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Metamorfomagia


Amara Majlis
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Tras la presentación y las respuestas de Niko, esbozó una media sonrisa y aceptó lentamente cada una de sus palabras. Cada uno de sus nuevos pupilos habían descubierto su habilidad por medio de sucesos traumantes en su vida, sin embargo, eso no le importaba por el momento, porque era justo el tiempo de que comenzarán a aprender a dominar el don que poseían, para poder asistir a la gala benéfica en aquel país africano llamado Nigeria.

 

Antes de darles instrucciones, observó como Anne y Hades intentaban hacer algunos cambios en su apariencia, el segundo con mayores resultados que la primera, algo estaban haciendo mal para solamente tener pequeños cambios físicos, por lo que se acercó hasta la mesa en la que estaban los tres y cerró los ojos un segundo antes de que su cabello se transformará en color negro y con pequeñas rastas, un pequeño e insignificante cambio.

 

—Lo primero que hay que hacer es encontrar su poder interno, aprender a identificarlo y guiarlo, a veces es más sencillo si cierran los ojos y se concentran en cada una de las extremidades que poseen.y se hacen consciente de la forma que poseen.—explicó con tranquilidad, intentando transmitir sus conocimientos.

 

Espero a que los alumnos se tomarán la pequeña explicación de la manera necesaria. Intentó transmitir parte de su poder a sus alumnos, para que estos lo sintieran en las puntas de sus dedos de las manos, era la mejor ayuda que podía darles. De la misma manera, que no sabía exactamente como continuar a menos que ellos tomarán la decisión de comenzar a cambiar cuanto antes.

 

—No tienen mucho tiempo, en tres minutos nos iremos a África, así que les aconsejo darse prisa. —siseó justo en el momento en que abrió un portal por medio del haz de la noche. Ese portal, los llevaría hasta los jardines en donde se desarrollaría la gala.

 

Al momento de llegar allí, tendrían que cambiar su aspecto porque presentarse con la piel blanca en un país con personas en su mayoría de color chocolate, les podría traer algunos problemas, puesto que sus varitas mágicas, amuletos y objetos mágicos, los habían dejado en su morada.

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El vampiro se obligo a guardar aquellos sentimientos que tenía en el pecho, aquella tristeza del corazón roto a causa de su hermana. La verdad es que él era un maestro en aquello, solía guardar cada herida y cicatriz muy hondo en su corazón, quizás su alma ya estaba desgarrada e irreconocible por tantas heridas. Suspiro y dio un paso hacia la derecha para dejar de mirar aquel espejo y la mirada patética de tristeza que tenia.

 

Observo a Amara cuando esta hablo para explicarle quizás lo que estaba haciendo mal. Al escuchar las palabras de esta se dio cuenta que era lo mismo que él solía hacer cuando aquellos asquerosos sangre sucias, traidores a al sangré y disque defensores del bien y la luz le mataban. Recordó como movía cada uno de sus músculos agarrotados lentamente, quizás a eso era que se refería la arcana.

 

Cerró los ojos y se concentro, aunque algo lo saco de concentración, el roce de unos dedos en los suyos. Abrió los ojos amenazante para darse cuenta que había sido Amara y lo estaba haciendo con cada uno de los presentes. Aquel toque fue extraño, no solía ser tocado sin previo aviso. Dibujo una mueca y “respiro” profundamente. Había sentido como una pequeña corriente eléctrica en sus extremidades. Sin embargo, el sabia con que podía identificar lo que al mujer l estaba indicando.

 

Volvió a cerrar los ojos y se concentro en aquel punto en su pecho, pero en vez de pensarlo como energía de algún tipo lo imagino como si por su cuerpo recorriera el fuego infernal, su fuego regente. Pudo sentir el intenso calor recorrer cada una de sus células, como sus músculos se iban acostumbrando poco a poco a aquello, empezó por los dedos de los pies, la planta hasta llegar a los tobillos e ir subiendo lentamente, poco a poco sin darse mucho apuro aquella vez (ya podría hacerlo más rápido cuando fuera un experto) se concentro aun mas. A lo lejos escucho la voz de la Majlis… “solo tienen 3 minutos” había captado a lo lejos.

