¤ Ladurée ¤ (MM B: 102947)

[Isabella Hawthorne R.]

Hacía más o menos tres semanas de nuestro encuentro en la Ravenclaw, no nos habíamos visto desde entonces, a los pocos días me había enfermado y nos comunicábamos mediante cartas que no eran la gran cosa, nada como vernos y sentir el calor que emanaba su cuerpo.

 

 

No acostumbrábamos a salir mucho, por lo general me iba a visitar en el castillo, lo cual era un enorme sacrificio para él, pero lo que yo no lograba entender completamente era por qué no le parecía agradable. Nunca quise tocar ese tema ya que sabía que nos traería discusiones, y eso era lo que yo menos quería.

 

Me mantuve en silencio todo el trayecto hasta la cafetería, no era la primera vez que iba y podría decirse que ese lugar me encantaba, la comida, el lugar y la atención eran de primera. Luego de que el camarero nos atendiera accedimos a sentarnos en Le Salon Castiglione. El lugar estaba bien iluminado y me parecía perfecto.

 

Le dediqué una sonrisa mientras tomaba asiento en una de las sillas de maderas. — Hay un par de cosas que debo decirte—. Le dije mirándolo a los ojos mientras acomodaba suéter blanco de lana.

[Panterrosa]

Mucha luz, para alguien que la verdad no le gustaba mucho en dicho y paarticular escenario y momento le parecía de lo mejor, situados en aquella gustosa localidad y cómodos en el sitio elegido por la demonio uncomentario le volco el estomago, aquellos ojos penetraron los suyos y algo importante estaba por escucharse..

Esa intuición, sensacion de alqgo que no esperaba escuchar alfin de cuentas quizas si iria a oir despues de todo. Quizas el pensar que jamas lo iria a oir, hizo lo que le diera vida. Inmutado, viendose a los ojos dijo que toda tranquilidad -Aver, Que par?- devolviendo la sonrisa mientras temblaba de ansia en el interior.

[Isabella Hawthorne R.]

Clavé mi mirada en la suya, podía notar lo tenso que estaba el muchacho, quizás pensar en decirle eso no era una buena idea. Sonreí relajada, para que no se asustara, la verdad es que no pensaba decirle lo que verdaderamente me atormentaba y lo que menos pretendía era que esto le quitara el sueño al joven paladín.

 

— Estuve investigando un poco... y no soy la hija biológica de Giovanna, lo que significa que no pertenezco a la familia Atkins—. Sonreí ampliamente al ver su reacción, la verdad es que mantener una relación con tu supuesta prima deja mucho que desear. Relamí mis labios mientras le echaba un vistazo al menú que el mozo nos había facilitado.

[Panterrosa]

Se lanzo para atrás como cuando anotan un gol importante con casi falible en quidditch, que bien. Anotación! -se diría mentalmente. Vaya que esperaba otra cosa, pero cual fuese sabia que irían a ser grandes noticias.

Le dio un beso que la hecho tan atrás que la espalda de la chica quedo paralelo al suelo. Duro lo que el promedio y la alegría o una sonrisa duraba. -Pues hay que (? celebrar! -dijo visualizando el menu. Lo tomo con una mano mientras con la otra buscaba la cintura/espalda de su acompanante.

 

Mhmm, la verdad no se que elejir -giro su cabeza mirandola a los ojos- escoges por mi? -recordaba que ella ya había estado en aquel negocio. Mostrando sus dientes.

[Isabella Hawthorne R.]

—Haces que elija la persona más indecisa del mundo—. Le recordé mirándolo a los ojos y dándole un corto beso en los labios. Mis ojos se volvieron a la carde del menú que él tenía en sus manos. Dejé que su mano descansara sobre mi cintura mientras sentía como se movían sus dedos dándome una suave caricia.

 

Mordí mi labio inferior mientras pasaba la mirada por cada uno de los pedidos que podría llegar a hacer. — Bueno el chocolate cake no está tan mal—. Sonreí mientras daba vuelta la hija del menú y revisaba la lista de bebidas— ¿Un café te parece bien? — Inquirí volviendo la vista al paladín.

 

Luego de haber realizado la orden mis ojos vagaron por todo el café, parecía que nos encontrábamos en otro mundo, me sentía como en Francia, anhelaba estar ahí, rodeada de todo lo que me gustaba, por eso siempre que necesitaba estar con mis raíces me daba una vuelta por Ladurée. Lancé un suspiro mientas miraba por la ventana.

 

Si había algo que me incomodaba en ese lugar era lo que se estaba germinando dentro de mí, pero vaya a donde vaya estaría conmigo, ya no soportaba más saber de su existencia o de su posible existencia… ya no soportaba más el estrés y la ansiedad que me provocaba. Miré nuevamente a Tadeo, quien, por suerte, no se había percatado de lo tensa y callada que había estado.

