Campus Universitario

[Jank Dayne]

Quizás, hace unos años, si los Arcanos y los Uzza hubiesen logrado concretar el acuerdo de amistad y traslado a las instancias de la academia cuando él aún estaba considero como alumno regular, la reacción ante las palabras de Rosália habría sido totalmente diferente. Mucho más curiosa, expectante, dejándose dominar por los trucos verbales que lanzaba como púas en vez de combatirlos, como intentaba hacerlo aquel día. La reputación de la bruja la describía siempre igual, saliese de cualquier boca. Pero no le tenía miedo. Jamás lo tenía. Ya no.

 

- El descanso despierta la creatividad en las mentes más brillantes - le iba diciendo, mientras estiraba los brazos hacia los lados e inhalaba el aire de todo el campus con lo gran bocanada que usó para el bostezo -. Deberías intentarlo. No todo en la vida es el cuerpo. Me pregunto qué harías si no tuvieses la naturaleza a tu favor..

 

Jank se rascó la cabeza y revolvió el cabello sucio que lo mantenía todo en su lugar. Le dio la espalda y puso su mirada sobre las aguas tranquilas del lago. En cualquier instante, podría ser víctima de un ataque mental sorpresivo, y eso lo tenía bien en cuenta. Pero, a esas alturas de su vida, no lloraría la pérdida de ningún recuerdo o la manipulación de otro. Los mortífagos se habían encargado de eliminar los apegos, y el sentimiento se convertía en pasejera, nada más, sin intención de quedarse como indispensable. Rosália podía destrozarlo, pero mientras estuviese cerca de la tranquilidad del lago, su espíritu se mantendría impune, inquebrantable.

 

- ¿Hasta dónde llega tu poder? - le preguntó, metiéndose una fresa a la boca, de esas que siempre llevaba dentro de sus bolsillos interminables - es decir, aparte de escudriñar mi mente, podría.. - y se giró, para verla, aunque no necesitara expresarlo mediante palabras para que su interlocutor se enterase - ¿salvarla?

 

@Rosália Pereira

[Anthony R. Dracony M.]

Ya no pude ver a ninguna de las chicas que conocía, camine pausadamente al lago, me agradaba más este sitio porque tenía esperanza que regresará "Sombra".

 

Tenía muchisimo que no lo veía inquieto, comencé a pensar ¿dónde es que estaría?tal vez un bosque...¿encontraría un nuevo amigo?sentí una punzada...tal vez, todo era posible.

 

Por costumbre me pasee por la orilla, mi capa negra ondeaba al transitar solitario por aquel lugar, por vez primera me preocupo lo que debía hacer, al estar ahí oí el rumor, pero solo habían llamado a algunos magos, a mi no. Cruce los brazos a mi espalda y tome mis manos, si habían conducido así las cosas, tendrían su razón, ahora ya no me alteraba.

 

Miré el cielo, pronto la luz del día daría paso a la noche y seguramente habría un cielo estrellado. ¿Porque no había escogido Astronomía? miraba tanto las constelaciones... lo recordó: conversando con su padre adoptivo Reacon, se había enterado de aquella frase que solía decir su madre sanguínea: "¡Nos vemos en las estrellas!",,,he ahí porque le comenzó a interesar mirarlas...tan brillantes cuerpos celestes, ¿acaso él debía hurgar en aquellos secretos? ¿porque no le daban de una vez ya todos los datos, toda la historia...? entre más misterio se alzaba al respecto, más le urgía develarlo...

[pandora dyonel]

Toscamente cai de los cielos raspandome un poco las rodillas mi risa era muy llamatiba quien anda hay ....... haste presenciar dandome buelta en el piso vi aquella sombra familiar

 

Ahh eres tu hola como estas

Un mar de furia patrisia tonks malfoy parate ahora

Me esperaba lo peor resaba por mi alma

Le vantandome con miedo le pregunte

COMO ESTAS E JJJJJ presencie esa mirada asesina

 

Solo asi estoy ...... solo

Horas de regaños despues me pido un favor

Aceptando con intriga nos fuimos a ver que era su sospecha

 

Valla los animos estan al mil

Le preguntaba ... curiosa

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Escuche la respuesta de la tutora, del por que no podíamos ir solo dos personas, aunque al parecer esto fue motivo de que varios compañeros desaparecieran en el instante ya que de repente solo quedaban unas cuantas personas. Logre formar equipo con dos chicos pero al escucha que la tutora nos decía que no se podía usar magia, me asuste sin duda pero no me echaría para atrás. Al parecer no todos pensaban igual ya que de repente solo quedaba mi equipo, que comenzó a ser liderado por la tutora de Nombre Alessandra.

