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Syrius McGonagall

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Mensajes publicados por Syrius McGonagall

  1. Matt Ironwood.

     

    -¿Maida? ¡Maida! – Matt agitó los brazos para hacerse mas visible entre la muchedumbre de compradores que se arremolinaban en una de las tantas calles secundarias del concurrido Callejón Diagón, centro de compras por excelencia del Londres mágico.  Notó a la búlgara por caprichos del destino, hacia ya mucho tiempo de la ultima vez que se vieron por última vez, la despidió después que la bruja pasó un tiempo como voluntaria en el Escuadrón 144 bajo el cálido sol hawaiano y con la brisa marina soplando, condiciones muy distintas a las de aquella tarde fresca y nubosa de Londres.

    Pero sin dudas seguía siendo la Yaxley. El paladín recorrió los metros que lo separaban por la empedrada calle haciéndose un hueco entre los magos y brujas cargados de bolsas y paquetes, mientras la saludaba – Maida Yaxley – sonrió una vez estuvo frente a la morocha y tras dudarlo por un segundo decidió abrazarla con cuidado de no tirar la cargada cesta que llevaba.

    -¿Cómo has estado? – preguntó en su tan característico tono animado -Ha pasado mucho tiempo desde que no vimos, te extrañamos por la 144 – le comentó en el preciso instante que una suave y fría llovizna comenzó a caer desde el cielo.

    -¿Estas muy ocupada? ¿Te gustaría ir tomar algo para ponerlos al día? – la invitó el castaño que recordaba haber pasado por un café de prometedora apariencia un par de tiendas atrás.  

    @Maida Black Yaxley

     

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  2. Matt Ironwood.

    MACUSA.

     

    -Sin dudas un pedigree innegable - reconoció Matt mientras la Jefa de los Trasladores le hablaba de la ascendencia de la bruja morena, necesitarían cualquier ayuda posible para resolver el caso y si aquella bruja tenía habilidades especiales debían sacarle el máximo provecho. - Encantado de tenerlas a ambas en la investigación, sin duda alguna serán de gran ayuda - replicó el paladín en el preciso momento en que Sheila regresaba tras revisar los archivos. 

     

    “Importaciones Mágicas Hormder” repitió mentalmente el nombre de aquella empresa mientras estiraba su diestra para tomar la carpeta que le era tendida - Muchas gracias Señorita Bennett - agradeció el hawaiiano una vez tuvo en sus manos aquella información. No reconoció para él nada nombre, pero aquello no era de extrañar no es que fuera muy diestro en las relaciones comerciales globales. 

     

    -¿Sería posible averiguar más de esta empresa y sus relaciones comerciales con Estados Unidos? - pregunto mientras que con un gesto desapareció la copia de la carpeta que le fue entregada. 

     

    -Un favor más - solicitó algo apenado antes de despedirse de las brujas - ¿Podrían partir este mismo día a Nueva Orleans? Puede ser esta noche, si es demasiado pronto lo entiendo perfectamente y me encontraré con ustedes mañana en Nueva Orleans, de nuevo muchas gracias por la ayuda brindada, estaré eternamente agradecido con ambas - se despidió del par brujas.

     

    Debía hacer un poco más de tiempo y al no tener donde quedarse en Nueva York (hacía años desde que vendió su pequeño departamento en Brooklyn de cuando estudiaba en la Academia del FBI) lo pasaría dando unas vueltas por el MACUSA.

     

    No fue necesario que diera más de tres pasos fuera del Departamento de Transportes cuando casi se dio de bruces con alguien que no veía desde hacía un tiempo y logró ponerle l mundo patas para arriba, olvidándose por completo de la investigación por un segundo.

     

    -¿Ada? - exclamó totalmente anonadado de encontrar a la rubia en el Magicogreso, poco se vieron tras terminar su relación (en buenos términos) hacía ya unos meses por lo que tenerle de frente sin advertencia previa generó un gran cúmulo de emociones interno que el castaño trató de mantener bajo control -¿Qué haces aquí? - preguntó olvidándose que se encontraba hablando con la Primera Ministra de Francia y no su ex. 

     

    Si, sonaba tan irracional como cabría esperar, mantener una relación con una de las personas mas influyentes del mundo era algo que ni el era capaz de terminárselo de creer.

     

    -Lo siento, ¿sucedió algo?  - se preocupó al ver que la Dumbledore parecía algo alterada.

     

    @ Darla G Dumbledore  @ Ada Camille Dumbledore

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  3. Matt Ironwood.

    MACUSA

     

    No pudo menos que reír ante la confusión de la recepcionista - Lo siento, pero “Ironman” no suena nada mal, quizás deba adaptarlo como sobrenombre, creo que impone más como agente de la ley - reconoció todavía divertido con el error, lamentablemente no contaba con la cuenta bancaria de aquel personaje de historieta. 

     

    -Muchas gracias - replicó en cuanto la recepcionista fue en busca de la Jefa de Trasladores para hablar con el. No tuvo tiempo de nada cuando ya se encontraba de vuelta acompañada de una bruja elegantemente vestida y otra joven bruja que se detuvo junto a la recepción. 

     

    -Agente Especial Matt Ironwood, encantado - se presentó el hawaiiano estirando su mano para estrecharla primero con la bruja de traje verde y después con la otra bruja - Lamento interrumpirlos en un día de semana sin mucho tiempo de antelación, pero nos encontramos en medio de una investigación y necesitamos de su colaboración, ¿Podriamos reunirnos en un lugar más privado? - consultó al par de brujas. 

     

    Después de ser conducido a una oficina secundaria y tomar asiento en el lugar que le indicaron el ojiazul les pasó un par de carpetas a las brujas mientras comenzaba explicarles la situación - No se si estaran al tanto pero hace cuatro días asesinaron al Embajador Británico, John McCarthy de una forma macabra montando un simbólico espectáculo en un pantano al sur de Louisiana -

     

    -Me designaron responsable de la investigación y en conjunto con otros compañeros del FBI y enviados del Ministerio Británico nos encontramos tratando de resolver el crimen y hallar a los responsables

     

    -Durante la investigación nos topamos con que McCarthy poseía un depósito sin registrar en el Puerto de Nueva Orleans, lo registramos y no encontramos nada fuera de lugar, solo polvo y cajas vacías…. pero como podrán imaginar esta situación es más que sospechosa, se que ningún producto o persona puede salir o entrar al país sin que el Departamento de Transporte esté enterado de dicho movimiento, siempre y cuando estos movimientos sean legales, situación que  no creemos sea el caso en un depósito sin declarar lamentablemente - tuvo que reconocer el paladín. 

     

    -Pero la magia siempre deja huellas y si alguna vez se transportó material desde o hacia el depósito habrá pista de dichos movimientos, por lo tanto les pedimos ayuda a ustedes para detectar estas huellas si las hay y tratar de resolver si el depósito o lo que allí haya sucedido tiene conexión alguna con el homicidio del Embajador, por eso les solicitó si sería posible que un par de magos del Departamento me acompañen a Nueva Orleans para investigar el depósito - concluyó Matt mientras observaba a sus acompañantes.

     

    @ Darla G Dumbledore

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  4. Matt Ironwood.

    Woolworth Building, sede del MACUSA, Nueva York. 

     

    Ser el encargado de la investigación implicaba más dolores de cabeza que otra cosa, ahora creía entender la expresión de “dolor de muelas” que  Jacksonpoint su jefe regional parecía tener esculpida en el rostro todo el tiempo. Pero no había tiempo para quejarse, el caso debía ser resuelto y su cansancio debía pasar a segundo plano, ya volvería a tener tiempo de una buena noche de sueño.

