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Suluk Akku

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Todo lo publicado por Suluk Akku

  1. Observó el enfrentamiento entre el Black Lestrange, en su forma de camaleón, y el híbrido de camaleón, quien parecía más un bruto con una rara condición en la piel. Su pupilo había tenido una actuación decente al momento de tener que enfrentarse con semejante sujeto, puesto que aquello no estaba en sus planes inmediatos. Muy inteligente de tu parte, usar las capacidades del camaleón para ocultarse, mientras insultas al otro. Otro rasgo de los reptiles, mantener la sangre fría aún en los momentos difíciles. Tomaba nota de los avances del castaño en Savage Land, desde su táctica de ocultamiento, confundiéndose como parte de los árboles, hasta tener que recurrir a alimentarse de otras especies. Todo ello lo había hecho por sobrevivir, tal como sería si el camaleón de Parson que observaba a través del anillo, en verdad fuera sólo eso y no un mago aspirante a la habilidad. Entiendo que quieras poner fin a un conflicto entre gente reptil y humanos, pero ten en cuenta que la historia nos ha enseñado que somos muy temperamentales y aprendemos poco de nuestros errores. Tan sólo ve el poco interés que ha tenido tu raza en proteger a especies animales, un error que eventualmente les pasará factura. No le quedaba mucho que decir a la arcana, pues sabía que su estudiante evaluaría la situación que estaba a punto de desarrollarse, con la repentina llegada del grupo de humanos que era responsable, por igual, del conflicto con los híbridos reptil-humano.
  2. No es de extrañarse, joven Black Lestrange. De hecho, podría decir que la arquitectura maya se debe en gran parte a los magos, pero ésa es otra historia. Quizá no crean en la magia de varitas, como tal, pero creen en algo de eso, han aprendido a sobrevivir. Supuso que más de la mitad de lo que le decía al muchacho, quedaría en el olvido, debido al constante conflicto que rodeaba el ambiente en el que desarrollaba su prueba. Le agradó la iniciativa de pasar de la fuerza bruta a la diplomacia. Se podría decir que no era un rasgo distintivo de los reptiles, pero al menos había logrado hacer un uso práctico de la viscosidad de su lengua. Permaneció en silencio mientras el aspirante era llevado ante el líder de los híbridos animal-humano. Aún desde el sitio en el que se encontraba, era capaz de percibir la duda que emanaba del muchacho a través del anillo. Haces bien en esperar lo peor, y en recordar que el resultado de tu prueba de fe puede resultar desafortunado...para ti -le advirtió, formando en su mente la escena de una serpiente dándole el golpe de gracia al hurón . Como sea, creo que podrás con ello, después de un ave desquiciada, cualquier otra cosa debe ser pan comido para ti. Se mantuvo atenta a cómo se desenvolvería el intento de tregua con los llamados curtianos. Tal como su alumno pensaba, posiblemente era todo una trampa, y debía prepararse para resolverlo de formas menos diplomáticas. Al igual que el camaleón, debía adaptarse. Imagino que no hace falta que te recuerde que estés preparado para una potencial situación que esté fuera de tu control.
  3. Suluk Akku

    Animagia

    -En tu forma humana, me temo que no puedes usar eso que llamas habilidades felinas. A diferencia de tu licantropía, que exalta tus sentidos, la animagia requiere que adoptes la forma animal para hacer uso de sus talentos -explicó sin muchos miramientos, pues la duda había resultado puntual. Lo observó en su intento de hacer el cambio. Despejaba su mente, o al menos, hacía el intento, puesto que su ente humano comenzaba a mutar, como producto de algún experimento hecho con magia. Era mucho menos brusco que lo que había visualizado en hombres lobo. Más elegante, como ella lo definiría. El jaguar se mostraba tranquilo ante ella, como debía estar el Luxure para mantener aquella forma por intervalos continuos. -La idea es que no te transformes de vuelta a humano en este momento, a menos que la situación lo requiera -se acercó a él, rodeándolo cuál serpiente rodea a su presa. Él le entendería, pues hablaba cualquier lenguaje animal, aún en su estado de ancianita. - Sígueme, por favor. Indicó el camino entre la bochornosa selva brasileña, a unos doscientos metros del campamento de cazadores furtivos de los que le había hablado. Ahora sostenía su amuleto Inuit, el cual generalmente utilizaba para poner las pruebas a superar, por lo dio el preámbulo a lo que deseaba que realizara. -Como podrás ver, por el fulgor de las fogatas a lo lejos, han establecido una serie de campamentos. Dado que tu animal es muy sensitivo en cuanto al olfato, me gustaría que lo pongas en práctica para encontrar a un explorador en particular. Es un veterano de guerra estadounidense, así que lleva unas placas de identificación. Giró la baratija entre sus dedos, dando rienda a su magia arcana. El objetivo que le había puesto a su estudiante, comenzó a experimentar un malestar poco común, aún dentro del mundo mágico: Un agudo dolor, proveniente de la parte superior de la pierna, lo obligó a doblarse por la cintura, chillando. Pasaría algo de tiempo para que sus quejidos se escucharan por los otros cazadores. El sujeto se palpó la extremidad, hallando un líquido viscoso que a la luz de la fogata se veía oscuro.
  4. Comenzó a caminar por la Sala, mientras su estudiante se las arreglaba para sobrevivir en la llamada Savage Land. Al inicio lo notó exaltado, producto de la descarga de adrenalina ante los ataques, pero pronto comenzó a calmarse. Se le veía con mayor confianza en sí mismo, y ello se reflejaba mayormente en los cambios de tonalidad de sus escamas, pues tal acto requería una minuciosa concentración. Si quieres te mando una hamburguesa y papas fritas, se ve que te gusta la comida no mágica bromeó la Arcana, jactándose de que su dieta rara vez incluía semejante cantidad de proteína. Entendía la necesidad de conseguir alimento por parte del castaño; ella misma había tenido que soportar días enteros sin probar bocado, sólo con la esperanza de poder encontrar una presa fácil al final del día. El joven debía sentirse afortunado de poder encontrar una forma de mitigar su apetito. Tu sentido de preservación de la vida es admirable. Que no te avergüence tener que comer de otra especie para continuar viviendo. Es la cadena alimenticia, somos todos parte de un ciclo natural. Pasó de estar famélica, en sincronía con el Black Lestrange, a recuperar gran parte de sus fuerzas. Al igual que sintió la inseguridad del castaño al engullir el alimento, pues era comprensible. Como humano, y animal más peligroso, era natural sentir ese tipo de remordimiento al tomar una vida que quizá tenía un brillante futuro. Veía al camaleón avanzar a través de los árboles, encaminado a alcanzar la curiosa estructura que le prometía un encuentro de lo más interesante.
  5. Suluk se concentró en las sensaciones de su alumno durante la prueba. Al inicio, cierto alivio, que dio paso a una sensación de ansiedad, quizá derivado por lo que estaba viendo; el anillo le permitió vislumbrar un atisbo de lo que lucía como una isla paradísica, perdida en el tiempo y oculta a los ojos del humano actual. ¿Cómo te sientes? Recuerda que puedes abandonar la prueba en cualquier momento, pero eso implicaría echar en balde todo tu progreso. Ve con cuidado. Estaba segura de que el primogénito de Mía no se rendiría tan fácil, pero no estaba de más brindarle opciones por si las cosas se salían de control. Por lo que alcanzaba a percibir a partir de la transformación de su alumno, más brusca y rápida que las anteriores, se trataba de un sitio hostil. Hasta para un camaleón tan astuto. Parece que te encuentras en tierra de nadie. apoyó ambas manos en la vara de cristal, quedándose estática en su sitio mientras analizaba el entorno de su alumno . Más de una vez el humano encontró tierras vírgenes y las reclamó como suyas, sin importarle que existieran comunidades desde siglos atrás. Domesticó a sus animales y tomó sus nombres sin importarle. Guardó silencio por unos instantes, dejando que el castaño se las arreglara. Lo veía un tanto expuesto en esa ubicación, así que supuso que pronto se pondría en marcha. Reconocía esos patrones de ataque. Muy seguramente, una de las partes en conflicto no pertenecía del todo a la isla, razón por la cual expresaba su inseguridad a través de tan cruentos ataques. Lo que importa no es quienes fuimos ni en lo que quizá nos convertiremos, jovencito Black Lestrange, sino quienes somos.
  6. Suluk Akku

