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Edmund Browsler

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Todo lo publicado por Edmund Browsler

  1. «Edmund, cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. Y tu destino, será tu vida.» Las palabras de Aldair resonaban en su cabeza mientras estaba aturdido por el encantamiento de Zack. Edmund se había perdido de todo lo que sucedía a su alrededor y cuando salió de su ensimismamiento tardó un par de minutos en recobrar el hilo de los eventos. En primer lugar, Sally había llegado al fin. Lyra mantenía una acalorada discusión con ella y Thomas mientras que Niko, Ishaya y Thomas se desangraban por todos lados, ¿qué estaba sucediendo? De repente, Edmund sintió frío. Parpadeó un par de veces hasta que su vista se acostumbró de nuevo a la luz que desprendía la fogata y observó su pecho desnudo. En el suelo, un diminuto pájaro muerto se transformaba nuevamente en su túnica. Browsler la tomó y se la colocó encima, anonadado por los eventos recientes, ¿qué había ocurrido? El mago solía perderse en sus pensamientos y pocas veces prestaba atención, pero de allí a no recordar nada reciente, era demasiado. No logró pensar mucho al respecto, Ishaya estaba tirado en el suelo sangrando. Había curado eficientemente a Niko pero no se había salvado él. Necesitaba ayuda. Edmund sacó de su monedero un colgante con forma de topacio amarillo, el cual colocó en su cuello para luego imponer las manos en su compañero. Sus heridas se fueron cerrando poco a poco hasta que el sangrado cesó por completo y los cortes provocados por el sectusempra cicatrizaban y desaparecían. El amuleto de curación había funcionado perfectamente. Al estar Edmund tan lejos de Thomas, no se había percatado que este también había sido afectado y necesitaba curarse. — ¿Estás bien, amigo? —preguntó Edmund mientras ayudaba a Ishaya a incorporarse. Su profesor había realizado una aclaración importante, pues algunos de sus compañeros no estaban de acuerdo con la metodología a utilizar. Edmund se mantuvo taciturno durante ese momento. Todavía no comprendía que era lo que había sucedido, y a juzgar por el rostro de su primo, este tampoco. Él había quedado semidesnudo, tres personas heridas gravemente y Jank comenzaba a preocuparle seriamente, si no reaccionaba pronto estaba seguro de que iría directamente hasta donde estaba –al otro extremo de la fogata- para hacerle entrar en razón a golpes. Mientras analizaba aquella situación, Zack reprendía a Sally por haber llegado tarde y luego había posado su mirada nuevamente en Browsler. Edmund no entendía por qué nunca le agradaba a sus profesores. Dirigió su mirada a Bastian con precaución, de tal manera que nadie lo vio hacerlo. El mago soltaba improperios contra Thomas pero luego había lanzado un comentario malicioso a Ishaya. Iba a realizar un movimiento para defender a Tonks del hechizo que vaticinaba que Batian realziaría, pero su compañero le había indicado que no era necesario. Edmund tenía la intención de ayudar a Thomas pero hubo algo que desvió su atención. Zack le había dicho a Sally que tampoco necesitaría el juramento de sangre que supuestamente les protegía. Había hecho lo mismo con Bastian y ahora con su abuela, ¿qué estaba tramando? Edmund se levantó de donde estaba y se situó al lado de la Dumbledore. Necesitaba confirmar sus sospechas.
  2. Juan, creo que no me expliqué bien, aquí viene mi duda de nuevo. En el caso de redada/asalto/duelo, no rol(como esta clase), ¿puede utilizarse esta daga para atacar órganos vitales SÍ o NO? Dices: "Eso es regla de duelos y redadas, no de hechizos. Por lo tanto no depende del poder del hechizo. Es una limitación de las actividades duelísticas como tal." Pero esto no es así. No es una regla de asaltos/redadas o duelos, sino de un hechizo en particular (DDF/Seccionatus) Y reitero mi pregunta. Los usos de los poderes de los libros para asaltos/duelos/redadas, ¿con quiénes se debaten? ¿Líderes, administración o profesores de la universidad? Lo pregunto porque supongo que administración creó los poderes, los profesores de la universidad los enseñan pero los líderes también quedan implicados a la hora de negociar en asaltos/redadas. Acabas de decir a Thomas que no se utilizaría como cadena, pero en el rol de la clase ya se utilizó así xDDD
  3. — ¿Y piensas celebrar sin mi? La voz de Edmund rompió el súbito silencio que se generó después que Evarela mencionara que debían celebrar la apertura del negocio. Tanto Wendy como Warren no habían contestado pues sabían que en Terrortours no había licor disponible aún, ni siquiera para los dueños. Browsler sacudió su varita mágica y más velas se encendieron para iluminar el momento en el que él sacaba una botella de whisky de fuego de su túnica negra. Había sido el primero en ingresar al local bajo aquella noche lluviosa, después de haber pasado por el despacho de licores para adquirir aquella botella, el cual no quedaba lejos de la agencia de viajes. Las ropas del mago no se habían mojado gracias a que había utilizado un sencillo encantamiento que repelía las gotas de la lluvia. Una media hora después habían llegado Wendy y Warren. Evarela había seleccionado a la mujer squib y Edmund al joven, para su sorpresa estos resultaban ser madre e hijo, cosa que no se habían imaginado. — Sabía que esto sería lo primero que ibas a pedir al llegar a acá —comentó Browsler sirviendo la bebida en cuatro copas diferentes que Wendy había acercado a uno de los escritorios. La squib entornó los ojos cuando el mago acercaba una de las copas a su hijo—. Oh, vamos, Wendy, creo que ya Warren está en edad para tomarse un trago, no es para tanto. —La última copa se la entregó a la Black y dio un sonoro beso en unas de sus mejillas para saludarla. — ¡Por Terrortours! Edmund vació su copa de un sólo sorbo. — ¿Me acompañas al despacho? —preguntó Edmund realizando un ademán de mano que invitaba a la banshee a subir por las escaleras de mármol—. Tenemos asuntos que tratar.
  4. Un escudo mágico surgió de la varita de Ishaya para absorber el rayo que Browsler le había lanzado. Una vez que el creceuñas desapareció de la vista, Edmund recobró el habla, pues el efecto de su primer hechizo había finalizado. - Morphos -dijo el mago enarbolando su varita. A sus pies, el suelo se movía, no, no era el suelo, sino el tablero quién ocasionaba este movimiento. Browsler sólo sintió como caía medio metro hasta tocar el piso de aquella habitación, lo mismo que Ishaya y el resto de las piezas de ajedrez. Estas últimas quedaron en pie en su mayoría, siendo unas pocas las que habían caído al suelo con un golpe seco sin dañarse. El tablero de ajedrez se había convertido en un inmenso gorila adulto, este duplicaba el tamaño de Adrián y se ubicaba a sus espaldas. El animal envolvió a Tonks con ambos brazos y lo estrujó con toda su fuerza. Se escuchó un fuerte «crack». Huesos rotos, pensó. Mientras realizaba aquella suposición, Tonks había realizado un hechizo que le tiró de bruces al suelo y un lazo mágico ató sus tobillospara impedir que se moviese. Edmund colocó sus manos de por medio para no estampar su rostro contra el piso. Al tiempo que esto sucedía, el gorila elevaba a Ishaya del suelo, uno de sus robustos brazos inmovilizaba a su objetivo -tronco y brazos- mientras que su otro brazo se ubicó en la boca de Tonks para impedirle realizar algún hechizo verbal. - ¡Expelliarmus! -exclamó. El rayo de luz escarlata se dirigía hacia la mano con la que Ishaya sostenía su varita, la cual estaba visible pues el gorila no la obstruía, con el objetivo de desarmar a su compañero.