     

    La noticia del depósito sin declarar del embajador puso patas para arriba todo lo avanzando, la redada no arrojó mucha más información, el depósito se encontraba vacío. Solo montones de cajas viejas acumulando polvo, bolsas de plástico cubiertas de hongos y viejas páginas de periódicos que se acumulaban en un rincón, nada de valor, nada sospechoso y muchos menos alguna pista que ayudará a resolver el crimen.

     

    Matt dejó a Danny junto a los otros agentes y los enviados británicos en Nueva Orleans para que continuaran indagando. Él por otro lado tenía que buscar la ayuda de especialistas, toda mercancía que saliera o entrara del país era regulada por el Ministerio de Transporte, obviamente si esto era llevado a cabo de manera legal. Situación que no creía que sucediera en el depósito sin declarar del Embajador McCarthy, pero los magos no transportaban productos de la misma manera que los nomajs, la magia era maravillosa en ahorrar tiempo y preservar la calidad. 

     

    Pero la magia siempre dejaba huellas y quién mejor para detectar encantamientos relacionados con el transporte de material que los miembros del Departamento de Transporte, si alguna vez algo fue transportado de aquel depósito ellos serían capaz de detectarlo. 

     

    Por eso el hawaiiano recorría una vez más las majestuosas instalaciones del MACUSA en Woolworth Building en su uniforme del FBI rumbo al Departamento de Transporte. Siempre era una buena experiencia volver a la sede del MACUSA, pese al cansancio Matt saludó alegremente a varios compañeros y conocidos que hace tiempo no veía, charló de la vida en el largo viaje en ascensor con Donna, la bruja que enseñaba de Primeros Auxilios en la Academia del FBI y que ahora trabaja en el Ministerio de Salud hasta que las puertas de acero se abrieron en el Departamento de Transporte. 

     

    Matt caminó hasta la recepción y saludo a la bruja que trabaja detrás del escritorio - Buenos días, soy el Agente Matt Ironwood del FBI, supuestamente recibieron una notificación de mi vista hace unas horas para una reunión con miembros del Departamento - explicó el ojiazul.

     

    @ Darla G Dumbledore

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  5. Matt Ironwood.

    Oficina Regional del FBI, Nueva Orleans, Louisiana. 

     

     

    Matt guardó silencio mientras aguardaba por las preguntas de sus congéneres ingleses, sólo interrumpió su estoica posición para beber otro sorbo de agua mientras escuchaba las cuestiones planteadas por un mago pelirrojo.Con cuidado volvió a bajar el vaso a medio beber, se aclaró la garganta y observó a su interlocutor. 

     

    -Lamentablemente no existe un manifiesto o reglas escritas que todos los rastreadores sigan, son buscando un acertado concepto, “vagos ideales bajo los cuales se enarbolan con una vacua pasión”, ideales de hace trescientos años totalmente desactualizados alimentados por generaciones de odio, envidia e ignorancia -

     

    -Los rastreadores originales eran todos magos y brujas, cazarrecompensas que motivados por la idea obtener algún beneficio sacaron provecho de las cacerías de brujas durante el periodo colonial, donde comenzaron a capturar hermanos mágicos para venderlos a cambios de recompensas a los extremistas puritanos 

     

    -Con el tiempo las demandas por sangre mágica se diversificaron y los rastreadores claramente se adaptaron a las nuevas reglas de mercado, comenzaron a formar organizaciones independientes unas de otras, formadas por familiares muchos de los cuales eran nomajs y los atentados contra la comunidad mágica fueron creciendo, en muchos casos sin beneficio alguno simplemente motivados por un aversión inatural para todo lo relacionado con la magia

     

    -Con la llegada del MACUSA la situación se regularizó, grandes organizaciones de rastreadores fueron desmanteladas y sus miembros ajusticiados pero el odio persiste hasta nuestros días, muchos descendientes de rastreadores en su mayoría nomajs existen actualmente, familias enteras que odian la magia y  que con la caida del Estatuto del Secreto hace unos años aprovecharon en captar el medio y la confusión de la población para encaminarlos en su causa, una guerra abierta contra la magia

     

    El ojiazul observó a sus compañeros - Todos conocemos muy bien de lo que son capaces esos grupos extremistas, todos nuestros países fueron atacados en los últimos años, no hace falta que recuerde los hechos, el miedo y la ignorancia están creciendo a niveles que no se veían desde la cacerías de brujas del 1600

     

    -El ataque contra el embajador McCarthy no fue algo aleatorio, fue planificado, lo homicidas sabían muy bien quién era y el impacto que tendría su muerte, además el simbolismo involucrado en este caso no hace más que aseverar lo primero, la cuestión es porque de entre todos los otros magos y brujas que pudieran haber escogido optaron por el Embajador McCharty, creo que….

     

    La puerta de la oficina se abrió interrumpiendo la conversación, todos los ojos se voltearon hacia el recién llegado, un interno recién graduado de la Academia - Señores, disculpen la intromisión - comenzó diciendo con un dejo de nerviosismo en su voz - Pero han encontrado un depósito sin declarar en el puerto perteneciente a McCarthy, aquí en Nueva Orleans -

     

    El castaño observó a sus colegas ingleses, ¿Por qué demonios tendría el embajador un depósito sin declarar en el puerto? Al parecer McCarthy no era tan transparente como gustaba pregonar de sí mismo.

     

    @ Sean -Ojo Loco- Linmer

  6. Matt Ironwood.

    Oficina Regional del FBI, Nueva Orleans, Louisiana. 

     

    No podía negar que imaginaba que la delegación británica llegaría apenas recibieran la notificación del Magicongreso, pero para su sorpresa no fue así y los enviados del Ministerio Británico llegaron tres días después de haber encontrado el cadáver del embajador. Matt junto a su compañero y amigo Danny se habían instalado en la Oficina Regional de Nueva Orleans mientras durara aquella investigación, no podía quejarse de las atenciones recibidas pero aún así extrañaba estar en su propia oficina en Honolulu. 

     

    Lo habían designado responsable de aquella investigación, al parecer su credenciales lo convertían en la persona ideal para resolver aquel crimen, o eso creían en la Oficina Central de Nueva York. Estuviera de acuerdo o no, ya no había nada por hacer, el trabajo era suyo y no había nada más que quisiera hacer que poder resolverlo, estaba completamente volcado en la investigación. 

     

    Al enterarse que los enviados ingleses llegarían aquella mañana, acomodó “su oficina” para recibir allí mismo a los invitados. Una larga mesa ahora ocupaba el centro de la habitación, su escritorio personal había desaparecido al igual que la mullida y cómoda silla que le habían dado, (realmente extrañaba aquella silla), ahora una docena de practicas sillas de madera se arracimaban en torno a la mesa central y un suculento fuego crepitaba en la chimenea. 

     

    Una jarra de agua y varios vasos ocupaban el centro de la mesa al igual que una treintena de panecillos para servir de aperitivos. 

     

    -Espero hayan tenido un agradable viaje caballeros - dijo una vez los cinco magos de Londres ocuparon los asientos juntos al equipo de seis magos del FBI que escogió para colaborar con la investigación criminal.

     

    -Lamentablemente su visita no es por motivos amenos, en nombre del Presidente del MACUSA y todo el Magicongreso, lamentamos y condenamos el espantoso crimen cometido contra el Embajador McCarthy y podemos asegurarles que todos nuestros recursos están puestos para resolver este hecho - aseguró con vehemencia el ojiazul a la delegación recien llegada. 

     

    -El FBI se compromete a compartir toda la información que podamos con ustedes para poder resolver este asunto - el hawaiiano fue cuidadoso con las elecciones de sus palabras para que en un futuro no hubiera malas interpretaciones. Reino Unido y Estados Unidos compartían actualmente buenas relaciones pero ningún gobierno bajo ningún concepto jamás comulgaría toda información con sus aliados. 

