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Aliento de Dragón (MM B: 107037)


Anthony R. Dracony M.
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No esperaba una alianza de la que seguro el Viatore hacia referencia, tal vez no me había explicado con claridad pero no seguiría discutiendo sobre ese tema; el Viatore me sugirió intercambiar algo que podría necesitar a cambio de la información que le iba a dar, eso sonaba interesante y me moría por saber de que se trataba.

 

Sin darme tiempo para contestar, el castaño se levanto y se fue, diciéndome que el lugar de reunión seria en su habitación. Refunfuñe cuando el me dio la espalda, odiaba la falta de respeto y en otras circunstancias lo hubiera matado, pero hoy no, de verdad quería escuchar y saber que me daría a cambio. Yo estaba cada vez mas convencido de que el plan de una futura especie de alianza era inútil, así que después de los intercambios de favores, lo mejor seria alejarse del Viatore y tenerlo en la mira para un posible ataque futuro, contra el, por supuesto.

 

Deje unos galeones como propina para la elfina en la mesa y me fui hasta la habitación del castaño. En el camino me divertí al pensar que ninguno de los dos había pagado la cuenta de la comida, esperaba que la propina fuera suficiente. Llegue hasta la puerta y mi sonrisa se esfumo del rostro, ahora era momento de seriedad, habían pasado pocos minutos y no sabia si el Viatore ya estaría listo pero de todas maneras, golpee la puerta.

 

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Se sintió un poco más en confianza al ver su sonrisa, así pudo relajarse un poco más, le miró con curiosidad después de todo la confianza que se le había acercado le hizo sentir algo fresca, no recordaba haber estado tan relajada con alguien de esa forma tan rápida, así que se sentía feliz, y lo transmitía con su aspecto, aunque aun así prefirió mantenerse en la mismo posición que tenía.

 

Sintió de inmediato su cara arder, seguro que sus mejillas estaban roja y todo comenzó apenas terminó de escuchar sus palabras, no le interrumpió en ningún momento sus palabras habían llamado su atención, pero su tranquilidad se disperso para ponerla nerviosa, pero era muy diferente a lo usual, no sentía desconfianza ni incomodidad, sencillamente podía sentir su corazón moviéndose de forma agitada, quitó su mano de él para jugar un poco con su cabellera azul

 

- Ah... bueno... - hablaba intentando buscar algunas palabras en su cabeza que fueran correcta o simplemente lo que realmente quería ella, no dejarse llevar por sus nervios o algo - Esta bien... ¡Si! supongo que esta bien - afirmó por fin con una tímida pero delicada sonrisa, si eso era lo que quería, por lo cual se sintió bien cuando lo dijo.

 

-Espero entonces no aburrirte jeje - rió un poco buscando tranquilidad en ella misma y también hacer un buen ambiente, ser sociable no era su mayor fuerte, pero sencillamente se dejo llevar para esa ocasión, y tomar un poco de su valor, se dejó guiar hacía donde él quiso - p-pero... antes de hablar yo sobre mi, debes contarme primero de ti... eso sería lo justo, ¿cierto? - preguntó para sujetarle nuevamente por donde le había agarrado antes y mirarle fijamente - Además así será más entretenido, jeje - agregó con una suave risa.

 

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Gracias Aaron Rosier

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Miraba a todos muy contentos y dichosos pues yo tenia una herida muy abierta tal que tocaron millonesvde recuerdos dolorosos los que durante años logre cerrar no queria que nadie me viera llorar ante todos soy fuerte pero sola soy debil

 

 

Dejando un sobre con olor a cafe le di a pequi

Mi renuncia se que no le gustara nada asi son las cosas

Se tornaron tan feas que el dolor es inmenso

 

Querido antionio : no te preocupes estare bien pues ante todos soy fuerte y eso lo demostre pero sola soy muy debil tengo algo que decirte lamento no decirlo frente

A nuestros amigos alguien ah tocado mil heridas ya habian sanado pero sus palabras son dagas afiladas las cuales llego a revivir mis cicatrices pequeño no llores

Me tengo que ir dejo a todos los mienbros del hotel y ati

Enfrento mi destino hare del tiempo mi rival solo puedo esperar mi hora pase lo que pase estare contigo ok ( kytta) los quiere pandora dyonel tonks malfoy

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u.u nunca mas un juntos para siempre

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Eloy Viatore

 

Habíalegado antes de lo planeado ya que sus grandes zancadas hicieron que el Viatore abanzara por el pasillo y llegara hasta su habitación en menos de un minuto. Debía agradecer a su raza, ya que si ella no poseeria ni la mitad de las habilidades que tenía. Se sentía orgulloso se sí mismo y que despues de haber entrenadoduro durro logró desarrollar aún mejor aquellas cualidades que le hacian ser un ser superior.

