Libro de la Fortaleza

[Badru]

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Había pasado algunos días observando de cerca el desempeño de los incautos que se atrevían a adquirir los conocimientos que se guardaban en el quinto libro; el de la Fortaleza. Cuando la revelación de que era un grupo de prometedores clientes acudió a su mente. Tendría que estar un poco más cerca de ellos, por lo que se ofreció a supervisar la prueba final, en la que se demostraría quiénes eran los que podrían adquirir los conocimientos, pero los que no… tendrían que intentarlo nuevamente, y ahí era en donde él podría realizar algunos tratos para ayudarlos.

En su mente acudían las imágenes de los posibles tesoros que podía llegar a obtener y en sus ojos apareció un pequeño brillo de codicia, que en cuestión de segundos eliminó, nadie debía conocer sus intenciones, era mejor simplemente actuar como un mediador entre su pueblo y los magos. Por lo que tras revisar las reglas bajo las cuales se regiría la prueba, se dispuso a salir en busca de los afortunados que la realizarían.

Visitó cada uno de los sitios en los que se encontraban los elegidos, y con una simple señal, les indicó que lo siguieran por el portal del Haz de la Noche, que los trasladaría a la Sabana, escenario elegido. Ahí, el sol proporcionaba demasiado calor, para cualquiera que no estuviese acostumbrado a las altas temperaturas, sin embargo, para Badru, el clima era perfecto, porque significaba que sus capacidades físicas y mentales serían probadas.

Eran pocas las personas que aparecían en medio de aquella Sabana por cuenta propia, por su extensión y la cantidad de animales que contenía. Al norte se alzaban unas montañas enanas de un azul frío que contrastaban con el marrón y el verde del suelo. Apenas llegaban a rozar las nubes con su pico y eran las que resguardaban los nidos de águilas y que les proporcionaban sombra a las hienas.

Justo en el punto opuesto, un grupo de magos y brujas aparecieron a través del portar que había abierto para ellos, invadiendo la tranquilidad del lugar. Habían aterrizado sobre una leve colina de tierra cálida y pequeños montoncitos de césped seco que intentaban crecer desesperadamente. Todos debían descender al centro de la Sabana, para llevar a cabo una de las batallas que tanto habían esperado. ¿Cuántos estaban preparados? ¿Quiénes se animarían a empezar? ¿Qué darían por obtener el poder? Pues en ese lugar, era en el que esas interrogantes se responderían.

A la izquierda se perdía el césped con algunos árboles esqueléticos. Sus ramas parecían dedos que estaban doblados a punto de tocar el suelo, como si se estiraran para capturar a alguien. Carecían de hojas, y las pocas que tenían, eran la comida de algunos animales como jirafas. El viento era demasiado escaso en ése territorio, así que éstos eran un buen refugio para los rayos del sol, esperando que las nubes se acercaran de a poco, para que se amontonaran y les regalaran un poco de agua. El suelo lo necesitaba.

Aunque al este, había un enorme lago, hogar de peces variados que ni siquiera asomaban la cabeza por la superficie, ya que en ella se encontraban algunos elefantes e hipopótamos que se bañaban y bebían un poco de agua. Era un terreno hermoso y extraño. En todos esos kilómetros de diámetro, podían convivir diferentes suelos y animales. Y sería el primer escenario, el primer sitio que vería la creación del vínculo entre un mago y su libro, a través de la magia trasmitida por los magos que los Uzza, creyeron dignos de enseñar la primera fase. Mientras tanto, Badru, permanecía en las sombras.

O.o.o.o.o.o.o.o.O

La última prueba, antes de que puedan adquirir la vinculación con el Libro de la Fortaleza, es un simulacro, que contará con dos equipos que se enfrentaran en una batalla, con la finalidad de demostrar sus conocimientos y los que logren demostrar un desempeño aceptable dentro de la misma, serán los afortunados que adquirirán el vínculo, ¿quiénes serán? Eso aún no lo sabemos, espero den lo mejor de ustedes o no lo lograran.