     

    -Como podrán ver en las carpetas ofrecidas, en las mismas encontrarán toda la información recopilada sobre el homicidio, el cuerpo del Embajador McCarthy fue encontrado el Lunes 04 de Febrero a las 5:21 de la mañana durante un patrullaje rutinario del FBI en un pantano a 30 minutos de Lake Charles, en la Parroquia de Cameron. 

     

    -El mismo no presentaba heridas externas a no ser por la remoción de su lengua y los clavos utilizados para su crucificción…. la última vez que el Embajador McCarthy fue visto con vida fue cuando su cuerpo de seguridad lo dejó en el Hotel “Sunderland” en la ciudad de Los Ángeles donde se hospeda durante su gira por la costa oeste del país - el pelinegro realizó una pausa para tomar un sorbo de agua y aclarar su garganta.

     

    -De sus custodios, todos nacionales británicos elegidos por el embajador, uno se encuentra desaparecido, John Oliver, treinta y tres años, el MACUSA ya ha dado una alerta de búsqueda a nivel nacional, la mujer e hijos del embajador se encuentran bajo protección del FBI en una casa de seguridad con ubicación confidencial, aunque la posibilidad de que él o los asesinos vayan tras la familia del embajador son casi nulas -

     

    -El macabro espectáculo montado nos hacen sospechar de que los Rastreadores pueden encontrarse involucrados en el homicidio, para resumir el contexto histórico los rastreadores son un problema persistente en este país desde sus orígenes, son varios grupos con poca conexión entre ellos conformados tanto por magos y brujas como por nomajs, el FBI lleva una lista de potenciales miembros radicales y se encuentra realizando redadas a lo largo del país… El motivo por el cual algún rastreador quisiera atentar con la vida del embajador nos es desconocido... de momento - Ironwood observó a todos los reunidos en torno a la mesa - ¿Alguna pregunta? - cuestiono antes de proseguir con el resto de la información.

     

    @ Sean -Ojo Loco- Linmer

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  7. Matt Ironwood.

    En algún lugar de un pantano en la Parroquia de Cameron, Lousiana, USA.

     

    El sol comenzaba asomarse por el este y la vida parecía despertar de su estupor en el pantano. El cantar de cuclillos y chipes llenaban el fresco aire matinal mientras el viento del norte agitaba las altas ramas de los cipreses acompañando con su rumor la sinfonía de las aves, Matt no podía dejar de apreciar el bello regalo que le estaba dando la naturaleza pese que su arribo a Louisiana poco tenía de agradable. 

     

    El mago apartó una larga barba de viejo que colgaba espesa y húmeda de la rama de un nudoso árbol que cruzaba el sendero por el que avanzaban en silencio, habían apagado las luces de las varitas desde hacía un buen rato, la luz del sol era suficiente para moverse por el complejo laberinto que era aquel pantano. 

     

    El hawaiano agradecía que un grupo de agentes locales los escoltaran hacia la escena del crimen, no creía que junto con Danny hubieran durado más de cinco minutos sin desorientarse. El pantano parecía ser tan repetitivo y estoico a la vez tan dinámico y cambiante que aquel antagonismo era capaz de perder a cualquiera que no lo conociera a la perfección. 

     

    Sus botas rompieron otro pequeño charco del camino mientras el castaño se ajustaba un poco más el abrigo para cubrirse el frío invernal que había llegado al sur del país hacía una semana y no mostraba indicio alguno de que se iría pronto. Intercambió una mirada con su compañero mientras se desvían por un camino secundario rumbo hacia un claro en el bosque. 

     

    -Agentes Smith y Beaufort, escoltando a los agentes Ironwood y Brown - anunció la agente Serena Smith con su profunda voz dando la alerta a sus otros cinco compañeros que guardaban la escena del crimen. 

     

    La adrenalina comenzó a correr por las arterias de Matt mientras intercambiaba saludo con los otros agentes, siempre le sucedía lo mismo cuando se enfrentaba a un nuevo caso. Cada palabra que salía de su boca era acompañada por una bocanada de vaho que se mezclaba con el vapor que surgía del pequeño lago en ese momento teñido de dorado por el amanecer que tenían a sus espaldas. 

     

    El Agente Molina los guió  hasta el cadáver aunque no hacía falta. Se erguía tres metros del suelo, una enorme cruz de madera un poco ladeada por la inestabilidad del terreno pantanoso, el cadáver de un hombre de mediana edad y completamente desnudo se encontraba crucificado en el centro. Llevaba un collar hecho de huesos. 

     

    -Lo encontramos hace unas horas, en un patrullaje por la zona - explicó el Agente Molina.

     

    -Rastreadores - susurró Danny a su lado observando el macabro espectáculo. 

     

    Matt asintió en silencio, aquello no podía mantenerse en secreto y el escándalo diplomático que levantaría sería inimaginable. 

     

    -La pregunta es qué hace el cadáver del Embajador McCarthy en un pantano al sur de Louisiana cuando supuestamente se encontraba en una visita en Los Ángeles - el embajador mágico de Gran Bretaña hasta donde sabían se encontraba desde hacía tres días en un gira diplomática por el oeste del país. 

     

    -Hay que comunicarse con Londres, la noticia no puede retrasarse más, han asesinado al Embajador Británico en suelo americano, MACUSA no puede perder más tiempo en resolver el crimen y ajusticiar a los responsables - sentenció el ojiazul mientras un escalofría recorría su espalda.

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  8. Matt Ironwood.

    -¡Rory! - exclamó con alegría el hawaiiano al encontrarse al pequeño predicador en el pasillo. -Tanto tiempo, mi pelirrojo favorito - continuó con su tal característica jovialidad mientras se acercaba y abrazaba con fuerza al irlandes. 

    -No esperaba encontrarte en el castillo - confesó aunque tampoco es que el Ironwood tuviera mucho conocimiento de los movimientos de la familia por el castillo cuando había llegado hacía tan solo la noche anterior. 

    -¿Has venido a la fiesta de Melrose? ¿No es así? - el castaño había recibido la invitación hacía una semana. P-ko la elfina de las castillo las había enviado a todos los miembros de la familia con un tiempo de antelación adecuado para que pudieran venir.

    -Dios, como extrañaba Inglaterra - suspiró con una sonrisa Matt - pero no lo vayas a repetir por ahí y menos a mis compañeros del buró, por favor, ya suficiente bullying me hicieron al enterarse que venía a pasar mis vacaciones de verano a Londres - sonrió. 

    -Justo iba a buscar unos libros a la biblioteca, un pedido de Linda - revolvió sus ojos en una señal de exasperación y se encogió de hombros -, ¿me acompañas? - 

     

    El ojiazul había llegado la noche anterior y por el maldito jetlag no había logrado conciliar el sueño ni por un momento, no importaba cuánto lo había intentado. Pero aún así y casi milagrosamente no se sentía cansado, quizás era la emoción de volver  encontrarse con su familia del otro lado del mundo y a la que hacía tanto tiempo no veía. La fiesta daría inicio al acoso y todos vendrían.

    Aún faltaban un par de horas para el evento y el mago no tenía mucho por hacer, si tenía que visitar la biblioteca pero no era una urgencia, además tenía un poco de hambre y algo que jamás escaseaba por el castillo Evans era la comida.

    La cocina era un caos, como cabría esperar. Los elfos del castillo trabajaban incansables yendo de un lado a otro de la enorme habitación asegurándose que nada se quemara, se enfriara o estuviera falto de especias. A pesar del caos visual y auditivo que reinaba en el lugar el espectro de aromas que emergían de cada olla burbujeante y horno le hacían el agua a la boca a Matt. 

    Y entre todo ese ajetreo se encontraban Melrose y Richard - Aloha - los saludó con una sonrisa el mago mientras zigzagueaba entre las pequeñas criaturas que trabajan para acercarse hasta los brujos. 
    -Los veo muy ocupados, demasiado estrés cocinado - bromeó irónicamente mientras estiraba su mano para estrecharla. 

