~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Lisa Weasley Delacour]

Un Jobberknoll entro volando raudo en mi habitación. El patronus se me quedo mirando al ver como no tenía intención de moverme de la gran cama. Un minuto exacto y que allí seguía. Al ver que no podía ganarle la batalla, no al pájaro si no a mi sobrina y alto rango, salte de la cama y como alma que lleva el diablo comencé a prepararme.

Si es que a aquella loca se le ocurría ponerse a buscar mortifagos cuando yo tenía intenciones de dormir, maldecía internamente las ganas de justicia de la Delacour. Yo las tuviese igual, las mimas se podría decir, pero al llevar siete días sin dormir, apenas podía mantenerme en pie. Si es que, seguía protestando cual niña pequeña, pero hábilmente ya me cambiaba de ropa.

La firma promesa de protegerla con mi vida, se adivinaba con fuerza cuando me necesitaba y estaba segura que si habia hecho el llamado, algo bueno debía de estar pasando, la castaña siempre hacia las cosas con coherencia, más incluso que ningún alto rango de la orden del fénix, por es la admiraba. Tras un rápido vistazo al espejo donde vi mi figura en vuelta por un vestido blanco de seda y totalmente descalza supe que habia llegado la hora.

Pase mi arma mágica por el rostro, creando así una luz de tonalidad azul, que impedía a todo el mundo reconocer mis facciones, con ella estaba a salvo de todo el que no apoyase la noble causa del niño que vivió, aquel gran mago que consiguió derrotar el poder de Lord Voldemort hacía ya decididas. Respire, me centre y gire sobre mis talones para desaparecer de la gran casona que era mi hogar.

Dos segundos después y bajo una estela de color rojo puro, mi anatomía llego ante la gran y acaudalada fortaleza de los Malfoy. Exactamente a cien metros de sus muros. Era una mansión situada en Ottery. Una verja metálica cubre lo que son los terrenos de la familia. Mas parece una cárcel que una casa, pensaba mientras me iba acercando al lugar.

Como era de esperarse ante la negativa de la horrenda cara, Mei la voló en pedazos no lo habia visto, pues habia sido segundos antes de que yo llegase, pero solo con ver el humo que salía de esta, entendí todo a la perfección, no por ello conocía el proceder de mi mejor amiga. Eliminada la primera barrera, ya podíamos entrar. Espere órdenes para hacerlo.De momento seguía afuera, disfrutando del viento.

Solté una risita, el genio de la fenixiana cuando estaba en batalla o en proceso de una, era abrumador – Ha sido un alarde de poder poco convencional – Le dije divertida, pues aunque estábamos en una misión, la camarería que habia entre ambas seguía tan patente como al inicio del día, donde habíamos discutido por una tontería con el café.

[Kahlan Blackthorn]

Juv Malfoy Haughton

 

Sus orbes azul oscuro destellaron con ferocidad, no iba a permitir que echarán a perder la resucitación de su hermana Afrodita. Presionando su mano con fuerza invocó su oscura varita, esta no tardó en materializarse y establecer una conexión estrecha con la Ángel Caído.

 

-Tenemos visitas, porque no me extraña…-siseó abrazando el mango de su katana con su otra mano-Comencemos con esto, no deseo que se les haga complicado el intentar matarme o al menos herirme…-mantuvo intacta en sus labios aquella lóbrega sonrisa, agradecía que la misma estuviera bajo el resguardo de la máscara que portaba en esos momentos-Celerus Expectro Protego…-espetó con fuerza brotando de la punta de su varita una estela oscura que rodeó su cuerpo, absorbiendo la esencia nociva de la Malfoy, ascediendo hacia arriba extendió unas oscuras alas, acompañadas por un fuerte graznido.

 

Aquel fénix oscuro se coloco delante de la demonio, sirviendo como un escudo que evitaría que cualquier hechizo lanzado contra ella pudiera impactarle.

 

-Confundus…-penso la rubia volcando la mente de Mei a un pozo de confusión y divagaciones que le hicieron trastabillar en sus acciones dentro de esa batalla.