 

Maldijo por lo bajo, necesitaba un poco mas de 3 minutos o eso pensaba, ya que el fuego e había comenzado a extender como una inmensa explosión por todo su cuerpo y cada una de sus células. Dibujo una sonrisa, no sentía que se quemara, se sentía vivo. Se concentro entonces en lo que quería dejando que aquel intenso calor hiciera el trabajo, al abrir los ojos noto que había cambiado, su nívea piel se había bronceado, tenía el color de la canela un poco más oscura, sus orbes seguían negros pero eso podía cambiarlo una vez llegaran si era necesario. Se observo las manos, habían crecido quizás un centímetro, su nariz se había cambiado, ahora era un poco más perfilada y el cabello corto y desordenado había sufrido un cambio similar, estaba más pegado a su cráneo y mas… ajustado

 

Se volvió a mover hacia el espejo y no reconoció a la persona que le devolvía la mirada.

 

-Pero que demo… -dijo moviendo los labios un poco más carnosos.

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Anne se sobresaltó cuando Amara se acercó a la mesa donde estaban y cerró los ojos, como si estuviera exasperada. Se sintió aún más torpe de lo que ya sabía que era pero entonces, de repente, el pelo de la arcana volvió a cambiar. El gesto no había sido exasperación, sino concentración. Anne se sintió un poco mejor al darse cuenta de ello, aunque eso no solucionaba el hecho de que no conseguía realizar los cambios que debería en sí misma.

 

Escuchó entonces lo que explicaba la anciana. Y pensaba en ella así porque sabía que los arcanos eran ancianos, no porque hubiera visto en algún momento la verdadera apariencia de Amara. O quizás sí... no podría saberlo. En cualquier caso, se concentró en sus palabras y luego, cuando guardó silencio, decidió que era momento de llevarlo a la práctica para que pudieran continuar con su clase y viajar, así, a aquello que les había dicho. Sintió una extraña sensación en la punta de los dedos de las manos, ¿sería cosa de la mujer? Suponía que sí. A pesar de la tentación que sentía por saber si Hades y Niko estaban realizando también aquel ejercicio. mantuvo los ojos firmemente cerrados y poco a poco hizo que todo su ser se centrara en su poder mágico, el cual debía de canalizar correctamente para lograr aquel cambio en la tonalidad de su piel.

 

Ya lo había conseguido con el pelo, ahora le quedaba la piel y probablemente los ojos, pues su tono grisáceo claro no era lo más común en África. O eso pensaba ella. «Concéntrate, maldita sea. Deja de irte por las ramas», se regañó mentalmente, al ver que le fallaba la concentración. Probablemente ése era su problema, que no sabía canalizar su poder en una misma dirección sin que parte de éste se perdiera por el camino.

 

Pero esta vez era distinto, tenía que conseguirlo. Aún tenía los ojos cerrados, y ahora sí estaba concentrada en su propia piel. Sintió cómo su poder comenzaba a extenderse por su cuerpo y, aunque no sabía si aquello daría los resultados que esperaba, siguió con la tarea concentrándose al máximo en aquella sensación. Cuando estuvo segura de que no se había saltado absolutamente nada, abrió lentamente los ojos y se fijó en que inconscientemente estaba mirando al techo. Estuvo a punto de soltar una risita al descubrir su niñería y luego, muy despacio, bajó la mirada hacia sus manos, las cuales había extendido hacia adelante.

 

Su piel había adquirido un tono oscuro similar al que había adoptado Amara un poco antes.

 

¡Lo conseguí! —exclamó, espontáneamente. Luego se llevó las manos a la boca—. Perdón, perdón. Es que... lo he intentado muchas veces sin éxito y... bueno, gracias —dijo, mirando a la arcana. Bajó la mirada, incapaz de mantenerla en caso de que ella se la devolviera. Ahora no desentonaría tanto en el continente africano, al menos no por su aspecto físico.