 

Tiró las llaves sobre la barra y se encaminó hasta el baño. Lo que verdaderamente de gustaba de aquella habitación era la división del amboentr, tenía una sala, baño, cocina y la recamara. Se sentía como en casa aunque nada comparado como el Castillo de los Viatore, aunque podía conformarse con aquello por unos días.

 

Ingtesó al cuarto del baño mientras se despojó del polo negro y de la remera entallada que tenía debajo, desabrochó su conturón de curo marrón al mismo tiempo que zafaba sus zapatillas deportivas. Tan solo unos minutos después pudo contemplar su reaflejo desnudo en el espejo del baño. Se admitó con sutileza los fornidos brazos y la enzanchada espalda que había credido desde aue había llegado a Ottery.

 

Sabía que ninguna mujer podría fesistirse a sus encantos, se autodedicó una mirada seductora y sin más se metió bajo la dicha caliente. Las suaves gotas de agua tibia reccorían cada sentímetro de su piel mienttas relajaba todas sus articulaciones y se dejaba llevar por el placer que le probocaba tener un rato de tranquilidad. Había sido un dia bastante agotador hasta para un vampiro de su clase y quizas se daría el lujo de tomarse una siesta.

 

Antes de que pudiera terminar con la ducha escuchó el suave golpeteo en la puerta de su habitación. Gruñó, fastidiado sin querer desprenderse de sus pensamientos y de las suaves caricias que le dedicaba el agua caliente. Abrió los ojos a regañadiente mientras apagaba la ducha y se obligaba a salir de ella. Las gotas uya frias se deslizaban por su cuerpo desnudo al mismo tiempo que tomaba una toalla que le ofrecía el hotel.

 

Se secó la cara y el cabello mientras caminaba hasta la puerta de entrada y, posandose en frente de ella se ató la toalla blanca al rededor de la cintura y se dignó a girar el picaporte dejando su figura al descubierto. - No me haz dado tiempo a que termine-. Dijo con su característico acento Italiano y con la voz un poco ronca.

 

Dejó al pelinegro en la entrada mientras continuo su recorrido hasta el baño, de donde extrajo otra toalla y la deslozó por sus brazos al mismo tiempo que volvia hacia el encuentro del Potter Black.

 

 

@@Andrew Potter333

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A decir verdad en el omento que Antoni regresó de enviar el mensaje a su padre adoptivo, Bodrik tenía la expectativa de conocer más acerca del joven pues además de su color de cabello inusual, Bodrik sentía curiosidad debido no solo a que pertenecían a una misma familia, sino que además le parecía sumamente llamativa su forma de actual y además era la única persona en esa mesa que parecía dispuesto a habla con la pelinegra.

 

Después de acomodarse en la mesa y departir con sus amigos y socios, Antoni se había retirado de nuevo y esta vez acompañado de una rubia que se sentó a su lado en la mesa, Bodrik solo hizo un pequeño gesto pues eso significaba que la única persona que parecía estar interesada en mantener una charla con ella estaba acompañado y seguro que ahora prestaría toda su atención a la recién llegada.

 

-Mucho Gusto mi nombre es Bodrik Lockhart – extendió su mano para saludar na la mujer como es debido.

 

-Sí, faltan solo unos días, este año estoy encargada de organizar toda la velada.- respondió sonriendo porque al parecer l chico de cabello verde le había complacida la invitación que la princesa Lockhart le había entregado personalmente.- Si, la idea que tengo para esta navidad es que disfrutemos de una buena jornada de patinaje junto con la cena navideña que no debe faltar para la festividad-

 

@ @@Aaron Rosier, @@Adam Lockhart @@Leonardo Myrddin E.

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Leonardo Louis Myrddin Evans

 

-O.O-

 

¿Qué había ocurrido? Hacía unos momentos el Myrddin estaba conversando de lo más alegre con sus amigos, y ahora... se encontraba sentado en una silla, y con la cabeza apoyada en la mesa.

 

-Ok, creo que me desmayé por unos momentos- Murmuró el joven, sacudiendo la cabeza, y mirando a su alrededor.

 

Habían llegado más personas al restaurante, cosa que sorprendió al castaño. Miró a Antoni por unos momentos. Se veía muy alegre. Bueno, después de todo... él era el más entusiasta de todos los dueños del hotel, y el hecho de que se encontrara rodeado de sus amigos lo hacía muy feliz al parecer.

 

Eso hizo que el chico recordara una cosa. Le había prometido al peliverde a ayudarle a entrenar con espadas. No entendía la razón de aquella petición, pero él suponía que aquella respuesta llegaría a su tiempo.

 

Giró su cabeza, y vio a Bodrik, aquella chica que le había enviado una katana (la cual portaba en aquél momento), y otras cosas que le fueron útiles en aquella prueba tan dura como lo fue el Big Fénix. Ella le despertaba cierta curiosidad.