     

    El sol comenzaba a ocultarse y las hadas revoloteaban por el tranquilo y cálido aire de verano, iluminando el impecable jardín. Bajo la luz dorada de aquel momento el ojiazul inspiró profundamente llenando de feliz recuerdos y sonrió. 
     

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  9. Scott Moretti.

     

    -Esta es una noche que jamás olvidaremos mis hermanos! - gritó con entusiasmo Scott al grupo de jóvenes que aguardaban ansiosos dentro del autobús alquilado esperando por su pequeño discurso antes de lanzarse a la fiesta. 

    -Esta noche, Alpha Phi va a ser recordado por dar la mejor maldita fiesta en la historia de la Universidad - tuvo que gritar la última parte de su pequeño discurso para hacer oír por encima de los vitoreos y gritos ya algunos alcoholizados de sus compañeros de fraternidad. 

    Scott sonrió -Hermanos, hermanos - trató de hacer oír por encima de los gritos y los golpes que algunos daban con el puño en el techo del autobus, tuvo que levantar su diestra hasta casi rozar el techo para que el clamor descendiera - Caballeros, ¿que estamos esperando? Nuestros invitados aguardan por nosotros - preguntó al mismo tiempo que la puerta del autobús se abría y la veintena de estruendosos muchachos emergió a través de ella como un vigoroso río.  

    Scott se quedó un momento atrás, se permitió disfrutar de la victoria en el silencio que imperaba en el autobús tras la salida de sus hermanos de fraternidad. Lo había logrado, después de tanto luchar y rebuscar logró tener aquella mansión por toda la noche y a un precio muy por debajo del que esperaba tener que pagar por obtenerla. Era el mejor y ahora todos lo sabían. 

    Se alcanzó una lata de cerveza que alguien dejó sin tocar en uno de los asientos de la parte trasera, la abrió y bebió un largo trago. Se secó los labios con la zurda y decidió que era momento de unirse a la fiesta. 

    La noche era fresca, pero el cielo nocturno se encontraba completamente despejado. La música y la luces salían ya de los dos primeros pisos de la mansión, pero los pisos superiores lucían completamente oscuros y silenciosos. 

    El edificio era antiguo y siniestro, desde los ochentas permanecía desocupado y no parecía que nadie fuera a vivir en ella en ningún tiempo cercano. El bajo precio del alquiler debía ser por eso y bueno porque sus últimos dueños fueron brutalmente asesinados hacia cuarenta años. 
     

  10. Hanska "Han" Brown. Agente Especial, FBI, MACUSA.

     

    Mascó una vez más el chicle de menta que Adam le había dado antes de partir -Para los nervios - le había dicho el agente más experimentado cuando le ofreció, pero si este tenía algo más que menta y azúcar no era algo que pudiera determinar solo con su lengua, sabía como cualquier otro chicle que hubiera probado antes. 

     

    Miró por enésima vez su reloj en su muñeca aquella mañana, el mismo se había actualizado al horario de Londres como debería hacerlo, las cosas parecían estar avanzando como deberían, o eso se repitió mentalmente para aplacar los nervios y la ansiedad que hervían en su interior. Su primera misión en el extranjero llegó de improvisto y durante la medianoche. 

     

    Apenas había apoyado la cabeza en la almohada tras un largo día de patrullaje por la Reserva cuando el memo se manifestó tras un atronador destello de luz en medio de su habitación. Lo convocaban de inmediato a Nueva York, a la Oficina Central del FBI en el Woolworth Building y no podía negarse. 

     

    No era el único, una veintena de agentes del FBI de todo el país fueron invitados a participar en una operación de rescate/investigación en Escocia. Al parecer por la escueta actualización de la situación que les dieron, el MACUSA llevaba un par de meses investigando ciertas actividades ilegales que sectores del gobierno muggle podían estar realizando con su contraparte británica en las cercanías del pueblo mágico de Hogsmeade. 

     

    Aquella mañana la situación se salió de control y una especie de neblina tóxica afectaba el pueblo y sus alrededores, incluido el reconocido colegio de magia y hechicería de Hogwarts. Serían enviados a Londres para ponerse al servicio de aurores del Ministerio de Magia y colaborar con las operaciones de rescate y evacuación, además de poder lanzar su propia investigación sobre las actividades que llevaron a que aquella situación se desatara. 

     

    Esa era la razón por la que se encontraba uniformado, sin haber podido dormir y aguardando en las puertas del Ministerio de Magia Británico a que los aurores encargados de la misión se acercaran a darles sus órdenes. Pero aún así Han no se sentía cansado para nada, la ansiedad y la adrenalina eran una combinación muy eficiente para mantener el agotamiento a raya.

     

    @ Ludwig Malfoy

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  11. Hanska "Han" Brown. 

     


    La camioneta había quedado ya una milla atrás, desde aquel punto el resto del recorrido lo tendrían que hacer a pie. Han iba delante iluminando el irregular sendero de tierra con su linterna, esperando que aquella noche al fin pudieran encontrar algo que los ayudará a resolver el paradero de la familia desaparecida. 

    -Anne - habló el mago llamándola por su nombre de pila como la bruja le había sugerido aquella mañana -¿Usted conocía personalmente a la familia? - quiso saber recordando que el hombre fallecido trabajó varios años para el gobierno francés. 

    -Se que no trabajaron en la misma área, pero aún así, hasta yo conocí gente que trabajaba en el Departamento de Finanzas cuando me formé como agente del FBI en el MACUSA, los gobiernos parecen ser mundos inmensos pero al final todos conocen a todos - recordó el ojiazul al momento que llegaron ante una bifurcación del camino. 

    El sendero por el que venían continuaba recto como una flecha y se perdía tras un bosquecillos del olmos a doscientos metros por delante, el segundo trayecto descendía empinando a través de un bosque más espeso, árboles delgados y retorcidos se mezclaban con arbustos frondosos y espinosos creando un entramado que impedía que la luz de la luna y las estrellas llegará al suelo. 

    -Este sendero conduce al riachuelo donde encontramos el cuerpo - le indicó a la francesa -Preste atención donde coloca sus pies, el suelo es resbaladizo y hay muchas raíces ocultas debajo de la hojarasca - le advirtió antes de comenzar a descender. 

    Han sabía que corrían detrás del reloj, con cada día que pasará menos chances de encontrar al resto de las personas desaparecidas con vida tendrían, y ya habían pasado tres. Y aún no sabía que podían querer los skinwalkers con aquella familia, si, poseían riquezas e influencias pero de momento no se solicitó rescate alguno, aún así aquello no era algo muy propio de aquel grupo. 

    Un movimiento entre los arbustos le hizo detenerse, instintivamente llevó su mano al bolsillo derecho de su pantalón y aguardó iluminando con la linterna en la dirección de donde provenía el movimiento. Una figura enorme emergió de entre las ramas, el pelaje grisaceo brillo a la luz de la linterna al igual que sus brillantes ojos amarillos y el pelinegro suspiró aliviado. 

    -Koda, maldita bestia sigilosa - rió el mago mientras el enorme perro-lobo se acercó trotando hacia ellos -Casi nos matas del susto - le sonrió a su compañero mientras le rascaba tras las orejas.

    -El riachuelo se encuentra a menos de 100 metros, detrás de ese par de sauces - le señaló la dirección -Esperemos esta noche hallar una pista - 
     

    @ Ada Camille Dumbledore

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  12. Hanska "Han" Brown.

