Legilimancia

[Ada Camille Dumbledore]

El lugar era más que interesante no sabia si a donde nos había traído la Arcana había sido un viaje a través del tiempo o simplemente era un lugar que estaba en algún sitio en que la magia había protegido su hábitat.

La situación no me causaba gracias para nada, ahora resultaba que teníamos una bestia delante de nosotros y debíamos reaccionar en este momento manera más correcta y sabían para no salir heridos, mejorar con nuestra habilidad y de paso que los que estaban a nuestro alrededor no salieran heridos, blanquee los ojos de pensarlo con la varita lista en la mano. Al observar con calma vi que las bestia eran un hombre lobo de pelaje oscuro, que estaba totalmente fuera de control, pero ¿ en pleno día?. La duda se cernía en mi de manera que no entendía, pero no tenía tiempo de ponerme a meditar en la mitad de un ataque y más con personas en peligro.

 

La figura de una mujer que con un palo de amasar de su cocina empezó a golpear a la criatura me lleno de risa, era cierto que parecía de caricatura pero no lo era, lo estaba viendo enfrente de mi y mi rostro de sorpresa era evidente. Sin esperar más levante la varita y ataque.

 

-¡incarserus!

 

Solté y vi como las tres cuerdas se dirigían para atar al Lycantropo del cielo, el torso y los tobillos, haciéndolo caer al suelo de manera sonora, con rapidez me acerque para tomar la mano de la dama que lo estaba golpeando con el instrumento de cocina. Le quite el objeto y la calme. 

 

- No se preocupe, el caballero y yo domamos esta clase de criaturas vuelva a su casa y resguarde se, ya tenemos controlada la situación

 

Le explique esperando entendiera que debía hacer, la mire a los ojos fijamente y me concentre en ella buscando en sus recuerdos, momentos antes estaba con una masa que parecía para galletas, y estaba por empezar a darles forma para meterlas al horno de leña. Induje su pensamiento para que pensara en el. Horno que estaba encendido y sin nadie más en su casa, sentí su ansiedad y ganas de irse, salí de su mente y fue cuando la vi moverse a grandes zancadas hacia su casa, gritando algo con el Horno y la leña que por la prisa de sus pasos no pude entender. Ahora seguiríamos con la verdadera bestia. 

@ Eobard Thawne  @ Rosália Pereira

[Eobard Thawne]

Debía admitir que la situación en la que los había puesto la Arcana tenía tintes de gracia, por no sucumbir a la preocupación que le generaba el que un licántropo atacara un pequeño pueblo. Eso era mucho más emocionante que la vez que lo habían hecho coexistir con reptiles en el subterráneo de Boston, para ver si podía dominar su lado animago. Viendo que Ada intentaba distraer a la mujer que, extraña y decididamente había ido directo a aporrear a la criatura, conjuró un Oppugno alrededor del grupo, provocando que algunos de los volantes y demás decoraciones, que tanto esmero había puesto el pueblo en elaborar, circularan peligrosamente, separándolos del resto. 

⎯⎯Eso nos dará algo de tiempo, espero ⎯comentó el castaño, asintiendo con la cabeza hacia su compañera ⎯. La verdadera pregunta es, ¿quién y cómo logra alguien transformarse a plena luz del día?

Inconscientemente, sabía la respuesta a su pregunta, pues la magia de los Arcanos era poderosa, y seguro que la de su mentora no era la excepción. Estaban en un campo de probabilidades en ese momento, y estaba decidido a aprovechar para jugar el azar a su favor. Como la mujer había quedado en el paso entre el escudo de objetos y su hogar, aprovechó para aproximarse a ella. 

⎯⎯Legeremens. 

Susurró, dirigiendo su varita hacia la pobre alma, quien minutos antes parecía tener un gran desprecio por el ser sobrenatural. Ingresar a su mente, a diferencia del hombre lobo, fue mucho más sencillo, aún con el orgullo herido que tenía el Black Lestrange tras fallar en su incursión a la mente del licántropo. 

