~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Galery Grindelwald Malfoy]

La hermosa mujer había guardado silencio, aparentemente el lugar ejercía en su madre no sólo incomodidad, sino un terrible dolor, Galery no podia ver su rostro con claridad sin embargo podía sentir su respiración y el palpitar de su corazón, su madre hacia un enorme sacrificio al estar ahí, era un misterio para la muchacha el porque del sentir de su madre hacia el hogar que la vio crecer, sería cuestión de sentarse a conversar, ambas tenía que ponerse al corriente en muchos aspectos. El elfo acercó una charola con una tetera de humeante té de limón, le resultó extraño, como sabía ese elfo cuál era su favorito.

 

La puerta del recibidor se habrio de nuevo, dando paso a una figura borrosa pero con un aroma desagradable, humedo y lodoso, lo que fuera que entró se perdió de vista en segundos, Galery agotada tomó asiento frente a una chimenea, aún escuchaba murmullos tal vez en una habitación contigua, tomó la taza con el líquido caliente y lo acercó a sus labios; el delicioso sabor del cítrico inundó su paladar, era una exquisita mezcla de hojas de azar, zumo de limón y miel de abeja, con un ligero toque de gengibre, lo saboreo y solto un poco de tensión.

 

Se puso de pié dejando la taza en las manos de Koin y comenzó a caminar por la habitación, necesitaba memorizar las distancias entre los muebles, las salidas las entradas, saber hacia donde iban las escaleras, dónde estaría su habitación. Aspiró y se dirigió a su madre -- -- Mamá, el viaje fue pesado y largo, y hay algo que debes saber, a unas léguas esta el carruaje con un par de thestralls, y el cuerpo del cochero, era un viejo inútil que sólo sabía desobedece, lo lamento, me exaspéré -- el par de elfos, Drum y Koin habían ocultado el cuerpo de miradas indiacretas, pero había que disponer de él.

 

Apoyo sus manos sobre el respaldo del sillón, deseaba abrazar a su madre pero por alguna razón, ambas se estaban deteniendo de hacerlo, las palabras se abarrotaron en la garganta y espero ya fuera un regaño o un te extrañe. Ligeros pasos a su espalda anunciaron la llegada de alguien mas, y las frescas declaraciones de la joven la tomaron por sorpresa hermana *penso* quiso con todas sus fuerzas detener su lengua pero era como si los largos años viviendo sola en Hungría cobrarán vida y voluntad, y se vio a si misma como un expectador mas en la escena por desarrollar.

 

-- ¿Hermana? yo ni siquiera sabía que existías, pero aparentemente tu sí no es así, sabes acaso como me llamo, que edad tengo o cuantos años hace que no veía a mi madre, supongo que no, todo esta mas claro ahora, ya sólo tengo que preguntar de que más fui excluída -- contestó con fingida frialdad

 

Tarde, lo habia dicho ya y su cara ardió de rabia vergüenza y porque no decirlo, también de dolor, creyó que recuperaría los años de ausencia lejos de su madre a quien amaba y había necesitado siempre, sí había sido feliz no le falto nunca nada, solo sus padres, había venido a recuperar ese tiempo que por motivos superiores habían perdido, y ninguna hermana que no sabía que existía hasta ese momento lo impediría -- Koin, busca mi habitación y lleva el equipaje, mientras tanto me pondré al día en cuestiones familiares, así que, ¿Cuantos somos? -- pregunto a las dos mujeres ahora y por diferentes motivos, más importantes de su vida.

[Monica Malfoy Haughton]

El abrazo de Galery la había tomado por sorpresa y no pudo hacer nada cuando la muchacha ya la rodeaba con sus brazos tímidamente. Una de sus manos vagó sobre la espalda de la más joven y se posó sobre la melena de esta con la forma de una casi imperceptible caricia. Aquel gesto le había costado tanto como si su mano estuviera hecha de cemento, y no porque no quisiera a su hija, si no porque aquellas demostraciones repentinas de cariño no eran lo suyo. Aún así había notado como en su pecho había nacido una sensación de tranquilidad que solo en contadas ocasiones podía disfrutar.

