Metamorfomagia

[Helike R V PB]

La mortífaga pensó que iba a tener que esperar largo rato después del llamado en la puerta. No fue así. El acceso se abrió y vio que la Arcana estaba en el interior de la vivienda. Su respuesta la dejó un poco asombrada. ¿Sabría que volvería de nuevo? La verdad es que esos magos de conocimientos especiales parecían tener cierto toque de videncia. Carraspeó y sonrió. Asintió con la cabeza y para no esperar más, decidió entrar y sentarse cómodamente en el amplio vestíbulo. Escuchó el borboteo del agua hirviendo...

 

Pareció entrar alguien más. ¿Quién sería? Se preguntó la mortífaga. Pero había algo en él, que para ella era bastante familiar. Sólo cuando se dio cuenta de quién era, sonrió más ampliamente.

 

- ¡Claro que nos conocemos! - dijo con alegría a su compañero nocturno- es un placer Ravenclaw el volver a verte, aunque con esa forma, tan - se lo quedó mirando- tan extraña...

 

- Desde luego, sería más reconocible - susurró y no pudo evitar lanzar una risilla por lo bajo.

 

Asintió firmemente a su pregunta. Después de lo de nigromancia, quizá debía esperar un poco antes de aventurarse a una nueva habilidad, pero ella sóla era una ambición en sí misma, con tal de obtener más poder. No sólo en beneficio propio, claro, si no en todo lo que podría conseguir con el anillo que más le gustaría tener en esos momentos. Su pregunta la dejó un poco desconcertada. ¿Qué diferencias había? Sonrió sin poder evitarlo.

 

- Bueno, teniendo en cuenta que no está mi tía por aquí para digamos, fastidiarme, es un gran paso -lanzó una carcajada al aire- nos apreciamos y odiamos mutuamente es algo difícil de explicar. Aparte, después de pasar por lo de nigromancia, creo que estar más preparada para hacer las pruebas que se considere necesario y lo más importante de todos, aprender a tener más paciencia conmigo misma y con lo que quiero conseguir... Quizá eso fue lo que falló de la otra vez -elevó sus hombros un poco, cómo queriendo decir algo y a la vez nada- y ésta vez, bueno, supongo que las ganas de aprender más de éste hermoso conocimiento -le dijo con una sonrisa cómplice, mirándola a los ojos para darle más veracidad a sus palabras.

 

- Espero que, en verdad en ésta ocasión sí llegue hasta el final - cruzó las piernas y se apoyó en los reposabrazos del sillón. Sí, ahí no sabía porqué, se sentía más cómoda que de la otra vez. Puede que Keaton sí al final, pudiese conseguir su tan ansiada prueba, pero algo le decía que la señora Amara, esperaba a alguien más- espero, en ésta ocasión aprender sobre las nociones básicas del cambio. Además, recuerdo bien que, en mi árbol genealógico algún familiar tenía éste don... No sé si tengo derecho o no a reclamo, eso lo decidirá usted - le volvió a decir con la misma sonrisa que mantuvo antes- sólo espero hacerlo lo mejor que pueda.

[Keaton Ravenclaw]

Y así pues, el vampiro había concluído con lo que le correspondía, no podía ya hacer mucho más, había puesto las bases en aquella zona lacandona, por lo que creía que a partir de ahí, y tras haber hecho su papel bastante bien, ya era decisión de los verdaderos lacandones el giro de la situación, aunque le rogaba a Voldemort que no fuera la destrucción de aquella zona natural, era demasiada belleza en un solo lugar como para desperdiciarla construyendo un simple centro de salud, además, ¿dónde vivirían los jaguares? En fin, esperaba que la mejor decisión la tomaran ellos, era sus tierras y por mucho que Keaton hubiera intervenido, ya no le correspondía. Era por ello que se materializó en la morada de Amara.

 

Una vez hubo llegado, notó que había ya otro estudiante, lo que no imaginó era que se toparía con Heliké. Le sonrió y le dio un beso en la mejilla, pero ella prontamente externó su incomodidad, se le había olvidado que seguía mostrándose como un lacandón. Amara incluso le sugirió que cambiara de aspecto. El chico sonrió, por lo que agitó un poco la cabeza y poco a poco su apariencia volvió a ser la de siempre. Sus ojos volvieron a tornarse verdes, su pelo negro azabache y su cuerpo más atlético y marcado. Le iba a encantar poder tener el anillo de la habilidad y cambiar a placer, pronto.

