Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Sagitas E. Potter Blue]

Si algo me daba rabia era tener yo tanto odio acumulado en la boca del estómago y que mi hermanita linda estuviera allá, saludando a Sean como si nada, pidiéndole recuerdos ahora que volvía a la casa. Le gruñí con un tono grave de advertencia.

 

Si algo me daba rabia, encima era que el muchacho intentara ir de buenas y me dijera que dejara el pasado atrás, cuando "el pasado", como él decía, era un niño precioso (demasiado parecido a su madres y, gracias a los dioses, sólo un poquito a su padre) de casi dos años que llamábamos "S" y por el que mi hija se había ido de casa. Gruñí, en un claro tono de advertencia. A mí con esas de que dejara el pasado atrás.

 

Espera... ¿Mas arrugas...?

 

Si algo me daba rabia es que me llamaran vieja, ¡V I E J A ! Ahora mi gruñido era claramente amenazador.

 

Si algo me daba rabia era que, encima, me enseñara lencería (¡divina, por cierto!) que le traía de regalo a mi hija Perenela. Al menos Haya reaccionó por fin y le tiró algo a la cabeza (¿un elfo?) y le gritó; menos mal... Me levanté, aún un poco coja, y me acerqué al paquete que había caído al suelo.

 

-- ¡Descarado! Ese conjunto te lo puedes meter en... -- ¡dioses, qué buen gusto! Tenía que comprarme yo uno como éste, seguro que a Jack le gustaba. -- Vete o te mato. Con todas las palabras. ¡Te mato...! Al menos que vengas a deshacer el entuerto que produciste y pretendas darle un apellido a mi nieto y una estabilidad emocional a mi hija.

 

No sé porqué me metía en eso si había sido la propia Perenela quien me había dicho que era mejor que se fuera. Pero una ha de hacer el papel de suegra malosa, ¿no? Es ley de vida. Agarraba con fuerza el paquete (pero no se lo tiraba a la cabeza, por supuesto; tenía otros planes, malévolos y nocturnos, para aquel hermoso conjunto).

 

-- ¡Y deja de decir lo del bañador sexi! ¿Es que por ser abuela voy a perder mi figurita atractiva? Estoy segura que este modelo me sirve. -- ¡Glups! Estaba cayendo en su trampa de mujer sexy con lencería de lujo, seductora que... -- ¡No lo volverás a ver nunca, mi cuerpo quiero decir! Haré algo más que lanzarle un zapato si no se va.

 

Claro que la rabia es algo que se va muy lento pero, en el fondo, agradecía que viniera en son de paz (algo que no iba a permitir, con él siempre estaría en guerra, estaba segura) y que preguntara por sus compañeros de trabajo. Gruñí, aunque ya no tan agudo como antes.

 

-- Si quieres preguntar por los accidentosos, ve a la tercera planta. Yo ya no estoy con ellos -- ¿pensaría que me habían despedido? Porque no le iba a explicar lo de mi ascenso ministerial para nada. -- ¡Haya! No le pidas que regrese... Sólo me faltaría que este tipejo me agriara cada día con su presencia en el Ministerio.

 

Bufé y creo que sonó raro, como si alguien golpeara los cristales. Miré, sorprendida a los lados.

 

-- ¿Alguien está toqueteando la cristalería? Parece que suena... ¿O es que tenemos un poltergeist...? Porque que tenemos un ghoul lo sabía... Pero él toca cañerías, no cristales.

[Ashley Peverell]

No alcanzaba a ver si su hermana mayor había volteado a verla pero a la hechicera de cabello colorido si había logrado percibirla y cuando esta levantó la cabeza la dulce niña de mirada tierna y hermosos ojos de almendra se tensó y escondió la cabeza entre los brazos que colgaban todavía de sus manos pequeñas que se aferraban al afeizár de la ventana.

Tal vez el tocar por ese lado había sido una ide muy mala después de todo, as personas decentes no entraban a ninguna casa por las ventanas sino por las puertas, esa era la magnífica educación que tenía la hermosa rubia angelical desde que la criara su antigua madre adoptiva y así era como debían de ser las cosas.