  5. Gracias Elviro. Me ha quedado todo claro, exceptuando la duda de si se puede utilizar o no en organos vitales. Porque, a mi no me parece del todo inutil deberian conversarlo (no se quienes hicieron los hechizos y con quienes se debaten usos xD lideres? Admin? Profesores de la Universidad?) Y luego me avisas si se podria o no.
  6. Buenas, me surgieron dos dudas :3 Quería saber si esto es sólo por el rol o si en realidad es un acuerdo de la universidad. Porque si es así, deberían colocarlo en algún lado ya que cuando cursé el libro anterior no nos atrevimos a usar hechizos de bandos por eso mismo. O, si existe un topic/acuerdo al respecto y soy yo el perdido, pasarme un link. Aquí vienen mis dudas: 1. Con respecto a "dañar" Dice que se daña así mismo y al rival, ¿ambos necesitarán un episkey o sólo el objetivo? ¿Episkey de emergencia? ¿Hasta el segundo turno? ¿Tercero? Hace algún tiempo se había llegado al acuerdo que ningún movimiento de este tipo daña órganos vitales, creo que con el ddf/seccionatus. ¿En este caso es igual o si se podría? Con órganos vitales me refiero a corazón, cerebro, etc. 2. Con respecto a "proteger" ¿Cuanto tiempo se dispone para curarse del ataque que protegió a su compañero? Supongo que depende de la magnitud del mismo, si requiere episkey de emergencia o no. Pero, ¿los turnos para curarse cuentan desde el post donde realicé el hechizo "proteger" o desde el siguiente?
  7. — Prometo no adentrarme a las profundidades del bosque o ir más allá de los límites que la propia naturaleza me imponga. Thomas había pronunciado aquellas palabras en voz alta cuando Zack lo pidió, vinculando a todos en aquel juramento de sangre. Edmund analizó por un momento cada una de ellas e infirió que se trataría de una medida de prevención pues había observado el cadáver de aquella mujer su sobre las ramas de un árbol. Estaba seguro de que su profesor sólo quería protegerlos. Una protección bastante inusual y excesiva, sí, pero protección al fin. El mago frunció el ceño pensando en aquella promesa. Nunca había realizado una. Ni siquiera a Evarela, pues no estaba seguro de poder cumplirlas. — Claro que lo recuerdo —respondió Edmund comprendiendo lo que decía su compañero, entonces, si no tenía que ver nada ser warlock, ¿de qué se trataba? Su mente maquinaba rápidamente aquel asunto buscando posibles respuestas, ¿qué vínculo tenía el warlock con su profesor? Al parecer al susodicho no le había gustado que Ishaya y él mantuviesen una conversación claramente protegida, pues sus labios se movían pero nadie escuchaba que algún sonido saliese de allí. Los nudillos de Browsler se habían cerrado sobre su varita mágica mientras escuchaba las palabras de su profesor, ¿qué le sucedía a Jank? Su compañero estaba más callado que un muerto. La mirada impertérrita de Edmund se tornó repentinamente desafiante. Tonks colocó la mano izquierda sobre su hombro para calmarlo pero sus músculos se tensaron cada vez más hasta que alguien interrumpió el momento. Se trataba de su primo Stephanus. Browsler relajó su semblante y guiñó un ojo al recién llegado cuando este se sentó a su lado. — Pero qué guapo —murmuró Browsler para saludar a su primo—. ¿Quieres que te proteja, gruñón? Aunque seas tan arrogante como para pensar que podrás defenderte solo .—Cada mago comenzaba a invocar la daga del sacrificio para realizar un hechizo de protección, Ishaya lo había hecho con él, acto al que Edmund respondió agradecido—. Daga del Sacrificio .—El pequeño objeto de plata se materializó en su mano libre—. Immolo ad protegendum Stephanus. Las llamas de la fogata crispaban mientras la clase continuaba su curso con las palabras de Zack. Al parecer acamparían allí la noche entera pero no le preocupaba. Había tenido peores campamentos que aquel, como el de Aokigahara, donde había desarrollado la animagia. Además, tenía todo lo necesario en el interior de su monedero de piel moke, el cual estaba dentro de su túnica negra. Mientras el profesor explicaba lo que sería la demostración de uno de los poderosos hechizos que contenían los libros, Edmund observaba la herida que la daga del sacrificio le había hecho en la palma de su mano. Se trataba de una herida superficial de la cual emanaban un par de hilos de sangre que caían hasta el suelo. Cuando levantó la vista reparó en que sería uno de los conejillos de indias a ser utilizados en aquella ocasión. Sonrió tomando nuevamente a Ddraig Goch en su mano derecha y esperó a que la bruja le atacara porque no creía realmente que Lyra pudiese causarle daño alguno, sin sospechar que justo en ese momento Zack realizaba un hechizo que le desorientaría en el acto.
  8. Adquirir aquel libro había sido una odisea pero al fin lo tenía en sus manos. Browsler había tenido que realizar un par de trámites antes de poder hacerse con él y ya entendía por qué. La magia del libro de la sangre era sumamente compleja, tenía hechizos y poderes que desconocía totalmente, y que requerían la realización de un curso especial en la universidad mágica. La vez pasada había terminado en el polo norte con sus compañeros, ¿adónde se dirigirían esta vez? Aunque el mago no era especialmente amante de los libros, leyó con avidez aquellas páginas unas cinco veces para familiarizarse con el contenido del mismo antes de dirigirse al ateneo de poderes. La túnica negra que vestía era tan larga que se arrastraba a sus espaldas y sus zapatos negros resonaban sobre las escaleras de piedra de la universidad. Era la segunda vez que se dirigía hacia allí por lo que no le costó encontrar el lugar citado por sus profesores en la carta que le habían enviado. Lo curioso era que no mencionaban sus nombres y Edmund se preguntaba quiénes impartirían la clase en aquella oportunidad. No se sorprendió al encontrar las inmediaciones de aquel salón completamente vacías, exceptuando un par de objetos comunes tirados en el suelo. Browsler tomó una bota vieja que le arrastró en un torbellino hasta un lugar desconocido. Los árboles se alzaban a su alrededor como los edificios de una gran ciudad, ocultando los últimos rayos del sol gracias a sus frondosas ramas. El silencio de aquel bosque era sepulcral, a tal punto que aturdía. Edmund cerró sus ojos, inhaló, contuvo un tiempo el aire en sus pulmones y luego exhaló acoplándose a la tranquilidad que transmitía aquel sitio. La luz se extinguió tiempo después en aquella noche sin luna cuando abrió sus ojos sin saber cuánto tiempo pasó desde que había llegado. Browsler no alcanzaba a ver nada. Estaba sumergido en tinieblas. - Lumos –conjuró e inició una avanzadilla sobre la hojarasca que se extendía bajo sus pies, la cual crujía con cada paso que daba. Su hechizo a duras penas iluminaba medio metro en línea recta ocasionando que Edmund sólo pudiese ver