~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Balderik Von Alexandros]

Su antebrazo ardio en un segundo, asi tras mirar sobre su brazo oculto su marca ardia, sin dudarlo un segundo se levanto de su cama en la habitacion Haughton, para moverse y salir de esta, mientras en su rostro un humo ligero rojo lo cubria el rostro del castaño, Kritzai ahora tras el humo una mascara roja cubria su identidad con el ardor en su marca, debia acudir al llamado de esta, asi desaparecio llegando luego a los terrenos rumbo a La mansion Malfoy. Tras segundo de viaje mientras con varita lista aparecia en lascercanias del los terrenos de los Malfoys, Kritzai avanzaba con su traje oscuro, mientras llegaba mas aa la verja observnado asi el jardin de esa antigua familia mortifaga, debia ser una ocaion donde los impuros debian estar acosandolos puesto que era estricto el llamado, mientras caminaba ya por los jardines tras pasar la verja observo a la distancia tiempo de muerte en esa mansion.

[Arya Macnair]

Gracias a Bínfeyd se había soltado de agarre de la enorme estatua, pensó la Lockhart, completamente preocupada, estaba a la intemperie con dos Mortífagos frente a ella, no sentía temor puesto que se encontraba junto a una gran persona, Evans; lo que la tenía en vilo, esta vez, sería morir, ¿que pasaba si ella regresaba y no su hijo?, probablemente jamás se lo perdonaría. Afianzó su varita y con tono firme exclamó, -- Avis -- con rapidez, ante el hechizo, una docena de bellas aves se posicionó frente a ella, a un metro aproximadamente, formando una especie de escudo, el cual recibiría cualquier ataque en dirección a la bruja.

 

Imitando a su compañera, apunto a una de las estatuas, defensas de los terrenos Malfoy, y soltó -- Morphos -- con rapidez, la estatua dejo de existir para dar paso a un enorme lobo albino, adulto, imponente porte, gruñido amenazante, son sus ojos puestos en los atacantes de su creadora, -- Defiendeme -- exclamó la Lockhart, cuando el animal se puso a unos cinco metros de su ubicación, con sus fauces abiertas mostrando enormes y filosos colmillos.

[Balderik Von Alexandros]

Observo la situqacion, Kritzai tras su mirada con sus ojos color avellano que eran ocultos en su mascara se movio para adentrarse en el lugar, mientras giraba el picaporte de la entrada el castaño observo a dos brujas desconocidas con esa luz,el castaño no dudo mientras Binfyed lanzaba algo que no dijo y rapido el castaño murmuro hacia ella,—Sectusempra— Rapido un rayo verde Salio de la varita del castaño hacia ella, luego que su rayo saliera impactaba en su pecho ella murmuro Morphos,. asi eso le dejaria mermeda de momento con esas heridas., su corazon se elewlvaba con adrelalina, mientras observaba a Arya de nuevo movio su varita hacia ellla —Sectusempra— Otro rayo salio en direccion hacia Arya,. que de no cubrirse impactaria en su pecho provocando heridas sangrantes que le dejaria muy mal, al punto de la muerte.

[Pik Macnair]

Pik se estaba esperando aquello, por lo que lo recibió con un abrazo. El primer ataque en su contra fue un Confundus, como para variar. El estado mental del Ángel Caído fue más débil que un Initie, por lo que no pudo pensar durante un par de segundos los cuales lo fenixianos podían aprovecharse y lo hicieron. Un sectusempra impactó en su pecho, pero podía seguir, aunque la herida en su pecho era una fuente de sangre.

 

—Celerus Detritus —siseó el Macnair, notando como su otro compañero había llegado al escenario. Una capa de gas transparente rodeó el Macnair, Valkyria y Krtizai en aquel instante, dejando de esta manera a ambos protegidos. No importaran lo que mandaran en su dirección, con aquella defensa no sufriría de ninguna interferencia que le traiga muchos problemas. Valkyria se vio fuera de daño debido a su hechizo, por lo que pudo seguir libremente. Al terminar el hechizo, alzó su arma e hizo un leve movimiento con esta y pensó Episkey, curandose la herida creada por el Sectusempra de Arya, de esta manera, estaria mejor y sano.

