¤ Ladurée ¤ (MM B: 102947)

[Valky]

— Gracias — respondió cuando Deax le paso una de las cartillas con el menu del lugar, empezó a leerlo aunque la verdad no prestaba mucha atención a lo que decía, prefería escuchar lo que el joven le estaba comentando. — espero que también tengan algo que tenga manzanas verdes — dijo repasando con la mirada la cartilla.

 

 

Había un sin numero de postres y cada uno lucía mejor que el otro, más a la castaña se le había antojado algo que llevara manzana y claro que había. Los macarones de manzana lucían muy apetitosos. Cerro por un momento la carilla pues ya sabía que pediría cuando el encargado de la tienda se acercara hacia donde ellos se encontraban.

 

 

— Gracias por el cumplido... y descuida ya podre quitarme lo pegajoso cuando este en casa — sonrió y añadió — Los miembros de la Orden del Fenix siempre son así de inoportunos... si te quedas más tiempo viviendo por aquí te darás cuenta de eso — le comento con algo de resignación en la voz.

 

Aquellos enfrentamientos entre la los mortifagos y los fenixianos era el pan nuestro de cada día por decirlo de alguna manera. Aunque debía de admitir que el estar detrás de su mascara y siendo ella la atacante no la atacada, le gustaba demasiado, era sin duda alguna una parte de su vida que le gustaba demasiado como para mantenerse al margen y ser solo una simple observadora de lo que ocurría.

 

— Baya, aun estas en la Academia... una etapa muy bonita debo admitirlo — dijo tomando las gafas que el mago había puesto sobre la mesa — Seguro tu padre es Jocker... el siempre ha sido exigente en ese sentido — se puso las gafas y observó su reflejo en la ventana, no le quedaban del todo mal — Y, aun te queda mucho por terminar — pregunto curiosa.

 

[Deax Black Lestrange]

Llevaban unos minutos en el café y ningún mesero se había acercado a atenderlos. Cosa que no le molestaba ya que se sentía a gusto charlando con la bruja frente a él. Al parecer ella era amante de las manzanas, y aunque no fuera una de las frutas preferidas del mago debía admitir que todo lo que ofrecían en la pastelería lucía delicioso –no he tenido la oportunidad de probar algún postre de manzana –. Se acercó un poco a Valkyria y pasó la mano por su cabello –no parece estar tan pegajoso, o por lo menos no a simple vista –intentaba reprimir la risa por el recuerdo que venía a su mente.

 

Cambió un poco el gesto en su rostro con respecto a lo que escuchaba sobre los aurores –Deberían ponerles un alto o tomarlos por igual sorpresa –dijo en tono serio después de escuchar la queja.

 

–Sí. Jocker es mi padre, y suele ser muy exigente con eso, ¿lo conoces? Pero, la más exigente es mi madre, Aine –sonrió al verla con sus gafas, le pareció divertido aquel acto de parte de la bruja –los luces muy bien –afirmó y continúo contándole de su estadía en la academia –no llevo mucho de haberla comenzado –. Todavía le faltaba buen tiempo para salir de ahí y pensar en eso le daba un poco de flojera, todavía tenía que pensar en tareas y actividades asignadas.

 

Después de unos minutos en el lugar ningún mesero se había acercado atenderlos, pero, de pronto, apareció una joven que portaba un gafete con su nombre: Summer Mosh; vestía elegante con su uniforme de trabajo y una libreta en su mano. Esta preguntó, después de finalizadas las palabras del mago, qué deseaban ordenar. El castaño le indicó a la mesera que atendiera a la bruja primero para luego poder ordenar –un macarone de coco y un café – dijo después de tomar una cartilla y ojearla rápidamente.

[Valky]

La castaña volvió a observar su reflejo y noto que en efecto su cabello no se veía mal, solo estaba el hecho de que al parecer las suaves ondas que este tenía se habían quedado congeladas, movió con disimulo su cabeza y en efecto varias partes de su cabellera estaban estáticas, sonrió ante aquel hecho mientras regresaba la mirada una vez más hacia el Black Lestrange.

 

— Lo hemos intentado, pero son como las Hidras… acabamos con uno y salen tres mas… una verdadera plaga — dijo sonriendo, había olvidado por completo que llevaba puesta las gafas hasta que él las menciono — gracias, será porque son bonitas… — se las quitó para poder mirar mejor al apuesto joven.

