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Reena Vladimir

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Todo lo publicado por Reena Vladimir

  1. Hacía tiempo que no iba por allí y tenía necesidad. No había tenido tiempo si quiera de pasar por el templo, en casa, por lo que ahora que estaba por el callejón me pareció necesario. Todo estaba como siempre. Me gustaba la atemporalidad del confesionario y me pregunté si es que los vampiros sentirían ese mismo gusto. Pero lo cierto era que yo no tenía esa capacidad y el cansancio cargaba mis huesos, frenaba mis músculos. Buscar consuelo era lo que necesitaba, una influencia positiva, algo que me diera ánimos. Me senté ante el esqueje diminuto que era el árbol que representaba mi orden y respiré profundo, cerrando los ojos. Intentando tocar con la conciencia el aura brillante del arbolito y cuando lo conseguí, me sentí caer al vacío. El golpe no fue mucho, pero cuando conseguí recuperar el control de mi cuerpo, estaba acurrucada en la hierba. A mis oídos llegaban los sonidos del bosque, claros y vibrantes; los olores a naturaleza y a libertad llenaban mi olfato. Cuando fui buscando consuelo, no esperaba encontrar aquel refugio en mi mente, porque sin duda estaba en mi mente... O no. No había sobrebrillos, ni distorsiones en la lejanía; los sonidos eran claros y no parecían encerrados en una habitación. Me levanté rápidamente y vi que ni siquiera mi ropa era la que me había puesto esa mañana. Era una túnica sencilla de color marrón abierta y pegada a mi cuerpo gracias a la fuerza con la que se cerraba el corsé de cuero marrón sobre mi tronco. Unos pantalones y unas fuertes botas completaban lo que parecía el atuendo de viajera. Normalmente no iba así vestida cuando recorría mundo pero era cómodo, por ahora al menos. Me pareció escuchar una voz, giré en redondo buscando su procedencia, esperando que se repitiera... OFF: Ha pasado otro mes... a ver si con este hilo, no dejamos que pase otro mes... @ @
  2. Como @ Parecía haberse quedado mudo ante los compresibles reclamos de su casi marido, le ofrecí el papel a él. -Piensa la respuesta mientras me firmas el documento. -No quería estorbarles mas, pero necesitaba la firma. Miré el reloj de mi muñeca para calcular cuanto me quedaba para llegar al ministerio y hacer el registro antes de que acabase mi jornada de hoy. Tendría que suprimir mi paseo por el callejón y aparecerme cerca del trabajo, pero era lo que había, si quería no tener esto pendiente mañana. -¿Se te ha olvidado el nombre? Es Demian... Le sonreí un poco para quitarle importancia y luego le guiñé un ojo a Emmet. Esperaba que reaccionara pronto... Off: Necesito que rolees que firmas, si no, no es válido
  3. A pesar de que sentía cierta reticencia hacia Emmet, me di cuenta de que parecía mucho mas sensato que Demian. A mi parecer se era debido a sus respectivas razas y sus palabras sobre convertirse en demonio me daban a entender que estaba desesperado por permanecer a su lado, puesto que había dos de tres posibilidades de acabar muerto. -Bien, caballeros, puesto que vamos a lo rápido, han de firmar al final de esta hoja. No me gustaba aquella formula aseptica de casarse, mi espíritu de sacerdotisa sufría, pero con un golpe de varita aparecí el documento que debían rubricar, se lo ofrecí primero a Emmet y seguidamente saqué de mi chaqueta una pluma con tinta integranda. -Bueno pues el papelito os declara Marido y Marido. Será oficial en cuento os lo registre en las fichas personales del ministerio, que como sabréis tardará unos días, no muchos, pero no será hoy. Les sonreí pidiéndoles paciencia y luego recogí el papel para asegurarme de que habían firmado en el lugar correcto, bajo sus nombres; que parecía sencillo, pero no todos acertaban a la primera para firmar en la línea de puntos. @@Emmet Haughton Gaunt @
  4. Sorprendentemente me vi arrastrada hacia el interior por un @ que decía cosas muy rápido, por lo que no me quedé con muchas de ellas. Pero me plantó ante su pareja osea que di por sentado que quería que todo comenzase. -Estoy preparada y tu @@Emmet Haughton Gaunt? Era un vampiro, osea que mucha preparación no necesitaba. Su naturaleza les hace siempre ir de un lado para otro y cualquiera podría ser el final de aquella unión. Pero bueno, yo los casaba ahora, registraba el papelito y santas pascuas. -¿Queréis que diga unas palabras o lo formalizamos fríamente de una vez? Yo casi prefería la de la frialdad, mas que nada porque no me gustaba demasiado estar en presencia de un vampiro no conocido, los recuerdos seguían haciendo que recelase de ellos. Y aunque notaba en el ambiente cierta tristeza, mi alerta era mayor que mi afán de sacerdotisa por consolar al prójimo.
