Jump to content

Libro de los Ancestros


Khufu
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Atravesé el portal que había creado mi instructor sin agregar nada más de comentarios, justo como comencé mi entrenamiento con los Uzza, lo mejor era limitarse a cualquier opinión o acción fuera de lo que estuvieran pidiendo para que no se sintieran ofendidos ya que, en efecto, todo parecía ofenderles.

 

Llegamos hasta un amplio bosque lleno de todo tipo de plantas, un lugar perfecto para poder desenvolverse sin ningún tipo de inconvenientes. Me detuve tranquilamente mientras escuchaba la explicación del guerrero acerca de la desaparición del libro que portaba anteriormente, efectos del amuleto anti robo que se encontraba en esa habitación y que podía verlo gracias a la esencia del anillo de la presencia, simplemente tenía que concentrarme para que mi energía se enlazara con aquel objeto, algo que resultaba sumamente valioso en mi oficio.

 

- Lo veo, maestro.

 

Fueron las únicas palabras que le compartí ya que sabía a la perfección que no duraría mucho ese enlace y si no lo aprovechaba, no podía comprender su funcionamiento ahora que esta en esta etapa de aprendizaje. Después de ello tendría que seguir esperando en aquel curso para develar todos los secretos que el libro de los ancestros ocultaba, sin presionar a Khufu de ninguna manera.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


Esperó unos segundos para oír algún comentario o duda respecto a los dos poderosos amuletos que le había enseñado: El amuleto anti-robo y el anillo de la presencia. No obstante, nada sucedió, ni siquiera un cambio en su semblante. Khufu debatía internamente si el mago había sido capaz de utilizar a cabalidad el anillo de la presencia o no pues no había manifestado ningún ápice de interés o sorpresa ante su poder. Sin embargo, se conformó con su escueta frase para continuar.

Con un casi imperceptible movimiento de su varita invocó en su mano libre cuya empuñadura era de plata. Un débil reflejo del sol aunque teñido de un color dorado y verde golpeó efímeramente la vista de Ishaya. La daga poseía orfebrería tanto en oro blanco como en dorados además de diamantes y esmeraldas. Era sin duda una bella obra, elegante y poderosa. Se quedó unos segundos viéndola como si estuviese recordando un pasado mejor.

Esta daga recibe el nombre de Kansho, con el poder del libro ya deberías ser capaz de invocarla.

Nuevamente esperó unos segundos con el fin de que su alumno invocara dicha arma sin necesidad de que él se lo pidiera. Sin embargo, no fueron más de diez segundos pues después de ello simplemente continuó con su explicación.

Debes saber que es muy poderosa, un pequeño roce con ella y será suficiente para partir un diamante. Claramente esto no es todo su poder, su verdadera función es absorber la magia de enemigos. Para ello retienes un ataque en el Kansho para posteriormente lanzarlo de vuelta a tu rival no importa si la magia que absorbes es más poderosa de la que puedes realizar... aún así la absorberá y la podrás devolver.

Se detuvo unos segundos para dar pie a que el mago realizara alguna duda antes de continuar. Bien podría él aclarar ciertos puntos que todavía no había explicado pero deseaba saber si surgían dudas nuevas o si siquiera le había puesto atención. Sin embargo, antes de darle tiempo para ello el obstáculo que había preparado en aquel lugar se activó. Desde diferentes direcciones del bosque aparecían estatuas de antiguos Guerreros Uzzas que habían muerto en batalla.

Aquellas figuras humanas tenían solo un objeto: atacar al mago sin piedad. Sin embargo, el Uzza había restringido el poder de las estatuas para que solo pudieran atacar una a la vez. No quería que su alumno se viera rodeado por cuatro rayos cada uno de un punto cardinal distinto. Se sintió extraño ver a sus compañeros Uzzas caminando otra vez pero tenía el consuelo de que ahora estaban sirviendo en los cielos a la Diosa Uzza. Algún día le tocaría a él pero no iba a apresurar aquel momento. Todavía tenía un propósito en la Tierra y lo debía realizar.