 

- Me da gusto que te encuentre bien aquí porque será una larga temporada la que te quedes con nosotros - le dijo con un tono de voz tan suave que hubiera sido imposible imaginar la identidad que se ocultaba tras el nombre de aquella Malfoy de cabello rojo.

 

Hamilton había escuchado la petición de la recién llegada y se había retirado sin más del hall de la mansión seguramente para luego volver y servirle el té a Galery. Al ángel caído le había parecido escuchar murmullos parecidos a quejas cuando la criatura se alejaba a través de la pequeña puerta situada a la derecha de la entrada, pero no le prestó más atención de la que merecía; estaba acostumbrada a que, sobre todo aquel elfo, rechazara cualquier presencia nueva en la familia por muy pura que fuera su sangre.

 

Se giró de nuevo a su hija con intención de seguir la conversación, pero antes de hablar escuchó el aviso de unos pasos a sus espaldas que provocaron que se girara, y antes incluso de que le diera tiempo de ver quien se acercaba, reconoció quien era gracias a su voz.

 

- Cirse... - alcanzó a vocalizar cuando ya la tenía en frente, aunque como le había pasado con su otra hija, tampoco le hizo gesto cariñoso alguno.

 

Lo que aconteció luego le hizo gracia a la de mayor edad, que aunque quiso permanecer seria no pudo reprimir una pequeña sonrisa asomar por la comisura de los labios. El saludo de la recién llegada no pareció hacerle mucha gracia a su hermana menor, que casi de forma instantánea comenzó a embestir a base de palabras contra ella. Acababa de llegar y ya había empezado a sacar su carácter, algo que tendría que aprender a controlar si no quería terminar con problemas en el mundo mágico. Luego la escuchó dirigirse a su elfo, y aprovechó para dirigirse a la que se había unido a la reunión en último lugar.

 

- No esperaba encontrarte hoy aquí - susurró en voz baja, para no incomodar aún más a Galery que cada vez parecía más molesta y que no tardó en volver a dirigirse a ellas.

 

- ¿Que cuantos sois? Me hubiera gustado hablar de todo esto más tranquila, pero ya que lo preguntas... Están Cirse, Agatha, Addison y Matu, aunque estos dos últimos hace tiempo que dejaron Londres. No viven aquí. Tienes una prima que vive conmigo, Oniria... que es como mi hija y a lo largo de los años he... bueno, adoptado a otros para ayudarlos cuando les hizo falta, aunque con el tiempo también han marchado - explicó tranquilamente, sin que la voz le temblara en ningún momento. Era consciente de que quizás aquello podía molestarle o dolerle a la más pequeña, pero con el paso del tiempo entendería el motivo por el cual la había tenido que mandar lejos.

 

- Ella es Cirse y es tu hermana mayor - aclaró-. Tu no te acuerdas de ella porque eras muy pequeña cuando te fuiste, pero ella estaba ya cuando naciste. Por eso te conoce y sabe de ti.

 

Cuando terminó de hablar miró a Galery, y luego le echó un vistazo a Cirse para ver su expresión. Tenía la sensación como si un globo fuera a explotarle en la cara en cualquier momento.

 

- ¿Os parece si pasamos al salón? Allí podríamos estar más cómodas.

Editado 8 de Octubre del 2014 por Mónica Malfoy Haughton

[Galery Grindelwald Malfoy]

La respiración de la Húngara era agitada y luchaba consigo misma para controlar la explosividad de su temperamento, añadido a este el cansancio del viaje y el momento tan importante y especial para ella, infortunadamente nada era ni sería como ella lo había imaginado por tanto tiempo, paso saliva para tragar con ella su amargura y escuchó paciente las palabras de su madre, sin concentrarse demasiado en el contexto de ellas, era ese cálido acento, tranquilo y conciliador quién la controló, como en las noches de tormenta cuando no lograba dormir y llegaba a su memoria las parcas pero para ella suficientes palabras de ternura. que guardo fieramente en su memoria.

