La Taberna de la Tia (MM B: 78619)

[Ashley Peverell]

En el piso superior la niña de cabello rubio se volteó en dirección de las escaleras por las cuáles había subido hasta el segundo piso y cerrando las manos en un par de puños se los colocó en la cadera dándo el aspecto de una madre que se encontraba bastante enojada con su hija como si esta le estuviese ocultando alguna cosa mala o que la heredera del castillo Ketchum no pudiese escuchar por su edad.

¡Estaba bien que era una señorita pero de todas maneras también ya era una persona lo suficientemente grande como para oír conversaciones de los adultos!

Pero estos siempre querían esconderlo todo, ella estaba segura, al llegar a cierta edad parecía que todo lo que hablaban era retorcido y con muchos sentidos lo que transformaba toda frase que cruzase por sus lenguas en una inadecuada para el público en general.

Resopló y luego, suspiró para encaminarse de manera más tranquila hacia la ventana del segundo piso que daba al exterior y hacia la calle de manera que podía pasar un pequeño rato ahí, distrayéndose en lo que su hermana mayor acababa con sus asuntos.

[Hayame Snape Potter Black]

El silencio de Heliké solo hizo suspirar a la vampiro de cabellos rojizos que apoyó el codo en la parte superior de la barra y volteó el rostro hacia otro lado con gesto semi aburrido, terminando su mejilla en el dorso de su mano

-Va, que si no me quieres decir lo entiendo también- se encogió de hombros- pero dado a tus gustos y a lo que esperas de ella, bueno...

Alzó la vista unos segundos

-Un caballero en un bonito traje negro, bien entallado... con sombrero de copa, quizá una risa grave pero seria que lo haga ver guapo y con un laaargo cabello negro que se ondule a la más leve brisa

Cerró los ojos con un pequeño sonrojo y estiró su cerveza de mantequilla para darle un sorbo sin poder evitar sonreír

Aunque ella gustaba en realidad de Severus Snape, no olvidaba a Brandon y bueno... también había una chica por ahí que hmmm... no, mal momento que si le decía a Heliké seguro la reñiría y no solo eso, que a pesar de su pleito con Sagitas seguramente iría a con el chisme y no habría manera de sobrevivir a semejante catástrofe

[Helike R V PB]

- ¡No soy tan antigua! -protesté yo, al escucharla.

 

- No, no quiero que ronde a quién no debe... Ella es libre de decidir quién casarse o quién no. Pero nadie de la familia. Aparte, ¡son primas! Bueno, sé lo que me vas a decir...

 

- Yo estoy con Matt y también es mi primo, pero es uno lejano... Demasiado -suspiré y esbocé una ligera sonrisa - por eso que, ser alguien tan cercano, no sé si la gente lo vería bien -elevé mis hombros, desconcertada.

 

- Créeme que, si Annabelle le hago presentar a un tipo así, antes me corta el cuello - y lancé una carcajada - no, te digo yo, que no le van los hombres...

 

- No entiendo que ha visto en Reena, ¿tú me podrías decir? - le pregunté, un poco preocupada. La chica que estaba con nosotros, pareció que se había enfadado un poco. Después me disculparía, pero era algo importante y un tema de familia.

[Hayame Snape Potter Black]

La mirada de la pelirroja pareció volverse pensativa ante la pregunta que le hacía la vampiro pero entonces, sonrió un poco y dejó salir un corto suspiro al respecto

-No es muy difícil de saber lo que se puede ver en Reena ya que siempre ha tenido ese algo muy único en ella

Dijo despacio con los párpados algo bajos pero que solo enfatizaban una mirada de melancolía contínua

-Solía ser... algo tímida antes, sabes? -dijo despacio mientras que movía la punta de los dedos sobre la superficie de la barra del bar- siempre estaba al lado de su hermana, eran inseparables y fué así cuando la conocí, cuando Sagitas estaba saliendo con la hermana de Reena

Se rió un poco, estaba segura de que su hermana la iba a matar por andar contando esas historias del pasado cuando lo más seguro era que ya casi nadie las recordaba

-Yo ya me llevaba bien con Noelia pero no tenía mucho contacto con Reena...- inspiró profundo- incluso solía ser callada y creo que eso me llamó la atención. Me gustan las chicas así, sabes? todo lo contrario a mi, pero una vez que veías a la verdadera bruja detrás te dabas cuenta de que era intensa como una llamarada y con el tiempo, esa empezó a ser más y más evidente...

