Museo Night (MM B: 105846)

[Aleister Crowley]

Mi boca sonaba incluso dos metros de distancia alrededor de mi, a cualquiera que me haya visto comer en ese momento. Siempre era así, aunque a veces sabía comportarme. A veces...

 

El bar estaba escasamente con clientela, aunque habian unos que otros en las orillas llenando algun espacio del bar, y sirviendose copas o no sé qué cosas. Yo por mi parte, comia unos quequitos bien ricos hechos por los elfos, y un capucchino al cual no habia nada que reprochar. "Estaba en mi salsa". Con los dedos blancos de azucar polvo y mis labios manchados en capucchino me piyó Luna. ¡Que verguenza! Cuando la vi esbocé una sonrisa para no reir y me contuve. Asentí a todo lo que decía, afirmando con una u otras palabras; y para no lograr que finalmente me echaran del trabajo, me levanté, y tomando un último queque, me lo eché a la boca mientras me limpiaba, dejando a medias el capucchino, al momento que le seguía el paso a la jefa rumbo al hall.

 

-Perdón, no habia desayunado- Dije apenado y sonreí leve.

 

Hasta que llegamos al hall. Y para mi sorpresa estaba la chica de la taberna. Creo que su nombre era Esmeralda. Claro, cómo olvidarlo si ese dia, con la embarrada que habiamos dejado en aquel bar, sería dificil de olvidar; pero al parecer estaba acompañada, de una niña. ¿Sería su hija?

 

-Hola- miré a mi conocida a los ojos y al instante miré a la pequeña que creí me seguia con la mirada. Claro, me estaba mirando. Sonreí levemente, para intentar agradarle y volví la mirada a Esme -No creí encontrarte de nuevo, ¿cómo estás?

 

De seguro la pequeña se preguntaba en la mente quién me creia yo, o quién era este personaje que parece dementor con su ropa de negro.

 

-Luna, no te preocupes - me acerqué a ella y le hablé un poco más bajo - intentaré hacer las cosas bien. Y perdona por haberte hecho tanto lio anoche.

 

Le sonrei levemente, y llevando mi dedo indice despacio a su mejilla, mágicamente le dejé dibujado un pequeño patito.

 

 

@Luna21@Esme2016

[Esmeralda Slytherin R.]

Al poco rato de haber llegado a la puerta del museo, un elfo apareció frente a ellas hablándoles con amabilidad; Selena le miró curiosa, el único elfo que conocía era a Dayi, sostuvo con fuerza la mano de su madre mientras veía cómo es que la criatura tenía los ojos puestos en ella. La castaña observó la escena con ternura y respondió a las palabras de Lian.

 

— Muy buenos días tenga usted también y le agradezco la bienvenida, mi hija y yo no tenemos inconveniente en esperar un poco por ellas — comenzó a seguir los pasos del elfo hacía el área de la recepción, detuvo su andar a unos cuantos pasos, Selena se hallaba un poco renuente a interactuar con Lian, aunque probablemente lo olvidaría después del recorrido.

 

Después de una pequeña espera, tres personas más se acercaron a ellas, para su sorpresa, el joven @@Aleister Crowley también se encontraba ahí, le miró con alegría y recordó aquel día en el El Caldero Chorreante, después de eso no podría volver con Tom en mucho tiempo. Asintió ante el saludo del chico, mirándole con entusiasmo.

 

— ¿Qué tal?... aunque las probabilidades de encontrarnos de nuevo fueran bajas, existía la posibilidad — aseguró aquello como toda respuesta, segundos después, la mano de Selena tirando de ella, la devolvió a su principal objetivo de visitar el museo y conocer su contenido — Por cierto, ésta pequeñita es mi hija… — acarició cariñosamente la mejilla de la niña, antes de que la voz de @Luna21 silenciara su siguiente frase.

 

Atendió a la chica con sumo interés, en la vida había visto un museo que tuviera animales, al menos no vivos. Sonrió con alegría cuando Selena recibió la invitación de convertirse en la ayudante de Luna, con posibilidad de alimentarlos. Esperaba que ninguna de esas criaturas fuera peligrosa — ¡Sí! Quiero ver los animales — saltó emocionada la pequeña Clearwater.