    Animagia

    Le pareció un poco insistente la preocupación por el impacto que tendría el uso de la animagia en la naturaleza licántropa de su alumno. Era comprensible, sí, pero también ya le había explicado que existía una marcada diferencia entre ambas transformaciones. -Vamos a olvidar tu condición por un momento. No tendrás que preocuparte porque, como te dije, son dos cosas distintas. -clavó la vara de Cristal en el suelo, consciente de que sería una noche larga -No pretendo ser una experta en la licantropía, pero me parece que en ese estado, existe menor grado de control que cuando se está en la forma animal, producto de la Animagia. Por más años que lleves siéndolo, generalmente percibes un mayor control del animal. Con ello quería ser muy clara, pues lo veía dubitativo, un rasgo que generalmente dificultaría su control en la forma animal. Esperaba dejar el tema de su licantropía al margen, por el momento. -Vamos de nuevo, ¿te parece? Concéntrate en el animal por el que veniste a mí por consejo. Es un felino, naturalmente tiene un sentido del olfato más desarrollado que otras especies. Y sí, en ocasiones eso supera a los lobos. Pensó en las múltiples especies que hacían competencia por demostrar cuál era la que mejor desarrollo de sentidos poseía. Incluso, algunos reptiles tenían mejor olfato que algunos mamíferos, pero ya era cuestión de perspectiva. -La mejor forma de conocer tu potencial en la forma animal, será descubriéndolo sobre la marcha. Yo no puedo poseerte y decirte las limitantes físicas del jaguar. Aunque, es más que obvio que no puedes volar ni respirar bajo el agua. Cruzó ambas manos tras la espalda, a la expectativa. -Intenta transformarte de nuevo. Recuerda lo que te he dicho sobre los rasgos que caracterizan a tu especie, eso es lo que te ayudará.
  7. Procede, entonces. Realizó una floritura con la madera trabajada del sauce enano, para abrir la puerta correspondiente a la habilidad. Dentro, lo único que podía vislumbrarse era una niebla densa, similar a los portales del Haz de la Noche que llevaban al mundo de los muertos, pero también al limbo cuando el usuario no había decidido a dónde ir. Recordaba esa magia Uzza, tan inestable y poco ortodoxa, puesto que apenas los guerreros de ese pueblo se la mostraban a los magos, éstos no tardaban en emplearla para desplazarse, dejando de lado otros medios como la escoba o la aparición. Por fin encontró lo que buscaba: El anillo del aspirante. Bastante similar al suyo, siendo una manufactura en metálico, con diminutos diamantes incrustados, trazando trayectorias entre sí, como si fueran astros, emitiendo destellos plateados al encontrarse con la luz. Se lo tendió al castaño, quien terminaba de depositar sus pertenencias en la bolsa tejida para tal fin. Con otro movimiento de varita, Suluk selló el contenedor, impidiendo que su contenido fuera invocado de cualquier forma, hasta el final de la prueba. Me alegra saber que no hay quejas o traumas existenciales respecto a dejar atrás tus pertenencias. Al inicio habría pensado que eras adicto a tu varita, pero veo en el nogal negro la honestidad y la independencia le indicó con una risita entre dientes. Acto seguido, le ofreció el anillo para que se lo colocara . Aquí está. De ese modo podré verlo, escucharlo y sentirlo, pero no podré interferir con lo que sea que te encuentres. Ante la situación, no quedaba más que ser paciente y aguardar, en ese recinto, por noticias de su pupilo. Éxito. Saca el mayor provecho posible a tu capacidad de transformación. Y no olvides quién eres en el proceso.
  8. Suluk Akku

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    Guardó silencio mientras Luxure hacía lo propio para adoptar la forma animal, tal como había indicado. Tenía una ínfima conexión con cada uno de sus alumnos, pues compartían dicha habilidad; se podía decir que era una especie de vínculo que su magia arcana permitía, para conocer el estado de la transformación. Había hecho un progreso notable, lo encontraba en calma, concentrado en su forma animal, haciendo la acotación aparte de su condición como licántropo. -Ahí lo tienes -comentó con voz queda, sin afán de interrumpir la tarea del mago -. Conforme más lo practicas, más fácil te resultará convertirte. Aunque puede suceder, que desencadenes tu licántropía por equivocación. Como dije, son casos contados, así que es terreno poco explorado. No pretendía darle demasiadas vueltas al asunto; aunque sí debía admitir que generalmente se topaba con metamorfomagos quienes ya estaban curtidos en los cambios de cuerpo, y le resultaba más fácil conducir la clase. Así, una vez que notó que el egipcio concluía su primer intento de convertirse en un jaguar, le puso un primer reto. -Intentemos familiarizarnos con tu forma animal, ¿sí? Mis sentidos detectan cazadores, furtivos cobardes que creen que ocultándose a plena oscuridad conseguirán lo que quieren. Tu objetivo será rastrearlos y marcar un camino hacia estos. No los confrontes, no aún. Con ello quería ser muy clara, de evitar el conflicto directo, pues el animal del estudiante, si bien era ágil, también tenía potencial de ser un eficaz vigía. Naturalmente, esperaba un uso total de la forma animal, sin tener que recurrir a su entidad humana.
  9. Suluk Akku

