Doyle´s (MM B: 104907)

[Fokker]

—Contigo...

 

Escucho la frase de nuevo, dicha por los labios del ser humano que parecia tan distante para él, tan simple, tan fácil. Abrio los ojos y se dio cuenta que un arbol se acercaba rapidamente y recordó, recordó que estaba manejando la moto voladora y que esta caia velozmente sobre un bosque.

 

—¡idi***!— se dijo con fuerza antes de desviar la dirección hacia arriba, tratando de elevarla desesperadamente, —¡deja de soñar despierto!— se grito cuando al fin pudo nivelar la moto, mirando hacia atras y viendo de la que se salvo. Aunque realmente sabia que nada podia causarle daño realmente, aun mantenia los instintos de supervivencia de un ser humano.

 

<<¡Eres un demonio, aceptalo>>

 

Se escuchó decir en su mente, pero es que el no queria hacerlo, no lo iba a aceptar, no por ahora.

 

Hace mucho habia decidido volver a Londres, decidio que lo que tenia que venir, solo iba a llegar, que si el desytino le depararia una sorpresa, pues iba a esperarla haciendo lo que mejor sabia hacer, disfrutar de la vida. Y eso significaba, olvidarse de las responsabilidades, todo se resolveria solo, ya no le importaban muchas cosas, aunque eso no le hacia perder de vista algunos lugares que eran valiosos para él, no por lo material, sino por las cosas que habia vivido en ellos.

 

Y a habia visitado el The cawing, un lugar que ya no era suyo, pero que aun le traia buenos recuerdos tanto que habia debutado como solista. Ahora volvia a otro de esos lugares que se mantenian a flote solos, como por obra de magia, algo que siempre le sonaria raro a pesar de que él mismo era uno de los magos del lugar. Poso la moto sobre la tierra del camino que llevaba al callejón, y enrumbó hacia Doyles.

 

Disminuyó la velocidad cuando llego al callejón, no porque tuviera temor de arrollar a alguien, sino porque necesitaba recordar el lugar exacto donde estaba aquel negocio, ¿despistado?, pues claro, <<hay cosas que nunca cambiaran>> pensó antes de bajar de la moto y dejarla estacionada frente al restaurant, se quito el casco dejando ver su cabellera bien cortada, adema´s que portaba un ppolo blanca, casaca, panatalones y zapatos oscuros; combinación que le quedaba bien.

 

Y cuando entró el corazón le dio un salto muy dentro que creyó que se le iba a paralizar, muy parecida a su reacción la primera vez que la vio en el jardin del castillo Lestrange, cuando solo era un novato en esas cosas. Se detuvo, no queria interrumpirla, o no queria que supiera que estaba alli. Sea como sea no se movio, estuvo impulsado de irse, pero tampoco lo hizó, solo se quedo inmovil viendola poner todo en orden, algo que hacia cada vez que ellos hacian destrozos en el local.

 

Cuando al fin fue descubiertos por sus ojos, se preguntaba si ella simplemente se iria, lo saludaria, o loavadearia, y el joven solo atino a decir lo último que habia pensado.

 

—Hay cosas que nunca cambiaran

 

Algo que expresaba lo mucho que aun significaba en su vida, pero no sabia si ella finalmente habia decidido seguir adelante y olvidarlo.

[Helen Evans]

Aquel bar parecía volver poco a poco a la vida y eso me sacó una sonrisa, Hilary tenía razón, sonreír de nuevo no costaba nada... siempre y cuando de verdad quisiera hacerlo.

 

De pronto observé como toda la gente, los pocos magos del lugar, volteaban a ver a una pareja que acababa de llegar. Al segundo de verlos entendí la razón; la bruja era preciosa, tenía un lindo cuerpo y sabía como vestirlo; se fueron a un reservado, así que decidí ver que bebidas teníamos en la barra para ofrecerles bebidas pero antes de que pudiera hacerlo vi a Carlos acercarse, algo cansado, al reservado.