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—Es momento de irnos, vamos no olviden cambiar su vestimenta y dejar todos sus anillos, amuletos y varitas mágicas aquí, porque no podrán usar la magia proveniente de ellos por ningún tipo. —les recordó por segunda ocasión, antes de pedirles que la siguieran por el haz de la noche.

 

Al momento en que ingresaron al portal, se trasladaron hasta Nigeria, el país africano que sería la sede del evento, allí los alumnos tendrían que aprender a relacionarse con los muggles y usar los poderes de la metamorfomagia por más de unos minutos, lo cual les resultaría todo un reto, porque como era sabido un buen poseedor de la habilidad, tenía que siempre controlar su aspecto y no solamente pensar que lo controlaba.

 

Caminando por los jardines de la edificación llegaron hasta la puerta de ingreso en donde la bruja dio su nombre y les permitieron el ingreso sin problema alguno, puesto que ella era una de las principales donantes a la causa cada año, ¿por qué lo hacía? únicamente por beneficencia, le encantaba ayudar a todos los que podía. Era parte de su personalidad, además de que la hacía sentir más viva de lo que estaba.

 

—Chicos, espero que Niko nos alcance en determinado momento, pero por ahora quiero que se mezclen entre los muggles y logren mantener el control de su apariencia porque requiere de toda su concentración lograrlo, deberán hacerlo durante una hora, después estos anillos —les entregó uno a cada uno— son trasladores que los llevarán a la siguiente parte de la enseñanza, en donde deberán aprender a cambiar su aspecto de la manera más rápida posible.

 

Les explicó, deseando que ellos conocieran un poco más de su habilidad por sus méritos y que si tenían alguna duda aprovecharán justo ese momento para plantearla antes de que Amara los abandonará para saludar a algunos conocidos, mirándolos con una interrogante en los ojos esperó unos segundos, antes de marcharse.

 

En cuanto se marcho del lado de sus pupilos comenzó a saludar a algunos cuantos muggles y les indicó que los recién llegados eran sus invitados y que deseaba que los saludaran y les ofrecieran toda su amabilidad, además de que les explicarán parte de la causa de la Gala Benéfica, además de obviamente mostrar la mejor cara del país.

 

Sabía que quizás lo que estaba pidiendo era complicado, pero confiaba en que sus alumnos aprendieran de esa lección que la magia no siempre radica en la varita mágica y los amuletos a los que estaban ligados, sino que debían aprender a confiar en su magia interior para canalizarla en un cambio físico, algo que podían y debían hacer al terminar su aprendizaje con ella.

Editado por Amara Majlis
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El vampiro observo aquel portal que había creado Amara. En aquel punto no lo miro con la desconfianza acostumbrada ya que había sido la arcana quien lo había conjurado. ¿Por cuantos portales había cruzado en su pasado?, recordaba sus viejas aventuras en Grecia, aquello había sido un gran aprendizaje, a veces casi por decirlo de alguna manera, de vida o muerte. Sin embargo, el cainita estaba preparado para volver a África, al menos esperaba que todo saliera bien. El Ragnarok hizo un movimiento de varita y guardo todos sus amuletos, anillos y cosas mágicas que llevaba, también oculto la varita, Amara quería que se comportaran como muggles y así lo haría. Suspiro y cruzo.

 

***************

 

Al ser un extranjero el cainita debía cuidar muy bien lo que decía o hacia, no quería ofender a nadie allí. El Ragnarok camino justo detrás de la arcana de metamorfomagia preguntándose ¿si ella siempre usaba aquel mismo aspecto para las galas allí o si alguna vez se había equivocado y había llegado de alguna otra forma?, quizás eso se lo podría preguntar después. Caminó tranquilo, como solía hacer siempre que estaba en presencia de muggles, allí no perdería el control, al menos la Majlis podría estar segura que no terminaría matando a nadie.

