Libro del Caos

[Emmet Haughton Gaunt]

¿Qué había estado pensado al inscribirse en el Libro del Caos? Tenía demasiadas cosas que hacer en sus negocios, en el Concilio y las clases en la Universidad como para inscribirse a una clase y, mucho más. tratándose de un nuevo libro de hechizo. Prácticamente iba a tener que hacer malabares con su tiempo para poder cumplir con todas sus obligaciones a en tiempo y forma.

 

Su forma para la inscripción había sido aceptada hace tres días atrás. Un sobre, con el sello de la Universidad, llegó a su oficina privada en el Ministerio y rezaba que su solicitud para el Libro del Caos había sido aceptada y que podía empezar. No sabía a lo que se iba a enfrentar y, mucho menos, como iba a ser el Uzza que lo recibiría; estaba cansado de las jugarretas que los Guerreros hacían cada vez que llegaban alumnos a tomar sus clases.

 

Recorrió el ultimo tramo de escaleras que le quedaba y salió a los terrenos de la Universidad. Ese camino siempre lo hacía cuando tenía que dirigirse a los invernaderos para enseñar Herbología pero, esta vez, debía ir hacia el otro lado. Anne, su hermana y Warlock del Ministerio, le había comentado que Bakari - el Uzza que se encargaba del Libro del Caos - tenía su "morada" en la zona norte de los terrenos de la Universidad. Una simple tienda anclada al terreno y que, por fuera, parecía muy sencilla aunque no podía confiarse de nada cuando se trataba de estar frente a un Uzza.

 

Caminó un poco más y pudo identificar el lugar. A unos metros se encontraba la tienda del Guerrero y, unos pasos más allá de la misma, un hermoso espejo de agua que daba lugar a una vista hermosa que, una vez más, regalaba la naturaleza. Se acercó de manera precavida notando la simplicidad que tenía la construcción, la rodeó y notó la ausencia del Guerrero ... o al menos eso pensó. Emmet dio un pequeño salto al escuchar la voz del Uzza que provenía de sus espaldas.

 

<< ¡Maldito! >>

 

Maldijo internamente mientras se volteaba despacio hacia el origen de la voz.

 

Antes de cualquier presentación, el Guerrero ya había dado dos preguntas para responder.

 

- La soledad, sin duda mi mayor temor.

 

Respondió haciendo una pequeña pausa ya que se vio invadido, por unos segundos, por aquella sensación que le recordó lo solo que sentía en el mundo con la pérdida de su abuela. La anciana había sido una segunda madre para Emmet y, lo más importante, es que siempre lo había defendido y apoyado en las decisiones que tomó en su vida. Su pérdida dejó vacío al vampiro por largos años.

 

- Anhelo poder conocer hasta dónde puede llegar mi poder y hasta dónde soy capaz de usarlo - volvió a poner su mente en blanco para que el Uzza no notara que algo le había pasado hace segundos atrás - Ya poseo dos habilidades aprendidas de los Arcanos: Nigromancia y Animagia ... cuatro libros estudiados. - explicó - Y quiero expandir todo lo que he aprendido.

[Bakari]

- Me parece que esto de control se ha salido.

 

Vamos por partes. Lo primero que tenemos que saber de Bakari es que habla como piensa, sin filtros. A veces no dice las cosas de la manera más coherente, pero, vamos, que es un viejo que ha pasado por varias situaciones un poco… complicadas. Y es que, ¿no podemos perdonarle que a veces hable rarito? Además, ¡invocó a Anubis una vez! Un poco de respeto, al fin y al cabo.

 

Extendió la mano y cerró los ojos. Su brillante y carmesí vara de cristal se extendió frente suyo. Dio un par de golpes en la tierra y un portal se creó frente a Melrose para sacarla de allí. Tanto caos o tanto azar, como venían diciendo sus alumnos, hizo que él mismo se propusiera que el portal la llevara a alguna parte del mundo cualquiera. Tampoco era que le importara mucho. Era viejo y amargado: gente que perdía el interés hacía que se le pierda el interés a él.

 

Y con el mismo desinterés vio a Keaton. Puso los ojos en blanco, chasqueó la lengua y negó con la cabeza. Lo ignoró. Bueno, me retracto antes de un poco de respeto, a veces Bakari podía ser bastante molesto.

 

Volvió a golpear la vara con el suelo. Tanto la hechicera como Peeves desaparecieron en un instante. Arqueó la ceja mirando a Bel con la camiseta toda mojada.

 

- Si te toca Peeves, procura tener más gracia para recibir sus chistes.

 

Les indicó que se acercaran con la mano libre.

 

- Escuchen alumnos, me he enterado de un conflicto en Asia continental y me interes…

 

Arrugó la nariz. Vampiro, pensó. Escuchó lo que tenía para decir y… se encogió de hombros. Fugazmente entró a su mente con la ayuda de Legilimancia.