«Mis pequeños, ayúdenme con la harina. Quiero que estos manjares estén listos para la fiesta del pueblo en honor al Duque»

Poco a poco, la escena fue materializándose, conforme Eobard descendía como en cámara lenta hacia el recuerdo. Casi se podía sentir el bochornoso calor en aquella cocina, gracias al horno de piedra que ocupaba gran parte de la habitación. La mujer, notablemente más joven, pedía la ayuda de su descendencia, quienes la miraban desde el acceso con cierta preocupación. La pequeña habló con voz preocupada, pero a su vez quebradiza, como si la esperanza le estuviera siendo arrebatada. 

«No entiendo por qué le debemos tributo a ese...duque, mamá. Sólo lo vemos en esas ostentosas fiestas nocturnas para acrecentar su ego, sin mencionar que ni siquiera sus sirvientes son merecedores de su presencia en ese horrendo castillo en el que vive».

La mujer ahogó un grito de sorpresa ante las palabras de su hija. Una parte de sí, sabía que tenía razón. A sus espaldas, otro recuerdo se formaba de entre la nebulosa que simbolizaba lo enmarañada que era la mente; las primeras rocas de la edificación que ahora coronaba el pueblito, eran colocadas. Cosa curiosa, es que se realizaba de noche, como si tal acto tuviera que realizarse en secreto, para protegerse de ojos curiosos. 

«Aquí se erigirá un templo para la iluminación. Serás tú el guardián de dicha luz, y tendrás a tu cuidado al pueblo que juraste proteger. Pero si te atreves a abandonar esta fortaleza a la luz del día, mostrarás tu verdadero ser. Aún cuando la luna no sea favorable»

Una figura encapuchada le hablaba a otra que tenía la misma forma que el humanoide que había observado al intentar leer la mente del hombre lobo. ¿Eran acaso la misma persona? Eso podría explicar por qué atacaba de día. Tal vez el famoso Duque era una especie de dios para ellos, y le veneraban a la luz de la luna. Pero algo en la actualidad parecía diferente. El pueblo celebraba, sí, pero él parecía no estar satisfecho con eso.

¿Acaso se habría cansado de salir de noche, que decidió por fin encarar a su pueblo con su verdadero ser?

Finalizó la incursión, ralentizando temporalmente el encantamiento para que la mujer pudiera escapar de allí. Entonces se giró hacia Ada, volviendo a la forma física con la que ella le había conocido al iniciar la clase. Conforme se aproximaba, conjuraba toda serie de hechizos calmantes, sabiendo que no sería suficiente una vez que la criatura recobrara las fuerzas. 

⎯⎯Creo que la criatura vive en ese castillo a lo alto. Y que no debe salir de allí, pero pasa algo más aquí, estoy seguro. Tal vez sea prudente interrogar a otros, además de intentar leer a este...ente. ¿Qué opinas?

@ Rosália Pereira  @ Ada Camille Dumbledore

[Rosália Pereira]

con @ Thoth  .
Off: Alumno, antes de responderte, debo esperar una resolución de parte de moderación. Por eso tardé unos días más esperándola. Pero no quería atrasar a los otros dos compañeros.

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con @ Ada Camille Dumbledore  y @ Eobard Thawne

Rosália Pereira observaba cada detalle, cada segundo de todo lo que estaba ocurriendo. Estaba demasiado orgullosa de cómo se desenvolvían tanto Ada como Eobard. Eran un buen equipo. La primera en reaccionar fue Ada que inhabilitó al licántropo que estaba asediando a aquel pueblo. Eobard, demasiado ágil logró mantener separado al resto del pueblo y solo quedaron dentro la criatura, la Vieja y ellos dos. La Arcana estaba muy tentada a participar pero de momento era una aventura para ellos dos, donde debía concentrarse en cada cosa que hacían para poder corregirlos, si era necesario.

Eobard vio los dos recuerdos, por ende Rosália también. Había hecho uso de la habilidad de una manera impecable.