 

Una vez que entraron a la gala el cainita se sorprendió con todo lo que veía, recordaba algunas fiestas en Londres, pero no había asistido a una gala benéfica en mucho tiempo por no decir nunca en todos sus años, ni siquiera San Mungo hacia aquel tipo de cosas y si lo hacía estaba demasiado ocupado en su “mundo” como para enterarse. Hizo una ligera reverencia a los presentes y se mantuvo en silencio hasta que la mujer llamo su atención. Escucho sus instrucciones y tomo el anillo. ¿Debía ponérselo o guardarlo hasta el momento indixcado? Se encogido de hombros, si era un traslador este se activaría en el momento justo, ni un minuto más, ni un minuto menos.

 

El Ragnarok dio unos cuantos pasos, si lo que debía era mantener la apariencia lo intentaría, al menos sabia o ya entendía cómo mover la energía en su cuerpo por lo que no debería ser nada difícil, aun así no cantaría victoria hasta que lo lograra, suponiendo claro estaba que aquel fuera el mismo principio que le permitía ser animago por mucho tiempo sin ningún tipo de problemas, claro estaba, era un animago no registrado.

 

Sin perder mucho m as tiempo comenzó a recorrer el salón donde se estaba dando al gala de beneficencia, al menos no veía a nadie conocido, al menos por el momento sería bueno, o quizás no, ya que si había alguien que le hubiera visto alguna vez podría probar aquella habilidad para ver si le engañaba, aunque claro, debía trabajar en su voz, en sus acentos y en cualquier cosa que pudiera ayudarle a pasar desapercibido si necesitaba ser alguien más. Siguió recorriendo el salón, tomo una copa de aquella bebida que estaban sirviendo y se paro allí cerca de uno de los ventanales para ver el cielo, la verdad es que quizás la mejor parte de aquella noche era el cielo estrellado africano, sin nubes que pudieran ocultarlo a la vista.

 

Suspiró, todo estaba saliendo bien, solo esperaba mantenerse así por lo que quedaba de velada o por el tiempo que la mujer le había pedido ya que, era difícil intentar mantener la concentración y su energía equilibrada, no era lo mismo la animagia con aquello que estaba intentando hacer, la primera ya tenía muchísimo tiempo haciéndola por lo que lo hacía ya sin pensarlo, como si fuera simplemente cuestión de respirar, pero aquella nueva habilidad le estaba costando un poquito más, pero con el tiempo lograría dominarla, o eso esperaba.

 

Se movió un poco para disfrutar de la música, busco con sus orbes negros a Amara y a su hermana Anne quien esperaba que estuviera teniendo los mismos resultados que él o quizás mejores. Al menos por allí no veía a Niko, al parecer el chico se había quedado retrasado en el aula quizás intentando concentrarse para conseguir el cambio necesario. Se encogió de hombros, no le dio mucha importancia a aquello, aunque según lo que él había escuchado el otro alumno había hecho quizás cosas mayores a la que el cainita había intentado cuando llegó a aquella aula o casa para tomar la habilidad, pero aun así, eran él y su hermana quienes estaban disfrutando de la fiesta y no el otro.

 

-<<Concéntrate Ragnarok, no puedes fallar ahora>> -se riño así mismo haciendo que el calor que sentía a pesar de su vampiricidad (XD) se mantuviera en equilibrio.

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La Arcana se acercó a la mesa en la que se encontraban los magos y cerró los ojos para transformar su pelo, era un cambio aparentemente pequeño pero no era fácil de lograr al menos no para los estudiantes. Ella era la arcana de la habilidad y sin duda la dominaba bastante bien, así que era un cambio muy básico para su poder.

 

- Esto parece el procedimiento para realizar un Patronus, pero mucho más complicado - Pensó, tenía que buscar su poder interno y concentrarlo en sus extremidades. Al realizar un Patronus también debía buscar poder y proyectarlo, pero sin duda esto sería mucho más difícil y complejo de realizar, no sabía cómo hacer para proyectar su poder a cada extremidad.

 

El Tonks cerró los ojos y comenzó a buscar el poder en el interior de su cuerpo, Amara les había dado un poco de ayuda a través de las puntas de los dedos de sus manos. Realizar un Patronus le resultaba muy fácil, ahora tendría que buscar mucho más poder en su interior y estaba completamente seguro de su existencia, pero sería muy complejo encontrarlo.