Los equipos son los siguientes:

 

Grupo 1:

• Sagitas E. Potter Blue
• Gatiux
• Lisa Weasley Delacour
• Bastian S. Malfoy
• Adryanie
• Hades Ragnarok
• Anne Gaunt
• Felicity Malfoy
• Sofia Elizabeth Granger
• Cathetine Stark
• Jank Dayne
• Taurogirl Crouchs
• Aine Malfoy

Grupo 2:

• Elvis F. Gryffindor
• Mackenzie Malfoy
• Zack Ivashkov
• Lyra Katara Selwyn
• Pik Macnair
• Mei Black Delacour
• Helike Rambaldi Vladimir
• Yu Oonagh
• Agatha Haughton Malfoy
• Monica Malfoy Haughton
• Leah A. Ivashkov
• Valkyria Black Lestrange

Reglas de Batalla: Libro Nivel 5

1, Les recomiendo leer las Reglas de Asaltos y Redadas obligatorias, ya que se rige bajo las mismas.

2. Se usaran los Poderes de los Libros Nivel 1 y 5, así como la lista de Hechizos Neutrales y Graduados.

3, Los roles deberán tener un mínimo de cinco lineas completas. En caso de no cumplir ésto, los posteos serán inválidos, debiendo realizarlo nuevamente; los ataques serán anulados y las defensas, serán quitadas, por lo que los hechizos se considerarían impactados.

4. El primer posteo solo será de entrada o aparición (es decir, no pueden lanzar hechizos contra algún rival).

5. Queda totalmente PROHIBIDO editar. En éste caso, las entradas serían canceladas, los ataques anulados y las defensas no se considerarán.

6. Los hechizos tanto verbales como no verbales deberán destacarlos en negritas y/o cursivas, en caso contrario, se anulan.

7, Están prohibidos los posteos OFF rol dentro del simulacro. O los posteos con algún Off. únicamente los autorizados por los Guerreros Uzza, podrán hacerlo.

8. Cada usuario dispondrá de un plazo de 24 horas para responder a los ataques de su rival. En caso de que no lo haga dentro de este límite de tiempo, se considerarán impactados los hechizos con sus respectivas consecuencias.

9. En el caso de que un mago acabe de atacar a otro, no podrá postear atacando a nadie más hasta que haya transcurrido un mínimo de 12 horas.

 

10. Para evitar mensajes continuos de algunas personas, se establecerá un límite de dos horas como mínimo para poder enviar una respuesta. Quien no espere dos horas entre dos de sus mensajes, se invalidará el segundo post.

11. No se puede atacar dos veces consecutivas (en diferentes posteos) al mismo oponente si éste no te ha respondido aún a tu primer ataque.

12. Las defensas a un compañero (herido o no) deben ir siempre con anterioridad al de éste. Ejemplo: si un compañero necesita de un episkey de urgencia, deberás postearlo antes de que tu compañero publique su post.

13. Se debe dejar constancia en el rol hacia quien van dirigidos los ataques, poniendo el nombre del personaje (si dicho personaje colocó el nombre de su ficha como encabezado en su rol) en algún lugar del mismo. Si no colocó su nombre de personaje como encabezado, deberá usarse el nombre de usuario (nick) para indicar a quién se ataca.

14. En caso de posteos en simultáneos (se entiende por simultáneo posteos de hasta un minuto de diferencia entre ellos) en donde en el que se publicó primero se ataca al usuario cuyo post se publicó segundo, el usuario atacado tendrá hasta 20 minutos de tiempo para curarse o que algún compañero postee tras él curándolo.

15. Las dudas, preguntas y/o quejas respecto a la redada o simulacro en cuestión deberán de postearse dentro Consultas y Sugerencias de la clase. Serán sus profesores o los Guerreros Uzza quiénes las respondan y deliberen el veredicto final.

Editado 20 de Enero del 2016 por Badru

[Lisa Weasley Delacour]

La situación se había puesto intensa en aquella habitación en donde la principal atracción era la delicada, pero bella tumba de Nefertiti, madre de Tutankamon. El Ivaskov no estaba para controlar nada, pues el calor intenso del ambiente había hecho que sus defensas bajasen al mínimo. Los pupilos ya hartos de pasadizos oscuros y ataques gratuitos por parte de los custodios del faraón carecían de aplomo. Me hallaba a punto de incidir en la importancia del asunto y de como debían de comportarse ante un reto como aquel, cuando un guerrero Uzza apareció en escena.

Su porte era único. Su poder brutal. Su rostro serio no permitía replica alguna. A pesar de conocerlo ya, me impacto tanto como al resto. No me esperaba su llegada. Zack me miro, exigiéndome una aclaración a aquella intromisión. Como el, yo no tenia idea de aquello. Badru comento, uno de los días que entrenábamos a su lado, que quizás, tal vez, él seria el encargado de evaluar el desempeño de los alumnos con una guerra entre los mismos, no obstante, no lo tomábamos en serio, puesto que siempre que lo mencionaba se reía de forma jocosa, como si todo fuese una broma.

