Prueba Final

[Lisa Weasley Delacour]

Al encontrar la llave, nos habíamos hecho un hueco en aquel sub mundo, logrando alcanzar, de forma aparatosa he de decir, el beneplácito del dios nórdico mas influyente. No es que nos viese como grandes guerreros que usar en su futura utopía, ni tampoco una ayuda para sus planes. Mas bien nos trataba como un hermano pequeño al que no hacer ningún caso. El nos dejaba vagar por su reino, siempre y cuando no atacásemos a su familia ni nos interesásemos por sus cosas. Un trato que nos amparaba a todos.

Los Uzzas, magos errantes del desierto, amos de lo desconocido, habían acatado las reglas de Odin, como este las suyas. Los amantes del Nilo solo buscaban información y nosotros, al ser portadores del objeto de oro con forma de rayo que abría las puertas del Valhala, se la habíamos dado en bandeja. La primera prueba había sido derribada y culminada con éxito. Estos nómadas miraban mas aliña de las peleas entre pupilos y profesores, mucho mas allá incluso de la vida y la muerte.

Para culminar y poder convivir con los dones del libro de la sangre, aun restaba pasar un seguido desafió, quizás el mas peligroso y cruel de todos. Runihura y otros tres de estos increíbles combatientes quisieron ver la prueba con sus propios ojos. La plaza mas grande de la ciudad donde nos hallábamos, muto, gracias al poder de las Valkirias, transformarse en un domo enorme. Una arena de combate apareció ante nuestros ojos, toda ella rodeada de un cristal mágico. Debíamos combatir.

Todos y cada uno de los presentes fuimos succionados dentro. Zack y yo también debíamos demostrar el coraje, la fortaleza y la estrategia para lograr el vinculo definitivo. Como era de esperar, en aquel punto de inflexión, fue Badru quien tomo la iniciativa y comenzó a darnos las instrucciones definitivas. Su voz rosen en todo el espacio. Fuerte y Grave. Al parecer los duelos serán 1 vs 1, sin poder ayudar o decidir el futuro de los otros magos. Y cada cierto tiempo, algo inexplicable sucedería y tendríamos que hacernos cargo.

¿Que conllevaba eso? Pues de seguro algo como lo ya experimentado anteriormente. Ataques de animales salvajes, olas gigantes, rayos, apariciones, neblinas que te impedían ver. Algunos encontrarían aquella forma de probarnos muy salvaje y arcaica, no obstante, yo confiaba en la misma, ¿Porque? Porque cuando uno esta en peligro y desprovisto de uno o dos sentidos, es cuando en verdad sacas a relucir quien eres. Una sirena anuncio el inicio. Era la hora de afianzar lo que habíamos aprendido.

Información

Lisa vs Zack

Mei vs Taurogirl

Elvis vs Sagitas

Leah vs Yu

Agatha vs Hades

Anne vs Valkiria

En los segundos post, el domo falla dejándolos desprotegidos, de manera que una valquiria les lanza una flecha que deberán evitar, de lo contrario al impactar equivaldrá a una herida leve (dos turnos para aplicar un episkey).

En los cuartos post, la magia del domo suelta una descarga eléctrica sobre los protegidos, haciéndolos perder una de las dos acciones (a elegir por el usuario). Esto no afectará si el usuario aplica una curación necesaria, es decir, si se necesita un episkey por equis herida, se debe rolear la descarga eléctrica pero no afectará la utilización del episkey. Eso como única excepción

En los sextos post, el domo desaparece permitiendo el acercamiento de un guerrero antiguo, Gengis Khan, cuyas intenciones son de atacar hasta haciendo uso de su arco y flechas. Se debe detener su avance con la daga del sacrificio, además de continuar con el duelo. Aparecerá una réplica de dicho guerrero para cada personaje.