Cerró los ojos y dió un trago a su bebida

-Creo que nadie reconocería a la vieja Reena de la actual... ni siquiera ella misma- aseguró

[Helike R V PB]

Estaba bebiendo un trago del whisky servido anteriormente y no pude evitar escupir al escuchar la historia que me estaba contando Hayame. Maldiciendo por lo bajo, cogí una servilleta y me limpié la chaqueta de chandal que tenía puesta encima...

 

- ¿Sagitas saliendo con una mujer? - mis ojos debieron de bailar con frenesí ante tal afirmación- vaya, vaya, vaya... Ésto sí que jamás me lo hubiese esperado - di otro traguito más y le ordené al elfo que me echara un poco más de ese licor ámbar dentro del vaso.

 

- No sé hija mía, no sé... pero tengo la intuición o no sé, será porque la conozco bien... lleva años buscando algo... más bien, una alma que, la dejó tocada en su momento. Me da la sensación de que creyó encontrarla en Reena. Pero aún así, ¡que no, imposible! - protesté, dando un golpe con el vaso encima de la mesa.

 

- Es una completa locura - bufé.

 

- Entiendo, entiendo - le dije con una sonrisa pillina - sí, si cuando llegué a la Vladimir, casi me lanza a Morita, ¿te lo puedes creer? Aunque es lógico, era una vampira desconocida para ella y pensaba que iba a atacarla a ella y a su hijo, no sé... Por suerte, tiene la suficiente confianza en mí cómo para estar segura... Em, eso creo - lancé una carcajada al aire...

 

- Eso me parece... me acuerdo cuando se transformó en dragón y luego ella no se acordaba... Con decirte que, con el encantamiento que ella había aplicado al templo, me quemé la mano -le dije, enseñándole mi palma y teniendo una zona algo negra. Cómo la de una fogata encima de un suelo de cemento.

 

- Pero bueno, valió la pena. Nos atacaron una horda de vampiros. Hasta Sagis creó una tormenta y logramos dispersarlos a todos... Puf, fue un duro día, pero gratificante - asentí, rememorando esos momentos.

[Hayame Snape Potter Black]

-Me imagino- dijo la bruja repentinamente tensa

Pareció quedarse congelada unos momentos al escuchar a su sobrina como si algo en aquellas palabras la hubiese incomodado grandemente, revolviéndole el estómago y recordándose que no debía de sentirse en estrés, pero aún así...

-Su "hijo", dices?

Entornó los ojos y dió un nuevo trago pero esta vez más largo a su bebida, temblando su mano al estar aferrando el tarro pero aún así no derramando ni una gota

Era el colmo de todo lo que había estado pasando desde que volviese a aquel pueblo y le estaban empezando a entrar las ganas de largarse nuevamente

-Mas bien... MI hijo -dijo con un tono frío que aunque no era dirigido a Heliké, se podía sentir en suaves oleadas de magia que brotaban del cuerpo de la bruja- ella y Sagitas decidieron llevarse a MI bebé de donde le había dejado y les dí el permiso de cuidarlo. Pero nunca lo regalé como si fuera alguna especie de propiedad...

Gruñó por lo bajo, los ojos rojos fulgurando... y entonces, dió un suspiro suave para calmarse

-Realmente... si no puedes evitarlo, le deseo la mejor de las suertes a tu hermana- hizo una mueca. pero has de decirle, que el pequeño Akira no esta para repartirse- bajó los párpados- es mi hijo biológico y estoy en proceso de recuperarlo. Si desea conquistar a Reena, por mi es más que bienvenida

[Ashley Peverell]

-Aún no acaba.

La niña de moño rosado volteó el rostro para ver sobre su hombro en dirección de las escaleras por las cuáles había subido y entonces dejó salir un profundo suspiro ya que no esperaba que Hayame se fuera a tardar tanto hablando con esa chica de cabello rojo que acababa de entrar en la taberna de mala muerte como ella consideraba a aquella tiendita.

Apoyó los codos en el marco de la ventana y las manos sobre sus suaves mejillas y se observó el reflejo de la mirada unos segundos en el cristal delante suyo.

Ahora que lo pensaba ¿porqué todas las vampiros mujeres tenían el cabello rojo y los ojos como un par de carmínes?