 

-Levicorpus..-penso la angel caído, provocando que Mei quedara suspendida a dos metros del suelo. Levitando en el aire impidiéndole atacar a la Haughton…

[Mei Black Delacour]

Levantó una ceja, había llegado en muy mal momento, lo sabía, siempre pasaba lo mismo, una vez hasta había tenido la suerte de interrumpir un proceso de parto, una anécdota de la cual ahora sólo ella se acordaba, las otras personas habían desaparecido o perdido la memoria…

 

–Disculpen la interrupción, pero… ¿Es magia negra lo que veo? –dijo, en cuanto vio que uno de los presentes se levantaba y sacaba de forma descarada la varita. Además de que tenía la máscara puesta – Qué vergüenza – agregó, negando con la cabeza a la vez que sacaba también su varita y se colocaba exactamente a siete metros de Juv.

 

El primer movimiento había sido hecho, un expectro protego, algo que no dudaba que hiciese, pero no le importó, por lo menos en ese momento. Con ligereza, la Delacour apuntó su varita hacia la mortífaga Juv.

 

–¡Ardius… – murmuró, haciendo que una velocidad por encima de la normal la invadiese – Floreus! – completó el hechizo, logrando adelantarse al confundus que intentó hacerle contra ella, pero en vez del correspondiente efecto, un ramo de rosas negras y marchitas salió de su varita.

 

–Morphos – agregó al instante, logrando que uno de los zapatos que Juv portaba se convirtiera en una araña de rincón que, al quedar encima de su pie y debido a que no traía algo más que la cubriere, el animalito rápidamente aprovechó a picarla, inyectándole el veneno del cual disponía.

 

Momentos después, la Delacour sintió que algo la jalaba de uno de sus pies y al instante quedó en el aire, a una distancia de dos metros del mismo gracias a un levicorpus al cual se le había adelantado. Pero no importaba, no era algo de lo cual preocuparse, ya luego tendría tiempo para bajarse.

 

Confundus pensó por último, haciendo que la mente de Juv cayese en un estado de aturdimiento tal que le costaría cari, siéndole imposible de realizar alguna acción posible más que dejarse llevar por la confusión que la invadía.

[Lisa Weasley Delacour]

Las cosas eran así de sencillas; la luz siempre prevalece sobre la oscuridad y si no prevalecía sola, ya haría yo que lo hiciese. Camine tras de mi comandante en jefe para aquella misión por los jardines. No tarde en llegar a la puerta de entrada a la mansión, la cual franquee también. Mi varita en la diestra brillaba con la misma ansiedad que yo misma portaba en mi anatomía.

Subí escaleras, camine por pasillos, hasta llegar a la segunda planta, al cuarto de Afrodita, donde se hallaba nuestra presa. La mortifaga ángel caído se mostraba orgulloso, pero a mí no me intimido, Nadie conseguía hacerlo en aquella época, sabía quién era y en que me quería convertir. Con pasos firmes me puse en posición de defensa, ya dentro de la sala, a diez metros de mi rival y de todo aquel que entrase a defenderla.

La preocupación de la Delacour era sincera, siempre cuidaría de mí, al igual que yo también lo haría con ella. La unión que teníamos era difícil de explicar, pero imposible de romper. Por ella habia conseguido salir de aquel poco negro de hacía unos meses y junto a ella me estaba ganando mi puesto en el bando. Mi amiga, mi confidente, mi alto rango, m familia, uno de los pilares en mi vida.

También me situé estratégicamente al lado de Mei, a unos tres metros de esta y sobre todo a cinco de todo objeto mutable, para así evitar males mayores. Observe el escenario, allí habia más gente, pero no me preocupaba, tenía en mi poder la victoria, puesto que la justicia y el bien siempre ganaba, Era hora de arrasar con aquellos malnacidos, el tiempo de desarmar habia pasado, era hora de actuar según la época.

Entendí su gesto, no intervendría a no ser que los hechos cambiasen. La adrenalina y el medio a verla caer se apoderaron de mí, pero tenía que ser fuente y aguantar, no por nada ella era la mejor guerra que conocía, lograría su objetivo y si no era así, una posibilidad mínima, yo la vengaría sin lugar a dudas.