[Leslie Ashryver PB]

Después de aquel comportamiento que había tenido con su hija, la Gryffindor había decidido volver al museo y tratar de reparar aquello con Luna, ademas tenia entendido que tenían a un nuevo afiliado en el negocio, acomodo sus cabellos rubios con sus manos mientras entraba al hall del museo, estaba atestado de gente lo cual le hacia sentir orgullosa de haber abierto un lugar como ese.

 

Mientras caminaba por aquel conocido corredor hasta su oficina que era la ultima, movió la puerta con cuidado mientras que entraba al lugar, a la demonio le gustaba los colores claro y su sentía su oficina como un refugio que la calmaba. Tomo un pergamino y una pluma para escribir al chico nuevo.

 

 

 

Aleister Crowley y Luna

 

Cuando terminen lo que estan asiendo, me gustaría hablar con los dos, los espero en mi oficina que es la ultima.

 

atte: Alessandra Gryffindor.

 

 

Doblo la carta para hacer un avión, con una suave movimiento de muñeca para que saliera volando hasta donde estaba el Crowley y la Gryffindor.

[Luna21]

Ya estabamos todos en camino de la primera casona, por los cristales se podía ver a un león relajado durmiendo, al pequeño mono que había sido quemado anteriormente pero que ya estaba totalmente curado, los elfos habían hecho un trabajo estupendo. La pequeña hija de esme me acompañaba entusiasmada cuando la cogí al llegar al cristal de la pequeña casona haciendo venir al mono que acudía a la llamada. Entregué a la pequeña un trozo de plátano para que se lo diese al mono.

 

Me giré para ver a Aleister ahora era su turno. -Aleister nos puedes que sabes sobre los animales africanos. Improvisa sin más.- Lo miré sonriente y le dediqué una caricia para que no se pusiese nervioso, mientras que la pequeña le temía al mono este se posaba en mi hombro y le hacía señales a la pequeña para que le diese el plátano.

 

Cuando Aleister iba a hablar un avión de papel aterrizó en mis pies, lo abrí y lo leía en voz baja. Era una carta de Alessandra para Aleister y para mi. Lo miré arqueando una ceja. ¿Cuando había entrado? ¿Habría pasado algo? Despues del día anterior no habría hablado nada con ella. Para responderle, mandé a la elfina que nos acompañaba para que me trajera un papel y una pluma.

 

 

 

Alessandra:

 

Estamos en medio de una visita, y así enseñando a Aleister en sus visitas.

En cuanto terminemos subimos a tu despacho.

 

Un beso. Luna Gryffindor

 

 

Le dí un toque con mi varita y este se convirtió en un avión de papel que voló escaleras arriba hasta su destino. El despacho de mi madre. Le sonreí a Aleister para tranquilizarlo y me acerqué a él.- Alessandra nos espera en su despacho al terminar debemos ir.- Le sonreí y le dejé que explicara los animales para continuar con la visita.

[Anthony R. Dracony M.]

Solo porque en verdad me importaba muchísimo mi amistad con Luna, es que regrese a visitar el museo.

Subí los escalones rumbo a la entrada, una llovizna fría me había acompañado hasta ahí, el cielo grisaseo invitaban a estar al lado de alguna chimenea.

 

Crucé la entrada, Sonreí en una idea inspiradora, ¡el bar!. Me encamine hasta alcanzar el susodicho bar, el elfo seguía ofreciendo servicio.

 

Me acerque a la barra y me senté en un asiento.

---Hola, buen día, estoy empapado, me agradaría bastante entrar en calor, un wisky de fuego por favor.

 

Me acomode como pude la ropa, empezaba a tiritar de frío, tome la copa que amablemente el elfo me sirvió. La apure ancioso de sentir un calor. Solo que el frío me calaba los huesos. Aquello no era suficiente.

