Oclumancia

[Aailyah Sauda]

La tetera contenía ahora un porta hierbas con las elegidas por Aailyha mientras ella extendía delicadamente su mente hacia la de los dos nuevos discípulos en el salón. Una sonrisa se dibujó en sus labios al ver las imágenes que mostraba la mente del joven Cillian. Un amor bastante salvaje y exuberante podría decirse enfrentado a una relación tormentosa con una joven bruja.

—Vaya, vaya —susurró la arcana mientras ponía el contenido de la pava en la tetera y dejaba que la infusión comenzara a llenar del aroma del té recién preparado la habitación, tomó la bandeja y se acercó hacia donde la pareja estaba, ahora sus palabras ya no fueron en voz alta sino que directas hacia la mente de Cillian.

«Muy bien Cillian, haz de cuenta que yo soy Ludwig »

La bruja apareció en la mente del Haughton ahora con la forma física de Ludwig y con la voz del mago siguió hablando en la mente de Cillian.

«Cillian, amor, cuéntame sobre cómo fue tu relación con Juliene, cuéntame hasta dónde has llegado con ella que conmigo no»

Aailyah tomó una nueva forma justo detrás de Cillian mientras frente a él seguía viéndose a Ludwig y la mujer le susurró en el oído.

«No espero que le mientas, pero sí para ti ese es un secreto que aún no debes revelar, haz de cuenta que él puede hurgar en tus recuerdos, por lo que necesitas que no vea tu historia real sino una versión más light de tu relación con tu esposa. Por cierto, ¿ya te has divorciado o vas a ser bígamo? »

Y sin esperar la respuesta de Cillian fue tras la mente de Mica, dejándolo a él libre para “hablar” con su novio, pero seguramente luego volvería a meterse en la mente del mago para averiguar la respuesta real a su pregunta.

—Recordad, no mentimos, lo que hacemos es impedir que los legelementes descubran nuestra verdad, les mostramos un escenario perfecto no solo abrimos barreras y creamos palacios de la memoria donde solo nosotros podemos entrar, creamos un “pueblito” lleno de escenas “bonitas” para que los otros tengan una imagen que los convenzan que están viendo la realidad. Ahora nos costará y tendremos que ejercer nuestra relajación y paz, poner nuestras mentes en blanco, para luego convertir ese lienzo en blanco en nuestra obra maestra. No os preocupéis si no os sale de entrada, llegaréis a dominar la habilidad con entrenamiento y constancia.

@ Cillian Haughton  @ Mica Burke

[Cillian Haughton]

Suspiró.

Aún cuando no tenía pensado ocultarle su relación con Juliene a Ludwig, pero había cosas de esta que no estaba tan seguro de querer que su actual pareja supiera. Observó la escena que tenía frente a él y sopesó lo que Aailyah le estaba pidiendo que hiciera.

No tengo idea aún de lo que haré…

Respondió a la arcana sobre su situación ante su estado civil, pero ahora no tenía que pensar en eso. Ahora tenía que centrarse en practicar la Oclumancia para así lograr dominarla por completo. Así que en ese momento se concentró en bloquear los intentos del falso Ludwig por acceder a sus recuerdos verdaderos.

- Juliene fue tan importante para mí como lo eres tú, amor.

Cillian sabía bien que lo que arcana buscaba era debilitarlo mentalmente para poder acceder a sus memorias tal y como eran en realidad, pero el haría todo lo posible porque no lo lograra. Cillian protegería sus memorias a capa y espada así que cualquier intento que intento de la arcana por entrar a su mente a partir de aquel momento le costaría bastante más de lo normal.

- No tengo nada que ocultarte, Ludwig… Soy un libro abierto para ti.

[Aailyah Sauda]

De alguna forma u otra, lo cierto es que Cillian tenía razón. Entrar a la mente de otras personas no era algo sencillo así que antes de intentarlo, se debía intentar debilitar mentalmente al objetivo. Aailyah Sauda observaba el momento intimo que se desarrollaba en la mente de su aprendiz junto a su futuro esposo, el chico había decidido andar por ese camino en su intento de vincularse con la Oclumancia.