 

Aquello definitivamente me sorprendió, no sabía que él seguia ahí. ¡Por Merlín! Había que hacer algo para devolverle la vida a ese lugar. Observé que al poco tiempo la pareja salia a bailar, así que con un movimiento de varita baje un poco las luces, para hacer del lugar algo un poco más íntimo; después de todo, era la única pareja bailando.

 

Al escuchar que la puerta se abria, giré la cabeza pensando que llegaba algún otro cliente. Pero no, no era un cliente, era uno de los dueños, el último dueño que yo quería ver además; me miró y dijo una frase a la que no presté atención ya que había decidido quitarme la capa y dejarla en un perchero atrás de la barra. Definitivamente necesitaba a Irri.

 

No lamenté haberme perdido la frase, es más, el verlo no había provocado en mi mucho más que una ligera sorpresa. Aún no había decidido que haría con los negocios que tenía en común con él, ese problema me perseguía desde el momento que había dejado Londres. Fokker no dijo más y yo tampoco, giré para seguir con mi inventario de las bebidas.

[Fokker]

Se andaba preguntando si su corazón iba a dejar de latir de un momento a otro, igual no iba a morir solo por eso, había tantos secretos que estaba redescubriendo poco a poco sobre el mismo, desde que descubrió aquel castillo abandonado en el límite del inframundo y la tierra (muy a lo caballeros del Zodiaco xD), que tenía una biblioteca muy interesante sobre su "especie" y como es que se reencarnó en ese mundo.

 

Siguió cada uno de sus movimientos con la vista, sin decidirse a mover algún músculo, analizando si debía salir o seguir adelante. La escena vista por el observador externo sería algo así como un felino acechando a su presa, que bueno que ella puso el lugar en penumbras así no llamaba la atención. Finalmente sonrió, la verdad esperaba un intercambio de hechizos, recordando su última pelea ahí mismo, así que ver la aplicación de la ley del hielo en su persona no estaba del todo mal.

 

Camino en dirección a la barra, donde ella se puso a inventariar las botellas, le sorprendía que Slyfer no se acabara toda la existencia de licores, no lo había visto aún, con lo que quedaban dos posibilidades, o estaba durmiendo en la bodega o simplemente dejo el empleo. Francamente no le importaba averiguarlo, se enfocó en la Evans y el hermosos vestido que llevaba puesto, detestaba que usara túnicas, así que esto era algo novedoso (Nota del redactor (?: si no roleas que traes puesto puedo rolearlo, a menos que no lo haya visto xD)

 

Se acercó lo suficiente a ella, pero no interrumpió su trabajo, a fin de cuentas por algo era la dueña, tomo una de las botellas que ella acababa de inventariar y un vaso, y refresco su seca garganta regresando tras la barra. Esperó pacientemente a que la joven terminara con su trabajo. Estaba por terminar la botella cuando al fin ella culminó con el inventario. Se puso en pie rápidamente y bloqueo su camino con su brazo, viendo directamente a los ojos aunque ella los evitaba.

 

Preguntarle en donde había estado era algo insulso, se decidió por algo diferente.

 

—Te preguntaría como estas, pero veo que bien, así que pasemos a cosas más importantes, cuál es tu intención al ignorarme. Crees que haciendo eso lograras que desaparezca, porque créeme por mucho que lo desees no lograras tal cosa.

 

Si, directo como siempre, y porque el entendió algo, a pesar de todo lo que habían vivido, eso no significaba más que recuerdos, eran sus acciones actuales las que determinarían si volvía a obtener su amor o por lo menos su amistad. Claro que si antes fue torpe en esas cosas, o mejor dicho arrogante hasta cierto punto, esto había aumentado desde que despertó, y también su franqueza aumentó tanto que no se guardaba lo que pensaba.

 

—Creo Helen, que si volviste exactamente aquí no fue para ignorarme, sino porque deseabas encontrarme, ya sea para hablar, besarme...— no evito sonreír con eso— ...o simplemente asesinarme. Así que aquí estoy, tú dirás que procede.

 

Quito el brazo de su camino, y se llevó la mano al mentón esperando su reacción, mientras mantenía esa sonrisa de suficiencia, que a pesar de los años, no la había perdido.

