Oclumancia

[toji]

Tazz Malfoy 

La sensación de estar logrando aquello que se proponía lo embriagaba hasta el punto de querer seguir más y más… Los nuevos poderes que estaba a punto de adquirir, si se diera el caso y la Aracana lo considera con la habilidad necesaria para la oclumancia, supondrían un avance muy importante en su plan para ayudar a Toji con la vuelta para recuperar su hogar. Al menos eso era lo que se proponían ambos, tanto el nipón exiliado y él mismo, habían emprendido un viaje incierto para conseguir poderes especiales y que pocos magos y brujas se atreverían a buscar. Todo eso el plan que les había llevado años perfeccionar, ahora todas las piezas empezaban a encajar, aunque a veces un poco lento, pero bien clocadas. 

Su actual destino era nuevamente las dependencias de Mahoutokoro, en Asia. Tenía cita con la arcana de oclumancia, quien a partir de ese momento sería la encargada de enseñarle las artes de cerrar la mente para no ser asaltado por intrusos que quieran jugar con su cabeza. En los tiempos oscuros del levantamiento del señor oscuro, Lord Voldemort, tanto él como los más versados y leales seguidores eran muy conocidos por torturar a sus víctimas jugando con ellos y haciéndoles ver cosas horribles. Esos eran buenos tiempos… 

—Hola… soy el nuevo aprendiz de oclumancia, estoy buscando a la arcana— preguntó nada más llegar a las instalaciones en donde se impartía esa magia. Se ajustó la cazadora negra tejana que había escogido como parte de su outfit, mientras esperaba a que apareciera alguien que le pueda dar indicaciones con respecto hacia dónde y con quien debía de dirigirse para empezar sus estudios de magia arcana. Estaba ansioso por empezar cuanto antes… Aun recordaba meses atrás cuando pisó por primera vez este santuario para acceder a la magia arcana de hablar con las serpientes, de la mano de Lawan, uno de los que enseñaban sus conocimientos solo a los que demostraban ser aptos para compartirlo. Por supuesto en el caso del Malfoy sí que había podido acceder a dicha magia, ahora venía a por otra, la de la oclumancia. 

 

@ Aailyah Sauda

[Mica Gryffindor]

Las palabras de Aailyah eran sabias. Era verdad, uno tendía a limitar a su mente aún más que lo que la realidad imponía. Muchas veces había hecho eso, era consciente de que lo hacía, pero eran bloqueos que por momentos no lograba evitar. Tal vez, en parte, por eso su amnesia de los últimos años. ¿Habría en su mente contenido al que no estaba logrando acceder? ¿Qué era lo que estaba obligando a olvidar?

La propuesta de realizar la prueba fue gratificante. No esperaba que la considerasen digna aún, pero era bueno saber que lo era. Sabía que la pirámide tendría grandes dificultades, esperaba estar lista para ellas.

-Estoy lista, me aseguraré de estarlo -dijo a la arcana, asintiendo con entusiasmo.

Sabía que la etapa de instrucción era mínima comparada con lo que podría depararle una vez iniciada su prueba, podría traerle grandes cambios en su vida si se dejaba llevar por las circunstancias.

Escuchó la presentación del joven que acababa de llegar y lo miró de reojo. Lo conocía por el quidditch pero no sabía mucho de él realmente. Le regaló una fugaz sonrisa y volvió a poner su atención en la instructora. 

[Aailyah Sauda]

Finalmente Mica y Cillian habían aceptado estar listos para la prueba, la arcana estaba más que satisfecha con su trabajo y era momento de dejarlos ir. Les ordenó que se retiraran para que se preparan pues al día siguiente se encargarían de enfrentar a sus mayores temores en una niebla que podría ser mortal incluso para los magos mas experimentados. Abrió la puerta y colocó un poco de té mientras se sentaba a meditar, pronto llegaría alguien más y estaba lista para recibirlo.

Minutos después aquella tetera que se encontraba bajo el fuego lento en la casa de Sauda hizo un sonido estruendoso el cual sacó a la arcana de su meditación justo a tiempo para recibir a un nuevo alumno que llegaba a su recinto quien llegaba para vincularse con la habilidad que durante tantos años había dominado. Sonrió y al abrir la puerta se percató que se trataba de un chico bastante apuesto, en su piel no había ni una sola arruga y en sus ojos incluso observaba un poco de inocencia pero a la vez un deseo importante de superación. Pese a todo, se veía algo nervioso.