 

Vi el mapa de la pirámide que nos mostró, yo tenia muchos conocimientos sobre arquitectura sin embargo en las escuelas muggles nunca enseñarían los mapas de la construcción de una pirámide, aunque dudo que ellos conocieran que existían este tipo de planos o mapas por así decirlo.

 

Mi compañera Alexandra nos pregunto por nuestras mochilas, en el momento quede algo asustado-No encuentro mi mochila. Es más creo que la deje en mi habitación. Realmente mis nervios me traicionaron un poco que no note que traía una mochila que me había proporcionado la tutora.

 

Escuche atentamente cada uno de los materiales que venían en la mochila de Alexandra, pensaba que contendrían lo mismo sin embargo decidí mejor observar lo que llevaba yo.

 

- Bueno pues tengo un casco con linterna, una cantimplora con mucha agua (se sentía muy pesada), material como para escalar - Mientras decía esto iba asomando las cosas para que las vieran, lo que me causaba duda era para que ocuparíamos el material de escalar, acaso tendríamos que subir y pensaban que no tenían escaleras? - Oh esperen yo no traigo comida por que? - Al parecer para meter en mi mochila unas cuantas velas e incluso pergaminos, tinteros y plumas (que al parecer nos servirían para que dejáramos algún rastro y no perdernos dentro de la pirámide) no pusieron comida en mi mochila.

 

Al parecer el otro chico no quería hablar, a lo mejor temía que por su acento que distinguí en su iniciativa, no le fuéramos a hacer caso. Seguíamos avanzando lentamente a mi punto de vista cuando me acerque a preguntarle a la tutora Aless, algo para relajar un poco el ambiente, no era nada común que unos chicos se perdieran y tal vez no era el mejor lugar pero necesitaba hacerlo antes de que pudiera tal vez no sobrevivir de las pirámides.

- Disculpe, si es que no llego a salir de la pirámide. Le podría decir a mi hermano Matt y a mis Hermanas Jessie y Pere que los quiero mucho?- Realmente no era la mejor manera de decirlo, pero tenia miedo y aunque no quería preocupar a los otros chicos no me salio para nada la voz sigilosa.

No logro responderme cuando llego la otra tutora diciendo que solo seriamos nosotros cuatro, sin duda a pesar del temor no podía dejar a los chicos desaparecidos si yo me perdiera me gustaría que me buscaran.

 

- Pues nos tocara aplicarnos y lo mejor sera apurarnos, no vaya a ser que les pase algo a los muchachos - Tome la iniciativa y comencé a avanzar a la entrada de la pirámide, aunque con nervios voltee a ver si me seguían los demás.

 

@@Katsumoto Kobayashi @@Alexandra Eirian @ @@Bea Haughton G.

[Alexandra Eirian]

Uno de los chicos de apellido Potter, se lo notaba un poco nervioso pero lo disimulaba y era entendible todos estaban acostumbrados a la magia y los que eran descendientes muggles nunca estaban preparados para incursionar en una pirámide y lo peor que teníamos poco tiempo no solo nosotros sino tambièn los chicos perdidos.

 

Ante mi pregunta de analizar las mochilas, los otros comenzaron tambièn a inspeccionar, Potter tenia el agua y varios elementos de escalar y de dejar los rastros, pero no comida y eso parecio preocuparlo mucho, por lo que me rei un poco, pero algo me estaba molestando a los chicos le habian tocado casi todo lo referente a lo deportivo, lo emocionante y a mi me hicieron cargo de la comida.

 

-Por favor- dije algo enojada- estamos en el siglo xxi, por que a los chicos le dan todo lo interesante- la tutora estaba por decirme algo pero la ataje- no trate de engañarme que es lo mejor porque no me lo trago desde pequeña me entrenado como guerrera con mi padre y no fue para cargar la comida de otros y dejar que los hombres hagan el trabajo pesado-.

 

Estaba por seguir escupiendo toda la bronca cuando, Potter carraspareo y le dio un toque de humor a la situaciòn pidiendo a la tutora que si llegara pasarle algo se despidiera de su familia, lo cual me hizo reir un poco-.

