Ravenclaw ╬ » Castillo de la Familia Ravenclaw « ╬ (MM B: 101487)

[Panterrosa]

Pensó en darle la mano a Isy, pero la suya estaba ya llena de sangre igual que casi toda su ropa. Sin mencionar que había sido prácticamente violada; no podía creer que la había dejado un momento y todo aquello había pasado, no podía apartar su mirada de ella. Verla así.

Siguieron las instrucciones de la matriarca de insofacto. Tras oír lo que tenía que decir Isabella, el paladín no podía apartar la mirada ahora del tal Matt. Como era posible que todo aquello que había pasado por su mente era cierto, y peor aun; el estando cerca. ¿Qué había pasado que no le había dado su tremenda paliza aun?

 

Le limpio, suavemente, con el pulgar donde debían estar ambos orificios para verificar y observar su existencia. Apenas lo hizo vio los puntos, dio un vistazo a su dedo gordo ahora con la sangre de Isy y se paró de una buena vez abalanzándose hacia el vampiro con el puño bien cerrado de tras de su oreja dispuesto a darle de lleno, con los nudillos, en la nariz.

 

No le importaba nada cada vez que a Isabella R. C. se refería, más que ella claro. E indudablemente, mucho menos en aquella ocasión.

[Circe Atkins C.]

Matt Ravenclaw.

Escuché a mi hermana hacer unos de sus tantos discursos cuando se pone enojada, en seguida sentí su mano golpear mi mejilla. ¡Auch! Bruja del mal, eso si que me había dolido, me toqué la mejilla y me senté donde me ordenaron, bostecé hasta que mi hermana linda terminará el discurso de que demonios había pasado, por qué estaba bebiendo la sangre de Isy y esas chacharas de más.

 

Miré a Isabella como se "defendía" y le contaba lo sucedido a Athena, yo no pude mantenerme serio, me reí ante las acusaciones y me crucé de brazos. En seguida el chico llamado ¿Sev? si creo así se llamaba se abalanzó hacía mi con ganas de darme un buen golpe, se notaba pero no me iba a dejar hacer tal cosa por un niño pequeño aunque no pude hacer nada debido a que la Ravenclaw le había detenido, lastima.

 

—En mi defensa, yo vine a visitarte querida hermana. —Reí ante lo último y esperé un rato.

 

 

Athena Ravenclaw.

Alzó una ceja escuchando lo que su hermana Isy, no podía creer lo que estaba escuchando, ¿su hermano lanzándose encima de su media hermana? ¿acaso le habían golpeado la cabeza con un coco o peor? Suspiró derrotada, se notaba que no lo conocían pero él también se había pasado con sus locas maneras de "saludar" Estaba a punto de decir algo pero Sev se abalanzó hacía Matt para darle un golpe pero la Ravenclaw lo detuvo usando su fuerza vampirica.

 

—Si le tocas un solo dedo te mataré a ti, Sev, no deseo ver correr sangre de mi sangre en mi hogar. Y tú Matt, ya deja las bromas, esta vez te haz pasado. Ya discúlpate como es debido y no vuelvas a acercarte a Isy por un tiempo. —Le dijo jalandole la oreja como madre regañadora; su hermano era un completo tonto, sabía bien que eso era una mera broma pesada de él, le encantaba hacerlas desde niños pero también sabía que había pasado el limite.

 

—Voy a pedirte que te vayas a mi habitación y me esperes ahí hasta que vaya... que no sé cuando será a decir verdad. En cuanto a ti Sev, ve a curar a Isy, necesita descansar debido a la sangre perdida, no te alejes de ella por favor. —Le puso una mano en el hombro hablándole con dulzura, no le caía mal el chico pero tampoco confiaba plenamente en él.

 

Athena agarró a su hermano y le señaló donde quedaba su habitación, dicho esto se fue hasta la cocina nuevamente, se sentó en una silla y apoyó su cabeza en la mesa cerrando los ojos con cansancio, estaba en su limite....

[Rin Okumura]

Entre despierto escuche unos gritos que parecían venir de las escaleras. Cada vez se escuchaban mas fuertes y alarmantes, me rasque mis ojos con un gran bostezo, me puse los zapatos para ir a ver que pasaba.....

 

salí corriendo con gran apuro, aun medio dormido y cansado por lo trabajoso del viaje. Al llegar había sangre por el lugar mi madre Kissa L. estaba alarmada discutiendo con un un caballero al cual no conocía e Isy. No sabia que hacer así que realmente no opine sobre el tema solo me quedaba esperar haber cual era en desenlace de lo que sucedía ...........

