Legilimancia

[Tauro M.]

El largo camino de aprendizaje con la Arcana estaba por llegar a su fin. Si bien había sido un proceso lento, era necesario. La Legilimancia le enseñó lo que otras habilidades no, conocerse a sí misma y no tener miedo de sus pensamientos. Debido a la persona que era, Tauro no solía dejarse llevar por ese proceso de introspección, ella prefería observar y cuando lo hacía era de un modo bastante objetivo, pero con Felipe hasta se sintió identificada, despertando un sentimiento que si bien le parecía que era propio de personas débiles, le recordaba su parte humana de la cual parecía no querer desprenderse tan fácilmente.

 

— Estoy lista para la habilidad, Arcana.

 

Para su sorpresa no estaría sola en la prueba, sino que Ishaya y Niko la acompañarían. ¿Qué tan contraproducente sería aquello? ¿A qué otros desafíos tendría que enfrentarse? Parecía que sus esfuerzos por hacer su camino sola y sin ayuda se veían frustrados cada vez que se relacionaba con algún Arcano o Uzza, además de que esta sería la primera vez que no estaría en compañía de su esposa. Tauro dirigió una mirada hacia Rosalía y con determinación cruzó el portal.

[Niko Uzumaki]

- Por fin - Exclamó Niko sin importarle si la arcana se molestaría o no por su reacción. Estaba cansado de ir y volver cada cierto tiempo y de sentir que la clase no era completamente continua así que la pregunta de la mujer lo hizo sentir tranquilo y lleno de expectativa por lo que seguía en su aprendizaje. En poco tiempo podría completar su cuarta habilidad para poder continuar en su camino del conocimiento mágico, en especial de las habilidades.

 

- Sí, deseo realizar la prueba - El Director sabía que no sería fácil y menos después de lo compleja que había resultado la clase con Rosália pero la satisfacción de terminar una habilidad no tenía una comparación adecuada así que estaba dispuesto a pasar por el portal una vez más. En sus pruebas anteriores había aprendido mucho sobre él mismo y seguramente esta vez no sería la excepción y tendría que estar preparado mentalmente para el reto.

 

Niko atravesó el portal dispuesto por la arcana para dar inicio a la prueba. La mujer lo estaría esperando al otro lado para darles más instrucciones sobre el proceso para demostrar sus conocimientos y habilidades en la isla.

[Mynerva de Weasley]

*

Parada delante del hogar de la Arcana, Mynerva perdió la noción del tiempo. La caminata a través del bosque había mantenido su ánimo bien alto. Pero ahora que estaba por empezar realmente su entrenamiento, un frío le recorrió la espalda y se sintió paralizada por el temor. Trató de reaccionar y aceptó la invitación de la mujer a entrar a su casa.

Volver a moverse la hizo sentirse mejor y vio con detenimiento la agradable estancia donde se encontraba, muy acogedora y conectada con la naturaleza exterior por obra de un gran ventanal. La dueña de casa le ofreció una taza de té de hierbas frescas y menta y la Weasley aceptó agradecida. Se sentó en un sillón mientras escuchaba a su anfitriona trajinando en la cocina.

Rosália le habló desde allí lamentándose porque hubiera utilizado la Legilimancia sólo de una manera muy superficial. Le explicó que la habilidad era más intensa y complicada. Su éxito consistía en tender un puente entra la mente propia y la del observado. Le sorprendió escuchar que se podría entablar un verdadero diálogo entre ambas mentes. Se preguntó cuál sería el beneficio de comunicarse en silencio. Tal vez sería interesante “conversar” con la mente de otro en soledad cuando estaban rodeados de gente con los que no deseaban compartir la experiencia.

- Mientras más busques más tiempo pasas en la otra mente.

Se sintió confundida ante esta afirmación y tuvo necesidad de preguntar.

- ¿Es consciente de lo que estamos haciendo la persona sobre la que ejercemos la Legilimancia?

