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Adrian Wild

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Todo lo publicado por Adrian Wild

  1. Al parecer Xell había vivido un año muy movidito. Me alegraba ver a la rubia tan motivada y de vuelta. Me había soltado todo tan rápido que casi no había pillado todas las preguntas que me había hecho, así que me dediqué a contestar por encima. - No te preocupes, yo también he estado fuera mucho tiempo. Ya sabes, tengo muchos viajes programados y una familia muggle a la que atender. Aquella información quizá era excesiva, nunca hablaba abiertamente de aquel tema, porque sabía que todavía en muchos lugares no estaban bien vistas las relaciones directas con muggles. Además, parecía que tenía hijos y algún compromiso amoroso, pero estaba bastante alejado de la verdad. Intenté disimular mi metedura de lengua y tras revisar de forma rápida las reacciones de alrededor, continué: - Yo creo que todavía no estoy preparado para volver al caos de Accidentes. Estuve en Internacional una temporada, pero ahora quiero dedicarme plenamente al teatro-escuela, ¡os tenéis que pasar! Vamos a tener una función de una compañía de circo por primera vez. Entonces reparé en la otra mujer que había en el local y que no parecía ser familiar. ¿Sería otra de las Warlocks? ¿Y Sagitas estaba diciendo algo de regalos? - Pues yo la verdad es que he venido de casualidad. Al parecer la apertura de vuestro negocio está dando mucho de qué hablar --dije pensando en la conversación del Caldero Chorreante--. No sé si es una repercusión buena o mala, pero da que hablar y yo me he pasado por curiosidad. Mana --miré a la pelivioleta--, muchos ya sospechan que tienes algún trapicheo raro para poder mantener tantos negocios. --Hasta yo lo pensaba ya--. Pero bueno, ya que estoy aquí no me vendría nada mal una revisión de varita. --¿Qué demonios le pasaba a mi lengua, por qué hablaba tanto?--. Y si es regalado, aún mejor. Sonreí mirando a las dos propietarias. Parecía una broma, sólo por el aspecto se notaba que no tenían nada que ver, por no hablar del aura tan diferente que desprendía cada una.
  2. Adrian Wild

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    Nick: Adrian Wild ID: 83911 Libro de Hechizos: Libro del Equilibrio Justificante de compra del Libro (Link a la bóveda trastero): Link Rango Social: Dragones de Plata Nivel de Magia: XII Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Marzo 2010 Link a la Bóveda: Bóveda No. 78776 Link a la Ficha: Ficha No. 78654 Reprobaré, así que ahí dejo para Julio .-.
  3. - ¿Un negocio de varitas llevado por cuatro Warlocks? Ahí hay algo sospechoso Tom, te lo digo yo. - Bueno, si no me he enterado mal una de ellas es la señora Potter Blue, y yo no creo que... - ¡Uy! Pero si esa es de la que menos me fío yo. Parece mentira Tom, con la de veces que El Profeta a cubierto escándalo provocados por esa mujer y los de su alrededor. El Ministerio estaría más seguro si esa... No alcancé a escuchar más de la conversación. Al parecer aquel mago había usado algún conjuro extra para evitar precisamente lo que yo estaba haciendo, escuchar con oído indiscretos aquello que decían. Acababa de llegar al Caldero Chorreante cuando había escuchado la primera frase y me disponía a seguir avanzando hacia el patio trasero hasta que escuché los apellidos de mi hermana Sagitas. Entonces fue cuando me paré en seco junto a la puerta del patio y observé por el rabillo del ojo a aquel mago barbudo y con los mofletes colorados, que hablaba ávidamente con el tabernero. Había disimulado, fingiendo que ojeaba un cartel colgado sobre la pared, junto a la puerta, pero lo único que leí de verdad fue "escarbato". Cuando aquel hombre activó la protección para continuar la conversación, retomé mi paso, sin darme la vuelta. No sabía si lo había hecho por mí, pero no quería darle motivos para pensarlo. Había olvidado para qué iba al Callejón Diagón: tenía que ver a Sagitas y su nuevo negocio. Otro más. Cada vez me impresionaba más la habilidad que tenía la pelivioleta para mantener tanto negocio. En verdad hasta yo creía que debía tener más de algún chanchullo y más de algún elfo esclavizado en la sombra para poder tener tantos abiertos. No tardé en dar con el local. No era muy grande, al menos no a simple vista, y por las voces que oía en el interior ya supe que la payasa tenía visita. Le eché un vistazo al nombre. ¿Herederas de quién? Ahora sí que tenía que hacerle más de una pregunta a la empresaria del año. - ¡Ostras! Pensé que tenías visita, no a medio Ottery aquí metido --dije al tropezarme con unos pies nada más abrir la puerta, que se quedó abierta revelando al exterior lo que ocurría. Efectivamente el espacio era tan reducido como se veía desde fuera. Al menos la zona de tienda. Recuperé el equilibrio y me giré para disculparme con la persona con cuyos pies había tropezado. - Perdó... ¡¡Xell!! --No pude evitar avalanzarme sobre la rubia y apretarla entre mis brazos.