 

―¿Y ahora que sigue, Arcana Majlis?¿Alguna otra tarea? ―Le dijo a la Metamorfomaga una vez que terminó de hablar con la Rambaldi.

[Mael Blackfyre]

El montón de personas parecían un poco mas confusas, pero de alguna manera, un grupo alejado de donde nos encontrábamos, parecia haberse calmado. ¿Que había pasado?

 

Parecia que nos habíamos metido en un gran problema, pero despues de aquellas catástrofes en el Profeta y en el Estadio, aquello no seria tan complicado.

 

- ¡Claro que si! Fue una excelente idea -le comenté a la misma señora que se habia encargado de llamar por teléfono a los medios. ¿Cómo lo habia hecho tan rápido? Pude ver que guardaba algo negro en su bolsillo. Se lo habia acercado varias veces a la boca y le habia hablado, pero no sabía que era-. Eso nos asegurará un poco mas de tiempo. Y tal vez que ellos se alejen.

 

Pero algo raro pasaba. La parte que pedía que aquellas instalaciones se mantuvieran, parecian mas furiosas, mas decididas a querer casi atacar a los que pedian piedad por aquellos jaguares y su hábitat. Me aferre a mi varita dentro de mi bolsillo. Sentia magia. Alguien, aparte de Amara y Keaton, estaba por alli y pertenecía a la comunidad mágica.

 

Me aleje algunos pasos para observar mejor. Algunas personas que estaban ubicadas cerca de un tronco gigante, parecia aún mas enojadas. Frunci el ceño. Tambien presentia ese sentimiento. Era como si alguien apretara un boton y tus recuerdos malos aparecieran de golpe.

 

"Alguien se esta aprovechando de aquella situación para generar caos" pense. Como siempre habia aprendido a pensar en esos casos. No sabía a ciencia cierta pero algo iba a sacar como recompensa de ese escándalo.

 

Los medios estaban a punto de llegar. Habia algún mago o bruja cerca. O lo habia estado. Y tal vez habia dejado algun regalito. No se me ocurrían otras cosas. Necesitaba alertar a Keaton, tal vez esa era la solución.

 

¿Keaton? Se había ido.

 

 

Off- perdon por la demora, entre los finales y el comienzo del ciclo universitario, me quito todo el tiempo. Pero prometo terminar esto cuanto antes para poder hacer mi prueba!

[Helike R V PB]

La mortífaga estaba un poco impaciente por empezar, la verdad. Sobre todo, desde que había recibido la notificación de la Universidad. Pero ahora que se encontraba ahí, debía por decirlo de alguna manera, aplacar la ansiedad por tomar nuevos conocimientos sobre esa habilidad y que tan ansiosa estaba por conseguir.

 

Sonrió a su amigo y colega al recibir el beso en la mejilla pero claro, de esa forma tan rara... No, no le había gustado así que, se fijó en cómo poco a poco, iba cambiando hasta tomar su apariencia natural. Suspiró. Ya le gustaría a ella estar en esa posición, pero claro debía otra vez, tener paciencia para hacer lo que le dijera la Arcana...

 

Keaton parecía estar ansioso por seguir. La verdad es que a la bruja, le picó la curiosidad del porqué tomar esa forma. ¿Qué misión interesante tuvo en su momento, para cambiar a ese aspecto? No tenía ni la menor idea, pero tampoco le pareció prudente preguntar. Demasiada curiosidad, sólo esperaba que, si la profesora le indicara algo de ese estilo, tener facilidades...

 

- El té parece estar señora - le indicó a la arcana con una sonrisa- y la verdad, me apetece un poquito antes de que me enseñe las lecciones sobre la metamorfomagia -cruzó los brazos. Sí, debía calmarse antes de empezar nada o decir algo más... Quería fumar pero seguramente a Amara, no le hiciese ninguna gracia que fumaran dentro de su casa, así que, tocaba esperar.

 

- Bueno, usted dirá... ¿Qué puedo hacer yo? - inquirió la Rambaldi, mirando a la "supuesta" anciana. Bien sabía que podía cambiar su cuerpo a placer. Esperaba tener algún día ese poder o al menos, intentarlo nuevamente.

[Amara Majlis]

La selva Lacandona.

 

Las cosas en la selva Chiapaneca se estaban complicando, lo que al parecer había logrado arreglar el Ravenclaw se veía afectado por una persona ajena a la prueba que debían realizar, Amara miraba todas las acciones desde los ojos del jaguar que se encontraba por encima de uno de los árboles de ese lugar. En ese momento deseaba dejar a sus dos alumnos en su choza para ayudar a erradicar a la persona que estaba jugando con los sentimientos de la gente en el lugar, pero aquello no era parte de la prueba que debía hacer el Gryffindor, todo lo contrario, él ya había cumplido con su parte en la prueba.