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    La anciana se apoyó en su Vara de Cristal, mientras contemplaba al Luxure concentrarse en su propia forma animal. En un inicio, parecía que divagaba entre sus pensamientos, pero después vino el silencio que le podía indicar dos cosas, que estaba logrando lo que se le pedía, o que se había perdido totalmente. -Interesante lugar el que elegiste. La academia de Castelobruxo domina esta región, aunque no creo que les importe mucho que hagamos pruebas por aquí -susurró, echando una mirada al firmamento nocturno. Los climas tropicales no eran sus predilectos, pues se había criado en el norte, bajo tormentas de nieve y auroras boreales. Aún con todos los años acompañando estudiantes a distintos sitios, seguía sintiéndose fuera de lugar. Una vez que decidió que Demian habia establecido un vínculo estable con su animal interior, retomó la palabra. -Ahora, vas a intentar comulgar con el animal. Ya te lo mencioné antes, pero lo reitero, ustedes son entes distintos. Así como tú aprenderás, él aprenderá de ti. De cierta forma, era una metáfora, pues llegado el momento, ambos se volvían uno solo. Pero para ello, se requería mucho tiempo de practica. En esa instancia, le sería suficiente si el alumno podía mantener la transformación un par de minutos sin tener que forzar su cambio a humano. -Una vez que se hayan conocido, intenta modificar tu apariencia. A los metamorfomagos les resulta complicado, pues están tan habituados a hacer modificaciones en su cuerpo, por lo que espero a ti te vaya mejor -indicó, golpeando ligeramente la vegetación con la base del báculo -. Puedes comenzar con algo simple, como las extremidades. Si es posible, el olfato, quisiera saber qué es lo que nos rodea. Naturalmente, su sentido del olfato estaba tan desarrollado, que no requería pedírselo al egipcio, pero creía necesario que comenzara a familiarizarse con esos aspectos de la forma animal que, debido a su naturaleza como licántropo, ya debía tener algunas nociones.
  10. ¡Por fin llegas! ¿Qué tal el clima del lago? Seguro estupendo para un ente que se adapta, como el camaleón le recibió enérgica, acudiendo al encuentro mientras la Vara de Cristal resonaba en la estancia . Veo que tuviste complicaciones en el laberinto, así como con el hipogrifo, pero por lo demás pareces estar en una sola pieza. Le miró las ropas, que aunque seguían hechas jirones, no dejaban ver herida alguna en su cuerpo; su entidad física en verdad estaba recuperada. Realizó un encantamiento convocador al bolso que había tejido previo a la llegada del Black Lestrange. Éste flotó hacia ambas personas, depositándose en el medio sin emitir sonido alguno. La boca de dicho contenedor se abrió. Teniendo al castaño a la expectativa, continuó. Bienvenido a la Sala de las Siete Puertas. Una por habilidad, pero como antes, sólo estás por una de ellas. Si bien él conocía la dinámica por su experiencia pasada, era su deber seguir explicando y, sobre todo, advirtirle de lo que estaba a punto de realizar. Una vez hecho, señaló la puerta que correspondía a la animagia. Cerrada en ese momento, pero que abriría en breve, si él así lo quería. Creo que estás consciente de que no puedo acompañarte ahí dentro, más que en esencia. Pero no temas, que sí me requieres, estaré allí para darte consejo. Se detuvo un momento por si el Black Lestrange tenía algún otro comentario respecto a la realización de la prueba, para volver a formular la pregunta que los había llevado a tal sitio. Le miró a los ojos, que conoció grisáceos y con inseguridad por salirse de la tradición familiar de convertirse en zorro. Ahora el muchacho parecía determinado. Lo preguntaré una vez más, ¿deseas realizar tu prueba? inquirió a la par que devolvía la varita a su forma natural. Buscaba algo entre sus pieles, dándole tiempo si lo había pensado mejor . Porque no habrá vuelta atrás. Sólo lo que lleves contigo. Con la punta del pie, por fin señaló la bolsa de pieles inuit, con su vacío casi infinito. Se adentraría en terreno desconocido, por lo que sus bienes materiales no tendrían efecto alguno dentro de lo que fuera que enfrentara. Y en todo caso, quiero que deposites aquí todos los objetos mágicos que traigas contigo indicó con voz menos severa que la utilizada para explicar los pormenores de la prueba. Suponía que el joven no pondría reparo a tal instrucción . Sí, eso también incluye tu varita mágica. No temas, que dudo mucho que te haga falta.
  11. Suluk Akku