 

Los nombres y los detalles no fueron importantes para Galery, cada persona en su vida se había ganado un lugar de importancia basado en su participación y aportación, ahora que sabía tenía una gran familia, dependería de que tanta participación en su entorno el grado de importancia tendría cada uno de ellos, Galery solo tenía un amor y ése amor la había hecho pedazos, fuera de ello solo su madre podría sentirse amada por la muchacha, giró el rostro a donde se encontraba la figura de su recién descubierta hermana, pero no la veía con claridad, ahora de verdad dudaba que ambas su madre y hermana o algún otro miembro de la familia supiera de su casi ceguera.

 

-- Cirse, lamento la reacción ante la noticia, no esperaba esto, sin embargo trataré de conocerte más y que me caigas mejor -- dijo sin empacho, Galery era arisca y desconfiaba de la gente que no conocía, sin embargo bajo esa dura capa creada a base de malas experiencias había una muchacha solitaria insegura y con mucha necesidad de cariño. Se abría una nueva etapa en la vida de la hija de Gellert Grindewald, donde habría la oportunidad de escribir más páginas y tal vez arrancar algunas que le provocaban sólo peso adicional a su espalda.

 

Tenia muchas dudas así que guardó su cansancio para más tarde y aceptó más tranquila la invitación de su madre -- Por supuesto mamá, necesito cambiar o aligerar esta primera impresión que e dejado, a propósito, lo del cochero es en sério, hay que disponer del cadáver, mi elfo Drum se quedo allá y es un inútil; sobre mis, nuestros hermanos, actualmente quienes viven aqui -- dijo con desenfado, en el castillo Grindewald estaban acostumbrados a ese tipo de "accidentés"

[Circe Atkins C.]

Cirse A. Malfoy. ~

 

Cirse enarcó una ceja ante la manera en la cual Galery se dirigía a su persona, ¿quién demonios se creía que era para hablarle así? y más cuando eran de la misma sangre, aunque fuera su "hermanita" menor no le iba a permitir tales ofensas verbales hacía ella y menos cuando estaba en frente de su madre. La miró con odio y comenzó a reírse sonoramente en su cara, a pesar de que le molestaba no podía evitar reírse de la forma taaan madura que estaba actuando Galery.

 

—Niña, deberías medir tus palabras. ¿Acaso no te enseñaron en tu viaje a respetar a tus mayores, mocosa? —La miró desafiante mientras se cruzaba de brazos.— Veo que no pero tranquila, yo puedo enderezarte con unos cuantas... formas de enseñar. —hizo un ademan con la mano, sus formas de enseñar no eran para nada sanas pero no iba a decirlo por el simple echo de querer asustarla.— Por supuesto que te conozco si al final yo te cuidé cuando eras una mocosa, bueno, lo sigues siendo. —Y seguía utilizando esa palabra para con aquella joven, de seguro le iba a molestar pero ¿qué importaba? esa era la idea.

 

Estaba a punto de decir algo más pero Galery justo comenzó a darle ordenes al elfo, Cirse puso sus ojos en blanco y escuchó las palabras de su madre en un susurro, no pudo evitar dedicarle una sonrisa tierna.— Ni yo madre, pero quería verte a ti y a la tía Fee. —Le contestó y nuevamente dirigió su vista a la Malfoy menor mientras que escuchaba la lista de sus hermanos, a algunos los conocía y a otros no.— Mejor no digas nada querida madre o Galery terminará yendo a matarlos aunque... Obviamente ella saldrá muerta de ahí. —Se encogió de hombros ante lo obvio y prosiguió a contestarle a su hermana ante sus disculpas.

 

—No, no aceptaré unas disculpas y menos de mocosas que no saben medir sus enojos. —Le sentenció mientras avanzaba a paso lento hasta la sala principal que había ofrecido su madre. La Atkins no comentó más nada, esperó a que ambas llegaran para seguir su tan "amena" charla pero estaba segura de que si seguían así terminaría matando a su propia hermana y para sincerase, no le molestaba la idea pues le había caído bastante mal ante su forma de hablarle a ella pero bueno, podía también intentar llevarse bien con ella.

[Galery Grindelwald Malfoy]

La curiosidad la había picado, las voces en una de las habitaciones contiguas eran a ratos más claras, seguramente eran miembros de la familia más personas *penso* mientras caminaba en dirección al lugar indicado por su madre, quería conocer la mansión, pero no se pondría las gafas para dar un motivo de burla a su recién descubierta hermana, así que se guardó sus ansias de ver los detalles de la decoración, afortunadamente había suficiente luz para ubicar cada mueble sin golpearse con el. Cirse no dejaba de parlotear intentando visiblemente incomodarla.