—¿Seguro que no tienes nada que ocultar? —la arcana chasqueó sus dedos y en un segundo el Ludwig falso desapareció—. Desde aquí puedo notar que mientes, Haughton… No has hecho la mejor elección al elegir este tipo de recuerdos para iniciar tu vinculación con esta habilidad.

Los recuerdos relacionados con los sentimientos estaban siempre listos para mostrarse a la vista de los demás así que su aprendiz tendría que poner el doble de esfuerzo para lograr ocultarlos. Se dirigió hacia la banca en que este se encontraba sentado y dejó escapar un suspiro, tenía tiempo de centrarse en él debido a que Mica Burke parecía encontrarse bastante sumergida en sus propios pensamientos.

—Has logrado ocultarle tus memorias al falso Ludwig, pero… ¿Podrías hacerlo si el estuviera realmente frente a ti? Sabías que él no era real, al final y al cabo estamos dentro de tu mente. Así que quizá así sea más sencillo, lo difícil esta apenas por venir.

Aaliyah salió de la mente de Cillian y lo llamó para que este también volviera a la realidad.

—Dime, Haughton, ¿crees ser lo demasiado fuerte para vincularte con esta habilidad? Porque hasta que no me demuestres en realidad que es lo que quieres ocultar no lo harás —sí, Cillian había cometido un pequeño error, pero no era nada que la oclumante no pudiera enseñarle a solucionar extendió una vez más su mente hacia el Haughton pero esta vez ya no estaban en la sala de su casa, ya no estaba ella y ya no estaba Ludwig, si él quería jugar con su esposa, eso le daría ella, porque estaban en medio de una reserva mágica donde Cillian estaba frente a su esposa y alguien más, aunque sus figuras no eran aún distinguibles claramente.

—¿Por qué estás  aquí amor? —preguntó Julienne y en sus ojos se reflejaba que sabía bien por qué él había ido tras ella y con quién.

—¿Ella es tu esposa? —preguntó la mujer a espaldas de Cillian y la voz de Sauda se coló en la mente de Cillian

«Dime Haughton ¿de verdad tu mayor secreto es tu esposa? »

Todo volvió a cambiar y esta vez estaban en medio de  una locación desconocida para muchos, fachadas se levantaban sobre restos antiguos, una placa marcaba el inicio de una propiedad marcándola como memorial.

«Muéstrame dónde estoy Haughton», insistió Sauda observando a su alrededor, un pueblo como cualquier otro o quizás no, caminó hacia la placa ¿sería él capaz de impedirle que viera el memorial de quién era? Y aquel lugar, levantó la vista mientras caminaba, ruinas y una fachada se superponían ¿cuál era la realidad? ¿O cuál era la realidad que podía mostrarle el Haughton?

«Lo primero que debes aprender es a valorar tus recuerdos, qué es importante y qué no lo es, qué es trascendente para los demás y que no lo es, qué puedes mostrar como al pasar, cambiando un leve detalle y qué debes ocultar y cambiar por completo»

Cuando el Haughton volvió en sí Sauda llenaba su taza de té.

—¿Cuándo te divorciaste de Julienne? —preguntó como si continuaran una conversación banal —¿quiere azúcar para su té Señora Burke? —agregó la arcana mientras servía en la taza de Mica.

@ Cillian Haughton  @ Mica Burke

[Mica Gryffindor]

Las palabras de Cillian la hicieron pensar, tal vez demasiado. Al punto que las palabras de la Arcana pasaron algo desapercibidas. En otro momento, se habría molestado ante tal acusación, pero estaba pendiente de lo dicho por su compañero. Era verdad, todos estaban tan en peligro como ella al elegir luchar desde ese lado. De ahí provenía la conocida hermandad de la Orden del Fénix, todos dentro solían cuidarse y protegerse como si de una gran familia se tratase. ¿Eso seguía pasando? Tal vez ese era el motivo de que sintiese tan fuerte el peligro, el temor de que su familia estuviese en riesgo. Tal vez algo estaba andando mal. Sabía que contaba con el apoyo de Cillian y de varios más, pero no de todos…

Comprendió la consigna, pero no se atrevió a comenzar. Le alegró saber que Cillian se ofrecía primero. Luego siguió el silencio, mientras la Arcana servía té y se ocupaba de lo que su compañero tenía para mostrarle. Ella sabía bien lo que le revelaría, un recuerdo del que no hablaba con nadie desde hacía demasiado tiempo, que deseaba sepultar, pero afloraba como si eso no fuese posible.