Ya le parecí que ese tono básico de color era demasiado popular y como que los hombres lobo eran de ojos amarillos y los seres inmortales de rojo del mal, como demonios.

Y no recordaba que su hermana fuera un demonio aunque tuviera el carácter de uno pero eran cosas muy diferentes los monstruos de colas en punta y que llevaban tenedores en las manos y unos enormes cueros curvos sobre las cabezas a la especie de personas mables y buenas aunque algo torpes que la niña había conocido como vampiros.

Al menos hasta esos momentos ningún caballero había ido a morder su bello y dulce cuello de damisela.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame no quería sentirse molesta por las palabras de Heliké pero la verdad era que en verdad resentía todo aquel asunto con Reena y el hecho de que le hubiera arrebatad a su bebé cuando la verdad era que ella había pecado de confianza al dejárselo a su hermana y a su entonces novia; apretó los dientes y entornó los ojos dejando ver que aquello la enojaba bastante como para reflejarlo en el destello de sus ojos rojos.

Apretó el tarro de cristal con una de sus manos hasta que este se resquebrajó y crujió entre sus dedos que empezaron a sangrar un poco

Un vampiro que sangraba... bueno, ser muerto no significaba que su cuerpo diese los quimicos propios para mantener una sangre líquida, fría sí, pero aún moviéndose por su cuerpo como una burla hacia los seres vivos

El vidrio se manchaba de sus huellas digitales pero entonces, Hayame alzó el rostro y se obligó a sonreír cerrando los ojos como si no hubiera pasado nada malo en aquellos momentos

-Iré a ver como esta la tonta- anunció dejando escapar una pequeña risita

[Ashley Peverell]

En el piso superior la hermosa rubia que solo estaba en falta de alas volvía a apoyarse contra el cristal de la ventana de manera que el vaho de su propio aliento hacia que ese espacio como un muro transparente que la dividía entre la realidad exterior y la de aquel negocio que pertenecía a la mayor de las hermanas hechiceras.

Alzó una bella y delicada mano de porcelana y la colocó contra la fría superficie del vidrio.

Ella, un encanto de hechicera como princesa atrapada en un castillo custodiado por dragones y otras bestias viéndose en la imposibilidad de descender las escaleras o salir del lugar ya que dos feroces vampiros cuidaban del pasillo de entrada por sus pláticas privadas de adultas.

-Maldita sea. ¡Yo también soy un adulto!

Exclamó cruzándose de brazos pero al siguiente momento se cubrió la boca con ambas manos mientras su rostro mostraba un gesto aterrorizado por semejante blasfemia que había salido de sus puros e inocentes labios.

Una señorita bien educada nunca juramentaba ni maldecía como los vagabundos ni la plebe que se revolcaba en los alrededores.

Se pasó una mano por la frente y sentía los latidos acelerados de su corazón.

Se alzó el flequillo rubio cambiando su tono de piel por uno cada vez más y más pálido.

-Tranquila, tranquila

Se dijo a sí misma.

-Nadie te ha escuchado y solo has de lavar tu bellos labios con lejía y clorox para que toda impuridad se desaparezca y vuelvas a ser una criatura de luz y perfección

Decía para sí misma.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame depositó el tarro de vidrio repleto de la cerveza de mantequilla que se había servido la primera vez y le dirigió una sonrisa un poco más tranquila a Heliké para después, guiñarle un ojo con flojera.

-No desesperes, que regreso enseguida

Aseguró la mujer de cabellos rojos para emitir un suspiro y de ahí pasar a tomar el tarro que vació de un trago largo y luego, depositarlo en el fregadero; este ya comenzaba a dejar ver una pequeña pila de trastos por lo que sacó su varita y con agitarla una vez estos ya habían comenzado a limpiarse solos

Que bueno porque como empezaran a juntarse demasiado comenzarían a apestar a hongos o algo así

Odiaba el moho y por una vez concordaba con su hermana la rubia con que esas cosas eran asquerosas aunque creía recordar que Sagitas alguna vez le había encontrado uso a esas cosas verdes para las pociones; dejó escapar una risa que casi era malévola y de ahí se dirigió rumbo a las escaleras que darían al piso superior

-En verdad, no tardo nada! -aseguró nuevamente a su sobrina mientras movía una mano en despedida momentánea