 

Galery había vivido sola al cuidado de una gran bruja amiga de su madre, amada y sobreprotegida aún de si misma y su problema de control de ira, herencia de su padre al igual que su dulce apariencia, sin embargo nada la había salvado de las desagradables experiencias en el colegio Drumstrong, su primer año principalmente debido a su grave miopía, su segundo año cuándo le llevaron esas lentillas de contacto como regalo, los primeros meses fueron muy bien veía casi perfecto, hasta que lo conoció a él; un alto muchacho capitán del equipo de Quidditch, ojos marrones, pelo negro atlético y un auténtico gañan.

 

La había enamorado solo para concretar un siniestro plan, Vanity Hitc****; una hermosa pero tonta alumna de Drumstrong envidiosa de Galery por sus sobresalientes notas, había orquestado todo desde el principio, y funcionó muy bien, la muchacha adoraba al joven y cayó en la trampa. En el baile de navidad lo esperaba ansiosa con sus lentillas sin entender porque sus ojos ardían tanto desde temprano, pero estaba tan ansiosa que no se preocupo demasiado por ello, el muchacho no llegó a la cita y ella preocupada se fue sola al evento.

 

Sus ojos lloraron durante el trayecto pero Galery aún no se preocupo y emocionada supuso una sorpresa para ella por parte del muchacho que le había jurado amor, al llegar sola al baile fue objeto de atención de inmediato, los murmullos y las risas fueron creciendo mientras ella caminaba confundida y con el ardor en los ojos aún más intenso, pareciendo que se le fueran a encender en llamas, eran ya una grotesca y amarga sinfonía de risas, su lado había un gran espejo y lo que vio la dejo helada, sus ojos tan rojos como sangre escurriendo no lágrimas sino un líquido purulento y asqueroso, sus lágrimas hacían arder aun más sus lastimados ojos y fue entonces que les escuchó reír a carcajadas; habían estado juntos desde el principio.

 

No dijo una sola palabra no hizo ningún reclamo, dio média vuelta y caminó de prisa hacia la salida en medio de risas y burlas y algunas miradas de lástima. Tardaron un mes completo en quitarle las lentillas que fueron hechizadas para encarnarse en sus ojos y dejarla ciega, Galery regreso al colégio en el tercer año caminando con fluidez aparentemente podía ver perfectamente, todo parecía tranquilo hasta que meses después encontraron el cadáver de Vanity en un hall de los salones, días después en un partido de Quidditch el capitán del equipo murió espantosamente empalado en una bandera del equipo.

 

Y así una larga lista de misteriosas muertes y desapariciones que jamás fueron relacionados con la dulce y angelical muchachita, sería tonto suponer que se alteraría por ser llamada mocosa, en realidad ni siquiera volteó a ver a Cirse para contestar -- No me disculpe, Cirse, sentirlo no es lo mismo que arrepentirse, y lamento la primera impresión para con mamá, tú aún no eres importante -- algo raro pasaba por su cabeza, pero tal vez tener una hermana no sería tan malo.

[Destinity Jane]

Llegaba de un largo viaje, era una noche oscura y fria, parecía que algo no era normal y mis sentidos me decian que en esa noche iba a cambiar mi vida por completo, acababa de regresar a mi antiguo hogar, a Ottery después de haber estado bastante tiempo alejada de mi familia; caminaba sin rumbo fijo y con la mente un tanto dispersa en pensamientos poco inquietantes, de repente me dí cuenta hacía donde mi inconsciente me había llevado, la intensión era ir a parar a algún otro lugar, pero sin querer llegue al menos esperado, pero tan anhelado como era la mansión Malfoy, el lugar de mi infancia...

 

Al llegar me dí cuenta de que una voz rezumbaba por el lugar... a una voz tan familiar, que casualmente parecía discutir con alguien más, pero que hizo que mis pensamientos se alejaran y la emoción quedara en su lugar, lo único que quería en ese momento era asistir al encuentro con esa voz y recordar viejos tiempos.

