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Suluk Akku

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Todo lo publicado por Suluk Akku

  1. Sonrió con suavidad al percibir que el escualo usaba una conocida táctica de su especie para poder sortear los tentáculos de la bestia. Si bien, al inicio había dudado de la apariencia del monstruo, incluso creyendo que sería una criatura y más de un acompañante, al final se las había visto cara a cara con el causante de aquel problema. Esto naturalmente molestó al Kraken, quien ignorante de que Anthony era un realidad un mago, lo rebajó a un aperitivo. Los humanos profanan las aguas, cazan a los nuestros, ¡también han cazado a los tuyos! bramó el antiguo cefalópodo, blandiendo los pocos tentáculos que le quedaban sin enredar. Bajo el agua, era como si hiciera una especie de baile. Quieren acabar con todos nosotros. Puede que ahora no tengan los medios para hacerlo, pero encontrarán la forma. La Arcana sintió una inmensa tristeza ante el pensamiento de la criatura. No porque fuese una visión muy alejada de la realidad, sino porque sabía que era verdad. Contaminación, cambio climático, sobrepoblación, todos factores de extinción de variadas especies, no solamente marinas, y que, de no corregirse, también llevarían a la desaparición del humano. Era un tanto karmático, si se pensaba de esa forma. Aquello le llevó a apoyarse con mayor firmeza en su vara de cristal, debido al dolor que esto le provocaba. Pero, debía mantenerse en pie para monitorear el progreso del Ryvak. Si bien, sabemos que el Kraken tiene un punto en cuanto a que el humano daña más que sanar el medio acuático, no podemos permitir que siga causando estragos. Hizo una pausa, consciente de que el joven en forma de tiburón no podría mantenerse estático por mucho tiempo, por lo que le dio un cierto margen para que se desplazara. Se concentró en el entorno que le rodeaba. El agua, las rocas; el banco de peces y el colosal pulpo de fantasía. Había una opción viable, pero dependía de su pupilo. Recuerda lo que te mencione de razonar con otros entes, aún si no son de tu misma especie. le recordó, haciendo alusión a su enfrentamiento con los otros tiburones, o su alianza con los delfines. Intenta persuadirlo de coexistir en paz con los habitantes humanos, la ayuda siempre llegará a quien la necesite. Podrías jugar la arriesgada carta de volver a tu forma humana, pero debes pensarlo bien. Un error en este punto, también te pondría en peligro. Suluk, a diferencia de Anthony, sí se quedó estática. Expectante, de ver cómo se desenvolvería aquello. @@Anthony Ryvak Dracony
  2. En cuanto el Ryvak ingresó a través de la puerta y ésta se cerró, imposibilitando su regreso, Suluk Akku comenzó a pasear sobre la estrella de cinco puntas, de vez en cuando deslizando la varita en forma de Vara por el cuerpo de la serpiente infinita. Tenía la mirada fija en los ojos de ésta, pero estaba perdida. Su esencia física se encontraba en el Ateneo, pero su mente estaba en la época antigua, acompañando al joven. Menuda época quisiste visitar. El crepúsculo de la era antigua pensó, esperando no distraer del todo a Dracony. Él sólo la escucharía como un susurro en su mente, y ello también pondría a prueba su capacidad de concentración para mantener la transformación. No se tiene registro de animagos, al menos en esa época. Mucho de lo que se sabe de la era antigua, lamentablemente se perdió durante el incendio de la biblioteca de Alejandría. Dejó que el aspirante continuara desarrollando su manejo de la animagia. De cómo su agilidad le permitió sortear los cráteres, así como su capacidad de persuasión para convencer a otros de su especie, fueron anotaciones mentales que realizó para tomar en cuenta durante la evaluación. Más aún, le sorprendió la facilidad con la que había logrado emerger del agua para surcar los cielos y volver a las profundidades. Comenzaba a tener mejor dominio en sus movimientos. Era un problema recurrente en las transformaciones así. ¡Bien! El tiburón blanco no posee piernas, naturalmente. Habría esperado que se te complicara, pues el ser humano, bípedo por naturaleza, aún en su forma animal siente ese cambio de apoyo, y suele perder equilibrio. Una ligera capa de agua de mar cubrió la frente de la Arcana; la conexión existente entre ambos, incluso a través del anillo, había causado que recibiera parte del entorno en el que se zambullía el muchacho. Siguió de cerca la travesía dentro de la cueva, y en cuanto salió de ésta, a un pequeño claro, aparentemente cerca del centro de la isla, que bien podía confundirse con un cenote, lo sintió. Ya fuera por el movimiento en las aguas que dejaba al desplazarse, o el impacto de sus extremidades contra las paredes de roca que rodeaban las formaciones próximas al agua, su estudiante seguramente se percataría pronto de que estaba en presencia del llamado monstruo. No le era ajeno a Suluk. A lo largo de la historia, había llevado distintos nombres, aunque su primer avistamiento se dio hacia el siglo XII, dando pie a la leyenda. Dos ojos ambarinos destellaban bajo la helada agua mediterránea. La criatura pensaba que había encontrado alimento. Parece que lo que aterroriza a los marineros es nada más, y nada menos, que el Kraken. Pero, claro, aún no se le conoce así. No en esta época, al menos. Como seguramente no tardaría en haber una reacción violenta por parte de alguno de ellos, por lo que aprovechó para indicar un punto que muchos olvidaban, aún los que solían tener un perfecto equilibrio de la forma animal. Las criaturas no son violentas por naturaleza. Se defienden porque ése es el instinto de supervivencia. Cuando una especie amenaza a otra, es normal que reaccione con agresión. Pero la defensa, siempre será el mejor ataque.
  3. Suluk Akku