El cachorro de jaguar abandonó la rama del árbol para pasearse en los pies del Gryffindor, Majlis quería llamar la atención de su alumno para que cruzará el portal —el cual estaba oculto entre la espesura de la selva para que nadie ajeno lo descubriera. —no estaba muy segura de cuál sería la respuesta del joven castaño, pero algo en el fondo de su corazón le decía que Elvis iba a negarse a volver hasta no solucionar aquello. Así que ella tenía que volver al lugar con los Lacandones para ayudarles.

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Londres.

 

—Muy bien Helike, al lugar en el que te voy a enviar para que me sigas mostrando el avance de tu habilidad, será la Selva Chiapaneca. —dijo la Arcana mientras recorría el lugar sin dejar de ver su anillo de metamorfomagia, por un momento había olvidado que ahí también se encontraba el Ravenclaw. Pero estaba más ocupada en ver la forma de ayudar a las personas de aquel sitio que dar paso a las personas con respecto a su habilidad.

—Sé que le puede parecer apresurado, pero recuerdo haberla dejado justo en la prueba final cuando decidió irse. Como usted misma dijo, lo trae en la sangre, puede cambiar, ya lo hizo antes. —comento para tranquilizar a la mortifaga y posó sus ojos en Keaton, que parecía ansioso para escuchar su pregunta, pero lo haría esperar unos minutos más.

El té que calentaba minutos antes lo había pasado a segundo término ahora se dedicaba a explicarle a Helike que era lo que debía hacer en aquel lugar. Para que se fuera mentalizando desde este momento. Le explico el calor que hacía en la zona gracias a la temporada en la que estaban y el frío que podía sentir por las noches.

—Señorita Rambaldi, en la Selva Lacandona, hay una persona que está manipulando los sentimientos de las personas. Es de vital importancia que usted vaya a ese lugar y con ayuda de la metamorfomagia descubra quien es esa persona que lo está complicando todo. ¿Está dispuesta a hacerlo? —la argelina se quedó mirando a la mujer a los ojos en espera de una respuesta afirmativa. Si la respuesta era positiva, Helike aparecería en medio de la Selva Lacandona a 5 Km de donde estaba ocurriendo todo.

[Helike R V PB]

¿Selva? ¿La llevaría a una selva? No entendía nada de lo que estaba ocurriendo. Se fijó en su compañero nocturno; Keaton. Él también había venido de una zona un tanto particular algo parecido a dónde la quería llevar la arcana. No entendía el motivo. Si era una selva, quizá bien podía transformarse en un buitre. Bien se sabe que en ese tipo de "ambiente" había animales de todo tipo.

 

- Si aceptara ir... ¿Podría usar la animagia? O en tal caso... si me dice que no, usaré el anillo de la metamorfomagia para transformarme en animal - le avisó la mortífaga con una sonrisa. Aunque las siguientes palabras la tranquilizaron un poco. Sí, era cierto que lo llevaba en la sangre, por decirlo de alguna manera. Pero eso no quería decir que tuviese la capacidad. Tendría que poner "toda la carne en el asador", para demostrarlo.

 

- Bueno, supongo que, con el anillo de la metamorfomagia, podré cambiar la forma que necesite en esos momentos, ¿no? -le preguntó con otra sonrisa conciliadora. Aunque lo que me pilló desprevenida fue el motivo real. ¿Manipular los sentimientos?

 

- Señora, acaso, ¿cree que alguien poderoso podría hacer eso? Más bien me inclino a pensar, cómo funcionara de Accidentes y Catástrofes, que puede haber un objeto mágico potente, que haga todo eso... En tal caso, sería mejor destruirlo y todo volvería a la normalidad. Por supuesto, usando la habilidad para descubrir al culpable, que me lleve hasta ahí y bueno, deshacernos de eso... Creo que más bien, sería magia indebida - puso una mano debajo de su mentón, con un gesto pensativo. Sabía que éste tipo de trabajillos le encantarían a su pareja; Matt Blackner, él era el especialista. Pero no, la bruja tendría que enfrentarse a lo que la arcana le hubiese mandado de misión.