Rosália esperaba que ninguno de sus dos alumnos bajaran la varita, porque si creían que aquello sería fácil, estaban equivocados. Los ojos de la criatura se volvieron a abrir y el gruñido que emitió fue bastante sonoro. Su fuerza hizo que las sogas frágiles (para él) se rompieran fácilmente. No solo se puso de pie nuevamente, sino que aquella barrera que logró imponer Eobard de objetos cayeran al suelo por una figura externa al círcu-l0. Una persona con varita, la cuál parecía dispuesta atacarlos a Ada y Eobard.
 

[Ada Camille Dumbledore]

El lugar a donde habíamos ido nos había dado varias sorpresas fuera de lo común, ahora en la situación mantenía a un licántropo entre nosotros que había sido apaciguado por un hechizo y habíamos podido finalmente sacar a la señora del lugar que estaba haciendo una acción imprudente al haber tratado de agredir a la bestia con una cacerola. Aún no entendía como alguien podía meterse en medio de una situación de peligro como si nada pasara pensando que de esa manera se resolvía al conflicto. Suspiré y me dedique a pensar en la solución para que el Lican volviera a su forma humana y dejara de estar agrediendo por ahí a la gente en medio de un lindo festival. Pero no pasó mucho tiempo para el Licántropo se liberará del incarserus y fuera a atacarnos, aunque no estaba seguro si había sido el u otro hombre, un mago al parecer porque portaba una varita, había llegado junto al hombre lobo era quien lo había liberado.

Menee la cabeza estábamos en más problemas de los que inicialmente había pensado y con calma enarbole mi varita pensado en la arena del hechicero y dirigiendo el hechizo al hombre que parecía defender al hombre lobo mi hechizo lo dejaría sin visión y estaba alli en frente de nosotros, sin esperar mucho más y viéndolo indefenso por el hechizo que había lanzado y segura que estaba cegado, me dispuse a entrar en su mente.

-Legeremens

Use el hechizo para entrar a su mente por medio de la Legilimancia y así lograr saber cuáles eran sus intenciones con el licántropo. Logre ver el Castillo de aquella villa, dos jóvenes, hermanos que jugaban con varitas felices. Eran muy parecidos y guapos también, vestían ropas finas, por lo que asumí que ambos eran hijos del terrateniente de la región. Luego un día de lluvia, una tormenta fuerte, un hombre lobo de pelaje negro atacaba a un hombre mayor, otro joven trataba de salvarlo y había recibido una gran herida de garra en el pecho que lo había hecho retroceder. El anciano hacia en el suelo sin vida, mientras que el seguido joven, quien era quien observaba la escena mataba al hombre lobo de pelaje negro.

Entendí entonces todo de repente y salí de su mente abrupta mente, el mago que estaba frente a nosotros era el hermano del hombre lobo que estaba ahora enfrente de nosotros y estaba defendiendo a su hermano, pero lo que no entendí era como estaba transformado en hombre lobo en plena día.

- Petrificus Totalus

El rayo salió de la varita al pecho del mago y le. Dio de lleno en el pecho haciéndolo caer al suelo congelado. Mire en dirección a mi compañero @ Eobard Thawne que estaba encargándose del hombre lobo.

@ Rosália Pereira

 

 

 

 

 

[Rosália Pereira]

con @ Eobard Thawne  y @ Ada Camille Dumbledore  
La situación parecía que se iba encaminando de a poco, pero en aquel recorrido había demasiadas cosas que averiguar, surgían como pequeños caminos que se perdían en bosques oscuros y profundos. Primero estaba la situación que el Duque era el hombre lobo, quien al salir de su castillo de día, no podía evitar transformarse en ésa criatura. Y a la vez, una segunda figura había aparecido, sin que se sepa si era para ayudar o empeorar la situación.

Ambos alumnos habían usado su habilidad para lograr leer los recuerdos de su entorno. Pero Rosália Pereira quería estrujarlos un poco más y enseñarles que podían liberarse con aquella nueva magia de leer mentes. Que podían hacer más, ya que para la Arcana les daba a entender que ambos veían las mentes como libros, algo líneas. Y meterse en la cabeza de alguien era como entrar a un océano enorme y encontrar una moneda de oro en la profundidad.