 

Al principio dudé, pero me tragué el nudo que sentía en la garganta y comencé a decir: — Tengo un atraso —.Dije con un murmullo inaudible sin siquiera mirarlo, mis ojos se humedecieron mientras jugaba con mis finos dedos sobre la mesa.

Editado 12 de Enero del 2015 por Isabella Rexdemort Xtrong

[Panterrosa]

Se quedo vagando en su mente, pensando en todo y nada, si a la vez..

Sintio la dulce cercanía de Isabella, vaya, tanta dulzura advertía una posible diabetes (? sonrio, y quedo callado tras su susurro. La mira y en voz queda pregunto-Tienes que? - creyo haber escuchado bien, un retraso, y efectivamente eso fue lo que había dicho..

 

Yyy,- tartamudeo un poco, respiro y prosiguió- y eso quiere decir que..?, me refiero -calmando la emoción, poniendo su mano con la que anteriormente sostenía el menu sobre su estomago y luego su vientre- ​no me diras que Becan tendrá un hermano.-culmino con tono intrigado y un poco nervioso (ah característico de su ser, pero jamas lo habia o hacia reflejarse) y ante esto busco darle un beso en la mejilla a su chica de papel con el fin de relajarla [de hecho para relajarse el mismo pero no hacia pensando en ella (?]

[Isabella Hawthorne R.]

Me sentía aliviada por haberle confesado eso, pero al mismo tiempo sentía miedo de lo que podría llegar a pasar luego de esto. Coloqué la mano en mi cabeza pensando en las posibilidades, pero nada me parecía razonable, mi cuerpo no estaba preparado para tener un hijo, no ahora...Había tenido una experiencia bastante desagradable con el embarazo de Becan y este prometía ser mucho peor al anterior.

 

Lancé un suspiro mientras apretaba mis labios, los cuales no dejaban de temblar, sentí su mano sobre mi vientre y su suave y húmedo beso en la mejilla, en ese momento las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas sin que yo las pudiera retener. En ese momento me sentí tan indefensa y tan frágil como una hoja de papel abandonado por las sucias calles de Londres.

 

Sequé mis lágrimas mientras observaba en silencio como el mesero nos dejaba lo que habíamos pedido sobre la mesa. Fue entonces cuando otro problema se presentó ante mí, últimamente no podía retener a de lo que ingería, sentí tanta culpa que ni siquiera podía comerlo, sabía que los problemas de ansiedad habían comenzado nuevamente y eso me asustaba.

 

—No ese como pudo pasar esto —. Dije un paco más calmada, sentí mucha impotencia, debería estar feliz pero la angustia me carcomía por dentro, pero sabía que no era un problema, y una parte de mí, aunque no lo admitiera, le encantaba la idea de tener un nuevo integrante en la familia.

 

—Sabes que tengo desórdenes alimenticios, y eso es riesgos, para mí y para el bebé, pero créeme que no será fácil de controlar con tantos antojos, comeré como un cerdo y luego me sentiré culpable por ello y vomitaré todo—. Le confesé mientras lo miraba a los ojos y tomo una de sus manos.

 

—Sabes que como dulces compulsivamente para luego hacer eso cuando estoy en crisis… —. Tragué saliva mientras miraba la torta de chocolate que estaba sobre la mesa. — Ni siquiera puedo pensar en mantener eso en mi estómago.

Editado 12 de Enero del 2015 por Isabella Rexdemort Xtrong

[Panterrosa]

La sentía preocupada, siendo obvio los sentimientos actuales de la demonio viendo caer lagrimas por sus mejillas.

Se las seco una a una, y por donde saltaron las que no pudo alcanzar, que salieron de primeras, beso el ultimo lugar de su mejilla que estuvieron, mientras trataba de consolarla con caricias, sin estorbarle al silencio y casi a modo de susurro mascullo- vamos, no es culpa de nadie. Y mucho menos tuya..- levantando le el mentón -Ademas, por quien y para que estoy aquí, contigo, a tu lado (o enfrente; como prefieras) -dijo con cierto humor para mejorar la situación, seguido de un 'beso de mariposa' finalizando con un picotazo entre labios.

 

Bueno, hey, -agarrando el pastel que visualizaba- hagamos algo entonces. Compartamos todo lo que comas... -metiéndose un pedazo en la boca. Pico otro pedazo, que iria a parar en la boca de Isy a modo de avión. -Ves- aun con la boca llena y mascando. Sonrió tras la sonrisa de la demonio haciendosele ver los/la dientes/boca negra por el chocolate, algo un poco asqueroso pero para aquel momento bastante divertido.

[Sol Lestrange Black]

La primavera estaba próxima, la podía sentir a cada paso que daba, los arboles comenzaban a pintarse de verde y el cielo de un sutil azul que parecía apenas romperse por algunas nubes traviesas rompiendo su monocromía. El frio comenzaba a disminuir haciendo que los abrigos comenzaran a estorbar, pese a los últimos rezagos del invierno y una fina capa de nieve que aún se acumulaba en las cornisas.