  4. - Interesante... --murmuré al pensar en todas las posibles pociones nuevas que podía experimentar en el castillo. Bueno, en el castillo o allá donde quisiera que estuviese, porque poco a poco me había hecho con una especie de "equipo de pociones portátil" debido a mis constantes viajes y a mi a veces incontrolable necesidad de practicar la elaboración de pociones. De hecho, todos mis conocimientos de herbología me los habían dado las pociones y los años de experiencia, claro que, más de una vez, había tenido malas pasadas con efectos inesperados de materias no conocidas; no estaría mal dar algunas lecciones de herbología alguna vez, pero me gustaba la experiencia del ensayo y error. Athena comenzó su explicación acerca del libro y de lo que su aprendizaje suponía. Yo me senté a su lado, con el libro entre los brazos apretado contra mi pecho y me quité las gafas de sol poniéndomelas sobre la cabeza. Miré el libro. Como bien indicaba su nombre, era el libro que ponía en orden todos los poderes del mundo, que permitía a quién aprendía sus secretos equilibrar las fuerzas opuestas que movían el mundo. Sí, aquello era fácil de entender, pero experimentarlo era otro cantar. Cerré los ojos como me pidió la instructora y respiré hondo. Al principio me resultó casi insoportable. Estaba muy poco acostumbrado a parar en seco, a la calma absoluta. Mi mente saltaba de una idea a otra, de una imagen concreta a otra mucho más abstracta y en esa guerra interna me mantuve durante un buen rato. Sin embargo, poco a poco y con ayuda de la respiración, fui encontrando esa calma, esa sensación de la que tantas veces me privaba inconscientemente. De pronto, algo hizo "clic" en mi interior y en ese momento supe que podía abrir de nuevo los ojos. Todavía sostenía el libro entre mis brazos, pero había ido aflojando la presión y sentí cómo este desaparecía. Ya no necesitaba revisar nada en él, y mi mente, sin previo aviso, le había mandado de vuelta a la habitación. Durante la hora siguiente estuvimos practicando los movimientos de dos de los hechizos del libro. Al principio Athena me explicó su ejecución, los pensamientos que debían hacer aparecer las motas de fuego y el hielo. Practiqué con uno y con otro hasta que ella me hizo alternar entre ambos y cambiar del uno al otro en cuestión de segundos. Algo dentro de mí empezó a conectarse. - Vale, creo que ya los tengo. Athena me pidió que cerrara de nuevo los ojos y así lo hice, colocado de pie de espaldas al pantano y a la piedra donde ella se había sentado de nuevo. De pronto sentí que a mis lados aparecían dos corrientes de aire, una más cálida y otra un poco más fresca y escuché sonidos de cascos golpeteando un camino de tierra. El sonido se acercaba. ¿Tenía que abrir lo ojos ya? Mi corazón se aceleró. Intenté mantener la concentración. Quizá aquello fuera una prueba para comprobar si en situaciones de estrés también podía mantener el equilibrio entre cuerpo y mente. Pero aquellos caballos se seguían acercando, uno a cada lado. ¿Pero por qué Athena no me decía de abrir los ojos? Tocotoc, tocotoc, tocotoc, tocotoc. Abrí los ojos de golpe y miré a ambos lados. Por mi derecha venía directo hacia mí un hipogrifo encabritado y por mi derecha un Aethonan diría que más rápido aún. Si tenía que atacarlos al mismo tiempo, ¿por qué no me había hecho abrir los ojos antes? <<Flechas de Fuego>>, pensé apuntando al Aethonan. Una virutas ardientes se cruzaron en su camino y le hicieron parar de inmediato, quedándose atrapado en el portal que se cerrí de inmediato. Sin embargo, por el sonido de los cascos del hipogrifo supe que no me iba a dar tiempo más que a darme la vuelta para apuntarle. Cerré los ojos, me concentré y pensé un rápido <<Salvaguarda Mágica>>. Sentí cómo el hipogrifo me atravesó, entrando en el parque donde nos encontrábamos y pasando por delante a Athena. Le apunté con mi varita y murmuré un <<Semillas de Hielo>>. Del frasquito de las semillas desaparecieron un par de ellas y salieron a través de mi varita, lanzadas violéntamente contra el hipogrifo que quedó congelado en mitad del galope justo cuando iba a saltar un tronco caído. Respiré profundo. Miré a Athena, que sólo podía contemplar al animal cubierto de hielo hasta que empecé a notar de nuevo mi corporeidad. Mi respiración agitada después de aquella maniobra extrema se enfrentaba a la calma de su observación satisfecha. Eso sí que era un contraste de opuestos. - ¿Cuándo me ibas a avisar que abriera los ojos, cuando los tuviera ya encima? --dije todavía sin respiración, apuntando al hipogrifo y tragando saliva con dificultad. Miré al animal congelado--. ¿Le puedo controlar? --pregunté entonces, refiriéndome a aplicar un "Orbis Bestiarum"--. Creo que prefiero tener un compañero en la clase.
