►—Castillo Crowley—◄ (MM B: 96477)

[Aicitel Lëw Crouchs B.]

-Aicitel-

 

Después de estar más de un año sin visitar a mi madre adoptiva, por fin había llegado el día de una visita. Aunque me había comunicado con mi primo Fokker a menudo, era obvio que no sabían nada de mí desde hacía mucho tiempo. Mi madre debía estar preocupada a pesar de que Fokker seguramente le había contado de mí.

 

Después de tener muchos meses duros y de reflexionar era hora de pedir perdón a todas esas personas que había dejado en el caminado, sufriendo por mi ausencia, enfadadas por mi repentina marcha, sin la despedida adecuada.

 

Aquel día salí del hotel como cada mañana, bien arreglada, con uno de los muchos vestidos casuales que tenía en el armario. Mi pelo, recogido en una sola coleta estaba un poco alborotado. No había decidido maquillarme y no llevaba ninguna joya, ecepto una pulsera que me había regalado años atrás una persona especial, y que siempre llevaba.

 

Toqué a la puerta. Un elfo no tardo en atenderme y enseguida entre al castillo.

 

—Buenas tardes, ¿Está el señor Cygnus? —le pregunté al elfo, esperando que lo conociera por ese nombre.

 

Esperé sentada en una de las sillas que estaban allí, mientras el elfo comunicaba a mi primo que había llegado. Tenia la esperanza de que el elfo supiera quien era la persona que buscaba. No quería ver a nadie más hasta que no hablará con Fokker primero.

[Fokker]

Fokker tomandose un break y recibiendo a Leticia Aicitel

 

Tal vez la salvación a su comentario estaba en el pequeño elfo que se acerco a él.

 

—Disculpe amo, siento interrumpir esta cálida conversación, pero una chica acaba de llegar y quiere verlo.

 

—¿No te dijo quien era Bran?— pregunto el Crowley escapando de cualquier mirada de Mishu y Joa. Ante la negativa del pequeño elfo salio sin decir nada, ellas estaban entretenidas con la conversación así que no les importaría su ausencia por unos segundos.

 

Cuando llego a la zona donde se recibían las visitas, grande fue su sorpresa de encontrar a su prima Aicitel. No la veía desde la inauguración de su hotel en el callejón Diagon hace algún tiempo ya. Aunque se mantenían comunicados no le aviso que llegaría hoy.

 

—Prima, ¿como has estado? porque no me avisaste que vendrías— le dio un abrazo y un beso en la mejilla. La tomo de la mano y dio una vuelta completa —Wow, te ves increíble. Pero debo decir que el momento no es muy agradable debido a que estamos en medio de un lio familiar— (gracias a mi padre) eso ultimo solo lo pensó.

 

Era natural en los Crowleys estar metido en cada drama familiar, tanto que ya se estaba acostumbrando a ello. Así que seria muy natural presentarla a sus otras primas Joa y Mishu a pesar de la discusión con la dama embarazada.

[Aicitel Lëw Crouchs B.]

-Aicitel- recibimiento de Fokker y noticia

 

 

El joven mago no tardo en llegar, y mientras se acercaba a mi no pude contener mi emoción. Una gran sonrisa salió de mis labios y mi cuerpo emanaba felicidad. Me levanté del aterciopelado sofá y fui directa a sus brazos; no tarde en abrazarlo. Me alegraba verlo después de tanto tiempo.

 

—Siento no haberte avisado de mi llegada primo, quería que fuese una sorpresa —le dije con una gran sonrisa en los labios, recibiendo su abrazo y beso en la mejilla—. Muchas gracias —me sonrojé cuando escuche esos halagos hacía mí—. ¿Qué sucede? ¿Estáis todos bien?—pregunté curiosa, pero temerosa.

 

Al parecer algo estaba pasando en la mansión. Fuese lo que fuese quería estar allí para verlo y ayudar a alguien si era necesario. Por el rostro de Fokker era un verdadero lío de verdad, así que de mi cara se borro la sonrisa que unos segundos atrás era notable. Me centre en las palabras de mi primo y esperé a que me contara todo con detalles. Por mi mente empezaron a pasar cosas… imposibles e inexistentes.

[Fokker]

Fokker junto a Aicitel

Llevandola a conocer a las tres damas

(osea Joa, Mishu y Madison)

 

Estaba feliz de verla, y puedo evitar que se ruborizaba un poco con sus halagos. La naturalidad con que se hablaban era algo envidiable, así que no tuvo porque ocultar lo que pasaba en ese instante. Cambio un poco su expresión a una de mas seriedad, pero que no pudo mantener por mucho tiempo.

