, ya que las constantes miradas que sostenía la bruja con Leah, le hacían pensar al Gryffindor que ambas guardaban muchos trucos bajo sus mangas. También estaba al tanto sobre las intenciones de Lyra y suyas propias en formar parte de los conocedores de tal magia, debido a que el pelirrojo recordaba que tanto la Selwyn como él habían estado bajo el yugo de Badru en las inmediaciones de un desolado desierto. Mientras el inefable optó por acomodarse bien su camisa azabache; sus pensamientos vagaban por los rinconces más conocidos de las míticas Guerras Cruzadas de la civilización muggle. Thomas desconocía si hubo o no participación de legiones de magos y brujas, pero estaba muy seguro de que el nombre de Saladino no era ajeno para nadie dentro de las campañas militares llevadas a cabo por gran parte de Europa latina-cristiana, con el objetivo de restablecer el control sobre Tierra Santa. Según todo lo que había leído en su período de estudiante en Hogwarts; las cruzadas fueron sostenidas principalmente contra los musulmanes, aunque también contra los esclavos paganos, judíos, cristianos ortodoxos griegos y rusos, mongoles, cátaros, husistas, valdenses, prusianos y versus enemigos políticos de los papas; tanto así fue la revolución y el compromiso de los guerreros que muchos de ellos tomaban votos y se les concedía indulgencia por los pecados del pasado. <<A tal punto llegó el fervor religioso de estos tipos>> pensaba el fenixiano, al mismo tiempo que recordaba el sitio exacto que los extraterrestres le enseñaron en aquella visión; un enfrentamiento épico entre dos colisiones de la Edad Media en las actuales fronteras de Turquía e Irán. Los minutos pasaban y aún nadie decía nada referente a la magia del "Haz de la Noche", por lo que el Granger decidió separase su resto del holograma de Keaton, y tomó por el brazo a Joa con delicadeza, llevándola hacia una de las esquinas del aula académica sin contradecirle. -¡Hey Macnair! ¿Qué es lo que te atrae tanto de aquel pintor renacentista de cuarta categoría? Tengo entendido que también fue un reconocido escultor, arquitecto... y que en Italia lo idolatraban como a un dios del arte perfeccionista. Yo no soy muy adepto a sus obras y recorrido profesional, pero he de reconocer que lo que él hizo en la bóveda de la Capilla Sixtina fue maravilloso. ¿Quién sabe si no fue un mago? Nunca me he puesto a estudiar sobre la historia de las construcciones de nuestro mundo mágico... ¿Quién habrá realizado los planos de Gringotts y el Ministerio de Magia? ¿Los duendes? Vaya a saber uno la verdad de esas cosas- comentó el joven alquimista con sinceridad, para luego volver a sumergirse en el universo de sus pensamientos al perpetuar en su consciencia aquella vez que sus pies se posaron en la lujosa Basílica de San Pedro en Roma. Pese a que el último de los discos metálicos se hallaba en tierras budistas, el initié no quiso adentrarse más en dicho tema, y por el momento omitió comentario sobre sus bajas intenciones de acudir a la India por el rezagado objeto grabado. A la espera de las futuras indicaciones de su docente; Elros meditaba para sus adentros sobre el gozo que hubiese sentido al haber podido realizar el "Fulgura Nox", pero mientras Badru no lo reconociera como digno, no sacaba nada con intentar abrir un portal frente a sus compañeros; ya que las consecuencias de su gesto de osadía podían llegar a ser nefastas e incluso fatales si es que toda su valentía se terminaba traduciendo en tragedia.