— Bella Ada, busca en el pueblo, alguien más debe saber qué ocurre. Concéntrate, podrás ir de mente en mente con tan solo una persona. Recuerda que todas las personas se relacionan de alguna manera —Rosália Pereira les daba un pequeño empujón y esperaba que ambos captaran aquel mensaje mental—. Eobard, amigo, tal vez puedas ver si encuentras algo dentro del Castillo, las paredes a veces hablan —además, no les faltaba demasiado. Solo tenían que saber que no era necesario usar la varita, que el poder se encontraba dentro de ellos mismos. Y que tenían que aprender a separar entre lo que era el recuerdo de los demás y los suyos. La mente era algo muy complicado.

[Eobard Thawne]

Para su sorpresa, el escudo temporal que había creado para separar al licántropo y ellos del resto, fue quebrado como si se tratara de un espejo de mala calidad. Aunque tampoco esperaba que aguantara tanto, pues la magia del Black Lestrange era limitada, aún con el sinnúmero de hechizos que conocía y podía utilizar. Ada había optado por lidiar con la misteriosa figura que los atacaba, lo cual lo dejaba a él para lidiar con el hombre lobo, de quien sabía que era un duque, gracias a su reciente incursión en la mente de la viejecilla. 

⎯⎯Bueno, supongo que entonces nos toca bailar el tango a nosotros dos, señor duque ⎯sonrió por lo bajo, realizó una rápida floritura de varita en dirección al césped por el que se desplazaban las patas de la criatura ⎯. Defodio. 

El rayo salió disparado de la punta de la varita de nogal negro, creando un agujero lo suficientemente amplio al impactar, como para que el licántropo descendiera por éste. Black Lestrange se aproximó a la orilla con la más alta cautela, solamente estirando el cuello apenas unos centímetros para poder observar al descomunal ser intentando trepar por la delimitación del hoyo. 

No obstante, en ese momento, detener a un hombre lobo no sería la prioridad, pues Rosália les había dado nuevas tareas a través del enlace que compartía con ambos estudiantes. Para el caso del desafortunado joven, lo enviaba al castillo a buscar respuestas; últimamente no era bueno con los acertijos, pero haría su mejor esfuerzo por cumplir con la tarea que se le asignaba. 

⎯⎯Las paredes hablan, sí, veremos si estas están dispuestas a contar la historia, Arcana ⎯ recitó, echando una mirada hacia el breve combate entre @ Ada Camille Dumbledore y el otro sujeto antes de retirarse hacia la colina donde se erigía la morada del Duque. 

Alcanzó a divisar las banderas verdes que ondeaban sobre las almenas al poco rato de ascender; dada la crisis en el centro, el pueblo parecía haberse replegado a sus hogares, de modo que no encontraría muchos transeúntes en el sendero. Conforme se acercaba, podía notar el descuido en la edificación, evidenciado por el crecimiento desmesurado de la hiedra, confiriendo a la roca un aspecto verdoso, como si la naturaleza y lo artificial se hubiesen fusionado y dado lugar a tan peculiar recinto. 

Pasó por la entrada sin problemas, ya que no había guardias para detenerlo, pero su trayecto se encontró pausado cuando se coló a un corredor iluminado por antorchas, y por el cual venían dos personas que parecían una especie de curanderos, con túnicas que se arrastraban y llevaban un tomo cada uno bajo el brazo derecho, como si ambos fueran una copia tétrica del otro. Se escondió tras un pilar, aferrándose al musgo que crecía sobre la edificación, y recitó el Legeremens de forma no verbal. 

»»El eclipse se acerca, y debemos rendir tributo al planeta de la Guerra. Un humano acabado de nacer deberá ser puesto bajo el brillo del astro rey, y cubierto con La Luz 

Al inicio, se sintió como en una especie de burbuja, flotando en la nada, mientras los recuerdos se materializaban. Ambas figuras repetían el paso, como si también hubiesen ingresado a la memoria. Sin embargo, no era el castillo sobre el que caminaban, sino una serie de tiendas de acampar muy rudimentarias, probablemente de la Edad Media. Una de ellas llevaba una especie de orbe esmeraldino entre los dedos, posiblemente la luz a la que se referían. Atravesaron al Black Lestrange como si fuera humo, y siguieron su paso. 