 

---¿Tendrá de casualidad una poción pimentosa que me pueda ofrecer?---Estaba mal, si tenia que tomar semejante remedio tan de mal gusto, pero comenzaba a sentirme afiebrado...¡no!¡eso no!...odiaba estar enfermo.

[Esmeralda Slytherin R.]

Esmeralda siguió a Luna rumbo a las casonas que seguramente contenían a los animales, su hija Selena se encontraba de lo más feliz y veía todo con gran entusiasmo. Miró con alegría que Seli tomaba el trozo de plátano y el mono se acercó a la Gryffindor con total confianza, esperando a que la pequeña le diera el alimento. La castaña se detuvo un momento en ver al león, era una criatura fascinante.

 

Se sonrió al momento que Aleister debía hablar, seguramente tenía algo interesante que contarnos, sobre todo a Selena, quien no paraba de jugar con el mono una vez que le hubiera dado el plátano. La Slytherin se hizo una nota mental de comprarle alguna criatura parecida para que jugara también. Restó importancia al mensaje recién recibido por Luna, probablemente se tratara de alguna simple nota.

 

— ¿Te gustan los animales, cariño? — argumentó la castaña hacia la pequeña rubia, la niña asintió rápidamente sin soltar al mono que ahora hurgaba entre los bolsillos del su suéter por si encontraba más alimento.

 

 

OFF

Lamento la demora

[Luna21]

Elfo Lyan con @

 

Un joven mago entró en el museo sabiendo muy bien que quería hacer, parecía que ya había visitado el lugar pues sabía donde estaba el bar dentro del museo. El elfo se acercó a la barra para subir a un escalón que me permitía estar a la altura de los magos y asistirles. Traía la capa y la ropa mojado, <si tan magos son porque no utilizan la magia para no mojarse>. Pensó el elfo, ya que él no tenía ese don para hacer magia.

 

El joven venía calado, parecía que fuera llovía y no dudó en pedir un whisky que le sirvió el elfo enseguida cogiendo un vaso y sirviendo le al joven, cuando este pronunció algo sobre un poción le miró extrañado.- Lo siento señor pero que creo que la señorita Luna no nos ha autorizado para hacer pociones.- La pequeña criatura se giró para ver el mostrador de bebidas comprobando que no tenía nada para hacer pociones.

 

-Señor siempre puede encender el fuego de la chimenea que reservamos para ocasiones como esta. Como usted deseé señor.- El elfo señaló a una cortina que tapaba algo que parecía una chimenea, y que efectivamente lo era, pues aquel era un lugar muy grande y no se iba a calentar solo.

 

Luna con @@Esmeralda Slytherin R. y @@Aleister Crowley ( Sean desapareció)

 

Veía como la chiquitina hija de Esme estaba encantada con el mono, pero aquello no era un zoo y la visita debía continuar. Les dirigía hacia el lado de las pinturas repuestas anteriormente tras el incidente de Andrew, pero ahora ya estaba todo arreglado afortunadamente y listo para ser visto.

 

Abrí las dos puertas que daban lugar a un pasillo enorme con las paredes cubiertas de cuadros de algunos artistas famosos, como pablo picasso, el extraño arte de Salvador Dalí. Sonaba una música tranquila que te invitaba a disfrutar de los cuadros y a absolver todo el arte que proporcionaba todas aquellas pintadas e incluso algunas esculturas. Miré a la niña esto no le iba a gustar tanto como los animales pero formaba todo parte del museo aquello no era un lugar para divertirse solo si no también para aprender.

 

Miraba a Aleister preguntándome si iba a decir algo, si sabía algo sobre todas aquellas pinturas para ir decidiendo que hacer con él y luego pasar a la visita de mi querida madre que esperaba en los despachos de arriba.

[Circe Atkins C.]

Matt Atkins.

 

Ese día, tenía que admitir, estaba horrendo en toda la palabra. Desde que se había levantado a la mañana nada bueno había pasado: primero se tuvo que ir corriendo a otro país hacía unos meses atrás y ayer a la noche regresó, hoy se levantó y tuvo la "linda" noticia de que su hijo Alec no deseaba verlo por quien sabe la razón, tampoco tuvo noticias de su hermana Cirse y menos de Alessandra... ¿Acaso todos habían desaparecido de la faz de la tierra en su ausencia? Eso le molestaba y bastante.