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    Una respuesta vaga, aunque con un cierto porcentaje de sinceridad, que al menos debía reconocer. El individuo no tardó en mencionar la anulación de sus poderes, hecho que dio gusto, pues no notó reproche alguno en ese sentido; fue su interés el que sí resultó preocupante. -No estoy obligada a revelar la naturaleza de la balanza de poder entre dos pueblos. Lo que sí puedo decirle, es que hace falta menos que un destello para doblegar -sostenía el amuleto de su pueblo en la mano libre. Un artilugio sencillo, que pasaría ignorado ante los que buscaban riquezas -. Dele oro a un guerrero para que pelee a su favor, y lo convertirá en un mercenario. Lo tendrá a su merced, al menos, hasta que llegue un mejor postor. Su invitado pareció no querer probar bocado, pero a Suluk no le molestó, pues estaba más ocupada probando la receta que por primera vez ponía en práctica. Engulló los pedacitos de pescado, mientras Demian Luxure era directo con su interrogatorio. -Curioso que preguntes, y resulta bastante rara la Animagia en licántropos. Diría que son contados. Pero no, la luna no afecta en absoluto, a menos que tú permitas que lo haga. Realizó un encantamiento convocador a un papiro, que quedó flotando entre ambos participantes. Sin pluma a la vista, la tinta comenzó a emerger del papel, dando vida a los trazos que la arcana pretendía mostrarle al alumno. En el centro de todo, una silueta de humano, clásica, como el Vitruvio hecho por Da Vinci. Un óvalo representando el satélite natural terrestre, del cual salían dos líneas en direcciones opuestas, dejando al hombre en el medio. Del lado derecho, aparecía un trazo burdo de un ser regido, con el hocico similar al de un perro; del otro lado, un garabato sin mucha definición, que cambiaba constantemente. Representaba la variedad genética, así como las infinitas posibilidades de animales, del cual sólo uno sería el elegido, para que la persona se transformara. -Como podrás ver, son entes totalmente distintos. Influirá mucho tu grado de dominio con tu forma licántropa, sí, porque puedes desencadenar la transformación si te distraes -puntualizó lo que quizá ya era obvio para Demian -. Ahí entra la paciencia; no es sólo transformarse y ya, menos en tu caso, ya que podrías cerrar la conexión entre tu mente y cuerpo, permitiendo que el animal te controle. Había excepciones con alumnos impulsivos, que al final terminaban dominando al animal, y no éste a ellos, pero requería de tiempo. Un aliado que esperaba que el egipcio comenzará a valorar. Así pues, tomó una de las cuentas de su collar, frotándola hasta invocar la nieve. Tendió la gema de fulgor escarlata al muchacho. -Elegirás el destino en el que comenzaremos con tu aprendizaje, preferiblemente, en el que te puedas desenvolver en tu forma animal. La única condición a ese medio de transporte, sería que les transportaría cuando la luna se encontrará en su máximo esplendor. Suluk siguió a Demian, a donde quiera que eligiera, utilizando otra de las cuentas. -Ahora bien, por lo que alcancé a ver, pretendías convertirte en una especie de jaguar. Tenemos ventaja, pues de haber sido un animal de la familia lupus, sería aún más complicado -comentó, como preámbulo a la primera indicación -. Quiero que te visualices como este, pero no te transformes aún. Intenta identificar un rasgo que te distinga del resto de esa especie. Concéntrate en la imagen de tu animal, pues siempre deberás tenerla en mente cuando quieras cambiar de forma.
  12. Agudizó los odios cuál murciélago orientándose con el sonido, para escuchar los alrededores de la pirámide. Casi podía sentir que estaba ahí presente, observando al camaleón lanzarse a la pared de hierba, como una araña que huye del peligro a través de su telaraña. Una ligera sonrisa atravesó sus arrugados labios. Con que, ya casi estás aquí. Supongo que comenzaré a creer en que no eres la excepción a darlo todo, como tus familiares antes que tú susurró la Arcana, aún con el hueso de pescado en mano. Terminó de tejer una especie de bolso, al cual no se le vería fondo, y que una vez cerrado, impediría que los artículos ahí depositados fueran reclamados, hasta el final de la prueba, tuviera el resultado que tuviera. La depositó a sus pies, a la espera de la aparición del castaño. Ya lo había visto en acción durante la secuencia del lago, por lo que estaba al tanto de su herida. Si bien, podría dejar que entrara al portal sin curarse, y arriesgarlo a una prueba aún más complicada debido a la limitante de movilidad, decidió hacer de la Sala de las Siete Puertas una especie de punto de control. Por la magia de los que han pasado antes que yo, y de los que vendrán después. Le hablaba a otra de las gemas de su collar Inuit, el cual invocó otra pequeña nevada en dicho espacio. Talló la esfera hasta revelar la gema, de resplandor esmeraldino. Verde, como la vida misma. Aquel orbe levitó hasta alcanzar la entrada al pirámide, donde recibiría al aspirante y al contacto, curaría las heridas recibidas para llegar hasta la Sala. Suluk se mantuvo firme en su posición, de espaldas a las siete puertas que daban acceso a las pruebas, lista para recibirlo.
  13. Suluk Akku

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    La voz interrumpió el sepulcral silencio que reinaba en su propia morada. El intruso se aventuró a inferir que ella era la arcana de Animagia, poniéndolo en tela de juicio a la par. Una sonrisa surcó las arrugas de su rostro. Apenas llegaron los tazones a la sala, se giró para recibir al invasor. Claro que le había escuchado. Pero, extrañamente, no necesitaba del oído para detectarlo; confiaba más en el olfato, que era un sentido aún más susceptible a lo sútil, incluidos los intentos de sigilo. En la zurda, la varita de sauce enano adoptó la forma de cristal, luciendo la imponente cabeza de Amarok en la punta. ¿Por mi aspecto me juzgas? Una cualidad constante en mis alumnos, por lo que veo. Vienes preguntando por una clase, pero no descartas la posibilidad de un conflicto; un rasgo más acorde del pueblo Uzza, quizá estás en el lugar equivocado. La cabeza del Espíritu del Gran Lobo emitió el destello cegador que solía efectuar cuando la arcana hacía uso de su propia magia de Arcana, que por muchos era considerada fuera de los estándares. Anuló los poderes Uzza que el joven tuviera a disposición, como la dichosa daga. No toleraría el uso de los mismos, dado que no consideraba útil una magia tan bárbara. Ya había sido bastante flexible en el pasado, era hora de tomar cartas en el asunto. Aquello no sólo le restringió el uso de dicha magia, sino que también puso en pausa el intento de transformación. Era osado, sí, pero resultaba poco práctico dejarse dominar por el instinto animal a tan temprana etapa de conocimiento de la habilidad. Comencemos de nuevo. Tome asiento, por favor. Se ha colado en mi hogar sin dignarse a llamar a la puerta, a sabiendas de que le espero -extendió la mano en torno a los dos sillones que rodeaban a la mesita con la sopa de mariscos . Aquí no se vive a las prisas como en la comunidad mágica. Ésa será su primera lección. Paciencia, vital al momento de entender la forma animal. Más aún, cuando la adopta. Una vez que el individuo tomó asiento, la anciana hizo lo mismo, aún sosteniendo la Vara de Cristal, pues la utilizaba como una especie de cayado. Así que, ¿cuál es su propósito aquí? Entiendo que quiera aprender un poco de esta habilidad, sin embargo, es menester poseer una idea o concepto, al menos, de lo que espera lograr. Esperaba, además, que le hablara un poco sobre la naturaleza del animal en el que pretendía convertirse, como expresaban algunos de sus primeros estudiantes, quienes a menudo tenían premoniciones sobre lo que serían, o bien, simplemente lo dejaban al azar y se llevaban menuda sorpresa.
  14. Suluk Akku