  5. Nick: Adrian Wild ID: 83911 Conocimiento: Runas Antiguas Nivel de Magia: XII Link a la Bóveda: Bóveda Nº 78776 Link a la Ficha: Ficha Nº 78654
  6. - ¡Claro! Seré idi***. Menos mal que tenía siempre cerca a mi pendiente elfo para ayudarme en mis discordias. Tras haber intentado durante una larga media hora llevar todos los anillos, amuletos y artefactos conseguidos hasta la fecha por aquellos libros tan particulares de hechizos, Wilmo me sugirió que usara mi monedero de piel de Moke para llevar algunos ahí guardados. Aquello facilitó mucho las cosas. Colgados al cuello llevaba el Amuleto Volador, el de la Curación y todos los nuevos artilugios que había adquirido con el Libro del Equilibrio; en mi mano derecha llevaba el anillo detector de enemigos y el de amistad con las bestias y en la mano izquierda el antiveneno. - No creo que venga para comer --le indiqué al elfo mientras guardaba el monedero en uno de los bolsillos internos del chaleco. Revisé la nota donde indicaba el lugar en el que tenía que aparecer dentro de cinco minutos. Por una vez no iba tarde, a no ser que me perdiera en la traslación. Esta vez no se trataba de un destino extraño, era un bosquecillo cerca de Londres. Aunque quién sabía lo que Athena podría haber modificado en aquel lugar para poder llevar a cabo la clase. Me puse las zapatillas tipo "Converse" negras a juego con el chaleco de viaje, la camiseta blanca y los pantalones elásticos negros y me coloqué unas gafas de sol de patillas doradas y montura negra, semicirculares. Aquella mañana había salido a los jardines y ya me había dado cuenta de lo necesarias que eran las gafas de sol; sólo esperaba que no hiciera mucho calor, porque aquellos pantalones no eran los más frescos que tenía. Cogí el libro del Equilibrio entre mis manos, me despedí de mi elfo y giré sobre mis talones, dejando la habitación manga por hombro. Cuando aparecí en el lugar exacto sólo vi a la mujer sentada sobre una piedra de superficie plana, al lado del pantano. Por su presentación intuí que era el único alumno. - No me fastidies, ¿clases particulares? --comenté sin ninguna pretensión en la voz--. Bueno, espero que no te canses de mí como en las clases del libro de Fortaleza, ¿fue ese el que repetí contigo, no? Si mal no recordaba aquel había sido el último encuentro y del que más recordaba a aquella mujer. Miré a mi alrededor. Para nada me desagradaba, amaba los bosques o cualquier sitio que tuviera la suficiente espesura de árboles y maleza como para corretear y perderse. No sabía si la mujer conocía mi condición vampírica, pero si lo supiera también sabría que me pasaba horas subido a los árboles; amaba contemplar el mundo desde las alturas. - Pues le he echado un ojo sí, y dos. Creo que no tengo muchas dudas, pero me gustaría saber un par de cosas: primero, ¿cuánto tardan en reponerse las semillas de hielo una vez se gastan? --dije sosteniendo el botecito colgado a mi cuello-- y segundo, respecto a los perfumes y las pociones en los que se usan los pétalos de pensamientos... ¿Vamos a aprender a fabricarlos y diferenciarlos? Era un entusiasta de las pociones, y siempre que descubría un ingrediente nuevo quería saber todas sus propiedades y usos. - El resto de dudas creo que se irán resolviendo a lo largo de la clase.
