¤ Ladurée ¤ (MM B: 102947)

[Malum Luxure]

Le mire atentamente y mientras hablaba no pude evitar sonreír amablemente...la verdad no parecía un mal estereotipo...solo estaba un poco crudo...su mirada me recorrió y no me molesto en lo mas mínimo fue un alago ya que significaba que estaba bastante bien...punto para mi dulce ego.

 

-no...yo si me acordaría si vine contigo...pero para ser franca tu ya estabas aquí cuando llegue.-le miraba a los ojos parecía en serio que la fiesta fue muy buena...ya que no la recordaba.

 

Me senté de forma que le tuviese de frente cruzando elegantemente las piernas....tenia un aire...a diversión...una mezcla dulce y difícil de identificar...yo sabia que era aquello pero aun así todavía no expondría mis pensamientos sobre la mesa.

 

Mis ojos rubí no dejaban de analizarle....parecía joven...que seria dela vida sin las casualidades...sin seres a quienes robarles el alma...la conversación prometía ponerse interesante.

 

-parece que la fiesta estuvo buena...-le comente con un tono dulce.

 

Esperaba que me trajeran un café por en cual ya había echo señas a los empleados de aquel local...sentí una fragancia a chocolate...pero no quería desviar mi mirada de mi interlocutor.

[Isabella Hawthorne R.]

Los murmullos aumentaban a medida que el local se poblaba de gente. La Hawthorne seguía garabateando en un trozo de pergamino con una pluma que no necesitaba tinta. Un elfo se acercó hasta su mesa para servirle un poco de té de jazmín, el favorito de la rubia; junto al té se hablaba un trozo de pastel de chocolate. La rubia asintió en forma de agradecimiento mientras seguía respondiendo las cartas.

 

Relamió sus labios mientras dejaba la pluma en su lagar y doblaba la carta en tres partes, la metió dentro de un sobre y levantando la mirada hacia los presentes llevó el sobre a sus labios y le lamió los bordes para luego pegarlos. Sus obres plateados se fijaron en el acompañante de la bochornosa colorada que ahí se encontraba.

 

Una sonrisa se formó en sus carnosos labios teñidos de morado. Había más pelirrojas en Ottery que en el resto del mundo, a la rubia le resultaba bastante bochornoso el tono de su cabello, ella prefería ser calva antes que la confundan con un fósforo. Mordí la comisura de su labio inferior para evitar soltar una risita.

 

Su atención se volvió hasta el joven, lo había visto varias veces y a esa altura parecía una plaga. Aún tenía ganas de envenenarle su café, pero eso requería volver a intercambiar palabras con el joven y la verdad no sentía ganas de ser adorable nuevamente. Rodó los ojos al escuchar su patético comentario, la verdad es que el casanova estaba un poco oxidado para su gusto y esos versos estaban pasados de moda.

 

Revolvió el café con la cuchara de plata haciendo tintinear la taza. Lo tomó entre sus manos y le dio un sorbo mientras sentía el vapor en su rostro, la fragancia que desprendía el aromatizado té le gustaba. — ¡Qué patéticos! — Comentó en voz alta mientras tomaba otro sobre y leía su correspondencia.

Editado 9 de Marzo del 2015 por Isabella Rexdemort Xtrong

[Kutsy Stroud Lenteric]

Todo tiene un comienzo bastante vertiginoso cuando el cambio se da de un momento a otro, mas de uno depende recordar hacía donde vamos y que es lo que deseamos, además claro de no perder el camino que nos llevará en dirección a nuestro objetivo –cambios –susurré con diversión mientras terminaba de atar la agujeta de los zapatos deportivos rosas que desentonaban con mi pantalón de mezclilla azul y una blusa de tirantes amarilla, sí, aquel día yo había decidido cambiar los vestido por algo mucho más informal, si es que eso pudiera ser posible.

 

Extrañaba mucho aquellos paseos, pero ese día estaba mucho más contenta de lo usual pues finalmente podía sentir que mi propio corazón había encontrado su sitio, lo cual agradecía inmensamente así que una sonrisa se hallaba sobre mis pálidos labios conforme seguía mi incursión sobre las calles del callejón lugar que conocía de memoria, era como si cada esquina o escaparate me dieran la bienvenida a la exuberante y bulliciosa vida de Diagon.