  5. Demian, me había pedido el favor de que hiciera realidad su boda y a tal fin me había dado una dirección en el callejón Diagón, con una fecha anotada. Si él quería casarse sin previo aviso, pues se hacía y punto. Sería mi despedida para con él. Ya no lo vería mas en el trabajo, a menos de que decidiera volver a la plantilla ministerial, cosa que no tenía muy clara todavía. El paseo por la zona de tiendas era agradable, no había mucha gente y el sol calentaba lo suficiente. Casi sin darme cuenta llegué a donde el papel indicaba. Para no alargarlo mas abrí la puerta y entré, esperando unos segundos a que mis ámbares ojos se acostumbraran a la sombra del local y puesto que no vi a nadie por allí, aclaré mi garganta y levanté un poco la voz, por si estaban en la trastienda. -¿Hola? Disculpe, busco a @ o a @@Emmet Haughton Gaunt. Al menos el primero me espera. No sabía si me habrían escuchado bien, pero con toda la intención de esperar un ratito antes de marcharme, es que me puse a mirar lo que había por allí, sin acercarme especialmente al mostrador.
  6. Demian, me había pedido el favor de que hiciera realidad su boda y a tal fin me había dado una dirección en el callejón Diagón, con una fecha anotada. Si él quería casarse sin previo aviso, pues se hacía y punto. Sería mi despedida para con él. Ya no lo vería mas en el trabajo, a menos de que decidiera volver a la plantilla ministerial, cosa que no tenía muy clara todavía. El paseo por la zona de tiendas era agradable, no había mucha gente y el sol calentaba lo suficiente. Casi sin darme cuenta llegué a donde el papel indicaba. Para no alargarlo mas abrí la puerta y entré, esperando unos segundos a que mis ámbares ojos se acostumbraran a la sombra del local y puesto que no vi a nadie por allí, aclaré mi garganta y levanté un poco la voz, por si estaban en la trastienda. -¿Hola? Disculpe, busco a @ o a @@Emmet Haughton Gaunt. Al menos el primero me espera. No sabía si me habrían escuchado bien, pero con toda la intención de esperar un ratito antes de marcharme, es que me puse a mirar lo que había por allí, sin acercarme especialmente al mostrador.