 

Y claro, eso no era nada comparado a que unos malditos humanos le habían lanzado bombas de agua para empaparlo de pie a cabeza, no era bueno considerando que hacía mucho frío y estaba por llover.

 

Suspiró frustrado mientras que caminaba hasta el negocio de sus dos preciadas joyas. Antes de llegar miró su ropa para ver si no había nada fuera de lugar y al parecer estaba todo bien; su cabello un poco más largo que antes estaba un poco rebelde, tenía puesto una camisa blanca la cual sus mangas estaban dobladas mostrando sus músculos, un pantalón negro con zapatos haciendo juego y una chaqueta en su mano por si la necesitara.

 

Hizo una mueca de desagrado al recordar algo. Ahora que lo pensaba tenía sentido el porque el enojo de su hijo o el porque de que Alessandra no le mandase nada, después de todo Matt se fue sin decir nada de un día para el otro. ¿Qué pasaba si su pequeña joya estuviera con otro en su ausencia? ¿o si su hijo lo odiaba? ¡lo peor sería que ambos no quisieran saber nada más de él! Eso, para ser sinceros... Le estaba matando, no soportaría tal cosa.

 

Negó con la cabeza intentando quitarse esos pensamientos mientras que entraba al museo. Observó el lugar y pudo ver a un joven todo mojado con un elfo. Se acercó hasta ellos y carraspeó la garganta para que le prestase atención.

 

—Disculpa, estoy buscando a Alessandra Gryffindor, ¿sabes donde la puedo ver? Es importante. —Sacó un cigarro, lo prendió y comenzó a fumar. Él no era de hacer tal cosa pero desde que se fue comenzó con ese habito cuando se sentía nervioso o ansioso como en esos momentos. Miró al elfo con mala cara al ver que no se movía.— ¿A que esperas? ¡Apúrate criatura! —Inquirió con un poco de enojo.

[Anthony R. Dracony M.]

Mire hacia donde el elfo señala, una aterciopelada cortina dorada que lucia de lo mas elegante con sus borlas de galón dorado. Me enamine entonces a ella, en un costado estaba el cordón que servía para que la cortina se deslizará hacia los lados. La jale y entonces quedo a la vista una gran chimenea, me pregunte si es que acaso también la ocupaban como medio de comunicación.

 

Había negocios con ese servicio, por lo pronto vi que estaban dispuestos algunos leños dentro de la chimenea así que saque mi varita del antebrazo y dirigí a los mismo para encenderlos. El fuego comenzó a arder.

 

Me quede observando el crispar del fuego, era tan reconfortante que alce nuevamente la varita:

---Acción silla---Coloque aquella silla frente a la chimenea y tome asiento.

[Leslie Ashryver PB]

La demonio se recosto en la silla mirando al techo, hace unos segundos habia mandado una nota a su hija Luna y al nuevo empleado del hotel para que se reunieran con ella, tenia que saber si el joven tenia alguna duda y que su hija la pusiera al corriente con todo lo que pasaba y lo que paso en el negocio.

 

Un avion igual al suyo poso sobre su escritorio, la rubia lo tomo entre sus niveos dedos para leer el mensaje de su hija, suspiro, ¿acaso la gente se habia entusiasmado con tener el museo?, aun que no queria dejar su oficina no le quedo mas que ir donde estaban ambos, ya que tambien desde la inauguracion del local solo dos veces estuvo por hay. Salio rumbo a la entrada del museo cuando vio a ¿Matt?, el corazon de la Gryffindor se encogio cuando recordo el desagradable encuentro con su hijo Alec, ¿acaso el habia hablado con el Malfoy y por eso de su visita?.

 

Camino hasta donde estaba el elfo y el Malfoy -Matt- su nombre salio con un susurro para hecharse a sus brazos-¿se puede saber donde diablos estuviste?- gruño sin despegarse del pecho de Malfoy.