-Adelante – dijo para posteriormente darle la espalda y comenzar a servir el té de hiervas – así que serás mi nuevo aprendiz, toma asiento y bebe conmigo entonces mientras me cuentas algo de ti, quiero saber tu nombre, tus aspiraciones, tus mayores deseos y lo más importante ¿Por qué quieres ser un oclumante? – los ojos negros de la mujer estaban puestos en su cara, sabía identificar las mentiras incluso desde antes de que salieran de la boca de las personas, era una experta ocultando sus sentimientos y emociones y estaba lista para transmitir dichos conocimientos a las nuevas generaciones.

 

@ Tazz  @ Mica Gryffindor  @ Cillian Haughton

[Thoth]

Y encontrándose en la institución japonesa, lugar donde se dictaban las habilidades, este simplemente se inscribió en oculmancia, la cual comprendía muy bien, al menos las bases teóricas, y reconocía que su alcance es hasta la legeremancia puede llegar, algo más allá era imposible para un legeremante y por ende que un oculmante pudiera bloquear así. No obstante, no estaba allá para tomar el té, sino simplemente para aprender.

 

Por consiguiente, teniendo aquello en su mente claro, el mismo ignoraría algo imposible que la legeremancia no pudiera hacer ¿Acaso era posible hacer algo que se encontrará fuera de los límites de la legeremancia? ¿Acaso no existía un manual que rigiera lo que es posible y no para esas artes mentales? En consecuencia, el mismo no se encontraba predispuesto, pero no se dejaría engañar por bajos trucos mentales, aquellos que un farsante pudiera realizar y los ilusos creer, en cambio sí se encontraba preparado para lo que fuera.

 

Finalmente, termino llegando al sitio y espero para iniciar ese dichoso aprendizaje, con la esperanza que no fuera una pérdida de tiempo.

[Aailyah Sauda]

@ Thoth  @ Tazz

 

Sauda esperaba con calma la respuesta de su aprendiz, mientras bebía la infusión que le había preparado la mujer se levantó de su lugar y comenzó a ver con detalle las características de su vivienda. Nunca le habían interesado los lujos o mayores posesiones, por el contrario, era una persona simple y bastante hecha a la antigua. Le costaba mucho trabajo tener una conversación fluida con las personas por lo que siempre prefería evitarlas, era el mismo caso con sus alumnos quienes en muchas ocasiones le hacían preguntas que incomodaban a la mujer de tez morena.

Se consideraba una mujer reservada, no como Rosália Pereira, ella era todo lo contrario a la arcana, bastante chismosa, sin embargo ambas compartían un vínculo prácticamente irrompible, eran como dos personas tan diferentes y a la vez tan complementarias. A Aailyah siempre le había gustado la paz y tranquilidad y por eso vivía donde vivía y se comportaba de la manera que se comportaba.

Mientras Tazz terminaba de beber, la arcana se había dedicado a barrer su pequeña choza, le gustaba también la limpieza y el orden. Fue así que al abrir su puerta se percató que había alguien justo afuera de su casa. La sorpresa no se dejó esperar, no sabía que alguien más llegaría sin embargo supuso que sería un nuevo aprendiz por lo que se quitó de la puerta y le permitió entrar brindándole otro asiento y una taza más de té.

-Bienvenido, yo soy Aailyah Sauda, la arcana de oclumancia, pero eso seguramente ya lo debes de saber – dio un sorbo a su té mientras tomaba asiento – llegas justo a tiempo pues tu compañero acaba de llegar también así que me gustaría que te presentes, me cuentes algo importante de ti, tus mayores deseos y el interés que te trae a mi puerta el día de hoy – terminó su taza y esperó la respuesta del recién llegado.

[Thoth]

Observo a esa mujer que le había dirigido algunas palabras, luego bajo la mirada y suspiro profundamente.