     

    -Señorita Giroud allí puede colgar su abrigo - le indicó el mago una vez ingresaron a la cabaña al señalar el perchero junto a la puerta. En el interior el fuego de la chimenea de piedra crepitaba con fuerza pero aún así Han se acercó y le agregó un par de astillas mas -Espero que no haya sido su primera vez en una camioneta - le dijo a la bruja mientras acomodaba los leños recién puestos. -La aparición está prohibida dentro de la Reserva, así es mucho más fácil controlar el ingreso de magos problemáticos, el MACUSA es muy cuidadoso con estos asuntos y nosotros estamos muy agradecidos con eso se podra imaginar - le sonrió girándose nuevamente hacia la bruja.

     

    -Tome asiento - le invitó señalando la mesa que ocupaba el centro del monoambiente -El estofado debe estar ya pronto - recordó de inmediato y se acercó hasta la pequeña cocina que había en un rincón donde el estofado se estaba cociendo. Revolvió con la cucharada de madera solo para comprobar lo que había anunciado instantes antes, el estofado ya estaba listo. 

     

    - ¿Le sirvo un plato, señorita Giroud? - preguntó mientras buscaba en el estante por encima de su cabeza los platos y cubiertos -No seré un gran chef de París pero no he tenido queja alguna sobre mis estofados -bromeó el mago mientras servía el almuerzo. De los platos emergía un vapor con un aroma que le hacía agua a la boca, el aroma llegó hasta el sensible olfato de Koda que levantó su cabeza del colchón junto a la chimenea donde estaba acostado y comenzó a olisquear el aire.

     

    -No me he olvidado de ti- rió el ojiazul antes de dirigirse a la pequeña nevera y sacar un poco de carne. Después de servirle a Koda llegó con los humeantes platos a la mesa y se sentó junto a la aurora francesa.  

     

    -Es de carne de res, tiene papa, cebolla, y fideos, es simple, pero ahí creo que radica el secreto de su éxito - comentó con una sonrisa mientras revolvía con una cuchara su plato para enfriarlo. 

    @ Ada Camille Dumbledore

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  13. Hanska "Han" Brown

     

    Lo rascó justo detrás de las orejas donde sabía que le gustaba, Koda levantó su cabeza y clavó sus ojos amarillos en el mago en una clara señal que estaba disfrutando la caricia. Han sonrió a su mascota y volvió a prestarle atención al polvoriento camino por donde una camioneta se acercaba.

     

    -Al parecer nuestros refuerzos extranjeros ya están aquí - le dijo al enorme perro - lobo. Han ya lo había supuesto, era sólo cuestión de tiempo para que el gobierno francés decidiera intervenir en la investigación, después de todo la familia desaparecida era parte de la aristocracia moderna francesa. El hombre fallecido fue un importante miembro por mucho tiempo del Ministerio de Magia Francés antes de dedicarse al comercio internacional, obviamente no se quedarían de brazos cruzados. 

     

    El mago solo esperaba que fuera que fuera que los francés enviaran a participar de la investigación fuera alguien con el que se pudiera trabajar. La land rover se detuvo enfrente de la cabaña que fungía de su oficina levantando una pequeña nube de polvo.

     

    -¿Algún problema durante el viaje? - preguntó con una sonrisa a Robert mientras extendía su diestra para estrechar la mano de su compañero guardabosque a través de la ventanilla del conductor. 

     

    -Ninguno, aunque la abolladura del parachoque sigue sin ser reparada, creo que si tengo algún rato libre en la semana la llevaré al mecánico - replicó el hombre en el momento que la puerta del acompañante se abría. 

     

    -Bienvenida a Montana, espero que no haya sido un viaje muy extenuante - recibió a la bruja qué descendia del vehículo - Mi nombre es Hanska Brown, guardabosques de la Reservación - se presentó mientras estrechaba la mano de la bruja. 

     

    -No se tiene hambre, pero estamos cerca del mediodía y tengo un buen estofado haciéndose en la cocina - le comentó a la francesa al tiempo que Koda olía las botas de la mujer - Disculpe los modales de mi mascota, su nombre es Koda, pese a que su tamaño puede intimidar es todo lo contrario - 

     

    -Tengo entendido de que la prensa llegará hoy también, soy el único trabajando en la reserva de momento por lo que tengo que recibirlos, mientras aguardamos la pondré al tanto de la investigación - la invitó a entrar la cabaña.

     

    @ Ada Camille Dumbledore  @ Anthony R. Dracony M.

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  14. Hanska "Han" Brown

    Flathead Reservation, Montana, Estados Unidos.

     

    Un viejo clásico de Johnny Horton sonaba en la vieja radio sobre la repisa de la pequeña oficina mientras Hanska repasaba una tediosa lista del nuevo inventario que llegó a la Reserva aquella mañana. Estaba por terminar, ese era el motor que le impulsaba a terminar de chequear todo lo ridículamente detallado de aquella interminable lista, una vez finalizara podría tomar la camioneta e irse a casa. 

     

    Fue antecedido por el crujido de un tronco al astillarse justo por la mitad en el fuego que ardía en la chimenea de piedra del rincón, el sonido le hizo apartar la mirada del pergamino y observar el fuego que se agitaba con renovada viveza como si una ráfaga de viento hubiera colado en la habitación.

     

    Los golpes en la puerta no se tardaron en oír. 

     

    Hanska se incorporó rápidamente de su escritorio y cruzó de dos largas zancadas la cabaña para abrir la puerta de madera. Una ráfaga de aire helado ingresó con fuerza cambiando por completo el ambiente de la oficina, del otro lado Sarah lo observaba con un gesto de terror dibujado en su rostro. 



     

    Los haces de luces del par de linternas eran lo único que iluminaba el irregular camino que serpenteaba por entre el pequeño bosquecillo de álamos, pese a que era una noche completamente despejada donde la luna llena junto con las estrellas bañaban las montañas de luz dentro de aquel bosque el entramado de ramas y hojas sobre sus cabezas dejaba todo en completa oscuridad. 

     

    Sarah iba adelante, el viento helado del norte agitaba los rulos de su cabello mientras la bruja marcaba el camino hasta su hallazgo. Casi no intercambiaron palabras, ella seguía en shock tras ver lo que descubrió en su último patrullaje, jamás se enfrentó a una situación similar, recién salida de la academia era su primer caso serio. 

     

    Tampoco para Hanska aquello era algo de todos los días en la Reserva, por suerte. Pero aún así, se sentía responsable de lo que estaba sucediendo, una sensación ominosa lo acompañaba desde que Sarah le contó lo que había encontrado. 

     

    El camino descendía hacia una pequeña cañada de aguas rápidas y cristalinas, fría como los hielos de los glaciares de los cuales se alimentaba. Allí el bosque daba pasa a un claro pedregoso, cantos rodados de todos los colores brillaban bajo la luz de la luna mientras el riachuelo discurría veloz y ruidoso. 

     

    -Es aquí - susurró Sarah mientras una nube de vapor salía de su boca, la bruja giró hacia la izquierda, recorrió un par de pasos y desapareció tras una hondonada. Hanska se subió un poco más el cuello de su chaqueta y apretó con firmeza la linterna, lanzó una silenciosa plegaria a los espíritus y siguió sus pasos. 

     

    La luna iluminaba la escena, el cadáver se encontraba junto a un recodo del riachuelo, Sarah a su lado lo alumbraba con su linterna y lanzó una mirada nerviosa a su compañero. Hanska se acercó sin apartar la vista de las heridas que desfiguran el cuerpo, eran profundas, rojas y recientes. 

     

    -Es el padre, de la familia de turistas franceses que llegó esta mañana a la Reserva - la voz de Sarah sonaba casi infantil, estaba completamente aterrada. -No se donde están los demás, deberían haberse registrado de salida desde la puesta del sol pero no lo han hecho, ¿has visto las heridas? ¿Son de oso? ¿No es así? -

     

    La sensación desagradable que acompañó todo el trayecto al mago se intensificó mientras observaba las heridas en el cadáver. Levantó la vista para encontrarse con Sarah -No creo que sea un oso, no voy a mentirte, esto es grave - un susurró hizo eco en su cabeza, un recuerdo que no quería repetir, la palabra se repitió una vez más skinwalker.