 

—La verdad, no creo que se de mucha gravedad, creo que hasta podría ser divertido, por lo menos para mi lo es—

 

Todo eso lo dijo con una cara de que contenía una risa, es que en verdad le parecía gracioso lo que pasaba en el salón principal.

 

—Y el único culpable de esto es mi padre. La cosa es así..— se sentó junto a ella y empezó a contarle todo, desde como una pelirroja llego a la mansión autonombrandose matriarca del lugar, que estaba embarazada de su padre y venia a reclamarle las muchas promesas que le hizo, supuso que para convencerla de entregarse a él. —... y en conclusión creo que tus primas Marissa y Joa no la quieren ver.

 

Y cambio por completo la expresión. No recordaba si sus hermanas conocieran a Aicitel, así que dijo sin importarle nada de lo que pasaba en el salón principal.

 

—Creo que debemos ir a ver que pasa y así saludas a tus primas—

 

Así que se paro y la llevo en dirección al salón principal, donde al primer espacio de silencio que hubo lo aprovecho para indicar que la hija de Claudia había llegado, sin importarle el momento que se vivía.

 

—¡Familia! e invitada, miren quien llego y volvió a casa, nuestra prima Aicitel

 

Foker, Fokker, Fokker. Algún día aprendera a ser sutil con las cosas y presentaciones.

Editado 12 de Abril del 2014 por Fokker

[Joa Macnair Crowley]

Salón Principal.

 

Generalmente la joven era muy buena disimulando sus emociones, era parte de su trabajo como inefable, pero fuera de sus labores ministeriales existían ciertas circunstancias en las que no podía solo poner su pokerface, sobre todo con las ocurrencias de la mujer pelirroja, por lo que el sonido de su risa se dejó escuchar en el salón.

 

No recordaba haber tomado en serio alguna vez las amenazas de alguien y ese no sería el día para comenzar. Además, solo Claudia, Santus y, eventualmente, Fokker, habían logrado sacarla de quicio, en comparación con ellos, ni siquiera estaba a su nivel. Una mujer embarazada del milésimo hijo de León, defendiendo la pureza de su amor con éste y lanzando advertencias por doquier, incluso resultaba tierno. No es que no llegase a disfrutar ver un poco de sangre de la mujer manchando el suelo del castillo alrededor de su cadáver, pero la escena actual en general terminaba siendo bastante graciosa, lo suficiente para ignorar el comentario de su hermano, aunque gracias a eso se percató de la llegada de Marissa, seguida de la huida del hombre para atender quién sabe qué cosa.

 

—¿Dejarme de patitas en la calle? —Preguntó aun con una sonrisa en su rostro—. Oh, querida, a diferencia de ti, no dependo de la voluntad de esta familia para cargar con los hijos de León y las… Complicaciones que éstos implican. De hecho planeaba irme del castillo, pero solo por ti, he decidido quedarme un poco más. No puedo perderme la reacción de Claudia al conocer a la autonombrada nueva “matriarca”.

 

Al terminar de decir eso, Fokker volvió a la estancia acompañado de Aicitel. Sabía que era hija de la legítima matriarca, y creía haberla visto un par de veces, pero no mucho más, por lo que se limitó a darle un pequeño asentimiento a modo de saludo, todavía con una irónica sonrisa en sus labios.

[Aicitel Lëw Crouchs B.]

Salón principal.

 

 

Mi primo Fokker me había explicado la incomoda situación que estaba pasando en la mansión. Parecía estar divirtiéndose con toda aquella situación, siempre había sido una persona bromista y risueña. Al contrario, yo me mostraba en muchas ocasiones una persona fría y calculadora, sobretodo en situaciones que podían afectar mi vida personal. Me consideraba una persona amable, tímida y sociable, pero mi lado vampiro era totalmente opuesto.

 

Seguí al joven Cygnus al salón principal, después de mucho tiempo iba a ver a esas primas con las que nunca había tenido demasiado contacto, pero que había visto en ocasiones puntuales. No podía disimular el nerviosismo que sentía en mi interior. Por mi mente no paraba de pasar imágenes de mi estado vampiro, así que esperaba que la discusión no se tornara agresiva, no podría contener mi lado vampiro si no estaba relajada.

 

—Hola a todas las “damas” presentes —saludé con amabilidad, pero con ironía.