 

-Mis mayores deseos. - Comenzó a responder. –No existen. - Y clavo la mirada en la que se decía arcana. –Por consiguiente, no anhelo nada existente en este mundo o en otro, los apegos y demás cosas superficiales que otros pueden codiciar no me desvelan, tampoco ambiciono aceptación, curiosidad, alimento, familia u honor. Por ende, no existen en mí algún deseo. -

 

En ello se le acerco a ella, mientras bajaba su mirada, deteniéndose a una distancia lo suficiente prudente para así prepararse para lo que fuera, este conocía que no existía magia que le hiciera mover de algún lado a otro, porque este poseía algo de saberes mágico para impedirlo (o bien, ciertas reglas foriles), por consiguiente, simplemente se limitó a relajar su mente.

 

-Ahora bien. – Continúa hablando, luego de unos segundos de pausa. –Y el motivo. - Le clava la mirada. –de estar en este lugar, supongo que es el de muchos de los que aquí han tocado, pasado y pasarán, es decir, adquirir la oculmancia. –

 

Este espero que la misma comprendiera, que el no es de hablar, y tampoco era alguien que le gustará hacerlo con desconocidos, y mucho menos era su intención darse a conocer, porque no muchos sabían quién era, que pudiera dar testimonio sobre sus acciones, y muchos más pudiera comprender su pasado (Es decir, este nuevo pj no se ha relacionado casi con ningún otro pj del foro.)

[Aailyah Sauda]

@ Thoth

Sauda miró a su nuevo aprendiz, era bastante peculiar encontrar a alguien como ella, callada y reservada. Tanto que incluso pensó que se estaba viendo en un espejo. La mayoría de sus anteriores aprendices también eran callados pero siempre al entrar en confianza terminaban hablando de más. ¿Qué clase de estudiante sería éste nuevo chico?, lo descubriría con el paso del tiempo. Pese a que el joven había dejado muy en claro que no tenia ninguna clase de deseos, había algo extraño en su mirar, sin embargo a la arcana de oclumancia nunca le había interesado hurgar en mentes ajenas por lo que lo demás pasó sin importancia.

-Supongo que tienes nombre – dijo después de dar un sorbo a su taza de té - ¿Cuál es? – luego carraspeó y comentó – la mayoría de las personas que vienen aquí tienen el mismo objetivo, aprender la oclumancia pero, déjame reformular mi pregunta ¿Para que quieres aprender ésta habilidad? – La arcana se levantó de su asiento para observar las aves que volaban fuera de su casa, en ningún momento había visto directamente a los ojos a su estudiante, esperó la respuesta y continuó.

-Verás, se podría decir que los oclumantes somos los magos más egoístas que puede haber, no es que no nos interesen los pensamientos o sentimientos de las demás personas, es que nos encargamos de proteger los nuestros con barreras casi impenetrables para que no sepan lo pensamos o sentimos – volvió a tomar asiento – sin embargo la clase de magia requerida es muy diferente, se necesita un entrenamiento mental muy estricto y aprender también de un buen lenguaje corporal, muchas personas se dedican a proteger su mente de barreras sin darse cuenta que el cuerpo también habla sin necesidad de lenguaje – fue entonces que volteó a ver a su alumno – así que te pregunto ¿estás listo para tu entrenamiento?

[Thoth]

-¿Cómo quiere llamarme? ¿Acaso ya no conoce esa respuesta? Y si es así, puede llamarme cómo más os guste, igual es solo un nombre, y ello no nos define ¿Acaso la rosa por dejarla de llamarla rosa dejará de ser rosa? -

 

Respondió muy calmado, reflejando siempre un estado neutral en sus expresiones, algo propio de los regentes, los cuales son enseñados para que en su cuerpo, rostro no muestre ni alegría, malestar u odio, es decir, estar lo más neutro posible. Sin embargo, este egipcio era hábil en la historia y sabía cómo conducirse lo más diplomático posible, por lo que luego de una leve pausa se responde así mismo la pregunta antes formulada. 

 

-Y sobre ese quererer, creó que es muy adsolutista.- Reafirma, mostrando en su mirada cierto tono de compasión. - Aferrarse, es algo que hace años no práctico, pero respeto a quien lo hace, es como una forma de vida. Y aún así, aquí estamos dentro una espiral que no conduce a nada, porque creo haber mencionado, que mis mayores deseos no existen, y como muchos estoy acá para adquirír el saber de la oculamcia, si desea si haré bien uso o no, solo lo sabrán los dioses y su voluntad marca nuestro destino, así que ese trazo aún no lo conozco. - Hizo énfasis en su afirmación. 