[Circe Atkins C.]

Athena Ravenclaw~

Se despertó después de un buen rato de sueño, aunque le dolía la mayoría del cuerpo por su posición se levantó y llevó el vaso para lavarlo pero en seguida apareció Kira su elfina domestica con una carta bastante delicada para ella, Athena tan solo alzó una ceja y agarro la carta dejando el vaso apoyando en una cómoda; miró bien pero no tenía remitente, ¿de quién era entonces? pensó la joven mientras abría la carta con suma delicadeza.

 

Leyó la carta atentamente y se sorprendió bastante ¡era nada más ni nada menos que su hija Emma que estaba llegando al Castillo! Su hija quien se había ido de viaje a Estados Unidos por sus "ideales" como los llamaba ella estaba regresando justo el día más loco de su familia, por un lado estaba feliz pero por el otro le daba un tick en el ojo al tener que recibir más gente (?). Le informó a su elfina que preparara su habitación y que además preparara una torta de chocolate, en seguida se dirigió a la sala principal

 

Miró a su hijo Rin que estaba parado viendo a la nada. Se quedó viéndolo pero el joven no reaccionaba ¿qué demonios le pasaba? Lo zarandeo un poco y éste solo atinó a mirarla a los ojos.— ¿Qué sucede hijo? —preguntó pero antes de que contestara fue interrumpida por la puerta que se abría y dejaba ver a una jovencita.

 

—¡Hija! ¡Tanto tiempo sin verte! Me he llevado una gran sopresa ¿cómo haz estado? ¿y el viaje? —preguntó abrazando a la muchacha y dándole el equipaje a uno de los elfos.

Editado 5 de Septiembre del 2014 por Kissa L.

[Mia Torres]

Emma Ravenclaw

 

Soltó un suspiro de exasperación antes de rendirse y votar sus pesadas maletas de color gris al suelo y comenzarlas a patear hasta la puerta del castillo, ni siquiera se molesto en detenerse y dirigirle una mirada a su amado hogar, estaba exhausta y no podía pensar en más que en una cama y comida caliente.

Dio patadas a la puerta del castillo sin tener la menor intención de tocar con la mano y mover algún músculo más de su cuerpo, no espero demasiado hasta que un pequeño elfo abrió la puerta, Emma ni siquiera tuvo que hablarle para que la pequeña criatura se encargará de sus maletas, camino/bailo por la sala del castillo mientras tarareaba una canción de su propia inversión, no había nadie más haciéndole compañía, tan sólo las pequeñas criaturas que hacían un esfuerzo por alzar las maletas del suelo.

 

Recordaba ese castillo más que a la palma de su mano, no se le complicó llegar hasta la puerta entre abierta de la habitación de Athena, su madre quien le daba indicaciones de último momento a un elfo, rodó los ojos ante el comportamiento de su madre, sin embargo no pudo evitar sonreír al escuchar que su madre pedía un pastel de chocolate, en 5 años no se había olvidado de sus gustos. El elfo abrió más la puerta al salir de la habitación por lo que su presencia quedo revelada y no tardo en quedar atrapada en los brazos de su madre.

 

-Mama ... -se quejó la rubia- Por favor, que me arrugas la ropa -comento con un deje de ironía, a la Ravenclaw nunca le había importado demasiado el físico y contaba con que su madre lo recordara - Mama .. ¡Pero que son esas fachas! -miro con horror su pijama y camino hacia la desordenada cama -yo que me tengo que levantar a las 6:00 am para un ***ido vuelo y tu aquí vagueando -le regaño. A continuación se envolvió en las cobijas de la desordenada cama y dejo que su cabeza colgara en el aire poniéndose en forma horizontal sobre aquel cómodo colchón, miro con un aire divertido a Athena -¿Por qué no vienes aquí y las dos esperamos que me traigan el tan deseable pastel de chocolate que pediste mientras me cuentas de tu vida? -sugirió dando palmaditas al espacios vacío ñ de la cama.

[Circe Atkins C.]

Athena Ravenclaw~

No sé en que momento aparecí así en mi habitación xD

Aún seguía discutiendo con Ryou sobre que forma debía tener el pastel y como tenía que estar decorado, en seguida el elfo asintió y se fue dejando la puerta abierta en la cual se podía divisar a una joven de cabellos rubios y ojos celestes, Athena saltó directamente a abrazar a su hija aunque ella había dicho algo que la descolocó un momento.