-Sí, un poco de azúcar- murmuró cuando las palabras de su mentora la hicieron regresar a la realidad. Era su momento, no podía seguir postergándolo -Creo que estoy lista…- agregó.

Su mente fue de inmediato a un momento de su juventud en que creía ser feliz. Recorría el local de su amiga Elodia y, de pronto, su mundo caía a sus pies. Roto. Nunca había logrado superar aquel intercambio de miradas con Lucas, quien hasta entonces era su novio. Fue apenas un instante que le indicó el fin de todo, y el verlo entregarse frente a sus ojos a los brazos de otra mujer: Mónica.

Se vio nuevamente corriendo de allí, hacia el mar, como si fuese aquella la única salida del dolor tan intenso. Aún lograba sentir, a través del tiempo, el agua salada entrando en sus vías respiratorias, quemándola por dentro. Y luego, ya nada. De pronto no sentía más nada.

Secó sin pensarlo dos lágrimas que escurrían de sus verdes ojos, los cuales permanecían fijos en su taza de té y viajaron, de pronto a la Arcana.

[Cillian Haughton]

Suspiró.

¿Realmente era tan transparente? Realmente había algo más detrás de toda aquella historia, pero no quería mostrárselo a la Arcana, no entendía el porque para vincularse con aquel tipo de habilidades se tenía que entregar cosas tan personales. Aailayah lo cuestionó sobre un par de cosas y sabía bien que la respuesta no era lo que la Arcana quería escuchar, pero tenía que aparentar el tener la entereza para estar ahí frente a ella.

- Tengo lo necesario para vincularme con la Oclumancia, Arcana… Se que tengo el poder necesario para impedir que los otros entren en mi mente y hagan lo que quiera con ella aún cuando demuestro lo contrario.

De un momento a otro el escenario cambió y no estaba más frente a Ludwig, ahora estaba frente a Juliene en lo que parecía ser la Reserva Mágica y de pronto las cosas continuaron cambiando tan rápido que Cillian le costaba seguir todo aquello. ¿Dónde estaban ahora? ¿Por qué estaban ahí? En ese momento el Haughton estaba pasando por tantas cosas, su pasado no era tal y cómo el había creído siempre que era.

- ¿Por qué tuviste que mostrarme esto?

Sabía bien porque lo hacía, sabía que lo que la Arcana buscaba enseñarle con todo aquello es que tenía el poder para introducirse en su mente y que él aún no era lo suficientemente poderoso para lograr impedir que lo hiciera. ¿Aquella era la tumba de quien creyó por mucho tiempo su madre? Sí, lo era…

Y así se lo dejó saber a la Arcana y aunque era un recuerdo bastante valioso para él y su historia, lo cierto es que no era realmente un secreto para nadie. De un momento a otro, estaban de vuelta en el lugar en que habían comenzado.

- No me he divorciado aún -respondió.

[Aailyah Sauda]

Sauda bebía con parsimonia su té mientras escuchaba a @ Mica Burke  que al fin se había sentido preparada para enfrentarse a su recuerdo. La arcana asentía en silencio y cerró los ojos visualizándose junto al mar, observando a la joven bruja y notando como sentía el agua en sus pulmones y de pronto levantó su mano. Todo en la mente se detuvo y fue en cámara lenta hacia atrás, el mago al que ella había visto estaba ahora frente a la otra mujer pero ambos congelados en un gesto que no llegaba jamás a concretarse. Dentro de la mente la voz de la arcana sonó suave y delicada.