  7. Adrian Wild

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    Nick: Adrian Wild ID: 83911 Libro de Hechizos: Libro del Equilibrio Justificante de compra del Libro (Link a la bóveda trastero): Link Rango Social: Dragones de Plata Nivel de Magia: XI Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Marzo 2010 Link a la Bóveda: Bóveda No. 78776 Link a la Ficha: Ficha No. 78654 Pues ya llega el verano por aquí y mi tiempo más libre, así que hay que aprovechar :3
  8. ¡Muy buenas! Pues me paso por aquí para reportar un error en la puntuación de una de las pociones de mi ficha. No me había dado cuenta hasta ahora que he revisado para comprar y me he fijado que la Poción Multijugos está en categoría AAAAA y da 160 P. En mi ficha está a categoría AAAA con 80 P. No sé si cambió de categoría en algún momento y yo la compré antes o ha sido un error desde el principio. Dejo el link a mi ficha: http://www.harrylatino.org/topic/78654-ficha-de-adrian-wild/ Vale y acabo de encontrar el post del descuento de la compra en la Bóveda y efectivamente se cobró como un artículo AAAAA, a 8000 G: http://www.harrylatino.org/topic/78776-boveda-de-adrian-wild/?p=5082272 Creo que lo dejo en el lugar correcto. *dejo pastelitos*
  9. ID: 83911 Nick: Adrián Wild Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Nº 107285 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nº 78776 Fecha: 2018-05-02 Poción: Veritaserum Puntos: 160 P Precio: 8000 G Poción: Amortentia Puntos: 160 P Precio: 8550 G Total de puntos: 320 P Total de Galeones: 16550 G
  10. Siento no haberme pasado a colaborar en la elaboración del rol T_T Ya empiezo mi desaparición, pero espero que sólo sea hasta finales de mayo (termino exámenes y cosas gordas el 17 pero luego tengo ensayos y actuaciones). En cuanto pueda me leo el rol que habéis armado y si puedo, cuando se abra, me incluiré. Aish, qué rabia esto de ser mayor y tener cada vez más cosas que hacer xP Luego estáis los superhéroes y superhéroas que aun teniendo mil cosas podéis con todo. Un abrazo fuerrrrrte <3
  11. @@Hayame Snape Potter Black JAJAJAJAJAJA Me ha fascinado tu poema, Hayame Snape Potter Espronceda xD *Aplausos no pregrabados* Yo por mí que se reabra el topic sin el título del concurso también, por continuar directamente. Pero vamos, que si no, hago el resumen y lo reabro en uno nuevo. Lo que diga la señá @ . Y sí, me gusta el nuevo rol, además para mediados de mayo (aunque también va a ser un mes intenso) espero estar algo más liberado. Pero no adelanto acontecimientos, sólo espero poder participar. Al menos en la construcción del primer rol creo que podré. Me marcho a hacer tarea, a ver si a finales de semana o este finde puedo leer por aquí todo. *dejo una foto de mí para que no me olviden*
  12. ¡Aaaaay! Qué bien leerte tan feliz y con tantas ganas :3 Yo la verdad es que también, desde que me metí hace unas semanas estoy retomando esto con mucho gusto, por eso no quería frenar uno de los pocos roles que me había pautado mantener. Así que bueno, yo por mi parte lo reabrimos, solo que no sé cuales son las condiciones, si se puede seguir en concurso o hay que abrirlo aparte. No quería arrobear a Sagis, pero al final lo hago para que nos lea cuando pueda (aunque sigo sin entender cómo le puede dedicar tanto tiempo a leer y responder siempre todo). @ <3 Y sobre la historia de Izbediah y Rozak, había pensado ir metiendo recuerdos así de infancia y juventud juntos y que algún drama ocurriese después para que estén tan "distanciados", era mi idea inicial, aunque claro, cometí el error de no avisarte ni informarte ni nada a esperas de que entendieras el rol. Mea culpa. Pero le podemos dar profundidad a todo eso
  13. Me encanta lo bien que iba la trama de ese nuevo rol que propones Hayame hasta que la estatua cobra vida y se empieza a cargar a todo el mundo JAJAJAJAJAJA Y otra cosa, @@Hayame Snape Potter Black, ¿CÓMO QUE TU PERSONAJE NO TIENE NOMBRE? Precisamente por eso puse luego en uno de mis roles: Para relacionar a nuestros personajes como hermanos xD Quizá me colé, pero al leer pensé que ese era el nombre de la mujer. @, claro es que lo que no me ha quedado claro es si se podía reactivar en el mismo tópic para seguir con el Concurso o si queremos seguir con el rol debe ser ya en un rol normal del bosque. Y yo tampoco sé mucho del mundo de las hadas, inventé todo, ahí está la gracia, que podéis sumaros y añadir cosas a ese mundo. De hecho es como la "comunidad" de esa hondonada que da paso a la montaña donde surgen ambos ríos, el de los Mil Colores y el otro que me inventé. Pero mi otro personaje, Rozak (el que creía que se había entendido que era hermano del de Hayame jajajajja) pretende ir al otro lado de la isla a encontrar la solución y allí puede haber más personajes... Me pongo a imaginar y fantasear y armo un rol enorme JAJAJA Necesitamos más personas, eso sí. Pero claro, yo de hecho casi nunca me paso por el Bosque cuando estoy en el MM, pero justo ahora, antes de meterme en ningún departamento hasta que tenga más tiempo, pues me quería meter en este :3
  14. @ ¡Precisamente la inventé (aparte de porque me dió de lleno la inspiración de las musas) para que pilláseis personajes del mundo feérico también! O de los que había mencionado yo o nuevos :3 Por eso se me ha hecho muy cortito T_T Yo si la jefa suprema moderadora está de acuerdo y Hayame también, pues que se reabra :3 A no ser que haya otra propuesta para el Concurso, aunque por lo que veo hasta mayo nada. Y ya jajajaja Es que vengo con muchas ganas de rol, aunque ahora voy a tener otro mes y medio movidito... Pero espero pasarme como me estoy pasando ahora.