 

- ¿205 años y sólo eso aprendiset? Mira tú que yo a mis 60 gané guerras… Como sea, hay otra y necesito algo... importante. Si me acompañan les enseño un poco más.

 

Abrió, esta vez, otro portal.

 

Nepal, los templos en Khumbu. Era de madrugada. El sol recién estaba saliendo. Usó la misma actitud que había hecho con Melrose, esta vez para ellos. Se alegró porque era medianamente donde tenían que aparecer. Después de todo, lo valioso para Bakari se encontraba un poco más adentro en el Tibet.

 

- Bien… Haremos las cosas interesantes. Antes de empezar les daré una oportunidad. Usen la rueda de la fortuna, si logran la suerte máxima, pueden regresar a sus casas felices y contentos, los esperaría otro día para la prueba. Si no, continuamos.

[Ellie Moody]

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Rueda de la Fortuna Editado 14 de Febrero del 2019 por Eileen Moody

[Keaton Ravenclaw]

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Rueda de la Fortuna

[Keaton Ravenclaw]

Keaton estaba algo aburrido con todo aquello, el Uzza parecía no tener demasiado interés en sus alumnos, motivo por el cual, el ojiverde se molestó un poco con el guerrero cuando pasó olímpicamente de él. Suspiró, aquello era demasiado banal como para molestarse,de cualquier manera estaba allí para aprender y no iba a permitirse el hecho de dejarse dominar por sus emociones. Se relajó, inhaló, exhaló y se concentró en la palabras del Uzza.

 

Empezó a decir algo acerca de un conflicto en Asia continental, pero de pronto se interrumpió a sí mismo por la llegada de alguien más. Keaton notó el aroma, era Emmet, su director. Sonrió, de menos, tendría alguien conocido en la clase y ésta no le sería tan aburrida. Sin embargo, como ya había visto, Bakari era como Badru, grosero, detestaba enseñarles sus conocimientos a los europeos, y es que era obvio, prácticamente los habían dominado. El problema fue cuando Emmet dijo lo de sus habilidades. Arcanos y Uzzas tenían una lucha constante.

 

—Pobre —Dijo el vampiro en una voz casi inaudible y escuchó de nuevo las palabras de Bakari —Ok, me parece bien, aunque la suerte rara vez está de mi lado... —Añadió mientras invocaba la Rueda de la Fortuna, pero falló, la suerte no había estado de su lado —Pues no, supongo que yo si iré con usted... —Le dijo al Guerrero y se colocó cerca del portal. No lo cruzaría hasta que él se lo dijera.

 

OFF: Captura del dado

[Ellie Moody]

Y todo se detiene... o así es como lo percibe ella. La sonrisa desaparece de su rostro y, poco a poco, baja la varita mágica. Lo cierto es que lo que dice el guerrero le parece un poco gracioso, aunque es lo suficientemente sensata como para no mostrarlo y para ocultar el pensamiento en lo más profundo de su mente, pues ha oído que los guerreros y arcanos manejan una gran variedad de poderes mágicos. A Ellie, quien no disfruta particularmente de la magia del Libro del Caos, le parece lógico que las cosas se salgan de control, debido a la naturaleza de la magia del libro. Aunque, ¿es posible que eso ocurra, teniendo en cuenta que nunca han tenido completamente el control?

 

Observa a su pesar, cómo Bakari crea un portal para Melrose, indicando que no ha conseguido avanzar en la clase. No puede evitar sentirse culpable, está segura de que si la hubiera ayudado en lugar de reírse de Bel, habrían podido avanzar juntas. Sin embargo, debe seguir; por fortuna, Bel sigue ahí. Y por fortuna, además, el guerrero hace desparecer a Peeves y a la Hechicera, liberándolas a ambas.

 

El grupo se acerca al arcano, para escuchar lo que tiene que decir. Ellie advierte que más personas se han unido a la clase, mientras ella y Bel practicaban los hechizos. Reconoce a Emmet, pues hace varios meses fue su profesora de Pociones y él le contó que también era profesor en la Universidad, de la asignatura de Herbología. Para todos es evidente la forma en que lo trata el guerrero, algo que en su experiencia es "normal"; ella cree que lo mejor es no tomarlo personal y seguir esforzándose, por más difícil que eso pueda ser.

 

El guerrero entonces abre un portal justo frente a ellos. Ellie no tiene la menor idea de de dónde es aquella escena pues ha viajado muy poco al extranjero, pero por lo que decía Bakari, supone que están en algún lugar de Asia. El sol sale tras las montañas y parece que el cambio de clima es drástico. Cree que ahora sabrán qué problema hay, pero el guerrero les hace una especie de oferta, quizás para no tener que lidiar con tantos aprendices. Usar la rueda de la fortuna para pasar a al prueba... suena interesante, prometedor, pero ella sabe que no lo logrará. Es muy poco probable que alguien lo logre y precisamente ella tiene una racha de mala suerte.