La estatua de una mujer con el cabello trenzado y un tatuaje en su vientre descubierto fue la primera en atacar con un desmaius. No sabía quién sería el próximo pues no lo había decidido con anticipación pero si poseían el mismo carácter que en vida, el siguiente sería el hombre ubicado al Oeste y probablemente si atacaría a matar. Su cabello, como todos los Guerreros Uzza, tambien iba trenzado y su edad era alrededor de la misma que aparentaba Khufu. De los otros dos no sabía cómo reaccionarían ni en velocidad ni en agresividad.
YuPaxIy.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Una hermosa daga invocó en su mano el guerrero Uzza, explicándome la función de la misma y el uso que se le daba después de que me insinuó que lo hiciera. Al tener ya bastante experiencia con otra invocación de la daga del sacrificio, simplemente debía de concentrarme en las energías que fluyeran hacia mi mano izquierda y esta hacía acto de presencia, ante la mirada de desdén que tenía Khufu. En verdad no me soportaba.

 

Silenció en esos momentos y creí por un momento que esperaba algún tipo de palabra mía, afortunadamente para mi aparecieron cuatro estatuas con vida en ese lugar para atacarme, como lo comprobé después. La situación me alegraba, la verdad es que no quería intercambiar más palabras que las necesarias con los guerreros que enseñaban en esa parte de la universidad, mejor que pensaran que era una persona odiosa, insoportable, inmadura, insensible, simple, todo lo que me habían transmitido, mi única finalidad era poder aprender.

 

Utilicé de inmediato un salvaguarda mágica para que el desmaius me atravesara de la primer estatua que me comenzaba a atacar, aunque sabía que el guerrero deseaba que utilizara la daga, pero ¿no era mejor movimiento esperar a que en verdad me lanzaran un ataque peligroso, algo que me afectara más? Tal vez me creía un simple mago con aspiraciones solo de ser un guerrero, pero sabía moverme mejor en combate.

 

El siguiente en atacarme fue mucho más agresivo, comenzó a lanzar un destello de un aura formado en miles de cráneos fantasmales, girando alrededor de mi contrincante justo antes de lanzarlo directamente contra mi... para ello es que en esos momentos uno utiliza la daga especial de kansho, absorbiendo dicho poder mágico creando un extraño vórtice entre el artefacto y el punto de origen desde donde fue lanzado dicho conjuro. Guardaría ese poder para después, sería muy conveniente tenerlo en medio de aquella lluvia de ataques.

 

La tercera figura ya estaba lista para atacarme por lo que entendí en ese punto que no dejarían que hiciera algún movimiento ofensivo a menos que quisiera arriesgarme de manera absurda al estar uno contra cuatro, si es que Khufu no se unía al baile. Una llamarada violeta comenzó a recorrer la distancia que nos separaba, entendiendo que era un fuego púrpura lo que había lanzado para responderle, inmediatamente, con un cerco de materia luminosa, obsistens, para absorber el ataque que también me daría inconsciente, convirtiéndolo en un patrón: desarme, daño, desarme, daño... esto si el cuarto agresor deseaba utilizar un ataque ofensivo.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

-- Yuju... ¡Yujuuuuu! ¿Hay alguien por aquí?

 

¿Quién me mandaba a mí meterme a estudiar en plenas fiestas de Reyes? Tendría que haber pedido una semana aún de asueto para estar con la familia pero no... Allá estaba rumbo a nosédondedenoséquéUzza para adquirir unos conocimientos extra en vez de ir a la pastelería de Diagon a comprar un Roscón de Reyes. Era un caso... A veces me preguntaba si era buena madre, matriarca, familiar... Siempre encontraba algo en lo que distraer mi ánimo en vez de estar con los míos.

 

-- Es para defenderles mejor...

 

Sí, era una pobre excusa pero creía en ella. Era lo que me movía a seguir aprendiendo, tener fuerza y conocimientos adquiridos con los que luchar por ellos. Aún así, a veces sentía remordimientos por tenerlos abandonados.