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    Se encontraba preparando sopa, para su gran sorpresa. La aparente tranquilidad en su vivienda le permitía tomarse esas licencias, incluso cuando un centenar de alumnos llamaban a su puerta para pedirle consejo, pedirle que les enseñara a desbloquear su forma animal, o simplemente para visitarla y hacerle compañía a la hora del té. Un poco de esto, y un poco de aquello. Qué ingeniosos estas recetas bostonianas, a pesar de no tener que emplear la magia canturreó divertida, lanzando un par de almejas a la olla donde se removía el chunky. Aprendía un poco de cada uno de sus estudiantes, y siempre se llevaba algún recuerdo. En aquella ocasión, una receta de un preparado de mariscos proveniente de la Costa Este de Estados Unidos. Apenas agregó la papa recién cortada, sirvió dos cuencos y los hizo levitar hacia su sala con un leve movimiento de su varita. Estaba avisada, gracias a la administración de Mahoutokoro, sobre la llegada de un nuevo alumno, pero al no recibir indicios de su presencia en el lugar que residía, decidió adelantarse a la hora de la comida. La prisa no debía ser una costumbre común entre los habitantes de esa tierra, sin importar que fueran no mágicos o parte de la comunidad. Hace un buen clima, como pocos días este año. El desequilibrio ocasionado por la presencia humana nos alcanzará a todos, tarde o temprano. Divagaba sola, como muchas ocasiones previo a la introducción de su alumno. Frotó el amuleto Inuit en su regazo, reduciendo aún más la temperatura dentro de la casa, con ayuda del mecanismo climático de ésta, más acorde a los fríos que solía experimentar en su patria.
  15. Llevaba una notable ventaja respecto al muchacho, hasta que lo vio cruzar el lago, empleando la tablilla que le había dejado para tal fin. Suluk había dejado atrás su forma de ave, para convertirse en una rana pequeña, que observaba todo desde un islote situado fuera del sendero principal. Contra todo pronóstico, Black Lestrange avanzaba. Tenía una herida en uno de sus brazos, pero la arcana no podría ayudarle, pues en el reino animal sobrevivía el más fuerte. Estás cerca, pero una pequeña distracción en el momento justo, te podría llevar al punto de inicio. Los vientos del norte ya hacían su trabajo, habiendo sido programados por Suluk al frotar el amuleto Inuit con sus manos. A medida que la tabla se acercaba a la porción de tierra entre el agua, iba aminorando su marcha. Incluso, se podía decir que prácticamente no avanzaba, desde la perspectiva de la arcana. Una vez que la falla de navegación ocurrió, y que el castaño comenzó a arreglárselas para llegar a la isla, Suluk se escabulló entre la vegetación saliente, para finalmente convertirse en la gaviota ártica y emprender nuevamente el vuelo hacia la pirámide. Llegó por el extremo sur, contrario al punto por el que aparecería Eobard, sí eventualmente superaba el laberinto. Recinto antiguo. Pirámide de dioses, siete puertas en tu interior. Mundos infinitos. Volvió a su forma humana, apenas tocó el suelo. Mientras caminaba, apoyaba la Vara de Cristal sobre la roca, causando una especie de eco en las paredes. Su silueta se veía colosal desde el interior de la pirámide, allí donde había quedado de ver a su alumno. De entre sus propios ropajes esquimales, extrajo unos cuantos retazos de éstos. Fragmentos que no necesariamente le habían sobrado, sino que preparaba para ocasiones que lo ameritaran, como la prueba que tenía lugar en ese momento. Con un pequeño hueso de pescado, como esos que solía despellejar ella misma, comenzó a trabajar la piel, a espera de la compañía del patriarca Black Lestrange.
  16. Se posó sobre una de las ramas del pino, a bastante altura para evitar que el Black Lestrange la viera. Aunque sus poderes le permitían camuflarse casi tan bien como lo hacían los camaleones y otras especies de reptiles. Las garras fueron reemplazadas por las botas Inuit, y rápidamente se les unió la Vara de Cristal, que sostenía impasible. Niño listo susurró Suluk Akku, agudizando la mirada cuál águila, para ubicar a su pupilo . Lástima que no te advertí de mi amigo emplumado. Dio un golpecito en la ramita con la varita, seco y sin reverberación. La cabeza de Amarok emitió un resplandor grisáceo, invisible a los ojos del aspirante debido a la altura a la que se encontraba. Eobard ya había cruzado su campo visual, y se dirigía derecho hacia el hipogrifo. El ave lanzaba alaridos ante la confusión de encontrarse en un lugar desconocido, pero no era hostil. La magia arcana empleada por la anciana Inuit, dispersó los remanentes de la niebla, permitiendo un campo de visión amplió tanto para su alumno como para la bestia, a la que hizo enfurecer debido al hambre. Podría comerse cualquier reptil, pero hasta un humano le parecería apetitoso. Grande sería la sorpresa del castaño al encontrarse una criatura mágica de ese calibre, volando enérgica hacia su posición, sin intenciones de darle tregua. Ojalá no te entretengas tanto, que tu bote saldrá pronto, joven Black Lestrange. Adoptó la forma de un mono araña, columpiándose silenciosamente entre las copas de los árboles, para alcanzar el lago en el que próximamente, esperaba, alcanzaría su estudiante para iniciar el tramo que lo llevaría al laberinto. Ya llevaba la runa en mano, así que podría subir a la embarcación, si sobrevivía al ave.
  17. Comencemos, entonces. Todo viaje tiene un final, y muchas veces este final, es dónde tuvo inicio. El páramo africano en el que se encontraban, de pronto sufrió un importante cambio de temperatura. Pero no era obra de la naturaleza, no a conciencia, al menos. La arcana había rozado su collar de cuentas de hielo, atrayendo pequeños copos que se arremolinaban sobre éstas. Tomó dos de ellas, encerrándolas entre sus palmas, como si aplastara nueces. Al abrir su mano, dos gemas de fulgor carmesí tomaron el lugar de la nieve. Le ofreció una a su pupilo, transportando a ambos hacia las avenidas del Ateneo de Habilidades. Seguro te es familiar, porque aquí debiste acudir cuando descubriste tu metamorfomagia, ¿no es así? inquirió la Inuit, toda vez que el resplandor les abandonó y estuvieron en tierra firme. Debes ser cauto, pues aunque el abandono es evidente, la magia en este lugar prevalece. Y así lo hará por miles de años, mucho después de que tú y yo hayamos dejado este plano existencial. Hablaba con la calma que rara vez la caracterizaba, siendo más confianzuda con propios y extraños. Llegar a la pirámide no será fácil, debes probar que eres digno. Y el primero de estos retos, implicará en que atrapes algo que, espero, no se convierta en tu cena. Un escarabajo, particularmente, uno adorado por egipcios. Sin él, no podrás avanzar al lago. Mientras hablaba, extrajo el talismán inuit de entre las ropas. Lo hizo girar entre sus manos cuatro veces. Cerca del adoquinado sendero en el que estaban parados, una colorida marabunta de insectos salió del suelo, como hormigas de su vivienda. Había escarabajos, sí, pero también otros bichos, y todos venían en diferentes formas. Lo que obtendría del correcto, sería una especie de runa para poder liberar la barcaza que le permitiría cruzar el cuerpo de agua. Pero no sería fácil al dispersar estos por la avenida en la que se encontraban. No se lo mencionó, pero se encontraría con un hipogrifo salvaje que custodiaría el sendero del bosque, cual esfinge que protege un tesoro. La característica de esta criatura sería su particular apetito por los reptiles. El pupilo, incluso siendo experto en el trato con las bestias, tendría que optar a ocultarse de ésta por encima del contacto directo. Al llegar al lago, deberás abordar la embarcación que he dispuesto para ti, la reconocerás porque tendrá grabada la runa. No tomes otra advirtió, obviando lo que sucedería si no lo hacía . Tampoco intentes nadar. O tocar el agua, a efectos prácticos. Una baja de temperatura sería mortal en este punto. De entrar en contacto directo con el agua del lago, ésta se congelaría al instante, producto de un hechizo de meteorología impuesto por Suluk. El bote que lo llevaría a la isla donde se encontraba la pirámide y el laberinto estaba diseñado para fallar a medio camino, así que debía encontrar una forma de cruzar el lago sin tocarlo del todo. La menor de tus preocupaciones yace en el laberinto que te separa de nuestro punto de reunión. Puedes intentar orientarte con tu varita mágica, pero yo no confiaría tanto en tus ojos, pueden engañarte le sugirió, colocando una mano en su hombro a manera de despedida . Y, seguro lo sabrás, pero no toda la flora es amiga. Habiendo situado los retos a vencer para el castaño, era momento de que lo dejara para que comenzara a resolverlos. Te estaré esperando en la Habitación de las Siete Puertas. Hasta entonces. Adoptó la forma de gaviota ártica y emprendió el vuelo, dejando atrás al aspirante a la habilidad. Vigilaría su progreso desde las alturas, inmune a las restricciones que había puesto, pues ella ya dominaba la animagia.
  18. Suluk Akku