—Pon tu mente ahora en blanco, imagina que ya no estás en lo de Elodia, imagina que estás en medio de una pradera en la que solo están tú, Lucas y Mónica, ve borrando lentamente cada detalle exterior —Sauda hizo un movimiento con la mano, como ejemplo y el cielo sobre ellas desapareció —imagina un día lluvioso —los dedos de la mano se movieron como si tocara un piano imaginario en el aire y comenzó a llover con suavidad, mojándoles —ahora, imagina que Lucas le dice adiós y que ha decidido seguir contigo y qué corre tras de ti y qué te diría para seguir juntos —se detuvo, giró sus ojos hacia Mica y extendió un pañuelo —somos lo que construímos, somos lo que guardamos, somos lo que sanamos y reconstruímos —y esperó pacientemente que la bruja hiciera lo que le indicaba.

Sauda, convertida en la mente de @ Cillian Haughton  ahora en una adolescente con un largo vestido de color naranja y un turbante naranja y verde río.

—No, lo importante es aprender a que nadie domine tus recuerdos, ni que éstos te dominen a ti —tomó del brazo al joven mago y comenzó a caminar por lo que ahora era un campo verde donde en la lejanía los árboles aparecían y desaparecían como si fuera una película —una vez estuve en la mente de un mago, tuvimos un duelo formidable, no fue como con mi mentora, pero él tuvo la astucia de bombardear mi mente con miles de recuerdos algunos banales, otros trascendentes, pero tan grande fue ese flujo de memorias que terminaron por perderme y expulsarme de su mente —Sauda sonrió y se puso frente a Cillian —muéstrame que eres capaz de echarme de tu mente o de no dejarme ver nada de lo que realmente hay en ella o ver todo hasta el punto de que en verdad no pueda ver nada.

[Cillian Haughton]

Cillian escuchó las palabras de la arcana, poco a poco iba comprendiendo como es que aquella habilidad funcionaba. Si bien tenía pocos conocimientos sobre la misma, la ayuda de Aailyah estaba dando los frutos necesarios para el mago sintiera que estaba avanzando en su aprendizaje. Hasta ese momento Cillian había sido un libro abierto para la arcana, pero a partir de ese momento tendría que encargarse de evitarlo.

¿Seré realmente capaz?

Aún sentía que no tenía el poder necesario, pero sabía que para que aquello funcionara tenía que poner toda su fuerza de voluntad para que aquello funcionara así que intentó concentrarse lo más posible ya que debía vaciar su mente de cualquier pensamiento, debía impedir que la arcana lograra percibir sus emociones y pensamientos.

En un principio le costó, Cillian a pesar de mostrarse frío en un principio lo cierto es que sus pensamientos están al completo basado en los sentimientos, pero aún así realizó su mayor esfuerzo. Cillian comenzó por aquellos pensamientos que no eran realmente importantes, poco a poco fue vaciando sus pensamientos, los siguientes pensamientos en ser vaciados ya eran un poco más importantes para él.

Después de intentarlo durante un par de minutos, logró ocultar sus pensamientos por completo o por lo menos eso es lo que él creía.

[Mica Gryffindor]

En su mente, la voz de la Arcana la instruyó. Hizo caso. Se permitió vaciar la mente y cambiar el paisaje alrededor. Solo los tres estaban allí ahora. El cielo cambió, pasando a un gris oscuro que auguraba lluvia. Pronto, gotas cayeron sobre ella y la pareja, logró sentir cómo la lluvia la mojaba, era tan vívido. Siguiendo la voz de Aailyah, imaginó a Lucas cambiando su elección y acercándose.

Tomó el pañuelo que la Arcana le tendía, secando sus lágrimas y negando lentamente con la cabeza. Comprendía que podía jugarse de aquel modo con los recuerdos, pero no era eso lo que estaba buscando.

-También somos lo que vivimos, las consecuencias de nuestras acciones y de las de los demás para con nosotros. Somos nuestras heridas y sus cicatrices -llevó automáticamente la mano a su marca tenebrosa, la veía como eso: una cicatriz de aquella época en que había perdido el control de su vida, precisamente por esa elección.