 

- Ma...mami - pronuncié esas palabras con un temblor en la voz a causa de la emoción de estar nuevamente allí.

 

La pelirroja abrió aún más los ojos color esmeralda esperando ver que su madre saliera asustandola por algún lugar y casualmente las voces sde los presentes estaban apagandose un poco más a medida que caminaba.

 

- ¿Mamá estás ahí? Soy Destiny

 

[Circe Atkins C.]

Cirse A. Malfoy.

 

Enarcó una ceja ante lo dicho de su hermana y comenzó a reírse a carcajadas.— Bien, bien... Me estás comenzando a agradar. —Sonrió con un poco de maldad, ese día estaba bastante divertido para la Atkins a pesar de que había tenido un mal encuentro con su "hermanita", sabía de nueva cuenta que en algún momento se llevarían bien pero por ahora iba a tomar cierta distancia. Se paró de donde se encontraba sentada avanzando hasta la puerta pues una voz muy conocida para ella la estaba llamando.

 

—¡Hija! Que bueno volver a verte. —Apareció frente a ella con una sonrisa y la abrazó tiernamente, con las únicas personas que podía demostrarle cariño era con sus hijas, sus nietas y con su madre; los demás eran seres que no tenían el permiso de siquiera tocarle un cabello y si lo hacían de seguro saldrían muertos.— No me dijiste que volverías, te hubiese ido a buscar. —Le acusó un poco molesta pero jugando a la vez, sinceramente hoy era un día de sorpresas para la Malfoy aunque tampoco era que le molestara realmente.— Ven, te presentare a una tía y a tu abuela. —La tomó del brazo con delicadeza y se fueron juntas hasta la sala principal.

 

Entraron y la Malfoy las guió hasta donde se encontraba su hermana Galery y su madre Mónica; soltó a su hija y se puso en medio de las tres con una pequeña sonrisa.— Madre, hermana... Ella es mi hija Destiny. —La señaló.— Destiny, ella es Mónica tu abuela y Galery tu... tía. —Señaló a ambas mientras que se sentaba en una mesita esperando a que nadie se agarrara de los pelos.

Editado 11 de Octubre del 2014 por Kissa L.

[Galery Grindelwald Malfoy]

La madre de las dos muchachas se limitó a escuchar pacientemente, tal vez evaluando el carácter de la recién llegada que a decir verdad, era explosivo y viscéral, aunque en ese momento era más bien propiciado por el agotamiento físico de Galery, sin duda su hermana había causado varias reacciones en ella, siempre había deseado tener hermanos, algún cómplice que no tuviese las orejas puntiagudas para variar, la primera impresión había sido de rechazo obviamente deseaba ser la única, sin embargo se enfrentó a no solo no ser la única sino parte de una familia numerosa.

 

Tal vez después y a solas su madre le explicase porque motivo la mantuvo en Hungría, sin saber que tenía más hermanos, tomó asiento y se hundió en la suavidad del sillón, paso su mano por la suave textura, reconociendo la calidad del material, sin duda Los Malfoy seguían amasando una de las fortunas más grandes del mundo mágico, aunque ella no estaba ahí por los tesoros de la familia, poseía una considerable fortuna a su vez, todo lo que había logrado obtener Gellert en su corta pero fructífera vida, pero estava ahi estancada sin producir, y uno de sus propósitos era ése, multiplicar la riqueza que su padre le había heredado.

 

Se dirigió a su madre directamente -- mamá, ¿Estas casada ahora? Tengo un, padrastro - lo peor de todo sería eso, soportar a un hombre que no era su padre. Mientras ella tenía su debate mental la joven que había llegado resultó ser hija de Cirse, cosa que le tomó por sorpresa por la jovial apariencia física de su hermana, *no es humana* penso, y seguramente su madre lo mismo, pues a pesar de su deficiente visión, pudo ver su belleza inmaculada al abrazarla, que se suponía que iba a pasar con ella, envejecer lentamente mientras ellas seguían jóvenes y hermosas, alguna solución debía encontrar, vieja y casi ciega no era lo que ella tenía en mente.