[justo]

Bailamos durante largo rato, las miradas eran muy intensas, sobre todo hacia Yanira. Por fin acabo la musica y nos sentamos, note su respiracion agitada y sus bellos ojos verdes brillar con esa intensidad que yo tan bien conocia. Tenia el vestido algo arrugado por el esfuerzo y por buscar la postura adecuada para sentarse. Los asientos del reservado son mas bien bajos, pero yo siempre tenia la postura correcta, con las piernas cruzadas al estilo arabe.

 

- Hacia mucho que no bailabamos pero me ha gustado.

 

- Y a mi tambien, aunque todos te miraban.

 

- ¿Celoso?

 

- Sabes bien que no. Los celos es algo que no me llaman la atencion.

 

- Lo que nunca me has dicho es donde naciste.

 

- ¿De veras? Pues en Carrion de los Condes - Palencia. En el corazon del Camino de Santiago.

 

- Eso estaba en el Reino de Castilla ¿no?

 

- Asi es. Cuando naci era una poblacion mas pequeña, logicamente; fue accidental, mi madre se puso de parto al pasar por alli.

 

- ¿Y que año era?

 

- Veamos....en 1.251 de la Era Hispanica.

 

- ¿La que...?

 

- Era el calendario de la epoca, varia con respecto al calendario Juliano en unos 38 años, es un lio.

 

- ¿Alguna vez te han hecho el horoscopo?

 

- Lo intentaron pero el jaleo del calendario los vuelve histericos.

 

- No me extraña jajaja

[Helen Evans]

Fokker se acercó y se sirvió una copa, aquello era usual. Detestaba el vestido que llevaba puesto, pero no había tenido tiempo de cambiarme y usar túnicas en el mundo muggle puede llamar mucho la atención. Apenas acabé de inventariar quise ir a la bodega a buscar una túnica, mucho tiempo atrás solía tener siempre alguna de repuesto allí, pero Fokker no me dejó ir.

 

Levanté una ceja ante su comentario y no pude evitar esbozar una sonrisa sarcástica. Vaya que había cambiado, antes, el ver una cicatriz cruzando mi mejilla no hubiera sido algo que él calificara de bien; así como tampoco ver el cabello corto que me llegaba hasta los hombros, contrastando enormemente con la melena larga que solía llevar.

 

— No te estoy ignorando — respondí con voz cansada — te vi llegar si, ¿Pero que esperabas? ¿Qué me lanzara a tus brazos? ¿O que intentara asesinarte? Estaba ocupada en cosas más importantes, no me dijiste nada en concreto y yo tampoco tenía nada que decirte.

 

Apenas quitó el brazo de mi camino, le di la vuelta a la barra y me senté a unos cuantos bancos de distancia.

 

— Si desapareces o no, es algo que no me podría importar menos, haz lo que desees. No deseaba encontrarte, regresé aqui porque estoy viendo que negocios puedo poner en orden y cuales definitivamente es hora de cerrar. Pienso ir a LTC en cualquier momento, si es que aún sigue en pie.

 

Coloqué mis cortos mechones detrás de la oreja dejando ver unos pendientes largos, algo que era también inusual en mi. Tomé un vaso y pensé en llenarlo con licor, pero no tomaría con él; así que decidí llenarlo con agua.

 

— Ya te dije, no tengo nada que decirte. Si quieres hablar, hablemos; besarte... es algo que detestaría hacer; asesinarte... no, no voy a desperciar tiempo en matarte a tí.

 

Y ante la última frase mi voz se tornó ligeramente fria y un brillo mezcla de dolor, recentimiento y desafío apareció en mis ojos.

[justo]

- ¿No echas de menos tus raices?

 

- Ya no. Hace varios siglos quizas si, pero ya no queda nadie de mi linaje.

 

- ¿Tus padres que eran?

 

- Condes. Los Condes de Peña Grande.

 

- El titulo ¿lo ostenta alguien hoy?

 

- Ni idea, pero creo que no.

 

- ¿No sabia que fueras Conde?

 

- No lo soy. El titulo paso a mi hermano mayor. Yo soy el pequeño. Mi hermano se quedo todo, Titulo, castillo, tierras y dinero.