donde debía pisar para no tropezar. No escuchaba nada ni a nadie, ¿había tomado el traslador correcto? ¿Dónde se encontraban sus compañeros? Aquellas preguntas sin respuestas restallaban en su cabeza como si de un látigo se tratase. Edmund arrugó la nariz y se detuvo. Algo olía mal, putrefacto. Alzó su varita mágica lo más alto que pudo para iluminar el tronco de un árbol repleto de enredaderas, estas estaban envolviendo un cadáver en estado de descomposición. Impertérrito,pues no era la primera vez que veía la muerte, Browsler infirió que se trataba de una figura fémina por la forma de su rostro y los largos cabellos. El mago dio dos pasos hacia atrás y sacudió su varita murmurando un encantamiento que había eliminado la luz que salía de la punta de la misma. La oscuridad total se había hecho presente nuevamente. Un par de segundos después se escuchó un gruñido en medio del bosque. Una figura que no se distinguía en las sombras avanzaba rápida y sigilosamente en dirección a un grupo de magos que estaban alrededor de una fogata. Esta había detectado las luces que uno de ellos había colocado en los árboles para iluminar aquel claro. Cuando llegó, se detuvo en el límite, donde las luces no alcanzaban a alumbrar. Unos ojos azules como el océano se observaban acechantes en la oscuridad. La figura salió de las sombras de un salto. Se trataba de un leopardo, pero no de uno cualquiera, posiblemente era el leopardo más grande que jamás se hubiese visto. Había miedo en la mirada de los presentes, aquella bestia se parecía a un nundu. Y los magos hacían bien en sentir miedo, era bien sabido por todos que el nundu era una de las bestias más peligrosas que existían y que jamás había sido dominado por menos de cien magos capacitados bien coordinados. El leopardo himpló agresivamente y se incorporó levantando sus patas delanteras. Allí, donde tiempo atrás había estado el animal, ahora se encontraba un mago alto y de cuerpo robusto. Edmund sonrió a todos los presentes mientras se acercaba a ellos intentando limpiarse la suciedad de la túnica, sin éxito alguno. - Mi nombre es Edmund Browsler–dijo con voz clara y grave, sentándose al lado de Ishaya-. Tenías que haber visto tu cara, Tonks. Asumió que había interrumpido un momento importante, pero no le importaba, a fin de cuentas su abuela Sally aún no había llegado. Conocía a todos los presentes, exceptuando a un mago que le había lanzado una mirada asesina, se suponía que se trataba de un profesor. Y el observar a Jank a su alrededor confirmaba su teoría. Además, ahora que lo miraba con mayor atención reparó en que si lo había visto antes en El Profeta, se trataba de Zack. ¡Qué generoso había sido Merlín al poner su próxima presa en bandeja de plata! Su naturaleza de cazador se avispó. Si lograba descubrir Ivashkov era un mortífago, Azkaban sería su destino. Zack prosiguió explicando que realizarían el juramento de sangre, empezando por Lyra. Cuando llegó hasta Browsler, su daga le realizó un corte que le dolió poco, en ese momento los ojos azules de Browsler se conectaron con los del presunto mortífago por unos segundos. La mirada de su profesor decía algo, pero no alcanzaba a descubrir de qué se trataba. Este siguió, saltándose a Bastian, para continuar hablando sobre el ritual que harían. Edmund no alcanzó a escuchar nada más, estaba sumido en sus pensamientos por lo que había visto. - No sabía que ser Warlock te libraba de la muerte –anunció Edmund codeando a Ishaya, aquel comentario había sido protegido bajo el poder de su anillo salvaguarda.
  9. — Obliteración. Había realizado aquel hechizo cuando la barca ya se encontraba fuera de su vista, asegurándose que ninguno de los tripulantes lo observara. A pesar de ser muy tarde para eso, Browsler siempre resultaba muy precavido. «En todo momento, los prudentes han prevalecido sobre los audaces» aquella afirmación la recordaba aún de las muchas lecciones que Aldair le había impartido décadas atrás. Su varita se encontraba eliminando el rastro que los pies de los magos iban dejando en la arena mientras se dirigían hacia los trasladores. Para ello había decidido cerrar la marcha, ubicándose de último junto a Sally, quién le ayudaba en este sentido. Goderic se había mostrado de acuerdo a utilizar los trasladores de una vez pero por motivos diferentes a los suyos, pues desconocía lo que Browsler había escuchado. Ishaya ya había alcanzado a localizar los trasladores, objetos viejos y comunes, que utilizarían para alejarse de allí. Hubo un murmullo de aprobación general pero antes de partir Ishaya llamó la atención de todos. Edmund giró su rostro para ver como del lugar del que habían partido se alzaban unas cuantas columnas de humo, ¿qué había sucedido? ¿Se trataba de la tripulación? Jay soltó unas palabras y miró al cielo pero el mago no había alcanzado a escuchar lo que había dicho su guía pues estaba muy lejos de donde este se encontraba. — Creo que estás en lo correcto, el peligro se acerca —respondió a las interrogantes de Niko sin dejar de observar las columnas de humo. Edmund decidió tomar el mismo traslador que su abuela había tomado. Y juntos desaparecieron en un torbellino que los arrastró al Valle de los Reyes lo más cerca posible pues aún debían caminar un kilómetro. El mago se dispuso a caminar nuevamente al lado izquierdo de Sally, la bruja se había acercado hasta él para preguntarle por su semblante de preocupación. — Los tripulantes nos descubrieron —afirmó en un tono de voz alto pero aun así sólo ella había logrado escucharlo pues su anillo mágico salvaguardaba sus conversaciones—. Mencionaron algo sobre avisar a los “demás”. Honestamente no sé bien a quiénes se referían. Llegaron al Valle de los Reyes con el inicio del ocaso. Este ya había cerrado y los turistas restantes se disponían a irse en unos artefactos muggles que había visto pero que no sabía cómo se llamaban ni cómo funcionaban. Desactivó el poder de su anillo salvaguarda pues Goderic y Emily se acercaban hacia ellos cuando Elvis daba ciertas indicaciones. Browsler sacó su reloj de bolsillo para observar la hora, eran las cinco y treinta minutos, al tiempo que caminaba sobre el sendero de arena que comenzaba a empinarse cada vez más. Un grupo de turistas japonés pasó a su lado, estos conversaban sobre lo que habían vivido en aquel viaje, estaban emocionados y alegres; caso contrario al de ellos, quiénes iban a develar y aprender sobre las maldiciones más poderosas y ocultas en aquellas antiguas tumbas. — Creo que ya estamos llegando —comentó al observar las estructuras—, pero tenemos un pequeño inconveniente. —Unos cuantos guardias muggles se encontraban custodiando aquel patrimonio universal pues se suponía que nadie más debía ingresar. Había llegado el momento de utilizar sus varitas.