 

Seguí avanzando por aquel camino, en busca de alguien que me orientara sobre cómo encontrar al Uzza, pero sólo encontraba piedrolos y algún que otro insecto. Se me hundían los zapatos en la arena que rodeaba al centro universitario y me cabreé. Sí, me cabreé, qué raro. Me quité los mocasines de piel, mojados por el sudor y sucios ya de la arena, y caminé descalza, sin importarme que el pantalón tejano se manchara a su vez. Estaba pegajosa y la camiseta rosa se me pegaba, como si no me hubiera duchado.

 

-- ¡Agggg! -- pataleé con un grito casi inhumano cuando tropecé y por poco me caigo. -- ¿Dónde está el maldito uzza de los demonios?

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

A diferencia que en ocasiones anteriores aquel libro, que seguramente permitiría ejecutar magia muy antigua, contenía junto a si muy pocos artilugios mágicos. O al menos eso le pareció ¿Cuántos libros ya compró? ¿Cuántos objetos de joyería y demás cosas extrañas estaban guardadas en su bóveda de alta seguridad a la espera de que solamente él las invocara? Sinceramente, perdió la cuenta ya.

 

Las palabras escritas en el libro de los Ancestros eran realmente interesantes. No quería, sin embargo, arriesgarse a intentar usarlas. Le gustaba esperar. Le gustaba que de alguna forma alguien, el Uzza, le diera una pequeña introducción a la magia del libro. Lo hizo de esa forma, salvo cuando la clase no la dictaban uzzas, hasta ese momento y le había reportado muy buenos resultados. No se consideraba experto en los hechizos y objetos, pero si que podía usarlos relativamente bien y sin perder un ojo en el camino.

 

Algún día. En algún momento podría darse el lujo de mostrar su figura animaga a todo el mundo. Mientras tanto no podía permitirse, aunque le resultaba más cómodo, acercarse al lugar de reunión caminando sobre las patas del felino que lo complementaba. Su otra mitad. Aquel día su vestir era sencillo. Un pantalón y una camiseta blanca de algondón. La espada no descansaba ya en su espalda, llegó a un punto en que le era más cómodo invocarla directamente en su mano desde la bóveda trastero. Llevaba varios días sin afeitarse más no se veía descuidado. Mientras caminaba iba jugando con el pendiente de plata de su oreja.

 

—Deberías tener más cuidado

 

No se sorprendió cuando vio a Sagitas, su tía y primera mentora, deambulando -casi cayendo para ser exactos, menuda despistada era- por el sitio en donde se supone debían encontrarse con el guerrero Uzza que según recordaba se hacía llamar Kufhu.

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No me equivoqué, la cuarta estatua comenzaba a crear un fuego negro arriba de su cabeza, un conjuro que podría ser en extremo peligroso si se dejaba madurar por lo que aproveché el conjuro que tenía guardado, el que me había lanzado la segunda estatua para lanzarlo en ese momento contra esa estatua y eliminarla antes de que pudiera lanzar el hechizo en su máxima potencia dejándome en peligro en aquel lugar.

 

Todo parecía indicar que mi entrenamiento no sería anda sencillo en esas circunstancias, de la teoría a la práctica pasamos rápidamente lo que me llenaba de emoción bombeando adrenalina mi cuerpo por todo mi torrente sanguíneo. Para esto estaba hecho, para poder combatir, para enfrentarme contra toda clase de enemigos. Estaba más que listo.

 

- Esto se ha puesto interesante...

 

Lancé el murmuro cuando vi que la primera estatua estaba dispuesta a atacarme de nueva cuenta en lo que la última recibía el morisoseo ánima con toda la fuerza de la que era capaz, suponiendo que con otro ataque podría terminar de eliminarlo y por ello concentré mis fuerzas para invocar las fuerzas del caos y que me pudiera ayudar uno de sus señores esperando que mis súplicas fueran escuchadas y no tener mayores dificultades.

 

Afortunadamente para mi un mercenario apareció a mi lado, un cíclope que me ayudaría a combatir a mis enemigos en aquella ocasión mientras que yo me defendía de los ataques de las estatuas.