 

Escuché todo lo que Joa acababa de decir antes de mi presentación; mi oído de vampira era excelente. Mi cuerpo empezó a temblar mientras analizaba las palabras en mi mente y decidí relajarme para no entrar en shock, aquella joven infiltrada no querría ver lo que era una vampira cabreada, así que miré a Fokker y lo tomé de la mano, intentando calmarme.

 

Claudia era mi madre, había estado muchos años a su lado y parte de su temperamento fluía por mis venas. Ambas éramos vampiras y aunque teníamos una diferencia de edad de más de doscientos años, ella había sido mi madre doscientos ochenta años, me había criado, alimentado, dado un hogar. No iba a soportar que una simple humana, bruja o no, irrumpiera sin derecho a pedir privilegios.

 

—Señorita… Como se llame —me dirigí a la joven embarazada—. Soy Aicitel Alessia Dómine Crowley Weasley, hija de la matriarca de esta familia, Claudia Alessandra Rambaldi Crowley —hice una breve pausa—. Usted ha venido aquí afirmando que ese hijo que espera es del señor León Crowley, pero no ha aportado pruebas que verifiquen que así sea —una sonrisa malvada se dibujo en mi rostro—. No tiene el más mínimo derecho de exigir nada, así que lárguese de la mansión —mis ojos de vampira se mostraban rojos, furiosos e irradiantes de ira.

[Sunar PBT]

Sunar Potter Black. Agencia Consultiva de Plagas. Campaña del DRyCCM

Entraron las dos jóvenes, las cuales trabajan en el mismo departamento. Al pasar se pudo percatar que no había nadie cerca, tal vez la chica supiera más porque parecía ser miembro de la familia.

– Disculpa mi descortesía. Soy Sunar Potter Black y trabajo en la Agencia Consultiva de Plagas – mencionó tras caminar un poco en compañía de la joven. (Nats)

Parte de la División de Seres, eso significaba que ella iba de parte del Ravenclaw por su parte del trabajo. Eso era lo que pensó al reunirse con los tres jefes y la directora. Algunos se encontrarían en el mismo hogar por la campaña lanzada para el mundo mágico.

– Oh, cierto. Pues vengo para ofrecer el servicio de inspección a la familia Crowley – explicó mientras también fijaba su mirada en los elfos. – No sé si te lo comunicaron, pero estamos en una campaña para darle movimiento al departamento, y así ayudar a los habitantes, si es que no pueden acudir a nuestras oficinas. – explicó un poco pero sabiendo que la chica debía estar enterada.

Aunque a Sunar le pareció escuchar voces de otro lado de la casa. Igual, no era de su incumbencia y solo aguardaría el tiempo necesario para saber de parte de la familia, si deseaban el servicio de plagas.

[Nats Rambaldi Crowley]

"División de Seres, Duendes y Espíritus.

Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

Rol Ministerial"

- Sé quien eres. - Dijo sin desviar su mirada de los elfos quienes seguían con sus laborees domésticas a excepción de uno de ellos que se dirigía hacía las jóvenes.

- Mi ama que bueno es verla por aquí de regreso. - Vociferó con timidez Electrix, elfo personal de la castaña. - Tenga. - Estiró sus frágiles brazos que sostenían una bandeja con dos tazas de té. - Con permiso. - Luego de que ambas tomasen una taza el elfo se retiró de la recepción con pasos torpes.

No dirigió palabras al pequeño y frágil pero hombrecito, luego tendrían tiempo para hablar a solas cuando no hubiesen más personas porque a pesar de ser un simple elfo era un buen amigo y buen consejero.

Habiendo avanzado hasta la recepción del castillo llamaron a la puerta, ¿sería alguien más del departamento?, su padre atendió con rapidez al llamado y no, no era alguien del departamento. <<Claro y nosotras somos parte de la decoración del castillo.>> Pensó con un poco de rabia, nadie había ido a atenderlas cuando llegaron y ahora su propio padre y otra mujer les rozaban las narices y ni una mirada les daban como si ellas fuesen invisibles. - Siempre es así. - Comentó a la Potter Black, no era mucha novedad pasar desperdiciada en ese lugar por alguien más pero por su padre... ya era algo diferente.

- Sí ya estoy enterada de eso... por eso estoy acá. - Dijo mientras seguía con la mirada al Cygnus. - Sígueme, por acá te ayudaran con lo que has venido. - Se encaminó junto a la joven jefa hasta la Sala Principal del castillo donde se encontraban varios miembros de la familia reunidos.

- Umrhum. - Se hizo notar aclarando su garganta mientras se apoyaba a la pared y se cruzaba de brazos. - La joven viene del Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas y necesita ayuda y a decir verdad yo también. - Dijo seriamente sin dirigir la mirada a nadie en específico.