 

- ¿Y tu hermana?

 

- Se caso con 15 años con el hijo de otro Conde. Murio a los 16, de parto.

 

- Eso es triste.

 

- En esa epoca era corriente. Apenas la recuerdo.

 

- ¿Y que fue de ti?

 

- Pues fui destinado a ser monje. Mi primer convento fue San Pedro de Cardeña. Alli conoci al futuro Cid, era como yo.

 

- ¿Mago?

 

- No, mujer. Segundon y sin vocacion religiosa.

 

- ¿Y despues?

 

- Fui al Monasterio de Yuso, para "mejorar". Y alli conoci a uno de los hombres mas importantes de mi vida.

 

- ¿De veras?

 

- De veras. Iñigo de Leon.

[Fokker]

Sintió la molestia de Helen con el vestido que llevaba, tal vez porque no era muy cómodo para trabajar, estar tan cerca de ella le permitió ver esa cicatriz cruzando su mejilla, e instintivamente llevo la mano a la suya propia que le cruzaba el ojo del lado izquierdo, era otra jugada del destino que de un modo u otro estaban marcados para hasta en esos parecerse, y se daba una idea de quien podría ser el causante. Por otra parte el corte de cabello le quedaba muy bien, solo que tardo un par de segundo en reconocerla cuando la vio al entrar,

 

Escucho sus argumentos y notó que su punto era muy válido <<como siempre>> pensó con una sonrisa, motivo suficiente para dejar de interrumpir su camino. Por mucho que lo deseaba Helen era muy clara en expresar sus ideas y el seguía siendo el chico que no podía enlazar sus ideas demasiado rápido, tanto que demoró 4 años en darse cuenta que la amaba, y 17 en afirmarlos, y algunos más en pedirle matrimonio, mucho tiempo perdido y lo seguía haciendo.

 

No pasó por alto sus pendientes, su figura se notaba más madura, claro que siempre lo fue, su madurez partía mucho de todo lo que ella pasó hasta ese momento, mientras el solo seguía encerrado en su mundo, sin pensar nada más que en él, que el mundo solo era él y todo giraba a su alrededor, una técnica que le había funcionado muy bien. Como si estuviera rodeado por varios círculos, donde cada persona solo entraba en ellos fugazmente, algunos lograban atravesar varios de ellos hasta esta muy cerca, pero solo un par de persona entraron a su mundo lo suficiente, y la Evans era una de ellas, que trastocó su mundo e hizo ver que todo lo que pensaba era un error.

 

Ser un demonio era algo muy diferente al ser humano que ella conoció, su poder siempre le había dado el derecho de tener, no de obtener, pero algo cambio desde que ella se despidió en el Castillo Lestrange, porque muy simple hubiera sido llevársela a la fuerza, tenerla como un trofeo, pero Helen no era ese trofeo que podía robar y tampoco deseaba eso. Deseaba seducirla, atraerla poco a poco, obtenerla o simplemente como decían los humanos: enamorarla para siempre.

 

—Se que LTC esta bien cuidado por nuestra hija, Nyota me tuvo informado de los detalles de los negocios, ya ves hasta este lugar sobrevivió nuestra ausencia

 

Camino un poco hasta acercarse a ella pero sin necesidad de bloquear su camino, si ella deseaba irse podía hacerlo, no la iba a forzar a quedarse, y de todas maneras la conocía lo suficiente para saber que tampoco lo lograría sin lastimarla.

 

—Eso es algo, hablemos entonces— se apoyó en la barra de espaldas mirando a la pista de baile, las personas que estaban en el local ni siquiera los miraban, cada uno estaba absorto en sus propios dilemas como para fijarse en ellos dos, tomo otra botella y se sirvió su contenido en el mismo vaso de hace unos momentos y luego lo empujaba hacia la barra en dirección a ella

 

—No me digas que ahora te has vuelto una santurrona, o tienes miedo que el alcohol termine llevándonos a la cama de nuevo— La miró de reojo al decir aquellas palabras, y sus ojos rojos brillaron por uno segundo —descuida amor, no pasará esta vez.