 

En eso llego la otra tutora y anuncio que eramos solos nosotros los que buscabamos a los chicos perdidos, me di cuenta que no era momento para protestar asi que me calle y junto a los chicos con Divied en la delantera, al parecer estaba ansioso, lo seguimos.

-Bueno-le dije a la tutora- por ahora gana, pero este insulto me lo cobrare-y segui avanzando-.

 

@Katsumoto Kobayashi @Alessandra G. Delacour @Bea Haughton G.

Editado 23 de Enero del 2016 por Alexandra Eirian

[Syrius McGonagall]

Su última visita al campus universitario se remontaba a los finales del otoño del año anterior, pero al igual que su anterior visita las estaciones parecían ser indiferentes en aquel lugar donde reinaba un verano perpetuo. Por eso en pleno Enero el pelirrojo caminaba por aquel jardín exuberante solo con unas bermudas color caqui y una musculosa blanca.

 

Amaba el ambiente egipcio de la Universidad pese a encontrarse en el Reino Unido, fue una de las mejores ideas del Ministerio traer aquella legendaria institución a Europa lejos de los horrores que le pudieran suceder en los convulsionados tiempos que vivía Medio Oriente.

 

El ojiceleste camino hasta la sombra de unas palmeras de las cuales colgaban suculentos datiles y se dejo caer al frescor de los árboles, se dejo acariciar por la suave brisa proveniente del lago central mientras el canto de unos bellos pájaros de colores sonaba sobre su cabeza. Si los pudiera observar mejor quizás podría reconocerlos no era un secreto que el Evan era un amante de la fauna y proteger la naturaleza era su camino en esta vida.

[Valentine Black]

Por primera vez en mi estancia aquí puedo sentir la suave arena del campus, los hermosos cánticos de los pájaros y la calidez de aquél aire.

 

Éste paraíso debería ser prohibido para aquellos que hacen rabiar a la madre naturaleza. Mientras camino, cierro mis ojos con deleite y doy una media sonrisa al ambiente haciendo que solo un hoyuelo apareciera. Creo qué me he enamorado.

 

Mi cabello hoy esta de un verde esmeralda bastante brillante, ondulado y hasta mis caderas se mezcla con la suave brisa y mis ojos están tan grises y cristalinos que cualquiera se puede reflejar en ellos como si fueran un espejo.

 

A de ser porqué estoy nerviosa.

 

De mi mano izquierda cuelgan mis sandalias y en la derecha esta mi Snitch, tan dorada y resplandeciente permanece inerte en mi palma, ya lleva varios días así.

 

La brisa una vez más me acaricia, haciendo que mi vestido se adhiera a la esbelta figura que fui destinada a tener. Y justo en ese magnífico momento, la Snitch despliega sus delicadas alas y sale volando con rapidez a quién sabe donde.

 

 

- No...- Susurro para despues correr tras ella ¿Por que tenia que ser en éste preciso instante?

 

Persigo a la Snitch hasta unas palmeras en donde un hombre esta sentado bajo sus sombras, no puedo creer que ella vaya hacía él. Antes de que pueda advertirle, la Snitch choca contra su pecho y cae en su regazo. Guarda sus alas y simplemente deja de volar.

 

Mis mejillas arden de pena.

 

 

- Perdona, fue un accidente...- Apenada me disculpo pero eso no evita que clave mi mirada en sus ojos tan azules como el cielo que nos cubre.

 

 

@@Syrius McGonagall

[Rosália Pereira]

Rosália Pereira escuchó las palabras de aquel joven. Tanto las que estaba emitiendo en ése momento, como las que recitaba dentro de su cabeza. Era un joven descuidado. Ni siquiera sabía que tipo de bruja era la Arcana, así que ella pensaba que se estaba sobrepasando un poco. ¿Por qué los magos londinenses eran tan atrevidos? Carecían de modales. Siempre suponían cosas de más y daban por hecho otras cuántas. Rosália se giró por sobre su hombro y arrugó su entrecejo. ¿Qué estaba diciendo?

— Tienes tanto que aprender, chico —ahora si que había logrado recibir toda la atención de la Arcana Híbrida. Se dió vuelta, se acomodó una vez más su cabello por encima de su hombro, mientras se cruzaba de brazos luego. El joven literalmente era un oso perezoso. Se encontraba esparcido sobre el césped como lo hacían los gatos sobre el alfeizar de una ventana o las mismas flores cuando amanecía y se abrían para recibir los rayos del sol—. Todo poder debe ser estimulado todo el tiempo. Y nuestra mente lo maneja todo.