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  15. Matt Ironwood.

     

    Nevó toda la noche y aún pese a que la blanquecina luz del día brillaba tenuemente en el exterior, los fríos copos blancos seguían cayendo al suelo con una cadencia más suave que hacía unas horas pero de manera constante. Un manto de nieve cubría los jardines, estatuas, torres y tejados del castillo Evans dando un encantador aspecto invernal al antiguo hogar. 

     

    El castaño observó el espectáculo helado de los jardines desde la cálida sala principal y sonrió agradecido de poder disfrutar de dicho paisaje sin tener que hacerle frente al frío. Pero no era necesario mirar la nieve caer fuera para entretenerse, la sala principal de los Evans lucía en aquel momento un aspecto muy original. 

     

    La elegancia inglesa fue sustituida por un destartalada estilo cabaña, paredes, piso y techo de tablones de resistente madera, oscurecidos por el tiempo, el polvo y el hollín. Una alfombra cubría gran parte del suelo, gruesas pieles decoraban las paredes mientras un potente fuego crepitaba en un rincón, había una destartalada barra y algunas pequeñas mesas repartidas por toda la habitación. 

     

    Matt transformó la sala en un réplica de un saloon al estilo viejo oeste que había visto tantas veces en películas, tenía planeado un juego para entretener a los Evans presentes en el castillo durante aquella fría tarde. No solo la sala había cambiado, el ojiazul se veía como un vaquero salido de esas mismas películas. 

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  16. Matt Ironwood.

     

    Fue cruzar el portal que Madeleine abrió y el frío del otro lado le caló hasta los huesos. Pronto el castaño cuestionó si la chaqueta que decidió traer consigo para aquella misión hubiera sido suficiente, se sobó ambos brazos mientras observaba cruzar al resto de sus compañeros por aquella abertura espacio - temporal. 

    Podía ver el vaho salir de su nariz cada vez que respiraba y hasta prácticamente podía distinguir las palabras de su compañeros cuando estos hablaban. El frío en aquella isla era atroz pero más destructivo era el ambiente que cernía sobre ellos. Sentía la pesada presencia de los dementores pese a que ninguno se encontrara a la vista, las malas energías y una sensación de desamparo total comenzaron a extenderse por el cuerpo de Matt pese al chocolate que inteligentemente Made les había compartido antes de llegar. 

    Hasta aquel momento el Ironwood no había comprendido realmente lo desafiante que sería aquella misión desde el punto de visto emocional y mental, tendría que hacer de todo su esfuerzo para no caer en la desesperación y todo aquel cóctel de negativas sensaciones de las cuales los dementores se alimentaban. 

    Se llevó otro bombón a la boca y dejó que la calidez del chocolate lo invadiera,fue justo lo que necesitaba para afrontar aquel primer golpe de realidad. Kaori y Lukyan también arribaron por portales para unirse al pequeño grupo de magos, Matt sonrió frente a su arribo, mientras más fueran mejor resultaría aquello. 

    Al parecer tanto Hobb, como Madeleine, Kaori y Lukyan estaban mas al tanto de lo que sucedía en aquel lugar, entendió poco de lo que intercambiaron pero al parecer tanto la bruja como el mago que llegaron tras ellos se encontraban en la isla un poco antes. 

    -¿Dicen que es mejor que desempaquemos y planeemos cual es nuestro próximo movimiento? - aventuró Matt mientras le lanzaba una mirada a la destartalada cabaña que se erguía a sus espaldas. - Sin dudas habrá vivido mejores momentos - bromeó decidiendo que mantener el humor en el equipo sería algo fundamental en la misión que tenían por delante, o al menos le evitaría caer en la insanidad al propio mago. 

    El estadounidense avanzó hasta la entrada de la desvencijada edificación y empujó la destartalada puerta que chirriantemente cedió con facilidad. El olor a húmedad y abandonó inundó con su aroma dulzón las fosas nasales del ojiazul apenas cruzó el umbral y se encontró con una pequeño recibidor que contaba con una chimenea, un mohoso sillón y unas viejas estanterías llenas de libros y otros objetos que el mago apenas podía distinguir en la penumbra de la habitación. 

    -Hogar dulce hogar - exclamó mientras agitaba una vez su varita y las luces se encendían bañando la habitación. Dejó caer su pesada mochila sobre una raída alfombra y caminó hasta la ventana más cercana donde podía sentir correr el viento por entre los tablones de la pared. -No será un hotel cinco estrellas pero creo que puede ser un buen lugar a utilizar como base - se volvió a sus compañeros - Se puede defender, podemos trabajar en ello - se acomodó la gorra de visera y espero escuchar sus opiniones. 
     

     

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  17. Matt Ironwood.

     

    El aire impregnado de sal llenó los pulmones del castaño mientras daba una gran última bocanada manteniendo el pequeño ritual que siempre hacía antes de partir a una misión. Abrió los ojos y el reflejo del sol brillando sobre el océano Pacífico lo cegó por un momento, hasta que su vista se acostumbró al cambio de luz. 

     

    El mediodía había pasado hacía poco tiempo por lo que el astro rey castigaba a pleno la playa pero la brisa marina que siempre recorría aquel trecho de blanca arena aplacaba las temperaturas. Matt fijó su atención en las olas turquesas que rompían sobre la costa y dejó que su musicalidad le infundiera la seguridad que buscaba. A lo lejos, a varios kilometros a su izquierda el sol arrancaba destellos de los rascacielos de Honolulu, que vivía el ajetreo de la hora pico, pero allí, en aquel rinconcito oculto por las palmeras y unas prominentes salientes basálticas reinaba la paz. 

     

    El ojiazul era un Ironwood, siempre buscaría la energía del océano antes de la batalla, todas las decisiones importantes las tomaría con el arena bajo sus pies y la brisa salada en sus pulmones, aquel era su verdadero hogar, donde siempre se sentía en casa. Sintiendo que su silencioso ritual se había terminado, giró sobre sus pies percibiendo los suaves y cálidos granos de cuarzo entre sus dedos y se encaminó hacia la mochila que dejó sobre una roca donde la sombra de una palmera daba cierto respiro a la inclemencia del sol. 

     

    Matt tomó la gorra que descansaba sobre la mochila y la colocó en su cabeza, sabía que las posibilidades de encontrarse sol en la costa oriental inglesa en noviembre eran muy escasas, pero se acostumbró tanto a usar una gorra que salir sin ella le resultaba muy extraño. Se calzó la pesada mochila sobre los hombros y se ajustó un poco su chaqueta estilo hiking, porque lo que seguramente podría afirmar era que haría frío y mucha humedad.

     

    El portal se abrió frente a él en el momento indicado y sin pensarlo el mago cruzó el mismo para que la fría y húmeda costa inglesa le diera la bienvenida al otro lado. El pueblo de Staithes era un pintoresco pueblo pesquero en North Yorkshire sobre el Mar del Norte, su población no llegaba a pasar la barrera de los mil habitantes. Por lo que eso más sumado a que la noche se encontraba por caer, Matt encontró las calles empedradas que discurrían por entre las casas sumamente tranquilas. 

     

    Una fría niebla comenzaba a envolver las edificaciones y el Ironwood inevitablemente pensó a lo que se enfrentarían durante aquella misión, los dementores. Posiblemente de las criaturas mas oscuras y siniestras que se arrastraban por sobre la tierra, entendía a la perfección porque debían encargarse de aquel asunto pero eso no lo volvía mas amenos. Sacudiendo de su cabeza los ominosos pensamientos sobre los dementores el castaño se subió un poco el cuello de su chaqueta y continúo su caminata hacia el punto de encuentro establecido.