«Eso no me dice mucho», pensó, ahondando en el hechizo para saber si lograba extraer algo más de aquellas figuras con aspecto de sectarios. 

Como si fuese una especie de lapsus, las tiendas de campaña comenzaron a moverse, similar a la reacción que habrían tenido de haberse encontrado con una fuerte corriente de viento. El Sol y la Luna ascendieron y cayeron, y las figuras iban y venían, mientras el entorno a su alrededor sufría cambios; las carpas de piel y los soportes de madera comenzaban a añadir roca, y eventualmente se erigían los muros de musgo con los que tanto se había familiarizado. Las piezas del rompecabezas comenzaban a embonar, aunque aún podría ser temprano para sacar conclusiones.

Lo que sí podía casi asegurar, era que el Duque no era el primer licántropo del pueblo, sino uno de muchos recién nacidos en una larga sucesión de rituales en torno a un eclipse y un pedazo de esmeralda mal pulido. 

@ Rosália Pereira

[Rosália Pereira]

con @ Eobard Thawne  y @ Ada Camille Dumbledore

Rosália Pereira prestó atención a uno de sus dos alumnos, Eobard. Era el primero que había decidido actuar y hacer algo al respecto, tras las instrucciones de dirigirse hacia el castillo. El objetivo de la Arcana era demostrarles a ambos, que la legeremancia no era tan simple, pero que si aprendían a controlarla, harían muchas cosas. Tenía que saber dónde y cómo usarla. De momento ambos la habían usado en una especie de alerta con la señora. Ahora tenían que cavar más profundo.

La Arcana sabía que tanto Eobard como Ada eran muy capaces, tenía que exprimirlos como naranjas porque no podían llegar a la prueba, si no era así. Eobard había logrado visualizar el problema, los licántropos y que veían desde hacía tiempo atrás. Pero ahora tenía que extenderse, ver cuál era la cuestión de porqué estábamos allí. Tal vez debía meterse un poco más, averiguar la procedencia del orbe o ver por qué los licántropos se establecieron allí. O incluso saber si realmente estaba dentro del castillo. Rosália lo ayudaría y daría algunos empujones para lograrlo.

— Mira. Atrévete a mirar más allá. Recuerda que las mentes no son libros simples. Son más laberintos que ocultan más de lo que muestras. La legeremancia es la llave, es la pala para escavar en la tierra. Hazlo, tu puedes

[Eobard Thawne]

⎯⎯Lamento no tener un Ojo tan agudo para esta tarea, Arcana Rosália ⎯ interrumpió su incursión en la mente de los encapuchados, para poder concentrarse en las palabras de su mentora. Rompía la conexión mental entre su objetivo y él, no por debilidad, sino por una necesidad de recordar lo que había aprendido y hacerlo de la mejor manera ⎯. He subestimado mi capacidad para usar la Legilimancia, y creo que ése ha sido mi más grande error. 

Exhaló hondo, aún oculto tras el pilar cubierto de musgo, y se concentró en las enseñanzas anteriores por parte de la arcana de la habilidad. Se había dejado sucumbir por el el estrés de tener que resolver el misterio, que había permitido que su incursión a las mentes de ambas personas se limitaran a darle migajas de una historia en la que aún faltaban piezas por embonar. Las figuras pasaron a su lado sin inmutarse, como si la sola presencia del Black Lestrange fuera irrelevante, o quizá lo habían confundido con algún vasallo del castillo. 

Estableciendo contacto visual, repitió en su mente el hechizo para dar rienda a la Legeremancia. 

A diferencia de la primera ocasión que leyó sus mentes, en esta oportunidad se concentró en ver más allá de lo que los recuerdos directos mostraban. Antes había observado todo desde una perspectiva en tercera persona, como un ser más de los recuerdos que conformaban la historia almacenada en sus mentes; ahora, se sentía como un ente externo, pero con la capacidad de poder visitar más allá de los simples acontecimientos que se suscitaban ante sus ojos. Volvía a estar en el momento en el que ambas figuras discutían sobre el orbe, sostenido por una de éstas. Pero, ¿quiénes eran realmente tales personajes, y qué papel jugaba el orbe en todo eso? 