[Kahlan Blackthorn]

Juv M

 

Mei estaba jugando tal y como le gustaba a la Haughton, colocándole en varios predicamentos. No le importaba verse atacada por todos los flancos, tampoco tener que sangrar y desparramarse sobre el lujoso suelo de la Mansión Malfoy. Estaba lista para todo, tal y como lo había previsto, Mei le ataco de la una forma magistral, pero eso no impidió que la Malfoy hiciera de las suyas.

 

Mei se libro del confundus de ls rubia, pero no volveria a pasar eso e ideo una forma de poner en predicamentos a la Demon Hunter.

 

-Confundus…-pensó la demonio, justo antes de que Mei efectuara su Morphos, sumiéndole en una profunda confusión que le había hecho alucinar que una de las botas de piel de dragón que portaba la Ángel Caído mutara en un araña de rincón. Ella espeluznante pensar aquello le causaba nauseas, dando un fuerte latigazo con su varita, no dudo en aplicar la misma táctica de siempre.

 

-Confundus…-volvió a pensar la demonio, provocando que ambas Altos Rangos cayeran en una profunda confusión, provocándose un intercambio de daños que le fascino a la rubia ojiazul oscuro. Podría acusarle de bruja o practicante de la magia negra, pero como no hacerlo si estaba jugando a volver a una persona a la vida desde el mundo de los muertos.

 

-Hagamos esto como se debe, dejemos de lado las medias tintas…-le ofreció tener una batalla como en los viejos tiempos.

[Mei Black Delacour]

¿Era un confundus que había intentado hacer? Tal vez, pero no había logrado salir gracias a que su anterior confundus, el que la misma Mei le había lanzado le había impedido realizar acción alguna y ahora volvía a tener vía libre para atacar y no dudaría en hacerlo.

 

–Floreus – volvió a decir, adelantándose al segundo Confundus que Juv había intentado hacer, volviendo a salir un ramo de flores de su varita en vez del mismo hechizo, que había quedado totalmente anulado –. Nunca me niego a un encuentro, más en el que uno pueda llegar a sucumbir; aunque ya aun un claro candidato.

 

Ladeó la cabeza. Se estaba mareando un poco, pero nada de lo cual preocuparse, el estar de cabeza no le afectaría de ningún modo. Pensó en su próximo movimiento, tenía una opción muy viable, pero sabía que el hacerla conllevaría cierto peligro, pero ¿qué más daba?

 

Confundus pensó, haciendo que la mente de Juv cayese en una nueva confusión, siendo tal aturdimiento que le sería imposible de realizar alguna acción en su siguiente movimiento. Nada, absolutamente nada, era un momento crucial que se habría perdido totalmente.

 

–Floreus – dijo, haciendo que la próxima acción de Juv quedara totalmente limitada y hasta anulada debido a que su varita se vería afectada por el efecto del hechizo, haciendo que en vez de que saliera el conjuro que la Ángel Caído intentaría hacer, saliesen un tercer ramo de flores marchitas. Sus opciones eran escasas, y ninguna de ella lo suficientemente buena como para garantizarle el que pudiese sanarse del veneno.

[Kahlan Blackthorn]

Juv Malfoy Haughton

Realmente el practicar la Nigromancia, estaba provocando que la Ángel Caído perdiera parte de su energía. Era como cuando ocupaba un Mortis, aquello sí que le causaba baja de energía y desestabilizaba a la rubia Malfoy. Estaba quedándose con pocas posibilidades, aunque eso no le impediría dar lo mejor de ella misma y sacar la casta que siempre le caracterizo. Centrando sus ojos en Mei, recordó los buenos tiempos, tiempos en los cuales ambas se batían a duelo y se gozaban el lanzarse hechizos y provocarse daño considerable.

 

Tenía un floreas encima, aquel que le limito su primera acción, aunque eso no evitaba que su fénix siquiera estando delante de ella y le protegiera. Ahora se veía sumida en una profunda confusión, algo que le hizo torcer sus delicados labios en una mueca de desagrado que quedo oculta bajo su máscara.

 

-Morphos…-espetó la demonio con fuerza, transformando la cinta que llevaba anudada en su cintura en un bezoar, tras hacer que este mutara e la roca curativa. Llevándose a la boca la roca trago la misma y se curó del daño que le había causado el veneno que inyectara en ella la molesta araña de rincón.