Ni siquiera hablo. Con un solo movimiento de sus brazos, supimos de inmediato que debíamos acompañarlo allá donde nos llevase. Segundos después el portal creado por el nómada egipcio dio paso, de lleno, al ambiente idóneo para un combate, pues el tamaño era grandioso. El escenario elegido por el amante de las pirámides era una extensa sabana de aspecto árido y con un sinfín de animales por doquier. El sol, alto en su posición, incidió sobre mis verdes pupilas al contemplar dicho paisaje con admiraron. Poco viento, múltiples suelos. Tenia que adquirir una posición privilegiada.

Camine, bajando por la ladera de aquel saliente, hasta el centro de lo que parecía ser un ligero valle. Me situé a siete metros exactos de cualquier madera, roca u objeto que pudiese mutar y atacarme. Los animales me miraban curiosos. No podía permitirme ningún error en la lucha. El orgullo de ser la ¨descendiente¨ de los afamados Uzzas era muy superior a cualquier otra cosa. Mis ropajes, me di cuenta al observar mis botas de cuero, habían cambiado. Ahora portaba una túnica blanca que cubría mi anatomía en su totalidad. Eso si, me dejaba libertad de movimientos y no me impedía apuntar.

El rugido de un león lejano pareció dar inicio al embiste.

[Sagitas E. Potter Blue]

Buscaba al indígena maldecido, apareciéndome y desapareciendo de una cabaña a otra cuando vi una figura que destacaba porque no coincidía con ninguno de los dos grupos que formábamos aquella batalla: no era un compañero de estudios, tampoco era un indígena. Era... diferente.

 

Y eso me extrañó tanto que quedé un momento quieta, observándolo. ¿Quién era? Y lo que es peor, o mejor, según se mire pues ya no tendría que casarme con el indígena, ¿por qué me hacía una señal de que le siguiera?

 

Ni loca, la última vez que intenté entablar conversaciones con un extranjero, por poco acabo re-casada con él. Me crucé de brazos, negando con la cabeza, cuando vi, ¡oh, maravilla!, una especie de luz que parecía un... una... uno... esto... parecía un haz de esos espacio-temporales que se ven en las pelis muggles.

 

Sonreí. Si aquello era un portal para volver a la Academia... ¡Por fin! Un ¿Uzza? (algo en él me recordaba a la Uzza Ashur aunque, en sí, no se parecía en nada; si, me explico fatal) que nos llevaba de nuevo a la tranquilidad del hogar, dulce hogar.

 

¿Tranquilidad?

 

Bueno, tal vez demasiada tranquilidad, pues aquello no era, ni de lejos, territorio universitario ateniense. Arrugué el morro, enfadada por dejarme caer en la trampa. ¿Es que mi mami no me había dicho siempre que no me fuera con desconocidos? Pues hale, ahora me encontraba en...

 

¿Dónde me encontraba?

 

Recapitulemos: sol, mucho sol;y calor;y animales, pero muggleosos, ninguno mágico, o al menos a la vista; y montañas lejanas que parecían emerger con pereza del suelo marronoso. Y apenas unos árboles enclenques... Pues ni idea de donde estábamos, la verdad, ni del porqué tampoco.

 

De todo lo que vi, eso fue lo que más me enfadó. Hierba seca que apenas se levantaba del suelo, los árboles también secos que apenas ofrecían refugio para el sol implacable que nos quemaba. Murmuré un taco de disgusto y caminé hacia uno de los árboles, poniendo la mano en su corteza seca, para notar su vida.

 

Para mi sorpresa, estaba vivo. Tal vez no era exuberante como lucían en los parques londinenses, pero aquellos árboles crecían bajo tierra, con sus raíces, hacia el agua cercana. No era más que una evolución de supervivencia. Eso me alegró, soy una sacerdotisa que cree que todo en la Naturaleza ha de ser respetado (bueno, tal vez me pensaría los escarabajos, ejem...) Aún así, decidí hacer un Aguamenti para que tuviera agua de sobra, al menos durante un tiempo. ¿Estaría permitido influir de forma positiva en la supervivencia de la flora y la fauna del lugar?

 

Después me giré hacia los compañeros que, como yo, se habían ido apareciendo en el lugar.