Por eso es que terminó por suspirar y soltó sus manos para entonces, quedarse quieta solamente mirando la ventana con un gesto de dudas que no la dejaba.

Al menos podía dejar que la vieran y que supieran que no se trataba de ningún enemigo maligno que fuese a atacar a aquella familia bendita que le había dado la bienvenida.

No.

Volvió a asomarse y a tocar en la ventana con un pequeño puño cerrado para luego agitar su otra mano a modo de saludo, sonriendo como el sol del amanecer.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame abrió mucho los ojos observando a su hermana para al siguiente momento, levantarlos de forma que hora parecía que estaba viendo el techo

-No lo invitaba de vuelta a donde los Accdentosos, lo juro!

Dijo alzando una mano donde sostenía una de las cucharas de madera con la que continuaba agitando aquel caldero de pocimas para después darse la vuelta para alcanzar un pequeño frasquito y de ahí, llenar la cuchara para dirigir el líquido nuevo al interior del vial y empezar agitarlo en circulitos

-Solo que creo que es su deber como antiguo empleado el ir a presentar sus respetos a Matt... no que yo me haya enojado con él de principio pero...

Hizo una mueca y dejó la cuchara dentro del caldero para luego andar hacia Sagitas

-Pero sería lo mejor... y debería de dejar de agitar esos calzones transparentes en mi presencia!! -añadió enojada tendiéndole la poción a su hermana... para luego ver hacia la ventana

La sorpresa en su mirada al ver a la niña rubia decía bastante

-Qué está haciendo esa niña ahí??

[Ashley Peverell]

Ashley continuaba tocando en el vidrio con la mirada puesta en su nueva hermana mayor y seguía sonriendo mientras que aún movía su pequeña y delicada mano abierta, blanca como los marfiles de las estatuas de los museos británicos donde a veces solía ir a pasear por el mero hecho de culturizar la mente porque a final de cuentas la inteligencia y el conocimiento no tenían por qué ir peleados con la bravura de los que eran como ella.

Y la educación tampoco estaba en riña con la toma de decisiones asertivas.

-¡Hola a todos!

Exclamaba con su hermosa sonrisa de bellas perlas blancas y que podía llenar de bondad los corazónes más oscurecidos por la maldad y el desespero.

Excepto el de una persona.

Al siguiente momento sus ojos se entornaron y se cruzaron con lamirada roja de la hechicera vampiro que parecía ya haberla olido como tiburón en el mar en busca de su sangre pura y virginal y entonces la sonrisa de la hermosa rubia de cabello de rayos de sol pareció volverse astuta.

-Hayame

Saludó cruzándose de brazos aunque porque era pequeña como el viento ya no se veía igual su figura desde los delicados cristales de la ventna enfrente de la cuál se encontraba parada.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Disfrute de sobremanera ver cada reaccion de Sagitas cual can rabioso gruñe al que se acerca a pasarle la mano..Y claro, lo de las arrugas siempre funcionaba, ademas claro esta lo de la lenceria sabia que le gustaria. Podria decir lo que quisiera pero hoy Jack tendria jaleo. Pero claro no me iria tan rapido, en el arte de molestar a sagitas ya me habia especializado, asi que si volaban algun que otro caldero mas ya estaba preparado. -Que conste que nunca dije que no a darle el apellido a mi Junior- a fin de cuanta era Sean como yo- y nunca le negue el afecto a Perenela, pero ella sabia como era yo....dificil de atar a una sola braga....asi que bueno asi era dificil tener una vida como matrimonio propiamente dicho.

 

Me detuve un momento y respire.

 

-Pero que conste que viajando por el mundo y viendo el dolor que he causado por estar detras de las bragas incesantemente pues tome una decision trascendental...-me tome mi tiempo para esperar que se hiciera emocionante el momento-....tome un voto de castidad.