[Sunar PBT]

Sunar Potter Black. Agencia Consultiva de Plagas. Campaña del DRyCCM

<<Ya veo>>

La bruja pensó cuando la chica le confirmó que sabía quién era ella. Siguió mirando a pesar de eso, en dirección a los elfos. Nats parecía muy interesada en ellos. Uno se dirigió a ellas, la verdad a la joven miembro de esa familia.

– Gracias – dijo Sunar al tomar una taza.

Bebió un sorbo. Tras eso, resultó que la familia tenía visitas. Se evidenciaba por las personas que pasaron cerca a ellas. Le pareció raro que no miraran. Pensó en abrir la boca, pero quién era ella para decirles algo.

– Eh? – soltó sin siquiera pensarlo.

Nats dijo a modo de explicación para lo sucedido. La ojimarrón pasó su mirada de la chica de Seres a los demás que iban hacia un cuarto. Un “ujum” trató de articular pero salió un sonido raro que fue amortiguado por su garganta cuando bajaba el líquido de té.

Se irguió y prestó atención cuando les llamó la atención a los presentes. La jefa de la Agencia, saludó y expresó el motivo de su visita.

– Buen día. Soy Sunar Potter Black y vengo de la Agencia Consultiva de Plagas – hizo una pausa mirando los rostros de las personas – Tenemos una campaña, y estoy aquí para brindar el servicio por si tiene algún problema de plagas en la casa – terminó sin decir nada más.

Si algo tenía ella, era que si ellos sabían de sus necesidades hogareñas, se lo comunicarían. Ella se hallaba allí para cumplir con la comunidad en cuanto a estar vigilante de peligros con las plagas en las casas.

[Deiwan Rambaldi]

Madison Fenwick

Aquello parecía un mercado, el salón lleno de gente de repente, un elfo incordiando e invitados. La Fenwick se frotó la frente con el dorso de la mano.

—Mira insolente cría, cuando seas mujer y dejes los pañales, enfréntate a mi... y cuida tu lengua, no sea que un día amanezcas sin ella— sentenció chasqueando la lengua, mocos en todos lados y encima tener que soportar niñerías—. Me retiro a mis aposentos, ya llevo demasiado tiempo de pie y en mi estado los tobillos se me hinchan...

Lanzó un grito y puso los ojos como platos ante la declaración de la invitada, que se identificaba como hija de una de las matriarcas.

—¡¿Cómo osas poner en tela de juicio mi honor?!— bufó y la ira se apoderó de sus pupilas, levantó la mano hacia Aicitel dispuesta a abofetearle pero en la trayectoria cerró el puño, desistiendo—. Haré como que no he escuchado esto, ando muy alterada por chusma que ni merece mi saliva y aparte a mi bebé le perjudica mis sofocos... Y una cosa más, niña, el único que puede echarme de esta mansión es León Crowley, y dudo que tenga la poca verguenza, la que os falta justamente a vosotros, de ponerme de patitas en la calle llevando un heredero suyo en mi vientre...

Chasqueó los dedos y dos elfinas vestidas con trajes victorianos de color rosa aparecieron de repente.

—Minna, Lucy... por favor, llevad a mi recamara mis maletas del carruaje— ordenó lanzando una fuerte espiración. Las elfinas fruncieron el ceño como esperando escuchar el lugar exacto—. ¿Qué recamara va a ser? La de León Crowley, obvio... ¿o es que es pecado que su futura esposa duerma en su lecho mientras le espera ansiosa con un vástago, porque será varón, en mis entrañas?

Las elfinas asintieron y fueron a ejecutar el mandato.

—Nunca pensé que mi llegada al castillo desatara tantas envidias, recelos y groserías, pero no me extraña, viendo el polvo, las humedades y abandono que tienen sus estancias como sus jardines, el apellido Crowley lo están ensuciando, ni merecen llevarlos— soltó con desprecio y poniendo los ojos en blanco—. Mañana será otro día, estoy cansada, pueden criticarme en mi ausencia, les servirá de poco... solo recuerden, que la ama de este castillo, ha vuelto y les guste como si no, a mi se me recibe con reverencia, que para algo soy milady, duquesa de Fenwick, emparentada con el mismo rey de Inglaterra... Adiós, plebe.


Dejó a los presentes en el salón y encaminó sus pasos hacia la escalera, donde un elfo de los Crowleys, confundido, la condujo hacia el aposento de León Crowley.