    Animagia

    Más que ayudarte, la haré de guía, pero el camino debes recorrerlo por tu cuenta. concedió Suluk poniéndose de pie, para tomar su varita, que en ese momento adoptó la forma de cristal. Generalmente la empleaba como un báculo. No debes tener miedo de transformarte, aún cuando haya sido a temprana edad. Al igual que la propia magia que poseemos, está muy sujeta a las emociones que sentimos o experiencias por las que pasamos. Rememoró brevemente la etapa terminal de su amado, el anterior Arcano de Animagia. En los ojos de la esquimal, que parecían los de un felino si uno se fijaba mejor, podía observarse la melancolía. Ella había aprendido a transformarse a la fuerza, por así decirlo, un instinto de supervivencia que la había guiado gran parte de su vida, hasta que encontró la verdadera razón por la que se transformaba. Aguardó a que su invitada terminara la sopa, así como su bebida, para invitarla a levantarse. Parecería que tu transformación se activa ante un evento de estrés pero, ¿cómo sería de no ser así? a sus espaldas, un portal creado por el Fulgura Nox se abrió en plena estancia, suficientemente amplio para que ambas cruzasen al mismo tiempo. Acompáñame, por favor. Haremos una pequeña visita al norte, creo que será buen lugar para iniciar. Una vez cruzado el portal y que éste se esfumara tras un estallido, se encontraron en un pequeño pedazo de hielo suspendido sobre el gélido mar de Groenlandia. Seguramente un fragmento de algún iceberg que se había desprendido, víctima del calentamiento global. La arcana guardó las manos entre el ropaje para mantener la temperatura, aunque no era del todo necesario, dado que podía modificar su grasa corporal a voluntad, para equipararla a la de un oso polar. Bienvenida a Groenlandia. Nos encontramos cerca del pueblito de Qaanaaq, donde yo crecí. Pero, parece que nadar hasta allá en nuestras formas humanas no es la mejor idea. Dio un ligero pisotón a la estructura de hielo sobre la que se encontraban. Era gruesa, pero no resistiría el peso de ambas, por muy delgadas que pudieran ser. Debían abandonar pronto ese pedazo de hielo. Como mencionaba antes, mucho depende de tus emociones. Puedes estar en una situación que amerite determinación, pero si tu mente piensa en lo que desayunaste, difícilmente lograrás mantener la forma animal. La criatura en la que te conviertes, según entiendo, puede sobrevivir en este tipo de aguas, no deberías tener problema. Sosteniendo su varita y extendiendo ambos brazos, se dejó ir de espaldas hacia el agua. No se escuchó el chapuzón; en su lugar, una elegante gaviota ártica emprendió el vuelo, aleteando a una altura razonable de donde la pelirroja se había quedado. La idea era llegar al pequeño puerto de Qaanaaq, dónde visitarían a un viejo conocido. Aún en su forma animal, era capaz de comunicarse con sus alumnos, esto a través del vínculo que los unía: la habilidad misma. @@Ela Karoline ~ ~ ~ He conocido seres mágicos a los que se les dificulta recorrer grandes distancias. Pero eso será una historia para otra ocasión. Su varita volvió a la forma habitual que solía mostrar cuando salía a campo abierto. La modesta varita de sauce enano reposó entre sus falanges un par de segundos, los suficientes para invocar el servicio de té para su invitada, antes de guardarla entre su ropaje esquimal. La tabla de arce levitó desde la cocina hasta reposarse sobre la mesita que separaba a Lucrezia de Suluk, quien había pasado a sentarse sobre el reposabrazos del sofá. Apreció lo directa que resultó la italiana en cuanto a la razón que la traía ahí. Pocos de sus estudiantes eran honestos al respecto; no le importaba que le mintieran, ella sólo podía interceder si lo veía necesario, pero lo que más le interesaba era que no se mintieran a ellos mismos. Mientras la rubia relataba el sueño, Suluk se dejó invadir por la esencia que su persona transmitía. Años de enseñar a canalizar aquella habilidad le habían otorgado, por decirlo así, una especie de precognición cuando se trataba de determinar si la persona en cuestión podía ser animaga o no. La Médici, naturalmente, no mentía. En situaciones más comunes, le habrían dicho que fue víctima de una posesión, y en realidad estaba viendo lo que otro quería. Una práctica habitual durante la Segunda Guerra Mágica, pero... Creo que ambas sabemos que no fue un sueño común y corriente. Se inclinó para poder tomar una de las tazas que hacían el par, cuya agua se había mantenido caliente debido al sistema de calefacción de su propio hogar, así como unas cuantas hojitas de menta del cajón de infusiones que acompañaba el servicio. Mientras depositaba la esencia en el recipiente, giró su mirada de vuelta a Lucrezia. Las habilidades, a veces tienen un patrón genético muy marcado. De allí que tengamos familias enteras de metamorfomagos, o de excelentes oclumantes. explicó, recordando que de su pueblo, ninguno había desarrollado la animagia. Son parte de la magia que fluye con nuestras venas, yo lo asociaría con el potencial de la persona, que deriva en este tipo de...premoniciones, si quiere llamarlo así. Hizo una pausa para darle un sorbo al té de menta. El animago siempre tiene dos personalidades en conflicto, la animal y la mundana. Si la serpiente le ha llamado, puede que este conflicto no haya hecho más que comenzar. Pero, cuénteme de esta serpiente, ¿ha sido la primera vez que la ve, o ya había vislumbrado alguna con la descripción que me da? Alguna vivencia en la infancia, tal vez. Suluk estaba lista para emprender un viaje al pasado, si era necesario para su estudiante. Su preludio a la transformación resultaba intrigante, sin duda, pero si querían salir de especulaciones, lo mejor era comenzar a analizar qué factores desencadenarían su cambio a la forma animal. @@Lucrezia Di Medici
  4. La Arcana adoptó su forma humana apenas llegó al pequeño espacio que antecedía la entrada a la pirámide. Con la cabeza apenas girada en torno al hombro, miraba cada cierto tiempo, intentando evaluar el progreso de Ryvak. Se había ido por lo fácil, y más aún, había prolongado el momento de reunirse con ella. En cuanto escuchó una serie de ruidos, gracias a la percepción que le otorgaban animales como el murciélago, se giró completamente para recibir al aspirante. Dio un golpe seco con la varita en forma de cristal. El tiempo es un valioso aliado, señor Dracony. dio una cabeza hacia la estructura a la que ahora le daba la espalda. Venga ya. Con pasos ágiles, más propios de una gacela, encabezó la marcha hacia la estancia circular. La estrella de cinco puntas que yacía bajo sus pies, quebradiza y con la serpiente casi desvanecida, los recibía como había recibido a Suluk Akku años atrás, cuando el Ateneo aún hospedaba a los Arcanos. Siete puertas, cada una correspondiente a una habilidad en particular. Se trataba de una magia antiquísima, que variaba según la persona que entrara ahí. Lo preguntaré una vez más. ¿Quieres realizar la prueba? Sólo hay dos formas de regresar, como animago, o hecho un ovillo. No hay lugar para la duda. Paseó por la sala con tranquilidad, mientras el estudiante respondía a su interrogante. Sea como fuere, su persistencia lo había traído hasta ese punto, así como la suerte. No quedaba más que brindarle la última ayuda antes de que cruzara el portal. Hurgó entre sus ropas esquimales, para encontrar un anillo que contenía un pequeño fragmento de diamante, tal como el anillo que ella llevaba y que le permitía canalizar sus poderes. Toma, este es tu anillo de aspirante. le explicó, tendiéndole el aro pequeño para que se lo colocara. Me permitirá ver y escuchar lo que te encuentres ahí dentro. En ese momento, la puerta correspondiente a la habilidad de Animagia fue abierta. Llegaba el momento, y no estaba de más hacerle una pequeña recomendación al hombrecillo, antes de que cruzara a través de la espesa neblina que salía del acceso, como si fuera un Fulgura Nox que podía llevarlo a dónde deseara. Suluk se apoyó en su varita, justo en el centro de la estancia. Despeja tu mente, sea cuál sea la situación a la que te enfrentes, requerirá de tu ingenio y el uso de la habilidad. Yo no puedo entrar, y tampoco ayudarte, simplemente seré tus ojos y oídos. Si bien, Suluk había presenciado infinidad de pruebas antes, no podía anticipar lo que podía encontrarse el Ryvak ahí dentro. Era casi como si la misma magia arcana forzara a sus aprendices a sobrevivir a base de su respuesta a situaciones variadas.
  5. En ese caso, acompáñame, por favor. Suluk extendió el brazo derecho para indicar al joven de cabello verde el lugar al que se dirigirían. La tela del espacio-tiempo fue fracturada, formando un portal tal y como los que había empleado cientos de veces para transportarse y a sus alumnos consigo. No le mencionó a dónde irían exactamente, y el Fulgura Nox sólo dejaba ver una niebla púrpura, como si se adentraran al vacío. Dado que su pupilo había aceptado realizar la prueba, aguardó a que cruzara el portal, el cual se cerró tras de ella. Bienvenido al antiguo Ateneo de Habilidades, señor Dracony. mencionó, en cuanto sus pies sintieron la agresiva maleza que poblaba los islotes próximos a su siguiente destino. Un lugar caído en el olvido, pero no para nosotros. Aquí tendrá lugar su prueba. No ahí, literalmente, en esa pequeña porción de tierra rodeada por la pantanosa agua. Era tan densa, que casi no se podía distinguir lo que había en las profundidades, dejándose a los más aventurados, puesto que la mayoría llegaba a la isla a través de una barcaza o, si el arcano era benevolente, los traía directo al pie de la pirámide. Pero, antes de eso, vas a tener que ingeniártelas para llegar a la isla en el centro del lago. Ahí, hay un laberinto, que seguramente no te será problema. Con la punta del pie, rozó la superficie del agua, en aparente calma. Al contacto, la vibración se fue propagando, hasta impactar con otros montículos de tierra y regresar al origen. Sonrió de lado, dirigiéndose a Anthony para despedirse hasta que ingresaran a la etapa crucial. ¿Ves esa gran pirámide? preguntó lo obvio, pues la estructura se veía a millas de distancia. Nos veremos al pie de ésta. Intenta no morir. Te estaré esperando. Dicho esto, adoptó la forma de gaviota ártica y emprendió el vuelo hacia la pirámide dónde antaño acudía con los aspirantes a la habilidad. No le preocupaba lo que él pudiera encontrarse en el laberinto, sino lo que podía aparecerle en las misteriosas aguas del Ateno, que ni siquiera ella había explorado a conciencia. @@Anthony Ryvak Dracony
  6. Suluk Akku

    Animagia

    Aún a esa distancia, Suluk podía percibir el sufrimiento del muchacho, por el vínculo que poseía entre animagos. Dicha conexión, era aún más sensible con los que recientemente habían descubierto la habilidad, por lo que las emociones del Ryvak se colaban fácilmente a su mente. Al igual que muchos de sus alumnos en sus formas animales, parecía decidido a retar de alguna forma la Arcana, ya fuese a través de su actitud o su comportamiento. No le molestó a Suluk, al menos, de momento. Estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones. Ahí está, perfecto. en cuanto el jovencito adoptó la apariencia del tiburón en la orilla, se le acercó para ayudarle a llegar al agua. Ese tipo de emociones negativas: Tristeza, inseguridad, odio, pueden desencadenar la transformación involuntaria, aunque para algunos también son el detonante de su animagia. En su forma humana, podía tomar prestadas algunas de las cualidades de los variados animales en los que se transformaba. En este caso, considerando el peso del tiburón, empleó la fuerza del rinoceronte para poder empujarle con las manos. No tuvo problema alguno, y en cuestión de segundos, Dracony se encontraba de vuelta en su elemento más favorable para el escualo, que era el agua. Parece que has tenido un progreso excepcional, para el poco tiempo que llevas siendo animago. No es habitual, pero tampoco inusual. Dime, ¿te gustaría realizar la Prueba para vincularte con la habilidad? Extendió la mano para atrapar la vara de cristal al vuelo, que se había quedado unos pasos atrás. Volvió a apoyarla sobre la húmeda arena, sin importar que el oleaje ocasional mojara sus ropas. Aguardaría la respuesta de su pupilo, ya fuera en su forma de tiburón o humana. @@Anthony Ryvak Dracony ~ ~ ~ Tomó la decisión de su alumna más reciente de buena gana. Le agradaba ese tipo de iniciativa, aunque el problema venía después, siendo que la mayoría de sus estudiantes habían sido tímidos, e incluso escépticos respecto a lo que buscaban al acudir a ella. Con una floritura de su varita, convocó dos cuencas de sopa con cuchara, cada una del lado de la mesita que separaba los dos sillones en su estancia. De igual forma, dos tazas de té de frutos rojos, regalo del Ryvak cuando fue su alumno, se posaron a manera de complemento de la comida. Guía, ¿de qué tipo, exactamente? inquirió, ladeando la cabeza hacia la derecha, cual ancianita curiosa. Parpadeó varias veces, como si intentara descifrar lo que Ela le pedía. ¿Mágica, espiritual...Sentimental? De eso último, me temo que no puedo ayudarte mucho. Le dio un sorbo a la sopa, cuyo tazón sostenía con una mano. Había dejado la varita sobre el reposabrazos del sofá. Su vista estaba clavada en la pelirroja, pero no era de reproche. A veces, cuando los animagos experimentaban cierta emoción, en sus facciones podía verse un rasgo de su forma animal. Suluk era capaz de saber si la persona poseía la habilidad o no, y desde el momento en que su alumna había entrado, el aura de la animagia se había hecho presente. Su duda no yacía en si podía convertirse o no, sino en el uso que le daría. ¡Claro que comprendo! Si vienes a mí, es porque alguien te ha contado acerca de mi persona. Y ya sería decir mucho, pues sólo soy una simple anciana que enseña una magia tan singular como la que proviene de tu varita. Depositó el cuenco de sopa sobre la mesa, y se inclinó sobre el sillón, colocando sus codos sobre las rodillas, atenta a los comentarios de Ela. Así que, cuéntame, ¿fue accidental? Tu primera experiencia, me refiero. @@Ela Karoline
  7. Suluk Akku