 

-- ¿Se puede saber dónde estamos? Esto no se parece en nada a la Universidad. Exijo volver a casa. Ya empiezo a estar harta de tanto paisaje extraño.

 

A lo lejos, un rugido de león nos informó que el animal se acercaba.

[Anne Gaunt M.]

Había ayudado a Catherine con sus heridas, y luego había sucedido algo que los había dejado a todos clavados en el sitio. Había aparecido alguien en el lugar, que no era de los indígenas ni tampoco de los suyos. Anne parpadeó varias veces observándole: parecía... se parecía a Asuhr. Y había creado un portal. ¿Eso significaba que habían pasado la prueba? ¿O todos la habían suspendido? Enarcó una ceja y miró a Hades y Elvis para ver qué hacían.

 

El Gryffindor les indicó entonces que debían cruzar el portal y la Gaunt no se lo pensó dos veces. Ayudó a Catherine y cruzó el punto de luz creado por el Uzza.

 

 

Apareció en un lugar muy cálido. Mucho más cálido de lo que habría deseado ella. Enseguida notó como su frente se humedecía y empezó a estorbarle la ropa. ¿Adónde demonios los había llevado aquel tipo? El sol bañaba por completo la Sabana, que era el sitio a donde habían ido a parar. Vio que Lisa (¿Lisa?) estaba allí, y también Sagitas. Con disimulo, se acercó hasta ésta y siguió examinando el terreno. Pronto fue consciente de que la prueba no sólo no había terminado, sino que probablemente estaba a punto de comenzar en su punto máximo. Se aferró a su varita como no hubiera un mañana y luego miró cómo muchas más personas iban apareciendo cerca de ella.

 

Se remangó las mangas del vestido oscuro que cubría su cuerpo y luego se pasó la mano derecha por la frente para retirar la fina capa de sudor que empezaba a cubrirle la piel. ¿Por qué no habían podido viajar a Alaska? Sus botas se hundían suavemente en la tierra cálida del escenario, por lo que decidió moverse unos pasos para no sentirse "sujeta". Aquel clima la asfixiaba hasta el punto de empezar a sentir que no sería capaz de concentrarse en lo que tuvieran que hacer a continuación. Sólo sabía que debía estar alerta, pues la clase de aquel libro de la Fortaleza había resultado ser una épica aventura en lugar de una básica lección de magia.

 

Un mechón de pelo castaño rebelde le cayó sobre los ojos y la licántropa lo retiró con un movimiento airado de cabeza.

 

— Esto parece más bien un tour por el mundo. Qué calor... atenta, porque me parece que el regreso a casa aún no está próximo —le respondió a Sagitas al escucharla hablar, aunque no estaba segura de si la habría escuchado. A lo lejos, escuchó el rugido de un león que le erizó el vello de la nuca.

[Lisa Weasley Delacour]

Un movimiento cerca de mi persona me alerto, al punto de levantar a Km en dirección a la Potter Blue. Su cara de histérica me indico que no era una amenaza. Su confirmación fue la pregunta que lanzo a continuación. Una negativa de mi parte la dejo, quizás, mas temerosa que antes. Yo sabia que aquello iba a ser duro y que pocos lo aguantarían, yo, por suerte o por desgracia, era parte de aquella fiesta, no obstante y por cariño a la rubia, custodiara el bienestar de su tía hasta con mi vida. La fidelidad a mis principios seria notable en aquel combate, como siempre sucedía.

La mire a los ojos y me dispuse a enseñarle algo, ademas de intentar hacerla entender que los duelos eran necesarios en la vida diaria – Acuerda de lo que has aprendido hasta ahora. Los hechizos de defensa te resultaran muy útiles. Confiá en tus poderes y en los amuletos, que para algo los tienes y en caso de correr riesgo, estoy a tu lado para ayudarte – Tenia la certeza de que no me estaba ni prestando atención, pues se la veía mirar hacia idos lados, como buscando un punto por donde escapar – Sagitas centrate, ¿estarás bien, si? Has superado cosas peores…..

La llegada de la Haughton no me dejo continuar con el discurso motivador. Asentí y le regale una reverencia en señal de respeto y cariño. A pesar de las diferencias y los puntos de vista que cada una tenia, había una amistad férrea imposible de olvidar – El calor sera otro reto que superar. Los Uzzas lo adoran. Mojate bien la cabeza ahora que nadie te ataca, luego sera imposible. Cuanto mas te muevas, mas agua perderás y no creo que tu raza soporte esto durante mucho mas rato – Y era así. Yo sabia que Anna era una licantropa. Varias veces se había transformado ante mi.