  18. Thomas E. Gryffindor

    Videncia

    El Gryffindor se quedó en silencio escuchando atentamente las palabras que Sajag le brindaba cordialmente con el propósito de que éste se introdujese cada vez más en el arte de la Videncia, pues Thomas debía estar dispuesto a aprender con paciencia cada una de las disciplinas que conformaban aquella habilidad que, poco a poco, se manifestaba dentro de su vida. Cuando el Arcano se refirió a las hierbas, el inefable tomó nota mental de cada una de las especies que su profesor le nombró; tratando de hacer memoria acerca de otras plantas de las que había escuchado hablar alguna vez. -La sabiduría se encuentra en la naturaleza, maestro... no en los laboratorios. Los miterios que nos ofrece el mundo vegetal son tan variados que... sorprenden a cualquiera- comentó el apuesto veinteañero mientras el hindú extraía un cortahojas pequeño con tal de desmenuzar un diminuto conglomerado de plantas secas, y luego colocarlas sobre un contenedor de barro que serviría de propulsor del aroma que, momentos más tarde, inundaría la estancia académica. -Los grandes druidas y magos tenían un amplio conocimiento de las hierbas... eran botánicos que ejercían cierto poder e influencia en las personas, debido a su vasta erudición en las semillas, así como también acerca de sus aplicaciones. Además, la creencia popular y la intuición, ayudaban bastante a saber para qué servía cada especie, guiándose por señales de la naturaleza, como por ejemplo las hojas de acacia... las cuales aumentaban las capacidades mentales, colaborando en un mejor desarrollo espiritual... Muchas de ellas sirven para crear infusiones que nos induzcan a estados de "trance" que faciliten la liberación de nuestro "Ojo Interior"... mientras que otras repercuten en la sanación- agregó el pelirrojo; observando que el apacible rostro de Sajag brillaba cálidamente con los rayos del astro sol que ingresaban por los ventanales de la habitación. -Me parece increíble cómo los números pueden influir tanto en una persona... Tomar una decisión trascendental, dar un paso importante en tu vida o... simplemente, saber cómo será tu día. Sé que no es una ciencia exacta y que hay múltiples factores que pueden intervenir... pero aún así me parece una rama grandiosa de la Clarividencia- dijo el ojiverde con convicción en su oración; para posteriormente beber un sorbo del té que antes él había servido, para sí mismo y su maestro, desde la rústica tetera que no paraba de humear el vapor que empañó los espejos y algunos vidrios cercanos a la diminuta pira que flameaba más bajito, con el propósito de mantener el agua a temperatura agradable al paladar de los hombres que ya llevaban un par de horas compartiendo amenamente. -Muchas gracias por su bondad... Sajag. Es un secreto muy guardado que tiene un motivo muy especial para estar bajo un baúl de siete cerrojos. Y bueno... concuerdo con usted que no hay nada mejor para alejar los malos augurios que una excelente compañía y... por supuesto, algo exquisito que nos colme el alma... como esta taza de té que muy bien alistamos, señor- enunció el fenixiano, previamente a la explicación del Arcano sobre su número de nacimiento. Todo lo que el barrigón le facilitó sobre el cinco, decía mucho acerca de su personalidad y el nuevo giro que hasta hace poco realizó en su vida. Elros se caracterizaba por ser un adolescente aventurero, muy adaptable a los cambios con tal de crecer de nuevas experiencias, más allá de la rutina. Era valiente, como bien lo denotaba su apellido; y por lo mismo no temía a realizar de su caminar un deporte extremo con la adrenalina a flor de piel. -Bueno... lo sé... espero que el giratiempos no se convierta en la prueba de mi delito. Yo viajé en el tiempo para solucionar algunos "temas pendientes"... ¡No! Mejor dicho, a tratar de revertir situaciones que... que no quiero recordar por ahora- respondió con honestidad el hijo menor de Elvis y Annick; al mismo santiamén que escuchaba, con cierto nivel de sorpresa, la interrogante que Sajag le dejó planteada tras el arribo de un libro que no tardó en apilarse con el otro ejemplar que ya estaba sobre la mesa de descanso entre ambos magos. -Muy bien, señor. Eso sí, prefiero...- fue lo que alcanzó a balbucear el Granger, debido a que su docente le interrumpió en compañía de tenues toques sobre la madera de la puerta de ingreso; a ciencia cierta se trataba de una nueva estudiante y, por lo tanto, una compañera con quien crecer a la par en la sabiduría de la Videncia. -No se preocupe, maestro. Cuando termine de ver lo que está en la taza de té y... desarrollar algo interesante sobre el número cinco... saldré- finalizó el initié, encaminando sus pasos con tranquilidad hacia la parte trasera de un biombo que separaba los ambientes de la pieza. Con todo lo necesario para efectuar un estudio detallado; el Gryffindor empezó analizando el fondo del recipiente utilizado para la Teomancia, no tardando demasiado en interpretar el mensaje que las hojas del té le manifestaron con respecto al hindú. Tras anotar todo en una libreta de apuntes, el domador de dragones se sumergió en las páginas de la Numerología, logrando dar con el significado de su fecha de nacimiento; suceso que le dejó perplejo al percatarse que muchas frases eran muy compatibles con su esencia. -¡Vaya Lyra! Tu pregunta es muy interesante... Me da gusto verte por acá. Sentí tu voz... pero el aroma a incienso me tenía tan concentrado en mi tarea que... por varios minutos creí estar en solitario aquí adentro- saludó el chico con una sonrisa a flor de labios. -Maestro, tengo listo lo que usted me solicitó- añadió; dejando para más adelante la respuesta sobre la influencia del clima. -Según lo que pude interpretar de los posos de su taza... se logra vislumbrar una especie de Laberinto... Esto señala la posible aparición de un período de su vida en donde tendrá una serie de complicaciones... pero no debe desesperar, pues las dificultades con las que se va a encontrar no son tan grandes como pensará. Con ayuda del tiempo todo se solucionará maestro... tenga fe y confianza en sí mismo- relató al comienzo el fornido legilimago, avanzando más allá del biombo hasta quedar entre la figura del Arcano y de la señorita Selwyn. -Y mi número de nacimiento... el cinco es el signo de la acción y la inquietud. Es el símbolo de la libertad, la adaptabilidad, el espíritu viajero y aventurero, pero también de la inconsistencia y del abuso de los sentidos. Un ser expansivo y sociable, de nuevas y visionarias ideas; de pensamientos rápidos, polifacético, curioso y explorador; ingenioso a la hora de utilizar la libertad de forma constructiva. También es el número de la fortuna, la magia y la aventura. Son personas que les atrae lo desconocido, lo extraño, lo misterioso. Y en el lado negativo, demasiado atarantamiento, a veces descontento e insatisfecho, de temperamento tenso, suele tomar muchas decisiones precipitadas, impaciente, falto de aplicación a los temas... Palabras que concuerdan muy bien con mi forma de ser, Sajag... Me dejó muy sorprendido, señor- concluyó, esperando pacientemente que el docente le dijese algo con respecto al desempeño que estaba teniendo en el transcurso del aprendizaje y orientación de la habilidad.