 

Permaneció en silenció escuchando lo que él le contaba y en efecto no se había equivocado en su suposiciones sobre Jocker , lo que si le tomo por sorpresa era que Aine era su madre, el carácter de aquella bruja era muy fuerte o al menos eso era lo que Bastian le había comentado en alguna oportunidad. Antes de que pudiera responder a su pregunta llegó uno de los encargados del local a atenderlos.

 

— Para mí un macarone de manzana y una café por favor — pidió con amabilidad, espero a que tomara el pedido de su acompañante y una vez que se quedaron solos nuevamente respondió.

 

— Mi madre adoptiva era su hija, así que si lo conozco, solía llamarlo abuelo — dijo y no pudo evitar que su mirada se tornara triste — luego de que ella muriera seguí viviendo en la Mansión de los Black Lestrange por un tiempo, luego me case y me fui a vivir con mi esposo… hasta que por cosas de la vida tuve que abandonar el país… aquella relación como era de esperarse termino en divorcio… — hizo una pausa pues por un momento sintió que estaba hablando de más, levantó la mirada hacia el mago y añadió.

 

— Cuando regrese no supe como volver a la que un día fue mi casa… hay demasiados recuerdos que lastiman en ella…— luego e aquellas palabras y como para desviar la atención comento — Con unos padres así seguro terminas la academia sin reprobar ninguna materia — sonrió y se giró para ver si ya traían su orden.

[Deax Black Lestrange]

Se quedó observando mientras la castaña se apreciaba en el reflejo del ventanal –jaja, deberían terminar ese asunto de raíz para que no pudieran multiplicarse más –sonrió a la Haughton cuando ésta volvió la mirada a él. Una vez más se percató del color de sus ojos: miel, pero con un tono diferente a los suyos. Sin duda, las gafas hacían buen juego con su atuendo y no dejaban opacar el brillo de sus ojos –En ti lucen mejor. Y bueno, más que bonitos, cumplen con su función: evitan que me quede ciego por la luz –. Aparte de que su naturaleza de demonio le hacía rechazar la luz, el problema de fotofobia que afectaba a sus ojos hacía que necesitara las gafas tanto en lugares abiertos como cerrados, a la luz del día o por la noche.

 

Terminaron de ordenar y pudo notar que en la mirada de Valkyria se encontraba ahora un brillo de sorpresa después de escuchar el nombre de su madre. De todos modos, no dijo nada sino hasta terminar de escuchar la historia de cómo conocía a su padre. Puso una de sus manos sobre la de ella al ver que su mirada se volvía triste, de igual manera sin pronunciar palabras, solo prestando atención –Lamento mucho saber lo de tu divorcio –sabía qué era estar lejos de su hogar, pues él provenía de Irlanda y aunque no extrañaba mucho aquel país, por momentos le daban ganas de volver.

 

–Deberías pasarte por la mansión un día de estos; de seguro mi padre estará a gusto con tu visita –esperaba que la invitación que acababa de hacerle no le pareciera incómoda después de lo que había contado. De cualquier forma, ella había cambiado el tema y él debía respetar si no había respuesta a lo anterior –Con padres así… es difícil. Soy como la oveja negra del rebaño; pero estoy en la lucha –le devolvió la sonrisa al momento que el mesero dejaba en la mesa ambos pedidos.

 

–Bon appetit –dijo levantando su taza de café y dando un pequeño sorbo.

[Valky]

Sentir el suave rose de la mano del Black Lestrange sobre la suya la reconfortó, volvió la mirada hacía él y sonrió levemente al escuchar lo referente a su divorcio. No dijo nada pues a pesar de que fue duro para ella dejarlo todo, ahora las cosas marchaban relativamente bien, incluida entre ellas su relación con su ex esposo con quien a pesar de lo sucedido charlaban y mantenían una amistad muy buena.

— Todos los hijos de Jocker son ovejas negras — dijo riendo con ganas — Lo raro fuera que seas la excepción— comentó aun riendo — Bon appetit — Dijo imitando el movimiento del mago y aun sonriendo e intento beber un poco de su café.

No pudo evitar que a su mente llegaran innumerables recuerdos de cómo su madre fastidiaba al patriarca de los Black Lestrange, o de cualquiera de sus tíos, que siempre fueron rebeldes hacían alguna “travesura” tan solo para probar la paciencia de Jocker. Una ola de nostalgia se apoderó de repente de la mortifaga, que hasta ese momento había intentado bloquear todos esos sentimientos y recuerdos Quizá no era tan mala idea visitar la mansión > pensó, dejó la taza de café en su lugar y dijo.