Los segundos pasaban y era mejor aprovechar el tiempo. No me fiaba de lo que los guerreros egipcios pudiesen tramar. Los conocía, no del todo, pero si lo suficiente – Morphos – Dije alto y claro, apuntando en dirección a una roca cercana. Esta y ante mi conjuro cambio. Paso de ser algo inerte a tener vida y la forma preciosa de un león adulto. El animal, rey de la selva por naturaleza, era de un tamaño estándar; de pies a cabeza media setenta centímetros y desde la cola a los pies como un metro y medio. Poseía garras afiladas y colmillos peligros. Estaba a mis ordenes. Agilidad, velocidad, aguante y fuerza.

Se situó a seis metros de mi persona. Su función por el momento era protegerme de cualquier rayo y o invocación que se me enviase – Morphos – Volví a decir, esta vez la dirección de mi varita era mas cercana, Una pequeña piedra de unos veinte centímetros de grosor se convirtió en una viuda negra, una araña con una ponzoña capaz de matar a un ser humano en un corto lapso. Esta, obedeciendome, se perdió por el terreno en busca de una victima. Mis verdes y brillasen pupilas incidieron en las de mi tía postiza. Seria divertido verla en aquel área. De aquello saldría algo bueno. Igual hasta me valoraba mas - ¿Te ayudo con algo?

[Hades Ragnarok]

El Ragnarok maldijo por lo bajo por la intromisión de aquel Arcano. Bufo, estaba dispuesto a derramar la sangre de aquellos guerreros que tenía en frente pero al parecer tendría que quedar para otra ocasión, esta vez sin que nadie le estorbara para cumplir con su objetivo. A regañadientes lo siguió a través de aquel portal, por ahora no podía hacer más que seguir sus ordenes, ya que seguramente tendría que ver clases en algún momento con él, luego de eso podría hacer lo que el viniera en gana.

 

Aquel paisaje donde apareció le sorprendió. Se movió rápidamente girando en 360º. Entrecerró los ojos. Aquel terreno le parecía muy conocido, aunque había pasado demasiado tiempo que no pisaba el sitio. Movió la varita con nerviosismo esperando que lo atacara algún animal salvaje. Bufo, podía sentir aun el sabor de la sangre de aquel león del cual se había alimentado hacia mucho ya, en uno de los muchos amaneceres de la tierra Africana.

 

Vislumbro el paisaje y estudió todo lo que pudiera usar a su favor en el momento de que alguna cosa sucediera. Podía ver aquellos arboles y animales reposando y tomando agua en aquel especie de rio que cruzaba la llanura. Escucho unos pasos y unos movimientos, pudo sentirlo antes que otra cosa. Se volteo buscando la causa de aquello para notar que no estaba completamente solo, no había sido ni el primero y seguro que no sería el último en llegar

 

-Así que nos encontramos de nuevo hermanita –le dijo a Anne acercándose para ponerse a su lado- ¿qué te parece este lugar para jugar quidditch? –Simplemente dijo para molestar a su hermana- o te parece demasiado tranquilo o peligroso –bromeo- quizás quieras que algunos… -guardo aquel insulto para algunas personas que ambos conocían para después- te ayuden en vez de tu hermano mayor –comento.

 

Luego de aquello poso sus orbes oscuros en Sagitas, la chica que había escapado a sus cuidados y había ido a parar justamente con aquellos guerreros, después de que la clase terminara se ocuparía de torturarla como era debido por hacer tal cosa. Encontrar a Lisa allí no le sorprendió mucho, conocía a la chica y sabia que ella también estaba dando aquella clase y había pasado el entrenamiento en tierras Uzzas, le hizo una ligera reverencia sin decir ninguna palabra, ya que, estaba pendiente de cualquier cosa que se les pudiera acercar, por lo que supuso que Elvis y los demás profesores deberían estar por aparecerse.

 

-Bien, supongo que solo nos resta esperar –comento observando que Lisa ya s estaba preparando para la acción. Él aun no sabía que haría, quizás esperaría para adaptarse a la situación o como la Weasley Delacour invocaría o crearía algunos animales que el ayudaran, claro estaba, también podía usar a los que estaban allí por los alrededores y que los miraban curioso.

 

-<<Quizás nos ayuden o quizás una vez que comience todo esto salgan pitando de aquí>> -pensó el cainita.