  19. Thomas escuchó con atención las indicaciones de Badru, por lo que siguió moviendo, lenta y pausadamente, su pala sobre el caldero hasta que la mezcla se volvió una pasta homogénea que tenía bastante apariencia a una pomada en vez de un zumo, como lo que opinaba antes de hablarle al guerrero Uzza con sus cuestionamientos experimentales. -¿Detenerse cuando ésta espese? ¡Por Merlín!- expresó el Gryffindor luego de oír lo que el docente le contestó a Lyra en relación a sus comentarios anteriores; lanzando un diminuto chorro de agua desde la punta de su varita con tal de apagar de lleno la pira encendida que estaba debajo de su olla metálica de preparación del ungüento mágico a base de los lirios de fuego. En eso, la carpa que el hombre de trenza había utilizado a modo de refugio para elaborar aquella mixtura, ardió en llamas; lo que instó a Badru a efectuar un fugaz ademán a sus estudiantes para que estos salieran rápida e inmediatamente de adentro de aquella estructura incinerada. <<Parece que esto fue obra y gracia de Mei… ¿Qué le sucederá?>> se preguntaba el inefable mientras quitaba la vista de la escena de regaño que la Black Delacour se auto-concedió por su falta de tino. -Muy bien señor. Lyra… tú ya has lidiado con hechizos de este libro… Yo te sigo- manifestó el pelirrojo de mirada perdida al ver que una docena de criaturas mágicas se acercaban a la enorme antorcha que, a escasos minutos previos, le resguardó del clima hostil y gélido de la zona desértica. Fue así que tras resguardar su pomada entre sus ropas, el veinteañero se puso a disposición de la Selwyn y meditó en cómo hacer un círculo efectivo con tal de cubrir la mayor cantidad de terreno o área posible. -Obsistens- fue lo que pensó, invocando un cerco luminoso de tonalidad azul rey que se asemejó bastante al efectuado por su compañera; concentrándose aún más gracias a su gran capacidad mental, y así amplió la barrera protectora a una distancia considerable de su organismo mortal. Katara hizo lo suyo versus un centauro que estuvo at portas de lanzar un conglomerado de flechas en contra de los magos; mientras que Elros logró detener a una bella esfinge que, al intentar lanzarse para morderle brutalmente, fue absorbida por el muro de raro resplandor zafíreo que la esfumó del lugar sin dejar rastros. <<Por poco me desgarra el brazo o el cuello>> caviló el hijo menor de Elvis y Annick. Pero cuando un suspiro de alivio emergió desde lo más profundo de su ser al corroborar que la criatura alada no había dañado nada de su integridad personal, su mirada esmeralda salió de foco y se centró en la figura malhumorada de Lisa; quien alzó la voz en un “basta” que se oyó en toda la zona que el Gryffindor junto a la Selwyn estaban protegiendo. -Parece que será todo por hoy… Muchas gracias por tu colaboración Lyra… Realmente me ayudaste a crear un buen muro… por poco pensé que me quedaría rezagado- manifestó el trabajador ministerial, no sin antes activar su Anillo de Salvaguarda contra miradas indiscretas, y posteriormente imitar la acción del Uzza de posarse sobre la cálida arena que rodeaba aquel distrito, cayendo en pocos minutos en los tibios y acogedores brazos de Morfeo. Al despertar, ya florecido el alba, quedó estupefacto tras vislumbrar que el Nefir atacó a Lyra y Lisa sin vacilaciones; hecho que le dio pie a extraer sin miedo su varita a la defensiva, por si el Uzza también emprendía hechizos en su contra; pero aquello no sucedió. El Cantar de Eleboro generó una sublime vibración musical que restauró los sentidos perdidos de las brujas; aprovechando dicha instancia para enseñarles de forma práctica y pedagógica, las ventajas de aquel efecto mágico. -Perdone Badru. Me sumo a las palabras de Mei… ¿Qué habrá para nosotros?- consultó el apuesto fenixiano luego de divisar que dos de sus camaradas de clase se adentraron en sus respectivos portales que se abrieron sin problemas tras utilizar el Haz de la Noche. -Mei… No creo que el Uzza nos ignore. Pienso que algo nos debe faltar para poder afrontar la prueba… No te desanimes… ya llevamos un buen tramo recorrido… ¿No es así guerrero?- agregó, ojeando directamente al entrenzado.