La Arcana tuvo que ausentarse para terminar de preparar el té y cuando volvió con él lo sirvió y dejó el servicio sobre una mesa baja tomando asiento. Le explicó que tendrían dos sesiones y allí mismo empezaba la parte teórica haciéndole algunas preguntas. Mynerva pensó por un momento mientras sorbía la infusión saboreando su sabor refrescante.

- Creo que tiene razón. No he profundizado lo suficiente mi propia habilidad cuando la tenía. Supongo que bucear en un pensadero puede ser más fácil. Pero no fue la dificultad lo que me detuvo sino más bien mi propio pudor por andar husmeando más de lo que me interesaba. Sinceramente, no sé si podría ver toda la vida y conocer los pensamientos de alguien a quien observo. No es lo que he hecho. Sólo traté de averiguar las intenciones de mis observados referidas al dinero y al banco. Pero nada más.

Dejó escapar un leve suspiro de arrepentimiento y concluyó.

- Tal vez he desaprovechado mi habilidad y no le di la importancia que tiene. No busqué aprender más sobre ella. Pero todo eso es tiempo pasado. Ya estoy lista para profundizar conocimiento y habilidad. Supongo que debe ser difícil no tentarse y andar “leyendo” mentes a diestra y siniestra. Allí entran a jugar los límites morales de cada uno. Donde unos ven una gran oportunidad de ayudar o servir a los demás, otros pueden ver la oportunidad de sacar provecho propio en desmedro del ajeno.

Se quedó pensativa reflexionando sobre lo que estaba a punto de recuperar y la manera en que trataría de utilizarla si lo conseguía.

[Rosália Pereira]

 

La arcana miraba fijamente a su nueva alumna. Era curioso cómo es que la habilidad cambiaba de perspectiva de un usuario a otro. Para ella, la clave era la comunicación. Era como ella lo había aprendido y asimilado. Otros se centraban simplemente en saber qué pensamientos rondaban a su alrededor. Ella prefería ir más allá. Aunque entendía la posición de Mynerva y el uso de la misma. Ella misma lidiaba con el dinero antes de su transformación y suponía que en Inglaterra, el pensamiento sobre la riqueza no cambiaba mucho.

 

Guardó silencio y esperó su turno para hablar.

 

- Excelente reflexión Mynerva, no es estar “leyendo” mentes a diestra y siniestra. El tema de la habilidad corre por cuenta de cada persona. Uno nunca la desaprovecha, sino que aprende a vivir con ella y recurre a la misma cuando sea necesario.

 

En su lugar, ella utilizaba la habilidad de una forma constitutiva. La legilimancia la hacia y le daba sustento de vida.

 

- Siento que no me respondiste con más detalle lo que te pregunté. Hasta ahora te he escuchado nombrar que, por pudor, no querías entrar en la mente del resto para saber lo que pensaban y todo sobre sus vidas. Entonces, ¿piensas que la legilimancia es como entrar a un pensadero? Y faltó lo de la subjetividad. Hasta ahora vengo escuchando hablar a la Mynerva ex-directora de Gringotts. ¿Cómo es la Mynerva actual? ¿Cuáles pueden ser las diferencias?

 

Terminó su taza de té y se acomodó nuevamente en su asiento. Pasó sus dedos por sus cabellos y miró hacia la ventana. Tocar el próximo tema sí era un poco más complicado, porque significaba entrar en terrenos grises de moralidad.

 

- La otra persona sí es consciente.

 

Como cuando Harry sentía a Snape entrando en su consciente.

- Cuando uno entra en la mente del otro, es un intruso, por lo que el propio ser ajeno comienza un proceso de defensa mágica que no puede controlar. Aquellos que no son legilimantes se quedan en la primera barrera. De esa manera, las dos personas entran en trance. Uno para mantenerse en la mente y el otro para sacarlo. Es un acto reflexivo para la otra persona.

[Mynerva de Weasley]

*
- Me deja más tranquila saber que usted no considera que estuve desaprovechando la legilimancia cuando podía usarla, - las palabras habían brotado de su boca con alivio. No quería sentir remordimientos por la forma que había procedido en el pasado. Lo que había hecho lo hizo con la mejor intención, tal vez en menoscabo propio, pero no se arrepentía.

