Libro del Caos

[Zack Ivashkov]

Su imponente figura captó, indudablemente, la atención de Bakari y Lyra. Ambos desplazaron sus ojos desde los grises de Zack hasta la siguiente figura que le seguía. Tuvo que mirar por encima de su hombro para saber que se trataba de Anne, quien más tarde se posicionó a su costado. Le devolvió la sonrisa con el mismo gesto de respeto. La admiración que tenía por sus compañeros de bando era trascendental. Volvió la mirada a la pareja y lamentó no haberse presentado en cuanto el reproche del guerrero se hizo notable.

Sus palabras se clavaron en él como cuchillos mientras sus ojos lo atravesaban con acusaciones, no lucía muy alegre de tener nuevos pupilos. Parecía ser un tipo malhumorado, actitud con la que el Ángel Caído tendría que aprender a lidiar, al menos mientras estuviera entusiasmado por obtener la licencia del libro. Respiró reflejando una sonrisita fingida, típica de alguien que contiene una maldición por educación. Se tragó las obscenidades que se acumularon cual nudo en su garganta, y finalmente se presentó.

—Soy Zack, patriarca de la familia Ivashkov — dijo con la firmeza de su habitual tono de voz grave —, y quiero dominar al mundo con el poder del caos. Estar aquí es el inicio de ese proceso — sonrió, convencido de la sorpresa que provocaría su particular gesto. Encogerse de hombros tras su sencilla intervención lo hizo lucir soberbio, además de iluso. Pero los presentes sabían que sus deseos no distanciaban mucho de la realidad. Anteriormente un mago tenebroso llegó a tener gran dominio del pueblo Inglés, ¿por qué esta vez sería diferente? —. Estaré encantado de conocer cuáles son los métodos que me facilitarán el camino al éxito — continuó buscando convencer a la audiencia de la veracidad de sus palabras.

Realmente ese no era su objetivo principal. De estar en busca de alguna hazaña todo el crédito sería para su bando, como de costumbre. Poco le importaba que su nombre resaltara cuando la Marca Tenebrosa estuviera en lo alto. Dominar la magia del caos sí que le sería de utilidad, pero en ese punto de su vida lo que menos deseaba era tener control del mundo, ni siquiera dominaba bien su vida. Pero al final sirvió para darle a Bakari una respuesta diferente, eso era lo que buscaban todos en cada clase, tener alumnos diferentes, él lo sabía por experiencia propia.

—Si no le convencen mis motivos tendré que aprender a mentir — dijo al no poder descifrar la expresión en el rostro del guerrero. No sabía si lo aprobaba, o si en definitiva lo regresaría al castillo de una patada. Lo cierto es que el hombre no podía negarse a ofrecerle sus conocimientos, ¿bajo qué motivos? Zack había sido “sincero” con su respuesta. Además, en el fondo, aquél señor sabía que las aspiraciones de un mago tan notablemente experimentado y preponderante en el mundo mágico, no podían ser mínimas.

[Anne Gaunt M.]

La bienvenida fue, cuanto menos, extraña. Anne se quedó casi petrificada donde estaba ante la reacción de Bakari, que les miró como si estuviera a puntos de fulminarles con su poder. Pero no ocurrió nada, salvo que quiso saber quiénes eran y porqué se habían desplazado hasta allí. En el fondo, no se extrañaba: había oído de todo sobre los guerreros uzza excepto que fueran amables y simpáticos. En buena parte, casi apoyaba el desagrado que sentían los arcanos hacia ellos, aunque no fuera por los mismos motivos.

 

Estuvo a punto de esbozar una sonrisa al escuchar la petición de Lyra, que le resultó bastante divertida y llamativa. Quizás Bakari no fuera tan desagradable cuando tratabas con él y aquella reacción se había debido a que no sabía que tendría nuevos alumnos quienes, además, acababan de aparecer en el lugar sin ni siquiera presentarse. O quizás no. No tardaría en descubrirlo.

 

Zack se presentó entonces, y Anne lo miró de reojo varias veces mientras hablaba. Casi quiso sonreir por segunda vez en poco rato. Había compartido con el Ivashkov otras clases de libros de poderes anteriormente, y nunca la había dejado indiferente. Ni en las clases ni en nada, era un ejemplo a seguir para alguien como la Gaunt. Cuando él terminó de hablar, decidió que era su turno antes de que el guerrero pudiera responderle.