  20. Mientras Thomas esperaba las respuestas a sus interrogantes; su mente jovial vagaba en los sutiles recuerdos de la secuencia de imágenes que dichas criaturas extrañas con tentáculos le enseñaron psíquicamente a través de un ligero contacto con su sien; perpetuando en especial aquellos discos insólitos de metal, con grabado alrededor de todo su perímetro, que se vieron almacenados en las proximidades del palacio del joven faraón egipcio, Tutankamón. Aquella fase de la Historia de la Magia era la que más fascinaba al Gryffindor, a tal punto que pasó a convertirse en el motivo central de su anhelo de cursar dicha asignatura de postgrado en las dependencias de la Universidad Mágica. Si bien, formalmente, se define que aquel poderoso gobernante del Nilo perteneció a la dinastía XVIII de Egipto; se puede afirmar que éste fue el último faraón de sangre real de aquel linaje. Su reinado se caracterizó por un retorno a la normalidad en el plano socio-religioso después del interludio protagonizado por el monoteísmo; restaurando el culto en los templos, colocando en funciones a la casta sacerdotal y permitiendo la celebración de ciertos ritos pertinentes. El hallazgo de su tumba, casi intacta, por la sociedad contemporánea muggle, fue un aporte fundamental para la comprensión de la historia y cultura egipcia. Posibilitó sacar a la luz una cantidad de apreciables joyas, muebles, armas y variados utensilios; convirtiéndose la máscara funeraria del faraón en la imagen más popular de interés mundial, inclusive en la ciudadanía mágica. <<Se sabe que Tutankamón falleció debido a una enfermedad mortal en aquellos tiempos… ¿Malaria?>> pensó el mago de cabellos rojizos, al mismo tiempo que su varita de pirul realizó un ágil movimiento que le dio permiso a cambiarse repentinamente su pijama por una vestimenta más acorde a lo que parecía ser una jornada arqueológica de expedición desconocida. <<¡Una guerra galáctica! ¡Genial!>> caviló entusiasmado el veinteañero, imaginándose en su pensamiento inmaduro de un extrovertido adolescente, toda la batahola épica que aquello implicaría al planeta que compartían con los muggles desde tiempos inmemoriales. -¡Hola Joa! Tanto tiempo que no nos vemos, querida… ¿Recuerdas lo que pasó en el Himalaya? ¿Shangri-La? Fue un paraíso del alpinismo… Espero que en esta oportunidad nos llevemos mejor… Quizá nos toque viajar juntos al Antiguo Egipto… aunque oí que te gusta más la idea de visitar un paisaje más artístico- comentó el legilimago a la muchacha Macnair, haciendo referencia al pintor y muralista Miguel Ángel. -¡Ah! Y para la otra… fíjate por donde caminas eh. Mira que casi te caes encima de Lyra por tu torpeza… Sé que te soy irresistible, pero aprende a tener un mayor grado de concentración cuando estés en una cátedra ¿Estamos?- añadió bromeando el mecánico mágico e inefable del Ministerio; plasmando en su cerebro todos aquellos instantes que vivió con aquella bruja en la embajada de Turquía cuando cursó Maldiciones. -Hey Leah… aquí adentro somos compañeros de clase… Deja a un lado los rencores… Parece que todo lo que pasó en el Atrio te dejó con una bala pasada con respecto a mi persona ¿No es así? Por lo menos yo afronto a rostro descubierto mis ideales… no como otros que los ocultan tras una máscara y trajes negros- masculló, sin querer darle mayor importancia a las palabras de la Ivashkov que le miraba con desprecio tras la apuesta figura de Taurogirl. -¡Me parece una perfecta idea! La señorita Crouchs debe estar al tanto de la magia del Libro del Druida. Será una excelente oportunidad de probar los poderes del portal- finalizó al percatarse de que la mujer estaba dispuesta a ayudar en la búsqueda de los siete artefactos que los alienígenas requerían con tal de reconstruir su hogar sideral.