  7. Miré a Heliké, al escuchar lo del hambre. Solo se nos ocurría a nosotros ponernos a cenar a las dos de la mañana. Pero eramos especiales, no se nos podía pedir normalidad. Ante lo que estábamos presenciando y como parecía que no íbamos a ningun lado. Sacudí la varita y las ventanas se abrieron. Luego abrí los brazos y el viento empezó a mover nuestras ropas. Fue cogiendo fuerza y girando alrededor de la intrusa, hasta que la levantó unos centímetros del suelo. El lobo blanco giraba a su alrededor, El viento era mas fuerte ahí, ya que ni a Heliké ni a mi se nos movía mas que la ropa y el pelo. Pero ellos si. Lo hacían en bloque e iban hacia la puerta. Ésta se abrió, se tragó el bloque que formaban mujer y lobo y se cerró, con un sonoro portazo, las ventanas se cerraron seguidamente y el torbellino se deshizo por completo al dejar su carga tras las verjas que cerraban los terrenos pertenecientes a la familia. Me doble por la cintura y apoyé las manos en las rodillas, mi pelo caía en cortina y ocultaba mi rostro. Sentía cansancio, físico, pero sobre todo emocional. No sabía como lidiar con una chica que decía querer a mi hija y a la vez era tan hostil con la familia. Tendría que hablar con Xell sobre ella, en cuanto tuviera un minuto libre, porque parecía que su llegada traía ajetreo a la vida de todos. Los muebles habían regresado y el fuego crepitar en el salón. A parte de eso solo escuchaba mi respiración. -Busquemos al resto Heliké y cenemos, antes de que se presente de nuevo y termine por darnos la noche. Me acerqué a ella y la cogí por los hombros, antes de silbar para que Mohité nos siguiera. Aunque en aquellos momentos agradecía la presencia de todos los animales vivientes en la mansión, no me molestaban dentro de la mansión. @
  8. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde La Oficina de El Primer Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Sophie Haughton con Kytta Gryffindor Rambaldi como cónyuge. El día 23/09/2016 en Italia. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: Registro de estado civil: Casada con Kytta Gryffindor Rambaldi Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW
  9. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde La Oficina de El Primer Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Kytta Gryffindor Rambaldi con Sophie Haughton como cónyuge. El día 23/09/2016 en Italia. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: Registro de estado civil: Casada con Sophie Haughton Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW
  10. Mi semblante serio y algo temeroso, se transformó en una sonrisa, al ver una cara amiga que se acercaba a mi con animo de prestarme ayuda. Me quedé encantada con su pelo... Tanto que ni la saludé. ni me di cuenta de que mi tía Sagitas, había surgido de la nada, escaleras arriba y casi nos caemos las dos, porque prácticamente me hizo un placaje. Son una sonrisa, le quité importancia al asunto, para que la dependienta no se asustase, pero la que terminó fría fui yo cuando la escuché y la vi sacar trozos de mis bonitas y útiles tazas... -Claro, con razón tras la reforma, no las encontrabas. Las tenía ella. -El pensamiento pasó muy rápido por mis ojos. Mi cara estaba pálida y mis labios formaban una O perfecta, no podía creer lo que veía y tardé en reaccionar. Mis ojos pasaron del cálido ámbar, al rojo sangre y la sonrisa se me esfumó. Miré a la dependienta y me di cuenta de que no merecía el bochorno que le iba a hacer pasar. Por ello cerré los ojos y respiré. Y respiré y respiré. -Buenos días señorita, me llamo Reena y quería varias cosas, a parte de todas las tazas auto-rellenables que tengan en la tienda y que va a pagar muy amablemente mi tía Violeta. Fui abriendo los ojos a medida que hablaba y terminé la frase con mi sonrisa ministerial, ni forzada, ni poco marcada. Profesional. Además de señalando con el dedo pulgar a Sagitas, ya que ella era la familiar de la que hablaba. -Si quiere, paseamos por aquí y le voy diciendo lo que quiero, para que luego me diga como formalizar la compra ¿Le parece bien? Es que yo de trámites ministeriales si, pero me sacan de allí y todos los pergaminos me dan miedo... Terminé la frase como si fuera un chiste, con una sonrisa fácil que le diera a entender a la castaña que se había ofrecido a ayudar, que era una broma que escondía realidad. No tenía la mas mínima idea de como hacer la compra que quería realizar y si le pedía ayuda a mi tía, podía llegar a arder la tienda entera y no estaba dispuesta a tirar mi pequeña fortuna de esa manera.
  11. Nunca me había dado por pisar el establecimiento que había frente al banco y ya que hoy tenía tiempo pues me dediqué a pasear por aquellos lares. Parecía que estuviera haciendo una visita guiada, lo miraba todo y andaba a paso de tortuga. Era maravillosa la construcción y me sentí arropada en aquel interminable pasillo. Claro que, el murciélago de la verja no me impresionó demasiado, puesto que en mi escudo de armas también tenía uno. Por el hall estuve paseando un buen rato, esperando que alguien apareciera para poder decirle lo que quería, por como nadie hizo acto de presencia, pues me fui asomando... En la escalera miré hacia arriba y al no ver nada, me acerqué a la puerta que traía "trastienda". No me gustaron los ruidos que salían de allí y decidí volver sobre mis pasos y subir la escalera. Paso a paso, haciendo el menor ruido posible, por si me estaba adentrando en el negocio mas de lo permitido, fui subiendo hasta la primera planta y allí fue cuando saqué coraje y levanté la voz. -¿Hola? Intento hacer una compra... ¿hay alguien que pueda ayudarme? No me separé mucho de la escalera por miedo a tener que salir corriendo.