Suspiró. Querer ocultar al resto sus vulnerabilidades no significaba en ella querer ocultarlas de sí misma. Era consciente de que su vida hubiese sido muy distinta si Lucas ese día la hubiese escogido. También si ella no lo hubiese escogido antes a él. Pero todo había contribuido a ser la persona que ahora estaba en ese salón, buscando proteger a los suyos. Había crecido, simplemente.

[Aailyah Sauda]

Si bien el trayecto de Cillian en su vinculación con la Oclumancia apenas comenzaba, podía entreverse que intentaba dar lo mejor de sí. La Arcana continuaba dentro de los pensamientos de su aprendiz, en un principio podía observar por completo todo lo que había dentro del mismo pero poco a poco pudo notar como aquel espacio se iba poniendo en blanco.

— Comienzas a entender, Haughton… —chasqueó sus dedos, era su forma de avisar que reforzaría su poder para detener el avance de su aprendiz—. Es interesante ver cómo es que intentas vaciar tu mente, ocultar todos tus pensamientos pero debes recordar que allá afuera hay siempre algún mago más listo y más rápido que uno mismo y es por esa razón que nunca debes dudar.

El intento de Cillian por bloquear sus pensamientos había sido impreciso y lento, por lo cual Sauda había tenido el tiempo para detenerlo y continuar teniendo acceso a los pensamientos de su aprendiz. Una vez que todos los pensamientos del mismo se vieron de nuevo restaurados, negó… Cillian debía esforzarse más o su vinculación con la Oclumancia no sería efectiva.

— Debes actuar de forma más rápida y segura, Haughton —suspiró—. Si realmente quieres vincularte con la Oclumancia deberás esforzarte más. Impide que tenga acceso a tu mente, Haughton, sácame de tus pensamientos —ordenó.

Sauda dejó a un lado a Cillian para concentrarse de nuevo en Mica, el camino que aquella bruja estaba siguiendo era bastante diferente al que el mago había elegido, pero no se podía decir que no existía ningún tipo de similitud ya que ambos estaban mezclando sus sentimientos con aquel aprendizaje.

- Es hora de seguir avanzando… -murmuró la Arcana una vez más dentro de la mente de Mica. Podía darse cuenta de que su aprendiz estaba avanzando, estaba cambiando-. Es hora de que vacíes por completo tu mente, hora de que impidas que algún extraño puedo entrar sin ningún tipo de dificultad a tu mente.

La Arcana se quedó un par de minutos prestando total atención a la bruja, quería saber que tan grande era su poder y si esta lograba sacarla sin más de su mente. Al fin y al cabo ella estaba en aquel lugar para obtener el poder de la Oclumancia y no para que alguien estuviera ahí hurgando entre sus más íntimos recuerdos.

[Cillian Haughton]

Negó.

Su primer intento había resultado del todo nulo, pero no por ello dejaría de esforzarse ya que buscaba llegar hasta el final en la vinculación con la Oclumancia. Cillian volvió a intentarlo, volvió a centrarse en intentar dejar su mente en blanco. Durante su segundo intento, el rubio fue mucho más conciso a la hora de esconder sus pensamientos, por su parte Sauda había salido de nuevo de su mente seguramente para centrarse en Mica quien había llegado junto a él a aquel lugar.

- No volverás a entrar a mi mente -murmuró Cillian esperando a que la Arcana lo escuchase-. Y si logras entrar no lograras encontrar nada ahí.

Cillian logró concentrarse tanto en dejar su mente en blanco que solo un segundo después estaba completamente vacío, no había ahí ningún pensamiento al que Sauda pudiera tener acceso. Al fin y al cabo, de eso se trataba la Oclumancia, ¿no? De impedir que otros entrasen dentro de tu mente y no de simplemente mostrar tus pensamientos más íntimos.

- Creo que de ahora en adelante tendremos que hablar frente a frente.

Estaba poniendo todo su esfuerzo en mantener su mente completamente vacía.