Museo Night (MM B: 105846)

[Lisa Weasley Delacour]

El Museo Night era mi destino. Aun no lograba entender como era capaz de pensar tan rápido en una situación de batalla, pero asi era. Beneficioso para todo aquel que contase conmigo en sus filas, como ahora le sucedía a la Orden del Fénix. Me sentía cómoda en el bando. Habia nacido para combatir las fuerzas del mal, ahora y después de mucho tiempo, lo tenía claro. Maldije a Arya en cuanto aparecí a cincuenta metros exactos del negocio en cuestión por haberme hecho correr. Camine y con la cabeza alta y el orgullo marcado en todas mis acciones, ingrese al establecimiento, para situarme frente a Cirse, que estaba cerca de la entrada principal.

Evidentemente no me habia cambiado y seguía portando la luz en el rostro, con lo que impida al resto del mundo reconocer mis facciónes, el pantalón corto vaquero y la camiseta de tirantes. No es que fuese muy apropiado para combatir, pero yo me sentía cómoda al respecto. Aquella chica me sonaba. Yo creo que los mortifagos con las sandeces de Tom Riddle les lavaban la mente a los más jóvenes de la sociedad para que estos se inmolasen por ellos. Negué, centrándome en lo que tenía por delante

– No podemos permitir que tú y tus amiguitos mortifagos destruyan algo tan importante como es la vida, sea mágica o no.

[Romina Black Lestrange]

Había salido rápidamente de los terrenos de la Mansión Malfoy mientras corría sin rumbo alguno el patronus de Arya hizo presencia delante de ella. ¿Cómo es que había llegado tan rápido al negocio Museo Night? No lo entendía, pero sin pensarlo dos veces desapareció para volver a aparecer en las calles del callejón diagón. Sabía perfectamente como llegar al lugar, por lo que solo fue cuestión de minutos para volver a encontrarse con el resto, en la entrada de dicho negocio. Pasó su varita sobre su rostro, esta vez para cubrirlo de una luz al ver que Arya comenzaba a entrabar conversación con alguien, solo lo hizo para no tener problemas en un futuro.

 

Con la varita en mano se acomodó un poco su capa que se había desalineado un poco a causa de tanda ida y vuelta, pero le gustaba estaba segura que iba a ser una noche inolvidable y llena de aventuras, nunca había hecho tanto movimiento en una noche.

[Arya Macnair]

—¿Nada?

 

Arya estaba impresionada de que por primera vez Cirse no opusiera resistencia. También contempló que al romper la puerta en mil pedazo algunos cristales cortaron sus brazos como efecto colateral, había buscado herir a la mujer y era ella la damnificada. Quería esperar a sus compañeras pero solo por si las dudas desenfundó una vez más la varita sospechando que la rubia podría escapar de un momento a otro. —Ardius confundus— no solía usar sus hechizos más poderosos en ocasiones como aquella, tan simple y tranquila, pero estaba terriblemente aburrida. Pronto la mente de Cirse cayó en un letargo del que no saldría sin un pequeño dolor de cabeza asegurado y además, así evitaría que la muchacha pudiera realizar cualquier tipo de acción ya fuese defensiva u ofensiva.

 

—Silencius

 

Agregó y dio un paso al costado justo cuando Kyttara aparecía en escena, su ahijada había sido tan rápida como el efecto que ahora acallaba la garganta de Cirse para que por tan solo un segundo no emitiera sonido alguno. Miró a la Gryffindor y le sonrió denotando orgullo, por primera vez no se mostraba fría y severa con ella.

 

—Incárcerus

 

Éste hechizo muy común provocó que de Sombra salieran tres gruesas cuerdas que fueron a dar contra el cuerpo de Cirse. La primera ató sus tobillos haciéndole perder el equilibrio para que cayera al suelo de forma brusca sobre los cristales y restos de puerta haciéndose mucho daño; la segunda cuerda ató sus manos justo antes de que impactara para que tampoco pudiese amortiguar el golpe y no pudiera tomar su varita de donde la escondiera. Y la tercera pero no menos importante se enroscó en su cuello dejándole el mínimo de aire necesario para responder sus preguntas.

 

—¿Algo que decir?— Una última chance.

[Lisa Weasley Delacour]

Me situé a diez metros de cualquier encapuchado que ingresase, mortifago conocido comúnmente, a cinco de todo objeto mutable que hubiese en las paredes, terrenos e incluso el camino y a tres de mis camaradas, sobre todo de la Macnair. Levante a Kim y lance uno de mis conjuros predilectos en los últimos tiempos

- Ardius Sectusempra – El rayo color carmesí partió de Kim con velocidad hacia el pecho de Cirse. Si le daba, brechas enormes aparecerían en su torso, causándole una hemorragia que acabaría con su vida en caso de que no pudiese detenerla.