  15. Espera, espera, espera... ¿Pero el concurso no duraba hasta mayo? ¿¡Por qué está cerraaaaado!? Quizá haya sido imaginación mía el haber leído que los roles de los concursos duraban dos meses, que también puede ser. Joooo, pero yo quería seguir con ese :3 Bueno, en verdad es un poco queja porque sí, pero me ha pillado desprevenido el cierre y ahora al meterme lo he visto T_T Manaaaaaa, si te han secuestrado a Sagitas no lo pagues con nosotros ¬.¬ jajajajaja Bueno, así dejo post por aquí también y os digo que me encantaba la trama que empezábamos a llevar
  16. ID: 83911 Nick: Adrián Wild Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Nº 107285 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nº 78776 Nivel mágico: XI Fecha: 2018-04-01 Criatura: Puffskein Puntos: 20 P Precio: 1000 G Criatura: Crup Puntos: 40 P Precio: 2000 G Total de puntos: 60 P Total de Galeones: 3000 G
  17. ID: 83911 Nick: Adrián Wild Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Nº 107285 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nº 78776 Fecha: 2018-04-01 Poción: Doxycida Puntos: 10 P Precio: 500 G Poción: Filtro de la Paz Puntos: 10 P Precio: 500 G Total de puntos: 20 P Total de Galeones: 1000 G
  18. ID: 83911 Nick: Adrián Wild Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Nº 107285 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nº 78776 Fecha: 2018-04-01 Objeto: Armario evanescente Puntos: 160 P Precio: 8000 G Objeto: Moto voladora Puntos: 80 P Precio: 4000 G Total de puntos: 240 P Total de Galeones: 12000 G :3
  19. Bolinda había venido a nuestro encuentro y se había llevado al pobre Mark, que todavía respiraba de forma entrecortada. Le pedí que le diera un buen vaso de agua y le curara las posibles heridas que aquel bruto le pudiera haber causado. - Es una compañía circense rusa, pero todos tienen los visados. En una de las numerosas reuniones que había tenido con Nikolay, que ahora se encontraba aplacando la ira de su portor, me había entregado los visados de absolutamente todos los miembros de la compañía, por eso no entendía qué problema había. Es más, Sagitas me había asegurado al hablarme de ellos que era una compañía reciente pero muy decente, que siempre cumplía con los plazos y los documentos requeridos. Quizá se hubieran traspapelado los registros de esos visados en el Ministerio; si el departamento había estado haciendo muchos cambios de personal, era bastante fácil que aquello ocurriese. - Claro que podréis hablar con ellos, siempre y cuando Nikolay os lo permita, porque como veis, están al borde de un ataque de ansiedad colectivo nada bueno el día de antes de una representación --respondí a Elliot casi sin mirarle, atento a los movimientos de Nikolay y su artista--. De todos modos, tengo que tener las copias de todos los visados que me entregó el director y productor, justo ese hombre que está intentando tranquilizar al grandote --comenté señalando a Nikolay. Otro ruidito proveniente del estante de la entrada me hizo mirar fijamente y casi sin pensar hacia allí. No veía nada. Aquello era muy extraño, pero... Espera. - No me lo puedo creer. Me acerqué ante la sospecha de que aquel reflejo violeta que veía en el cristal no era un reflejo, sino un mechón de pelo de la payasa de mi hermana. Separé la estantería con un movimiento de mi varita y cuál fue mi sorpresa al no sólo encontrar oculta a Sagitas, sino también a... - ¡Hayame! --No comprendía nada--. ¿Qué... Qué demonios hacéis aquí, escondidas? ¿Algún imprevisto más en medio de una visita ministerial bastante comprometida?