    Animagia

    Hizo que su varita cambiara a la forma de cristal con la intención de apoyarse mientras esperaba. Su pupilo había desaparecido a la distancia tras minutos de ascenso, y seguramente no regresaría hasta después. Con todo, no pretendía moverse de aquel sitio. El tiempo le era relativo, y se dejó llevar nuevamente por la visión que más paz le traía, que era precisamente la del vuelo en el Ártico. Tiempo después, sus oídos captaron una serie de vibraciones. Indicaban movimiento, naturalmente, pero debían ser de más de un animal para generar tal reverberación. Dirigió su atención hacia la copa de los árboles, de la cual descendían desde cinco metros de altura, lo que parecía ser la comunidad entera de camaleones. Iban en filas, bastante organizados, como si fueran hormigas, un rasgo particularmente curioso para ser reptiles. Notó que aquel con las franjas amarillentas en los costados, Eobard, se acercaba a su encuentro. No sólo conviviste con ellos, adaptándote a sus propias costumbres y comportamientos, sino que dejaste en claro que es posible la coexistencia entre la especie humana y animal. Un faro de esperanza. Se separó del báculo por un momento, aproximándose al castaño. Se situó a su espalda, posando sus manos sobre la espalda del muchacho. Parecía transmitir calma, a pesar de haber estado tanto tiempo transformado. A diferencia de sus primeros intentos de transformación, despedía cierta tranquilidad, que resultaba un punto fundamental en la vida de un animago. Llegar hasta aquí tiene sus recompensas, joven Black Lestrange. Así que, cuéntame... hizo una pausa para aclarar la garganta. La habilidad de convertirse en varios animales no retrasaba su envejecimiento, pero sí que lo hacía ameno . ¿Te gustaría realizar la prueba para vincularte con tu animal interior? La prueba de animagia. Casi podía asegurar que la propuesta lo tomaría por sorpresa, así que volvió a encararlo. Reitero, si es que así lo deseas. Siempre puedes volver a intentarlo después, pero quizá sería buena forma de darle fin al viaje. agregó, regresando a dónde estaba clavada la vara de cristal.
  19. Suluk Akku

    Animagia

    La arcana estaba en un estado de meditación, más que de sueño. Escuchó los movimientos de Eobard gracias a su fino oído, como de murciélago, por lo que en cuanto escuchó que el portal se cerraba, incorporó su persona y se dispuso a alcanzarlo. Un águila ártica, su forma predilecta. Aunque más de un no mágico señalaría al cielo, con exclamaciones de extrañeza, la Arcana estaba dispuesta a emprender el vuelo hasta llegar al espacio donde su estudiante experimentaba la etapa final de su preparación. «Mi joven Black Lestrange, siempre disfrutando del paisaje. Salirse del sendero está bien, mientras la ruta alterna te lleve a tu destino» Sobrevoló el área, detectando fácilmente al camaleón, a pesar de que su tamaño y la distancia desde la que observaba hacía difícil distinguir algo. El muchacho parecía disfrutar el trazar su propio camino, y quizá era un rasgo que compartía con sus familiares, a pesar de que el animal en el que se convertía, no era el emblema de los Black Lestrange. Aprovechando su capacidad de comunicarse con todo animal, y con la intención de darle un pequeño escarmiento a su pupilo, envió al halcón a darle caza, pero el gusto no le duró mucho, pues el astuto reptil terminó por aprovechar su habilidad de sigilo. Tuvo que caer en picada, a un costado del camino, rindiéndose temporalmente. ¡Vaya, vaya! Enhorabuena, Eobard, lograste confundirme. apremió, volviendo a su forma humana, despidiendo más energía de la que su edad aparentaba. Lo buscó entre las copas de los árboles, agudizando la mirada . Pero no eres tan listo, ¿no es así? Le hizo señas para que no bajara de donde estaba; lo reconoció gracias a sus globos oculares, debido a que los ojos del camaleón no se cubrían del todo, por lo que reflejaban la luz del sol. A pesar de la tonalidad menta, alcanzaba a notar su silueta, pero porque sus sentidos estaban atentos. Otro animal quizá no habría sido tan perspicaz. Sólo te queda una cosa, y es visitar a los camaleones de Parson, al origen de tu forma animal. Convive con ellos, pregunta tus dudas, y vuelve cuando hayas terminado. Estaré esperando.
  20. Suluk Akku