    Animagia

    Aún en su forma de pulpo, Suluk sonrió de manera irónica. Si bien, los cefalópodos no lo hacían de forma directa, en sus ojos se podía notar cierta picardía por lo que estaba observando. Anthony les había dado una cátedra de lo que implicaba ser distinto a los demás. Era, en cierta forma, la esencia de un animago, el mostrar que puede pertenecer al reino animal, sin olvidarse que, por encima de todas las cosas, sigue siendo humano. Escualo de gustos refinados o no, ¡eres muy raro! respondió el tiburón que parecía liderar la oposición. Respetaremos tu decisión, por ahora. Sólo recuerda que hemos vivido en estas aguas desde tiempos inmemoriales. ¡Tus queridos humanos ni siquiera existían, para cuando nosotros ya eramos los reyes de los mares! Dicho esto, se dieron la vuelta y salieron disparados en otra dirección. La arcana creyó que ya había sido suficiente por el momento, por lo que se aproximó a su pupilo, para examinar sus reacciones. Le parecía un mago peculiar, único en su clase, como muchos otros. Compartía muchas cualidades con su entidad animal y, detestaba admitirlo, cierta rebeldía que no era propia de los escualos con los que habitualmente trataba. Vamos a dejar las aguas por el momento. Por favor, acompáñame a la orilla. Tras darle la indicación a Dracony, comenzó a tomar impulso con sus tentáculos, que gradualmente fueron contrayéndose hacia el interior de su torso, el cual comenzaba a alargarse. Fue sólo cuestión de tiempo, para que el delfín emergiera de dónde, momentos antes, había estado un pulpo. Con la velocidad de esos mamíferos, sería fácil alcanzar la orilla en un periquete. Incluso, podría que la velocidad de su alumno rivalizara con la propia. Había una variedad de playas a lo largo de Veracruz, por lo que no sería problema encontrar dónde salir. Ya en la orilla, volvió a su forma humana, metiendo las manos arrugadas, debido a la presencia continua en el agua, dentro del ropaje que llevaba. Se giró para esperar al joven y, en cuanto éste salió de entre las olas, retomó la palabra. Parece ser que no tienes problema con transformarte dentro del agua. indicó, apoyando la vara de cristal sobre la arena mojada, por la que ocasionalmente asomaban algunos cangrejos. Pero, me preocupa que no puedas controlarlo en tierra. A veces, involuntariamente, claro, desencadenamos la transformación. De manera breve, recordó que uno de sus alumnos hacía años, se había transformado en un pez globo por la emoción de hacer su prueba. Lamentablemente, no había sobrevivido, debido a que aún le quedaban varios pasos para lanzarse al agua. Me gustaría que intentaras concentrarte. Escucha tu respiración, siente las branquias, las aletas. Conviértete en el tiburón aquí en la orilla. Descuida, que me aseguraré de empujarte al mar, para que no te ahogues. @@Anthony Ryvak Dracony ~ ~ ~ El sonido de la puerta de su jardín, la hizo levantar la mirada. La sopa de verdura se cocía a fuego lento, emanando un calor que rara vez se veía dentro de la estancia de Suluk Akku, puesto que su sistema climático generalmente mantenía la temperatura por debajo de los cero grados centígrados. Desde la cocina, podía observar parte del terreno que Mahoutokoro le había brindado para continuar con sus enseñanzas. Otra alumna, qué maravilla. sentenció, tomando la varita que reposaba sobre la tabla de picar. ¿O será una visita social? Pasó con toda tranquilidad por la sala en su camino hacia el recibidor. Ya ahí, al no escuchar un llamado a la puerta o que pidieran acceso, decidió salir a ver de quién se trataba. Al igual que muchos de los estudiantes más recientes, era una cara nueva para Suluk. Parecía un tanto ensimismada, pues miraba hacia arriba, al tejado. Hoy hace un buen clima. Por desgracia, los muggles no tienen este tipo de tecnología en sus hogares y tienen que depender de las inclemencias del tiempo. Una pena. Consciente de que la visitante tomaría aquello con extrañeza, le dedicó la sonrisa de entrañable abuelita. Pero ya comienza a helar un poco. Con esa túnica tan ligera, seguro atraparás un resfriado. ¡Entra! Siéntate y cuéntame qué te trae por aquí, ¿te gustaría un poco de sopa de verdura? La estaba preparando cuando llegaste. Haciendo gala de una velocidad poco común para alguien de su edad, la arcana volvió al marco de la puerta, invitando con la mano a su alumna, para que la acompañara. Los años le habían pasado factura en apariencia, pero podía tener la misma agilidad que una gacela, y la resistencia de un rinoceronte. @@Ela Karoline
  8. Dejo constancia que tanto Feyre Rhiannon Macnair (Hurón) como Roxanne W. (Mamba negra), han superado de manera exitosa la prueba de Animagia, vinculándose así con el anillo que le corresponde a dicha habilidad.
  9. Contuvo una risita típica de anciana ante la pregunta de Kaori. Eran pocos los estudiantes que llegaban hasta ese punto, así que le dio el beneficio de responderle la duda. ¡Pero sí han estado realizando su prueba todo ese tiempo, jovencita! exclamó, tomando la vara de cristal nuevamente y dando un golpecito en el suelo. Yo diría que esto es la parte fácil. Es más personal. Desde su punto de vista, desde luego. Detrás de la puerta que correspondía a la habilidad, había un mundo de posibilidades, literalmente. A lo que ella se había enfrentado, prueba que jamás podría contar, ya no podrían enfrentarse otros estudiantes. Tomó el diamante que le ofrecía Cissy y se aproximó a la serpiente que adornaba la estancia, a la que le faltaba el ojo. Con algo de dificultad, logró incrustar el brillante objeto en el orificio del tuerto animal. De sus ojos se emitió un fulgor que dio paso un pequeño movimiento dentro de la pirámide. Este lugar, a pesar de estar en abandono, tiene rastros de magia. No sabemos cuánto tardará en evaporarse. Quizá años, siglos...Puede que nosotros dejemos este plano físico, y el antiguo Ateneo siga recibiendo aspirantes a habilidad para vincularse. Aquella breve explicación, sólo había sido para hacer algo de tiempo. A espaldas de Suluk Akku, el ingreso a la puerta de Animagia se había abierto. De esta puerta, emanaba una especie de neblina, impidiendo ver lo que había del otro lado de la puerta. Se apoyó en la vara, era momento de despedirse. Al menos, hasta que regresaran de su prueba. No puedo interferir con lo que hay ahí. Pero sí estaré monitoreando su avance, gracias a esto. les tendió a ambas los anillos de aspirante, aquellos que utilizarían para la prueba y que, de emerger victoriosas, se convertiría en su anillo de habilidad. Se enfrentarán sólo a lo que lleven con ustedes. Espero ver a dos animagas saliendo de ese lugar. Acto seguido, les indicó que pasaran una a una, para que cada quien pudiera enfrentarse a aquel reto personal, como ella solía llamarlo. @ @
  10. Suluk Akku