 

— Por mi parte soy Anne Gaunt, matriarca de mi familia y co-directora de la Universidad Mágica —dijo, haciendo énfasis en el último detalle—. En buena parte, me gustaría decir que aspiro a lo mismo que Zack pero, verdaderamente, no tengo intención de llegar a tanto. Estoy aquí por el conocimiento, por el poder. Quiero ser más poderosa, quiero aprender tanto como pueda de todas las materias que estén a mi alcance. Por ahora, el siguiente paso es esta clase... así que estoy decidida a aprender tanto como pueda de usted —añadió, de forma simple. Obviamente se guardaba parte de los motivos que la habían llevado hasta allí, pero acababa de dar el motivo principal. El hecho de que todo ese poder y conocimiento que quería reunir le sirviera para servir mejor a su bando era secundario... al menos para Bakari. No le importaba ni a él, ni a nadie.

 

Esperó entonces a que el guerrero se pronunciara al respecto. Estaba ansiosa por empezar a conocer los poderes del libro del Caos.

[Bakari]

—Puedes, niña, te lo has ganado.

 

Dijo simplemente respondiendo a Lyra, sin desviar la mirada de las nuevas figuras que estaban ante él. Bakari se portaba ligeramente diferente cuando alguien lo convencía lo suficiente de hacer el esfuerzo de callarse todas las contrariedades que había en su cabeza. En otros casos escogía entre decir lo primero que pensaba o callarse y dejar la conversación por completo; algo bastante extremista, tal como su personalidad.

 

Y Lyra definitivamente había sido un caso excepcional de curiosidad que lo exasperaba a la vez que lo complacía, pues un guerrero necesitaba también una chispa de eso. Era la primera vez que alguien terminaba su entrenamiento con él y buscaba seguir en el mismo. Decidió ignorar su presencia y escuchó con atención lo que decían sus nuevos pupilos. Cuando Zack terminó de hablar, lanzó una carcajada, enseñando sus destruidos dientes.

 

—Tenemos a alguien con agallas aquí.

 

Había recibido una respuesta diferente a las demás, pero no por ello menos vacía. Era como lo mismo de siempre: poder y más poder, una constante en los magos y brujas que acudían hasta él. Bakari se preguntaba para qué querían todo eso, pero nunca nadie se había sincerado lo suficiente, siempre le tocaba ahondar una y otra vez en lo mismo y ya estaba cansado.

 

Escuchó entonces a Anne. La bruja parecía más sensata y más ingenua también. Nunca nadie había podido aprender todo de todo, su ambición era parecida a la de una de sus primeras alumnas. El poder y el conocimiento era como un común denominador entre los que llegaban hasta él. Aquello era positivo, en parte, les daba un motivo que nunca iban a alcanzar; o bien fracasaban o bien llegaban al límite.

 

Bufó, dejando su rostro inexpresivo luego de todo aquello. Definitivamente esa vez no quería detenerse en conversaciones que darían vueltas y vueltas sin llegar a ningún lado en concreto. Se quedaba con la impresión de que tanto Zack como Anne eran ambiciosos, lo suficiente para querer manejar el caos. ¿Podrían tan pronto?

 

—A ver, hagan feliz a esa chica e invoquen señores del caos. Ya deben haber leído, concentren su magia en las manos y demás, los observo..

[Anne Gaunt M.]

1d7

Señor del Caos

[Anne Gaunt M.]

Bakari dirigió unas escuetas palabras para Zack cuando ambos finalizaron su breve explicación de porqué se habían anotado a aquella clase, pero para ella no hubo ningún comentario. ¿Significaría eso que no creía en sus motivos? Tampoco es que le importara mucho, puesto que la tarea de éste era enseñarles, no juzgar para qué querían aquellos poderes. No recordaba que Badru hubiera puesto mucho inconveniente en enseñarles nada, a pesar de lo que desagradable que había sido durante su lección.

 

Permitió que Lyra se quedase un poco más para ver qué señores del caos podían invocar tanto ella como Zack, y eso volvió a llamarle la atención con respecto a cómo sería aquel guerrero conforme avanzase la clase. ¿Toleraría errores? ¿Sería benévolo explicando dudas? ¿O quizás los trataría con desdén si se sentían inquietos o dudosos en algún momento? No podía saberlo entonces, pero sí tenía claro que lo averiguaría muy pronto.

 

Decidió ponerse manos a la obra, Bakari había dado sus escuetas instrucciones y ahora parecía que les tocaba a ellos reaccionar ante sus palabras. Debía invocar a un señor del Caos. ¿Cómo demonios iba a conseguirlo así, sin más explicaciones? «No debo dudar, ésa es mi perdición», se recordó, escuchando en su mente la voz de la persona que le había grabado aquellas palabras a fuego. Se lo había demostrado muchas veces a sí misma, que si hacía las cosas confiando en que le iría bien y tenía capacidades suficientes para conseguirlo los resultados eran óptimos. De lo contrario, las cosas siempre se torcían y terminaba lamentando los resultados.