 

-Etto, hola... perdón por haberte abandonado antes, no se que me ocurrió, sinceramente, te pido disculpas- Dijo, inclinándose ligeramente a modo de disculpa, luego de haberse acercado a ella. -Siento que no te agradecí lo suficiente por aquellos objetos que me diste, pero de todas formas, muchas gracias- Dijo, sonriendo, y sentándose en una silla. -Me gustaría conocer un poco más sobre tí. Por ejemplo... ¿Cuántos años tienes? Te ves muy joven- Preguntó el Myrddin, mirando a Bodrik.

 

@Bodrik

Todo puede suceder en Arcadia...

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Sorpresivamente el chico que parecía haberse quedado dormido o tal vez sumergido en sus propios pensamientos, ahora acababa de despertar disculpándose por su “Desmayo”. Bodrik no pudo evitar soltar una isita ante esto, pues al parecer todos en aquella mesa se iban quedando dormidos momentáneamente y cuando regresaban parecían un tanto desorientados, pero aun así a la pelinegra le agradaba estar en ese grupo de personas aunque en realidad solo conociera a su tío Adam, Antoni y a Leo aunque sea solo de vista.

 

El peliverde aun departía con su amiga Galery, por lo que a la joven Lockhart no le quedaban muchas opciones en ese momento, y de no ser por la intervención del Myrddin, ella hubiese quedado sola en aquella mesa – No te preocupes no eres el único que sea ausentado mentalmente de la cena y algunos como Adam y Antoni se han marchado incluso varias veces.- explicó.

 

Sonrió un poco sonrojada cuando le agradeció por los regalos que le había dado semanas atrás cuando le había patrocinado en el concurso de Big Fénix – No es nada, solo quería ayudarte en la competencia, además escuche que amas las Katanas y deseaba regalarte una. Espero haya sido de tu agrado.- se inclinó un poco en su silla para darle especio al muchacho que acaba de acercarse a ella – Bien, te diré lo que desees – comenzó- tengo 16 años, pertenezco a la Familia Lockhart, aunque también soy Thonks que es la familia de mi abuelo paterno. ¿Cuántos años tienes tú?-

 

@ @@Aaron Rosier, @@Adam Lockhart @@Leonardo Myrddin E.

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Me abrió la puerta y quede impactado, el Viatore estaba enfrente de mi con solo una toalla cubriendo sus partes intimas, dejando la parte superior de su cuerpo tonificada, libre para ser apreciada. Intente dejar la sorpresa de lado, decir algo o dejar de mirar el cuerpo que estaba enfrente de mí pero era imposible, era un Adonis.

 

Por suerte este se fue a ponerse otra toalla, cerré los ojos y entre a la habitación, camine pensando en hablar sobre la cuestión de Isabella y dejar la excitación por el castaño de lado, después de todo este casi me había matado cuando nos conocimos, eso, use eso para tratar de olvidarme de el. Abrí los ojos para no tropezarme, justo a tiempo de caer sobre una silla, que termine utilizando para sentarme.

 

Me acomode de tal manera que cierta reacción que ocurría en mi zona intima no se notara y trague saliva antes de empezar la conversación.

 

-Bien, te diré todo sobre Isabella-Mi voz sonaba un poco nerviosa y carraspee antes de volver hablar, no quería darle la impresión que quería saltarle encima y comérmelo-Pero antes, quisiera saber que es lo que me vas a ofrecer a cambio, dijiste que seria algo que me beneficiaria o algo por el estilo-Termine de hablar, esta vez con mi tono seguro y frio de siempre. Por fuera había vuelto a recuperar la compostura, pero por dentro seguía con la sangre caliente.

 

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Eloy Viatore.

 

Frotó la toalla sobre su cabello castaño, haciendo que este se amoldara a su cabeza, para luego sacudirla, dejando que las que su cabellera castaña se despeinara. Avanzó hasta la cocina mientras sacaba dos vasos de unos de los gabinetes y, abriendo una de las puertas de la alacena alcanzó una botella verdosa. La tapa estaba sellada lo que indicaba que jamás la había abierto.

 

Cuando el pelinegro habló pudo detonar cierto nerviosismo en sus palabras, sus ojos color avellana se fijaron en sus movimientos, el joven se retorcía sobre la silla de madera en la que se encontraba parecía que intentaba ocultar algo. Eloy frunció el entrecejo mientras desenroscaba la botella y vertía dentro de los vasos aquel líquido verdoso que contenía.