  21. Los rayos de sol le despertaron alegremente por la mañana de aquel jueves, tanto así que el Gryffindor no dudó en levantarse rápidamente con tal de tomar una refrescante ducha por la mañana antes de salir rumbo al callejón Diagón. Hace unos días atrás había finiquitado un par de arreglos que le hizo a su taller mecánico, entre estos la incorporación de una cámara escondida subterránea en donde dejaría uno de sus más preciados tesoros. Luego de vestirse con ropas holgadas acorde a la época del año; Thomas bajó a tomar desayuno a la cocina al descender desde el tercer nivel de la morada de los leones de Ottery, arribando al lugar en donde se hallaban los elfos domésticos que gentilmente le prepararon todo lo que le gustaba merendar antes de una ardua jornada de trabajo. -Hey Tanis… dile a mis familiares que iré de compras al mall… eso si alguien pregunta por mí. No quiero que se alarmen si llaman de sorpresa del Ministerio, pues le avisé a mi directora que me tomaría un par de días para dar pie a unas pequeñas vacaciones… Estaba muy estresado con todo- expresó el legilimago al leal sirviente de su padre de orejas puntiagudas, al mismo tiempo que enfilaba sus pasos a la fachada de la residencia fenixiana, con el objetivo de introducirse en los jardines del área delantera de la casa y así poder sumergirse en aquella desagradable sensación de succión y vacío espacial que, segundos más tarde, lo materializaron de lleno en las proximidades del Magic Mall. <<Anhelo que todo salga a la perfección>> pensó el pelirrojo con optimismo. Al contemplar la trastienda, el veinteañero se admiró una vez más con la majestuosidad de todo el ambiente que los empleados del Concilio habían recreado para las criaturas que los curiosos compradores adquirirían para su familia, locales comerciales o bóvedas trasteros. En el caso particular de Elros y en esta oportunidad, venía a hacerse acreedor de una de las más codiciadas especies mágicas; pero no para su beneficio personal, sino para que éste se diese el trabajo de ayudarle a custodiar su tan querida Vulcanización. -Vaya… nunca me había venido a meter a este tramo- dijo para sí mismo en voz baja al hallarse en el sector más protegido de la planta que se encontraba al fondo de la división de seres; divisando a un grupo de magos que alimentaban con suma cautela a una colonia de acromántulas que rara vez se vislumbraban por los terrenos del Bosque Prohibido. -Buenos días, vengo por una noble adquisición. Tengo entendido que quedan muy pocos en stock… y bueno, en vez de esperar a subir de nivel… prefiero tenerlo igualmente conmigo, pero bajo la pantalla de mi negocio en el Callejón. Espero que el formulario esté correcto y no exista error en todos los datos que dejé y que son necesarios para la transacción desde Gringotts- expuso el joven ojiverde, al mismo tiempo que su atención se desvió inmediatamente hacia un basilisco que tenía la mirada cubierta con una especie de placa o lente mágico que le impedía asesinar a quien se atreviese a lanzarle, aunque fuese mínima, una fugaz ojeada que sería letal. Nombre de la Familia o Negocio: Vulcanización Mágica Link al Registro: Registro Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda #108116 Fecha: 2016-06-09 Nombre del producto: Ridgeback Noruego Objeto, Criatura, Poción: Criatura Catalogación: XXXXX Precio: 15000 G Precio total: 15000 G
  22. La noche en vísperas para el mes de Junio había sido muy extraña, tanto así que Thomas se dio el tiempo necesario de arreglar tranquilamente su bolsa con hechizo de expansión con el instrumental que requeriría para cursar su clase de conocimientos. Aquel día había paseado por los jardines de la mansión de su familia, contemplando con curiosidad cada una de las especies muggles y mágicas que vivían por los alrededores, llamándole profundamente la atención el amplio espectro de criaturas que residían junto a los Gryffindor desde que sus memorias tenían uso de razón. Cuando eran cerca de las dos de la madrugada, el pelirrojo encaminó sus pasos hasta su alcoba; tomó su pijama y cepilló sus dientes en el cuarto de baño que estaba contiguo a su bella habitación en el tercer nivel de la morada. Estuvo un par de minutos pensando expectante en su nueva aventura, hasta que finalmente Morfeo le sumergió entremedio de sus brazos y le invitó a navegar por el sublime mar de los sueños. Pero no todo podía ser color de rosas para el inefable, pues cuando el minutero estaba “at portas” de alcanzar las cinco de la mañana, un insólito resplandor azulado cautivó sus ojos esmeraldas y le incentivó a levantarse sin cavilaciones. <<¿Qué es esta luz?>> se preguntó arrugando el ceño mientras con sus manos se frotaba los párpados con insistencia con tal de lograr fijar mejor la visión; y justo en aquel preciso instante en que su diestra se posó sobre la madera de su varita de pirul, su cuerpo se embriagó de una rarísima sensación de succión muy similar a cuando ocupaba la aparición, y lo terminó por abducir hacia una construcción inaudita con forma de platillo volador o nave que lo trasladó hacia la Universidad Mágica en donde su padre trabajaba a diario sin descanso. Allí se hallaban dos enormes figuras de unos tres metros de alto, con tentáculos por todos lados; junto al cuerpo postrado de quien parecía ser su profesor. <<¿Cumplir una misión? ¿A qué se refiere este tipo?