- Corpus patronus – Miles de hilos blanquecimos y brillantes salieron de Kim, tras mi rayo mortal, transformándose en un hipogrifo, el cual se volvió corpóreo segundos después. Era enorme y de una belleza sin igual. Posera grandes garras y un afilado pico. Estaba a mi completa disposición. Me protegería de todo lo que se me mandase.

- Limitate – La varita de mi oponente, en este caso Cirse quedaría inutilizada. No podría conjurar rayos o invocaciones durante un lapso. Supe que habia sido efectivo al ver como su arma mágica vibraba al compás de la mía

[Arya Macnair]

—Lo lamento chicas, falsa alarma

 

Los minutos pasaban y los Mortífagos no aparecían. Ingresó sin tapujos a una de las mansiones más prestigiosas y nada había sucedido, atacó a la hija de una confesa y tampoco, ¿qué diablos con todos?. Frunció el ceño más molesta de lo que podría haber estado en alguna antigua misión fallida y cerrando el puño le asestó un fuerte golpe al cuadro más cercano hundiendo la cara del retratado. Al menos debía rescatar que salió a tomar aire fresco, de haber sabido que acudiría a un centro como aquel hubiese llevado su cámara fotográfica; —Considérenlo un paseo familiar— soltó sonriendo con resignación y mirando a sus compañeras después de todo una era su hija, otra era su ahijada y a la última casi la veía como su hermana.

 

—Pero cuidado, acaben el trabajo de una vez

 

Miró a Lisa tras acabar de decir tal cosa y giró sobre sus talones para flanquear la puerta de entrada, sabía que ella tendría todo bajo control. Rebuscó entre los pliegues de su túnica, extrajo un cigarro y lo encendió con un cerillo que sacó con la otra mano, el viento soplaba fuerte así que tuvo que esconderse en un sobre salido de las paredes del museo que no había hecho explotar para ver la primer chispa y ese color rojizo en la punta de su vicio.

 

Varita en mano dio su primer calada, de tener que tirarlo lo haría pero la noche estaba excesivamente tranquila.

[Marabella Rambaldi G.]

Mi madrina estaba completamente convencida que mi madre era parte de la marca y por lo que veía ella no oponía resistencia o decía lo contrario , ¿ que tan ciega estaba de todo aquello? , suspire resignandome a que ahora debía ocultar mis sentimientos , y debía hacer lo correcto, tome mi varita y mire a mi alrededor , luego de encontrar lo que necesitaba apunte y dije claramente -Morphos- aquel palo que había salido de la puerta de entrada ahora se convertía en una araña viuda negra la cual ordene que picara el tobillo de mi madre , aquel veneno ya en su cuerpo la paralizaría primeramente y luego le impediría respirar .

 

Intente no mirarla a los ojos , no quería que la rubia se diera cuenta que su propia hija , le estaba dando de casa , a pesar de esto era mi madre y me dolía , pero no por ello dejaría que matara a diestra y siniestra a personas inocentes , apunte mi varita asía la parte superior de sus ropa y dije otra vez fuerte y claro -Morphos- esta vez sus ropas se estaba convirtiendo en un Avista marina la cual al contacto con la piel la envenenaría .Con esto ella pronto moriría , a no ser que se rindiera y nos diera información .

 

Mire a mis demás compañeras , esto debía acabar , ya que no sabia cuanto mas podría mantener mi compostura .

[Romina Black Lestrange]

¿Pero que diablos estaba pasando? No entendía porque de repente Arya comenzaba a interrogar y a atar a la mujer; ¿Acaso le había hecho algo? No lo sabía, pero se posiciono a un lado de Kyttara en completo silencio, observando lo que las demás hacían y fue en ese preciso instante en el que Lisa también la estaba atacando. Luego de unos minutos de meterse en sus propios pensamientos le dirigió una mirada a Kyttara mientras esta envenenaba a Cirse con un Morphos.

 

—Silencius— dijo inmediatamente después de que su compañera, Kyttara, hiciera el morphos. El hechizo que salió de su boca iba dirigido a Cirse, para que esta quedara silenciada, provocando que su siguiente hechizo fuera no verbal o sería invalido. —Floreus— pronunció nuevamente, pero esta vez para que de su siguiente hechizo saliera un ramo de flores.

 

Con todo lo que estaban haciendo dudaba que la bruja saliera ilesa de eso; ¿Pero que necesidad había de atacarla? Al menos ella no tenía motivo alguno, ¿Pero las demás? Tenía ganas de pedir explicaciones, no en ese lugar y momento, pero al menos después, aunque sabía que a sus altos rangos no se les cuestionaba, aunque siempre la curiosidad podía más que su propia voluntad y acaba haciendo cualquier cosa.