    Animagia

    El pulpo observó la escena sin intervenir, en gran parte debido a que deseaba ver cómo se desenvolvía el joven Dracony con su recién descubierta capacidad para transformarse en un escualo. Provisto con su depósito natural de tinta, se dedicó a oscurecer el campo de visión de los curiosos animales que comenzaban a acercarse por la conmoción. La sangre de la pierna del marinero, sin duda había atraído a más de un depredador. No obstante, Anthony se encontraba ya lejos, lo que dejaba a Suluk como responsable de poner a salvo a aquellos pobres diablos. Arrástralos, a la orilla. El chico y yo intentaremos entretenerlos un poco. Utilizó sus ocho extremidades para alcanzar a su alumno, así como a su intrépida amiga tortuga. Los encontró un par de leguas más allá, nadando tranquilamente. Pero podía sentir que se acercaba el peligro. Lo que presenciaste es la clara ignorancia del ser humano ante el interés animal por la supervivencia. Más de uno, intentará evitar que le ayudes, y los más taimados, te atacarán. le habló, aún en su forma de cefalópodo. Parecía que el tiburón había logrado transformarse sin problema alguno. No quedaban vestigios de que fuera un joven. Pero no sólo te enfrentarás a los humanos en esta travesía. Para aprender de tu forma animal, debes enfrentarte a ti mismo. Y más aún, a tu misma especie. Se acercaron como los depredadores de sangre fría que eran. Al menos, cuatro tiburones blancos relucían los filosos dientes delante del curioso trío que habían formado los animales acuáticos al agruparse. La razón que los traía ahí, era la sangre que había derramado el herido, la cual podían percibir a kilómetros. Acudían ahí, creyendo que Ryvak era uno de los suyos, y ya se había hecho un festín. Pero pronto se mostraron decepcionados; la presencia de sangre aún era notoria, indicando que el hombre vivía. Se giraron al entonces peliverde. ¿Por qué no te lo comiste? Nunca se desperdicia la carne cuando llega de forma tan voluntaria. Pero puede que no sea uno de los nuestros. ¡Ha de ser uno de esos armatostes que los humanos envían a espiarnos! dijo otro. El barullo, a pesar de ser bajo el agua, comenzaba tensar la situación. Suluk vio la oportunidad perfecta para la segunda lección. Aprovechando su entendimiento con esos animales, que de momento la habían ignorado, al igual que a la tortuga, se situó frente a Dracony, colocándole dos tentáculos sobre las aletas a manera de calmarle. Una de las virtudes del animago es la coexistencia con otras criaturas. Tanto de su misma especie, como de otras. Lamentablemente, la naturaleza del tiburón es agresiva, y no te han visto con buenos ojos. No puedo intervenir, vas a tener que salir de ésta por tu cuenta. Adelante. @@Anthony Ryvak Dracony ~ ~ ~ Bien conocida era su forma de gaviota ártica entre quienes habían tomado la habilidad antes, siendo fácilmente identificable. Para los que era la primera vez en aquella aventura, podría resultar un ave más. Sobrevoló el pequeño páramo que la escuela de Oriente le había legado, en compensación por sus servicios en el Ateneo en Inglaterra, mientras una esbelta figura se adentraba en su jardín sin premura alguna. ¿Quién sería? Suluk no tenía la respuesta inmediata, ni era de su incumbencia. Como Arcana, solía cuestionar a sus estudiantes sobre quiénes eran, pero con el tiempo, se tornó más huraña. Ingresó por una ventana abierta de la cocineta, donde aún humeaba el té tomado con Anthony Ryvak semanas atrás. Tomó una galleta con el pico, y la engulló a la par que volvía a su forma humana, cuidando de cubrirse con las pieles esquimales que había dejado colgadas del perchero. Buscó entre éstas, para encontrar la gastada varita de sauce enano, de la que provenía gran parte de los poderes que mantenían su casa con el ambiente helado. Conforme se acercaba a la puerta, ésta iba adoptando la forma de Vara de Cristal, una especie de báculo que solía usar para apoyarse, más que para conjurar magia. Era un ser que no dependía mucho de la varita para realizar la magia, y menos aún, para convertirse en variados animales. Vivía una vida simple, incluso para una arcana; muchos le aplaudían, y otros se lo recriminaban. Simplemente, existía. Estiró la zurda para permitir el acceso, estando a unos dos metros de distancia, justo en el recibidor. La luz del sol proyectó la silueta de la italiana, cuya piel brillaba casi con tanta intensidad como la del astro rey, a pesar de las tonalidades de su vestimenta. Se aventuró a pensar la razón de su presencia; eran muy pocas las visitas sociales que le eran hechas. Buongiorno. saludó, traduciendo sus palabras a italiano, una magia que había aprendido gracias al dominio de los idiomas. ¿Viene de muy lejos? Podría ofrecerle una humeante bebida, mundana, me temo, como muchas de las cosas que hay aquí. La descripción no excluía a la Arcana, que también era muy conocedora de los entresijos que rodeaban a los seres no mágicos. Los comprendía, naturalmente, menos complicados que los de los magos. Fijó la mirada en el reloj que yacía en una de las mesitas que antecedían a la estancia circular, la sala de estar dónde recibía a los alumnos. Debía ser la alumna de la que le había notificado. Estaba esperándola hacía tiempo. Sin indicarle que pasara o que le siguiera, Suluk se deslizó, ciertamente confiada en que la aristócrata le siguiera el juego. Golpeando el piso cada tanto con la vara de cristal, se situó detrás de un mullido sillón, expectante. Como en las ocasiones anteriores, no solía pasar mucho tiempo en su hogar, más que el necesario. Una vez más, se arriesgó a formular una pregunta bajo suposiciones. Ya que estamos, ¿cuál es su propósito aquí? No todos los mapas sin fieles, ni todo ser errante está necesariamente perdido. Un simple juego de palabras que tenía más sentido para ella. Le interesaba saber qué esperaba Lucrezia de ella; era enriquecedora la perspectiva de cada alumno nuevo que le visitaba, cada uno con sus propios intereses para el aprendizaje de la habilidad que transmitía desde que su amado había perecido, dejando vacante el lugar que ahora ocupaba. @@Lucrezia Di Medici
  11. A dónde había ido la Arcana, era nada más y nada menos que el Ateneo de Habilidades, aquel antiguo recinto en el que se celebraron pruebas hasta el estallido de la fatídica guerra que obligó a su pueblo a replegarse de vuelta a Oriente. Caminaba apoyada sobre la vara de cristal, clavándola en la tierra como si quisiera buscar rastro de algo. En los meses que procedieron al abandono, el lugar era deplorable. La naturaleza recupera lo que le pertenece tras la desocupación. Estaba en el centro del laberinto, de pie frente a la imponente pirámide, cuyo interior albergaba una habitación que le recordaba a su pasado. Podía detectar qué tan bien le estaba yendo a sus alumnas, gracias a la presencia de los otros entes animales que les acompañaban, en el caso de Kaori, o de la sensación de regocijo ante el trato humano de Cissy. Se acabó el tiempo. Hora de volver. apremió, dirigiéndose hacia el vacío que le hacía compañía. Dio dos golpecitos en el suelo con la vara. Fulgura Nox. Aquellos portales traerían a las dos aspirantes a dónde Suluk; mientras la oriental se deslizaba entre la maleza para evitar ser vista por los otros humanos, el portal se abrió unos metros más adelante, bastante más pequeño que el usado para cruzar en su forma humana, mientras que para la Macnair, aquel medio de transporte fue imprevisto, pues se materializó justo cuando reposó sobre la mesa, con el diamante en la boca. ¡Lo han hecho bien! Ambas han logrado controlar su instinto animal, y es vital para los animagos. Si no recordamos quiénes somos, tampoco lo harán los que nos rodean. Eso incluye a los animales...Si muestran inseguridad ante ellos, no dudarán un segundo en aplicar la cadena alimenticia. Desvió la atención de la prueba por unos segundos, para dirigir una mirada tiernecita al hurón que había salido del laberinto que antes cruzaban los aspirantes a la habilidad. Era, en cierto modo, bastante similar a la forma que adoptaba Cissy, razón por la que no había tenido problema para infiltrarse. La mascota le chilló a la Arcana en señal de retribución, y dio grandes saltos para cruzar el portal del que había salido la alumna que lo había suplantado de manera temporal. ¿Saben en dónde estamos? aguardó, por si alguna respondía a su interrogante. Aquí, solíamos celebrar la llegada de nuevos vinculados a las habilidades, así como de nuevos Arcanos. Antes del caos, antes de la guerra... Pero, ¡no es una visita social! Aquí tendrá lugar la última etapa de su prueba. Pidió que le acompañaran al interior de la pirámide, cuya entrada se localizaba a un costado de donde estaban de pie. A lo lejos, parecería que la edificación estaba hueca, pero el aura mística aún persistía. La magia ahí conjurada tardaría siglos en desvanecerse. Mientras avanzaban, Suluk intentaba leer los pensamientos de sus alumnas, sin llegar a ser invasiva, para cerciorarse de que estaban en calma. Así debía estar una persona con su lado animal. Finalmente, llegaron al Salón Circular. La serpiente que decoraba la estrella de cinco puntas se veía gastada, y parecía que le faltaba un ojo. Las puertas que rodeaban la estancia, estaban selladas de tal forma, que parecían fundidas a la piedra arcaica. Siete puertas, siete habilidades. ¡Descansen! Tomen un minuto o dos para respirar y vaciar su mente de dudas. Ya casi concluimos con esta travesía. Como si estuviera en una aburrida exposición de algún museo, se sentó en el suelo sin más, colocando su vara de cristal sobre las rodillas. Entonces se dirigió a Cissy, a quien le había pedido recuperar cierta joya. Oh, Cissy, te agradecería mucho si pudieras prestarme el diamante durante un segundo. ¡Espero no te lo hayas comido! rió de su propio chiste. @ @
  12. La arcana aguardaba, expectante, a que sus alumnas llegaran a su encuentro. Tal como predijo, no tendrían dificultad alguna en sortear los obstáculos del laberinto. Si bien, para los cuatro campeones, habían resultado complicados, ellas parecían no haber tenido tanto problema. Lo había observado todo, en su forma de gaviota ártica, sobrevolando los setos, y gracias a su conexión con las criaturas criaturas que les habían atacado. Bien, bien. afirmó Suluk, apoyada en la vara de cristal. Se separó momentáneamente de ella para dar una vuelta alrededor de sus pupilas. De haber participado en el torneo de los Tres Magos, probablemente habrían sido finalistas, estoy segura. Sonrió con parsimonia, retornando al lugar en el que había estado de pie. Correspondía entonces, hacerles unas cuantas observaciones, más que críticas, eran comentarios respecto a su actuar para librarse del peligro. Comenzó con la esposa de Aries, que fue la primera en llegar. Muy interesante la forma en que te libraste del escreguto, Kaori. Te valiste de la elasticidad y mortalidad de la mamba negra. Queda claro que, a pesar de que es una transformación un tanto complicada, comienzas a dominarla, y no el animal a ti. Entonces, giró su mirada a Cissy. Parece que tú la tuviste un poco más... complicada, ¿no, Cissy? Una acromántula habría sido suficiente, pero la esfinge. sacudió la cabeza. Aceptaba la existencia de la cadena alimenticia, pero no toleraba las muertes en el reino animal, si no tenían fundamento. Sacaste favor de la agilidad del hurón sin pensarlo dos veces. Es un animal sumamente escurridizo, consciente del peligro a su alrededor. Debían continuar. Si bien, los poderes de Suluk eran amplios, no podía mantener la ilusión del año 1995 para siempre. Abrió dos portales a sus espaldas, cada uno, las llevaría de vuelta a su futuro. Es decir, a la época presente. Antes de invitarlas a cruzar, les explicó en qué consistiría su siguiente tarea. Antes le explicaba a Kaori la importancia de dominar al animal, y no dejar que éste te domine a ti. Bueno, he hecho el comentario todaaa la clase, así que vamos a ponerlo en práctica. Señaló el que estaba a su izquierda, que correspondía a la Macnair. Del otro lado, podía vislumbrarse de un extenso jardín, sano, por la tonalidad del césped, flanqueado por una casona monumental. En apariencia, pertenecía a alguna familia mágica de Ottery, pero las apariencias podían engañar. Cissy, tu tarea en este caso, es conseguir un diamante que la familia tiene a su resguardo. dirigió la mirada a la aludida, a la espera de que externara alguna duda. ¿Y cómo usarías tu forma animal? Es simple, el hijo de la familia tiene un hurón, que ha sido momentáneamente desplazado. Debes hacer un buen papel, pero no tan bueno, o tu esencia animal podría salirse de control. Acto seguido, le comentó a Kaori lo que consistía para su prueba, aunque ya estaba más que claro, que el otro portal le correspondería a ella. Lo que había del otro lado, le resultaría familiar, pues era un ecosistema africano. Temo decirte, que regresarás al hábitat natural de las mambas negras. Han mordido a un explorador, y si dejas que el veneno se extienda, probablemente muera. Quizá se lo haya ganado, pero eso no lo decidiremos ahora. Debes ir y extraer la toxina...Pero, cuidado de que te vean las otras, porque quizá no reaccionen muy amigables. Tendría que morderlo, pero aquello supondría una tentación a inyectarle más veneno, que sería interesante analizar. Suspiró, sacando la vara de cristal del pequeño hueco en el suelo en el que la había clavado. La ilusión a sus alrededores comenzaba a tornarse borrosa. Ella haría lo propio para salir de ahí, para poder seguirle la pista a las dos. Estaré observando...Bueno, sintiendo su progreso, gracias a la conexión de animagia que compartimos. No duden en preguntar, si tienen alguna inquietud...Aunque, creo que a estas alturas, podrán hacerlo muy bien. Una vez que ambas cruzaron sus portales, la arcana abrió otro portal para regresar a la época actual. @ @
  13. Suluk Akku