  10. http://i.imgur.com/DbKBgZu.png Edmund todavía recordaba la última vez que había visitado la hacienda de su compañero de la Orden del Fénix, ¿y cómo no hacerlo? Si de allí partirían un par de investigaciones importantes... No obstante, en aquel momento se encontraba frente a la hacienda con un propósito diferente. Ya había ido a la mansión de la familia Macnair y ahora le correspondía la hacienda de los Tonks. Había logrado aparecer en los jardines ya que era amigo de la familia. Pero hasta ese momento el hechizo antiaparición estaba desactivado. Sabía a ciencia cierta que Ishaya no se encontraba allí, por lo que no se molestó en tocar la puerta sino que alzó su varita para realizar la activación del mismo. Browsler recordó que también tenía que restablecer la conexión flu, así que entró en la hacienda. Un elfo doméstico le atendió y no se interpuso en su camino. Se trataba de auror, sabía que Edmund era amigo de su amo, por lo que no mencionó nada al respecto. - ¡Buenos días! Vengo a restablecer la conexión flú, ¿me podría guiar? - Por supuesto, señor, venga por acá. Edmund siguió al elfo doméstico hasta la chimenea para ponerse a trabar en ello. Era sencillo, únicamente permanecería el servicio en comunicación con el Castillo Lockhart. - Está todo en orden, le entregarás esto a Ishaya de mi parte -indicó al elfo doméstico y salió de allí. Editado por corrección de moderación: No se puede restringir la aparición a diez metros fuera de los límites de la mansión. Cualquier persona ajena a la familia se puede aparecer fuera de los límites de la hacienda.
  11. http://i.imgur.com/MtqAsED.png En el número 59 del Callejón Diagon se erige una edificación de dos plantas de color negro. La estructura de concreto armado posee un cartel del mismo color indicando el nombre del negocio. La única peculiaridad es que el color de las letras negras irradia un brillo tenue al caer la noche, el cual desaparece durante el día. Debajo del cartel se encuentra una advertencia en un anuncio de letras rojas que señala «Terrortours no se responsabiliza de muertes o heridas». La puerta principal posee una aldaba de plata que debe ser tocada tres veces para poder acceder al negocio. Esta se abre mágicamente sin hacer ningún ruido para invitar al cliente a pasar. Al lado de la puerta hay una ventana de vidrio templado bastante amplia que sólo muestra oscuridad. Al entrar al local la puerta de hierro se cierra nuevamente sumiendo al cliente en tinieblas. Cuando se da el primer paso, una luz casi imperceptible proveniente de una vela suspendida en el aire dirige la marcha hacia la recepción. La recepción consta de dos mesas de madera que bloquean el paso más allá de ellas. No hay sillas, estas aparecen por arte de magia dependiendo del número de clientes que estén. Una vez que tomen asiento, la vela se apaga. Los encargados de atender el negocio son un par de squibs, un hombre y una mujer, ambos de características físicas algo grotescas pero sumamente tímidos, obedientes y amables. Detrás de la recepción se encuentra una estancia que permanece bajo llave donde permanecen todos los documentos de los viajes y del negocio, a la cual sólo tienen acceso los propietarios. Al lado del archivador está un baño de uso público. Para llegar a la planta superior se debe subir por una escalera de mármol negro que se encuentra al lado de la puerta del baño. Esta da paso a un cómodo e iluminado despacho gracias a las velas encendidas que flotan en el aire. Esta estancia cuenta con dos escritorios de madera, uno para cada propietario, estanterías repletas de libros y guías turísticas, un juego de muebles de cuero y una sala de baño más grande que el de planta baja. Propietarios: Evarela Black y Edmund Browsler. Atención al público: Wendy y Warren.
  12. Edmund se colocó de pie y se lanzó la mochila a la espalda para seguir a los demás. Había estado ocupado revisando los objetos y pociones que tenía en su monedero de piel de moke por lo que no había reparado en lo que sucedía a su alrededor. Cuando salieron a la luz del sol se colocó nuevamente el sombrero y se acercó a Sally para caminar a su lado mientras Elvis reprendía a Sean y conversaba abiertamente con Goderic. No alcanzó a escuchar lo que Gryffindor mencionó a Emily, ni nada de lo que dijo después pero sí observó cuando su profesor guardó aquel objeto que les había mostrado a pesar de estar concentrado en el sendero cuesta abajo y en cada paso que daba. «De haber sabido que regresaríamos al río Nilo, los hubiese esperado aquí» pensó soltando un bufido. Sean parecía repentinamente interesado por las únicas brujas del grupo. Edmund envolvió a Sally por el cuello con uno de sus robustos brazos y la acercó a él para mencionarle al oído un comentario divertido que sólo ella pudo escuchar. «Y no puedo creer que Elvis sea tan tacaño como para no alquilar los camellos». Ciertamente él tampoco tenía galeones para regalar, pero aquella medida preventiva de Elvis le parecía excesiva, él mismo había alquilado un camello para ir al local y no le pareció tan costoso. No entendía cuál era el problema con que Ishaya ingiriera alcohol, él mismo se había tomado dos copas de vino antes de partir del bar y estaba en perfectas condiciones, de hecho, se sentía más a gusto si tenía un par de copas encima. Observó el rostro de Jay cuando Elvis le preguntó sí los esperarían de regreso, el guía no dijo nada con la boca, pero su rostro lo decía todo, en realidad no esperaban a que los magos pudieran regresar. Cuando subió a la barca de madera, Edmund escuchó como Goderic le explicaba a Emily cosas básicas sobre pociones y esta última le respondía con severidad. Un miembro de la tripulación que limpiaba el piso de la barca los observaba a ambos con curiosidad y a Browsler le pareció que les entendía su idioma. No le pareció seguro que los escucharan personas desconocidas así que sacó de su monedero de piel de moke un anillo de bronce con el borde biselado en oro, el cual giró en su dedo anular un par de veces hasta que este soltara un brillo tenue. A partir de ese momento aquella conversación sólo la podrían escuchar los magos y brujas presentes, excluyendo a Jay y al resto de los tripulantes. Goderic había golpeado accidentalmente a Emily al alejarse del borde de la barca. Edmund alcanzó a tomar a la bruja antes de que esta se estampara contra el suelo, ¿qué estaba sucediendo? Browsler se acercó a la orilla y observó cómo Sean, Niko y Emily también lo hacían. El medallón que colgaba de su cuello comenzó a brillar fervientemente, con una luz blanquecina que atravesaba su camisa blanca pero era obnubilada por la luz del sol. Él no había alcanzado a ver nada a través de las aguas del río Nilo pero parecía que sus compañeros sí Un minuto después el medallón había dejado de brillar. - Guarda eso –sugirió a Emily, quién discretamente había sacado su varita, pero aun así otro miembro de la tripulación –quién izaba la vela- la había visto. Elvis continuaba dando indicaciones al tiempo que Edmund regresaba a su posición junto a Sally, escuchó por un momento a su profesor pero luego desvió su atención hacia tres de los miembros de la tripulación, quiénes se habían acercado a conversar con un aire de misterio. Edmund entendía perfectamente muchas lenguas del mundo y el árabe egipcio era una de ellas, sin embargo, a quiénes pretendía escuchar estaban muy lejos de su presencia y el hecho de Elvis hablara en voz alta tampoco colaboraba. Entonces recordó que tenía otro anillo que le serviría para la ocasión, sacó de su monedero el anillo de la escucha y realizó el mismo movimiento que había efectuado con el anterior para activar su poder. - No creo que sean hombres de brujería. - Estaban hablando sobre cosas mágicas, que Alá nos guarde. - ¡Y la chica tiene la vara de madera! - Entonces tenemos que avisar a los demás… Los tres hombres se dispersaron al notar que Browsler los observaba con atención, regresando cada quién a sus labores. Estaban en peligro, los iban a traicionar, pero si habían ido hasta la tumba era porque estaban en búsqueda de peligro; ahora habían conseguido lo que estaban buscando. Escuchó las últimas palabras de Elvis y la recomendación de Ishaya justo cuando la barca se detenía, al parecer ya habían llegado al lugar esperado y era momento de dejar el río Nilo. - Estoy de acuerdo con realizar hechizos de protección, más no me parece pertinente invocar criaturas –opinó mientras bajaba de la barca ofreciendo sus manos a Sally y a Emily para hacer lo mismo-. Y creo que deberíamos tomar el traslador de una vez, para no perder el tiempo. –Si bien avanzar de noche por el Valle de los Reyes era peligroso, también corrían peligro si pasaban la noche allí, especialmente cuando había sido descubiertos por su negligencia.