Se alejó la conversación que sostenían, para adentrarse en las tiendas de acampar en las que, años después, se erigiría el castillo en el que el Black Lestrange se estaba infiltrando. En una de las carpas, que a juzgar por la extensión y el tamaño era de personas de alto rango dentro de esa comunidad, se encontró con la respuesta a sus interrogantes. Fue recibido por pieles ante sus pies, como si fuera el hogar de un rey de esos que habían gobernado en antaño en Europa. El fuego crepitaba más allá de la entrada, en una pequeña esquina improvisada, pero por lo demás parecía vacío. Habría sido una tienda de campaña como cualquier otra, de no ser por los adornos con motivos de licantropía que adornaban la cama en la que seguro dormía alguien importante, así como las figuras talladas en bronce que de igual forma representaban a una serie de hombres lobo, y que reposaban sobre una mesa de caoba que seguro la hacía de mapa de planeación, como en las cruzadas.

⎯⎯Acogedor, se parece un poco a mi tienda de campaña de lujo ⎯ bromeó Eobard, aproximándose a la mesita, pues de alguna forma evocaba un aura que le parecía relevante. 

No sólo encontró las figuritas de metal con forma lobuna, sino también un pequeño cuaderno, cuyas hojas amarillentas denotaban que tenía una antigüedad considerable. En él, los peculiares trazos de una apresurada caligrafía, que no habría entendido de no tener cierta soltura con los Idiomas, explicaban que una manada de los hombres lobo se había establecido en ese sitio, víctima de las constantes persecuciones de los seres humanos a su raza; ellos y los humanos que les habían ayudado, eran una sola comunidad ahora, lejos de los prejuicios de una sociedad que, lamentablemente, pensaba Eobard, en el correr de los siglos no había cambiado el concepto de los que eran diferentes. 

Intentó pasar la página, pensando que se desvanecería como humo, pero le sorprendió tener la capacidad de manipular ese recuerdo. ¿A eso era lo que se refería Rosália respecto a que mirara más allá? El poder penetrar en las mentes con semejante concentración, que sería capaz de extraer detalles adicionales a los del recuerdo que le interesaba, pudiendo concluir el vínculo mental con más información de la que habría obtenido a través de métodos como el Veritaserum o encantamientos variados. 

⎯⎯Parecen ser una raza de licántropos que se establecieron en el pueblo, buscando refugio de la sociedad que los repudió, en resumen. Pero, ¿cómo encaja el orbe en todo esto? 

Al pasar página, se encontró con ilustraciones de lo que entendía como el orbe y su funcionamiento. Una figura redondeada en el centro, con una serie de personas a su alrededor rindiéndole culto. Encima de estos, se podía vislumbrar el trazo de la transición entre el Sol y la Luna, es decir, un eclipse. Parecía ser un pedazo de esmeralda con poderes relacionados con la Luna, pero las páginas más adelante mostraban que se le habían imbuido una serie de encantamientos durante los eclipses presenciados en siglos pasados, por lo que tenía la habilidad de modificar la transformación de los licántropos, permitiendo que también lo fueran durante el día. 

El punto de inflexión, según creyó el castaño, llegó cuando echaba un vistazo a las últimas páginas. Habían tomado a una serie de humanos de diversos sitios y los habían expuesto a la luz del orbe, causando, de cierta forma, una transformación forzada a licántropo, aunado al hecho de que podían rondar cuando los rayos del sol coronaban la superficie de ese mundo. 

 

@ Rosália Pereira

[Ada Camille Dumbledore]

El ambiente estaba algo pesado, todos los que estaban alrededor estaban alterados ante la presencia del hombre lobo, nuestras varitas estaban al servicio de conocer la verdad y realizar una labor que nos permitiera ayudar con todo lo que sucedía, pero la verdad estaba sepultada en el fondo de la bóveda más difícil de abrir : la mente humana. Bajo una llave más infalible como eran los recuerdos y la voluntad de las personas ,estaba guardada la verdad de todo este lugar.