 

- Claro, acepto ir... Imagino que tendré que ir cómo ellos, ¿no? y más supongo, que sea una especie de tribu o algo así... ¿Hay más casos anteriores al mío? -deformación profesional. No podía evitarlo. Muchas veces si hubiese algo así antes, era más fácil "trabajar" por decirlo de alguna forma.

 

Pero suponía que la profesora esperaba algo afirmativo.

 

- Por supuesto, sí, iré - asintió con la cabeza- espero que no sea más complicado que las otras veces - murmuró. Aunque no le cabía la menor duda en que, la arcana lo escucharía - espero no tardar mucho. Aunque supongo que, no habría problema con eso -sonrió ahora, descruzando sus piernas y sus brazos. Se levantó un poco ansiosa por querer empezar a demostrarle que, era digna de poseer el anillo de la habilidad que estaba cursando. ¿Tendría paciencia para acabar con la misión encomendada? Esperaba que sí y al menos, llegar hasta la pirámide en dónde se desarrollaba todo para ver si el alumno tenía la suficiente destreza para conectar con el anillo.

[Mael Blackfyre]

Amara...

 

Susurré, dejando llevar mi dedos para que se entrelazaran con aquel pelaje del jaguar. Nadie en la vida podria explicarlo, ni siquiera Akku, la Arcana de Animagia, pero habia una conexión entre animagos, que de alguna manera podiamos comunicarnos.

 

Entendia a la perfección lo que queria que hiciera. Pero permiti subir a flote aquellos pensamientos para que supiera que no podia dejar todo eso asi. No podia. Me solte de ella y le hice una seña. "No tardo"

 

Me escabulli entre la gente, mi cabeza corría con sus pensamientos igual que mis pies. Tenía una leve señal pero no podia perderla. Estaba seguro que el culpable de todo aquello, ya ni se encontraba entre ellos.

 

Llegué al tronco que había visto antes. Me acordaba porque tenia una marca muy peculiar. Rece a todos los dioses para que no provocara un caos. Me detuve en seco, respire y cuando nadie miraba, metí la mano entre aquella corteza.

 

Mientras regresaba corriendo, con un golpe de adrenalina en el pecho, guarde aquel objeto plateado en una bolsita de cuero y lo resguarde dentro de mi ropa, seguro.

 

Amara ya no estaba. Pero mas allá, habia un portal. Fuera de todo el gentío, el cuál, parecia que se iba disipando de a poco.

 

Tenia una sensacion rara en el pecho. ¿Era la emoción de volver o alguna leve intuición de que ese objeto estaba haciendo de las suyas?

 

La vegetación de alrededor sirvió para que pudiera escabullirme entre ellos y regresar con Amara.

[Keaton Ravenclaw]

Amara parecía en esos momentos estar un poco más centrada en las iniciación de la clase con Heliké, y la verdad es que a él le xaba tiempo de poderse espabilar un poco después de haber estado en la selva lacandona. El Animago estaba consciente de que presentarse así de lleno en un lugar que jamás había visitado, hacerse de las costumbres y a parte de sus cualidades físicas, lo cansaban demasiado y quería estar ciento por ciento centrado en la Prueba final, por la verdad deseaba ya poder contar con el Aro de la Habilidad y poder andar por todo el mundo mágica cambiando de forma a como le placiera. Sonrió ante ésto último, pues en verdad era lo que más disfrutaría de ser uin Metamorfomago con todas las de la ley, podría tener un poco más de libertad en cuanto a su aspecto físico.

 

Se puso a jugar entonces con la habilidad, por lo que comenzó a cambiarse el color del cabello. De su habitual color negro azabache, ahora lucía uno de color naranja muy llamativo, además, empezó a crecerle dejando de una manera muy rápida, lo cual, al cabo de unos segundos, lo hizo parecer un artista de esos que los muggles llamabana "rockeros". Al cabo de unos minutos, su cabello volvió a ser el de antes. Siguió con la nariz. La hizo gorda y muy chata, dejó de ser la habitual delgada y respingada, posó después a ser una muy aguileña y finalmente la hizo muy muy larga y algo picuda para asemejarla a las de las brujas que representaban los muggles. Soltó una carcajada.

 

—¡Esto es genial! —Dijo el Ravenclaw divertido y no se dio cuenta que a lo mejor con aquel comentario jovial interrumpiría la clase con la Rambaldi.