 

Le llamó la atención que la Arcana quisiera saber cómo era ella en la actualidad. Se preguntó si eso influiría en la forma de recuperar la habilidad. En realidad, no necesitaba de ella como en el pasado. Su vida había vuelto a una normalidad inusitada.

 

- Le hablé de mi experiencia en Gringotts porque sé que entonces podía utilizar la legilimancia. Pero antes de que mi trabajo allí concluyera, perdí lo que tenía como todos nosotros. Fue decisión del Ministerio de Magia, usted debe recordarlo, - frunció el ceño e hizo un mohín de disgusto.

 

- Desde entonces ha sido como caminar a ciegas. Bueno, no tanto. Nos queda la magia. Pero ha sido muy difícil ponerme en contacto con otras mentes. Y le aseguro que eso es bastante necesario en la oficina del Ministro.

 

- Claro que… ya no estoy allí tampoco. Y si me pregunta para qué necesito la legilimancia hoy en día le diría que porque siempre me hizo sentir un poder del que carezco ahora. Y quiero recuperarlo.

 

- Creo que esa puede ser una diferencia entre el ayer y hoy. Antes tenía algo que casi no apreciaba y sólo usaba con fines prácticos para trabajar. Lo poco que hemos hablado me ha servido para darme cuenta que hay mucho más allá en la legilimancia y quiero hacer el esfuerzo de recuperarla. Y más aún: quiero sentirme cómoda con ella y disfrutarla.

 

Esa sí que era una actitud nueva en ella: disfrutar. Es que pasado un tiempo después del golpe que fue para Myne ser despedida de su trabajo, ahora sentía que debía tomar la vida con más ligereza y no tanta preocupación como había sido siempre su costumbre.

 

Se inclinó para tomar nuevamente su taza y sorbió con deleite el té. Volvió a dejarlo sobre la mesa ratona y meditó unos momentos sobre la respuesta que le había dado Rosália. No recordaba haber sido objeto de una intrusión de alguien en su mente. Rió para sus adentros mientras se preguntaba qué tan poco interesante se había vuelto que nadie quería conocer sus pensamientos. O tal vez era demasiado distraída y no prestaba atención a los demás. Y cualquiera se hacía un festín de información sin su consentimiento.

 

Se enderezó y volviéndose hacia la Arcana le comentó.

 

- Me dice que existe una defensa mágica que no se puede controlar y que imagino protege nuestra mente. Eso me parece que es oclumancia, pero tenía la idea que eso también es una habilidad y voluntaria, muy voluntaria. ¿Me equivoco o es parte de cualquier mente? Porque no recuerdo ningún episodio por el estilo. O no fui consciente de ello como usted ha expresado.

 

[Rosália Pereira]

 

Disfrutar decía Mynerva. Era un punto importante. La Legilimancia se convertía en el día a día de uno, porque había una tendencia a los movimientos de pensamiento entre unos y otros. Lo que Rosália se daba cuenta, y no necesitando de entrar en la mente de Mynerva, era que debía utilizar más ejemplos prácticos. Inspiró con fuerza y se acomodó nuevamente en su asiento. La Mynerva actual se buscaba así misma.

 

- De todas maneras, me refiero a tus ideales. Tu día a día. Realmente no me creo ni por un segundo que sólo trabajabas para el Banco. Si es que estás con las posibilidades de sentarte frente mío, y con esa taza de té en mano, debés de haber hecho algo más.

 

Generalmente, aquellos que podían acceder a las clases de Habilidad, eran aquellos que participaban, o participaron, activamente en el pueblo de Ottery. Miembros de la Orden del Fénix, de la Marca Tenebrosa. Al contrario, la alumna era neutral. Y eso le daba más curiosidad a la Arcana.

 

- Existe una defensa psicológica. Una forma de canalizar el enfoque y las energías. Todos tenemos ese instinto. Desde muggles, pasando por magos, a vampiros, demonios, sacerdotes. Cuando un mago que no es legilimante, aplica magia para intentarlo, sólo chocaría con esa barrera. Sin embargo, cuando se tiene la habilidad y se entra conscientemente a la mente del otro, estos mecanismos de defensa psíquica, que nacen en el inconsciente, se activan, intentando repeler los intrusos.