  13. Edmund apareció en la hacienda cuando el día casi llegaba a su fin. A diferencia de la vez anterior que visitó a su compañero no se había encontrado con ningún inconveniente en la entrada. Una de las elfinas domésticas le recibió amigablemente y le acompañó durante todo el recorrido. Su guía se detuvo frente a una pulcra puerta de madera y desapareció, indicándole que su amo le estaba esperando en el interior. Browsler colocó su mano en la perilla pensando qué había trabajo Tonks para aquella oportunidad, entonces la giró y abrió la puerta sin que esta hiciera ningún ruido. Sus ojos brillaron ante el escenario que se le planteaba: un tablero de ajedrez. - Vaya, vaya, Ishaya -saludó a su compañero con un ademán de mano-. Sí que te has esmerado, esto es simplemente perfecto. Edmund sentía una fascinación por todo deporte mágico y amaba el ajedrez. Se tuvo que apoyar de una mano para subir el tablero de madero ya que el espesor de este llegaba hasta su cintura. Avanzó por entre las piezas metálicas que eran más altas que él, un poco más de dos metros, y por las casillas que alternaban los colores blancos y negros. Browsler se recostó a una de las piezas -un peón- mostrando una amplia sonrisa a su contrincante, quién se ubicaba en medio de dos peones al otro lado del tablero. Entonces reparó en que las piezas eran de color plateado, no negras ni blancas, ¿como sabrían quién debía iniciar? La respuesta la supo cuando escuchó a Ishaya murmurar algo ininteligible y blandir su varita, pero ninguna pieza se movió. Edmund intentó hablar pero lo alcanzaba a pronunciar palabra alguno. Reflexionó que aquel tablero no era mágico y que no jugarían ajedrez, pero tendrían un duelo. Sacó a Draig Goch de la túnica negra que vestía y pensó «crece-uñas». Un rayo de luz grisáceo se formó de la punta de su varita y partió hacia el pecho de Tonks, sin que nada estuviese en el camino para impedirlo. Ishaya no sabía de qué se trataba aquel hechizo, pero Edmund sí, en caso de impactar su contrincante sufriría de un crecimiento excesivo de las uñas que le imposibilitaría sostener por mucho tiempo su varita.
  14. - En eso estoy de acuerdo -afirmó Edmund soltando una carcajada que duró un par de segundos. Ishaya era una de los mejores reporteros del diario El Profeta que había conocido jamás. Muy entregado a su trabajo, muy objetivo en sus artículos pero muy insistente para conseguir información. Se imaginaba las repercusiones que eso había tenido con el Concilio de Mercaderes. Tomó el ejemplar de aquel diario y comenzó a ojearlo con poco interés hasta que se topó con una noticia que le hizo entornar los ojos y casi botar todo el whisky de fuego que había ingerido recientemente. http://i.imgur.com/mq9WoXq.png http://i.imgur.com/PXBagWw.png - ¿Te has enterado de esto? -preguntó a Ishaya, quién respondió con gesto afirmativo. Al parecer él era el único que no estaba enterado de los eventos recientes. Allí se nombraba a Zack nuevamente. Pero también a Leah, la recordaba porque el mes anterior habían cursado juntos el conocimiento de primeros auxilios en la universidad mágica. Y también Cissy, aunque a esta última no la reconocía del todo, estaba seguro de la había visto en otra oportunidad, pero no estaba seguro de ello. - A propósito de eso que mencionas de los reporteros, ahora que trabajas en El Profeta nuevamente podrías intentar conseguir un poco más de información al respecto -sugirió pasando la página del diario. Edmund se colocó de pie ante el comentario de Ishaya. Prácticamente Tonks le había leído la mente. - Creo que ya tenemos nuestro siguiente objetivo. -Edmund sacó su varita de la túnica negra para efectuar la desaparición con una floritura de la misma después de decir-. Es hora de llamar a los cazadores. http://i.imgur.com/DlGsh4k.png
  15. Edmund Browsler

    Inscripciones

    Nick: Edmund Browsler ID: 64963 Libro de Hechizos: Libro de la Salgre Justificante de compra del Libro (Link a la bóveda trastero): enlace Rango Social: Dragones de Plata Nivel de Magia: 11 Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Abril 2010 Link a la Bóveda: enlace Link a la Ficha: enlace
  16. Nombre del Negocio: Terrortours Nombre de los propietarios: Edmund Browsler Rubro al que se dedicará: Agencia de viajes Descripción: El local tiene un tamaño medio, de dos plantas. La primera es una amplia estancia con dos mesas en la que se atenderá a los clientes. También constará de un pequeño cuarto que hará de archivador y otro que será un baño. La planta de arriba será exclusiva para los dueños y constará de un amplio despacho, con dos mesas, y un baño. Afiliados: Se aceptan afiliados. Criaturas: Registro de un fantasma, Wen-wen Han, certificado por el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. Objetos: -- Elfos: -- Nick con link a tu ficha de personaje: Edmund Browsler Link a la ficha de tu familia: Link a la bóveda de tu negocio: Bóveda nº 113226 Negocio Terrortours Link al local del negocio: local
  17. - Oh, vamos, ¿de verdad pretende no dejarme pasar? El tono de voz de Edmund era cordial pero al mismo tiempo tenía un tono de severidad. Nuevamente aquel bedel se interponía entre el ascensor y Browsler para realizarle un par de preguntas. El joven mago sabía que podía vencer a aquel homicida pero no quería aventurarse a eso pues los rumores decían que aquel cuarto de servicio estaba altamente custodiado bajo poderosos hechizos y a pesar de que los poderes mágicos de Edmund aumentaban paulatinamente, no quería arriesgarse. Fergus gruñó y se hizo a un lado para continuar bebiendo de una botella que parecía ser whisky de fuego. Al ingresar al ascensor medio destartalado, Browsler colocó la clave secreta que le había dado uno de los miembros del Concilio de Mercaderes previamente para lograr acceder hacia la sección de objetos mágicos y peligrosos. Se acomodó la túnica negra que vestía y se encaminó hacia el mostrador. Para su sorpresa, la tercera planta se encontraba abarrotada de magos y brujas que al parecer también estaban comprando ciertos libros de hechizos. - Buenos días, guapo -saludó a su primo Stephanus con un guiño-. Te voy siguiendo los talones. -Y sin añadir nada más rellenó y entregó el formulario. ID: 64963 Nick: Edmund Browsler Nivel Mágico: 11 Link a la Bóveda Trastero: enlace Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: enlace Fecha: 2016-03-08 Nombre del producto: Libro de la Sangre Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: -- Precio: 7000 G Precio total: 7000 G Total de Puntos: --
  18. http://i.imgur.com/DlGsh4k.png Edmund sonrió al escuchar el nombre de los elfos domésticos. - Qué nombre tan peculiares -comentó con ironía-, aunque ninguno se llama Stephanus por lo menos. Ishaya había ordenado a sus elfos que les trajeran un par de whiskys de fuego. Edmund agradeció aquel gesto, siempre era bueno iniciar un día con un poco de licor, tal cual lo hacía a diario. Su compañero de la Orden del Fénix comenzaba a entenderse con Browsler después de realizar juntos un curso en la universidad mágica, aquella amistad podría perdurar. - Eso he escuchado. -Todo el mundo sabía que Ishaya era un buen empresario y que se había vuelto adicto a los compras en el Magic Mall-. Pero, ¿qué dices? ¿En serio no viste a este Zack por acá? Edmund tomó asiento y se cruzó de piernas mientras lanzaba a Ishaya una mirada de desconcierto, ¿de verdad no sabía de lo que le estaba hablando? Lo más extraño del caso fue el ataque de los mortífagos que le había mencionado, ¿tan dormido estuvo que no había escuchado nada de aquel evento no deseado? - ¿Mortífagos? -preguntó arqueando los ojos-. Te digo que vi entrar a este encargado del Concilio de Mercaderes a tu propiedad pero tu me dices que sólo recibiste la visita de tres mortífagos esa tarde... Curioso. - Creo que ya tenemos un caso que investigar, ¿no te parece? Los elfos domésticos llegaron con las bebidas. Edmund tomó su vaso y respondió un agradecimiento a la pequeña criatura para luego terminar aquel whisky de fuego de un solo sorbo. La garganta le ardió cuando el licor entró en contacto con ella, pero le gustó tanto como el sabor de la bebida. - Por cierto, ¿me prestas el diario? -preguntó Browsler observando El Profeta sobre una mesa de madera-. Me gustaría estar al tanto de las noticias recientes.