 

Y clavo su mirada tranquila a la arcana. 

 

-Si estoy listo, pero pensé que esta platica lo era. - 

 

Agregó con cierto tono pícaro. 

[Aailyah Sauda]

La arcana escuchó las respuestas de su pupilo las cuales únicamente se basaban en la redundancia y en la falta de coherencia. ¿Acaso el chico no tendría la educación de presentarse? ¿Qué más daba si la arcana sabía o no su nombre? El chico en ningún momento había tenido la educación de presentarse como era debido, únicamente le daba vueltas al asunto. Sin embargo Sauda era una mujer reservada y tampoco tenía muchas intenciones en discutir por aquellas cuestiones. Si el joven era reservado, ella no objetaría.

-Ésta plática solo era eso, una plática – comentó al tiempo que terminaba su té - de acuerdo, me gustaría que me contestaras lo siguiente, si no sabes algo no te preocupes – comenzó - ¿sabes cual es el principio de la oclumancia? ¿Qué se creó primero, la legeremancia o la habilidad que estas cursando conmigo? ¿Es posible ser un legeremante y un oclumante al mismo tiempo? – carraspeó – piensa tus respuestas y mientras lo haces te explicaré lo que deberás hacer.

Se levantó de su asiento y abrió una pequeña cortina que los dirigía a una sala de estar, no había sillones así que invitó al pequeño a sentarse en el suelo mientras encendía unos inciensos mágicos los cuales ayudarían a realizar un ejercicio más a detalle - si bien ambas disciplinas (la oclumancia y la legeremancia) son opuestas una de la otra, están unidas por lazo muy estrecho el cual es el pensamiento, una pretende ocultarlos mientras que la otra descubrirlos, así que la mejor manera de evitar que nuestros pensamientos sean leídos es tener la mente en blanco, no pensar en nada – estaban a punto de empezar el ejercicio y necesitaba que Thoth siguiera los pasos de la mejor manera o de lo contrario se perdería para siempre en su propia mente – primero quiero que pienses y me digas un momento en tu vida que haya sido doloroso, no importa si es reciente o pasó hace muchos años, algo que recuerdes que te haya lastimado ya sea tus sentimientos o tus emociones, todos los humanos tenemos un recuerdo, no por pertenecer a una familia de regentes quedas a salvo de tener amor u odio así que deberás pensar en ese recuerdo, aferrarte a el y detallarlo con lujo de detalle, si por alguna razón no consigues concentrarte y recordar algo triste, busca algo feliz, pero necesito ese recuerdo para que podamos comenzar.

La arcana esperó paciente, la mayoría de sus alumnos lograban recordar rompimientos amorosos o abandonos por parte de sus padres, la vida era un mar de emociones, seguramente éste chico lograría recordar algo a lo cual pudiera aferrarse.

 

 

@ Thoth

[Thoth]

-El principio de la oculmancia es el mismo de la legeremancia en un sentido opuesto.-Aseveró ante ese cuestuonamiento. -En ese sentido, si bien el oculmante puede crear barreras en su alma, mente y otros puntos de acceso, se rige desde los mismos principios, sabiendo,que le será imposibles que alguien intenté pentrar su mente, otra cosa es que lo logré. - 

 

El regente hizo larga pausa ,para así evocar tanto parloteo de la arcana. Está parecía darle algunas indicaciones, no obstante fue tantas palabras que hizo que su atención se perdiera. Además, que ese requisito de recuerdos vinculados al dolor, era algo que el mismo no había experimentado, ya que toda su vida fue lo que siempre deseo ,y en cada experiencia amarga para muchos para él era un momento de crecimiento ¿entonces existe momentos tristes o alegres?

 

-No tengo recuerdos de esa clase , suponga que seré diferente a muchos, o bien en mi mente nuca ha estado esa idea. Por consiguiente, eso me ayuda tener una visión así esperanzadora de la vida algo que sin duda puede cambiar al mundo.- 

 

Agregó finalmente, ya que el mismo en toda su mente no existía esos sentimiento de soledad rechazó amoroso o más bien esa ausencias de alguien  , inclusive si bien podía ser algo posesivo eso no significa ausencia sino otra cosa más siniestra.