 

Deje todo y me aleje un poco del centro en donde mi compañero @ Eobard Thawne estaba y la Arcana @ Rosália Pereira  nos observaba con cuidado. Cerré mis ojos al mundo y trate de repeler los sonidos de mi alrededor. Mi deber era centrarme en los pensamientos de todos los que estaban allí y lograr encontrar en ellos y cada uno las pistas que armaran el rompecabezas que era aquel lugar y el porque aquel licantropo podía transformarse aún siendo de día. Lo cual era todo un misterio para nosotros. Me concentre en abrir mi mente para poder lograr entrar en todas al mismo tiempo como si escuchara las voces de todos, trataría de lograr escuchar sus recuerdos yendo lo más allá posible. 

 

Sentí como  ampliaba mi mente , era como si se expandiera como una gran onda, sentí como si mi menta fuera una gran masa que se iba expendiendo por todo y cuando tocaba a alguno de los habitantes me daba acceso a su mente, seguí concentrándose, no lograba encontrar en los recuerdos de nadie lo que necesitaba saber y muy lejos al final de la hilera de casas encontré la mente de una mujer anciana. Allí la joya brillaba frente a ella joven, sus ojos observaba como un pequeño era expuesto a un rito extraño que frente a una joya, una piedra verde. Ella sufría al ver esto y trataba de quedarse junto a su hijo pero no se lo permitían. La siguiente imagen se alejo de ese hecho y luego en el recuerdo estaba ella viendo a un niño desde lejos, ella lo observaba atentamente mientras jugaba con otro niño. Su ropa de campesina dejaba ver la diferencia ante el niño que llevaba ropas lujosas. Un guardia vino directamente sobre ella y la alejo de donde ellos jugaban. 

 

Luego otra imagen el joven la veía en el bosque, la abrazaba y le decía, a la ya anciana, que siempre la iba a cuidar, que teniendo el poder del licántropo tendría el poder de cuidarlos a todos. Ella le repetía que no, que los licántropos eran monstruos sin corazón y que ella temía por el y por su vida, por la vida de su hijo.  Sentía el dolor de la mujer y como tenia un gran temor por su hijo. Deje la conexión por medio de la legilimancia y me contuve alejándome de su dolor y pérdida, ella era alguien de los afectos del licántropo y seguro nos ayudaría. Abrí los ojos y corrí en su búsqueda, seguramente por su afecto con su hijo ella lograría calmarlo y ayudarnos a que se tranquilizaba, además que pensaba que esa joya debía ser destruida, tener hombre lobos con poder sobrenatural en un lugar ya era peligroso tener un solo hombre lobo, de seguro debía haber más entre ellos y no debía ser nada fácil.

[Rosália Pereira]

con @ Ada Camille Dumbledore  y @ Eobard Thawne .

Rosália Pereira sonrió ante aquella situación. No había dudado de los dos en ningún momento, pero había tenido que ser más exigente con Eobard y Ada porque necesitaba que sus mentes fueran lo que ella quería que fueran: fuertes, versátiles y detallistas. Eobard por un lado había encontrado el origen de porqué los licántropos estaban establecidos allí y el misterio del orbe. Y Ada había encontrado que no eran realmente malos, sino que actuaban como protectores.
Al haber aparecido dos magos en el pueblo, el primer licántropo se había hecho presente.

Rosália susurró los nombres de sus alumnos como una brisa matutina, como las hijas que se movían cuando caían en el otoño. Chasqueó sus dedos y movió su vara de cristal. Era hora de regresar. Todo el entorno de aquel pueblo, el castillo, los licántropos y sus habitantes se esfumaron, como si una fuerte ráfaga hubiera disipado las nubes.

— Llegó el momento. Están listos. Los espero en el borde del lago, a las 05 am, justo antes que salga el sol. —Rosália Pereira volvió a chasquear sus dedos y los tres desaparecieron, en una enorme explosión de diminutos tréboles, que se perdieron entre el resto de los árboles que rodeaban su propia cabaña.
 

Off.- Lamento la demora. En breve abro la prueba.