— Quizá acepte tu invitación… la verdad es que extraño mucho los paseos por el lago… incluso nadar en él — luego dio un pequeño mordisco a su macarone y al hacerlo varias migajas cayeron en su ropa — mmm esta delicioso… ¿Qué tal esta el tuyo? Por cierto, ¿Por qué te lastima tanto la luz? — volvió a dar otro mordisco y espero a que Deax le respondiera.

[Deax Black Lestrange]

Escuchó el divertido comentario sobre Jocker y sus hijos, y no pudo evitar soltar una sincera risotada después de beber de su café. Dio un mordisco de su macarone de coco mientras observaba como la mirada de la chica se perdía. Seguramente muchos recuerdos habían vuelto a su mente después de la pequeña charla que estaban teniendo sobre el pasado.

 

Le dedicó una pequeña sonrisa a la bruja cuando esta parecía haber vuelto de aquel pasaje de recuerdos –estaré complacido de darte un pequeño recorrido por la casa… o que tú puedas mostrármela en su totalidad –río por lo bajo ya que algo sí sabía: ella, seguramente, conocía mejor la mansión Black Lestrange que él.

 

Extendió una servilleta de tela a Valkyria para las migajas que habían caído en su ropa y las pocas que quedaban en sus labios –Está delicioso. Llevaba un tiempo de no probar postres de coco –respondió a su pregunta para después dar ofrecerle de su macarone para que degustara.

 

–Fotofobia –respondió –intolerancia a la luz. No intolerancia por completo, sino más bien una gran molestia cuando la luz impacta en mis ojos, ya sea directa o indirectamente y, claro está, depende también de la intensidad –explicó y pasó despreocupadamente la mano por su cabello –suelo quedar momentáneamente ciego cuando los rayos de Sol son muy fuertes o cuando los reflejos con directos –se encogió de hombro y dio otro pequeño sorbo a su café.

[Valky]

Sonrió algo apenada cuando Deax con una servilleta de tela, limpio las migajas del macarone que habían quedado derramadas en su ropa y su boca. Se sintió como una niña pequeña, además de algo torpe, aunque, si se ponía a pensar siempre le pasaba eso. No podía comer algo sin derramarse algo encima.

 

— Gracias… —dijo con una sonrisa en el rostro. Luego de eso dio una pequeña mordida al macarone del Black Lestrange, que al igual que el suyo, estaba realmente delicioso. —Ahora prueba tú del mío… —Dijo cuando termino de masticar, tomó su macarone del platillo y se lo expendió para que lo probara.

 

—Eso quiere decir que las playas y los lugares con mucha luz no son tu fuerte —dijo luego de escuchar su problema de fotofobia —Bueno al ser una vampiresa no es que me guste mucho la luz. Así que supongo que te entiendo —comentó, dio un sorbo de su café y añadió — Si no fuera por la magia salir en el día seria solo un sueño —dijo dando un suspiro —La verdad es que extraño ser humana… seguro los macarones me sabrían un millón de veces mejor — añadió.

 

Con el pasar de los años había controlado sus ansias de beber sangre y podía tolerar muy bien los alimentos, aunque su sabor ya no era igual, no sabían feo. Sin embargo si le permitían elegir, muy a su pesar, siempre se inclinaría por la sangre. Alejó esos pensamientos de mente y volvió su mirada hacia Deax, quien con ese cabello castaño algo despeinado, lucía muy apuesto.

 

— Bueno, supongo que la próxima vez que me ayudes, en caso de ir a parar a San Mungo... una invitación a la playa no estará en la lista — dijo riendo, esperaba que eso no sucediera.

[Deax Black Lestrange]

Deax Black Lestrange

 

 

Le dedicó una cálida sonrisa a la bruja y dio un pequeño mordisco al macarone que le acababa de ofrecer. No era amante de las manzanas pero debía admitir que el postre que acababa de degustar tenía un sabor delicioso –no había tenido la oportunidad de pasar a este café. Pero de qué me he perdido, estos macarones están exquisitos –dijo cuando terminó de comer.