 

Un par de manos fantasmales aparecieron de repentes provocadas por un necrohands de parte de mi cíclope, ambas rodeaban a la segunda estatua para solidificarse en el momento en el que decidiera atacarme con algún rayo o, en su defecto, moverse a los siguientes atacantes. Por su parte la primera agresora lanzaba un fuego maldito hacia mi cuerpo y de nueva cuenta utilicé mi kansho para absorver el ataque y enviarlo de inmediato al cuarto atacante para terminar con su agresión y que desapareciera el fuego negro sin posibilidades de hacerme daño.

 

Un detritus convocó el cíclope para que una bola de gas pudiera defenderlo de ataques lo que me permitía a mi copiar el movimiento con un espejo de niebla detritus para sumar mis defensas. Un cruciatus mandó la segunda estatua que chocó con las manos fantasmales solidificadas y un expelliarmus el tercer atacante que pegó contra mi protección gaseosa mientras que yo, a modo de respuesta, lancé un reducto contra el cuarto agresor para terminar con él.

 

Mi cíclope, por otro lado, lanzó igualmente un reducto para el segundo agresor y que la siguiente estatua explotara ya debilitada por los anteriores ataques y eliminar su invocación sin poder utilizarse. Nuevamente mi niebla detuvo un rayo de parte de la primera agresora y lancé otro reducto que la haría explotar al tiempo que las manos fantasmales iban a tapar al tercero mientras mi cíclope lanzaba un reducto más a la segunda estatua.

 

A nuestro alrededor, en el campo de batalla, podía ver los cientos de pedazos de las estatuas esparcidos por todo el lugar dejando únicamente a uno de los cuatro atacantes iniciales mientras que yo me mantenía a lado de mi mercenario.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Eran pocos, pero poderosos. Khufu enseña celosamente los conocimientos del Libro de los Ancestros. Detrás de cada uno de ellos se encuentran historias significativas de su pueblo, de luchas incansables, de verdaderos guerreros cuya vida se dedicó al conocimiento. Ver las estatuas de antiguos compañeros causan estragos en la frágil anatomía de Khufu, pues sus manos tiemblan, aunque de forma no tan perceptible. Son fantasmas del pasado, que le recuerdan que su longevidad también tiene aspectos negativos..



Un suspiro sale de sus labios cuando Ishaya empieza a utilizar poderes uzza en contra de los falsos guerreros. El primero era el más fácil de esquivar, sin embargo, el carácter de los demás era mucho más agresivo. Khufu no iba a intervenir. Era Ishaya quien debía enfrentarse a las estatuas, era él quien debía demostrar que era digno de poseer completamente los poderes ancestrales.



El extranjero debía, de forma astuta, encontrar la forma de destruir cada una de las estatuas. Cuando lo hiciera, tendría una nueva misión. Y si lo hacía bien, quizás esa sería la última. Se interesa en demasía cuando invoca un Señor del Caos, aquella magia impredecible no es la favorita del anciano. Aún así, sabe bien que se debe ser muy arriesgado para realizar esas invocaciones.



Mi señor.



La voz de Sely interrumpe sus pensamientos y corta el contacto visual penetrante sobre el accionar de Ishaya. Que Sely lo llamara de esa forma solo podía significar una cosa: más alumnos. Con un gesto cansado le indica que está bien, que vaya a verlos, que él puede manejar el estar rodeado por varios extranjeros más, después de todo, aquel pueblo le estaba resultado interesante, más allá de sus esperanzas de reencontrarse alguna vez con Mintaka.



Tal cual las órdenes del maestro, Sely, ataviado con una túnica extravagante de colores llamativos como el naranja y amarillo, aparece frente a una mujer, cuyo cabello llama la atención, y de un hombre cuyo aspecto le genera más dudas que respuestas. Contrario a lo que se espera, Sely los recibe con una sonrisa radiante, aunque internamente esté preguntándose sobre la reacción de Khufu ante más gente.



—Si me permiten — dice mientras pide con sus manos que lo sigan.



No deben caminar demasiado para encontrarse a Khufu e Ishaya, rodeados de cientos de pedazos de estatuas y un cíclope. Claro, esa escena no debe parecer extraña considerando que están en un entrenamiento. Cuando los deja con el guerrero, Sely simplemente desaparece, aunque él siempre estaba pendiente.