 

Y no porque no lo deseará, la deseaba con todas sus fuerzas pero como un objeto solamente y eso no es lo que quería, o quizás simplemente su orgullo lo detenía, de todas maneras no iba a demostrar esos atisbos de los sentimientos que tenía.

 

—Mientras te decides a acompañarme o no, puedes decirme en cambio, donde te hiciste esa herida, quizás Catherine te reclamo porque salías con un mortifago y deshonraste a la familia.

 

Bebió otro sorbo de su bebida, esperando que Helen se sirviera y pasó una mano por su cabello antes de decir lo último viendo nuevamente a la pista de baile.

 

—Antes pensaba que moriría con Dimitriv, sacrificándome por ti, ahora sé que la única que puede matarme eres tú— Lo dijo como un comentario casual, tan casual que agregó —me gusta tu nuevo corte, resalta tus ojos de gacela… (?— dijo esbozando una pequeña sonrisa.

Editado 10 de Julio del 2017 por Fokker

[Thoth]

Extrañaba ver a mi viejo amigo, en verdad era un descuidado, dado que no lo veía desde hace mucho tiempo, incluso el desgraciado lo había escogido de padrino y ni paso sus narices por la boda, por tal motivo fue que realice la misma por solo un acto ministerial y elimine esos protocolos sociales, al menos eso era uno de los motivos, tal era mi enojo con ese ser, que hacia una aparición pública por el callejón.

 

-Ese es el esposo del señor Gaunt.

 

Era lo que escuchaba, al parecer había adquirido ese apellido privativo, en verdad odiaba ese proceso legal. Y caminando con la varita en mano, tomado dirección a cierto local.

 

-Espero que al menos este esa cosa.

 

Hacía referencia @Fokker

 

Al poco tiempo había llegado y entrado por la puerta, algunos me observaron, dado que llevaba el rostro cubierto por la capa, note a Manuel ( @@justo ) desconocía si esos magos se conocía o simplemente era pura coincidencia, trague saliva y fui a buscarle, me importaba poco si estaba con alguien, parecía yo alguien con celos y eso era extraño.

 

-Curioso

 

Musite y me dirigía a la barra.

 

-Cantinero deme el trago más fuerte que tenga, dado que deseo esperar alguien.

 

En ese momento recordé que no le había escrito a ese miserable, así que sacando mi vuela pluma le escribo un mensaje.

 

Estimado Amigo (Fokker) espero que la vida te trate bien, ire a tu local a verte, y hablar de los viejos tiempos, espero que sigas vivo.

 

Atentamente:

Demian Malfoy

 

[justo]

- ¿Quien era Iñigo de Leon?

 

- El Herbolario, algunos lo llamarian Boticario. Con el aprendi Pociones. Y me inicio en la Alkimia.

 

- ¿Alkimia?

 

- Asi es, entre los iniciados se escribe con K. Es el "lenguaje de los Sabios".

 

- Sorprendente.

 

- Pues si. Aunque un dia le pille mejorando la Pocion con una varita de avellano y me confeso la verdad, era mago.

 

- ¿Y que hiciste?

 

- Nada. El era un gran hombre, no podia ser malo. El descubrio que yo tenia facultades y empezo a instruirme.

 

- ¿Hasta entonces no sabias que eras mago?

 

- Ni idea. Iñigo me dio instrucciones precisas. Me enseño que habia que ser prudente, que no todos los no-magos me entenderian.

 

- Y tenia razon ¿no?

 

- La tenia. Juntos exploramos la biblioteca del Monasterio y acabo traspasandome todo su saber. me recomendo que estudiase en Paris y que, para disipar sospechas, yo debia decir que iba en peregrinacion a un santuario frances. Me dio una carta de presentacion para Jacques Martin de Paris, tambien mago e introducido en los circulos magicos de alli.

 

- ¿Fue duro el viaje?

 

- Para nada. En la Edad Media tu contabas historias y recibias cama y comida. Asi eran las cosas.

 

- Tienes que contarme mas.

 

- Tenemos tiempo.