  20. ¿Yaxley? ¿Otro Yaxley en el departamento de Cooperación Mágica Internacional? ¿Acaso aquella familia pretendía hacerse con el control de las relaciones internacionales del mundo mágico inglés? Bueno, en verdad no era algo extraño que toda una familia trabajara junta en un mismo departamento; yo ya había tenido esa experiencia durante bastante tiempo en la tercera planta del Ministerio. El joven -bueno, en realidad no sabría decir si era más o menos joven que yo en apariencia- de inusuales ojos violetas no se andó con miramientos y fue directo al grano. Al parecer el departamento se había enterado de mis nuevos contratados rusos. Pero, ¿y qué problema había? Normalmente los de Cooperación no teníamos que... No tienen que revisar nada si todo está en orden. - Espera, espera --dije tras comprender sus palabras--, ¿cómo que no figuran en los registros? Pero si todos me han proporcionado sus pasaportes y hemos tramitado ya los contratos sin ningún problema. No comprendía dónde estaba el inconveniente. Si no estaban registrados en los ficheros usuales, sería porque figurarían en los "visados temporales" ya que apenas estarían tres meses en el país. Conocía perfectamente la normativa y el funcionamiento de todo aquello, al menos sí lo más importante. Miré a Maida. Ella sabía que nunca había hecho mal ningún trámite mientras trabajaba en el departamento, y que de hecho me tocaba casi siempre revisar todos los registros. ¿Acaso estaban insinuando que había contratado a inmigrantes de forma ilegal? Un gruñido tras los estantes de la puerta del vestíbulo me sacó de mis pensamientos. Al parecer Elliot también lo había escuchado, porque había dirigido al instante su mirada hacia los mismos estantes. Pero no había nada allí. La puerta de la sala Le Jongleur se abrió de nuevo, apareciendo tras ella Denis, uno de los acróbatas de la compañía; de pronto se oyó un fuerte ruido y un chillido del interior que no delataban nada bueno. Inmediatamente después, vi salir disparado hacia nosotros a Mark, uno de los elfos trabajadores del Ars & Vita. Atravesó el vestíbulo volando y chocó contra Maida, cayéndose ambos al suelo. - ¡Ay madre! --exclamé casi en la cara del empleado ministerial. Corrí a ayudar al elfo y a la chica a levantarse del suelo. - ¿Estáis bien? --miré al aturdido Mark--. ¿Qué demonios ha ocurrido? Miré de nuevo hacia la puerta de la sala, el resto de elfos estaban sujetando a un gran hombre de dos metros que estaba rojo de ira. - ¡¡Y PREPÁRRRATE COMO TE VVVUELVA A PILLARRR!! --gritó señalando a Mark con un amenazante dedo. Nikolay apareció de nuevo y comenzó a hablar agitadamente con el hombre en ruso, mientras los elfos aflojaban su retención. Mark temblaba como un flan y casi no podía articular palabra, pero al volver a mirarle interrogante comenzó a balbucear: - El f... fo... fofo... --respiró profundo--. Semehacaidounfocoasulado --dijo del tirón.
  21. ¡Muy buenas! Pues por fin me aventuro a postularme como profesor. Nick: Adrian Wild Conocimiento que quiere dar: Encantamientos Motivo: Hace mucho que llevo rumiando esta idea, y en verdad estaba esperando simplemente a que saliera algún puesto para algún conocimiento que pudiese impartir. Me encanta la docencia y es algo que todavía tenía pendiente en el foro, siempre he tenido ese gusanillo. Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: ◦ En el Ministerio de Magia Diciembre 2009-Marzo 2010: Aprendiz en la 6ª planta de San Mungo Marzo 2010-Julio 2011: Sanador en la 6ª planta de San Mungo Agosto 2011-Enero 2012: Sanador en la 6ª planta de San Mungo Diciembre 2012-Noviembre 2014: Empleado del Cuartel General de Desmemorizadores; Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes Mayo 2017-Marzo 2018: Empleado del Departamento de Cooperación Mágica Internacional ◦ En la Orden del Fénix Marzo 2010: Entrada como Intié Agosto 2010: Ascenso a Legionario Septiembre 2011: Ascenso a Templario Mayo 2012: Descenso a Legionario Julio 2013: Descenso a Intié Octubre 2013: Baja en la Orden Estado del plan de estudios: Enviado. *Edito para modificar el último punto. Ya está enviado el plan de estudios.
  22. - Por favor, Irina, quedan diez minutos para que empiece el ensayo general... No me hagas esto. La nívea mujer se negaba a bajar a prepararse. Le había susurrado aquella frase en un imperfecto ruso, pero ella me miraba desafiante, comprendiendo cada una de mis palabras. No había usado el tono dulce que acostumbraba, necesitaba que entrara en razón y mi paciencia tenía un límite; y ese límite cada vez era menor y más en aquellos días. - Irina, no te puedo pagar más que a los demás, el contrato estaba claro. Hacía apenas una hora que todos los integrantes de la compañía circense (casi todos rusos, aunque contaban con la presencia de un maestro de ceremonias galés y un malabarista italiano) habían recibido la primera parte del pago acordado por el tiempo que iban a realizar las funciones de su espectáculo мадам ("Señora") en mi teatro. Era el primer espectáculo que se realizaba en la sala "Le Jongleur" que hacía apenas unos meses se había añadido al complejo artístico. La