[Sagitas E. Potter Blue]

¿Por qué Lisa y Anna K parecían saber más que yo? Fue mirar alrededor y ponerse en plan defensivo, como si un titán de fuego fuera a surgir de la tierra. Arrugué el ceño, intentando ver dónde estaba el peligro en aquel apacible lugar. Como no fuera en las hormigas rojas o algún termitero que, posiblemente, estuvieran por allá... Pero vamos, que no sé donde veían estas dos el peligro en tan maravilloso lugar. Pero claro, no puedo imponer mi propio criterio ante otras personas, pero mirar que quejarse del calor... Lo único que odiaba era el tener botas con tacón cuadrado que me impedían caminar en aquel camino. Pero nada como el descalzarse y caminar por aquel terreno seco con los pies descalzos. Dejé las botas al pie del árbol y después me acerqué a las dos muchachas. Me sorprendía ver a Lisa pues no la había visto antes.

 

-- A ver, ustedes dos saben algo más de lo que yo sé. ¿Esto es una broma y pronto nos llevarán de vuelta a casa? -- Entonces, Anne dijo algo que me hizo fruncir (más) el ceño. -- ¿Cómo que no está próximo el regreso? Yo ya empiezo a estar harta de esto, añoro la neblina de Londres.

 

El párrafo que me dedicó Lisa tampoco influyó en mi cambio de humor. ¿Qué quería decir que me las había visto en situaciones peores?

 

-- Oh, vamos, sólo te falta decirme que de un momento a otro van a aparecer los Accidentosos y van a causar algún estropicio -- le dije, con una sonrisa en la boca. Pero mi réplica graciosa quedó empequeñecida por sus hechizos. Durante un instante, pensé que iba a atacarme, o a atacarnos. Contemplé su león y su arañita y di un salto hacia atrás, algo enfadada por como iban las cosas. -- El calor no es para tanto, aquí el peligro eres tú y tus animalitos.

 

Iba descalza y muy cómoda, pero no me gustaba que aquella araña oscura se paseara por aquel lugar. No me gustaba nada la condescendencia con la que me trataba la novia de mi sobrina y empecé a acalorarme.

 

-- ¿Ayudarme...? ¿A qué? ¿Te crees que no sé usar la varita y hacer animalitos más lindos que los tuyos?

 

Saqué la varita del pelo, que cayó en cascada sobre mis hombros, mala idea ya que con el calor que hacía era mejor que estuviera recogido, pero soy impetuosa y me sentía cascarrabias en aquel momento por la forma en que Lisa me sonreía, como si se viera obligada a protegerme de... ¿de los mosquitos?

 

-- Mira y aprende, muchachita -- le dije a Lisa, con descaro olvidando que era la Jefa de Seguridad del Ministerio de Magia londinense. Tal vez debiera ser algo más humilde porque tenía la varita del revés. Le di la vuelta y dije un claro: -- Avis.

 

Sonreí, orgullosa de aquellos ejemplares de colibríes que movían de forma rápida sus alas en el aire, por delante de mi torso. Aleteaban y volaban tan deprisa que no supe bien si eran seis o más, eran muy rápidos. Me alegró la nota de color que había en aquel momento protegiéndome, como les había ordenado, aunque aún no tuviera claro si el peligro era algo del ambiente, del paisaje o de la misma Lisa cuando se enfadaba.

 

-- ¿Ves? Aún me sale, y eso que hacía como mil años que no invocaba estas avecillas. La última vez que lo hice fue en...

 

Me mordí los labios. Aún recordaba los cuervos negros que sabía invocar cuando estaba en el bando oscuro. Aquello no era algo que se pudiera decir a la ligera delante de oídos ajenos.

 

-- No me acuerdo, pero hace mucho tiempo. Y todavía sé hacer Morphos... Creo...

 

Busqué algo que transforma pero nada me parecía apropiado, excepto, tal vez, una de mis botas que descansaban en el pie del árbol. Estaba preocupada porque... ¿en qué demonios lo transformaba que dejara boquiabierta a Lisa? En aquel momento apareció Hades y le lancé una mirada esquiva a mi profesor. Su actuación contra los indígenas tal vez no hubiera sido la más acertada, pero atacarle con la hoja de una palmera... Hum... Tal vez me hubiera pasado.

 

-- ¿Quidditch? ¿Para eso nos han traído aquí? Paso, en serio, yo me quedo en las gradas y os veo mientras jugueteais con pelotas y escobas. Como mucho, os animo con los pompones.