    Animagia

    Se encontró ligeramente sorprendida ante la habilidad del joven de cabello verde para ejecutar clavado. Era evidente, que pocos miembros de la comunidad mágica mostraban interés por ese tipo de actividades que no implicaban el uso de la magia. Apoyándose en su propia varita, se sentó sobre el borde del canal, para poder observar mejor lo que acontecía allá abajo. Los humanos son responsables de este deterioro. pensó, proyectando ese mismo pensamiento al Ryvak, gracias al vínculo que compartía al ser él un animago en entrenamiento. No sólo los no magos, sino también la comunidad mágica. Verás, es una relación simbiótica. Necesitamos de la naturaleza para sobrevivir, como ella a nosotros. No sólo pretendía que su alumno entendiera sobre la transformación de mago a animal, sino de la importancia de esta forma. Muchos animagos en la praxis, solían considerarse superiores a los entes naturales, por el hecho de poder efectuar el cambio de apariencia, pero no era así. Aún en el reino animal, los que lo conformaban los consideraban sus iguales. Hecho, que quedó comprobado para Anthony, en cuanto los delfines acudieron a su rescate. Eso es. Parece que el cambio se desencadena ante un episodio de estrés. Un sentido de preocupación por los que le rodean. Aquello fue un comentario más para las notas de la arcana, que para su alumno. Con un movimiento de la vara de cristal, desvaneció aquella sustancia espesa que impedía que su alumno nadara con total normalidad. Los delfines se quedaron a medio camino, impactados por la repentina aparición de la cola de tiburón que salía de las extremidades inferiores del muchacho. Suluk desvaneció su varita y se lanzó sin más al agua, brazos abiertos como si recibiera a una amiga. En cuanto tocó el agua, usó los ocho tentáculos para desplazarse a donde Anthony, quien estaba a mitad de la transformación. Era el primer intento de muchos, y era limitado el número de personas que se transformaban a la primera y lo mantenían por mucho tiempo. Un esfuerzo digno de reconocimiento, señor Dracony. felicitó la arcana, comunicándose de forma mental de nueva cuenta. Habían hecho un notable progreso, pero aún faltaba pulir el método. Como el tiburón, respondes rápido ante una situación. Quizá un poco agresivo, como éste, pero se entiende. Transformarse en el animal, implica aceptar todas sus facetas. Ser el animal, pero no dejar que eso te controle. Poseía el entendimiento con las criaturas, fueran mágicas o no, por lo que cuando el pulpo se giró para dirigirse a los delfines, les pidió que los guiaran hacia la siguiente etapa de la clase. Lo que Suluk tenía planeado, era examinar el grado de dominio de Anthony en su forma humana. Podría ser algo más propio de una prueba final, pero aquello le daría ideas en el camino. Los mamíferos, sin más, salieron disparados como chorros. He pedido a nuestros amigos que nos guíen a mar abierto. Bueno, casi... Más allá, se encuentra el golfo de México. Vas a tener que practicar tu transformación en el camino, pues seguro requeriremos de un tiburón. Recuerda controlarlo, y no éste a ti. Esperando que su alumno le siguiera el paso, el cefalópodo contrajo sus extremidades para impulsarse, mientras le seguía el rastro a los delfines. El punto final del trayecto, sería una pequeña embarcación que comenzaba a hundirse, lo cual presentaba un riesgo para los tripulantes. Uno de ellos, ya flotando en la superficie, se había cortado, por lo que las gotas de sangre comenzaban a esparcirse en el agua. @@Anthony Ryvak Dracony
  14. Suluk Akku

    Animagia

    Suluk abandonó su lapsus. Por un momento, las memorias de cómo había aprendido a dominar la habilidad, afloraron como los peces en un estanque al notar la comida lanzada por los visitantes, cuando el Ryvak adoptó la posición de flecha que empleaban los deportistas no mágicos cuando se proponían zambullirse al agua. Muchas de esas maravillas, han caído en el olvido gracias a la acción del ser humano. sentenció la Arcana de Animagia, invitando a que le siguiera mientras caminaban calle abajo, con dirección a uno de los varios puentes en la zona. El reino animal, ha sido una de ellas. Incontables especies que han perecido, o que han tenido que esconderse como forma de autopreservación. La avenida, de nombre General Anaya, llegaba a su fin en lo que parecía ser la división del río Coatzacoalcos. El acceso, naturalmente, estaba obstruido por un enrejado que prohibía la entrada a toda persona ajena al tratamiento del cuerpo de agua. La anciana sonrió con ternura, simplemente invocando la Salvaguarda Mágica de forma no verbal, para traspasar el obstáculo como si fuese humano. Esperó a que Anthony le siguiera, o encontrara otra forma de acceder al borde del canal. Te pregunté si sabías nadar, porque precisamente la habilidad por la que viniste a mí, suele presentarse en momentos de gran tensión. Situaciones que estresan a la persona, o más raro aún, que la llenan de un gran júbilo. El manejo de las emociones está un poco relacionado con esto. Era su perspectiva, desde luego. Había personas que la dominaban simplemente con desear convertirse en el animal, pero al inicio nunca era tan simple, por más versada que fuera la persona. Lo poco o mucho que le había contado su alumno acerca de su experiencia con el agua, le era de utilidad al plantear las pruebas que debía superar, de cara a que se transformara. Antes querías hacer un clavado, ¿no? ¡Pues vamos! lo animó la arcana, apremiando con ambas manos, como si fuese una abuelita motivando a su nieto. Quiero ver tus dotes de nadador. Mientras su alumno se preparaba, ella empleó su magia de forma no verbal, para hechizar el agua. Si de por sí, ésta estaba contaminada por las extracciones de hidrocarburos, en cuanto Anthony se sumergiera, se encontraría con una sustancia muy distinta del líquido vital. Más viscosa y espesa, que le impediría moverse mucho. Algo así como una gelatina. @@Anthony Ryvak Dracony
  15. La situación con Kaori le pareció curiosa. Quizá se debía al hecho de que era la primer estudiante que acudía a su clase en condición de embarazo. Si bien, aquello serviría como punto de partida para clases futuras, notaba que la oriental no se veía muy convencida de lograrlo, a pesar de que Suluk pensaba lo contrario. Pero, ¡mi niña! No dañarás a tu bebé al transformarte. exclamó negando con la cabeza, mientras se mordía el labio inferior, pensando en una alternativa. Habíamos tratado este tema antes, tu descendencia está protegida. No veo riesgo alguno, a menos que la transformación te suponga un esfuerzo mayor. Pero, descuida, que la prueba, si bien no se adaptará para favorecer a nadie, no debería causarte problemas. Después de todo, no era la prueba de Animagia para convertirse en Arcano, aquella que el amado de Suluk había realizado, y fracaso, lo cual le había conducido a una inevitable muerte. Al ver que no había más comentarios por el momento, decidió continuar con su planteamiento. Entonces, el momento ha llegado. anunció Suluk Akku, golpeando el suelo con la Vara de Cristal. Síganme, por favor. Si así lo desean, claro. Abrió un portal a sus espaldas, indicándole a Kaori y Cissy que ingresaran con ella. Sonreía como una abuelita que ve crecer a sus nietos, por lo que no tenía duda de que se desenvolverían sin problemas en lo que tenía planeado para ellas. Le daba la oportunidad a la oriental de unirse a la prueba, pero tampoco la reprocharía si decidía alcanzarlas después. Dejaron atrás a la manada de lobos-humanos, para adentrarse en la oscuridad del Fulgura Nox. Finalmente, la Arcana de Animagia presidió la salida de la brecha, extendiendo ambos brazos al percatarse de que habían llegado al destino que deseaba. Ese espacio, sin embargo, era reducido. Un jardín bastante cuidado, pero con la peculiaridad de que estaba rodeado por una serie de gradas de madera. El final del túnel, que era dónde se había materializado el portal, pasaba desapercibido debido a los tres postes de gran elevación, cada uno con un aro en la punta. Bienvenidas a la tercera prueba del Torneo de los Tres Magos. Verano de mil novecientos noventa y cinco, si la memoria no me falla. Ante la mirada de desconcierto de sus dos alumnas, pues los espectadores en sus asientos no parecían haberse inmutado ante la aparición de tres personas en medio del campo de quidditch, Suluk les pidió que acudieran a su encuentro, ahí en la entrada del fatídico laberinto que llevaba a la copa del Torneo. Estamos en el pasado, cómo se habrán dado cuenta. Pero los poderes del Fulgura Nox funcionan diferente de un giratiempo. explicó, quería ser muy clara en el hecho de que el sitio en el que estaban, no era del todo real. Los eventos que aquí acontecieron no pueden cambiarse, estamos aquí, como meros visitantes... Similar a cuando usamos un pensadero. Conservaba su varita en su forma cristalina, por lo que la sostuvo con ambas manos, lista para echar a andar. Ahí comenzaría la primera etapa de la prueba. Quiero que ambas ingresen al laberinto. Si bien, los participantes no podrán interactuar con ustedes, los peligros ahí dentro sí serán reales. Sean cautas. Les tendió un mapa a cada una, como acto de buena fe. No pretendía que llegaran a dónde la copa, sino a uno de los descansos del laberinto, en el que ella se encontraría para llevarlas a la siguiente prueba. A partir de la entrada, cada una debía seguir un camino recto, aparentemente despejado, de un kilómetro aproximadamente. Después de ello, los cuatro senderos se intersectarían en un solo camino de unos diez metros que desembocaba en el punto mencionado por la Arcana, marcado por una equis. Les recomiendo que adopten sus formas animales para que el trayecto sea más fácil. Recuerden lo que han aprendido, sea poco o mucho, les ayudará a resolver situaciones sin tener que volver a ser humanas. Las estaré esperando para continuar con su prueba. Comenzó a caminar con tranquilidad hacia el acceso en el centro del seto. Se giró para contemplar a sus alumnas una última vez, y se desapareció hacia el punto que les había indicado. @ @
  16. Suluk Akku