[Helen Evans]

Observé de reojo como se llevaba la mano a la cicatriz del rostro, recuerdo de Catherine, suspiré... pero de cansancio; no quería que él siguiera buscando similitudes entre los dos. El vestido que llevaba puesto tenía las mangas largas y la falda por encima de la rodilla, era sencillo y algo delgado; pero con el calor que hacía en el lugar del que venía no me atreví a usar nada más. En Londres aquello no me serviría mucho.

 

— Es bueno saber que Nats está cuidando algo además de ella, para variar — dije en un tono frio, más frio del que jamás había usado para referirme antes a mi hija — es bueno saberlo porque además me da tiempo de pensar si necesito ese negocio o puedo romper la sociedad.

 

Fokker se acercaba, pero yo no me moví ni un poco, sabía que él creía que me conocía; supuse que iba a pensar que estaba fingiendo o que podría convencerme de todo lo que se le ocurriera o que con unas palabras de amor recordaría el pasado. Pero él no sabía lo que había pasado, no sabía lo que sentía ni lo que pensaba ahora; siempre pensé que la esencia de una persona no cambia y yo creía que mi esencia en efecto seguía ahi pero el exterior ya no era lo mismo... de hecho, era mi esencia lo que estaba tratando de conservar.

Cambié de posición y miré hacía la pista de baile también, para poder conversar con él, escuché el tono de burla de su frase y una pequeña risa salió de mi.

 

— No voy a tomar en medio de la tarde, no necesito alcohol... y mucho menos me preocupo de lo que pueda pasar, por que sé que no pasará nada contigo de nuevo.... nunca. Y puedes llamarme santurrona si quieres, pero lo que no puedes llamarme es "amor" porque ese sentimiento ya no nos une más — Está vez lo miré directo a los ojos y sin titubear — y no, no voy a atacarte si lo dices, simplemente eso implicará que ya no es conmigo con quien con quien hablas y me iré sin dudarlo.

 

Llené mi vaso con agua lentamente mientras escuchaba su siguiente frase, era lógica su curiosidad, la única vez que me vio con cicatrices era cuando le reclamé que fuera de la marca <<patética>> me recordé.

 

— No puedo creer que hayas dicho tantas incoherencias en una sola frase — tomé un sorbo de agua y suspiré — veamos... deshonrar a mi familia, no sé que tanto sepas de mi familia, o de que familia estamos hablando, tengo muchas. Pero no, no deshonré a nadie... bueno, tal vez a mi.

 

Hice una breve pausa para mirar la pista de baile, tal vez podría creer que mis palabras sonaban crueles pero en realidad, esa no era mi intención, solamente estaba siendo sincera; completa y totalmente sincera.

 

— Catherine, ella no es mi madre y yo no tengo 5 para que me reclame nada... y en todo caso, la Catherine que yo recuerdo no me hubiera reclamado con la varita en alto. Tal vez a ti si, o a un mortífago cualquiera... pero no a mí.

 

Estaba meditando la respuesta de la cicatriz, esa cicatriz tenía mucho que ver con mi decisión de volver, pero no estaba segura de querer contarle la verdad... en realidad estaba segura que no quería, pero no sabía si debía. Y entonces recordé esa frase, una de las muchas que me dio valor de volver <<¡Vamos Helen! no me digas que aún no te has dado cuenta que en realidad, nunca confiaste en él>>

 

— Linda frase ... si es que es metáfora, si es que es literal... aún no me has dado motivos para matarte — y en realidad solamente había un escenario, en mi mente, en que pudiera matarlo... matar a cualquiera. Era consciente que estaba evitando su pregunta, pero ya que estaba siendo sincera, le diría la verdad... sin contarle toda la historia, claro — siempre tan superficial, el corte no fue por vanidad, me dejaba el cabello largo por vanidad. Y ya que sé que aún estás curioso sobre mi cicatriz, no me la hizo Catherine... esta cicatriz la obtuve... por amor.

 

No pude evitar sonreir cuando se ahogó con la bebida, esa, era la última respuesta que él esperaba

Editado 11 de Julio del 2017 por Helen Evans