 

Aún así, levanta la varita y cierra los ojos, concentrando sus energías para invocar la rueda de la fortuna. Normalmente, el hechizo es usado para anular movimientos del oponente, así que no está segura de cómo funcionaría ahora. ¿Anularía el portal creado por Bakari? Está dispuesta a averiguarlo. Sin embargo, cuando agita su varita, nada sucede.

 

—Sí... yo también iré, al parecer —musita, luego de el mago que se había presentado como Keaton Ravenclaw también lo intentara y fallara. Vuelve el rostro entonces hacia Bel, preguntándose si llegaría a tener un golpe de suerte.

[Emmet Haughton Gaunt]

2d50

Rueda de la Fortuna

[Emmet Haughton Gaunt]

Se notaba que la fortuna nunca estaba de su lado. Buena forma de comenzar a dominar las fuerzas del Caos.

 

<< Que tipo más desagradable >>

 

Se dijo el vampiro para sus adentros.

 

Muchas personas le habían advertido que el Uzza no era uno de los más carismáticos ni se destacaba por estar felicitando a sus alumnos por haberlo logrado. Al contrario, el tipo se empeñaba en hacer que lo odiaran aún más. Emmet sabía donde se había metido y esto era solo el comienzo por lo que tenía que procurar no tomarse las cosas a modo personal sino, más que nada, asimilarlo como parte del proceso de aprendizaje de un nuevo conocimiento.

 

Junto al Uzza habían dos alumnos más. A ambos los reconoció. Uno era su mano derecha dentro del Concilio, Keaton, y la muchacha había sido profesora del vampiro en el conocimiento de Pociones en el Ateneo de la Universidad; como olvidar aquella clase en la que casi se chamusca todos los pelos de la cabeza con el maldito mechero que no encendía.

 

El Guerrero comentó acerca de problemas o conflictos en el Asia continental y los desafió a usar la rueda de la fortuna que les proveía el libro. La fortuna y la suerte no eran dos cosas que iban con Emmet. Jamás había tenido suerte en su vida. Por lo que ahora le tocaba acompañar al Uzza y a sus compañeros hacia la nueva "aventura".

 

- He aprendido muchas cosas más en mi país de origen pero creo que no vale la pena tener que estar diciendo las cosas que sé a forma de índice de enciclopedia - contestó mientras se acercaba al portal - Estoy muy seguro de lo que he aprendido y de lo que ahora quiero aprender, tanto de usted como del resto de los guerreros que vendrán - le dedicó una sonrisita y esperó.

 

*-*-*-*-*-*-*

 

Captura del dado: link

[Bakari]

- ¡AH! Todo perfecto es. Sí, claro. Me acompañarán los tres entonces. Nada que tardar, vamos, que el grimorio budista está cerca.

 

Pasando los templos y en la periferia del Tibet, se hallaba el templo con un grimorio especial para el Uzza. La realidad era que él mismo lo había creado, pero grupos enemigos de su misma tribu lo habían robado en una de las tantas guerras libradas donde él había formado parte. Le cambiaron el nombre, claro, haciéndolo suyo. Y, Bakari, quería hacerse con él nuevamente. Sin embargo, tampoco le quería dar toda esa información a los alumnos, sólo le bastaba que lo ayudaran con un par de hechizos y listo.

 

Esperó a que los tres desafortunados alumnos cruzaran el portal. Llegaron así a una planicie en medio de los templos. Eran los únicos ya que Bakari se había encargado de que así sea. Prefería que los aprendices del caos pudieran trabajar sin ninguna limitación y que cometieran los errores que debían cometer para aprender.

 

En frente de ellos había una estancia cuadrada con las puertas cerradas. El viejo se agachó un segundo y tomó una piedra. La lanzó hacia el edificio y vio como esta se pulverizó al chocar con lo que parecía ser un campo de energía.

 

- Esperaba esto, sí. Es magia que necesita ser derrumbada. Pero hace falta un poco de potencia. Ahora, un hechizo lanzaré y el próximo debe la rueda del tiempo hacer. Luego de hacerla otro hechizo lanza y así.

 

Podía oírse un poco complicado lo que Bakari le estaba pidiendo a sus alumnos, pero era bastante simple. Él lanzaría primero un hechizo, el próximo en hacer magia tenía que invocar la rueda del tiempo y ver de potenciar el hechizo. Luego, realizar otro para que el siguiente repita lo mismo: rueda de tiempo al hechizo anterior y luego, otro hechizo. La puerta debía recibir al menos dos, por lo que si se negaban tres acciones de los cuatro que estaban en Nepal, tenían que volver a intentarlo.

 

La suerte tenía que estar de su lado ¿no?

 

Bakari apuntó la varita y pensó en unas flechas de fuego para que un conjunto de filamentos de fuego impacte contra el objetivo.

[Emmet Haughton Gaunt]

1d3-2

Rueda del Tiempo