 

Y sin dar importancia me dirigi a Hayame -Ohh asi que matt ahora es el jefoso...seguro le serrucho el piso a Sagitas para quedarse con la agraciada de Helike.....menuda nuera Sagis en hora buena. Sin dudas ira a visitarlos. de seguro y ya tienen pequeñajos palidos pelirrojos y pecosos.

 

@@Hayame Snape Potter Black@

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame permaneció durante varios segundos observando al Spinneto hablar y hablar y hablar de cosas...

Pero fué aquello último lo que hizo que a la mujer casi se le cayese el frasquito con medicamento que le tendía a su hermana de cabellos morados y viese con completo asombro y desconocimiento al chico que parecía orgulloso de sus decisiones recién tomadas; abrió y cerró la boca varias veces al grado de que ya se parecía a su pez-piraña Puki cuando le faltaba aire o quería hacer burbujitas y entonces finalmente le salió la voz a la mujer

-Tú... castidad...

Hayame volvió a repetir aquella palabra de forma lenta, formando las letras con los labios como si se hubiera quedado muda de un momento a otro a causa de algun hechizo desconocido...

Y entonces...

Sin poderlo evitar dejó el vial en el regazo de su hermana y cayó al suelo aferrándose la enorme panza de embarazada al tiempo que su voz se oía en cada rincón de la casa:

-JAJAJAJAJAJA SEAN EN ABSTINENCIA JAJAJAJAJA SEAN HACIENDOSE LA DE CASTIDAD JAJAJAJAJA

En verdad que no había escuchado semejantes cosas en todos sus años en Accidentes y ese momento le parecía tan irrisorio que seguramente cuando lo contase al resto de chicos también se tumbarían a las carcajadas

Ya ni siquiera recordaba que su hermanita menor se encontraba presente en el exterior de la casa

-JAJAJAJAJA SEAN EN VOTOS DE CASTIDAD JAJAJAJAJA... PRIMERO REGRESA DE LA TUMBA DUMBLEDORE CONVERTIDO EN INFERI QUE ESTO JAJAJAJAJA

[Sagitas E. Potter Blue]

Juro que vi una sombra en la cristalera pero como fue un segundo, menos aún, pensé que sería una sombra de luz, ya sabéis, eso que se ve moverse pero sólo es un brillo lumínico sin nada mas. Así que volví a centrarme en las risotadas de Hayame y en la presencia de aquel muchacho. Gruñí, sólo para que no olvidara que estaba allá, en la sala, con ellos.

 

-- Pues no hace falta que vuelva a Accidentes -- lo dije más que nada por pundonor ya que, en el fondo, sí creía que su presencia estaría bien por allá, ya que el departamento había sido genialoso con mucha gente desaparecida. En el fondo, y sin confesarlo nunca en voz alta, me caía bien Sean. Además, que dijera que le gustaría dar su apellido a Junior me hizo bajar los humos contra él, sólo un poco, que conste. -- Hum... Pero todo se reduce a que eres un mujeriego con ganas y nunca sentarás la cabeza, muchacho.

 

Haya entonces saludó a alguien que entró. Tal vez en otro momento hubiera reaccionado feo pero después de ver que ponía morros a Haya me hizo sonreír y se me olvidó todo atisbo de enfado.

 

-- ¡Ash! ¡Has venido a casa! ¡Qué bien! ¿Pero por la ventana...? Ya eres un miembro oficial de la mansión, ahora ya puedes entrar por la puerta como todos. ¡¡Harpooooooo!!

 

Como siempre, en la mansión tratamos todo a gritos, ¿para qué usar la magia de un Sonorus cuando gritando se puede hacer lo mismo?

 

Y aquí me quedé congelada. Sí, como si me hubieran lanzado un Petrificus. Había oído de los labios de Sean algo que era imposible. Es decir: IM...PO...SI...BLE... ¿Castidad en sus labios...? ¿Referido a él...? Mantuve el silencio, deseando poder ser como Haya y tomármelo a risa pero no pude, no daba crédito. Fruncí los morros y empecé a dar pequeños golpes con la punta del pie en el suelo.