    Animagia

    @ @ Suluk Akku observó la escena con suma tranquilidad, confiada en que sus alumnas lograrían el entendimiento con la manada. Así había sido; en vez de seguir corriendo o de sucumbir al más primitivo instinto animal, que era el de defenderse de lo desconocido, habían intentado razonar con los lobos. Estos habían rodeado el área que comprendía el árbol en el que la arcana y Kaori estaban trepadas, así como el espacio en el que el hurón en que se había convertido Cissy había hecho presencia. << La arcana de Animagia nos ha contado sobre ustedes. >> comentó el alfa, girando su hocico hacia la aludida, quien simplemente respondió con una risita de ternura. <<No éramos tan diferentes a ustedes en un principio. Muchas personas, antes de ustedes, han buscado el equilibrio entre lo animal y lo mundano. Es una creencia válida, aunque para alguien que ha estado viviendo como un animal, suele ser difícil recordarlo. >> Casi como si estuvieran sincronizados, los lobos se colocaron a dos patas, gradualmente adoptando una forma humana. Mujeres y hombres que también eran animagos, cada uno provisto por una túnica de pieles esquimales, justo como las que Suluk vestía mientras no estaba dictando cátedra de Animagia. La anciana se plantó en el centro que rodeaba la manada. Cissy, Kaori, ya pueden regresar a sus formas humanas. Como verán, estamos todos en confianza. Vengan aquí, por favor. En cuanto lo hicieron, decidió dar una vuelta en torno a sus aspirantes, con el solo objetivo de mirarlas bien antes de realizar su comentario. En cuanto volvió a la posición inicial, dio un gruñido de aceptación, y entrelazó sus manos sobre la espalda, encorvándose un poco para poder hablarle a sus alumnas. Cuando lo hizo, fue con una voz más pausada, seria, pero con ese toque familiar que tanto le caracterizaba. Me da muchísimo gusto que hayan podido dejar de lado las diferencias entre especies, eso es algo que en el reino animal, muchas veces significa la supervivencia. Tal como en la sociedad, debemos dejar los prejuicios. asintió con suficiencia, orgullosa de su progreso. Por otro lado, las tácticas para evitar que fueran comidas por los lobos, inmejorables. La honestidad, uno de los pocos valores que fomenta la sana convivencia entre seres, sin importar la raza a la que pertenezcan. Sacó su varita de entre los pliegues de la túnica, invocándola en su forma de vara de cristal, para así apoyarse sobre ésta. Así que les preguntaré, ¿desean realizar la prueba para vincularse con la habilidad? Normalmente, era ella quien decidía quiénes podían presentarse a la prueba o no, pero en este caso, estaba en ellas el expresarle cómo se sentían al respecto. Desde su punto de vista, había suficiente progreso para determinar si podían ser afines de forma permanente a la Animagia, pero quería una respuesta de su parte, pues no deseaba presionarlas. / / / / / / @@Anthony Ryvak Dracony Escuchó con atención la historia de Dracony. Parecía creíble. Normalmente los justificantes de por qué habían venido a buscar su consejo en cuanto al aprendizaje de Animagia, estaban basados en simplemente saber si podían ser tal o cual animal, sin mucho trasfondo. Anthony se sumaba a la lista de sus últimos estudiantes, que realmente tenían una verdadera intención de conocer todos los aspectos que englobaba la habilidad que ella enseñaba. Poseer la habilidad, así como manifestarla, es un tanto...¿complejo? explicó Suluk, apoyada en su propia varita. Recordaba miles de situaciones a las que había sujeto a sus alumnos para comprobar que eran animagos. A veces lo hacemos por impulso, como la magia de los infantes, o por defensa propia. Por lo que me comentas, no te son ajenas las situaciones de peligro. Así como tampoco el estado solitario...Bien podría decir, que el animal que mejor te describe, es un lobo. Extendió su mano hacia el jovencito de cabello verdoso, como si quisiera tocarle el rostro, pero no lo hizo. Intentaba descifrar el aura que emanaba de sus palabras, así como de su presencia. Tenía una especie de ¿don? que le permitía saber en qué ente se convertirían sus alumnos. No se les mencionaba, desde luego, aunque muchas veces, los que se presentaban ante ella, ya habían experimentado la transformación, aunque fuera de forma accidental. Veía a un tiburón blanco rodeando la esencia de Anthony. Interesante. Desde Sagitas, no había venido alguien que.... Aunque eso último había sido más para ella, que para su estudiante. Carraspeó, irguiendo la espalda, dejando de lado la apariencia de venerable ancianita. Le había llamado la atención el hecho de que estuviera ante ella, otro animago de la rama acuática. Según recordaba, no eran raros, pero en años recientes, pocos eran los que vagaban por el Reino Unido. Aún con su varita en mano, convocó un portal a través de los poderes del Druida, invitando al joven a que la siguiera. Sígueme, joven Dracony. Vamos a ver si de verdad posees la capacidad de convertirte en un animal. Del otro lado, salieron al Malecón de Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. Desde donde estaban, podían apreciar el río que llevaba el mismo nombre que la población, aunque era un poco distinto de la realidad, pues estaba contaminado con las emisiones que realizaba una refinería no muy lejos de allí. Suluk Akku había empleado sus otros poderes para llevar al estudiante a un espacio alternativo a la realidad, donde podía practicar su transformación. Cuéntame, ¿qué experiencia tienes con los cuerpos de agua, sabes nadar? Si bien, eran preguntas en apariencia triviales, le ayudaban a la arcana a establecer un punto de partida, en un afán de entender la relación entre el animal de Anthony, y algunos aspectos de su persona.
  17. Suluk Akku

    Animagia

    A la Arcana le sorprendió que el recién llegado conociera su nombre. Era demasiado joven, como para conocer de su raza, pero también recordó que, durante años, había atendido a un sinnúmero de estudiantes, por lo que quizá a Anthony Ryvak Dracony le habrían contado de lo que ella hacía en ese lugar. Dejó ir una risita tras sus arrugados labios. ¡Pareces muy interesado en el arte de la animagia, jovencito! exclamó Suluk, negando la cabeza con suavidad, como un gesto que fingiera desaprobación. Son pocos los que vienen a aprender aquí, y menos aún, los que se marchan con algo que de verdad les sea útil. Invocó la Vara de Cristal, logrando que apareciese la cabeza de Amarok en la punta, para poder levantarse, mientras su visitante depositaba lo que parecían ser obsequios para ella. No le gustaba que le endulzaran los oídos o los ojos, aquello le daba razones de sobra para desconfiar. Sin pronunciar palabra alguna, el set de té levitó desde la cocina y se posó sobre la mesa. Una considerable cantidad del té de frutos rojos se vertía dentro de la tetera, mientras ésta comenzaba a servir en las tazas. El instinto de supervivencia, es algo que caracteriza a otras las criaturas, mágicas o no mágicas. Bajó los párpados y fijó la mirada en el suelo mientras comenzaba a rodear la estancia, como un depredador pasivo, pero no estaba decidida a atacar al mago, simplemente el caminar le facilitaba lidiar con la maraña de recuerdos que había evocado para poder darle respuesta a la peculiar interrogante que le habían hecho. Naturalmente, tanto los humanos como los magos tienen ese instinto. Muchas veces, lo descubrimos por accidente, o en un episodio de alguna emoción muy fuerte. continuó, asintiendo con ligereza, mientras rememoraba algunos de los casos de sus estudiantes. Yo tuve que aprenderlo, para poder sobrevivir, a una edad en la que ni siquiera un estudiante puede controlar su propia magia. No se estaba pavoneando de su habilidad, trabajos así ya los efectuaban los Uzza. Vino a su mente la fatídica tormenta de nieve en la que la habían abandonado, de cómo había aprendido a cazar y a pasar la noche, para finalmente emerger victoriosa. Pero, dime, ¿cuál es tu propósito aquí, joven Dracony? No muchos magos viajan kilómetros para visitar a una anciana en su hogar, simplemente para platicar sobre lo que hace. Se detuvo, al fin, de frente al muchacho de cabello verdoso, mientras el roce de sus pieles esquimales sobre el suelo, por fin cesó, emitiendo un suave sonido, como el de la seda al deslizarse sobre el mármol. Apoyada sobre su vara de cristal, como si fuese un cayado, Suluk Akku aguardó a que el joven emitiera alguna respuesta. @@Anthony Ryvak Dracony
  18. Suluk Akku