 

Me detuve frente a un local en el que ya había estado hacía mucho tiempo atrás, quizá más del que me agradaría declarar, sin embargo tenía buenos recuerdos del Laudurée, entré con calma y admiré el interior, podría jurar que no había cambiado ni un poco, recorrí con la vista cada mesa, una tras otra desfilaban para mí hasta que detecté una presencia que me hizo sonreír aún más. Hacía rato que no nos veíamos y esperaba que no se hubiera olvidado de mí.

 

Después de meditarlo unos segundo dirigí mis pasos hacía la joven de cabello rubio que estaba entretenida leyendo un par de pergaminos –hola –dije con suavidad –espero no interrumpir nada importante…. –guarde silencio por breves segundos esperando verme nuevamente reflejada en esas pupilas de plata.

[Sol Lestrange Black]

Negué suavemente con la cabeza, por el contrario de lo que pensaba sus motivos o razones para venir a Ottery en aquel momento habían pasado a no ser de mi incumbencia, escuche atenta su monologo hasta que llego nuevamente a poner el dedo justo en mi talón de Aquiles. Tomé aire intentando calmarme después de su ultimo comentario, deseando tomar la botella que tenia en las manos y reventarsela en la cabeza. Fruncí el cejo y me removí molesta en la silla, por un momento había pensado que ya habíamos superado la etapa del ataque y podríamos tener una conversación de adultos civilizados.

 

- Definitivamente si alguien tiene motivos para odiarte es mi familia...- dije mientras señalaba la copa para que vertiera mas vino en ella. - y con muchas y justificadas razones...- señale en tono serio- Y no me vas a venir a cuestionar ahora por las costumbres de mi familia, por que si antes que eras alguien en mi vida no te lo permití, ahora definitivamente menos.

 

Su semblante cambio y casi pude ver en sus ojos una chispa de aquella ira que en otros tiempo controlaba mis actos y mi lengua para evitar mayores conflictos. Ahora las cosas habían cambiado y no iba a permitir ese tipo de comentarios .

 

- Tu no eres precisamente un "ejemplo de familia" conmigo no te pongas pudoroso y recatado...- solté molesta por sus comentarios- Me alegro que no hayas ido al castillo por que tienes toda la razón, incluso ni yo misma te hubiera recibido y de haber sabido que eras tu el de la cita hoy, tampoco me hubiera presentado.- Aquello definitivamente no iba a terminar bien, mi paciencia se había extinguido de golpe.- Te agradezco el esfuerzo pero creo que es hora de marcharme...gracias por la "sorpresa"...

 

Tomé mi bolso y me puse de pie intentando no demostrarle mas molestia de la necesaria. No iba a dejar que jugara con mis emociones, y menos conociendo que en definitiva sus "intenciones para conmigo jamas habían sido las mejores. Las cosas buenas que pasamos juntos siempre habían sido finalmente opacadas por cada una de las heridas recibidas, si bien yo no había sido la mejor persona con el en nuestras ultimas épocas habían sido por que había tenido al mejor maestro del engaño y la manipulación.

 

- Espero que disfrutes tu estadía en el pueblo... buena suerte...- dije dando media vuelta y caminando hacia la puerta.

[Isabella Hawthorne R.]

Suspiró mientras soltaba la pluma y la miraba con odio, su mano estaba completamente rígida, la tenía completamente rígida de tanto escribir. Lanzó un suspiro mientras la masajeaba, un descanso no le vendría nada mal. Tomó un sorbo de su té de jazmín mientras se relajaba sobre su asiento cruzando sus piernas desnudas mientras las cubría con su capa roja.

 

Apiló las cartas que había contestado y se guardó los sobres que ya había leído dentro de su bolso. Mientras observaba las cartas que debía contestar una voz bastante dulce y familiar la distrajo de sus pensamientos. Levantó la mirada mientras en sus labios morados se dibujaba una sonrisa que rebajan ver sus dientes tan blancos como la nieve.

 

—Al parecer veo fantasmas —. Comentó en forma divertida mientras observaba a la joven que estaba ante sus obres plateados. Se levantó del asiento mientras se acercaba para saludarla con un beso en las mejillas. — Me alegra verte, Kity—. Una risita débil salió de sus labios mientras la invitaba a tomar asiento junto a ella y quitaba sus cosas de la mesa.