 

-- No te burles de nosotras. Si no te conociéramos, aún creeríamos que te has vuelto monje pero seguro que lo que estás intentando es ligarte a pobres novicias de algún convento. ¡Ay que creo que tendré que matarte como lo intentes!

 

Sí, no soy monja pero soy sacerdotisa y, en cierta manera, tenemos una similitud en nuestras creencias religiosas, los muggles son más místicos y los magos más existenciales y cognitivos pero... , religiosos al fin y al cabo. ¡Como tocara a una monja muggle o a una sacerdotisa mágica, lo mataba! ¡Lo juro!

[Matt Blackner]

Fenrir atravesó los terrenos de la mansión a la carrera, con las orejas hacia atras y la cola en alto mientras trotaba por los terrenos de la Ojo Loco. El lobo estaba muy contento de volver alli, pues hacía tiempo qeu no visitábamos la otra mansión familiar.

 

Yo mientras, caminaba por detrás de él, con las manos en los bolsillos. Estaba tremendamente cansado, entre el trabajo ministerial, y todo loq eu sucedía fuera, apenas dormía. Asi qeu me escapé de los negocios, para volver a casa. A ver si Harpo había preparado galletas, y conseguía dormir un rato.

 

En realidad, lo necesitaba.

 

Aunque si Sagitas me veía, me echaría en cara que pasar alguna que otra noche con Helike...lo cual casi nunca pasaba, y muchas veces ni era por lo que ella imaginase. Demonios...esperaba que por lo menos, si me la encontraba, estuviera de buen humor. Últimamente, con la tía Hayame, las cosas volvían a ser como cuando llegué a Ottery, lo cual, era buena señal.

 

Fenrir rascó la puerta, esperando a que abriese. Cuando llegué, empujé el portón, y asomé la cabeza por la puerta.

- Hay alguien en casa? - pregunté en voz alta, mientras Fenrir correteaba hacia el interior.

[Hayame Snape Potter Black]

-Ericen!

Se había quejado Hayame ahora colocándose las manos en la cintura mientras que veía a su hermana con cara de regaño y fruncía el ceño de manera que la nariz se le arrugaba un poco

-Cómo le dices a esa pequeña pelusa rosada que puede entrar así nada más por la puerta?- preguntó- déjala que duerma con los gatos!!... si es que tenemos alguno

Volteó hacia otra parte con una pequeña gotita en la nuca mientras que dejaba de ver todo aquel panorama

Su hermana herida con una pierna en recuperación, sus pociones lanzando burbujas de calor sobre las llamas de la chimenea, Ashley que ahora se dirigía a la puerta para entrar de forma adecuada, Sean diciendo que ahora estaba con el asunto de la castidad... es que algo más raro podía ocurrir aquel día?

-Madre mía, monjas...- rió nerviosa viendo con horror a Sagitas- crees que este sería tan profano así?

Le dirigió una mirada a Sean para luego ir hacia su caldero y darle vueltas al líquido con la cuchara de madera y después, voltear con el ceño fruncido hacia el chico

-Nadie lo mande!... ni yo me he atrevido a hacer algo tan... ufff

Sacudió la cabeza pero entonces, vió pasar un enorme lobo blanco y sus ojos se abrieron todavía más por la sorpresa

-Y ese chucho??

[Matt Blackner]

- Eh! - exclamé desde la puerta, mirando la espalda de la tía @@Hayame Snape Potter Black , con los brazos cruzados. - No llames chucho a Fenrir - le regañé.

 

Mientras, el lobo echaba las orejas hacia atrás, y moviendo la cola hacia los lados, en un alegre movimiento, se acercaba agachando la cabeza hacia Sagitas, sentándose frente a ella y alargando una pata para saludarla y que le rascase tras las orejas, con un ligero gruñido agudo, que significaba alegría.

 

En la sala se escuchaba el borboteo constante de las pociones que la tía preparaba. Hacía mucho tiempo qeu no escuchaba aquel sonido en la Ojo Loco, además, un ligero olor se desprendía del caldero.

"Al menos no estallarán, espero" pensé mientras me acercaba.

 

Además, alli había otra joven a la que no conocía.