 

La soltó negando con la cabeza sonriendo, como había cambiado su hija Emma pero aún seguía siendo esa niña traviesa y bromista que adoraba. Emma le había mirado de pie a cabeza y retado, su hija retándola hay que ver ¿ehh? la Ravenclaw alzó una ceja y se miró al espejo y no pudo evitar reírse de ella misma, pues su fachas no era muy adecuadas.

 

Tenía el cabello todo alborotado a pesar de estar atado en un moño, se encontraba con un pijama de color piel que le tapaba las piernas, la parte de arriba estaba desordenada puesto que se le podía ver un hombro, Athena miró a su hija con una ceja alzada pues a pesar de que le retó toda se encontraba en su cama acostada cual niña de 5 años.

 

—A pesar de los años hay cosas que no cambian ¿eh? —Se rió y se sentó en la cama de dos plazas al lado de su hija.— Pues dudo que tarden mucho. ¿Cómo te ha ido en el viaje? ¡Al menos me podías a ver avisado con más tiempo que venías! —Le reprochó acariciándole sus cabellos con ternura, amaba demasiado a su hija tanto que la sobre protegía. Se quedaron ahí hasta que Ryou entró con una bandeja

 

En ella se encontraba un pastel mediano de chocolate, el favorito de Emma, había dos tazas de té y algunos dulces más. Athena le dio las gracias al elfo y éste se retiró mientras que las jóvenes conversaban de su re encuentro.

[Isabella Hawthorne R.]

Rechiné los dientes ¿Sólo iba a decir eso? Casi fui violada por un idi*** y ella no le daba importancia a lo acababa de vivir; salvo por la cachetada que le había dado momentos antes, Athena no había sido de mucha ayuda, o al menos yo no estaba conforme con el supuesto regaño, hasta había llegado a pensar que ella había estado completamente de acuerdo con lo ocurrido.

 

Me levanté de golpe y antes de que mis nervios estrellaran o muriera de cólera me marche furiosa a mi habitación mientras Athena le dedicaba unas palabras a Sev, quien no tardó en reunirse conmigo en el pasillo. No pude escuchar su conversación, pero podía jurar que se trataba de que me cuidara y no me dejaría sola.

 

No dije nada en todo el trayecto, caminaba con la cabeza agachada mirando la palma de mi mano, la cual estaba completamente roja debido a la herida que tenía en el cuello. Ya me empezaba a sentir un poco más cansada por la pérdida de sangre. Esta vez estaba segura que debía doblar la cantidad de pastillas de hierro que debía tomar. Llegamos a mi habitación y lo miré por primera vez después de mucho tiempo.

 

--¿Podrías buscarme un poco de ropa? La verdad me siento muy cansada y solo tengo energía para curarme la herida y limpiarme la sangre y quizás, con un poco de suerte, cambiarme --. Tenía ganas de reír pero lome limité a sonreí, giré sobre mis talones y me dirigí hasta el baño y me lavé las manos. Tomé cuatro pastillas de hierro y me las metí en la boca.

Editado 5 de Septiembre del 2014 por Isabella Rexdemort Xtrong

[Mia Torres]

Emma Ravenclaw

 

Se movió para darle espacio a su madre con su cabeza aun colgando hacia un lado y su rubio cabello aplastado en el suelo. Sonrió con malicia con las siguientes palabras de Athena, era cierto que no había cambiado y que no iba a cambiar nunca.

 

-Si, supongo -asintió mientras jugueteaba enredando las cobijas en su dedo. - Cosas que nunca cambian ...... Como tus fachas de sábado -Bromeo con una ceja alzada con diversión hacia su madre. -Oh, pude haber escrito antes pero no tenia planeado venir, solo se me ocurrió pasarme a ver si mi amada familia seguía aquí o si el castillo ya era tomado por manicomio -respondió con toda naturalidad. Amaba a los Ravenclaw y su locura, no pudo haber pedido una familia mejor.- Me fue de lo mejor, tienes que venir conmigo algún día.

 

Tomo en sus manos el plato que su madre le ofrecía y comenzó a comer el pastel con gusto.

Editado 7 de Septiembre del 2014 por Mia Torres

[Circe Atkins C.]