 

Muy temprano aquella mañana había llegado una lechuza hasta mi ventana, con pereza me había levantado de mi cómodo lecho para abrir la ventana y dejarle entrar, se posó en mi hombro ansiosa y apurada mostrándome el pequeño trozo de pergamino atado en su pata izquierda. Hasta ese momento todo parecía normal, todo comenzó a volverse extraño al leer el escueto contenido de la nota.

Ladurée Salón de té al medio día…

Sin firma, sin remitente ni más indicios de quien podía haber mandado el mensaje. Después de un largo tiempo de meditarlo, y pasar de las más paranoicas teorías a las más simples, decidí que tenía mucha más curiosidad que temor, por lo que sin pensarlo más me había dispuesto a salir de casa.

 

Y aquí estaba ahora avanzando entre la pequeña multitud llena de curiosidad y algo nerviosa, había buscado llevar algo cómodo y sencillo sin tener la menor idea con lo que podía encontrarme mi atuendo dejaba ver gran parte de mi personalidad, mi cabello recogido, mis tacones altos, eran un reflejo de mi misma.

Respire profundamente al llegar al lugar la fachada era hermosa, como si alguien hubiese robado un trozo de Paris y lo hubiese trasladado al callejón. Sonreí de manera inmediata, quien quiera que había mandado la nota conocía mis gustos refinados y exquisitos. Al entrar en el local el tiempo pareció haberse detenido, y viajar años atrás, un bellísimo salón de té se mostró ante mis ojos.

 

Lámparas de araña, pequeñas mesas de madera, muy juntas entre sí, se mostraban perfectamente decoradas muy al estilo parisino. En la entrada un apuesto mago perfectamente vestido me regalo una sonrisa al verme llegar.

 

- ¿Madame Lestrange?- preguntó apenas al verme, haciéndome alzar la ceja.

 

- Si…- respondí escuetamente mientras me ayudaba a quitar el abrigo de forma caballerosa.

 

- Esperan por usted en el salón privado…- me informo mientras me daba paso sorteando las mesas.

 

Confundida y cada vez más intrigada lo seguí sin apenas imaginar la sorpresa que me esperaba cuando abrió la puerta y el hombre que me esperaba se puso de pie para recibirme con una flamante sonrisa. Me detuve en la puerta y mi sonrisa se congeló, la última persona que esperaba volver a ver en el mundo estaba frente a mí, como antes y como siempre.

 

- ¿Qué haces aquí? – fue lo único que atine a preguntar hilando difícilmente las palabras en medio de mi desconcierto.

Editado 5 de Marzo del 2015 por Sol Lestrange Black R

[Mefistófeles Evil.]

Me encontraba sentado metido en mis propios pensamiento, todas mis ideas eran magnificas, pero dudaba que tal vez esta haya sido una de mis mejores, pero después de tanto tiempo ausente, mi regreso no iba a pasar desapercibido, así que tarde o temprano se habría enterado, me parecía lo más caballeroso de mi parte.

 

Sacudí una partícula inexistente de polvo en mi TRAJE y observaba el reloj con algo de rabia, no se si por costumbre o porque siempre me ha molesta la impuntualidad, a pesar de que ella siempre llegaba en punto a todo, mi duda era saber si en verdad iba a ser tan confiada de ir a un reunión sin saber siquiera con quien iba a tratar, pero segundos después al verla pasar por el umbral del privado donde me encontraba, me di cuenta que hay cosas que ni el tiempo y las aguas logran cambiar.

 

- Un "buenas tardes" es algo más cortes...-sonreí mientras la observaba su desconcierto...-los modales nunca se deben perder para una dama, al menos eso era algo que siempre predicaste...-

 

Miré al host y el inmediatamente entendió que tenía que retirarse, tenía la orden de entrar a tomar el pedido cuando en el ambiente reine la paz, o a recoger lo que quede del lugar, lo que ocurra primero, Azazel siempre ha sabido interpretar mis deseos con una mirada, pero de todos modos parecía que iba a probar en carne propia cuan inmortales son los demonios.

 

-Estoy de regreso por el mundo mágico, como me ves, con traje nuevo, pensé que no me ibas a reconocer, pero veo que no importa que me ponga, siempre sabrás que soy yo...-aquel don era algo que francamente no me agradaba.

 

En ningún momento dejé de sonreír, no era porque aquel asunto me daba gracia, simplemente era porque la reacción que Sol tuvo era casi exactamente la que yo esperaba, aquel don era algo que seguramente a ella no le agradaba.

 

-Que te parece si nos sentamos, conversamos un poco, tomamos algo...-no terminaba la frase y Azazel entraba con una botella de vino tinto y la servia sobre un par de copas que estaban puestas sobre la mesa...-y discutimos lo que tengamos que discutir, ¿que opinas?...-luego miré nuevamente al Host que había traído a la Lestrange...-si recuerdas a Azazel verdad...-