bruja, una de las mejores trapecistas del mundo mágico y pieza fundamental de la obra, había venido nada más obtener el recibo del pago a mi despacho a medio vestir para el ensayo general y se había puesto como una furia. - Si tienes algún problema con el contrato habla con Nikolay, pero Sagitas me aseguró que no iba a haber ningún conflicto. ¿Que por qué aparecía el nombre de la payasa en esta situación? Pues porque siempre estaba implicada en todo lo que acontecía en el mundo mágico en menor o mayor forma. Había sido ella la que me había recomendado a la compañía rusa y me había puesto en contacto con ellos; cosas de las relaciones internacionales circenses. Me había prometido un espectáculo sin parangón y, tras ver el dossier y los archivos fotográficos que Nikolay, el productor y director de la compañía, me había pasado, no tuve ninguna duda: мадам iba a ser el primer espectáculo en pisar la nueva sala. El trámite había sido rápido. Ellos iban a iniciar la gira a mediados de año, así que les propuse hacer un par de sesiones a la semana durante tres meses en mi sala para ver la repercusión que tenían antes de aventurarse y, para mi sorpresa, accedieron sin miramientos. Es cierto que era algo extraño esa falta de reticencias, pero lo había achacado a que no se trataba de una compañía muy conocida y querían ponerse cuanto antes en movimiento. Y ahora, tras una agradable negociación sobre alquileres, pagos y nóminas, aquella mujer reclamaba de morros nada menos que mil galeones de más por ser la figura indispensable del espectáculo. - Está bien, llamaremos a Nikolay y veremos qué le parece que el ensayo general se retrase porque su apreciadísima cabeza de cartel se ha puesto... burra --no sabía como decir "quisquillosa" en ruso, y aquella fue la palabra más cercana que se me ocurrió para expresar lo que quería. La cara de la mujer no mejoró. Mi intento de tocar su pérdida de la alta estima en la que la tenía el director no había funcionado. Se sentó en una de las sillas a esperar, obstinada en conseguir el aumento de salario. Justo iba a ssalir del despacho cuando, al abrir la puerta, Bolinda apareció en el pasillo. - Señor Wild, hay dos empleados del departamento de Cooperación Mágica Internacional que quieren hablar con usted. Aquello me extrañó. Hacía apenas una semana que había abandonado mi puesto en el departamento por embarcarme a fondo en el levantamiento del negocio al tener la oportunidad que me ofrecía esta nueva compañía circense, pero no esperaba que mis antiguos compañeros me fueran a visitar tan pronto. Es verdad que casi no había notificado de mi salida debido al cúmulo de trabajo con el que me había topado de pronto y a mi motivación por llenar el Ars & Vita de actividades que le dieran el caché que se merecía, y quizá eran Maida y Orión que venían a tirarme de las orejas por no haberles avisado convenientemente. - Pues qué oportunos --murmuré mirando el reloj de pulsera que llevaba puesto desde principios de semana para poder controlar fácilmente el tiempo--, ya bajo --le informé a la elfina que desapareció con un chasquido, dispuesta a informar a los empleados ministeriales de mi llegada. Me giré entonces hacia la rusa y dije--: Al menos podrías ir al camerino a terminar de prepararte --se lo dije con un tono seco, mirando su ojo izquierdo sin maquillar, y sin esperar respuesta, giré sobre mis talones y caminé hacia los ascensores. Una vez en el vestíbulo divisé el mostrador de recepción. El espacio estaba casi vacío, todos estaban preparando el ensayo general en la sala. De vez en cuando salía alguien de ella y se escuchaban las voces que se colaban entre las puertas que se abrían y cerraban. Justo frente al mostrador, estaban Maida y... Uy, ese no era Orión. - ¡Buenos días! --saludé con animosidad ocultando mi crispamiento y nerviosismo interno--. ¿Qué tal Maida? Siento haberme ido así, he tenido mucho jaleo por aquí y... --sabía que no había excusa posible, así que no finalicé la frase. Miré al otro empleado y le tendí la mano--: Adrián Wild, propietario de esta locura, encantado. Me di cuenta de su mirada desconfiada. El ambiente era extraño y no entendía por qué. ¿Acaso ocurría algo? ¿Por qué venía con otro empleado ministerial? - ¿Y a qué se debe la visita? --pregunté casi con urgencia, pues vi salir a Nikolay de la sala "Le Jongleur". @@Near @
  23. ID: 83911 Nick: Adrian Wild Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Nº 107285 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nº 78776 Nivel Mágico: XI Fecha: 2018/03/10 Nombre del producto: Libro del Equilibrio Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): X Precio: 10.000 G Precio total: 10.000 G