     

    Se encontrarían en el puerto donde una embarcación los transportaría a la Isla donde la misión se llevaría a cabo.A medida que se acercaba a la costa Matt percibía como la niebla se volvía  mas espesa y fría. Por suerte las luces de la calle iluminaban con un aura dorada y empañada el pueblo e impedían que la oscuridad fuera casi completa.

     

    Encontró tres rostros conocidos en una escollera del solitario puerto, alegre de por fin dar con sus compañeros les sonrió - Hobb, Dennis, Madelaine - llamó su atención alzando su diestra mientras se acercaba hacia ellos -¿Como estan chicos? Vaya niebla ¿eh?, espero no haber escatimado en abrigo - bromeó mientras extendía su mano para estrechar la de Dennis que se encontraba mas próxima. 


     

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  18. Matt Ironwood.

     

    La puerta de salida se encontraba cerrada pero el mago sabía que con un simple movimiento de varita se abriría y dejaría todo aquello que creía haber superado atrás. Pero la sucesión de eventos que había sucedido en tan solo unos segundos le demostró cuán equivocado estaba y no se podía continuar engañando a sí mismo. No era lo mejor.

    Se giró y siguió con la mirada a la francesa mientras tomaba un par de elementos de la vacía barra y se perdía tras una escalera de caracol que descendía al final de la habitación. El castaño suspiró para sí mismo una vez quedó solo, negó con la cabeza una vez y decidió seguir a la bruja. 

    La cava al final de la escalera era pequeña pero acogedora, completamente hecha en piedra con tres paredes cubiertas por gruesos toneles de roble donde el vino se guardaba y una frente a la escalera donde un fuego crepitaba en la chimenea calentando el ambiente de la habitación. 

    Ada acomodó las copas y la comida que trajo de la barra en una pequeña mesa de madera en el centro de la cava. Tomó asiento y aguardó. El mago se encontraba incómodo con la situación, no podía negarlo ni ocultarlo pero decidió que hablar finalmente de lo que sucedió sería lo mejor para ambos.

    -Gracias - dijo Matt al aceptar la copa de vino que la Dumbledore le tendió una vez se sentó a la mesa. Agitó levemente la bebida en su copa y se llevó la misma a la boca y saboreó la excelente cata que la francesa eligió para aquella ocasión. En su tiempo como pareja el Ironwood aprendió a distinguir un buen vino y aquel era excelente. 

    -Esta muy bueno - le sonrió a la bruja, aunque fue una sonrisa tenue y fugaz era la primera vez que lo hacía desde que ingresó al local. -¿Cómo has estado? - decidió iniciar la conversación mirando a la castaña. 
     

    @ Ada Camille Dumbledore  

     

     

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  19. Matt Ironwood.

     


    -Pues necesitaría un álbum de esos también - le sonrió el castaño a la bruja cuando casualmente nombró la existencia de tan oportuno objeto. No estaría mal tener un libro que le ayudará a identificar a todos los miembros de la Orden del Fénix, le ahorraría muchas preguntas y presentaciones sin dudas.

    Con gusto le tendió la otra botella de cerveza que tomó en cuanto Ela se la pidió y aprovechó para darle un nuevo trago a la suya. Escuchó la serie de preguntas por parte de la pelirroja y sonrió ante la curiosidad que demostró -Soy estadounidense por si el acento no lo termina de desvelar, nacido, criado y aún viviendo en el estado de Hawaii, así que bastante lejos de Inglaterra - Matt respondió la primer ronda de preguntas.

    -Me estoy quedando con los Evans McGonagall, son mi segunda familia aquí - no se tardó en responder las preguntas que quedaron. Y en cuanto a la propuesta que lanzó la escandinava de quizás preparar algo para comer el Ironwood estuvo de acuerdo. En cuanto el aroma de la comida comenzará a extenderse por la casa el ojiazul no tenía dudas que algún par de otros miembros de la Orden no tardarían en hacer acto de aparición. 

    -Puedo manejarme en la cocina - reconoció Matt encogiéndose de hombros -Pero si me dan una mano estaría muy agradecido - miró al par de brujas - Entre más mejor - dejó su cerveza a casi terminar sobre la larga mesa de la cocina y entrechocó sonoramente sus manos una vez. 

    -Manos a la obra entonces - observó a Ela - Vamos a la biblioteca - reconoció la idea de la bruja de buscar alguna receta interesante entre la enorme colección de volúmenes que la Orden guardaba en la casa. 
     

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  20. Matt Ironwood.

     

    -¿Chicken fight? - el castaño se giró hacia Madeleine que cómodamente se recostaba sobre una silla playera para disfrutar el rebosante plato de bocadillos que tomó de las mesas de comida. Si la escocesa quería ver acción más vale que se uniera al trabajo sucio también pensó el Ironwood negando con la cabeza mientras sonreía al escuchar la propuesta de la Moody de autodenominarse como árbitro del juego. 

    -¿Tu? ¿Árbitro? - dejó escapar el ojiazul observando a su interlocutora - ¿Conoces las reglas? Pensaba que en Escocia no tenían piscinas - bromeó Matt haciendo referencia al poco amigable clima de la tierra del cardo. 

    -No, no creo que jugar algo que deje afuera a alguien sea lo mejor, después de todo eso no es parte del espíritu “aloha” que quiere manifestar esta fiesta - comenzó diciendo el mago mientras desechaba la idea de beber tranquilamente un par de tragos en el bar flotante. Madeleine había despertado una nueva faceta en la fiesta con su propuesta y el mago no creía que ella fuera consciente de la puerta que había entreabierto. 

     -No, si vamos a divertirnos todos los haremos - sonrió una vez más Matt mientras agitaba una vez su varita apuntando a la piscina, un chorro de agua se elevó un metro por encima de la superficie antes de salir disparado hacia Madeleine que tan cómodamente se había instalado sobre la silla con su comida. 

    El agua salpicó por completó a la bruja mientras el castaño se destornillaba de la risa al ver los aspavientos de la escocesa. Sabía que tenía que actuar rápido porque la Moody no se quedaría de brazos cruzados y la respuesta a su primer movimiento no tardaría en llegar, por lo que aún riendo hizo un saludo militar al resto de los presentes y con ropa y todo se arrojó a la piscina. 
     

     

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  21. Matt Ironwood.

     

    No había tenido tiempo para intercambiar un par de palabras cuando una nueva figura se coló en la escena. Una bruja de fiero cabello rojo ingresaba en aquel momento a la cocina mientras les dirigía una amplia sonrisa a manera de saludo. El castaño no conocía a la recién llegada pero tampoco era algo extraño, apenas había tratado con un par de miembros de la Orden en Inglaterra, lo normal era justo lo que sucedió. 

    -Al parecer así es - le replicó a su vez el Ironwood mientras saludaba con un gesto a la bruja. -Eso mientras Ellie no nos termine de tirar la casa encima - bromeó con la escocesa antes de enfilar sus pasos hacia la bruja de cabello rojizo. 

    -Matt Ironwood, miembro de la Orden en el extranjero - se presentó el americano mientras estiró su mano para estrechar la de la bruja. -¿Una cerveza? - le ofreció una de las botellas que rescató del refrigerador. 

    Poco a poco los miembros de la Orden comenzaban hacer acto de presencia en la casa de bando, al parecer solo hizo falta hacer un poco de ruido y sacar algo para beber. -Viendo que lentamente la casa se va llenando ¿les parece si hacemos algo? - propuso Matt, quizás preparar un pequeño almuerzo improvisado y ponerse al día de lo que estaba sucediendo. 
     

    @ Ellie Moody  @ Ela Karoline  @ Darla Potter Black

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  22. Matt Ironwood.