 

- ¿Tres minutos? Tengo poco tiempo - Pensó al escuchar las palabras de la Arcana, tendría que esforzarse mucho para lograrlo, pero en una mente tan dispersa como la suya, concentrarse no era una tarea fácil y siempre terminaba pensando en otras cosas - Vamos, sí puedes - Intentó darse un poco de ánimo aunque sabía que no era tan fácil, lamentablemente no era Amara que lo hacía ver muy fácil.

 

Sus pensamientos comenzaron a ser mucho más claros y su mente comenzó a sentirse mucho más libre. El poder comenzó a recorrer su cuerpo, era una sensación muy parecida a la que esperaba pero mucho más potente. La energía se había concentrado en su piel, sus manos, su cara y su pelo, los lugares que deseaba modificar para asistir a la gala junto con Amara y los otros alumnos.

 

Su piel ahora era mucho más oscura, parecida a la canela. Sus ojos azules ahora eran negros, sus rasgos finos y marcados dejaron de serlo para ser un poco menos prolijos. Sus manos eran un poco más largas y su pelo rubio había cambiado de color, nunca antes había tenido el pelo tan negro.

 

- Lo he logrado - Exclamó al abrir los ojos, los cambios en su cuerpo eran bastante notorios. Además había logrado reducir un poco su masa corporal, era mucho menos robusto - Esto me gusta demasiado - Agregó, estaba completamente fascinado por lo que había logrado, pero al parecer se había demorado mucho tiempo y estaba solo en la casa de la Arcana.

 

- Diablos, esto no era lo que debía pasar - Gruñó, el haz de la noche seguía abierto así que podría alcanzarlos. Rápidamente tomó la ropa que tenían preparada para la gala y se vistió con mucha agilidad, no quería tener que dejar sus objetos mágicos pero tendría que seguir las instrucciones de la Arcana así que las guardó junto con su ropa.

 

Ingresó al portal para ser transportado a un país que no conocía: Nigeria. Había estado en Egipto pero este era un lugar completamente nuevo, las personas eran muy diferentes a las que había visto en el país de las Pirámides, su piel era mucho más oscura y eran mucho más altos y robustos.

 

- Al menos no he demorado mucho en llegar - Unos pasos más adelante había un grupo de tres personas hablando: 2 mujeres y un hombre. Una de las mujeres y el hombre habían comenzado a caminar en direcciones opuestas. No había logrado ver la nueva forma de sus acompañantes, pero sí había logrado ver la de Amara y estaba seguro.

 

- Lo siento, pero me ha tomado un poco más de tiempo concentrarme - Había corrido para lograr alcanzar a la mujer antes de que se fuera. No obstante, seguía concentrado en mantener su cuerpo de la misma manera, no sería una tarea fácil pero tenía que dominar su mente para lograr mantener su nuevo cuerpo.

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La noche era cálida, mucho más cálida de lo que los alumnos alguna vez podrían sentir en su tierra natal; Londres. Motivo suficiente para que el mantener la apariencia física que habían creado para sí mismos fuese mucho más complicada de mantener, porque aparte del descaste psicológico que requería, se añadía el físico, que era justamente el que Amara deseaba que aprendieran a controlar para no causar estragos a su salud.

 

Observó como Hades disfrutaba de la velada, manteniendo por completo el control de la situación, mientras que Anne al parecer lo acompañaba, no estaba del todo segura porque había comido un descuido y no recordaba haber memorizado la actual apariencia de la bruja. Sin embargo, confiaba en que si surgía algún problema, podría resolverlo, del mismo modo en que suspiró con un poco de tranquilidad al visualizar como aparecía Niko minutos después.

 

—Lo bueno es que estás aquí, tienes una hora para relacionarte con los muggles y toma este medallón, es un traslador que te informará cuando sea momento de irnos.

 

Dio las instrucciones al Dumbledore, y se alejó un poco de él. Posteriormente, con una sonrisa en los labios comenzó a bailar con un piel canela originario del país anfitrión y a disfrutar un poco de la velada, posteriormente al pensar un poco en lo que debían realizar los alumnos, les pidió mentalmente que hicieran una labor que sería de utilidad para ellos, puesto que requería de su habilidad de observación y adaptación.