 

 

Un nuevo floreus estaba haciendo de las suyas, pero aquello poco le importo a la demonio. Ya se había curado y eso era lo que importaba o era lo que ella creía. Si no se había curado, pues eso ya quedaba en la percepción de ambas Altos Rangos, aunque ella sintió que el veneno había sido contrarrestado con éxito y ya no estaba dentro de su sistema.

[Balderik Von Alexandros]

El joven castaño rondaba cercano al pueblo de Ottery, no es que todo los dia el estuviera cercano a un lugar y comenzara su ronda no, era solo que esa noche por extraña razón deseaba dar un recorrido al pueblo mágico. Kritzai traía sus manos una mascara color roja metalica, mientras llegaba a una mansión en particular, la mansion Malfoy. El Haughton estaba llegando a los terrenos de esa edificación, con mirada seria escuchando voces difusas, como de gritos en el interior, asi lento se coloco la mascara con su vestimenta oscura, esperando en los terrenos a lo sucedido con su mascara mortifaga sobre su rostro, esa que tantas veces lo habia acunado en batallas, su mirada estaba en si esa mansion seria oportunidad para el castaño de probar su vlaia, con su marca en su antebrazo estaba listo, ahora en los terrenos quedaba poco para la accion.

[Lisa Weasley Delacour]

Entorne los ojos. La batalla se sucedía tal cual yo misma habia pensando minutos atrás. Ninguna de las dos tenía el control total, los poderes de la mortifaga eran un poquito más fuertes que los de mi sobrina, pero esta y su habilidad innata en los duelos la mantenía a raya como la mejor, haciendo incluso que trastrabillara un par de veces.

Era alucinante como luchaba, yo algún día quería ser como yo. No vacilaba, era directa, eficaz y siempre pensando en lo que su rival haría como dos o tres acciones por delante en el tiempo. La Delacour era una demon hunter de pies a cabeza. La marca entera la temía y yo cada día estaba más orgullosa de ello. Seguía en mi posición, contemplando aquel, para mí, entrenamiento, en el cual la magia era la diosa del asunto.

Como no tenia otra cosa que hacer, me dedicaba a controlar el perimetro y cuando vi lo que vi, corri escaleras abajo hasta llegar a los terrenos, me situe ante Kritzai, a diez metros de el y a cinco de todo objeto mutable y ataque.

- Silencius – Dije con rapidez. El primer conjuro de Kritzai quedo anulado, silenciado, de su boca no saldría palabra alguna, palabra completa al menos, meros balbuceos nada más. Mi efecto le dio de lleno, imposibilitándole el habla. No era muy ofensivo, pero si letal cuando se tenía una estrategia como yo lo hacía.

- Sectusempra – El rayo color escaleta impacto en el tórax de Kritzai provocándole incisiones grandes, profundas y letales, pues si no lograba curarse perdería tanto líquido vital que moriría en mis manos.

Si pensaba que no iba a actuar iba listo.

[Balderik Von Alexandros]

Kritzai tenia cubierto su rostro con esa mascara que ocultaba su verdadera identidad ,asi que con paso seguro y con esa elegancia en el trazo se encamino en los terrenos de esa mansion para adentrarse en ella. Camino por los jardines de estructura y se dispuso a sacar su varita magica, su arma poderosa pero Vio a una chica, ella se acercaba hasta el y luego sentia su ataque que era para silenciarlo <<Secionatus>> Penso hacia la chica (Lisa) de esta emanaron doce medias lunas filosas que impactaron en su torso y piernas creando potentes heridas letales. la varita Esta en su mano se dispuso a moverse hacia una estatua en el jardin a un metro del castaño una estatua en los terrenos de la mansion., de un mago que el castaño no conocia, le apunto y dijo —Vitae— la estatua se convirtió en un lobo de piedra,con filosos dientes y garras de piedra, con ecamas puntiagudas por doquier, y a la orden del castaño le seguia detrás pero la criatura a la orden y viendo el ataque de su rival se interpuso en el sectusempra de Lisa defendiendolo y asi se mantuvo intacto el castaño por que su vitae no tenia sangre, no estaba vivo.