>> meditaba incauto el somnoliento mago británico, oyendo en silencio las palabras del Ravenclaw, que más bien parecía ser un holograma o proyección mágica inteligente que nacía desde su organismo mortal custodiado. Cuando apareció, de forma rápida y efectiva, un apetitoso desayuno frente a su embobada ojeada; no quiso dar mayor pie al resto de cuestionamientos que habían cambiado su estado anímico, y decidió probar un sabroso zumo de naranjas junto a unas cuantas tostadas con miel de abeja y un grupo de frutos secos de la estación anual que se acabaron fugazmente ante el movimiento insistente de sus manos, llevándoselos a la boca mientras sus oídos estaban al tanto de las preguntas que el docente expuso a sus alumnos. <<La historia estudia el pasado… tiene que ver con la sociedad… su evolución. Gracias a los primeros registros escritos se pudo tener una evidencia que lograse trascender hacia las nuevas generaciones… La mayor utilidad a la cotidianidad de mi vida es… ganar sabiduría, conocer más de las raíces de la magia y ser un ciudadano más erudito a la hora de entablar temas de plática con mis pares… Y bueno, la época que más me gusta… es la era egipcia>> fue lo que el veinteañero le transmitió de manera mental, haciendo uso de su habilidad de Legilimancia, a su catedrático; al mismo tiempo que su paladar no se detenía ningún segundo en deleitarse con tanto bocadillo que estaba a su disposición y a la de sus compañeros de aula. Fue en eso que una sonrisa vasta se delineó en sus labios tras escuchar a Tauro decir que no había firmado nada en relación a la manera en que fueron convocados a la clase, ni menos algo ligado a esos “bichos". -Vaya, vaya, vaya… nunca pensé que esta travesía me daría más adrenalina que una salida a trotar por los alrededores de Ottery… Bueno… tendremos que hacer lo que ustedes nos piden… No tenemos otra opción ¿No es así?- respondió el extrovertido chico a los seres ententaculados, mientras en su mente volvía a repasar cada uno de los objetos que estos le presentaron tras posar una de sus extremidades sobre su sien. -Si mis compañeras no se oponen... pues vamos. ¿Por dónde comenzaremos y cómo es que viajaremos? ¿En sus naves espaciales?- inquirió finalmente luego de prestar escucha a Lyra y Mynerva. Todo se había vuelto tenso, sus compañeras (entre ellas Leah y Joa) se mantenían a la espera de las nuevas indicaciones que el aura de Keaton les daría bajo la supervisión y el control de aquellos marcianos galácticos.
  23. Thomas E. Gryffindor

    Videncia

    -¿Intrigado? Pues no, maestro. Simplemente me pareció curioso que un grupo de magos me dijese eso… Aunque… para serle franco… en este último tiempo están pasando cosas muy extrañas en el Departamento de Misterios, pero… como bien lo dice su nombre; no sé si sea para que yo decida cambiar mi rubro laboral. Me siento muy contento siendo inefable y por muchos meses he empatizado con los trabajos a diario que se hacen en la novena planta- comentó el pelirrojo tranquilamente, para después oír de la boca de Sajag que él ya sabía que era el hijo de Elvis; suceso que no le pareció para nada de novedoso, pues la clarividencia del Arcano daba para mucho, inclusive para haber visto llegar al veinteañero como su nuevo estudiante y discípulo de tan noble don espiritual. -Exacto… Ese motivo es el principal impulsor que me trajo hasta usted. Perdone ese término de… “paranormal”, no lo volveré a repetir jamás. Es solamente que… a veces nos dejamos influenciar por las masas… y eso termina por dar un cambio relativo a nuestra verdadera esencia y personalidad. Muchas veces me sentí muy discriminado al pensar diferente… al ver las cosas con un modo distinto al común. Incluso cuando desarrollé la Legilimancia… yo… me sentía culpable. Pero Rosália me ayudó a dar un giro a esos pensamientos funestos… me orientó hacia una auto-aceptación que… de una u otra manera… potenció aún más mis habilidades, gran Sajag- agregó Thomas con un dejo de sinceridad en su expresar, al mismo tiempo que su mente no paraba de analizar todas las palabras que el hinduista le platicó, haciendo hincapié en la capacidad de ser humildes ante la ignorancia propia; frase sabia de un hombre erudito. -¡Está bien! Igualmente ya tengo un poco de sed entre tanta galleta, señor. Por ahí ya puedo convalidar el grado de dulzor que le faltará al té… pese a que yo no utilizo azúcar… prefiero la miel…- exclamó. Sin dar más tregua a su instinto de beber algo; el Gryffindor se puso de pie con el propósito de encaminar sus pasos hasta donde se hallaba la tetera humeante con asa de mimbre, muy arcaica, tanto así que le recordó los tiempos de recreación en La Madriguera, antiguo hogar de los Weasley, y hoy refugio de la Orden del Fénix. Mientras rellenaba ambas tazas de un material pulido que según el chico era madera; se dedicó a prestar atención a cada vocablo y acotación que el Arcano le relataba muy filósofamente, percatándose que su definición de la Numerología no estaba tan errada como lo especulaba a diario con su almohada. -Sí… concuerdo con usted, señor. La interpretación es un pilar fundamental en la Videncia… así como también en la vida misma. Las cosas que nos pasan… no suceden porque sí, sino que hay una explicación que encausa un destino… el trayecto de cada quien. Y bueno… demos inicio con los números… me gusta esa idea… ¿La Aritmancia es lo mismo?