    Animagia

    El muchacho parecía entusiasmado con el nuevo destino al que se dirigieron. Normalmente, las bromas de sus estudiantes cruzaban la línea de lo pésimo, pero decidió hacer una excepción en aquella ocasión, dejando escapar una breve risa, propia de una ancianita. Ya tendrás tiempo para nadar, joven Black Lestrange. Podrías venir aquí en tus próximas vacaciones. Le pidió que le acompañara playa adentro, donde las olas apenas alcanzaban a desembocar. Allí montó una especie de campamento, que consistía solamente en una simple hoguera, con una flama lapislázuli, que parecía eterna, y unos montículos de arena. Realizó los encantamientos repelentes de no mágicos, aunque ya era costumbre ver a la gente dormir en la playa. Siéntate, por favor. Descansemos un poco. invitó al metamorfomago a que tomara asiento frente a ella, como si volvieran a su vivienda . Otra vez, serás quien se adelante, pero irás a un lugar muy especial: La Reserva Natural Tsaratanana. Esperaba que su pupilo lograra controlar su transformación en presencia de entes de su misma especie. Aunque no sólo había camaleones, sino toda clase de vida silvestre, propia del continente africano. Una tarea bastante simple, con la que no esperaba las mismas complicaciones que hubo en Boston. Partirás al amanecer. Sigue tus instintos, serán la mejor herramienta que podrás tener en el reino animal. Dicho esto, Suluk cerró los párpados, acomodándose sobre su asiento de arena, como si meditara. Se deslizaba hacia el mundo de los sueños, en el cual volvía a ser la gaviota ártica que sobrevolaba la helada Groenlandia en dirección a las luces del norte.
  21. Suluk Akku

    Animagia

    Entonces, ¿se supone que esto comen a diario? Suluk se detuvo a comprar en uno de esos stands de comida rápida. Le vendían algo llamado hot dog, nombre que le preocupaba por la posible procedencia del mismo. Quizá su mirada consternada asustó al tendero, quien rápidamente le aseguró que la carne la proveían otras especies. Así, con comida en mano, la arcana de Animagia se propuso a encontrarse con su alumno, no sin antes maravillar la vista ante las estructuras y puntos de interés que caracterizaban esa zona. Valiéndose de un potente olfato, cual lobo rastreando a su presa, logró captar la esencia del Black Lestrange bajo tierra, por lo que se aventuró a ingresar a esas famosas estaciones de metro. Pero no lo hizo como humana, sino como ardilla, a pesar de que pudo tener un trato preferencial, dada la edad que exhibía. «¿Acaso no han visto una ardilla tomar el transporte público antes?» Uno que otro curioso prestó atención al roedor que intentaba colarse, ya fuera en los torniquetes o el andén. Eventualmente consiguió llegar al túnel de mantenimiento donde el rastro de su alumno era más reciente. Volvió a su forma humana luciendo una expresión de gracia. Ah, joven Eobard. levantó la vestimenta que había dejado atrás, esperando que se debiera su transformación . Sólo espero no andes por allí ocasionando daños visuales. Guardó las pertenencias del aspirante entre sus pieles Inuit; ella tenía la capacidad de transformarse sin abandonar su vestimenta, pero el resto de los Animagos debía renunciar a ésta para efectuar la transformación. Casi como por instinto, se convirtió en una serpiente de cascabel, y se arrastró a apoyar al Black Lestrange, pues presentía que había topado con pared. Y así fue, pues para cuando llegó, media comunidad de reptiles ya lo tenía rodeado. Suluk agitó el cascabel en su cola, llamando la atención de los animales presentes. «Es uno de ustedes, deben tratarlo como tal. Pero, permitan que les dé una muestra de buena fe de mis palabras». Tenía esa capacidad de razonar con el resto de los animales, cosa que también podían realizar sus alumnos. El que los otros aceptaran entablar conversación y resolver la problemática ya era otra cosa, pero generalmente era posible disuadir a ciertas especies de causar daño. Le indicó al muchacho que hiciera lo suyo, y se retiró de aquel agujero, para avanzar hacia la siguiente estación. Había una especie de habitación, en la que encontró una serie de calderas, lo suficientemente espacioso para encontrarse con Eobard. Una vez que el joven la hubo encontrado, le devolvió su ropa. Ten en cuenta el llevar siempre un cambio de ropa cuando te transformes. Digo, tú al menos la dejas ahí tirada, pero de ser un animal más grande, seguramente la destrozarías. Rió con cierta ternura, cual venerable ancianita. Una vez más, realizó una floritura con su varita, que estaba de vuelta en su forma cristalina, para abrir otro portal que ignoraba las consideraciones espacio-temporales. Ahora iremos al hábitat natural del camaleón de Parson, que es la especie en la que te transformas. le indicó, extendiendo la mano para pedirle que cruzara . Dime, ¿ya has estado en Madagascar antes?
  22. Suluk Akku

    Animagia

    Siguió a su pupilo sin poner reparo alguno, pues le parecía que tenía mejor idea del lugar en el que estaban. Encontró divertido el hecho de que el muchacho no se había cambiado la ropa para viajar al mundo no mágico, por lo que más de un transeúnte lo miró con extrañeza, debido a su aspecto de exiliado. Ella hizo lo propio para transformar sus ropas Inuit en una especie de kimono, pues al no modificar sus facciones, fácilmente pasaría como habitante de allí. Lo primitivo no requiere lógica. Libera el potencial máximo de la forma animal, sí, pero renuncias a tu parte humana-explicó la arcana, tomando asiento en uno de los bancos de piedra, próximos al árbol que había elegido el joven . Es el camino fácil. De ahí que haya quien lo elija. Precisamente ahí radicaba la importancia de la concentración. Más allá de ser un cambio de apariencia, era como compartir el control del cuerpo con otro ente totalmente distinto. Había que mantener un cierto equilibrio, y eso es lo que esperaba que pudiera aprender. Sin más, procedió a su primer intento de transformación, que Suluk siguió atentamente. Al inicio, parecía como que quería realizar una aparición, pero poco a poco, sus rasgos comenzaron a cambiar. Y no usando la metamorfomagia. Notó que su piel se agrietaba desde las manos hasta el cuello, seguida por la aparición de una tonalidad verdosa. «Gracias a los dioses, viejos y nuevos, que no abre los ojos. Podría desconcentrarse ante su notable progreso». Por poco lo logra, hasta que perdió el equilibrio y terminó en el suelo. No, son casos muy extraños. A menudo sé de su animal, porque me lo han descrito, o porque es su segunda visita. O tercera. Pero no os preocupéis, que tengo certeza de tu animal. Un reptil bastante peculiar. Aquello sería un cambio respecto a la tradición de su familia, considerando también a su otro pariente en su tiempo. Dado que sería ideal poner a prueba las capacidades de su forma animal, particularmente su capacidad de adaptación. Estamos en Boston, por lo que me dices, ¿no? Y tengo entendido, que aquí corre uno de los sistemas de transporte más antiguos del continente. comentó mientras se ponía de pie para aproximarse al castaño. Le colocó uno de los mechones de cabello tras la oreja . Tu siguiente tarea será convivir con tus iguales. Si bien, quizá sea poco probable, hay fechas y casos específicos, en los que los reptiles moran las estaciones del subterráneo. Le rodeó, cual serpiente que acecha a la presa moribunda antes de asestar el golpe de gracia. Miraba con ojos de reptil, esperando la confirmación de que su estudiante en efecto pertenecía a dicha categoría. En efecto, lo era, pero había algo; no notaba esa sed de sangre, la frialdad, que caracterizaba a muchos de esos animales. Instintos primitivos que, llegada una situación de vida o muerte, confiaba en que el pupilo emplearía sin dudar. Vaya, jovencito Black Lestrange. Intentaré unirme con usted en unos instantes, le pido que se vaya adelantando.
  23. Suluk Akku