[Zack Ivashkov]

Concluir con la primera prueba impuesta por los Uzza, los hacía, cada vez más, dignos de su confianza, a Lisa y Zack junto al grupo que ellos estuvieran guiando. Una vez lograron hacerse con la llave, pudieron pasar a la parte final del adiestramiento, la que suponía ser más entretenida por los peligros que abordaba. Si bien ya no eran los dos profesores quienes planeaban todo, estaban al tanto de lo que podía suceder, lo cual les hacía ser más precavidos en sus movimientos ahora que se enfrentarían uno al otro, como durante toda la clase lo estuvieron haciendo, sólo que de manera diferente.

Un domo mágico transparente los cubrió abarcando la totalidad de la plaza en que se encontraban. Ahí había varios pilares dispersos sobre los cuales descansaban enormes estatuas de piedra de diferentes guerreros y semidioses, material que podría serles de mucha ayuda para quienes supieran aprovechar el entorno. Algunas piedras de menor proporción también formaban parte del escenario sirviéndose perfectamente para la creación de un bezoar. Esas fueron las cosas que captaron más la atención del Mortífago.

La magia del domo, les permitiría mezclar los hechizos del menor rango de ambos bandos, de manera que todos tuvieran amplitud al momento de idear una estrategia que les permitiera ganar el duelo: desarmando al rival y quedándose con la varita, o matándolo.

—Estuve esperando este momento durante toda la clase, Weasley — Anunció a su compañera mientras preparaba la varita en la diestra. Arremangó su camisa azul marino hasta los codos y aligeró la tensión en los primeros tres botones superiores, buscando comodidad. El resto de su vestimenta era la misma que llevó durante toda la clase.

—¡Ah, sí! Ya pueden empezar — Dijo en voz alta repasando las expresiones de los pupilos. Sobre todos ellos estaba la lista general que indicaba el oponente de cada uno, de manera que supieran quién era su rival del momento. Zack se quedaría esperando por Lisa, quien se encontraba a poco más de diez metros en línea recta.

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La prueba consiste en duelos 1vs1 aunque todos estemos en el mismo topic. No es un simulacro. Por lo tanto usaremos alas reglas correspondientes.

No estará permitido utilizar las creaciones o los movimientos de otros para beneficiar el duelo propio, solo los de su oponente. Aunque eso no quiera decir que no pueden interactuar con sus compañeros, pero nada más.

Haremos uso de los hechizos Mortífagos y de la Orden del Fénix. Todos tendremos el rango de Tempestad junto al de Legionario, es decir, se puede usar unos u otros hechizos independientemente del bando al que se pertenezca. Además, podrán utilizar los hechizos del libro de la Fortaleza y, obviamente, los del libro de la Sangre.

Pedimos constancia en la actividad, ya que se planea dure hasta el 29 de febrero por la noche latina, más tardar el 1 de marzo por la noche. Todas las dudas que surjan durante la prueba final deberán colocarse en el topic de consultas de la clase.

Dejo las listas de hechizos y reglas para mayor facilidad. Y link directo a la reforma de Poderes.

[Hades Ragnarok]

El vampiro había aparecido en aquel lugar preguntándose ¿Cómo demonios había llegado allí?, más aun, hasta los profesores y compañeros que se habían ido por otro camino y los que le habían acompañado hasta el punto que recordaba se encontraban junto a él. El cainita suspiro y recorrió el sitio con la mirada. Un escalofrió cruzo su espalda, casi podía ver la imagen en su mente, aquello se repetía, solo que allí no estaban ni su enemigo de aquella época, ni sus 2 ex amigos quienes terminaron odiándole. Bufo por lo bajo ante aquel recuerdo, había pasado ya hace muchos años pero podía verlo como si fuera el presente.

 

-El circulo se ha vuelto a completar –susurro- solo que ahora son diferentes las circunstancias, aun así esto es demasiado real –negó con la cabeza- esto no es una ilusión –se repartió así mismo- esta es tu prueba y debes pasarla con honores –se dijo.