 

Dio un sorbo a su café mientras prestaba atención a las palabras que decía la Haughton; la playa, claramente, no era su fuerte. Hacía mucho que no pisaba la arena y caminaba a las orillas con sus pies bañados por el agua. Solo una vez había visitado una playa, antes de que sus padres murieran y mientras el Sol estaba oculto, y la luz de la Luna brillaba en lo más alto del cielo. Río por lo bajo al recordar aquella noche de paseo con sus padres, un año antes de que todo terminara.

 

Terminó aquel recuerdo y su atención volvía a la cafetería y su compañera –Sería un honor acompañarte. Pero espero que no sea por las razones que planteas –. Esperaba que no fuera necesario el viaje hasta San Mungo para poder tomar un paseo con ella.

 

–Así como la magia nos ha salvado de muchas, también nos deja desvalidos. De igual manera, ¿qué sería de nosotros sin ella? –alzó la taza mientras se encogía de hombros y soltaba una sonrisa. Sin duda, si no existiera la magia en su vida, tampoco podría caminar bajo los intensos rayos del Sol.

 

Repasó con la mirada el rostro de Valkyria, sus finas facciones, labios rosa y piel canela… el conjunto de aquello daba una indudable belleza a la bruja. Fijó su seria mirada en los ojos miel de la mujer –¿Cómo fue que… sucedió? –Sabía que estaba siendo demasiado entrometido, así que antes que pudiera contestar pronunció –No es necesario que respondas. Disculpa si he preguntado de más –. No sabía cuál sería la reacción de la bruja, pero esperaba que no hubiera sido una desagradable y fuera de lugar.

[Valky]

Mientras terminaba su postre la castaña escuchaba con atención las palabras del mago, tenía mucha razón en lo que decía. En aquel lugar sin duda alguna servía unos de los mejores postres que había probado. Quizá se permitiera comer alguno de otro sabor, el de coco y manzana estaban bien así que sería una lástima el marcharse sin probar otro. Bebió de su café hasta casi terminarlo y luego sonrió ante el comentario del mago.

 

— Para mí también sería un honor que me acompañaras a un paseo por la playa, además también es muy bonita en las noches, en especial cuando hay luna llena — dijo sonriendo — Así que creo que volvemos a poner una visita en la playa en la lista… — Añadió para luego añadir — y pues sí. Tienes razón… que haríamos sin la magia… — se encogió de hombros y volvió a beber de su café.

 

Levantó la mirada y en ese momento el joven hizo una pregunta que para nada se la esperaba. No era un tema del que solía hablar, enarcó una ceja y se planteó por un momento el no responder. Apartó la mirada hacia la ventana por tan solo unos segundos, por alguna razón aquel joven le inspiraba confianza, así que decidió contarle.

 

— Tranquilo, no has preguntado de más — dijo para luego terminarse de beber su café — Me convirtió mi novio, hace ya muchísimo tiempo atrás… estábamos al borde de la muerte mi hijo y yo, así que se vio obligado a hacerlo para salvarnos— dejó la taza de café ya vacía sobre la mesa y dijo — La verdad es que extraño que mi cuerpo sea humano o con la maldición de la licantropía… aunque debo admitir que el ser una vampiresa tiene sus ventajas — añadió y sabiendo que la mención de extrañar ser humana o lican le llamaría la atención volvió a hablar.

 

— En realidad soy una demonio atrapada en este cuerpo… que con el pasar de los años ha cambiado muchas veces, supongo que el que yo lo habite lo hace resistente — sonrió para quitarle importancia, además no quería hablar de cómo había terminado así. Tan solo recordar aquel suceso le provocaba un estremecimiento. — Tu también eres un demonio ¿verdad? — preguntó para luego levantar su mano para que algún elfo fuera a la mesa a tomar un nuevo pedido.

[Panterrosa]

Tenían tiempo que no salían, siempre se veian y hablaban pero siempre en sitios de monotonia.

Había que variar ya..

Entro, halando la carinhosamente de su brazo, atraves del agarre en sus manos. Para el seria su chica de papel, por su tez, la manera en que congeniaba le parecia ligera (quizas sea por el peso de la chica y la mosculatura del paladin pero aquien importa), ademas llevaba grabada ciertas palabras y poco hojas, tienen dos paginas.. y el conocía la segunda.

 

Felicidad intercambiaban en sus miradas, y directo al mostrador se dirijieron. Pedir o conseguir un lugar y pedir lo segundo mejor del menú, lo primero ya lo tenían entre manos..