►—Castillo Crowley—◄ (MM B: 96477)

[Vrael Myrddin]

Ingresé al castillo por los jardines, a lo lejos se escuchaba que la batalla estaba siendo llevada a cabo un tanto lejos de ahí, por lo cual decidí - Limitate - dije luego de haber llegado al lugar donde se estaban congregando mis compañeros para hacer frente a los mortífagos. mi hechizo tenía como único objetivo el de hechizar la varita de Spectum, supe que había tenido éxito, y la varita de aquel mortifago había quedado embrujada, impidiendo hacer grandes trucos de magia puesto que interrumpía la canalización de la misma y ya no podría hacer ningun hechizo tipo rayo/invocacion


Me dispuse a atacar nuevamente esta vez haría un encantamiento muy útil - Floreus - dije al instante para hechizar nuevamente la varita de, para que a continuación no pudiera hacer ninguna hechizo más. todos sus intentos por conseguir que de su varita saliera algún hechizo que dañara a mis compañeros sería estéril, y en lugar de magia solo saldría un ramo de tulipanes azules. seguro al mago le gustarían aquellas flores, esperaba con eso frustrar todo intento de Spectum por querer usar la varita.

[Mei Black Delacour]

Con cuidado, Mei se colocó a una distancia no mayor a siete metros de los mortífagos, tratando de ajustar aquella distancia siempre entre ellos. A su vez, sus compañeros fenixianos habían quedado en un radio de tres metros desperdigados por ahí.

 

–Ardius Tripio Sectumsempra – bramó al instante. De inmediato, tres rayos salieron dirigidos a las espaldas de Desireé, Rías y Desireé nuevamente, que de impactar les causaría graves heridas sangrantes que deberían curar si no querían morir.

 

–Strellatus – bramó ahora, haciendo que una luz cegadora diera de lleno en Spectum, Stephen, Perseus yDesireé, causándoles cegueras que deberían de curar si deseaban tener una buena puntería para el resto del combate.

 

Levicorpus pensó por último, haciendo que Rías quedara colgada del pie derecho a dos metros del suelo, siendo imposible que bajara a menos de que efectuara el contra hechizo correspondiente para librarse.

[Sophie Elizabeth Granger]

La rubia observo como otro mago levantaba su varita contra spect asi decidio que no dejaria que lo lastimara mas, despues de todo el solo estaba defendiendo a su amiga. Apunto directo hacia el sin esperar a que este lanzase mas hechizos

 

-episkey-dijo appuntando hacia el mago (spect) por lo que el hechizo en su contra quedaria curado

 

-silencius-lanzo tras el primer hechizo silenciando a (hank) o al menos eso esperaba.

[Lisa Weasley Delacour]

Sonrei con determinacion, aquello lo habia echado de menos, enfrentarme cara a cara con la mismisima muerte, muchos pensarian que estaba loca por disfrutar esos momentos, pero a mi me daban la vida. Me movi, siempre dejando la dustancia de diez metros con quienes ahora consideraba mis enemigos. La macara en la cara bien ajustada y la varita en firme en mi mano. Tocaba protegerse, antes de que pudiesen hacer nada contra mi, era obvio que iban a ir en manada contra mi persona, pero bueno, lo increible del asunto es que aun no hubiesen conseguido encontrarme y mucho menos matarme - Quizas ya no son como solian ser, la fuerza de la marca ha disminuido, ja, al final si iba a ser que me necesitaban - Hablaba mas para mi que para el resto, asi dejaba escapar algo de adrenalina que sobresalia por mis poros.

- Avis - Doce pajaros del tamaño de una paloma y de un color verde brillante aparecieron de la nada, cubriendome por todos los anguslos. Hay se quedaron, volando alrededor de mi.

- Morphos - La mesa que estaba en una esquina de la habiatacion muto, conviirtiendose en un leon adulto, sano y fuerte, dispuesto a morir por mi. Estaba a mis ordenees. Tenia fuertes garras y comillos afilados. Se situo delante de mi, pero a cinco metros.