    Animagia

    La anciana escuchaba las palabras que decía el joven Black Lestrange respecto a lo que lo había orillado a semejante acto impulsivo. Pero no se fijaba en sus argumentos, sino en sus ojos. Compartía la capacidad de distinguir objetos hasta en la más oscura de las noches, y un cuarto con pésima iluminación no iba a ser la excepción. Tras aquellas palabras, se escondía una peculiar persona preocupada por no estar a la altura de su propio apellido. Dejó que el muchacho hablara, sin inmutarse por la facilidad con la que dominaba la habilidad de cambiar de forma. Efectivamente, un animago no siempre se origina de nacimiento, y muy a menudo, se trata de personas que han decidido desarrollarlo desde cero. indicó mientras extendía la diestra en torno a su tentativo pupilo. Pero tú eres de los pocos que acude sin tener la certeza de poder hacerlo. Si no es que el primero. Lo fundamental es aceptar la posibilidad de que no puedas acceder a una forma animal. Intentó hacer memoria, nada por el momento. Ya que estaban en esas, sacó la varita de entre su ropaje y realizó un encantamiento convocador al servicio de té que siempre dejaba en la sala, pues era el sitio en el que habitualmente se reunía con sus alumnos al inicio de su enseñanza. Tomó una taza con humeante infusión de lavanda, e invitó al muchacho a servirse lo que fuera de su agrado. ¿Black Lestrange, dices? Los patriarcas, Jocker y Mia, fueron mis alumnos en su tiempo. Ambos lograron transformarse en zorros. Y supongo que ese animal tiene algo que ver con tu familia, ¿no? Por lo que podía detectar del muchacho, él no despedía esa misma aura que sus otros parientes. Aquello era normal en toda familia mágica, pues aunque sí compartían cierta esencia que los caracterizaba, siempre había uno o dos detalles que los diferenciaba entre sí. Prueba suficiente, era el joven Aries, quien según recordaba Suluk, tampoco se convirtió en un zorro, sino en un caballo. Aunque sería interesante disertar sobre la ínfima relación entre los emblemas familiares y la animagia, creo que lo mejor es pasar a la práctica de campo. se levantó con semejante energía, como la de un jovial estudiante. Ya su varita había adoptado la forma de cristal. Lo ideal es que la transformación se dé en un espacio abierto, por si el animal es muy voluminoso, así que vamos allá. Realizando una sencilla floritura y sin mediar palabra, conjuró un portal espacio-temporal usando cierto poder del Libro del Druida. No podía verse el entorno del otro lado, debido a que estaba diseñado para que el Black Lestrange eligiera un lugar en el que se sintiera cómodo. Se arriesgaba a asumir que él podía controlar los poderes del Druida, pero seguramente así era. Una vez en aquel lugar seleccionado por su pupilo, volvió a dirigirse a él. La concentración, desde luego, es de vital importancia. A diferencia de tu metamorfomagia, que seguro dominas inconscientemente, el convertirse en un animal conlleva un proceso en el que la mente debe prevalecer por encima del cuerpo. El ser humano es animal por naturaleza; intenta acceder a los instintos más primitivos, pero cuidado con ceder ante ellos.
  24. Suluk Akku

    Animagia

    Suluk Akku reposaba su comida en aquel asiento reclinable de la estancia principal. No era muy cómodo, pero ella prefería lo sencillo a los lujos sin mesura. Sus ojos y mente en pausa, la llevaron a un vívido sueño en el que surcaba el cielo ártico como gaviota, a la luz de las auroras boreales. Continuó su vuelo, hasta que una serie de golpes y uno que otro quejido interrumpieron su descanso. ¿Quién será a estas horas, y por qué hace tanto ruido? Estos jóvenes impetuosos. Apenas abrió la puerta para recibir a la persona, el cuerpo se desplomó sobre su propia entrada. Un joven, o más específicamente, un sujeto que había caído en el descuido de su persona, a juzgar por el largo del cabello y el atuendo errante, se estremecía boca acabo, con un puñado de bayas en la mano. ¡Pero, niño, no todas las moras son comestibles! levantó los brazos en son de escándalo, agitando las pieles esquimales que cubrían su cuerpo. Ni siquiera nosotros, los Arcanos, pecamos de confiar en que la flora y fauna de este recinto es amigable. Con la fuerza de un oso pardo, levantó al castaño de los hombros, echándoselo a la espalda. Le parecía inusualmente liviano, a pesar de la estatura y el peso de su indumentaria, incluso empleando aquel regalo que le confería la capacidad de convertirse en casi cualquier animal con el que hubiese hecho comunión. Lo llevó a su propia habitación, pues no disponía de otras, ya que rara vez tenía visitas, y depositó su persona. Mientras su extraño visitante intentaba sobrellevar el envenenamiento, parloteando incoherencias, Suluk preparó un antídoto en su cocina, siendo experta en casi todas las ramas de la magia, y se lo presentó en forma de té. ¡Tómatelo! Eso evitará que sigas alucinando, a menos que eso no haya sido inducido. le ayudó a verter el líquido por su garganta, pues aunque estaba más o menos consciente, su movilidad se vio mermada. Si querías morir, habrías acudido a Baleyr, no a mí. Asumía muchas cosas de su visita sin darle oportunidad de que replicara, un rasgo que nunca se había esforzado en ocultar. El antídoto actuaría pronto y le permitiría al otro contar su versión de los hechos, por lo que la Inuit simplemente se retiró a un taburete próximo a la cama, para esperar antes de bombardearlo con más cuestionamientos. Ya que estás más lúcido, creo, ¿te importaría explicar qué ha sido todo eso? Normalmente mis alumnos no se desmayan en el marco de la puerta. Y tú no eres uno de ellos, a menos que hayas querido establecer una tendencia.
  25. Hago constar que el alumno Anthony Ryvak Dracony (Tiburón Blanco), ha superado su prueba de Animagia, vinculándose con el Anillo que permite transformarse a voluntad.

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