 

Deliberaciones acordes a la edad de la joven muchacha, nadie a esa edad soportaba la idea de perder la belleza de la juventud -- Encantada, soy Galery pero puede decirme Galy, aún no me siento hermana, mucho menos tía, también acabo de llegar así que ambas seremos nuevas en esta mansión -- sonrió al extender su mano para saludar a la muchacha. Para Galery todo eso era nuevo, no sabia actuar en familia ni como demostrar afecto, solo sabía que el hielo dentro su pecho comenzaba a sudar.

[Mei Black Delacour]

Tenía demasiada energía encima como para permanecer entre las sombras y limitarse a vigilar el pueblo de Ottery como hacía en ese momento, estando a resguardo de la copiosa lluvia justo por debajo de varios árboles que evitaban que se mojara por completo, ayudada también por la capucha y la capa que tenía encima. Chasqueó la lengua, haciendo un ruidito con ella.

 

–Es hora de hacer presencia – dijo al fin, sacando su varita de entre los pliegues de la capa y pasándole por delante de su rostro, haciendo que el mismo quedara totalmente cubierto por una luz tenue que evitaba que alguien lograra reconocerla; luego, para cuando comenzó a caminar por el embarrado camino y haciendo que se manchara los zapatos de tacón, levantó la arma mágica al cielo –. Expecto patronum – susurró apenas.

 

Inmediatamente, varias avecillas de aquella ave mágica salieron en busca de los miembros de la Orden del Fénix que estuviesen dispuestos a acompañarla, dándoles la ubicación a la que deberían de dirigirse, pero en cuanto llegó a la mansión más próxima, sintió que el alma se le bajaba a los pies.

 

–Haremos las cosas rápido, – dijo en voz alta justo frente a la verja, la que extrañamente comenzaba a mutar y adquirir el rostro de una persona – no te interesa saber los asuntos por los que vengo, no haré daño a nada ni nadie, así que…

 

Sin más, volvió a mover la muñeca haciendo dos florituras en el aire, logrando de esa forma volar las verjas parlantes, dejándoles vía libre para acceder a los terrenos de la familia Malfoy.

[Lisa W Delacour]

Luca Van Halen

Aukan volaba grácilmente. Llevaba dos días sin poder estirar las alas y para un animal como el, aquello era el peor castigo que nadie le hubiese impuesto jamás. Graznaba desde la copa del árbol más alto de la Delacour, logrando irritar a los elfos de la mansión. El Van Halen situado cerca del lago reía sonoramente al ver tremendo espectáculo. El águila era tan rebelde como el mismo.

- ¿Qué sucede? – Pregunto al ver como la criatura caía en picado y se posaba sobre su hombro - ¿Mei está bien? – Era increíble como en tan poco tiempo tanto el Jobberknoll de la castaña, como su ave rapaz habían incrementado su vínculo afectivo, llegando incluso a saber si su amo o la pareja de este estaban en peligro –Voy – Dijo con premura, haciendo que de un brinco, el pájaro saliese hacia el cielo, lugar donde se sentía inmensamente seguro y feliz.

No tardo en actuar, poso sobre su rostro su arma mágica, creando así una luz azul que impedía al resto del mundo conocer sus facciones. Era evidente que cuidaría de él y sus allegados, no podía dejar que la líder de la orden se pusiese en peligro por no actuar con coherencia. Su corazón latía apresuradamente, odiaba aquello, aunque la sabia como pensaba la Argentina, verla luchar lo ponía en vilo pues temía que le sucediese algo malo.

Negó para volver a centrar su mente en lo que debía hacer; detener el avance de las fuerzas del mal y se encamino hacia su destino.

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Llego hasta el punto exacto donde sabia se encontraba la fémina; a cincuenta metros exactos de las verjas de la mansión Malfoy. La casona y sus habitantes eran asiduos a la magia oscura, era evidente que algo tenían que ocultar y tanto el mismo como la orden del fénix y todos sus miembros estaban dispuestos a poner sus vidas en riesgos para hacerlos salir a la superficie y así frenar a la marca tenebrosa, pues derrocar el poder de tan afamada familia sería un duro golpe para los magos oscuros.

- Es grato volver a luchar a tu lado, ten cuidado – Saludo con una reverencia a su comandante en jefe y por encima de todo al amor de su vida.