 

Sonrió mientras se sentaba relajaba su espalda en el respaldar de la silla y cruzaba sus piernas — ¿Qué tal las vacaciones? — La chica había desaparecido hace ya varios meses, pero por suerte la había sorprendido en el lugar menos esperado.

[Kutsy Stroud Lenteric]

Los segundos después de que mi propia voz se perdiera en el silencio y el reconocimiento de sus ojos sólo fueron marcados por los latidos de mi corazón, un ente que yacía en muchas ocasiones en silencio, la sonrisa que ilumino por breves segundos su rostro me llevo de la mano a esa primera vez donde la conocí y sólo su voz me trajo de vuelta al presente.

 

–Quizá si veas uno –declaré en un susurro cuando Isabella me saludó y deposito un suave beso sobre mi mejilla –Y a mí Kisy, como no tienes una idea –confesé mirando su rostro con detenimiento intentando detectar algo que probablemente su risa había ocultado bajo la dulce entonación de su voz, mas estaba demasiado contenta de haberle encontrado que no conseguí más que corresponder su sonrisa.

 

Me senté junto a la joven dama, más de uno suponía que me había ido de vacaciones y era mejor que así fuera, –te diré que me he divertido mucho –declaré recordando mi salto de la cascada de aquel paradisíaco lugar que había visitado semanas atrás, –¿has buceado alguna vez? –Inquirí al evocar el maravilloso espectáculo de los pececillos de colores nadando a mí alrededor. –Por cierto ¿cómo has estado, tú?

 

[Isabella Hawthorne R.]

La rubia posó sus codos sobre los apoyabrazos de su silla mientras miraba a su amiga con interés, la verdad es que le divertía escuchar las extraordinarias anécdotas que traían sus amigos cada vez que se iban de vacaciones fuera del país. Sonrió mientras vertía un poco de té en una de las tazas vacías que había sobre la mesa y se lo ofrecía a la chica.

 

—Me parece genial que te hayas divertido tanto—. Hizo una pequeña pausa para contestar las preguntas de la chica por orden. —La verdad es que sí lo hice, pero sin máscara de buceo, mi condición me permite estar sin oxígeno por mucho tiempo, fue en unas vacaciones en la luna de miel, visitamos Bora Bora— Sonrió mientras ocultaba su sonrisa detrás de su tasa.

 

El recuerdo de su luna de miel hizo que sus mejillas se encendieran, la rubia tenía más años de los que aparentaba, había vivido varias generaciones, había visto tantas caras y había tenido tantas parejas que ni siquiera ella podía recordarlo. Lo que sí recordaba era que se había comprometido varias veces, pero había sido novia una sola vez.

 

Lanzó un profundo suspiro y miró a la chica con los ojos vidriosos. —Me hiciste mucha falta —. Confesó mientras apartaba la mirada de la muchacha para impedir que las lágrimas brotaran de sus ojos. —He perdido a mi bebé —. Le declaró mientras hacía una mueca, algo parecido a una sonrisa torcida mientras el labio le temblaba y su mirada se fijaba en el piso.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

La negativa de la pelirroja a mi pregunta....me dejo dos conclusiones...la primera, que al parecer tendria que ir a San Mungo a tratarme y la segunda que aun tenia cierto encanto....no todos los dias una hermosa chica venia a sacarme conversacion a mi mesa...generalmente era lo opuesto....aunque pensandolo bien...al parecer habia comenzado a implementar, inconsientemente, la tactica de la ¨lastima¨???...NO que va esa no iba conmigo y tampoco estaba tan necesitado...y entonces decidi oidar estos episodios de amnesia.

 

-a que lastima - dije para despues sonreirle- hubiesemos pasado un rato divertido...aunque despues no me acordase

 

La chica tomo asiento a mi lado...toda fina y señorial....aunque sus ojos parecian tratar de hurgar en mi...tratando de desifrarme..pero le costaria trabajo....a veces me podian tildar de plano y simple...pero una vez que me conocian....casi siempre protestaban por que era un incordio inintendible. Mujeres..simpre en lo mismo.