- preguntó, no sin antes inhalar profundamente el aroma que floreció de ambas tazas al instante de posarlas en una mesita baja que yacía entre los asientos de ambos hombres. Luego de acariciarse, con disimulo, su abultada barriga; Sajag se paró sin inconvenientes y acudió a un estante, lugar de donde extrajo un tomo; libro del que citaría, en voz alta, una frase peculiar. -¿Mi número de nacimiento, señor? Así como el suyo es el… siete… ehhh no lo sé, maestro. Yo sólo sé mi fecha de nacimiento, la cual es…- se detuvo en seco el ojiverde, debido a que estaba apunto de romper una promesa que tenía con sus padres; ya que Thomas no era su nombre, sino su camuflaje para no desencadenar un Apocalipsis en el Ministerio de Magia. -Maestro… yo no le puedo mentir a usted… mi nombre real es Elros… Elros Gryffindor. Nací un catorce de Octubre del año… dos mil quince. Pero tengo… veinte años de edad… Suena burlesco, pero señor… no le estoy “tomando el pelo”. Yo… yo viajé en el tiempo- finalizó con una incomodidad notoria en su rostro enrojecido y sus manos temblorosas. Terminó aflojando su lengua y concluyó en no ocultar nada de su vida al Arcano; el cual sabría, sin duda alguna, que su yo actual (el bebé) no debería tener más de ocho meses de vida.
  24. Luego de transcurrido cierto tiempo y aún a la espera de Lisa; el Uzza se acercó a la zona en donde Thomas había realizado su cometido, y tras notar que el chico pelirrojo cumplió con las expectativas de la primera tarea, asintió con un dejo satisfacción expresado en sus parcas facciones guerreras. -Está bien, Badru- respondió algo intranquilo al ver que Mei no demostraba querer terminar luego la misión de extraer el polen de su lirio de fuego, pues el límite de quince minutos ya había pasado frente a sus ojos sin ningún fruto favorable que analizar por parte del docente ancestral. Dentro de todo, el Gryffindor estaba ansioso al saber que aprendería más de dicha cultura, pero su serenidad se veía mermada por aquellas indicaciones que el entrenzado le pronunció a la joven Delacour; premisas que la dejarían a las afueras de la carpa carmesí al acecho de posibles criaturas mágicas que osaran cruzar la barrera protectora en pleno desierto y se atreviesen a atacarla en medio de la noche que ya comenzaba a caer junto con las bajas temperaturas. -Suerte- le susurró muy tenue a su Líder de la Orden del Fénix, segundos previos a ingresar a la tienda de campaña en compañía de Lyra y Lisa; pues esta última logró arribar con prisa al punto de encuentro antes que todas las llamas, que servían de faroles iluminando el perímetro, se extinguiesen sin remedio tras la advertencia que el maestro proclamó antes de la travesía de la Weasley. Todo en el interior de la carpa era bastante rudimentario, pero Thomas pensó que aquello era justamente lo que el Uzza quería, poner a prueba los límites de sus alumnos y que estos pudiesen aprender a desenvolverse de la mejor manera posible con el mínimo de ayuda y con los medios que tuviesen a su alrededor. Mesas y sillas bajas, pequeños recipientes con pociones e ingredientes, calderos encendidos como antaño y vasijas con agua para beber o licuar las mezclas que, a ciencia cierta, elaborarían dicha jornada. -Muy bien… Entonces es momento de poner a nuestra disposición el arte de las creaciones. Nunca he realizado algo parecido a una pomada o un ungüento, pero pociones sí- comentó el legilimago, mirando curiosamente algunos pistilos que yacían dentro de frascos sobre las mesas individuales que estaban muy bien preparadas para los estudiantes. -Ignea- pronunció con claridad mientras movía su varita, anteriormente desenvainada, imitando la oscilación de Badru; provocando que desde la punta distal de “Lion” emergiese una lluvia de polvo destellante que lo cubrió por completo, a excepción de su cabeza que aún continuaba con el encantamiento de Casco Burbuja (¿Por qué aún no se lo había quitado? Vaya payasada). -Eh… eh… profesor… o sea… Badru. Perdone mi interrupción pero accidentalmente rocié mis ropas con el polen que salió tras decir el hechizo que nos pidió practicar verbalmente…- manifestó con una pizca de timidez, tratando de mirar al docente directamente a los ojos, al mismo tiempo que removía la ampolla mágica que estaba englobando su cabeza a través de un ligera y rápida floritura de su arma de pirul. -Ehhh… bueno, mejor abordo pronto la preparación- finalizó el veinteañero, anhelando no haber fastidiado al Uzza. -Incendio- invocó, lanzando un par de llamas bien controladas hacia la pequeña pira que se enaltaba bajo el caldero que escogió en una mesa próxima a la del guerrero; encendiendo la fogata sin temor a que el fuego lo quemase, pues estaba acostumbrado a realizar pócimas en su trabajo ministerial como inefable del Departamento de Misterios. Posterior a tener muy bien encausadas las llamas; Thomas echó un vistazo al contenido de la olla y se percató de que ya existía una base previa que le brindaría un piso firme para agregar sin cavilaciones el polen del pistilo del lirio que estaba bien conservado en un frasquillo translúcido. Usando el hechizo de levitación una vez más, el Gryffindor añadió el pistilo de la flor a la mezcla y, con una cuchara de madera rústica, empezó a revolver con suma precaución y teniendo el cuidado de que el contenido en el caldero no se rebalsara. -Badru… ¿Cuánto tiempo hay que esperar para que la pomada esté lista? Según el Libro del Druida dice que debe estar bien unificada y homogénea la “composición” antes de apagar la llama que tiene que estar en bajo umbral de intensidad de calor para no quemar la mixtura… pues el pistilo, en sí, ya nos proporciona una temperatura ideal para la elaboración- preguntó seriamente sin dejar de mover a pulso la pala; mientras su ojeada esmeralda se posaba indiscreta en su colgante del polen (antes extraído) que ya emprendía a reponerse lentamente con el paso del tiempo.