[Binny Evans]

Bínfeyd respiró hondo para concentrarse, si losmortífagos seguían llegando pronto tendrían que optar por otra estrategia... y no era de las mujeres que les gustara retirarse de la batalla— Corpus Patronus —de la varita de Bínfeyd se formó, aunque no lentamente, un hipogrifo azulado que desplegó las alas y se detuvo a su lado para defenderla de cualquier ataque. Además que la fiera era de grandes proporciones, capaz de cubrirla por completo y sus garras eran tan afiladas como cuchillos.

 

Y por si fuera poco notó que Arya también estaba planeando lo mismo que ella. Si recordaba las pocas veces que ambas se apoyaban en el duelo... podía llegar al total con los dedos de una mano, pero siempre iba a confirmar que era un gran apoyo.

 

—A Hércules parece que nada de esto le importa... —contradijo Bínfeyd, pues lo mejor era una charla para aumentar la tensión del duelo— Buscamos, como toda la comunidad mágica sabe, pistas y rastros de magia oscura, como conocerán.

[Valky]

—Que chistosas se ven... — dijo la castaña al ver a las dos brujas levantadas en lo alto por aquella enorme estatua, sonrió y luego se concentro en lo que estaba sucediendo a su alrededor, lo más seguro era que pronto ataques llegaran en su contra, levanto la varita justo cuando vio a una de ellas Arya intentar atacarla, más la oportuna intervención de Pik protegiéndola con un detritus la ayuda a tiempo y el sectusempra no le hizo daño alguno. Ya luego le agradecería por la protección, ahora estando libre levanto su varita en dirección a Bínfeyd y dijo.

 

 

—Silencius — dijo la bruja sin dudarlo y así la fenixiana Bínfeyd quedó muda evitando así que la atacara —Silencius — volvió a decir atacando a la misma bruja Bínfeyd para que no pudiera decir hechizo alguno.

[Pik Macnair]

Tras curarse satisfactoriamente, alzó su arma e hizo un rápido movimiento con su arma.

 

—Fuego Maldito Mortis —exclamó el Macnair, sintiendo como su poder mágica aumentaba y el hechizo, con una velocidad nunca antes vista, surgió de una explosión en dirección a sus rivales. Dos leones de fuego cruzaron la distancia que separaba el Ángel Caído, dando en el pecho de Arya y Bínfeyd. Ambas mujeres sufrirían graves heridas tras el ataque del mortífago, de no curarse a tiempo, morirían en los terrenos de la mansión. En aquel instante pensó nuevamente Episkey, para quedar totalmente sano del Sectusempra creado por Arya.

 

—Expectro Protego —dijo después, creando un gran fénix adulto que empezó a volar alrededor del Angel Caido. El fénix cumpliría todas las ordenes del Macnair, por lo que mientras tanto tenia la única orden de defender al Malfoy de todos los ataques que fueran en su contra. Estando protegido y curado ya se sentía seguro, ademas, de igual forma lo estaban sus compañeros.

[Jank Dayne]

Una perdiz...

Eso era, una pequeña perdiz viajando entre los árboles de los castillos, saltando entre sus ramas más fuertes y escapando de las débiles sin soltar gruñido. Ante la luz de la luna, esa pequeña perdiz a la que confundían con un pequeño mago de cabello largo y dispersado, a la vez se asemajaba a los viejos cuentos de terror que las abuelas contaban para que los más pequeños durmieran precavidos o hicieran sus tareas. Pero el destino de Hank iba mucho más que a una ventana abierta de algún niño descuidado.

Hank sacó la pequeña y práctica varita del zapato izquierdo donde, cómicamente, se alojaba mejor que en cualquier bolso o bolsillo de pantalón. Hizo que apareciera una fugaz luz que tapara sus ojos, tan rápido como su balancear entre los árboles. Entre las sombras que los grandes murales de la mansión Malfoy proyectaba y ofrecía, Hank se camuflajó. Se ocultó entre un par de matorrales, justo a la espera de que Pik y su secuaz Valkirya se abrieran paso a lo que sea que esperan dentro. Hank había recibido un llamado aún más veloz que un patronum: la intuición. Y cuando dos figuras extrañas empezaban a echar palabras hacia voces conocidas, su intuición destiló más poder que una campanilla de bicicleta en pleno ruedo.