 

-Fiesta???...ahh si...supongo que vengo de una..aunque realmente no tengo esa sensacion en la boca de haber bebido mucho...- por un instante intente tratar de recordar un sabor familiar...y..si..creo que de eso aun recordaba algo...- bueno..creo que lo unico que recuerdo era un poco de crema batida sobre el cuerpo de una chica...fresas...y algo de champan...asi que si...hubo fiesta...pero algo mas intimo.

 

A mi alrededor el ambiente se habia movido un poco...acaso esa chica que se marchaba lñe daba calabaza a ese chico...que por cierto...conocia...al parecer otro Don Juan como yo..tal vez y lo convidaba algun dia a crear un club de adictos a las feminas y sus encantos.....para intercambiar estrategias y movidas de conquistas...por ahora...cero estrategia..aunque esos ojos rubi..aun no dejaban de mirarme...

 

-Sabes....no acostumbro a ser examinado...aunque te dejare que saques tus conclusiuones y me las digas...asi te diria en que asiertas y en que te equivocas...algo asi como un juego...y si tienes mas desaciertos que aciertos..te invitare a una de mis fiestas.

[Malum Luxure]

La pelirroja sonrío ante aquella propuesta...hacia mucho no iba a una fiesta...en ese sentido estaba como el sin memoria alguna...una mujer salio del local y ya sabia quien era...sinceramente el aire era mas puro sin ella allí...horrenda casualidad...hice una mirada general y vi un par de personas mas...."mustias del te se creen originales"-pensé.

 

-acepto el juego.-le dije con una mirada fija en sus ojos.

 

Justo el elfo trajo mi café tome la taza y bebí ella analizando que le diría a aquel caballero...mezcla de astuto y perverso...hice una sonrisa de lado y me acomode el cabello con una mano sin dejar de notar los claros toques en mi infusión.

 

-te llamas juan...tienes 19 años...y claramente has ido a tu primera reunión sexual...lo cual implica que eras virgen y para rematar era el monaguillo de la iglesia...-no pude evitar reír ante lo dicho por mi.

 

Sabia que ninguna repuesta era correcta...pero me gustaba jugar con la propuesta que me hizo...la seducción es algo innato y siempre esta a flor de piel...es un aroma que atrae...veamos donde hace explosión.

 

-dime que adivine....-le dije con una sonrisa atractiva ente su desalineada presencia.

[Kutsy Stroud Lenteric]

El fragante aroma del jazmín hizo vibrar mis sentidos, lleno por completo mi mente y alejo todo resquicio de frió y añoranza transmutándola en la sola sensación de confort de la que hacía bastante tiempo no disfrutaba, cerré los ojos para mantener conmigo por un tiempo indefinido aquella sensación instantánea, la cual así como llego se marchó.

 

–Gracias –exclamé para después ponerle atención a sus palabras, relaje la espalda contra el asiento y olvide por un momento que todo puede convertirse en luz u oscuridad, sonreí ante lo que me contaba, era cierto que al no ser humanos teníamos privilegios que nos hacían disfrutar de cosas tan magnificas – ¿luna de miel? –Inquirí curiosa mientras daba un sorbo de té.

 

Tal parecía que me había perdido de varias cosas, pero no pasó desapercibido el tenue color escarlata que sus mejillas delataron al hablar de esa aventura –parece que no sólo buceaste –declaré con picardía, sí, ya no era tan inocente como tal vez mi comportamiento delataba, hacía un tiempo andando a solas recordé esa primera noche junto a quien ahora ya no tiene rostro y no existe más, bebí un poco más de la taza de porcelana blanca para alejar la frialdad de mis manos.

 

No pensé que mi siguiente pregunta desencadenara aquellas cascada de reacciones, mi corazón se sintió oprimido al verla en aquel estado y aún más al saber que le había hecho falta mi presencia, a cuanta gente había dejado sin importar nada… más de la que podría llegar a contar con las dedos de mis manos, pensé apesadumbrada. Me levanté y me detuve frente a esa joven de orbes plateados que yacía más interesada en la trama de los azulejos que en mi presencia.

 

Me incline a su lado –mírame por favor –dije suavemente –no vale la pena pedir perdón por mi ausencia, pero has de saber que lamento tu perdida –añadí sin poder contener un par de lágrimas que ya rodaban por mis mejillas mientras le abrazaba con toda la fuerza de la que era capaz, deseando de ese modo tomar un poco de su pesar y ayudarle con carga tan pesada.