  19. Al desaparecer la elfina doméstica para ir a buscar a su amo, una figura fémina se acercó hasta la puerta de la hacienda con cara de pocos amigos. Los exabruptos que soltaba aquella bruja hicieron que Edmund frunciera el ceño y mostrara una expresión de desconcierto. La desconocida le lanzó una mirada asesina y afirmó que el mago era un mortífago. Browsler no sabía si reír u ofenderse. Antes de decir palabra alguna, escuchó la voz de Ishaya que calmaba a la bruja, quién al parecer se llamaba Pandora. Tonks apareció en el umbral de la puerta muy bien vestido en comparación a la túnica negra de Browsler, pues se había ensuciado un poco al quedarse dormido en el suelo. Estrechó la mano de su compañero de la Orden del Fénix y le dio un breve abrazo. Luego procedieron a las presentaciones pertinentes. - Es un placer conocerte, Pandora -saludó con un tono cortés. Siempre controlaba las facciones de su rostro y el tono de su voz a su antojo-. Mi nombre es Edmund Browsler. La bruja pareció ignorar su saludo y se despidió de Ishaya. Edmund no pudo evitar arquear las cejas. «Jóvenes» pensó soltando un bufido. Aunque el que la hija de Ishaya se fuera resultaba ser provechoso, así podrían conversar en privado pues claramente aquella no se trataba únicamente de una visita social. Edmund ingresó en la hacienda y siguió a Ishaya sin reparar en nada a su alrededor pues estaba sacando de su monedero de piel de moke un anillo peculiar que brilló cuando se lo colocó en el dedo anular. Tenían que ser precavidos, ahora su conversación estaría libre de los oídos indiscretos. - Me decías algo de unas explosiones en el jardín -comentó Browsler mientras avanzaban-. ¿Qué compraste ahora en el Magic Mall, Ishaya? Si eso generó una explosión, entonces seguramente se traba de algo peligroso -Había soltado aquella pregunta con un tono de desaprobación-. ¿Es por ello que te visitó uno de los miembros del Concilio de Mercaderes? http://i.imgur.com/DlGsh4k.png
  20. Era la segunda vez que Edmund visitaba Egipto. Casi dos décadas habían pasado desde la última vez que él había puesto un pie en aquel país africano pero todavía recordaba todo con suma claridad. Aldair iba delante de él encima de un camello, cuyo pelaje llegaba hasta la articulación de las rodillas, que caminaba con parsimonia. Él iba siguiéndole los talones a lomos de un camello mucho más pequeño que daba pasos más de prisa para alcanzar al primero. Los tres meses que había estado allí tenían días largos y cálidos mientras que las noches eran tan frías que le habían calado los huesos. Edmund se sacudió aquellos recuerdos de la mente centrando su atención en el camino. Al llegar a las orillas al río Nilo se dirigió hacia una ciudad que se erigía en el oeste, constituida por unas cuantas edificaciones de ladrillos de barro y piedra que le daban un aspecto antiguo y único. En el sendero observó a unos cuantos nativos del lugar que le miraban con desconfianza y tenían razón en hacerlo pues el joven mago iba vestido como todo turista inglés. Por lo menos no se había vestido con las túnicas decolores oscuros que usualmente utilizaba ya que esa vestimenta lo delataría en el acto. El camello se detuvo frente a un desvencijado bar y la primera impresión que tuvo Edmund fue la de aquella fachada tan deplorable. El mago bajó con un salto y sus botas marrones de camping cayeron al suelo con un golpe seco. Bajó de una de las jorobas del camello un morral del mismo color de sus botas y pasó ambos brazos por los tirantes para colgárselo en la espalda. Antes de entrar al bar se sacudió el polvo de la camisa blanca y del pantalón de mezclilla de color caqui que vestía y se quitó el sombrero las gafas de sol y el sombrero con solapa y cámara de refrigeración pues ya no los utilizaría. En el morral tenía los objetos básicos necesarios para aquella aventura mientras que su modero de piel de moke resguardaba sus objetos y pociones más preciados. Exceptuando su medallón que le avisaba del peligro, este siempre lo llevaba al cuello debajo de sus ropas. Browsler parpadeó un par de veces y aclaró su vista para acostumbrarse a la poca iluminación que tenía aquel bar. Ubicó con sus ojos azules a un grupo de magos sentados alrededor de una mesa y se acercó hasta allí mientras se quitaba con un pañuelo la película de sudor que se había formado en su frente. Ya habían llegado Goderic, Ishaya, Emily y Sean. Edmund los saludó amigablemente, incluyendo a Elvis, quién sería su profesor en esta ocasión, quejándose un poco del calor. Cuando se sentó al lado de Emily le dio un suave beso en la mejilla a la bruja y dedicó un guiño a Goderic. Mientras reflexionaba sobre los métodos poco ortodoxos que utilizaba la universidad mágica sacó una cantimplora de agua de uno de los compartimentos del morral y dio un largo sorbo hasta acabar el agua. Browsler colocó la cantimplora de color transparente sobre la mesa y escuchó con aparente atención lo que comentaban los demás. El primero en hablar fue Elvis. Y mientras lo hacía, su cantimplora se iba llenando nuevamente de agua. Browsler sonrió y la guardó en el morral. Un desconocido se acercó hacia ellos y se dirigió directamente a Gryffindor, haciendo alusión a unas barcas. Edmund observó con suspicacia a Jay aunque luego relajó sus facciones, el desconocido no debía suponer ningún peligro o su medallón lo hubiese alertado. Elvis comenzó a hablar sobre las maldiciones mientras Edmund observaba a través de una de las ventanas perdiéndose en sus palabras, tenía la mala costumbre de no prestar atención, hasta que volvió el rostro al profesor cuando este les mostraba un objeto extraño. Sus orbes azules brillaron con intensidad mostrando un repentino interés. - Muchas gracias. –El encargado del bar se había acercado a ellos para ofrecerles un vino de un sabor dulce que causaba intriga. Edmund vació el vaso de un solo trago y el viejo encargado se acercó nuevamente para llenarlo. Edmund analizó a cada mago en particular mientras hablaba. Él prefería no hacerlo. Con el paso del tiempo se había dado cuenta que era mejor decir las palabras necesarias para evitar que estas pudiesen ser utilizadas en su contra. Sean pretendía obtener una cantidad de oro pues carecía de galeones, Goderic quería reforzar la seguridad de sus bóvedas, Ishaya aspiraba poder cuidar de sus hijos contra las maldiciones, Emily quería detectar las maldiciones y saber cómo contrarrestarlas. «¿Y yo por qué estoy aquí?» se preguntó Browsler mientras tocaba con su dedo índice la parte superior del vaso formando círculos. Detuvo aquel movimiento y vació una vez más su vaso saboreando aquel delicioso licor con rostro pensativo. Había logrado dar con el verdadero objetivo que tenía al decidir conocer de maldiciones pero no podía decirlo. - No creo que sea conveniente vaticinar que no corremos ningún peligro –afirmó Browsler colocando su vaso sobre la mesa, el cual un golpe seco que atrajo la atención de sus compañeros-. Es decir, estamos buscando la tumba de aquel faraón y resulta que es uno de los sitios más malditos de todo el mundo. –Su voz sonaba solemne, como si estuviese dando un discurso a un montón de personas-. Claramente estudiar las maldiciones no es tema fácil y conozco a más de un mago que ha perdido la vida a causa de esto. En lo que a mí respecta, no es la primera vez que vengo a Egipto y he oído un montón de historias acerca de Tutankamón, pero aun así no me fío de ellas.