 

Así que pensó en lo que había dicho el guerrero, en concentrar su magia en sus manos para poder realizar aquella invocación de forma correcta. Un cosquilleo comenzó a molestarle en la palma de las manos, así como si la sangre le burbujeara en aquella zona. Entornó los ojos y continuó pensando simplemente en aquello, evitando que su mente se desviara del objetivo de invocar a uno de los señores del caos de los que hablaba el libro. De repente, algo surgió ante ella a partir de aquel poder que había recopilado en sus manos. Era tremendamente sorprendente, una especie de demonio que apareció ante ella con gesto altivo y despiadado. Recordaba lo que había leído sobre él, podría acabar con las invocaciones, auras o hechizos que tuviera a su alrededor pero no tenía nada al momento de invocarlo, por lo que no sabía exactamente cómo debía proceder en aquella situación.

 

Miró de reojo a Bakari, esperando para ver la reacción del guerrero ante los resultados de su primer intento. Se sentía tan impresionada por aquella presencia que acababa de invocar que no era capaz de pronunciar palabra alguna.

[Zack Ivashkov]

1d7

Señor del Caos:

[Zack Ivashkov]

Al finalizar las presentaciones no supo si burlarse de él mismo junto con Bakari, darle una respuesta mejor o solo esperar por el siguiente pasó. Optó por la última opción considerando sus incontenibles ganas por explorar las maravillas de aquél libro. Escuchó a Anne dándole la misma atención que ella puso en él mientras hablaba. Asintió a sus motivos y poco más tarde la dejó ser la primera en sorprender al guerrero invocando un señor del caos. En cierta forma, también era porque necesitaba ver cómo lo haría, pues ni siquiera se les había explicado la manera de traer a uno de esos entes oscuros.

Observó que, ciertamente, no necesitaba hacer uso de su varita para obtener lo que deseaba, así que copió los movimientos de su compañera. Cerró los ojos para encontrar el equilibrio en su interior y focalizar su mente en el único objetivo momentáneo, invocar un señor del caos. Había leído sobre ellos y conocía el alcance de daños de cada uno, lo peligrosos que podían ser, lo perjudiciales que resultarían en las batallas estando frente a Fenixianos que no dudarían en matarte. Sintió como sus mejillas se ruborizaban, era la energía atravesando todo su cuerpo. Los músculos de sus brazos se tensaron haciendo resaltar las venas cual tubería.

Cuando sintió que ya tenía una gran acumulación de fuerza, mostró la palma de sus manos a Bakari para dejarla salir. Una ráfaga de viento desordenó los mechones de su cabello al tiempo que aparecía una estela oscura frente a sí mismo. Se escuchó una especie de zumbido antes de que todo quedara nuevamente en silencio y se concretara la formación de aquella figura bestial con enormes cuernos ondulados y ojos rojos atrayentes. Era el mismo señor del caos que Anne había invocado.

—Se me da bien copiarte — bromeó quedando también a la expectativa sobre qué sucedería a continuación. Su poder mágico estaría minado por un instante de tiempo, cosa que podía sentir, pues su varita en el bolsillo frontal del pantalón vibró dándole la señal de que algo no funcionaba bien. En otras circunstancias estaría maldiciendo todo, pero ahí realmente no importaba, ni siquiera esperaba que el guerrero Uzza les atacara. Haber invocado aquella figura tenebrosa no resultó tan desfavorable para la ocasión. Ansiaba conocer más detalles sobre cómo controlarla.

—Con este señor absolutamente todo es a la suerte. ¿Hay alguna forma de controlar los daños que nos ocasione el tiempo que dure con nosotros? — estaba interesado en poder contener a la bestia, que de su presencia no siempre obtuviera resultados negativos. Bakari por supuesto tenía gran dominio de todos los poderes del libro, pero ellos eran aprendices, y por consiguiente se interesaban en saber los detalles mínimos, esos que provocaban una diferencia al momento de usar tal tipo de magia tan peligrosa.

[Bakari]

Silencio. A Bakari le gustaba ver cómo los aprendices se concentraban al momento de invocar algo. Ésta vez él había sido mucho más exigente que con los aprendices anteriores al pedirles que usen sus poderes de inmediato. En su primera clase él mismo había invocado primero un señor de caos a modo de ejemplo, en la segunda había hecho firmar el contrato antes. Su accionar derivaba de que ni a Zack ni a Anne les había puesto muchos peros al momento de iniciar con la práctica. Las ocasiones anteriores el trabajar con los miedos y ambiciones de los que llegaban hasta él había sido fundamental.