 

Camino unos cuantos pasos alejándose de todos. Si, estaba encerrados en un domo, tal como aquella vez, así nadie se entrometería, solo que ahora había mucho más gente dentro de él. Quiso tocar aquel material que evitaría que todos salieran del territorio permitido pero no lo hizo, no era tan tonto como para arriesgarse a tocar aquello que seguramente el causaría mucho dolor o lo dejaría prácticamente inconsciente. La voz de Badru lo devolvió a la realidad para escuchar simplemente a quien debía enfrentarse en aquella prueba era ni más ni menos que a la directora mortifaga,

 

El Ragnarok la busco con la mirada, no sin antes poner cara de resignación al ver que esta vez no iba luchar contra su amiga, al menos no le había tocado atacar a su hermana menor por lo que esperaba que ella estuviera bien y no se metiera en todos aquellos problemas. Ladeo la cabeza y pudo atención nuevamente en todo lo que le rodeaba, se alejo lo suficiente como para quedar a 10 metros de Agatha y a 4 metros de cualquier cosa que pudiera ser morpheada o transformada que pudiera hacerle daño, solo una pequeña roca del tamaño de su puño estaba cerca de él. Aquello ya lo hacía por costumbre, enfrentarse a los sangre sucias, traidores a la sangre y personas asquerosas era el pan de cada día para el Ángel Caído.

 

Podía sentir la expectación de la lucha, como la ponzoña se iba formando en su boca y como el calor de la varita se sentía en su nívea mano descubierta. Dibujo una mueca divertida e hizo una ligera reverencia para mover la varita rápidamente ya que tanto ella como él tenían sed de sangre y en aquel momento no le importaba la de quien fuera derramada.

 

-¡Sectusempra! -dijo apuntando a Agatha. Un rápido rayo salió directamente hasta su pecho, si el rayo impactaba en su pecho, heridas profundas y sangrantes se abrirían en su piel, y si no se curaba de inmediato, moriría desangrada

 

-ups! lo siento, se me chispoteo –susurro divertido observando como el rayo iba directo hacia la directora.

[Ky.]

Aun no entendía como era que pasaban ese tipo de cosas, pero ya se encontraba en un lugar diferente, miró a su alrededor y se dio cuenta que ya se encontraba presa en un gran domo, podría ser que se equivocara pero algo le hacía sentirse atrapada. Camino por el lugar buscando reconocer la zona, a su lado derecho aparte de ver la figura de dos compañeros. Se podía visualizar algo muy parecido al tronco viejo de un árbol, de treinta centímetros de diámetro y casi metro y medio de largo, eso no era lo único que los ojos azules de la morena podían ver, en el mismo lado vio diferentes tamaños de piedras, pero ninguna tan grande o tan pequeña. La Malfoy fue girando la cabeza, viendo la posición de cada compañero, aun no entendía la manía de los guerreros Uzza para hacerlos llegar al nivel de peligro en el que se habían envuelto aquella vez en el libro de la fortaleza y ahora en este lugar.

 

Si bien, la morena trataba de hacer todo el tiempo que pudo mientras analizaba la forma de poder aprobar el curso pero sin la necesidad de llegar al punto de querer destruir a su compañera y en esta nueva actividad, rival. Pero todo fue completamente inútil, por lo que se quedó mirándola a los ojos y después la recorrió de pies a cabeza y de cabeza a los pies, hasta que volvió a quedar viendo su rostro y no quedarle otra cosa que sonreír.

 

La vestimenta de la chica de piel canela era la misma que durante la clase, un vestido blanco corto y a juego unas zapatillas del mismo color del vestido. Para ese momento el vestido ya tenía algunas manchas de sangre de lo que habían sido sus propias heridas que ya habían sido sanadas. Solo quedaba una cosa por hacer para empezar el duelo, así que tomo su varita con decisión y soltura pronunció su primer ataque.

 

—Desmaius.