 

<Hades, Niko y Anne, quiero que observen la apariencia de todas las personas que se encuentran en esta gala y sus cualidades físicas... y que cuando llegue el momento de irnos, me digan que les llama más la atención además de que es lo que los caracteriza.< termino el pensamiento para los tres magos y continuó divirtiéndose.

 

Les daría veinte minutos para su tarea, y después se alejó de la fiesta en general y caminó hasta los jardines, en donde esperaría a que sus pupilos llegaran prontamente, para que de esa manera pudieran continuar con la siguiente consigna que poseía para ellos, deseando que de ese modo aprendieran todo lo necesario para completar su aprendizaje.

 

— ¿Qué me pueden decir sobre la consigna que les deje hace unos minutos? —preguntó en cuanto los magos llegaron hasta su presencia.

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Y por fin llegó el momento de partir. Anne se levantó enérgicamente, lista para lo que fuera que tuvieran que hacer en África. Dejó sus pertenencias mágicas sobre la mesa tras las indicaciones de Amara y, a continuación tras comprobar que su ropa era la adecuada para moverse por el lugar al que irían, la siguió a través del Haz de la Noche.

 

Su destino era Nigeria. Anne nunca había visitado aquel país. Continuaron su camino tras la arcana, a la que le abrieron la entrada a aquel acto sin problema alguno al escuchar su nombre. ¿Qué haría la mujer para ser tan querida allí? ¿Acaso los muggles conocerían su poder o la apreciaban por otra cosa? La Gaunt se encogió de hombros, en cualquier caso no era un tema que la incumbiese a ella. Cuando Amara les ofreció un anillo, Anne alargó la mano y lo tomó, colocándoselo en el dedo corazón de la mano derecha. Asintió ante las instrucciones y, al no tener ninguna duda, simplemente vio cómo la arcana se alejaba y los dejaba en aquel salón.

 

Al ver que Hades comenzaba a cumplir con su parte de la misión, Anne también empezó a caminar por el salón sonriendo a quienes la miraban a modo de saludo. Pronto, un par de hombres de piel y ojos oscuros se acercaron hasta la Gaunt, que en ese momento se había detenido tras un grupo de personas que hablaban una lengua de la que la irlandesa sólo alcanzó a entender palabras sueltas. Se maldijo entonces por no haber puesto nunca interés en aprender idiomas de aquel continente, siempre centrándose en otros más exóticos o interesantes para su gusto. Sin embargo, los hombres que se acercaron a ella le hablaron en perfecto inglés, aunque con un fuerte acento de la tierra africana.

 

Ho... hola —respondió Anne a los saludos. Notó que los hombres la miraban extrañados al verla titubear y solo cuando se removió inquieta en el sitio y su pelo se movió se fijo en que se había aclarado ligeramente. Se concentró en volverlo a oscurecer y luego les miró, fingiendo una seguridad que no terminaba de sentir—. Sí, es la primera vez que vengo por aquí.

 

De repente, escuchó en su mente la voz de la arcana Amara y se sobresaltó. Se excusó con la mirada, haciendo un gesto con la cabeza a aquellos caballeros y giró sobre sus talones para concentrarse. Las cualidades físicas... apariencias... tenía que fijarse en la gente que ocupaba el salón en aquel momento y luego, por el rabillo del ojo, vislumbró como la centenaria bruja abandonaba el lugar para esperarles cuando terminaran de cumplir con su cometido.