 

—Los poderes del caos son para magos y brujas arriesgados —contestó Bakari a Zack, intentando captar la atención de su compañera también. Le gustaba que el muchacho viera más allá gracias a su ambición —la aparición de un señor puede ser muy beneficiosa o muy dañina. A veces recibes mucho por poco, y a veces los muy caprichosos quieren quitarte algo, pero no puedes controlar cómo la magia del caos actúa en tí

 

No podía decir que estaba satisfecho hasta el momento, pero tampoco decepcionado. Como el mismo Zack había dicho, hasta parecía que se habían copiado. Pero Bakari bien sabía que aquello era imposible. Anubis enviaba su ayuda de forma impredecible, tanto que el curso de una guerra podía cambiar drásticamente en cuestión de segundos, algo que estaba seguro que los dos presentes aprenderían con el tiempo.

 

—Les aconsejo abrigarse bien si no quieren morir.

 

El viejo Uzza cerró los ojos e invocó un portal, lo suficientemente grande para que pasaran los tres, o cuatro si es que Lyra decidía seguirlos. Bakari les hizo una seña para que se aventuraran. Atravesar el portal significaba llegar no muy lejos del río de las lamentaciones, como lo conocían en la mitología muggle, y que era un limbo entre el reino de los vivos y de los muertos; el puro y simple caos que los muchachos esperaban controlar.

 

El cambio de ambiente era sorprendente. Pasaron del tranquilo y cálido prado fuera de la tienda del uzza a una especie de infierno congelado. Alzó la vista un momento mirando el despejado cielo que aún mostraba claridad y luego miró a su alrededor, notando que habían llegado al centro de una especie de isla gigantesca. El suelo era de piedra y estaba cubierto de suciedad y huesos. A poco más de cincuenta metros de distancia, se veía el lago, cubierto por una fina capa de hielo.

 

—Pudieron invocar un señor del caos sin ayuda, podrán hacer el resto. Recuerden concentrarse y no perderse por el miedo o la ambición; úsenlos para controlarse ¿entendido?

 

La temperatura era bajísima y el ambiente extremadamente pesado, incluso, si se hacía el suficiente silencio y se era paranoico, podría jurarse que las fuertes ráfagas de viento susurraban lamentos en sus oídos. Esperó a que alguno de los chicos le preguntara algo o refutara el estar ahí, en cuyo caso se habría arrepentido de confiar en ellos para la misión que les tenía.

 

—Necesito que consigan hielo del lago — sonaba sencillo, por supuesto, pero en cuanto uno de los dos pusieran un dedo en el lago, docenas de criaturas de todos los tamaños, poder y formas irían a atacarlos.

Editado 11 de Agosto del 2016 por Bakari

[Lyra Katara Selwyn]

Me senté recargada en un tronco cercarno, dispuesta ver la clase después de agradecerle al guerrero Bakari para ver que señor del caos les permitía invocar la fuerza del caos. Para mi sorpresa, a los dos les salió el mismo: un señor del caos.Este ente era egocéntrico y caprichoso, hasta podía decir que se parecía a alguien que conocia, pero moví la cabeza negativamente.

 

-Tuvieron suerte.- Pensé.

 

Suspiré pensando que a me hubiera gustado que me saliera ese señor o algo más llamativo pero con trabajos me habían salido Peeves y un troll, al menos no fue algo que me hiciera mucho daño. Esperaba poder invocar algunos en la Ivashkov o en alguno de los negocios, a ver que salia cada vez.

 

Como bien decía el guerrero Bakari, el caos era algo que no se podía controlar, era algo que había aprendido en la clase. Me acerque al mismo antes de que entrará por el portal invocado.

 

-Me despido, guerrero Bakari. Muchas gracias por dejar que me quedara, pero necesito estar preparada para mi siguiente clase.- Sonrei orgullosa al decir esto, si bien senti un poco de lástima al no poder continuar la aventura con Zack ni con Anne.

 

Una vez que el guerrero uzza desapareció por el portal, pensé en desaparecer de la misma forma. Me concentre para invocar a mi vez un un haz de la noche, creándose un gran portal del doble de mi tamaño y con un solo paso, atravesé al mismo para descansar en la Selwyn. Todavía no terminaba de mudar todas mis cosas a la Ivashkov, de lo contrario hubiera llegado a ese castillo directamente.

 

Estaba segura de que a ambos les iría bien en las tareas que les dejara el guerrero.

[Zack Ivashkov]

1d3

El Señor del Caos.