 

Un rayo plateado salió de la varita de Elizabeth buscando dejar inconsciente a Leah, pero era claro que para que su compañera sufriera por ese ataque aún faltaba mucho tiempo, sin dejar de ver a su rival se dirigió a Valkyria.

 

—Si llego a morir, llévate mi cuerpo y entrégaselo a mi pad… —había decidido no decir más, porque hacer drama realmente no era lo de ella.

[Tauro M.]

Luego de sortear los diferentes obstáculos que habían encontrado en el camino, el grupo pudo hacerse con la llave, pero si creyeron que con esto habían llegado al final del camino y volverían ilesos, estaban muy equivocados. Esto no tomó por sorpresa a nadie, pues tras lo ocurrido con el aprendizaje del Libro de la Fortaleza, cualquier cosa podía pasar y esta vez no sería la excepción. No les quedaba otra opción más que la de demostrar una vez más que eran dignos de adquirir los poderes que guardaba muy celosamente el libro de la sangre.

Ya en el terreno de batalla, prácticamente atrapados y obligados a combatir entre ellos, Tauro le dirigió una última mirada a la Atkins, diciéndole que no se preocupara, que ella estaría bien y luego centró toda su atención en su rival: Mei Delacour. Anteriormente también se había enfrentado a ella, aunque ninguna de las dos resultó ganadora ni terminó con heridas pues al final se había vuelto un todo contra todos para terminar en contra de nadie en realidad. No planeaba darle muchas vueltas, lucharía con todo lo que pudiera, pendiente de Mei, de las Valkirias y de cualquier evento extraordinario que se diera alrededor. Era más que una lucha para demostrar quién era el más fuerte, pues debían tener en cuenta otros factores como la concentración, la destreza y el manejo del entorno. Tauro empuñó la varita manteniendo una distancia prudente de 10 metros de su rival y gritó:


— ¡Absorvere! —un ''crack'' fue suficiente para que la Mortífaga supiera que el hechizo había tenido efecto. La mano donde Mei sostenía su varita se quebró y de no curarse pronto quedaría inutilizable por lo que quedara del duelo. No era un hechizo precisamente asesino, pero al menos eso la mantendría distraída por un momento, tiempo suficiente para que Tauro observara sus movimientos, intentando encontrar algún punto débil en la Líder Fenixiana y así poder dejarla fuera de la batalla antes de lo previsto.

[Valky]

A esas alturas la castaña ya debía estar acostumbrada a ese tipo de cosas, no salían de un aprieto, en el que si no estaban a punto de perder la vida, estaban atrapados en algún lugar extraño, para ya estar en otro aun peor que el anterior. Suspiró y empezó a observar a su alrededor. Se encontraban en un domo y en las afueras infinidad de publico esperando algún espectáculo lo que la llevó a preguntarse desde cuando se habían convertido en la atracción de dioses nórdicos, valkirias, guerreros y claro como olvidar a los Uzzas. Aquellos guerreros tan poderosos que disfrutaban poniéndoles a prueba cada que tenían la oportunidad.

 

Se acercó con curiosidad a inspeccionar la sustancia azulosa que los mantenía cautivos, sin embargo, no la tocó. Algo dentro de ella le decía que si se le ocurría hacerlo saldría volando por los aires victima de una descarga eléctrica. Estaba atrapada y no tenía más alternativa que hacer lo que ellos querían. Se giró nuevamente y su mirada se posó en Anne, su cuñada, una vez mas le tocaría enfrentarse con ella.

 

—De seguir así una de las dos terminara en San Mungo...—por su mente paso la palabra muerta pero prefirió no decirla —Al menos esta vez no quedaras desnuda al primer hechizo... —dijo entre risas, ya que iba a participar en ese disparatado espectáculo al menos buscaría la forma de divertirse. La cuñada de Valkyria estaba a unos nueve metros de donde ella se encontraba. —Morphos...—dijo apuntando a los jeans de Anne y estos presa del efecto de su hechizo se transformaron en un avispa marina que inyecto su letal veneno apenas tocar la piel de la mujer.