    Animagia

    @ @ Sobrevoló las copas de los árboles, con la tranquilidad de que sus dos pupilas lograrían cumplir con el propósito que las había traído a la tundra. Mientras la manada de lobos acechaba y comenzaba a rodear a Kaori y Cissy, la gaviota ártica se posó sobre una ramita, a varios metros de distancia de dónde se habían concentrado sus estudiantes y sus atacantes. Eso es. El reino animal no perdona, un rasgo que las sociedades humanas han heredado. Si bien, graznaba mientras se encontraba en esa forma, su voz podría ser perfectamente entendida tanto por ellas, como por los lobos de la manada. Era un vínculo que había forjado con el tiempo: la comunión con cualquier criatura, así como la interpretación de sus emociones, aún sin requerir del uso de Legilimancia. Tomó impulso y saltó hacia otra rama, pero esta vez adoptó la forma de un mono araña, asiéndose con sus largos brazos para descender por el tronco. Aprovechando la discreción de la sombra que proyectaba dicho árbol, se transformó en uno de los lobos que suponía debían dar persecución. Pero no cualquier lobo, sino que decidió adoptar la identidad del alfa, quien determinaba lo que la manada debía hacer. El alfa original, si bien estaba presente, había aceptado a cederle su forma, mientras durara el ejercicio. Echó a correr, como cualquier otro miembro de la manada, uniéndose al ataque. Resultó ser aquel que estaba acechando a Kaori, intentando llegar hacia ella a través de mordidas al aire. Reposó un momento, para después apoyarse a cuatro patas sobre la madera. Incrustó las garras que hizo salir de sus patas, como si fueran apoyos, y finalmente logró subir hasta la rama donde la mamba negra se encontraba en posición de ataque. Kaori. aulló, manteniendo el hocico en alto, como intentando que la asiática la reconociese. Comenzó a olfatear a su alrededor, en busca del hurón en el que se había convertido Cissy. Era evidente que ni siquiera con sus sentidos mejorados, podía detectar a su escurridiza alumna, y era un gran avance, considerando que hacía unos momentos, estaba insegura en cuando a cómo activar su transformación. Esperaba que, de esa forma, lograra desenvolverse sin problema alguno. Como quizá habrás visto durante tu tiempo de convivencia con las mambas negras, debe existir un entendimiento entre especies, de modo que la sociedad funcione. A su memoria, vinieron imágenes de cuándo se había convertido en una hormiga y había vivido en una de esas colonias subterráneas, lejos de los ojos curiosos. Toda hormiga debía cumplir una función; era una jerarquía interesante, que no siempre funcionaba cuando se quería aplicar en el mundo exterior. Volvió la vista hacia la oriental, entornando los enormes ojos marrones, rodeados por una fina línea de pelaje plateado, que la distinguía como alfa. Una de las funciones principales de la animagia, es el entendimiento con los animales, más allá de que sean criaturas mágicas, con los seres que poblan esta tierra. continuó, comenzando a descender con cuidado, aferrándose con las garras al tronco. Todos somos energía, y aunque seamos de distintas especies, respondemos a un lenguaje casi tan universal como el habla. En cuanto puso sus pies sobre el suelo, ya había vuelto a su forma humana, la de Suluk Akku. Los lobos en las proximidades no se inmutaron ante ello, es más, era casi como si la Arcana de Animagia fuera invisible ante sus ojos. Pero los lobos y ella tenían una conexión, que los hacía comprender que debían continuar con las indicaciones de ésta. Como propuesta, ¿por qué no intentan razonar con los lobos, de que no son su cena? Como mencione antes, todos compartimos un mismo lenguaje... Quizá Cissy pueda ayudarte con eso, debe andar por ahí. Sonrió como ancianita, satisfecha de que la Macnair hubiese logrado la transformación. Ahora quedaba encontrar otras formas de propiciarla, sin necesidad de que fuera bajo situaciones de estrés. ~ ~ ~ @@Anthony Ryvak Dracony Reposaba inerte sobre la mecedora de la sala de estar, con el crepitar la hoguera como única compañía. También Suluk Akku descansaba, comía y vivía, como cualquier otro ser humano en el planeta. Tras sus últimos viajes, había decidido regresar a su casita, con la elegante forma de iglú, para poder tomarse un respiro. Sus sueños, le llevaron a proyectar su consciencia en un plano astral, el mundo de los sueños, que era enteramente de su creador. Corría por encima de la gruesa capa de hielo, en dirección a la luces que alcanzaban a distinguirse a varios kilómetros de distancia. La tormenta de nieve aumentó, y redujo la visibilidad, por lo que la arcana tuvo que transformarse en un oso polar, para poder lidiar con el frío invernal de Alaska. A cuatro patas, emprendió el recorrido, esperando llegar antes del alba. Pero no fue así. Un quiebre en el hielo, ocasionó que el oso polar descendiera hacia las heladas aguas que rodeaban Port Heiden. Si bien, esa especie estaba diseñada para resistir dichas temperaturas, el frío le caló los huesos, como si su transformación fuera un mero adorno físico. Intentó transformarse en un pez, o un pingüino, pero no lo logró. En su lugar, volvió a su forma humana, hundiéndose poco a poco en la penumbra del océano. Suluk Akku despertó de golpe. Llamaban a la puerta. Con varita en mano, realizó una floritura para que el acceso le fuera otorgado a quién le estaba buscando. Si era una visita social o académica, eso lo determinaría el visitante mismo. Se incorporó sobre la silla, para poder vislumbrar mejor al recién llegado, en cuando éste cruzara hacia la salita. Adelante, adelante. No queremos que atrape un resfriado, ¿no es así? Hace frío allí fuera. Y era una ironía que dijera eso, considerando que vivía en un iglú, cuyo material confería aún menos calor que muchas construcciones. En esos momentos, agradecía su conocimiento de la meteorología para regular la temperatura de su hogar.
  19. Suluk Akku

    Animagia

    La naturaleza es siempre hermosa. Un elemento, que debemos preservar a toda costa, pues de perderlo, este mundo perecería, indudable e inevitablemente. Suluk hablaba con cierta nostalgia, pero después de haber visto las consecuencias del cambio climático, propiciado por los no mágicos, en sus similares animales, creía firmemente en que debían ser conscientes del daño hecho. Y no sólo los muggles, hasta la comunidad mágica debía interesarse por el bienestar de los animales, fueran criaturas mágicas o no, pues todos formaban parte de una cadena de equilibrio. Tras de ella, el portal se cerró sin más; no tenía planeado volver a su vivienda pronto, al menos, hasta que acabara de dictar la clase actual. ¡Primero lo primero! se arrodilló junto a Kaori, quien continuaba en su forma animal. Descubramos el secreto detrás de la animagia en el embarazo. Depositó el pescado que se había llevado como bocadillo cerca de su persona, extendiendo la mano libre hacia el reptil cuya lengua bífida aparecía cada cierto tiempo. Su dominio de la Animagia, le permitía serenar cualquier criatura, fuera un animago o no, por lo que aprovechó para transmitirle la misma tranquilidad a la oriental, evitando así una posible mordida. Así pues, deslizó sus dedos índice y medio, alrededor del vientre de la mamba negra, como si buscara un indicio del bebé. Bueno, ¡esto sí que es curioso! Como mencioné antes, eres el primer caso que recuerdo. No parece haber algún cambio físico que me indique que tu forma animal también comparte el embarazo. Mi teoría, podría llevarnos a la metamorfomagia. Es decir, posees una sensación, que te recuerda la condición de parto, pero fuera de eso, no debes preocuparte si temes dañar al bebé mientras te transformas, pues su forma física sólo se presenta cuando tú regresas a ésta. Se incorporó, esbozando una sonrisa serena, como de una abuela que aguarda el momento en que le presenten a sus nietos. Pero, yo que tú, optaría por no frecuentar la forma animal, cuando se esté tan cerca de dar a luz. Cerró los ojos, dejando que la gélida tundra inundara sus sentidos. Podía sentir la nieve alrededor de sus extremidades inferiores, así como la sentía en el monte más allá de donde se encontraban. La vegetación que encontraba la forma de florecer tras un periodo invernal, así como todas las formas de vida que invadían el lugar. Una parte fundamental de dominar la animagia, era estar en armonía mental, así la situación exigiera un continuo estrés. Se giró en torno a Cissy, quien seguramente debía haber sentido que esperó una eternidad. Es simple. Tienes que correr. volvió la vista a Kaori, recordando por qué no le había pedido aún que volviera a su forma humana. Kaori, voy a requerir que, manteniendo tu forma animal, le des persecución a la señorita Macnair. No te detengas, hasta que te hayas enroscado alrededor de su cuerpo. <<Comiencen ahora>>, susurró, encogiéndose poco a poco hasta adoptar la forma de la gaviota ártica que tanto gustaba de emplear. Recogió el pescado con el pico y echó a volar, esperando que sus alumnas no tuvieran problemas para llevar a cabo la actividad que tenía planeada para que ambas pudieran pulir sus transformaciones. Si bien, no estaban en una prueba propiamente dicha, la Arcana podía comunicarse con sus alumnas de forma remota, a través de su esencia animal, por lo que estaría disponible para ellas si llegaban a surgirles más dudas acerca de lo que debían hacer. Aprovechando esa conexión, que no sólo se limitaba a los seres mágicos, ordenó a la manada de lobos árticos, merodeando cerca de ahí, que también se encargaran de perseguir a sus dos alumnas. Esta pequeña prueba, tiene como propósito analizar el control que mantienen sobre su transformación bajo estrés. Deben mantener la mente serena, siempre enfocadas en no perderse a sí mismas en el proceso...
  20. Suluk Akku