[Vrael Myrddin]

El tiempo apremiaba, por lo cual me dispuse a hacer algunas defensas que me pudieran cubrirme las espaldas o las de mis compañeros, por lo cual simplemente decidí hacer lo que debía -- Corpus Patronus-- dije y en el acto un oso polar adulto comenzó a emerger de mi varita, el oso con fieras garras y afilados dientes, era un bello ejemplar adulto, mucho mas grande que yo por lo cual su cuerpo cubría el mio por completo. El oso no tenía ninguna otra misión mas que la de protegerme me cubría completamente dejando ningún espacio donde me pudieran atacar.


- Mophos - dije apuntando a otra estatua la cual, se transformó en el acto en un lobo siberiano albino. la estatua constaba con la masa suficiente para crear el animal que yo quería. un espécimen adulto de lobo muy hermoso, con un ojo celeste y el otro ojo negro, fieras zarpas y dientes, podrían desgarrar a quien se pusiera por delante. Con la unica misión de protegerme el animal avanzó hasta ponerse cerca mio, lo suficiente para interceptar cualquier hechizo. tampoco mi animal se cruzaría por delante de mis hechizos, no era tonto

[Mei Black Delacour]

Soltó un leve suspiro. Aquel día estaba un poco agotada, pero ni por aquello o por algo peor dejaba pasar una ocasión donde fuese de ayuda, no podía evitarlo, era mucho más fuerte que ella. Ayudar a sus compañeros siempre que lo necesitara, como así también defender los ideales de su bando era por sobre todo lo que la mantenían en el bando en el que estaba, y por lo que nunca dejaría de luchar.

 

–Corpus Patronus – invocó, logrando de esa forma que un patronus saliese de su varita y se convirtiese en algo totalmente corpóreo. Al instante, el ave fénix adulto batió fuertemente sus alas y comenzó a dar vueltas por encima de su cabeza, dispuesto a defender a su creadora, como así también curarla y hasta atacar con sus filosas garras y pico si era necesario, pero sólo si ella le ordenaba.

 

–Morphos – susurró ahora, convirtiendo un pequeño adorno de piedra preciosa en una araña de rincón. El animalito de inmediato se dirigió hasta donde la Delacour se hallaba, subió a su zapato y esperó a que le diera alguna orden de ataque para poder inyectar su veneno en quienquiera que la Demon Hunter deseara.

[Vrael Myrddin]

había intentado hacer un par de movimientos con mi varita que no salieron como lo había esperado, de hecho no salió ninguno de mis hechizos que había intentado hacer, ni el corpus patronus ni el morphos, por lo que no me quedó otra opción que la de volver a repetir la hazaña- Copus Patronus - dije esta vez haciendo aparecer un oso polar adulto con fieras garras, mucho mas grande que yo en contextura era sin duda un hermoso ejemplar de oso, al cual le ordené que me protegiera, en seguida no me quedó otra opción que tratar de hechizar nuevamente la estatua que no había podido hechizar en primera instancia.-- Morphos-- dije en el acto y la estatua se transformó en un ejemplar de lobo siberiano albino, que al igual que el oso no tenía mayores ordenes que las de protegerme y no cruzarse en medio de mis hechizos por lo cual ahora tendría que evaluar mis opciones para poder atacar nuevamente.


-- Creo que la pasaré genial esta noche -- pensé mientras veía el rumbo que tomaba la batalla, obviamente nos llevaríamos una victoria que contribuiría a erradicar a los mortífagos. Pronto acabarían por aceptar la realidad que ellos cada vez estaban perdiendo terreno en la guerra porque sus antiguos miembros estaban muertos, exiliados o acobardados, altos rangos que nadie sabía de ellos, desde hacía siglos.

[Perseus Myrddin]

Una cegadora luz interrumpió la visión del Myrddin <<Estos chicos y sus truquitos resplandecientes>> murmuró, dirigiendo la punta de su varita hacia su propio rostro que había sido impactado por ambos hechizos (Hank y Mei) -Episkey -pronunció y con despotismo avanzó dos pasos, a pesar de que aún no recuperaba su visión del todo.

-!Episkey! -exclamó.Su mirada cobró la intensidad característica en aquél celeste que los pintaba, aferrándo el mango de su varita con una furia perfectamente disimulada tras ese aire de comodidad que le seguía a todos lados -¿Seguirán con sus truquitos y bajo sus burbujitas? -se rió, abriendo los brazos un segundo en una clara invitación -Venga!