 

Suspiró, recordando a su amiga Aailyah.

 

- Lo que hace la Oclumancia es darte las herramientas mágicas para enfocar conscientemente este mecanismo de supervivencia, y repeler efectivamente al visitante. De ahí que la otra persona sabe que está siendo afectaba, sin embargo sus funciones conscientes quedan a un segundo plano. En resumen, tanto el legilimante, como la persona afectada, entran en trance.

Bebió un poco de té.

- Si tu pudieras entrar en mi mente en este momento, ¿qué encontrarías? Dime lo primero que se te venga a la mente.

[Mynerva de Weasley]

*

La Arcana no creía que su dedicación a Gringotts hubiera sido tan fuerte. Sin embargo, Myne recordaba muchas quejas de sus propias hijas que no conseguían que ella las acompañara a paseos, reuniones, fiestas. Siempre estaba pendiente del Banco. Llegaba a su despacho muy temprano y volvía a su hogar muy entrada la noche. Fue uno de los cargos más importantes que tuvo. Cualquier otra persona lo habría disfrutado. Pero ella lo sufrió. Le costó mucho la falta de ayuda que soportó por varias temporadas. Hubo muchos cambios también en la comunidad y casi todos ellos impactaron en los duendes.

 

- Aunque le cueste creerlo, Rosália, mis años en el banco mágico fueron muy absorbentes para mi. Hoy me sorprende mi comportamiento de entonces, pero fue así. No tuve muchas oportunidades fuera de mi trabajo. O tal vez, no las usé.

 

Por suerte para ella, no sucedió lo mismo en la oficina del ministro. Claro que la responsabilidad allí era mucho menor. Sólo era una empleada más hasta que llegó a fiscal mágica. Y en el ínterin, se aburrió muchísimo. Prefirió no hacer comentarios al respecto y enfocarse en algo distinto.

- Mis ideales han cambiado muy poco a lo largo de tantos años vividos. Cuando era joven intervine activamente a favor del Ministerio cuidando a los miembros de la comunidad que sufrían atropellos. Pero hace bastante tiempo que dejé de intervenir en las guerras que siguen atormentándonos. No quiero actuar más. Puede parecer egoísta pero no me atraen esas actividades. Me refiero a practicarlas, aunque las sigo apoyando en los demás.

Prestó atención a las explicaciones que le daba la Arcana sobre la defensa psicológica que cada uno tiene para evitar intrusiones no deseadas. También lo que podía lograrse con la Occlumancia. Lo único que se le escapaba un poco era el entrar en trance. Tal vez podría probar con la misma Pereira para contestar su pregunta. Pero sin legilimancia, no sabía cómo entrar a su mente. Recordó que entendía algo de adivinación. Probaría.

- Lo que primero encontraría en su mente es paz ya que trasciende a todo su ser. He tenido distintos entrenadores en conocimientos, pero pocas veces sentí una conexión sutil entre ellos y yo como ahora. Tal vez me equivoco pero sus recuerdos deben estar ordenados. No sé cómo explicarlo. Les da la dimensión que tienen pero no permite que la atormenten. Los usa para tomar impulso y no son un estorbo para usted.

Tal vez lo dicho era muy básico. Sentía que tenía pocas herramientas para averiguar más.

 

[Bodrik]

Había logrado adquirir la habilidad de Oclumancia vinculándose al anillo de Sauda pero esto no era suficiente pues en su plan mental sabía que el complemento de su primera habilidad seria legilimancia y por tanto este debía ser el siguiente en su lista de habilidades arcanas y ahí estaba ahora verificando el listado de inscritos por la Universidad pues realmente no conocía la ubicación del hogar de Rosalía la Arcana Legilimantica que sería la encargada de guiarla en su nuevo camino de conocimiento.