  12. El enfado era real y estaba tomando tintes peligrosos, si no fuera porque mi demonio interior llevaba un tiempo sin aparecer, llevaría un buen rato destrozando el cuerpo de mi compañera de departamento, ya que, en esos momentos no controlo ni mi cuerpo ni mis instintos. Mohitihé se movió en dirección al lobo blanco que nada tenía que ver con su compañero de juegos, y le lanzó una dentellada al aire. Yo esperaba que fuera suficiente aviso y que se marcharan de una vez, porque habían aparecido el lobo de Matt y el hipogrifo de Heliké y aquello podía acabar muy mal. -No sé exactamente a qué estás esperando, pero márchate ya o lo lamentarás. Señalé con la mano libre hacia la puerta, sin ni siquiera mover mi varita, no iba a perderla de vista. -FUERA! No necesité un sonorus para que mi voz resonara en el hall de mi mansión, la ausencia de muebles y el silencio nocturno llevaron mi voz hasta cara rincón. Me alegré de que Xell se hubiera ido al templo, allí no me escucharía o como niña curiosa se plantaría allí para ver qué ocurría y defender a su familia.
  13. Iba a decirle que Xell acababa de llegar y estaba descansando, cuando me salió lo de "en son de paz" Y rompí a reír pero la varita no se bajó. -Paz! Vienes en son de paz! Eso había sido venir a media tarde y picar a la puerta, dar las buenas tardes y preguntarme si podrías ver a mi hija. O saludarme en el trabajo y preguntarme educadamente si aun sigo sin noticias de ella. Era el momento de que nos moviéramos hacia algún lugar y probé lo que menos enfrentamiento me planteaba. -Xell llegó hace un par de horas y nos pidió descansar antes de que nos sentáramos y nos contase toda la aventura. Osea que cuando despierte tendré la deferencia de preguntarle si quiere que te invite a escuchar esa aventura. Ya te lo diré en el trabajo. Y ahora sí, márchate. Esperaba que por las buenas al fin se marchase, no eran horas para visitas formales y mucho menos para las exigencias. Ya bastante nos había molestado y la quimera empezaba a avanzar hacia el otro animal, para que al recular este saliera de la mansión.
  14. Mohitié se movía alrededor de las intrusas, gruñendo y enseñando los dientes. Yo le pedí internamente que fuese precavida. -Me parece fantástico que quieras a mi hija, pero tu no sabes contentar a su madre... No iba a decir nada sobre la familia que ella había nombrado y a lo que Heliké había entrado al trapo. Todavía me estaba preguntando qué demonios había visto en aquella tipa, porque desde luego modales no. -Me da igual tu desamor y a quien hayas estado maldiciendo durante un año, no es problema mio y mucho menos del resto de la familia. Si quieres información sobre Xell, pídela con respeto. Márchate ya. Esperaba que mi hija me hubiera escuchado y me hubiera hecho caso. Que en aquellos momentos estuviera en el templo, con los niños y no escuchando nuestros gritos. Porque estaba empezando a sentirme impotente y no quería hacer algo de lo que mas tarde me arrepintieran o pudieran reclamarme. -No lo repetiré mas, Lisa. Estas no son formas. Por favor márchate. Dura de mollera yo, todavía no había bajado la varita. Por cómo era la visita, dudaba que me hiciera caso y si los animales de la casa se daban cuenta de que pasaba algo, acudirían, tal y como había echo la quimera.