[Fernando Black]

-¡Viva la Orden!- gritaba cada pocos segundos con una voz evidentemente fingida -¡Viva la marca!- añadía instantes después con una voz mucho más gutural. Si alguno de ellos estuviera cerca se percatarían del olor a ron que despedía, producto de un pequeño vicio adquirido con los años. Hacía rato que se encontraba en aquella mansión donde por enésima vez se enfrentaban ambos bandos. Estaba de pasa por Londres cuando la marca en su brazo había vuelto a arder. Últimamente su negocio en Italia no marchaba del todo bien (¿Quién diría que los cerditos no serían fáciles de entrenar para robar bancos) por lo que aprovechando el caos había optado por saquear la mansión.

 

Ya llevaba dentro de una bolsa toda gran parte de la platería y se encontraba observando unos cuadros, cuando un rayo paso peligrosamente cerca de su cabeza. –Ya llevan demasiado rato con esa pelea- pensó un tanto irritado. Miraba de vez en cuando por encima del hombro y dependiendo de a quien veía cerca, su grito de apoyo varia –Aguanten amigos, ya va el apoyo- gritaba con falsa preocupación mientras abría un cajón para ver si encontraba algo de valor.

 

Sus ojos plateados iban y venían por todo el lugar, la mayor parte de los objetos de valor eran demasiado grandes como para poder salir con ellos mientras la contienda no terminara. –Tendre que tomar partido- se lamentó. Con mucho pesar, dejo caer la bolsa llena de platería y volviendo sobre sus pasos comenzó a acercarse a donde se encontraba la mayor parte del jaleo. Por el camino había dejado atrás ya unos cuantos cadáveres y personas heridas. Sus pulmones volvían a llenarse con aquel hedor a muerte. Casi sin darse cuenta, una sonrisa taimada hizo aparición en su rostro carente de oscuridad. Los magos como él no necesitaban proteger su identidad.

 

Encontrar al miembro de mayor rango del bando contrario era sencillo, usualmente era aquel que a la menor provocación invocaba a un fénix. Y ahí había uno. No conocía a la bruja, pero si tenia la arrogancia de invocar a un fénix era porque sin duda era la persona de mayor autoridad. –¡Los héroes, siempre aparecemos cuando todo parece perdido!- grito entonces, tratando de llamar la atención de todos. Había adoptado una pose ridícula con los brazos extendidos a los lados, como si estuviese a punto de ejecutar un clavado, pero todos estaban demasiado inmersos como para escucharlo. La sonrisa fingida comenzaba a dolerle y aun nadie se daba cuenta de que estaba allí.

 

-Ey amiga, si tú, la que pretende montar un zoológico. Quiero matarte, préstame atención. Soy malo- grito a la chica, severamente ofendido. Los separaban apenas una docena de metros, pero esperaba que las cosas se pusieran interesantes. Sujetaba con fuerza su varita, expectante, aunque tenía el presentimiento de que después de tantos años volvería a sentir ese molesto escozor en los ojos.

[Mei Black Delacour]

La situación parecía controlada. La mayoría de los mortífagos estaban en estado de shock, o a saber, ya no les prestaba atención del todo. Su vista se había fijado en aquel que tanto escándalo causaba. En un primer momento, creyó que estaba intentando robarse algunas cosas, ¿sería un ratero? No, lo dudaba, aquel tipo de gente corría a la mínima en cuanto se percibían problemas.

 

Al fijarse en el fénix que ella había invocado, se dirigió directamente a Mei, por lo que sencillamente se dedicó a observarlo de reojo y oírlo con atención. Era extraño, pero le recordaba a los borrachines que solían buscar pelito; pero lejos estaba de eso, había algo en él que no era de fiar ni mucho menos de subestimar.

 

–¿Existe un motivo por el que desees matarme? ¿O sencillamente el alcohol te lo ordena? – le dijo luego de notar un par de manchas de alguna bebida reciente sobre su ropa – Pero como quieras, si ese es tu deseo… intenta que se cumpla – dijo al fin, girando levemente para quedar frente a él –. Sectumsempra – bramó, lanzando el hechizo directamente al pecho del hombre, el cual de impactar, le produciría varias heridas sangrantes que de no curar le ocasionarían una temprana muerte.