  25. Thomas E. Gryffindor

    Videncia

    -¿Una galleta? Ehhh… ¡Bueno! Muchas gracias por su gentileza- respondió Elros una vez que el Arcano se puso de pie para saludarlo; estrechándole la mano cordialmente mientras le incentivaba a ingresar a la habitación en donde se hallaba meditando. -¿Frutos rojos? Es una de mis preferidas… ya que las de chocolate son mis predilectas con un buen café- dijo el pelirrojo, al mismo tiempo que cogía la golosina y se la lanzaba a la boca de un único y gran mordisco que le infló las mejillas tal como una marmota. -No sé si efectivamente sea el descubrir de mi ojo interior lo que me pasa… señor. Por eso he decidido tomar su lección y aprender a auto-reconocerme. Sé que con un maestro como usted… puedo saber más de mí y mis percepciones sensoriales- comenzó relatando el Gryffindor luego de la pequeña y contagiosa carcajada que el hindú manifestó e instauró en él una sutil sonrisa de medio lado que no pudo evitar compartir al interior de dicha estancia. -¿Visiones? Ehhh… Bueno, señor Sajag. Lo que puedo contarle es que desde un tiempo hasta entonces he tenido sueños… no sé si son encuentros premonitorios… pero estas imágenes se ligan estrechamente a números cardinales. Por ejemplo… El miércoles de la semana pasada… tuve una pesadilla en donde se aparecía repetitivamente el número cuatro… y justamente al otro día… el jueves, siendo el cuarto día de la semana… cerca de las cuatro de la tarde… tuve una reunión importante en el Ministerio… con cuatro hombres que me aconsejaron cambiarme del Departamento de Misterios porque algo muy extraño estaba pasando ahí… ¿Curioso no lo cree?- agregó tras tomar asiento en un diván frente a su receptor; observando que el vidente volvía a posar en sus manos el libro que había estado hojeando instantes previos al arribo. -Exactamente… no sabría decirle si en mi familia está el don. Muchas veces mi madre se comporta muy… extraña… emite comentarios que, al fin y al cabo, se vuelven hechos muy concretos. ¡Nos deja a todos atónitos! No sé si será que ella tiene la habilidad o es aquella intuición de madre… e incluso “sexto sentido” como algunos le llaman. En cambio yo… no sé… siento que es diferente… como que de alguna u otra forma logro interpretar de modo “paranormal” los números y algunos sueños… Al principio creía que tenía aptitudes más allá de lo habitual para la Aritmancia… pero no... Según yo, pues aún no curso ese tema de conocimiento dentro de la Universidad- expresó el fenixiano, tratando de hacer memoria en sus recuerdos con tal de poder ser más explícito con Sajag. -Llegué a usted por mi padre… Elvis. Él es el Director de esta institución. Un día le comenté sobre mis “destrezas” y mis cuestionamientos; y luego de terminar mi caminar junto a Rosália… decidí voluntariamente conocerlo a usted, señor. Entonces yo…- alcanzó a pronunciar, debido a que la frase de su nuevo maestro sobre: “Sólo muerdo mis galletas”, le sacó de foco y le estimuló una risa que por poco lo ahoga con un chip de frambuesa de la galleta que aún conservaba en su moflete izquierdo. -Pe… perdone mi falta de educación. Es que sus bocadillos están deliciosos- fue sensato y se disculpó por su infantilismo. -¿Cree usted que la numerología tenga algo que ver con lo que me está sucediendo? No sé… ¿Cómo podría interpretar mis sueños afines con los números? ¿Por qué me sucede esto maestro?- preguntó el legilimago, esperando que el Arcano le contestara con sinceridad y paciencia.

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