  15. Un elfo me internó algo mas en la casa y cuando vi personas, saludé con timidez. No esperaba que me fuera a recibir la familia y por eso levanté la mano como saludo y cogí la magdalena que me dio Tamarindo. -Vaya, gracias. Como no sabía muy bien que hacer opté por entregarle a Cye el regalo que traía para ella y su bebé. -Bueno, yo es que no pude estar ni en el nacimiento, ni en la fiesta que seguro le hicisteis al recién llegado y he traído un regalo de disculpa... Ni siquiera estaba segura de que el bebé fuese varón, pero ante la duda podía alegar que "el bebé" es una forma genérica de hablar y para desviar un poco el tema, le di un buen mordisco a la magdalena, que sabía a gloria. -Está muy buena Tama. Oh! ahora que recuerdo, tenía que haber venido Sagitas conmigo, pero bueno, llegó tarde y decidí entrar por mi cuenta. No sabía que hacer, ni como comportarme, fuera de mi ambiente y mi zona de confort. Lo miraba todo y cuando cruzaba la mirada con alguna de las presentes, sonreía. Ni siquiera sabía que decir...
  16. Heliké parecía un poco tensa y quise achacarlo a que quería hablar sobre algo privado, pero para eso habría tiempo, ahora había que solucionar lo del niño y para ayudarme a pensar le pedí un plato de sopa a Taga. La sopa siempre resolvía mis problemas o ayudaba a que los solucionase, mas bien. Pero antes de hundir la cuchara en el humeante liquido, los problemas iban a crecer... La puerta fue tocada y al parecer alguien irrumpió porque los muebles que nos rodeaban y en los que estabamos sentados, desaparecieron, antes de escuchar una voz que se levantaba en contingencia. Akira, Ithilion y el niño se pusieron a llorar, no sé si porque desaparecieron los juguetes o por el insoportable tono en que hablaba la recién llegada. Tenía pinta de que era eso segundo. Miré a Xell en busca de ayuda. -Llévate a los niños al templo, Akira te ayudará, sal por el invernadero. Escuché los reclamos de Heliké aunque luego se disculpó y yo le hice una mueca para que supiera que la entendía, luego saqué la varita, como ella y corrí hacia el hall, que como el resto de la casa, no tenía muebles. Allí me encontré a Lisa y a uno de mis elfos contra la pared. Levanté la varita y me puse frente a ella. -Esto no es un asedio, es un allanamiento de morada, de una funcionaria ministerial con mas estatus que tu. ¿Qué es lo que quieres realmente? Si no fueras quien eres, te denunciaría en cuanto te saque de mis propiedades. Esperaba que se diera aires e importancia, pero estaba en la propiedad equivocada, usando palabras equivocadas y para dar mas pie a mis palabras, en la puerta principal y gruñendo, apareció mi quimera. Si una persona estaba invadiendo mi casa, una loba estaba invadiendo el territorio de Mohitié y eso podía acabar siendo un baño de sangre. Esperaba que el resto de mi familia estuviera a mi espalda, porque se podía liar una muy gorda si la jefa de seguridad del ministerio continuaba intentando allanar mi casa de malas formas.
  17. Puse los ojos en blanco ante los ataques de mi tía. Era irracional cuando mas seriedad necesitábamos, pero al final suspiré y le respondí. -A mi tampoco me emociona, no sé como se comporta Heliké con los niños. En realidad yo solo he pedido un pediatra. Puedes llamar al que mas te guste, tía. Siempre y cuando sea de confianza. Me encogí de hombros para que viera que me daba lo mismo y luego, antes de poder volver a sentarme me di cuenta de que cerca había un aura conocida. Con la varita en la mano y una sacudida, la puerta se abrió y en cuanto el cuerpo entró, cerré la puerta. -Bienvenida al drama! Estamos en el salón! Me quedé sentada al borde del sillón y pensé en Taga, que apareció unos segundos mas tarde con una bandeja llena de viandas. La noche iba a ser un poco larga...