  24. Observaba con interés al muchacho, sosteniendo todavía el pergamino abierto entre mis manos. Su extremada formalidad denotaba su pertenencia a otra época. Se había criado, como yo, en otros tiempos en los que las costumbres eran muy diferentes. Sin embargo, mientras que yo me hallaba como pez en el agua sumándome a nuevas corrientes y adaptándome a las novedades, él parecía hallarse cómodo nadando en el pasado que yo luchaba por alejar de mí, de forma casi inconsciente. Revisé de nuevo la información del papel y sentí los vivos ojos de Bolinda tras el mostrador. Sabía perfectamente sin tener que desviar mi mirada hacia dónde dirigía la elfina la suya. Tenía sus grandes esferas brillantes clavadas en el violín que guardaba la funda colgada a la espalda de mi interlocutor. - Está todo correcto --dije entonces, marcando el pergamino con mi varita con un claro "ACEPTADO". Lo enrollé y se lo di a la elfina--. Guarda esto en el archivo antes de que se te salgan los ojos de las órbitas. La elfina tomó el pergamino y desapareció tras la puerta que había detrás del mostrador. - Ella es la encargada de las clases de música --le expliqué a atónito vampiro--, y su especialidad es el violín. Yo quizá os pueda acompañar con el piano, pero mi especialidad es el teatro. Bolinda regresó justo antes de que hubiera terminado mi frase, y seguía mostrando su ansiedad por ver el violín que contenía aquella funda. - Creo que hasta que no le muestres el instrumento no va a parar... --le comenté a Daniel con una leve mirada de reproche a la elfina de la que ni siquiera se percató--. Pero no lo saques aquí, vayamos al aula de música, así te enseño la planta de la escuela primero y empiezas a concerte todo ésto --terminé aquella frase con una mirada en redondo a todo el espacio y un gesto de mi cabeza que la acompañaba. Entonces le hablé de nuevo a la elfina, entusiasmada--: Diriges tú, Bolinda. Con un alegre saltito salió de detrás del mostrador e hizo un gesto con la mano para que la siguiéramos por las escaleras. Su andar era melodioso, rítmico. Incluso había momentos en que la emoción la hacía incapaz de reprimir algunos saltitos que incluía elegantemente en el trote de su paso. Íbamos directos a la sala que había detrás de la puerta verde de la segunda planta. @@Daniel Garrett
  25. La visita de mi hermana me había reconfortado. Sólo podía pensar en eso y en la impresión que se llevó al verme con el trasnochado aspecto de la fiesta de la mascarada. Tomé un pergamino pequeño del escritorio y, humedeciendo la pluma grisácea en el tintero, comencé a escribir en él. Acaricié la cabeza de Nix que esperaba pacientemente en el alféizar de la ventana. Enrollé el pergamino y se lo até a una pata. - Llévaselo a @. Sin más gesto que un leve parpadeo, la lechuza salió volando, perdiéndose a los pocos segundos en la inmensidad del azulado cielo. - ¡Resiliencia! El animal con aspecto de gato me miró sin sobresaltarse. Se había subido al escritorio y estaba empezando a pisotear todos los pergaminos que tenía sobre él. Lo cogí en brazos y lo bajé al suelo. - Mira que no te vuelvo a traer. Vale que quieras inspeccionar, pero no me destroces nada. Pareció entenderme. Se me quedó mirando sin parpadear y después, se dio la vuelta y se tumbó en uno de los sillones. No me dio tiempo más que a sentarme en la silla de ruedas cuando alguien tocó a la puerta. - Adelante. Bolinda abrió la puerta y entró en el despacho, emocionada. - Señorito Wild --su voz casi no podía con la emoción--, un... un... - ¿Un qué Sabina? --pregunté con dulzura y paciencia. - ¡Un alumno! - ¿Un... alumno? ¿Alumno de qué? ¿De Hog...? - ¡Aaaaaaay! Llevaba tanto tiempo con la academia parada que se me había olvidado por completo que dirigía, aparte del teatro, una escuela de artes escénicas. Me levanté de inmediato del asiento y seguí a la elfina por el pasillo, en dirección a las escaleras. - También han traído esto --me dijo entonces la elfina mientras bajábamos, enseñándome un panfleto luminoso. Al parecer el Departamento para el Control y Regulación de Criaturas Mágicas había lanzado una campaña para registrar a todas las criaturas del país. Me guardé el papel en el bolsillo del vaquero. Ya revisaría si Nix y Resiliencia estaban registradas; de momento, tenía cosas mejores que hacer. Frente al mostrador de recepción esperaba pacientemente un muchacho joven, casi de mi edad. Aunque en aquel mundo la edad era tan relativa como el resto de cosas. El aura que desprendía y su aspecto coincidió con mi primera impresión: era, sin lugar a dudas, otro de mi especie. - Buenos días --saludé una vez hube entrado en su ángulo de visión y se hubo percatado de mi presencia--, me llamo Adrian Wild. Soy el director. Aquellas palabras salieron casi como una broma. "Director". Jamás había pensado que me autodenominaría así. - Me han dicho que quieres inscribirte en la escuela, ¿cierto? Tomé el pergamino que me pasó Bolinda y revisé los datos. - Un problema de salud... Vaya --miré su aspecto, jovial e indudablemente vampírico--, espero que ya estés bien --dije con cortesía. Revisé de nuevo el papel--. Así que violinista --al alzar de nuevo la vista, reparé en el estuche que llevaba colgado a la espalda; sí, era un violín. No quería intimidarle ni parecer demasiado hablador, así que esperé a que hablara antes de atosigarle a más preguntas que mi curiosidad hacía brotar sin control en mi mente. @@Daniel Garrett Un placer, cualquier ayuda que necesites, mi lechucería está abierta

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