 

Aguardó por un rato la hora que había acordado con su abuela Cye para asistir juntas a la clase impartida por la brasilera y una vez llegó al punto de reunión ambas brujas se encaminaron a la choza que la universidad había dispuesto para vivienda de la Arcana – estoy emocionada por poder continuar aprendiendo- dijo caminando hacia los jardines de la universidad.

 

Bodrik había elegido un simple atuendo que contaba de unos Jeans bastantes cómodos, sumados a una blusa de color de un violeta muy claro que un Hipogrifo en pleno vuelo como adorno y según le había dicho Cye se había puesto de moda entre los jóvenes que deseaban pasar desapercibidos entre muggles. Eso le había dicho la encargada de la tienda.

 

 

Llegaron en menos de 10 minutos a una terraza de piedra se encontraba en el borde del lago y de inmediato Bodrik se sintió identificada con aquello pues era bastante natural – es Bellísimo – le comentó mientras las hadas revoloteaban sobre el suelo y la adolescente no podía dejar de verlas disfrutando de todo aquello.

 

-Bueno días arcana Rosalía- Saludó a la mujer mientras recorría el lugar con la vista.

[Ela Karoline]

Era hora de enfrentar un nuevo reto académico, de adquirir una habilidad codiciada por muchos y además muy útil a la hora de enfrentar enemigos, además de la emoción por la clase en sí, estaba el otro asunto que era ir junto a su nieta Bodrik, eso seguro iba a resultar interesante y a la vez fortalecer el vinculo de unión entre ambas Lockhart. Cye había preparado con toda calma su mochila, que pendía de su cintura, con cantidad de cosa, pues tenía un hechizo agrandador en el interior, pero en el fondo sabía que era poco lo que necesitaba para un entorno natural.

 

Y es que había escuchado de la empatía de la Arcana con la naturaleza, cosa que a ella más que encantarle y apreciar, compartía pues era parte de su naturaleza como sacerdotisa. Por eso mismo, la elección de su vestimenta fue sencilla, una túnica celeste, sin más adorno que el cordel que la sujetaba en la cintura, unas sandalias de un material amigable con la naturaleza y Belisama: su varita de arce.

 

Cuando al fin llego la hora de reunirse con Bodrik luego de despedirse de su amado esposo y su pequeñito Eirian Nial, un poco de la calma que había sentido durante la espera desapareció, la ansiedad no era buena compañera, pero a veces inevitable, así que ambas brujas se dirigieron a las instalaciones de la Universidad. Cye era consciente de que a pocos arcanos les gustaba compartir la privacidad de sus aposentos, el único lugar donde podían descansar, recargarse y estar listos para seguir impartiendo sus conocimientos, y no les juzgaba, sobre todo si se creía en las energías, o se veían las auras, pero también por un tema de respeto con el entorno. Asi que la rubia no esperaba llegar hasta la choza de Rosália, sino en algún lugar quizás cercano.

 

--Yo también lo estoy Bo, y sobre todo porque lo vamos hacer juntas aunque separadas -- ambas entendía muy bien la ironía de aquellas palabras sobre todo después de Oclumancia, pero no les importaba, al contrario significaba un reto mayor el conseguir la vinculación al aro de la Legilimancia. Las dos brujas emprendieron la caminata hasta que una terraza de piedra apareció ante sus ojos, el entorno natural de por si era bonito, pero desde aquel ángulo resultaba casi idílico e irreal.

 

La presencia de pequeños seres, de los arboles vivos, de la vegetación que tenía su propio lenguaje, amén del de las aves y las criaturas que habitaban la profundidad de aquellas aguas, le otorgaban una magia especial y entendía perfectamente porque alguien podía querer vivir allí en vez de un área en la edificación principal de la Universidad o en cualquier otro lugar. La sacerdotisa no dejaba de inclinar levemente la cabeza y de saludar a los arboles, a las salamandras y a cuanto ser viviente se encontraba, no necesitaba hablar para hacerlo, había un lenguaje propio derivado del rose de las manos, de la forma en que se asentaba la planta sobre el pasto o la tierra, o de la energía que se liberaba --Wuaoooo, tenemos mucha suerte de estar aquí-- contesto igual de impresionada, pero la rubia no había visto a la arcana aun porque sus orbes se perdían en la copa de los arboles, ante el rumor de las ramas que conversaba sobre aquellas dos discípulas.