  18. Había quedado con @ a la entrada de la Lockhart y ya tenía 15 minutos de retraso. Esta mujer era un caso perdido. Miré el reloj de nuevo y suspiré con pesadez. Al final cogí rumbo al castillo, porque me estaba enfadando y no me gusta visitar a nadie cuando no estoy equilibrada, por lo que decidí hacer la visita y ya cuando mi tía se dignase a aparecer que entrase o que se quedase fuera esperándome, me daba lo mismo. Ni les hice caso a los elfos de la caseta que había junto a la entrada y que sabía que estaban ahí por un sexto sentido que me alerta de la presencia de esas alimañas, aunque me prometí a mi misma hacer el intento de no tratarlos mal, por el bien de la familia; podían no esta a mis ordenes, pero a fin de cuentas lo estaban a las de un familiar querido. Y por la carretera fui hasta el castillo, deleitándome con el bonito jardín que daba el recibimiento. La puerta, de madera regia, se alzaba ante mis ojos. Aseguré mi paquete y la golpeé con ganas, arrepintiéndome en el acto, puesto que acababa de lastimarme la mano. Solo en momentos como aquel era que lamentaba las quemaduras de mi piel, que la hacían frágil y sangrante a la mínima de cambio y ahora me había pasado. Al elfo que me abrió la puerta le dije que buscaba a los patriarcas y contuve la sangre como buenamente pude. @ @ Zamolódchikova (soy fan de tu cambio de nick XDDD)
  19. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde la oficina del Primer ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Shena Cindy de Ryvak M. con Antoni Ryvak Dracony como cónyuge. El día 27/02/2017 en Braila, Rumania. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: Registro de estado civil: Casada con Antoni Ryvak Dracony Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW
  20. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde la oficina del Primer ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Antoni Ryvak Dracony con Shena Cindy de Ryvak M. como cónyuge. El día 27/02/2017 en Braila, Rumania. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: Registro de estado civil: Casado con Shena Cindy de Ryvak M. Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW
  21. Frucí un poco el ceño ante las amenazas de mi tía, pero le puse los ojos en blanco a mi hija para que no le hicera caso. Luego le guiñé un ojo y me centré en lo que decía sobre el departamento de transportes. -Vale, pues mas tarde vamos, total, trabajo no les falta osea que no creo que desaparezcan del ministerio así como así. Apartado eso de mis pensamientos, me acomodé mejor y animé a Xell a que nos contase alguna de sus aventuras. -Venga porfi, porfi, porfiiiiiiiiiiii algo, lo que sea, pero cuéntanos algooooo. Tenía las manos juntas, como si estuviera rezando y movía los pies nerviosamente, parecía una cría esperando por su cuento de las buenas noches. A pesar de ser mas que adulta, algunas veces hasta me sorprendía a mi misma, como era en aquel caso, con el mejor comportamiento persuasivo utilizado por los niños.
  22. Me senté en el sofá mientras observaba a mi hija, acunando al recién llegado. Tenía madera de madre. Me sentí orgullosa, aunque era algo agridulce. Siempre había deseado que ella pudiera tener hijos naturales y no como en mi caso, que no llevaban mi sangre, aunque si eran una grandiosa parte de mi. Sacudí la cabeza para sacar eso de mis pensamientos, ya que, la nostalgia no me servía de nada en aquellos momentos y me centré en lo que tenía delante. -No llora, Xell. No tiene hambre. Iba a decirle como la madre decía que se llamaba y a explicarle lo que decía la carta, y lo pensé mejor. Doblé la carta y la guardé. Me levanté y empecé a pasear por la sala, ordenando el plan de contingencia ante los acontecimientos, previniendo todo lo que se me ocurría. -Sagitas, en Santos mangos tienes a alguna pediatra de confianza? Necesito que la hagas venir para reconocer al niño. Si, ante todo, asegurarnos de que estaba bien de salud. Ya bastante marrón teníamos encima con el Regalito, como para encima que se nos muriera. -Luego, necesitaría que alguien avisase en la oficina del ministro a mi directora. Ninguno de nosotros puede permitirse ocultar a un bebé regalado, tenemos un ejemplo que dar ante el pueblo... Y familia: Nadie va a hablar sobre el bebé fuera de esta casa. ¿Está claro? En mi cabeza, fui tachando cosas a hacer: *Pedir reconocimiento medico *Avisar a la familia para que hicieran mutis *Pedir que viniera mi directora para que me dijera cómo proceder. *Buscar abogado -Oye tía, sigues teniendo el bufete? Nos vendría bien hablar con uno antes de que se presentase mi directora y nos diga que pasos dar... Era eso o... Miré a Xell, no quería que nadie dijera de ella lo que había pensado mi tía, nada mas verla con el bebé en brazos. No quería que las malas lenguas tacharan a mi hija de fracasada, por dejar que la naturaleza siguiera su curso y haber vuelto a casa por que su pareja la abandonó. Lo cierto es que no sabía lo que la había llevado a marcharse, mucho menos a volver. Pero no quería que nadie la juzgase tan duramente. Yo la quería y me daba todo igual, era mi hija. -Otra opción es que digamos que es tuyo, Xell, ya que has estado fuera es mas creíble... Pero habría que inventar una historia para atar cabos... La losa está a tus pies ¿Quieres cargar con ella, hija?