    Animagia

    Mientras Kaori relataba su experiencia con la comunidad de serpientes, Suluk miró a Cissy con el rabillo del ojo. El nerviosismo parecía transmitirse de su persona hacia los alrededores. No encontraba cómo, pero debía hacerle saber que no pasaba nada, y que estaba bien si la persona no se sentía segura de sí misma al inicio. Todos sus estudiantes, o al menos, los que recordaba, habían pasado por algo similar. ¡Transfórmate por favor, Kaori! apremió con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando su dentadura de más de cuatrocientos años. Quizá esto también pueda ayudar a que Cissy se sienta con mayor confianza para retomar su estudio de esta habilidad. añadió, dedicándole una cabezada a la aludida, para que no se sintiera agobiada. Escuchó con atención las experiencias que había tenido la Macnair respecto a la Animagia. Dejó ir una risita en cuanto hizo mención a otra habilidad que causaba modificaciones en el cuerpo; no por burla, sino porque era totalmente comprensible. Eran contados los casos de animagos que descubrían que lo eran a través de una situación que propiciara las transformaciones. Cruzó ambos brazos por delante de su cintura, reclinándose sobre su asiento. Se entiende totalmente, incluso podrías haber considerado que tu cambio se debía a una transfiguración apresurada, resultante de tu metamorfomagia. Muchos metamorfomagos han venido aquí, justo después de descubrir que lo son, en un afán de encontrarse a sí mismos a través de su esencia animal. No era una crítica ni mucho menos, pero le parecía curioso, puesto que creía firmemente en que cada ser tenía dos naturalezas que estaban en constante choque; una de ellas, justamente en forma de criatura. Se levantó de su asiento y comenzó a dar vueltas en torno a sus estudiantes, como serpiente que acecha a sus presas. Ante la posible mirada de extrañeza, se detuvo al fin, al pie de su asiento. Es importante, precisamente, no emplear la animagia de forma equivocada. Puede que se quieran auxiliar de su versatilidad en Transformaciones, o de la Metamorfomagia misma, pero deben tener siempre en cuenta. puso uno de sus arrugados dedos sobre una sien. . Que su lado animal va aparte. Sin previo aviso, y con un latigazo de su varita, resquebrajó la tela espacio-tiempo, formando un portal en medio de la estancia, lo suficientemente amplio para que las tres mujeres pudieran cruzar al mismo tiempo sin problema. Sonrió como dulce ancianilla que ha sido capturada con las manos en la masa, mientras que se aproximó a tomar el pescado que momentos antes se había propuesto a pelar. Pero claro que, es mucho más fácil decir, que hacer, así que tendremos una pequeña prueba. invitó a la Macnair a que cruzara el portal, señalando con una mano la creación del Fulgura Nox. . Y se me ocurre, una forma perfecta de ver cómo funciona tu transformación, señorita Macnair. Por favor, si eres tan amable... Del otro lado del agujero espacio-temporal, si bien, la imagen era difusa, podía apreciarse de primera vista un páramo helado. Una tundra alpina, con pequeños arbustos y pastizales que coronaban el área, y un riachuelo que iba hasta donde alcanzaba la vista. En cuanto lo cruzaran, se darían una mejor idea del panorama helado. ​Tú también acompáñanos, Kaori. Creo que encontrarás menos riesgosa la experiencia, que enfrentarte por comida a otras mambas. Dicho esto, hizo lo propio para cruzar el medio de transporte y salir del otro lado.
  21. Suluk Akku

    Animagia

    Estaba a punto de responderle a la Macnair, cuando un portal se materializó en la estancia que compartían Arcana y pupila. De éste, salió su otra estudiante, Kaori, a quién había enviado a familiarizarse con sus semejantes, y de quien casi se olvida por descuido. Dejó de pelar el salmón, dirigiendo su mirada hacia la oriental, con una risita característica de una anciana que ha pasado un buen rato con sus nietos. Mi querida Kaori, ¿qué tal la selva subsahariana? Apuesto a que el clima es perfecto para un reptil como aquel en el que te transformas. Dejó el pescado sobre una bandejita cercana a la hoguera. Sacó de entre sus pieles la elástica varita de sauce enano, la cual empleó para convocar un servicio de té y galletas hacia la recién llegada, pues Cissy ya se había servido, haciendo hincapié en que debía seguir con sus hábitos de cuidado durante el embarazo. Así pues, retomó su atención con la muchacha Macnair. No tienes que disculparte, jovencita. Y, francamente, nunca te disculpes por buscar conocimiento. negó con la cabeza, como un pequeño aferrándose a un berrinche sin sentido. Dices que ya estuviste aquí antes, lo cual significa que no partimos de cero, ¿verdad? En ese caso, hay que ubicar desde dónde partimos. Previo a las ocasiones en que te presentaste aquí, ¿cómo fue que tuviste la certeza de poder emplear la animagia? Podía escrutar con la mirada a su alumna y obtener la respuesta a través de Legilimancia, pero no era fanática de invadir la privacidad de sus alumnos. Podía notar en sus ojos, que estaba un tanto insegura. Y podía entenderla; cuando ella hizo sus pruebas para convertirse en la Arcana de animagia, tampoco estaba muy segura de sobrevivir, y peor aún, de vivir, pues eso implicaba el fallar dicho reto. Así que, cuéntanos, Kaori, ya que esto podría servir de conocimiento a futuros alumnos, ¿experimentaste alguna dificultad al momento de transformarte, considerando tu embarazo? Suluk tenía ante ella, a dos practicantes que ya habían tenido contacto de alguna manera con la habilidad, por lo que quizá no le sería tan difícil llevar a buen puerto su aprendizaje de dicha magia. Con una floritura de su varita, hizo que la antena que controlaba el clima dentro de su morada, deshiciera el frío invernal y diera paso a un templado más propio de los bosques en la Costa Este de Estados Unidos.
  22. Suluk Akku

    Animagia

    La gaviota ártica sobrevolaba un estero que poco a poco comenzaba a deshielar el frío de la época anterior. No buscaba alimento, sino visualizar el paisaje cambiante. La naturaleza era bella bajo ese concepto: Estaba en una transformación constante. Pero Suluk, lamentablemente, debía interrumpir aquella vista, para retomar sus labores como Arcano. Así pues, el ave emprendió el vuelo de regreso a donde su entidad humana solía pasar sus días. Apenas se encontró sobrevolando el lugar, descendió al jardín de su morada, ingresando sin mucha premura por un acceso desconocido para muchos; los muros se reacomodaron, formando un arco de entrada a la cocina. Escuchó ruido del otro lado, por la puerta y el espacio donde yacía la fogata. -Adelante, adelante, señorita. - apremió a la joven a aproximarse, avanzando con tranquilidad, con el apoyo de sus pies descalzos sobre el helado suelo-. No vayas a congelarte ahí. Tomó asiento a un costado de las llamas, reconfortándose por el calor que emitían, a pesar de llevar el abrigo de oso polar sobre las cálidas ropas de piel de venado. Se le daban bien los hechizos del clima, por eso se la estaba pasando de perlas. -¡Pero hazme compañía aquí! Y, cuéntame, ¿cuál es el propósito de esta visita? Entre las manos, Suluk Akku tenía un pescado, probablemente un pequeño salmón capturado en el Yukón. Deslizaba sus dedos por la cubierta escamosa, pero de repente comenzó a pelarlo con sus propias manos. Así había aprendido con su tribu en Groenlandia. Su alimento no era una mera distracción de mas palabras de su pupila, ni mucho menos, simplemente tenía hambre. La memoria le fallaba en ese momento, por lo sus oídos estaban atentos por si resultaba que ya había tenido a la joven en su clase con anterioridad.
  23. Suluk Akku

    Animagia

    Suluk miró a la bruja, no necesitaba usar la Legilimancia para saberlo. Desde que había aceptado enseñar sobre la Animagia toda visita que tenia eran de pupilos a la habilidad, ¿ningún ex alumno se acordaba de ella? La respuesta era clara, no. -Bueno querida, no he tenido nunca una alumna embarazada- le explicó sirviéndose más té -pero el bebé está protegido con la magia que tiene al ser un niño mago por lo que creo que no tengas problemas en la transformación- le explicó. -Los niños tienen magia que muchos magos adultos no entienden- siguio relatando -por lo que ellos protegen a su madre que los lleva dentro...el amor o vínculo qye los une solo ellos los entienden- en aquél momento Suluk parecía una abuela enseñando a su hija que una Arcana. Sus mascotas de acercaron a ambas féminas pero más a Kaori, olisquearon el vientre de la bruja y se retiraron a ambos costados de Suluk quién con su vara de Cristal invocó dos cuencos con agua y comida para sus amigos. -Dices que quieres perfeccionar tu animal interior ¿no?- le preguntó dejando a un lado su taza de té -porque no me nuestras lo que puedes hacer para ayudarte mejor- le pidio con su Vara de Cristal en alto creando un portal para la Delacour. -Ve a tu habitad y enseñame como convives con tus pares- le pidió. Mientras tanto Suluk se preparaba para hacer la prueba del joven pupilo que se había marchado a descansar, había demostrado al fin dominar su Leopardo pero ¿seria suficiente para lo que el portal de las cinco puntas le presentará? Solo el lo decidiría y eso a Suluk la tenia expectante. @
  24. Dejo constancia que el alumno @@Edmund Browsler no ha logrado vincularse al Anillo de Animagia.
  25. - Sabía que lo lograrías aunque tenemos suerte que los cazadores no sean humanos reales - Suluk estaba complacida con lo realizado por Edmund y no podía evitar darle a conocer su opinión. Su personalidad era bastante conocida por todos y ella odiaba guardarse las cosas que otros no dirían pero que ella sí. La anciana hizo un pequeño movimiento con su mano para hacer aparecer su Vara de Cristal, necesaria para dar inicio a la prueba de la Animagia. - Continuemos con la prueba entonces - Suluk no tenía mucho más que agregar. La arcana se acercó a la Estrella de las Cinco Puntas y tomó uno de los anillos del aspirante para luego entregarlo a su aprendiz - Este anillo siempre lo debes llevar contigo de ahora en adelante. Tiene muchas funciones pero por ahora lo utilizarás para comunicarte conmigo durante la prueba - Browsler debía ponerlo en su mano antes de ingresar al portal. - La prueba será muy complicada así que si deseas abandonarla en algún momento, solo deberás tocar el anillo y yo te podré sacar - La mujer hizo una leve pausa - Solo debes tener en cuenta que el portal solo te permite ingresar una vez así que si abandonas la prueba, jamás podrás ingresar para completarla - El costo de abandonar era muy alto dado que nunca podría demostrar su habilidad y tendría que soportar el ser considerado como un aprendiz para toda la vida. - Por último, será el anillo que te identifique como animago una vez hayas terminado la prueba. El mismo cambiará su forma y te permitirá demostrar que eres animago - La anciana movió su Vara de Cristal para activar la puerta de la Animagia. La puerta estaba lista para el ingreso de Edmund y para ponerle a prueba - Es hora de entrar. El portal te pondrá a prueba llevándote al pasado o jugando con tu forma física - Edmund tendría que tener mucho cuidado con sus acciones para no morir en el intento. @@Edmund Browsler

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