  21. Era la primera vez que Edmund ingresaba a la segunda planta del Magic Mall. Uno de los encargados le había acompañado muy amablemente hasta la bótica. De no ser porque aquel regordete mago, posiblemente habría estado un par de minutos más antes de dar con aquel lugar. - Muchas gracias. -Edmund se despidió del mago con un lacónico ademán de mano. Siempre le había fascinado el arte de elaborar pociones, a pesar de que nunca había sido particularmente bueno en esa clase de Hogwarts. Browsler pasó su mano sobre los ventanales dela bótica y abrió la puerta de la misma con un empujón. Sus zapatos negros resonaban cuando caminaba sobre el piso de mármol negro mientras sus ojos azules recorrían las vitrinas repletas de pociones mágicas. Al acercarse al mostrador observó nuevamente a un mago que parecía reconocer... ¿Héctor? Browsler se dirigió hacia el libro que contenía todas las pociones y sus efectos mientras observaba furtivamente al susodicho. El encargado de la planta le estaba atendiendo, ¿de verdad se trataba de él? Sus pensamientos se disiparon cuando observó a su abuela realizar algunas compras. - Veritaserum, ¿eh? -comentó con voz sorna-. No quisiera ser a quien vayas a interrogar, queridísima abuela. Sabía que Sally se molestaría así que optó por alejarse unos pasos de la bruja, para luego dirigirse directamente al encargado. - Me llevaré estas -indicó acercándole el formulario. ID: 64963 Nick: Edmund Browsler Nivel Mágico: 11 Link a la Bóveda Trastero: enlace Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: enlace Fecha: 2016-03-05 Nombre del producto: Cerebro de Mermelada Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AA Puntos por unidad: 20 Precio: 1000 G Nombre del producto: Poción Herbovitalizante Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: AA Puntos por unidad: 20 Precio: 1000 G Precio total: 2000 G Total de Puntos: 40 puntos.
  22. - Está bien -respondió Browsler al trabajador de la planta-. Muchas gracias. Continuaré buscando a ver que más puedo llevarme. Edmund observó la exhibición de unas motos voladoras. Ciertamente aquellas motos lucían excelente y estaban a un buen precio, pero él prefería las escobas, obvió la exhibición y continuó por el estrecho pasillo. Llegó hasta una estantería que guardaba objetos de pequeño tamaño. Habían unas espectrogafas de un aspecto patético, ¿quién se aventuraría a comprarlas? Únicamente un chiflado lo haría. - Interesante. -Había encontrado un pequeño monedero que era bastante amplio en su interior. Claramente este había hechizado con un encantamiento de extensión indetectable. Browsler lo tomó y siguió su camino. Sobre una delas mesas observó un par botellas con polvos flú. Tomó una y se la llevó. Sin observar nada más que le interesara, Edmund se acercó al mostrador nuevamente y revisó que los objetos que había seleccionado estaban a la venta en el catálogo de objetos. Había llegado tarde para comprar las gemas de desaparición que quería. - Creo que será todo por hoy -afirmó, sacando una bolsita de galeones de su túnica negra. ID: 64963 Nick: Edmund Browsler Nivel Mágico: 11 Link a la Bóveda Trastero: enlace Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: enlace Fecha: 2016-03-05 Nombre del producto: Monedero de piel de Moke Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: A Puntos por unidad: 10 Precio: 500 G Nombre del producto: Polvos flú Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: A Puntos por unidad: 10 Precio: 500 G Precio total: 1000 G Total de Puntos: 20 puntos.
  23. ¿Una manada de hipogrifos sobrevolando aquella carretera londinense? El rostro anonadado de Browsler mostraba su incredulidad, ¿de dónde habían salido aquellas hermosas criaturas? Su contrincante había controlado a uno de ellos con un hechizo del libro de la fortaleza al rodearlo con un anillo de luz. Thomas había logrado salir ileso de la ola gracias a aquel hipogrifo, Niko y Mistify habían aprovechado también la situación para domar a los otros dos. Admiraba a aquellas criaturas, siempre le brindaban seguridad. Edmund había estado tan ocupado pensando en la ola que no se había percatado que Thomas había alcanzado a silenciarlo, pero no había tiempo que perder, su rival ya había blandido su varita para atacarle de nuevo. - ¡Morphos! –repitió. Un banco de piedra bastante amplio que se ubicaba a un par de metros a su derecha se transformó en un águila real adulta en un santiamén. Aquel maravilloso animal logró interceptar justo a tiempo aquel expelliarmus, aturdiéndola por unos instantes. Una nueva ola se aceraba… Alcanzaba a escuchar el sonido del agua nuevamente, ¿es que aquella amenaza nunca se iría? Era prácticamente imposible concentrarse en aquella situación. Estando cerca de uno de los edificios, Browsler subió por una de las escaleras de emergencia, esta era de hierro y ascendía directamente hasta el tope del edificio. Browsler corría piso a piso con todas sus fuerzas mientras la ola agarraba fuerza. Su águila arpía le seguía en todo momento con raudo vuelo. Justo antes de llegar a la cima del edificio de tres plantas la ola golpeó con fuerza y Edmund tuvo que sujetarse fuertemente de una de las barandas. Cada vez este fenómeno natural se hacía más fuerte y alcanzaba distancias mucho más altas. ¿Qué habría hecho Thomas esta vez? Sin querer bajar nuevamente por las escaleras ya que se encontraba exhausto, a Edmund se le ocurrió una idea. Saltó del edificio y se sujetó de las garras del águila, el animal intentó sujetarlo y mantener el equilibrio con sus alas pero fue en vano. Browsler cayó al vacío por efecto de la gravedad. Antes de estampar su rostro con el pavimento, accionó su amuleto volador, el cual brilló tenuemente reduciendo la velocidad de su caída. Edmund realizó una pirueta en el aire, una de las que usualmente hacía cuando jugaba al quidditch y cayó con habilidad en la calzada. - ¡Sectusempra! –bramó lanzando un rayo de luz verde hacia Thomas. Su águila real descendió en picada y se ubicó frente a él. Browsler se sentó en el pavimento y el animal extendió sus alas, haciendo que su envergadura cubriese a su invocador por completo.