 

Pronto todos los presentes se enfrascarían en una lucha con el único propósito de hacerse con aquel preciado vinculo que los habilitaría a usar aquella poderosa magia del libro de la sangre.

 

—Nadie va ha morir... —le respondió a Elizabeth, que estaba muy cerca de donde la ojimiel estaba parada —No digas esas cosas... —Le recriminó, aunque la verdad era que ni ella misma se creía esas palabras. En aquella prueba todo podía pasar.

[Leah Snegovik]

El domo se cerró sobre sus cabezas y los ojos de la Atkins siguieron el movimiento del cristal, hasta que no tuvo más remedio que volver a bajar la mirada. De nuevo, los Uzza habían requerido de una última prueba para que pudieran considerarse aprobados y tendrían que recurrir, una vez más, al uso de la magia. Sacó la varita de la manga de su túnica, deslizándola por el brazo con toda la lentitud que tardó su sonrisa en aparecer y las pupilas, fijas, se posaron en Elizabeth (Shalyit), quien había sido elegida como su contrincante en la batalla que venía.

 

Sin muchos miramientos, se ubicó a ocho metros de ella y a cuatro de cualquier cosa que pudiera ser utilizada en su contra, a excepción de la estatua de Aquiles, que estaba a tres metros al frente, en diagonal, a apenas a un metro a la derecha. Sabía que ninguno de sus compañeros de clase sería un problema, puesto que serían duelos individuales, pero procuró mantenerse en una posición donde pudiera verlos a todos. No porque resultaran interesantes, sino porque su novia estaba por ahí cerca y tendría que batirse en duelo también.

 

La túnica de la Atkins resplandecía ligeramente, quizás porque el ambiente lo permitía, pero no porque tuviera algo especial. Sólo era blanca, sin mucho que resultara importante. Había dejado las botas en algún sitio externo al domo, por lo que sus pies estaban descalzos en el suelo y no portaba nada más, a excepción de Texia. Esperaba con tranquilidad a que su oponente atacara y antes de siquiera notarlo, ésto sucedió. Miró el rayo salir hacia su dirección, además de escuchar el pequeño eco del hechizo pronunciado y no hizo más que mover la varita hacia lo único que había permitido tener cerca.

 

—Vitae.

 

Tener hechizos menores a su rango era algo que realmente no apreciaba, sentía que limitaban su poder. Pero, ¿no era esa la idea? No obstante, sabía que podía aprovecharlo para su bien y empezaría por esa defensa, que fácilmente ayudaría en un futuro cercano. La estatua de Aquiles tamaño real se animalizó en el acto, tras una vibración de su arma mágica, cayendo en cuatro patas con los poderes de algún felino poderoso y fiero. Sus manos de mármol habían pasado a ser ahora garras afiladas y su boca tenía grandes dientes, quizás se había alargado un poco para permitir que pudiera abrir las fauces como lo hizo, soltando un gruñido con un curioso tono apagado.

 

Con un único salto, se puso frente al Desmaius de Elizabeth (Shalyit), recibiendo el impacto. No obstante, no lo destruyó, ni hizo más que simplemente ser impactar en su estructura. De ese modo, salió a la carrera contra la misma mujer, lanzándose hacia su anatomía con la intención de desgarrar todo su torso si se lo permitía. La primera estocada dio contra su pecho y si no hacía algo pronto, recibiría una segunda que posiblemente sería peor que la que la precedió, además de que sus dientes estaban amenazando su piel.

 

—Vamos a jugar —murmuró, con una sonrisa, sin usar la segunda acción que le correspondía.

[Mael Blackfyre]

Era una de las plazas más grandes que había visto en aquel sitio. Jamás había visitado los pueblos muggles que eran parecidos, pero las fotos y la historia describían que se trataba de un sitio similar. Todo era de piedra, con estatuas, pedestales enormes que sostenían los gigantezcos techos con adornos en oro y plata. Había runas y jeroglíficos que no tenía noción de que decían o contaban. Asi que me quedé admirando allí todo el sitio.