 

La habilidad de Metamorfomagia era fabulosa. Aunque claro, no todo iba a ser jugar y divertirse, era posible que uno de los motores por los cuales el chico había decidido ser un metamorfomago hecho y derecho era porque también quería contribuir a su bando, estaba más que seguro que con aquello se podría infiltrar en algún departamento o incluso en algún célula de sospechosa de pertenecer a la Orden del Fénix. Incluso apoyar para que él se pudiera inmiscuir en las Oficina del Ministro y vigilar a Mei, aquel maldita traidora a la Sangre que se había declarado perfectamente como miembro de aquel grupo de impuros.

 

—Asco de personas —Dijo al aire y se dio cuenta que tal vez quienes estaban a su alrededor (Amara, Elvis y Heliké), pensaran que aquel comentario iba dirigida a ellos —Disculpen, me quedé pensando en personas no deseadas, no era para ustedes —Señaló —Y buen, ¿qué sigue, Arcana Amara? —Añadió y fijó su mirada en la docente.

[Mael Blackfyre]

El portal me absorbió por completo. Tenía demasiadas sensaciones juntas y eso siempre me habia pasado en cada una de las habilidades por las que habia atravesado. Pero lo habia solucionado en cada prueba. ¿Y si ésta no la completaba?

 

Esta era la única habilidad que me provocaba miedo. No por el mismo uso, sino porque era un arma de doble filo. Demasiado peligrosa ante un mínimo error.

 

"Podria convertirme en el mismísimo Ministro de Magia, y derrocarlos. Y nadie se daría cuenta".

 

¿Me estaba escuchando? Aquel no era yo, aquella habilidad claramente que podria traerme problemas y estaba seguro que iba a probarme en la prueba.

 

La Orden del Fénix. Aquello me daria demasiada ventaja para todo tipo de soluciones. Queria plantearle a la Arcana pero en negativo, saber que opinaba que los Mortifagos tambien usaban aquello. Pero ya me habia dado una opinion y los bandos no era un tema de su interés.

 

Un puntito blanco aparecio de golpe frente a mi y estallo y me envolvió, mostrandome nuevamente el hogar de la Arcana de la Metamorfomagia. Por alli pude ver a una persona, Keaton.

 

Iba a saludarlo. Entrecorte mi "Hola" y me limité a hacerle un gesto con la cabeza. Ni siquiera me encargue de mostrarle lo que habia encontrado, lo dejaría para los suyos.

 

Respire. Se acercaba la peor parte.

[Helike R V PB]

- Descuida Keaton -le dijo la mortífaga con una sonrisa. Imaginaba por quién lo diría y no pudo más que evitar lanzar una risilla por lo bajo. Ambos eran compañeros de la orden negra así que, a saber qué se hubiese imaginado el Ravenclaw.

 

La vampira iba a hablar cuando fueron interrumpidos sus pensamientos nuevamente. Alguien más se había acercado. Por el aroma, pudo deducir más o menos de quién se trataba. Era Elvis...

 

- ¡Hola Elvis! No sabía que también estabas cursando ésta habilidad -le dijo con una amable sonrisa. Sí, a pesar de que pudiesen haber diferencias al menos, se llevaba bien con el brujo. Unas diferencias que no sabía la Rambaldi que se trataban del otro bando, por supuesto.

 

Ahora se dirigió a Keaton:

 

- ¡Oye! ¿fuiste a algún tipo de selva? -preguntó, curiosa y se dio cuenta de que no había especificado -perdón, me refería por tu cambio físico, claro... Me da la impresión de que voy a ir al mismo sitio que fuiste tú... -la verdad es que la bruja no conocía nada de selvas. Si podía prefería moverse por otros lugares sin tantos bichos, aunque éstos les ayudaran a alimentarse. Lo que menos le gustaba era precisamente tener que mudar sus ropas para adecuarse a aquella tribu. Aunque, pensándolo bien, también había estado en África y no era tanto problema. Bueno sí, salvo por el hecho de que era más desierto, o sabana que algo de jungla.

 

Esperó pacientemente las instrucciones de la Arcana, suponía que ésta, estaría esperando al otro alumno para darle más instrucciones a aquellos dos. Suponía que, si habían conseguido resolver el problema, bien podían resolver otros en las pruebas que, la metamorfomaga les encomendaría... Antes por supuesto de llegar hasta al pie de la pirámide. La pelichocolate, también estaba ansiosa por llegar a ese momento, pero sabía que, no podía regresar, hasta que arreglara ese asunto que le había encomendado... Estaba en esas cavilaciones, cuando el té avisó de que ya estaba listo, un ligero humo de vapor salió por el pitorro de la tetera, avisando a los demás.