 

Moví la varita contra una de las botas de tacón cuadrado y dije Morphos. Al instante, la piel de cuero adquirió una textura brillante y un movimiento sinuoso al convertirse en una pequeña víbora crotalina, una de los animales siseantes más esquivos y venenosos, más incluso que sus hermanas serpientes. De un color marrón brillante, siseó hacia mi, como esperando encontrar a quien atacar. Lancé una media sonrisa y le ordené que atacara a quien me atacara; así, si era Lisa u otro el que se atrevía, tendría encima el ataque de aquel rápido predador reptante al instante.

 

-- ¿Qué te parece? ¿Me acuerdo o no de mover la varita?

[Gatiux]

En mitad de la refriega con los indígenas, había aparecido un hombre misterioso cuyo rostro tapaba un pañuelo rojo. Gatiux puso los ojos en blanco mientras murmuraba un exasperado ¡por fin! y se dirigió hacia el portal haciendo desaparecer la katana plateada. Por fin alguien los iba a sacar de allí, de aquella huida sin sentido, de aquel teatro absurdo. Había sudado lo suficiente aquella mañana, estaba deseosa de volver a la Universidad y luego a su Mansión para darse una larga ducha.

 

Pero se equivocaba, aquel portal no le condujo a los terrenos de la Universidad, estaba en un lugar muy caluroso, desértico. La Malfoy miró con el ceño fruncido hacia arriba, extrañada por las altas temperaturas. Se deshizo de la camiseta de manga larga térmica que había llevado en la Selva, quedándose con una camiseta de tirantes de color fucsia que se ajustaba al cuerpo, de tela fina, que llevaba debajo. Cortó también las mallas, fabricando un pantalón corto ajustado, y guardó los trozos restantes. Antes de cerrar la mochila dio un trago a la botella de agua que llevaba.

 

Algunos animales miraban a la bruja con curiosidad, mientras ésta descendía la colina donde se había aparecido. Los que habían llegado antes que ella se estaban reuniendo más abajo, por lo que sería mejor alcanzarlos para ver si tenían idea de lo que tendrían que hacer allí, en la Sabana. Miró hacia arriba, pues una sombra proyectada le llamó la atención. Un enorme buitre le sobrevolaba, esperando una oportunidad, se lanzaría a por la banshee si desfallecía.

 

-¡Largo! ¡Todavía estoy viva! -hizo un aspaviento- Maldito carroñero.

 

No había hierba allí. Los árboles crecían con desgana, desprovistos de hojas, como una huesuda mano que intentase agarrar a un alma errante. Allí abajo se encontraban algunas personas de la excursión anterior, como Sagitas, Anne, o Hades. Otra mujer se les había unido. Cuando llegó hasta ellos les saludó, parecían tan perdidos como cualquiera. Algunos de los presentes estaban invocando animales.

 

- Veo que os divertís.

 

Miró a los colibríes, eran hermosos. Intentó seguir el aleteo de uno de ellos, tarea imposible, por lo que al final quedó junto a los que se habían llegado hasta allí, a la espera. En cualquier momento aparecería algo que le intentaría matar, o tendría que volver a hacer uso de sus zapatillas y salir corriendo como alma que lleva el diablo. Menuda mañana llevaba... Se limpió una gota de sudor que bajaba por su cuello mientras miraba a las criaturas. Tal vez debería protegerse ella también. Se sentó encima de una gran roca mientras ataba bien sus cordones, preparándose para una nueva huida.

[Tauro M.]

La clase por fin llegaba a su fin y de nuevo estaban todos de vuelta al salón de clases donde planeaban seguir discutiendo acerca de sus descubrimientos, pero antes de que la oji-azul lograra tomar partido por alguno de los profesores la presencia de un ser notablemente poderoso irrumpió el aula. No hacían falta las presentaciones, aunque escuchó a alguien murmurar el nombre de aquel guerrero «Badru» y supo que era uno de ellos; por fin estaba frente a alguien de su clase y ni teniendo su rango de Líder Mortífaga se atrevía a contradecirlo, pues podía más la curiosidad sobre el verdadero poder que escondía el guerrero y si había alguna oportunidad de presenciarlo, no quería perdérsela. Lamentablemente los planes que tenían preparados para ellos apuntaban hacia otra dirección.

— Temo que nos veremos del otro lado —susurró a Leah quién seguía a su lado junto con Pik y Heliké — Te prometo que al terminar podremos continuar con lo de aquella mordida —agregó antes de desaparecer a través del portal.