Entonces, cuando ambos mortífagos ingresaron, se hizo con un agilidad imperceptible y logró entrar a la Mansión Malfoy a las espaldas de los dos. Ligero fue el movimiento que ejecutó el pequeño mago de once años al correr hasta la posición de sus aliadas. Hank las logró reconocer por los risos de sus melenas más que por cualquier otra cosa [para ese punto, nadie sabía dónde estaba él]. Aunque antes, la figura de Hercules fue una piedra en el zapato. Tanto humano como estatua intercambiaron miradas, y permanecieron inmóviles ante la batalla encima de la entrada al jardín. Si Hank daba un paso más, se consideraría intruso no deseado....

... y eso sería.

[Arya Macnair]

El impacto del primer ataque le robó el aliento, no podía morir, lo tenía prohibido, no por ella, ahora velaba por alguien más, temblando de pies a cabeza pensó – Episkey – apuntando con su varita hacia la herida de Sectusempra que podía en cuestión de tiempo arrebatarle la vida, debía estar más atenta, la convicción con la que había aceptado estar en aquel lugar no se había esfumado, se sentía más valiente y fuerte, quizás, producto de la adrenalina del momento, pero por nada del mundo huiría, ya no quería hacerlo, y si moría allí, solo rogaba que al volver, siguieran siendo dos, no creía poder soportar una cosa semejante, no por amor a su hijo, si no por su debilidad al momento de defender al mismo.

- Episkey – Volvió a pensar, apuntando esta vez a una segunda herida en su pecho, pronto recobraría sus fuerzas.

 

Con la blanca luz cubriendo su angelical y cansado rostro, gritó, - Atácalo – señalando con Sombra en dirección a Pik, su lobo, a quien se dirigía, movió las orejas captando la orden de su creadora, y dándose a la carrera en dirección al Mortífago que debía atacar; saltó impulsándose con sus patas traseras, extendiendo las delanteras y abriendo enormemente sus fauces babosas, para volver a cerrarlas en derredor a la muñeca de Pik, la cual portaba su varita, con la intención de desgarrar piel y músculo para al menos quebrar los huesos más finos y débiles de la zona y generar un dolor inigualable que provocara el desarme del Macnair.

[Jank Dayne]

Hank no dejó de mirar a la estatua. A pesar del frío, estaba empezando a sudar. Y eso... eso no le gustaba.

- Piertotum Locomotor!

Dio un paso al frente y Hercules dio, en ese lapso, al menos tres sancadas. Sin embargo, no fueron suficientemente veloces como para evitar el impacto del hechizo. Aún así, Hank quedó petrificado por el miedo. Una mano de metal perfeccionado quedó suspendida en el aire sobre su mejilla, que si estuviese en la misma rapidez habría sido la perdición del niño. Pero estaba bajo su control a partir de ese entonces, y sería un arma de la que sacaría gran provecho.

Hank empezó a adentrarse al jardín sobre el lomo de Hércules. - ¡Acércate hacia el grupo trotando, y derríbalo a él con tu hombro a toda fuerza! - su dueño señaló a Kritzai -. Luego, tómalo por el cabello a él - esta vez, Hank señaló a Pik - ¡y estrellalo al suelo hasta que su sangre manche la gramilla de los Malfoy!

Weasley saltó cuando estuvo cerca de Arya y Bínfeyd, y admiró el cómo su estatua cumplía las ordenes. Como seguía con la vara bien sujetada, lanzó un profundo "Confundus" hacia Pik. Después, encantó con un bien dicho "Limitate" hacia la varita del mismo Pik. Ni rayos, ni invocaciones pasarían por esa bendita arma mágica...

La perdiz de Ottery estaría de buena racha, sí que sí.