  23. Separarme de Xell fue doloroso, sentí como si me arrancaran el corazón. Ni siquiera me había dado cuenta de que le echaba de menos con tanta intensidad... Pero había algo en la puerta y ella quería ir, además su aura entristecido me dijo que, abrir, además era una pequeña escusa para no terminar llorando. Cuando pronunció la palabra Bebé, salí de mi ensoñación y la miré confusa, no le había pedido la nota que mencionó cuando apareció Matt ni cuando empezó a volar por el aire... Solo cuando Sagitas le habló tan burdamente a mi hija, es que al fin me puse en movimiento. Bajé al suelo al pelirrojo y recogí la carta de manos de Xell, antes de señalar a mi tía con el dedo para decirle: -¡Eso! Es un niño, ni que tu nunca hubieras tenido ninguno y quiero que te disculpes con Xell ahora mismo. Dicho eso y antes de que me replicara desdoblé la hoja y la leí. No comprendía esos comportamientos egoistas y por toda la información que tenían sobre nosotros, no podía ser un muggle, osea que se trataba de una squib con pocas ganas de dedicarle tiempo a su hijo, porque toda la vida ha nacido magos en familias no magicas y los niños llegaban a los 11 años sin carencia ninguna... Suspiré con pesar, no aprobaba el abandono, pero al menos había escogido una familia adecuada. -Está bien, tiene alguna herida? Me acerqué a mirarlo y revolví entre las mantas hasta que encontré un cuerpecito cálido y bien alimentado. -Adentrémonos en la casa, no le vaya a dar una corriente a alguno de nosotros y terminemos con un fiambre además de un niño abandonado...
  24. Llevaba un rato en la cripta, vagando por los pasillos, como si buscase algo y no supiera realmente el qué, cuando de repente escuché un grito. - ¡Sagitas! Que se escuchasen gritos no era habitual y no porque hubiera normal alguna, sino por respeto hacia el resto o por intentar ser confidencial con lo que dice, pero algo me decía que debía subir de inmediato. Las escaleras casi ni las vi delante, las subí mas rápido de lo que pensaba y me encontré a la hermana de Heliké, de la cual no recordaba su nombre habitualmente, menos ahora, sujetando a mi tía en dirección a un banco. Llegué a su lado cuando Annabelle se ofrecía a avisar a alguien. -¿Qué ha pasado? Trae el agua de ese altar. Me daba lo mismo que fuera el símbolo característico de los creyentes en Poseidón, yo sabía que no era agua salada y ahora iba a tener mejor fin. -¿Te encuentras bien? Le aparté el pelo de la cara a mi tía y le busqué los ojos en un intento de que me mirara y contestara a mis preguntas... Off: Dejáis que me sume a vosotras? ^^
  25. Nadie parecía hacerme demasiado caso, por lo que me quedé lo mas cerca de la puerta principal que pude, en una silla acomodada. No me parecía que allí fuera a haber una boda en breve. O es que en aquella familia tenían los nervios muy templados... Fuera como fuese, yo estaba la mar de tranquila, tenía las horas pagadas y no tenía mas que esperar a la ceremonia. Según los invitados se movieran, iría con ellos y así no me perdería, era muy sencillo. -Perdona! Elfo! Soy del ministerio, podrías decirme exactamente donde será la boda? y podrías hacer que alguien me trajera un refresco, mientras espero a la ceremonia? Gracias. De la que pasaba por mi lado, el elfo domestico se vio asaltado por mi, pero tampoco hizo nada agresivo, sólo se quedó mirándome. Yo esperaba que me hiciera caso y poder cumplir con mi trabajo.

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