 

Anne volvió a girarse hacia la gente y les observó mientras seguía concentrada en mantener su apariencia intacta, con el pelo y la piel oscuros. ¿Había hecho algo con sus ojos al final? No podía verse a sí misma, pero no recordaba haber oscurecido el tono gris de estos, por lo que se centró en aquel detalle. Tras unos instantes, respiró. ¿Cuándo había contenido la respiración? No podía verse, pero estaba segura de que el tono grisáceo ahora se había tornado marrón chocolate, que era el color que había observado en todas las personas de la sala. Y no porque todos tuvieran los ojos marrones oscuros, porque los había visto también prácticamente negros e incluso marrones algo más claros. Anotó aquel detalle en su mente y continuó con su paseo sin perder de vista ningún detalle. Cabellos oscuros por doquier, aunque también algunos más claros e incluso rubios que Anne se atrevería a afirmar que eran tintados artificiales. También había personas que probablemente no fueran nigerianas, sino benefactores y donantes al igual que Sauda que se desplazaban hasta allí eventualmente. Se rascó la barbilla, aquello le resultaba muy confuso.

 

Se llevó una mano al pelo y se miró un mechón. Sí, seguía oscuro. Respiró con alivio y continuó caminando. Al cabo de un rato, siguió los pasos de Amara y se reunió con ella en los jardines.

 

Yo... bueno, es muy complicado, o eso creo. Supongo que usted se refería a los que habitan aquí, ¿cierto? En cualquier caso, me he fijado en que tienen la piel oscura, unos más y otros algo menos, así como el cabello y ojos oscuros. Hasta donde sé, es un rasgo que caracteriza a la comunidad africana. ¿Estoy en lo cierto? — preguntó, aunque con cierta duda en su tono de voz—. También he visto que en general tienen una constitución delgada, algunos ligeramente atlética. No sé, había mucha diversidad dentro de las semejanzas generales —añadió. Guardó entonces silencio, segura de que sus compañeros tendrían algo que añadir.

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El Ragnarok disfrutaba la velada, de eso no había duda, la verdad es que había pasado mucho tiempo desde que habían cazado en áfrica, pero aun así recordaba lo caluroso que podía ser y sobre todo los eco, sin embargo, al menos hasta aquel momento había podido mantener la fachada, su transformación en algún momento hubiera podido flaquear pero se limito a pensar, relajarse y a intentar mantener todo aquello en equilibrio. Le había costado un poco, pero había seguido los mismos principios animagos.

 

Tomaba un poco de champaña busco con la vista a Amara, tardó un par de minutos en encontrarla entre toda aquella cantidad de gente, la vio bailando, lo que hizo que el vampiro dibujara una meuca de sonrisa, al menos ella sí que tenía todo controlado, claro estaba era arcana. Siguió recorriendo aquella reunión para encontrar a su hermana, solo que no pudo captar dónde se había metido al Gaunt. Si bien, él estaba herido por lo que había dicho la chica aun así debía protegerla si fuera necesario. Esperaba que no tuviera ningún problema o complicación. Dio unos cuantos pasos entre la multitud, aquello era lo que deseaba al Majlis por lo que eso fue lo que en realidad hizo. Hizo una reverencia a alguno de los presentes y habló con ellos sobre cosas tribales, al menos había aprendido en sus antiguos viajes alguna que otra palabra, pero prefirió hablar con los que sabían ingles ya que habían invitados de muchos otros países como embajadores y personas de alto calibre quienes también habían ido para apoyar aquella causa a la cual habían sido invitados.

 

Escucho la voz de la mujer en su mente. Por un segundo casi perdió el control, no esperaba aquello. Si, había escuchado la voz de sus familiares dentro de su cabeza dándole algunos mensajes en algún momento, era una habilidad que compartían, pero había pasado demasiado tiempo desde aquello, desde su antigua Grecia. Entrecerró los ojos, aquella mujer quizás los estaba probando provocando que de alguna u otra manera perdieran al concentración por unos segundos y así captar si aquello les afectaba para ayudarles. Asintió, “respiro” y siguió disfrutando de la gala en la que se encontraban.

 

No se dio cuenta cuando paso el tiempo que la Majlis les había dado, de no ser porque había salido a los jardines a disfrutar un poco mas de la noche no hubiera recordado que estaba allí esperándole. Observo que se encontraba alguien más allí con ella. Su hermana por primera vez se le había adelantado. Se encogió de hombros y camino hasta donde ambas se encontraban.