Athena Ravenclaw~

Con Emma

 

Se apoyó en la cabecera de su cama y comenzó a tomar su té con miel mientras escuchaba y veía a su hija comer un pedazo del pastel, a lo que Athena no pudo evitar sonreír, pues cuando Emma era apenas una niña de 5 años todos los días se metía a su cama y la despertaba, bien recordaba que se quedaba desayunando con ella y no quería irse de su habitación ¿el por qué? jamás supo y tampoco era que le había preguntando alguna vez.

 

—¿Mis fachas? Pero que me veo re guapa así. —Le guiñó el ojo riendo ante sus fachas, ¡pero no era su culpa! le había avisado unos 10 minutos antes de su llegada, era obvio que iba a estar así.— El Castillo no fue tomado como tal cosa pero no dudo que falte poco, con el loco de tu abuelo, el tío Randal y ni hablemos de tu tía Isabella, además de mi tía Maýz, pues, creo que si, somos los locos más grandes de Ottery. —Continuó tomando su té y suspiró ante lo dicho de la joven, le encantaría viajar nuevamente, sentir esa sensación de libertad.

 

—¿Viajar? Me encantaría, hace poco que regresé a Inglaterra pero estaría bueno irme de nuevo el único problema es que no puedo, tengo muchos deberes aquí y principalmente porque ahora soy matriarca de la familia, no puedo dejarlo así como así. —Dejó la taza en la bandeja y se levantó yendo a un espejo grande que tenía cerca de su cama, no pudo evitar ver su cara de cansancio y ojeras, de verdad estaba pésima.— Además tengo que cuidar de tus hermanos, adopté a dos más pues lo necesitaban.

 

 

Matthew Ravenclaw~

Buscando a Mia

 

Mi hermana termino de retarme y me jaló de la oreja hasta su habitación, ¿acaso era un niño pequeño? no, entonces que dejará de tratarme como tal, aunque supongo que hablar con ella era como hablar con una pared pero en este caso de seguro la pared si me hacía caso (?).

 

Suspiré y me encaminé hasta su habitación que según hace unos minutos atrás me había indicado. Me crucé de brazos por detrás de mi cabeza y comencé a silbar caminando por los pasillos del Castillo hasta que me detuve en seco al encontrarme con una joven que estaba metida en una habitación, por lo que pude ver parecía desorientada.

 

Me acerqué con cuidado hasta ella y le toqué el hombro mirándola un poco confundido, creo que la había visto en la puerta de la habitación de Isabella o algo así, la verdad no presté mucha atención en ese momento y que tonto que fui, tal belleza y yo ni me fije ¡menso eres Matt!

 

—¡Hola! Encantado de conocerte joven, creo que esta habitación es de alguien más, si quieres puedes venir conmigo a la habitación de mi hermana Athena. —Le propuse pues no quería que se perdiera más en este gran castillo.— Ven sígueme. —Le tomé la mano con delicadeza y me encaminé nuevamente hasta la habitación de Athena.

Editado 7 de Septiembre del 2014 por Kissa L.

[Stephania Colins]

Toc toc toc.

 

La primera impresión que tuve del que ahora sería mi futuro hogar fue sorpresiva. Necesitaba un lugar en el cual yo pudiera entrenar y moverme con facilidad y claro, era el lugar perfecto. Sus jardines eran enormes, lo único que no me gustaba mucho era que el castillo tenía un aspecto medieval, algo lúgubre y a pesar de ser tan apegada a esas cosas sentía escalofríos. Odio la soledad.

 

Después de unos cuantos minutos me di cuenta de que nadie atendía mi llamado, ¿era que acaso nadie estaba en casa? Vaya forma de recibir a su nuevo miembro, solo esperaba que al menos mi nueva familia supiera como controlarse conmigo, mi personalidad era algo que casi siempre me las ponía difícil a la hora de hacer amigos.

 

Un pequeño elfo se acerco a las rejillas del castillo y pregunto quién estaba ahí.

 

Lumos -Hola, mi nombre es Lifa y vengo porque este será mi nuevo hogar, ¿serías tan amable de abrirme la puerta?- El elfo estaba tan asustado que estuvo apunto de desmayarse

 

-Si no te preocupes es lo que suelo causar en la primera impresión, ábreme vamos aquí afuera me estoy congelando.- El pequeño salió disparado y se perdió entre los matorrales, hacía tanto frió que pensé seriamente en saltar esa cerca, sin embargo esperé a que el elfo volviera con alguien que me pudiera dar mi recibimiento.