 

--Buenas-- dijo sin desviar su mirada, como si estuviera presa de un encantamiento, realmente se sentía en paz, su aura estaba a tope como su energía, tanto por el entorno como por el hecho de que el último tramo lo había recorrido con las sandalias en la mano poniendo en contacto con la tierra que albergaba los arboles, quienes a su vez potenciaban la naturaleza de fuego albergada en aquella bruja. Su mente estaba completamente enfocada, sin pensamientos que la ataran, solo había eso, lo que sus ojos contemplaba y el genuino disfrute.

[Rosália Pereira]

Rosália hundió un poco más su mentón en el agua cálida. En esa época del año, los baños de inmersión se hacían cada vez más frecuentes. De por sí, su cuerpo era más propenso a sentir el frío, que otros seres vivos. Su baño no era gran cosa. Menos su bañera, que sólo cabía justo si flexionaba las piernas, dejando las rodillas un poquito descubiertas. Su cabello rojizo estaba atado en un nudo, donde solo unos cuantos flecos de su nuca tocaban el agua.

 

Bufó cuando escuchó a sus amigas, las plantas. Algunas burbujitas rompieron el silencio. Las últimas veces eran los alumnos los que le tocaban la puerta a la Arcana.

 

- Justo ahora que estaba tan a gusto…

 

Suspiró. Con los dedos de sus pies sacó el tapón para ir desagotando el agua. Se levantó y comenzó su ritual. Se secó completamente y se vistió. Para ese día de sol, pero bastante fresco, optó por ropa abrigada. Lo que más resaltaba era su jersey de rosas bordadas. Tan típico de ella. Las botas de lluvias contrastaban un poco con el atuendo, pero era necesario. Había realizado las últimas vueltas al jardín y los caminos seguían mojados.

 

Las flores y arbustos se inclinaban a su paso. Su conexión no era algo que la sorprendiera. Había aprendido a vivir con ella.

En minutos había llegado al claro donde Bodrik y Cye se dirigían. Extendió los brazos y soltó un bostezo. Qué lástima que no sabía practicar bien el yoga. Ya tendría tiempo para aprenderlo.

 

- Buenos días Arcana Rosália.

 

- Buenas.

 

- ¡Bienvenidas muchachas! Sería muy redundante preguntar qué hacen por aquí. Digo, no vienen muchas personas a verme.

 

Una leve brisa hacía bailar sus cabellos. Sin querer dejó soltar un escalofrío, su nuca seguía mojada. Rápidamente se recogió el cabello en una cola.

 

- Podrían haber pasado por casa. Después de todo, para ser Legilimante hay que acostumbrarse a pisar terreno que puede ser incómodo.

 

En eso tenía razón. Si ninguna las dos no se habían atrevido a tocarle la puerta a la Arcana, era porque respetaban dentro de todo, los espacios. Pero, ¿qué pasaba si Rosália no tenía comunicación con su jardín? ¿Cómo iban a iniciar su relación?

 

Les hizo una pequeña seña para que la acompañen.

 

- Queridas mías, acompáñenme a mi invernadero. Creo que ahí trabajaremos mejor. No puedo evitar encontrarle el lado cómico. Ustedes conocen mi nombre, pero por mi parte no es recíproco.

 

Avanzó, dándole la espalda a las dos fenixianas. Había elegido un camino de piedras que iba directamente a la estructura de cristal que estaba por detrás de su cabaña.

 

- Aprender Legilimancia no es una cosa fácil. Haremos dos jornadas de trabajo, de todas maneras. En la primera veremos las características principales de la habilidad, con sus principales peligros y desventajas. En la segunda la pondremos a prueba. Sólo ahí veré si realizarles la pregunta. Me gustaría empezar por entender sus primeras impresiones sobre la habilidad.

Rosália se paró en seco y giró levemente el cuerpo para mirar a sus alumnas, levantando con cierta picardía una ceja.