     

    –¿Con qué whiskey, eh? - dijo bastante sorprendido con la respuesta de Richard. El castaño jamás había probado un whiskey como aquel pero no era un experto en el tema como para llevarla la contraria al encargado de las bebidas. Haciendo un pequeño gesto de brindis se llevó una vez el vaso de vidrio a los labios y le dio un buen trago al recientemente identificado destilado.

    Escuchó las palabras de Catherine y sonrió al asentir -Me siento como en casa, es mi segundo hogar sin dudas - expresó encantado de pasar otra temporada con los Evans.

    Otra figura amiga no tardó en acercarse hasta el trío, se trataba de Madeleine. La escocesa lucía aquel aspecto despreocupado y desgarbado tan típico de ella que se tradujo en la desentendida que se encontraba con el festejo al preguntar con su fuerte acento escoces directamente por la comida. Matt sonrió mientras Catherine le señalaba donde se encontraba el buffete. 

    Después de un tiempo de compartir con magos y brujas de aquel país, él en una primera instancia indescifrable acento escoces poco a poco se le comenzó hacer entendible, aunque en ocasiones si hablaban demasiado rápido tenía que pedir que se lo repitieran nuevamente.

    Madeleine no fue la única en acercarse, pronto la pelirroja cabellera de Bel se asomó hasta allí. - Ya lo estoy haciendo - le replicó a la bruja mientras la abrazaba a manera de saludo cuando le preguntó si estaba disfrutando de la fiesta. -No lo digas dos veces - rió cuando hizo referencia a sus compañeros en las 184 -¿Unas vacaciones todas pagas en Europa? Ya estarían comprando los pasajes para Inglaterra - soltó el Ironwood. 

    El mago no dudaba de que todos y cada uno de sus compañeros dentro de la 184 estarían encantados en visitar  Inglaterra y volver a ver a los magos y brujas británicos que compartieron un tiempo en el destacamento. Quizás no sería mala idea arreglar un pequeño intercambio para más adelante.

    -¿La piscina? - dejó escapar algo reticente Matt ante la sugerencia de Bel. Observó la enorme piscina donde un isla - bar flotaba en el centro y sacudió inconscientemente sus hombros, la noche otoñal era fresca, no sabía hasta qué buen punto sería que se meterian al agua.

    -¿Estás segura? - preguntó el ojiazul en el preciso instante que una fresca brisa otoñal arrancaba un par de hojas pardas de un viejo y nudoso álamo que se encontraba cerca. -Entiendo la temática de la fiesta…. - comenzó diciendo Matt para luego decidir al diablo todo - Bueno ¿que esperamos? - le sonrió a sus compañeros mientras dejaba su vaso en una mesa y se encaminaba hacia la piscina. 

    Sacó su varita del bolsillo y apuntó el bar que se mecía con suavidad en el centro de la piscina y lo encantó para que tranquilamente se acercara hacia el borde. -¡Vamos! - les  apremió con un gesto al resto. 
     

    @ Ellie Moody  @ Melrose Moody  @ Rory Despard

     

     

  23. Matt Ironwood.

     

    La aparición tan repentina de Ellie casi mata del susto al castaño, pensaba que se encontraba completamente solo en la casa. -¿Ellie? - dejó escapar en un susurro mientras se giraba hacia la entrada para enfrentarse a la escocesa -¿La del estruendo fuiste tú? casi me matas del susto, pensé que estaba solo en la casa - se explicó al acercarse a la bruja con una sonrisa de alivio dibujada en el rostro.

     

    Estrechó la mano de la Moody alegre de volver a verla después de tanto tiempo, si mal no recordaba la última vez que se encontraron bajo un mismo techo fue en las estación 184 en Honolulu, cuando la bruja aceptó formar parte por un tiempo de aquel experimento que tan exitosamente funcionó. 

     

    -No te veía desde la temporada que pasaste en la 184 ¿Como te ha tratado el tiempo? - le preguntó a la bruja mientras regresaba hacia la nevera y rebuscaba si había algo para tomar, encontró unas botellas de cerveza detrás de un cartón de huevos -¿Cerveza? - le mostró el par de botellas que tomó.

     

    -La Potter está muy tranquila ¿No es así? - soltó Matt mientras le daba el primer trago a su cerveza que resultó inesperadamente buena, le encantaba la cerveza negra y sus experiencias anteriores con cervezas inglesas no fueron muy placenteras. 

     

    -¿Se encuentra alguien más en la casa? - quiso saber el ojiazul mientras le daba un nuevo trago a su botella.

     

    @ Ellie Moody  @ Darla Potter Black

     

     

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  24. Matt Ironwood.

     

     

    -Esto es demasiado - deja escapar acompañada de una sonrisa el castaño mientras se acerca a Richard y Melrose al escuchar la conversación que ambos mantenían. En su diestra sostiene un vaso de vidrio que en su interior un líquido ambarino se arremolina con cada movimiento del mago. Lo tomó de un bandeja de plata que cargaba un camarero junto a la piscina, no pregunto que era pero el sabor le recordaba al vodka aunque eso sí, endulzado tanto que parecía un inocente zumo de manzana.

     

    -¿Fuegos artificiales? - preguntó mientras estrechaba las manos de sus interlocutores al mismo tiempo que un par de ellos estallan en el cielo creando una lluvia de chispas verdes y doradas- Esto se parece al 4 de Julio en pleno otoño - bromeó Matt antes de darle un nuevo buen trago a su bebida - ¿Supongo que tengo agradecerles a usted por tan magna celebración? - 

     

    La idea de pasar su cumpleaños lejos de casa en un primer momento se lo antojo algo melancólica y extraña, estuvo apunto la noche anterior de empacar y darse una pequeña pausa de sus vacaciones para volver a Oahu; pero al enterarse que los Evans estaban empeñados en celebrar su cumpleaños y estaban ya con los preparativos para la fiesta desechó rápidamente la idea. 

     

    De todas formas se comunicó con su familia y amigos en las islas aquella mañana pese allí seguía siendo Septiembre para recibir sus saludos y prometerles que cuando regresara celebraría con ellos. 

     

    Pero aquella fresca noche otoñal inglesa era para festejar con los Evans, ¿hasta que punto serían ciertos los rumores de su fiero espíritu fiestero? Lo estaría por descubrir. 

     

    -¿Quién estuvo encargado de los tragos? ¿Alguno sabe que estoy bebiendo? - cuestionó el ojiazul al par de magos que tenía enfrente. 

     

     

    @ Melrose Moody

     

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  25. Matt Ironwood.

     

    -¿En serio? - fue lo primero que el mago logró formular tras la estupefacción total en la que el saludo de la francesa lo había dejado. ¿Realmente pretenderia que no lo conocía? Jamás hubiera esperado una reacción así por parte de Ada pero ahora una sensación de completa decepción por la persona que tenía en frente rápidamente tomó el lugar del dolor.

    -¿Así serán las cosas ahora? - pronunció el mago mientras trataba de ver tras la gélida máscara que la castaña llevaba sobre sus facciones. La desilusión y el dolor se podían sentir en cada palabra de Matt mientras seguía observando incrédulo a la persona que en algún momento supo ser tan importante para el hawaiiano. 

    Negó con la cabeza -No sabía que estaba cerrado, pero no necesito nada, gracias por el ofrecimiento - el ojiazul entendió en aquel momento que un capítulo de su vida se cerró por completo y no había vuelta atrás. 

    -Solamente espero que tenga una buena vida Ada, realmente - se sinceró el Ironwood mientras observaba a la francesa - Adiós - se despidió de una vez por todas de la castaña. Sin duda lo que pudieran haber llegado a tener ambos murió hace mucho tiempo y había cosas que era mejor dejarlas como estaban y seguir adelante. 
     

    @ Ada Camille Dumbledore

     

     

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