Cada uno de mis compañeros dentro de la clase del libro, se habían presentado. Algunos se habían quedado atrás y otros ni siquiera los había vuelto a ver. PEro allí estábamos los que de alguna manera, para los profesores y los Guerreros Uzza eramos aptos. Yo ya había pasado todo aquello. E incluso había pasado por pruebas peores. Recordaba justamente que en el libro de la sangre había tenido que hacer demasiados sacrificios que me habían llevado al borde de la muerte.

El domo enorme que nos rodeaba había descendido y estaba listo. Ésta prueba era como la anterior, nos enfrentaríamos tanto a un rival como a los obstácul0s que nos esperaban pronto. La anterior ver los Guerreros Uzza nos habían lanzado con olas gigantes, animales feroces y muchas otras cosas más. Saqué mi varita y miré alrededor. Todo estaba bastante despejado y sonreí ante mi rival, Sagitas, que era la oportunidad de enfrentarme a ella.

— Espero que no tengas miedo de usar ésa varita, prima. Los guerreros admiran a las personas que son capaces de eso y mucho más —le comente dirigiéndole una reverencia. El resto de las personas parecían haberse dispuesto a empezar. Pude escuchar gritos de encantamiento e incluso nombres de hechizos de bandos. ¿Y los poderes? Claramente que pasaríamos aquello si nos veían utilizar su propia magia— Immolo oppugnare.

Había materializado aquella daga que ya formaba parte de mi. Era plateada. El mango era de cuero negro y tenía algunas runas que formaban un león dorado, pero eran detalles que se veían simplemente con la luz. A la noche se mantenía tan oscura como la misma. Aferré la daga con mi mano y la apunté hacia mi muñeca. Recorrí la mitad de mi antebrazo, hundiendo el filo en mi piel. El ardor fue presente. La sangre empezó a brotar exactamente en el mismo sitio que mi prima. Ambos sentíamos lo mismo. Me estaba dañando para producir exactamente el mismo corte en ella.

— Eso dolio —admití en voz alta, como un pensamiento que se escapaba de mi cabeza. Era la primera vez que lo usaba contra alguien para lastimar. No iba demasiado con mis ideales pero sabía exactamente que al producir ése ataque, luego podría afectar a mi oponente con otras cosas. Recordaba cada poder y tenía muchas libertades, pero debía esperar un poco. Miré la sangre que recorría mi brazo hasta el codo y la sangre manchaba el suelo de piedra, con lunares tan rojos como las rosas.

Pensé en una Curación. La necesitaba para no desangrarme. Una leve luz brilló desde el interior de la herida y dejó de sangrar. La piel empezó a cubrir ése tajo y mi brazo volvió a la normalidad.

[Mica Gryffindor]

 

Al lograr conseguir la llave, todos fueron transportados hacia aquel desconocido sitio. No era lo que esperaba, claro que no, pues estaban encerrados en lo que parecía un lugar que los recibía para la batalla. No había forma de salir y, de seguro, podrían encontrar “sorpresas” en cualquier momento. No importaba, lograría afrontar lo que fuera.

Supo entonces que debería enfrentarse a uno otro de los estudiantes de la clase y se alegró de saber que sería Hades, pues era un gran duelista, casi una leyenda dentro de su bando. Lo divisó a nunos diez metros desde donde estaba y lo saludó con una reverencia leve. No había objetos que interferirían entre ambos, así que solo serían ellos.

 

Vio el rayo que surgió de la varita de Hades, sabiéndolo muy dañino. Conocía más que bien cada hechizo “cotidiano” así que podía reconocerlos aún sin oír las palabras para su implementación. Lo que tenía por aprender era el uso de todos aquellos nuevos poderes. Se propuso, entonces, intentar solo utilizar los hechizos recientemente aprendidos, aunque no podría usarlos lo suficiente como para completar el duelo, serían su primera elección.