 

— ¿Eso significa que has venido hasta aquí tan solo para ver qué es lo que tenía para darte? — Elevó una de sus cejas, al mismo tiempo que tomaba ambos vasos de cristal y se acercaba hasta el Potter Black. Se paró justo en frente de él y le tendió el vaso. Con su mano menos hábil, la derecha, se frotó la barbilla, de forma pensativa mientras lo acompañaba con una expresión reflexiva en su semblante. — Gánatelo —. Una sonrisa seductora e irresistible se posó en sus labios mientras dejaba ver la hilera superior de sus dientes. Tan blancos como una perla.

 

Corrió una silla justo enfrente de donde se encontraba su acompañante y lo contempló por un segundo, llevándose el vaso de cristal hasta los labios y decir: —Dime lo que me tenías que decir, rápido —. Incrustó el vidrio entre sus labios y empinó la copa para beber de ella. No quería detenerse mucho tiempo en la rubia, porque su cuerpo no tardaría en delatarlo. —Bueno, eso si quieres saber qué es lo que te daré —. Agregó luego de terminar de beber. Debía sonar razonable, puesto que no quería que el muchacho se diera cuenta todo lo que la platinada producía en él.

 

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Abizaid Mondragón

 

La observo detenidamente, le vio esas miradas, los movimientos de sus manos, cara y toda ella, hubiese querido adivinar los significados de cada uno de ellos, pero no había hablado antes con chica alguna sobre aquello ahora se abría como el amanecer, el ser alguien conocido.

 

Claro que había tenido desde chico, vecinas, parientes y hasta compañeras de escuela, pero trabajando en conseguir aquellas metas suyas, no había dedicado tiempo a conocer a alguna de ellas.

 

Se sintió desarmado ante esa nueva situación, pero le llamo la atención algo en ella e interesado sonrio cuando su petición, ella contestó sencillamente:

 

-- Esta bien...¡Si!supongo que esta bien.

 

Es como cuando estas indeciso si usar tal o cual hechizo frente al peligro, te asusta pensar ¿y si no funciona?¿y si todo sale mal?¿y si equivoco mi movimiento? respiro aliviado al oír su respuesta, abro la silla para que se siente y entonces dice que espera no aburrirse, esa frase me hace sonreir pero también me vuelve a llenar de pánico ¿y si no le llega interesar lo que diga? trato de dominar el miedo, me siento justo enfrente de ella, mientras la ve reír.

 

No se si le guste lo que soy o quien soy...y nuevamente me siento fuera de mi seguridad, pero ansió descubrir si acaso le agrado.

La miro y por unos instantes me asalta la idea de "enmascarar" quien soy y mostrarme a sus ojos como lo que ella espera y entonces me doy cuenta; no puedo hacer tal cosa porque no la conozco, así que tendré que ser yo y esperar que sea lo que ella espera.

 

-- p-pero... antes de hablar yo sobre mi, debes contarme primero de ti... eso sería lo justo, ¿cierto? - me pregunta ella y me vuelve a sujetarme nuevamente por donde me había agarrado antes y me mira fijamente - Además así será más entretenido, jeje

 

Escucho su risa mientras siento que me petrifica un poco el miedo, aunque se bien que la confianza no nace sin ayuda, le miro a ella ¿que veía ella? ¿acaso solo veía a un joven rubio de labios pequeños y delgados, piel clara, ojos castaños, con una conflexión delgada y apenas un poco marcada su musculatura? ¿o quizás solo era curiosidad de saber sobre un estudiante de la universidad que ya portaba un gafete de supervisor en un local tan llamativo? quería creer que era algo más que curiosidad.

 

Coloque mi mano un instante en mi barbilla, sonreí y coloque el codo sobre la mesa al tiempo que recargaba mi cabeza sobre mi brazo flexionado y entonces hable:

 

-- Ok, bueno, como empiezo :lol: ...bueno, mi nombre es Abizaid Mondragón, curso la universidad mágica, me cuesta acostumbrarme a los duelos, sigo indeciso en que me desempeñare, ya sabes, conseguir un empleo en el ministerio de magia, aunque me gusta lo que a los demás, tener emociones y planearme una buena vida, arggmm ...dime que no lo estoy haciendo mal, no...no suelo hablar con las chicas, más bien, me interesa mucho cosas como entender como funciona la sala cambiante de la tercera planta en el ala norte, es uno de los servicios especiales que tiene el hotel, el mago Adam Lockhart, amigo y socio del mago Antoni Tonks, es el mago experto que se encarga de su funcionamiento, él tiene experiencia con el Departamento de Transporte Mágico y una de mis responsabilidades es apoyarle como su ayudante...tal vez, tal vez y eso quiero, ser empleado de su Departamento.

 

Me detuve entonces y la miré con una sonrisa entre timida y sorprendida ¿como había temido tanto hablar? algo en ella me calmaba tanto que sin dificultad me salieron las palabras y me sentía bien de contarle de mi. Lo que más me gustaba era perderme en sus ojos...

@Alishya

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