  24. - Por los calzones de Stephanus, ¿qué demonios está sucediendo? El rostro perplejo de Browsler lo decía todo, no entendía nada de lo que estaba pasando. Recordaba que en la cueva del polo norte sus poderes habían sido mermados por los Guerreros Uzza, pero no sabía que para aquella ocasión fuese lo mismo. Ciertamente Hades lo había mencionado pero en ese momento él no había estado prestando atención a ninguna de sus palabras. Grave error. El escudo mágico de agua se había deshecho por completo empapando sus ropas ocasionando que sintiera frío. Había errado nuevamente el quitarse el abrigo. Reflexionó que por lo menos se había librado de aquella insólita ola que había surgido de la nada, pero ahora se encontraba indefenso nuevamente. A su alrededor se estaban llevando a cabo varios duelos a la vez. Mistify Malfoy se enfrentaba a Ishaya, Madeleine se enfrentaba al ministro y Axel contra Niko. Un poco más lejos pudo divisar a su primo Stephanus realizar un interesante movimiento contra Jank. - Pero que bien mueves esa varita, vaquero –comentó con aquel tono entre sarcasmo y lascivia que utilizaba a veces con él. Se imaginaba que su primo lo ignoraría o le lanzaría una mirada asesina como hacía siempre. Nuevamente aquel extraño sonido se acercaba amenazadoramente, ¿se trataba de agua? Edmund abrió los ojos de par en par al ver como una nueva ola daba la vuelta uno de los edificios dirigiéndose hacia él, había estado tan ocupado bromeando con Stephanus que no se había percatado que su anillo detector de enemigos brillaba notablemente. Levantó la varita con valentía decidido a enfrentarse a aquel fenómeno natural cuando escuchó el hechizo que Thomas/Enrick le había lanzado. Se había escuchado fuerte y claramente su grito, se trataba de un sectusempra. Así que al tiempo que la ola se le venía encima, un rayo de luz verde también lo hacía con la intención de asesinarlo. «Recuerda el hechizo que utilizaste para atravesar el derrumbe» Le recordó la voz de Aldair. « ¿Cómo era que se llamaba? ¡Vamos, Edmund! Recuerda…» - ¡Salvaguarda Mágica! No había necesitado pronunciar aquel hechizo, tan sólo con recordar su nombre y enarbolar su varita, su cuerpo se tornó intangible como los fantasmas que habitaban en Hogwarts. Tanto el sectusempra que su rival le había lanzado como aquella ola le habían traspasado como él muchas veces había traspasado a los fantasmas. Se sentía sumamente extraño observar cómo le atravesaba un rayo que en condiciones normales le había tirado al suelo del dolor o una poderosa ola que seguramente le hubiese arrastrado por toda la calzada de aquella vía. - Morphos –dijo Browsler. Su hechizo transformó la playera de Thomas/Enrick en una avispa marina que le inyectó su veneno al instante. El animal estaba ubicado peligrosamente en la espalda del joven mago. Hasta ese momento no se había fijado en la ropa tan ligera que el chico vestía, ¿es que no sentía frío?
  25. http://i.imgur.com/DlGsh4k.png Febrero, 27 Aquella jornada de vigilancia se estaba haciendo eterna. La tarde avanzaba lentamente mientras practicaba algunos encantamientos que había aprendido del libro de hechizos. Todavía no los dominaba por completo, pero ciertamente era más entretenido que estar observando las hojas de los árboles moverse al compás del viento. Browsler escuchó un suave «crack» que le hizo ponerse en guardia sacando su varita de la túnica de colores oscuros que vestía. Murmuró un Salvio Hexia que le había ocultado fuera de los límites de la Hacienda Tonks. Procuró no moverse ni respirar mientras observaba a una figura masculina avanzar hacia la hacienda, cualquier mínimo sonido delataría su posición. El mago no se percató de la presencia del miembro de la Orden del Fénix en aquella oportunidad gracias al hechizo que este había efectuado. Browsler observó como el susodicho se alejaba sin evitar entornar los ojos al notar lo ajustado que le quedaba aquel pantalón de cuero en su zona posterior. Sabía que había visto a aquel mago pero no recordaba dónde. Sí, si lo recordaba, tenía algo que ver con el Magic Mall... Seguramente iba a visitar a Ishaya para conversar con él sobre algunas de sus compras. Era bien sabido por todos que su compañero era un comprador compulsivo, ¿cómo le cabían todos sus objetos y animales en aquella hacienda? Edmund decidió acostarse sobre la grama, aún cubierto bajo aquel encantamiento, para tomar una siesta. Tenía una semana entera sin pegar un ojo y ya las ojeras casi le caían a los pies. Repentinamente bostezó, el sueño se comenzaba a apoderar de él. Decidió que era mejor descansar un poco, si algo malo sucediese, el ruido llamaría su atención. Pero ni siquiera los estruendos hechizos que realizaron los mortífagos aquella tarde, ni el patronus que había invocado Ishaya tiempo después le habían logrado despertar. Cualquier mago que lo viese en aquel estado, tirado sobre el suelo, habría apostado que Edmund estaba muerto. ------------------------------ Estaba en medio del océano pacífico. Aquella masa de agua salada hacía que le ardieran los ojos y la garganta pues había llegado a tragar un poco. Las fuertes olas que eran producto de una tormenta pasaban por encima de él intentando arrastrarlo hacia el fondo del infierno. Browsler no veía luz, el cielo estaba tan negro como la túnica que vestía, la fuerza del mar lo tenía practicamente inmóvil y sus fuerzas se iban agotando. Estaba cansado, se estaba ahogando, no tenía salida.... ------------------------------- Actualidad - ¡Maldición, Andrew! Browsler se levantó de malhumor, ¿cuánto tiempo había pasado desde que se había quedado dormido? Había odiado por completo el método que Andrew, su elfo doméstico, había utilizado para despertarlo. El elfo doméstico sonrió amigablemente y se disculpó por lo que había explicando sus razones. Edmund alzó su mano para callarlo, no quería oír explicaciones. Los rayos del sol que comenzaban a salir por el este provocaron que Browsler tuviese que parpadear un par de veces para aclarar su vista. Su rostro tenía un mejor aspecto, pero su túnica estaba toda sucia por el polvo. Dijo a Andrew que se fuera de vuelta al Castillo Dumbledore mientras él se dirigía hacia la hacienda para buscar a Ishaya y conversar con él. Al llegar a la puerta tocó un par de veces y esperó paciente. Fue atendido por una elfina doméstica. - ¿Se encuentra Ishaya? -preguntó con amabilidad aparente-. Dígale que un viejo amigo le busca.

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