- Salvaguarda Mágica- pensó entonces, haciéndose intangible justo a tiempo para que el rayo no lograse dar en el blanco. El efecto duró lo preciso para dejarla ilesa y luego la devolvió a su materialidad.

Era su momento de atacar. ¿Qué haría? Sabía que su rival era un excelente duelista y debería ser lo más ofensiva que le fuera posible, sin embargo la tentación de seguir probando los nuevos hechizos y demostrar sus habilidades con los mismos era mucho más fuerte que su afán de no dejarse vencer.

-Maldición- agregó en su mente. El efecto haría que Hades no lograra lanzar debidamente su siguiente ataque, ridiculizándolo.

Alzó una ceja riendo tranquilamente por el comentario hecho por su compañero de bando. Era evidente que no había mucha relación entre ambos, ella últimamente no se relacionaba casi con nadie, de hecho.

- Claro, todo sin querer- dijo con calma entre risas pues estaba tranquila a pesar del enfrentamiento.

[Lisa Weasley Delacour]

- Ivaskov, pues vamos con ello.

Era una liberación en verdad. Los Uzzas solo nos permitían combatir en aquellas circunstancias especiales, en donde prevalecía la estrategia y conocimientos antes que la seguridad de los presentes. Era cruel, no obstante verídico. Los guerreros nómadas de Egipto solo vincularían su libro a quien lo mereciese. Ellos sabían lo duro que era luchar contra rivales mas poderosos y sanguinarios. Si habían vencido, nosotros también podíamos hacerlo. Un mensaje de coraje, valor, sacrificio y sangre.

En cuanto el domo se hizo mas que presente, mis ropajes cambiaron de forma, dándome movilidad y fuerza. Portaba para la lucha un pantalón corto de lino y una camiseta de tirantes en una tonalidad burdeos. No llevaba, a excepción de mi varita, nada mas, ni calzado, ni accesorios. Me sentía cómoda en aquel cuadrilátero grandioso. Con mi mirada inspeccione el lugar. Estaba a diez metros de Zack y a seis de todo objeto grande o mediano. El castaño no me pillaría con aquel tema.

A la izquierda de mi contra parte profesor había una estatua de Hércules, de un tamaño muy superior al normal. En cambio a mi derecha, del mismo tamaño y con una lanza, un Ulises embebido de poder. La escultura del guerrero distaba de mi figura sus buenos cinco metros. Seria perfecta en caso de necesidad. ¿Con que atacarle? Tenia tanto a mi disposición que no sabia que hechizo usar. Las estrategias se cruzaban por mi mente con tanta rapidez que incluso lograban marearme. Tome aire y lance mi ataque.

- Wow

Al pronunciar Immolo oppugnare la daga, ya inscrita en mi esencia y de un brillante metal apareció en mi diestra. Su color azul martilleo en mis pupilas. La belleza de un hipogrifo joven fue suficiente para saberla mía. Apunte su filo hacia mi dedo pulgar de la mano donde sabia Zack sujetaba su varita y allí hice un profundo corte. Hice que la brecha que yo había creado en mi anatomía, fuese dirigida haca el Ivaskov, soportando ambos el daño. O sea, tanto el castaño como yo misma sufrimos aquel corte. La sangre bañaba nuestros cuerpos.

Su puntería se vería considerablemente afectada. No dije, pronuncie o murmure nada ante la quemazón de mi falange, la cual había sido tan bruta de cortar. El dolor no me iba a parar. El joven estaría pensando que estaba loca, no obstante, era una oportunidad para derribar su muro y eliminar cualquier pensamiento acerca de mis hábitos al combatir. Tras eso y atenta a que nada mas pudiese franquear mis defensas, pensé en una Curación, uno de los conjuros de la anterior clase. Asi evite la perdida de sangre y cerré el tajo. Seguía ilesa.