 

Después de escuchar lo que Anne estaba diciendo supuso que era su turno, la verdad es que él también había notado aquellas características que había mencionado la Gaunt por lo que no sabía si debía repetirlas o intentar encontrar alguna cosa nueva que mencionar al respecto.

 

-A parte de los rasgos que acaba de mencionar Anne, también tenemos que no es un cabello liso el que predomina sino pelo encrespado –comento el cainita- también la nariz es diferente, labios son gruesos, ojos grandes y extremidades son un poco diferentes –observo a los ojos a la mujer- es decir, las manos son grandes y fuertes, dedos alargados, creo que es un rango característico pero también la altura puede influir un poco en ellos, pero por lo general es el tono de piel oscura en diferentes tonalidades me llamo la atención.

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- Perfecto - Le parecía muy extraño que le diera un traslador, pero el tiempo era perfecto con dichos objetos y se activaría justo en el momento indicado, así que no se preocuparía mucho por su función ni el lugar al que lo llevaría. Por lo menos, era un medallón muy bonito y combinaba bastante bien con su ropa, rápidamente lo colgó en su cuello para no perderlo.

 

- Tendré que socializar un poco - El Tonks no era muy social pero Amara sí o al menos eso parecía y tendría que hablar un poco con los otros invitados al evento, aunque no le agradara un poco - Debo mantener mi forma - Su mente se encargó de recordarle en todo momento que no podía haber ni un solo cambio en su cuerpo si no quería dar a conocer su verdadera identidad, pero para ello tendría que concentrarse mucho.

 

- Esto será bien interesante - La tarea que les había dado la Arcana no sería fácil, estaba totalmente acostumbrado a describir a las personas de su país, pero capturar la esencia de las personas siempre le había generado problemas y más si se trataba de un nuevo país - Ups creo que tengo que tener más control - Su pelo estaba volviendo a adoptar su tono rubio natural, pero logró darse cuenta a tiempo. El joven cerró los ojos por un segundo para volver a poner mucho más oscuro - Creo que debo pensar menos en otras cosas y concentrarme más - Se dijo a modo de regaño.

 

- Hola - Se acercó a un grupo de mujeres que estaban llenas de adornos y que parecía muy intrigadas por la presencia de dos magos extranjeros y de su acompañante. Su conocimiento en idiomas era muy grande y aunque no conocía dicho país se había asegurado de aprender una amplia gama de idiomas, incluyendo los nativos aunque sabía que en dicho país hablaban inglés.

 

- Este es un país muy interesante, ¿les gustaría contarme algo? - La verdad solo quería tener una excusa para acercarse al grupo y poder detallar mucho mejor sus cualidades físicas. Los rasgos finos a los que estaba acostumbrado no estaban presentes, sin duda las mujeres eran muy diferentes. Su pelo muy largo y despeinado, lleno de rizos.

 

- Los hombres también son muy diferentes - Pensó, esperaba que nadie pudiera leer sus pensamientos. Si bien eran robustos era diferente, se notaba mucho más natural que la de los ingleses, algo en la genética de los hombres de dicho lugar los hacía naturalmente más robustos. Luego tendría un poco de tiempo para estudiar dichos cambios.

 

- Creo que es hora de irme - Dijo mientras se despedía de sus acompañantes, sabía que tendría que seguir a la Arcana para poder hablar sobre la tarea que les había otorgado. Sin duda había logrado captar algunas cosas importantes sobre las personas que había en el lugar, excepto de aquellos que claramente no eran del lugar.

 

Sus compañeros de clase tomaron la delantera y hablaron sobre la mayoría de rasgos de los habitantes del lugar - Para agregar, sus cuerpos parecen ser robustos por naturaleza, no parecen trabajados como los nuestros en Inglaterra. Sin duda su genética es muy diferente a la nuestra - Agregó, le generaba mucha curiosidad dicha diferencia y esperaba aprender mucho sobre el tema - Aunque el pelo rizado es el que más ha capturado mi atención, la forma en la que lo peinan es totalmente diferente. Llevan muchas decoraciones en la cabeza y cosas que no conozco su nombre - El cabello largo y rizado de las mujeres les permitía manejarlo de muchas maneras.

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