Sonrió de costado. Rosália no podía creer que si éste se afirmaba que la conocía, le diera crédito a lo que estaba diciendo. ¿Pero qué ganaba con dar un monólogo allí? Su pacto con los demás Arcanos había sido explícito y todos se habían puesto de acuerdo: las obligaciones se limitaban dentro de la Universidad, dentro de la clase de cada uno. El resto de las personas no importaban. Por eso que Rosália, se había animado a salir más allá. Dentro de sus clases, podía enseñar, pero allí era libre y se estaba dando cuenta que el mago Jank Dayne se estaba tomando demasiadas libertades.

— Son pocas las personas que merecen conocer mis habilidades, Dayne. Y mucho más cuando requieren de ellas —avanzó unos o dos pasos, casi como si fuera un fantasma. Saco su Vara de Cristal una vez más. Él lo estaba pidiendo y le daría una pequeña muestra de su poder—. Si quieres conocer más información, deberás crecer un poco más —expresó Rosália y luego se encargó de murmurar unas palabras que solamente ella conocía.

A unos tres metros de donde se encontraba Jank Dayne, la tierra empezó a movilizarse. Parecía como si alguien la estuviera empujando desde abajo. Se movía como lo hacían las olas en el mar. E iba tomando cada vez más altura, cuando llegó a dos metros, ésta se lanzó contra el joven mago que aún estaba comentando y preguntándose en su cabeza de los problemas que debería andar solucionándole. La ola de tierra rompió justo donde se encontraba tirado el chico. Con la fuerza necesaria para embestirlo y tirarlo hacia el lago.

Para cuando se daría cuenta de lo que estaba pasando, Rosália ya había desaparecido. Había sido suficiente por aquel día y no quería llamar más la atención. Desapareció junto a la brisa, disipándose como si fuera una neblina y perdiéndose entre los troncos de los árboles. Su hogar dentro de la Universidad no estaba lejos de allí, su destino sería aquel, donde no podrían encontrarla si ella no quería.

 

@@Jank Dayne

[Syrius McGonagall]

Tan absorto en sus propios pensamientos se encontraba que no fue capaz de sentir el proyectil que viajaba a gran velocidad directo a el. Sintió como una pelota algo pesada golpeaba directo en su pecho para luego caer inofensiva sobre su regazo, fue una punzada aguda muy desagradable que quebró con la paz que intentaba conseguir aquel día.

 

El pelirrojo bajó la vista y se encontró con una pequeña pelota completamente dorada – Una snitch dorada – susurró sorprendido por el hallazgo. Sabía que en alguna parte del Campus existía un Campo de Quidditch que estaba libre para ser utilizado por cualquier miembro de la Universidad pero de todas maneras las posibilidades de que una snitch se escapara de un partido y justo cayera sobre su regazo no eran muy altas.

 

Y como respuesta a sus dudas unos pasos que se acercaban velozmente se oyeron mientras el Evans tomaba con una mano la snitch. Una chica de llamativo cabello color esmeralda y unos ojos grises que reflejaban como espejo se detuvo apenada frente al mago – No te disculpes, fue un accidente – trató de sonar despreocupado mientras se levantaba con agilidad del suave césped y le tendía la snitch a la chica.

 

- ¿Juegas Quidditch? – le preguntó – Syrius McGonagall – finalizó presentándose.

 

@@Valentine Black

[Valentine Black]

 

Syrius... sonreí, aquél desconocido parecía amigable. Tomé la snitch y la sostuve con fuerza en mi mano. No quiero que vuelva a escapar.

 

- De vez en cuando... esta es mi primera snitch - Recuerdo con gozo ése partido. - Soy Valentine Black, es un placer.

 

Me presento con calma pues aún no creo que sepa que soy un demonio. El pelirrojo parece despreocupado a pesar de que se a ciencia cierta de que he rompido su momento de paz pero, a pesar de todo, siento curiosidad de saber si aquél hombre que se hace llamar Syrius McGonagall también le gusta el Quidditch.

 

- ¿Y tú?

 

Sé que en este paraíso hay un campo de Quidditch y tal vez éste hombre no este aquí solo por las sombras que regalan las palmeras.

 

 

 

@@Syrius McGonagall