[Marabella Rambaldi G.]

Las cosas ya estaba hechas , por mas que quisiera escapar , mi madre no tendria vuelta , estaba ya casi muerta y solo quedaba unos minutos para que aquella mujer que me había criado , se fuera , y quizás si no encontrara a alguien que la ayudara para siempre , suspire y me coloque a un lado de romina , no tenia muchos ánimos de hablar con Arya , sabia que aquello era mas que un simple ataque a un mortifago , era un poco personal y ella me lo aclararía cuando fuese el momento .

 

-Solo unos minutos mas y la rubia muera - le murmure a romina mientra buscaba a Lisa , a pesar de no ser cercana a ella por lo borde que era , ella sabia de aquel asunto de la pelirroja , por su manera de actuar tan tranquila , sabia que le estaba dando el gusto a la borde de mi madrina.

 

-¿Sabes si la pelirroja la conocía de antes?- le pregunte a Romi que para sus efecto seria mi prima en este caso , siendo hija de la pelirroja debía saber algún detalle.

[Romina Black Lestrange]

Estaba más que claro que la mujer moriría en cuestión de segundos por lo que simplemente apartó la vista, prefería no mirar ese tipo de cosas y aunque las frecuentara no era normal que atacaran de esa manera. Suspiró asintiendo ante el comentario de su compañera, ¿Que más iba a decir? Negó con la cabeza inconscientemente al mismo tiempo que miraba como Cirse iba perdiendo color en su piel, sigo de que en cualquier momento dejaría de respirar y su corazón de latir.

 

—¿La pelirroja?— se dirigió a Kyttara algo confundida hasta que entendió que se refería a Arya —. La verdad que no sé, pero por lo visto y por como le hablaba parece que si, no estoy segura— respondió deduciendo un poco las cosas. Nunca se le había dado por averiguar a quienes conocía y a quienes no su madre, por lo que no le había sabido que responder —. ¿Y tu sabes porque la estamos atacando?— preguntó sin saber que otra cosa decir.

 

—Creo que en un rato me voy, no hay nada más que hacer— le comentó después de unos minutos de completo silencio, ya le estaba agarrando sueño y quería volver a su hogar y recostarse, lo único que quería era eso. Ya que las horas pasaban como su fueran minutos, pero eso lo notaría al día siguiente, cuando se levantara temprano.

[Lisa Weasley Delacour]

Mi mirada estaba clavada en la débil bruja. Sangraba por su tórax de forma abundante. Estaba atada y el veneno corría por su cuerpo. No me daba lastima alguna. Ella misma se habia prodigado esos ataques con sus actos. Detrás de mí, Romina Y Kyttara sabiéndose a salvo, comentaban que les parecía la situación. Como era de esperarse, di media vuelta, olvidándome unos segundos de Cirse y las instruí, como un día habían hecho conmigo.

- Su rostro esta entre los más buscados. Su nombre está en las listas de cuartel general hace años. Ha cometido asesinatos, homicidios y ha sembrado el terror y la oscuridad en Londres por el simple hecho de que le divertí hacerlo. No demuestro piedad con quien no la merece. El honor de luchar en la vida y no dejarse llevar por el camino fácil este ser no lo posee. Es una asesina y nuestro deber es eliminarla de la faz de la tierra cuanto antes para que no siga cometiendo barbaridades.

Quizás habia sido demasiado brusca o tal vez no, tampoco me importaba. Aquellas dos féminas eran parte de mi manada, ambas debían comprender la grandeza de los actos que llevábamos a cabo. Volví a posicionarme en donde estaba segundos antes, atenta siempre a cualquier movimiento que no fuese el de las chicas o el mío propio. Los mortifagos, en mi presencia, no volverían a dejar correr la sangre inocente. No lo iba a permitir.

El último aliento de Cirse fue un descanso para todos. Habia muerto por seguir unos ideales equivocados. Tom Riddle tan solo era un patético mago que no sabía amar y que deseaba llamar la atención, nada más. Era hora de retirarse. Ellas a un lugar seguro, yo a mi oficina en la torre para dejar los papeles en orden y acabar los informes de las últimas misiones – Nos vemos, tened cuidado y manteneos en constante alerta.

OFF

Después de una hora y sin que haya habido respuesta mortifaga, Cirse se considera muerta debido a las heridas ocasionadas por el Sectusempra y los Morphos. Debe pasar por su centro clandestino de curación para volver a postear en Ottery o el Diagon.

Orden del Fenix

Ilesos:

Arya T Macnair, Lisa Weasley Delacour, Romina Targaryen, Kyttara Gryffindor
Muertos

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Marca Tenebrosa

Ilesos:

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Muertos:

Cirse Atkins C