El paisaje que les esperaba al otro lado no era precisamente alentador, pues si bien se presenciaba un poco más de vegetación y color, el calor seguía presente. Sin embargo esta vez no dijo nada ni se quejó, más bien se cuestionó el por qué estarían allí en un espacio tan abierto y con tan pocos elementos a su alrededor; tenía una leve sospecha pero esta sólo se confirmó con la aparición de los que supuso eran los estudiantes de las demás clases.

— Interesante —comentó a... ¿Donde habían quedado Pik y Leah? Los buscó rápidamente con la mirada y los encontró, sólo que a cierta distancia de ella, lo cual no hizo más que confirmar sus sospechas —Supongo que de esto se trata —. La Crouchs ya se hallaba con los de su grupo y del resto guardaba una distancia de 9 metros, no hubo tiempo para saludos ni presentaciones, pues a medida que comprendían el motivo por el que estaban allí reunidos, cada quién se preparaba para lo inevitable. Apenas y agitó la varita y su vestimenta cambió por completo, ahora llevaba botas, un short y camisilla, como quién planea ir a una salida de campo.

[Anne Gaunt M.]

Sonrió a Lisa al escucharla.

 

— Mucho rato, dice... si ya estoy a punto de disecarme —protestó, impaciente como siempre. A pesar de eso, siguió el consejo de su ex-compañera y amiga y se mojó la cabeza con un simple movimiento de varita. Luego se sacudió con brusquedad en un gesto más bien poco femenino y luego se pasó la mano derecha por la cara para quitarse algunas gotas de agua que le molestaban en los ojos. Luego se giró hacia Hades, que acababa de llegar y ahora bromeaba sobre el lugar en el que estaban. Puso mal gesto, aunque no estaba realmente enfadada—. ¿Jugar al quidditch, dices? Terminaría escurriéndome de la escoba por culpa del sudor... ¿que tú no tienes calor? Te veo ahí, tan tranquilo... ¿dónde demonios estamos? En serio, yo estoy como Sagitas... me quiero ir a mi castillo. Y luego os preguntáis porqué no me gusta salir de allí —luego escuchó las últimas palabras del Ragnarok y le miró con seriedad, mucho más preocupada—. No digas bobadas, eh. Yo quiero que me ayudes tú, como siempre. Pero... ¿es que sabes qué viene a continuación?

 

Porque ella no lo sabía. Sin embargo, su naturaleza desconfiada le indicaba que no iba a ser nada tranquilo y sosegado, sino que probablemente habría mucha acción y peligro, tal y como había pasado con la primera parte de la clase. Miró a Sagitas y negó con la cabeza.

 

— No, no, no tengo ni idea de qué va a pasar ahora. ¿Qué hacéis?

 

Lisa y Sagitas habían empezado a crear animales... ¿o eran defensas? Conocía demasiado bien a Lisa como para dejarse engañar. Ella no creaba cosas bonitas, ella se estaba preparando para lo que venía a continuación. Pero... ¿qué sería? «Y a todo esto... ¿qué hace aquí Lisa?», se preguntó de repente, cayendo en la cuenta de que la Weasley no había estado en su clase. Arqueó una ceja y la miró, sin comprender.

 

Pero no le habló, sino que decidió imitar las acciones de ambas mujeres. Su vista se clavó en una piedra que había a poca distancia suya, grisácea y de un tamaño que le recordaba al de un jabalí adulto.

 

— Morphos —murmuró. Al instante, la piedra se transformó en lo mismo que había imaginado unos instantes antes. El jabalí la miró entonces, como si hubiera sido un animal desde muchos años atrás, y se acercó lentamente hacia la licántropa, pues su misión sería protegerla en caso de que algo malo se dirigiera hacia ella. No estaba de más prevenir—. Avis.

 

Doce pajarillos de plumaje grisáceo similar al color de los ojos de su creadora aparecieron entonces también, por encima del jabalí. Su orden era la misma que la del animal creado por el morphos. Luego miró a Sagitas y a Lisa.

 

— ¡JA! Ya que movéis las varitas... movámosla todos por igual —comentó. Pero el comentario no sonó tan gracioso como ella había pretendido que fuera, pues acababa de ver a Gatiux aparecer y, unos instantes después, a su prima Tauro. ¿Qué significaba todo aquello? La idea de que sería una prueba más de aquella clase cada vez tomaba más peso.