La diosa te favorece, respira con tranquilidad—comenta, sin intención real de distraerlo, aunque espera que no sea solo la fuerza del cíclope lo que lo haga victorioso— Dígame, ¿usted cree que un rayo devuelto por un Kansho puede ser devuelto por otro Kansho? ¿Cree que puede escuchar algo utilizando el anillo de presencia? ¿Cuánto tiempo puede soportar intentando ver el presente, si el pasado y el futuro están siempre en su mente?



Hasta ahora, el mago le ha realizado pocas preguntas ¿o ninguna? En ese caso, sería Khufu quien las realizaría. Y de paso, algunas cosas que respondiera Ishaya podrían servir para los recién llegados, a quienes todavía no conoce.



¿Y ustedes? —su voz solo muestra tranquilidad, esperando que se presenten y una vez que lo hacen, el anciano prosigue —¿Cuál creen que es el mejor atributo de un guerrero?


YuPaxIy.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La estatua faltante estaba enojada, si eso se podía considerar como un rostro molesto, ya que tanto mi mercenario como yo teníamos una niebla que nos protegía de los ataques más un par de manos fantasmales que se ofuscaban a placer para parar los rayos que lanzaba sin ningún tipo de impedimento más ahora que sus tres compañeros de batalla estaban reducidos a pequeñas piedras alrededor de los tres.

 

Rápidamente levanté mi varita para lanzar otro de mis conjuros cuando escuché la voz del guerrero Uzza comenzar a realizar una serie de preguntas dirigidas a mi al mismo tiempo que veía de reojo que mi hermana (ese cabello era inconfundible) y Bastian, el Warlock, se acercaban hasta donde nos encontrábamos. Me alegraba por mi hermana, llegar hasta este punto de su entrenamiento mágico y desconfiaba del Karkarov, nunca me había parecido completamente honesto, de hecho ninguno de los miembros del Consejo de Warlocks me daba buena pinta.

 

Antes de contestar las preguntas me quise asegurar de terminar con la última amenaza a mi persona por lo que, en seguida, volví a invocar los poderes del caos aunque en esta ocasión sentí una disminución de poder en mi cuerpo de forma casi instantánea... lo único bueno es que simplemente me limitaba a realizar conjuros de un simple ciudadano y no lamentaba la perdida de un crece-uñas o babosas.

 

- Lo creo, - hablé mientras mi cíclope lanzaba un fuego maldito en forma de serpiente hacia la estatua quien había realizado un cruciatus que pegó nuevamente en las manos fantasmales que le cerraron el paso - no hay ninguna restricción clara en el libro de hechizos acerca de la procedencia de los rayos que absorbe más que el poder mágico que alcanza a atrapar.

 

De inmediato le respondí con un simple petrificus totalus a mi único contrincante cuando las manos dejaron de ser sólidas e impactar en el torso de la estatua para quedar inmóvil, sin embargo no contaba con que se defendería de aquel ataque, no porque no pudiera sino porque sus compañeros no fueron tan rápidos.

 

- No, claramente se especifica que uno observa el lugar donde deja la esencia que sale del anillo más no que escucha. Y sobre su última pregunta... - hice una breve pausa mientras veía como lanzaba un fuego negro al cielo y lo lanzaba de inmediato contra el cíclope, el cual seguía protegido por el detritus y no le provocó ni un rasguño - exceso de pasado se transforma en depresión en el presente, como exceso de futuro en ansiedad, sería muy estresante estar en dicha situación.

 

Un nuevo fuego maldito en forma de león salió de mi compañero mercenario mientras las manos se hacían a un lado, dejando el camino libre para impactar sobre nuestro rival, mientras que yo lanzaba un simple reducto para combinar nuestros ataques de lados diferentes y destruir por fin al último enemigo.

 

- ¿He fallado en alguna? - dije jadeando un poco mientras veía el campo de batalla libre de amenazas y mi mercenario simplemente desaparecía llevándose consigo sus manos fantasmales.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.