Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

El por que Sagitas me habia sitado a la Mansion Ojo Loco me tenia en ascuas. Meditaba por momentos en donde habia metido la pata, es cierto que habia bromeado con lo de "nuevas bragitas" en la feria de empleo...pero era eso, solo broma. De hecho, estaba mas celibe que nunca y eso era mucho. Si me viera mi maestro de seguro me daria una estellita. De todas formas, lo que si era cierto era que no debia hacerla esperar. Respire profundo, deje la invitacion a un lado (que milagrosamente no era un vociferador) y me vesti lo mas rapido posible pero acorde a una visita a la futura Suegra.

 

No demore mucho asi que alrededor de 45 minutos despues llegue a la puerta de la mansion Ojo Loco. Ya se me estaba haciendo normal eso de entrar por la puerta y no por una ventana, sonrei ante este hecho y toque la puerta para anunciar mi llegada. Aunque quien sabe, tal vez y ya Sagitas me estuviera espiando por las ventanas, o ideando trampas en los cojines de los asiento para cuando tomara asiento.

 

-Hola.....aqui Sean.....tengo una "cita" con Sagitas.

[Sagitas E. Potter Blue]

Miraba por la ventana hacia los jardines, tapada con una manta polar de color rosado a pesar del tiempo soleado que había inundado Londres en estos días de verano. Sentía frío. Hacía mucho que sentía frío, tal vez desde lo sucedido junto a la tumba de Reivan, donde crecía aquella planta tan singular.

 

Tras lo sucedido con el conejito de Tamarindo, la había rodeado de un pequeño cerco de espinos en la base, no muy alto, sólo lo suficiente para que Flamingo Flamengo no la mordisqueara. Me iba la vida en ello.

 

Flashback con Flamingo Flamengo:

-- ¡Flamingo, no te lo comas, no, por favoooor! ¡¡Flamingo!!   Corrí como una posesa, persiguiendo a aquel conejo mágico de mi amiga Tamarindo, resoplando porque llegaba tarde, seguro, seguro que llegaba tarde. El conejo no tenía culpa de seguir su instinto animal pero en mal momento había decidido cambiarse de su estado natural de bamba con cordones para convertirse en la criatura hambrienta en que se convertía en cuanto era un dulce y suave peluchito con patas.   No podía hacerle nada. Amo las criaturas, nunca haría nada contra ellas, ni contra un precioso micropuff ni contra un peligroso Basilisco. Son mis criaturas. Por ello, a pesar de lo que suponía ahora que aquel conejo pudiera dañar la simiente recién plantada que me habían dado mis hermanas sacerdotisas, no podía culparle. Todo aquello era culpa mía. El cuidar a aquella planta era mi condena y mi castigo.   Llegué justo para sujetarle por las patas traseras cuando daba el último salto hacia la plantita llorona. Ahora entendía porqué lloraba. La iba a cuidar siempre para que dejara de hacerlo. Pero tenía que librarle de aquel conejito.   -- ¡Flamingo, no te lo comas, no, por favor! ¡¡Flamingo!! -- le sujeté por fin y lo abracé contra mi pecho. El conejo se resistía. -- Esta planta no puedes comértela, amigo. No puedes...   ¿Lo entendería el conejo-bamba?

 

Le vi llegar desde lejos y observé su paso decidido. Sin embargo, noté la curiosidad y la preocupación en su aura. Sean acababa de llegar a la mansión, atendiendo mi llamada. No esperaba menos. Él sabía que no era aconsejable hacerme esperar. Aunque ahora me sentía muy vulnerable y pasaba mucho tiempo escondida en mi casa, saliendo lo mínimo posible, aún era peligrosa cuando las cosas no salían como esperaba.

 

-- Harpo, hazle pasar y llévalo a la sala de la chimenea. Me apetece un té de menta y unas pastas y pregúntale a él qué quiere. Yo bajo enseguida.

 

No es que quisiera llegar tarde para hacerle ver mi papel de matriarca. Era que, bajo la manta, apenas llevaba el camisón de lencería con el que había dormido y aún no me había quitado. Y la experiencia me decía que Sean no era la persona adecuada para recibir con esa escasa ropa si no quería problemas. Si yo no quería problemas... Si él no quería problemas... No era decente. No es que me importase caminar así en la casa con la familia pero él... aún era ese ente que era y no era, que estaba dentro y fuera, con el que la confianza aún no la tenía clara como para presentarme con gasas y encajes.

 

Me puse un chándal gris, usado y algo manido en los codos y rodillas, muy cómodo, junto a mis bambas violetas de cordones amarillos, esas que no le gustaba nada a Tamarindo. Pensar en ella me hizo pensar de nuevo en Flamingo. ¿Estaría respetando nuestro acuerdo o...?

 

Me pasé la lengua por los labios y miré con añoranza la manta con la que me gustaría volver a cubrirme. Me sentía protegida con ella, a pesar del calor que hacía. Pero salí de mi cuarto y me personé en la sala.

 

-- Bienvenido a tu casa, Sean. Gracias por venir.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Por suerte no demoro mucho en abrirse la puerta. Ahi frente a mi estaba Harpo, no tenia malos recuerdos del elfo domostico mas bien lo admiraba, porque resistirse a la tentacion del suicidio con Sagitas como ama, era una labor heroica. Sin mas me indico que le siguiera y yo no tenia ningun reparo de hacerlo. Pasamos el recibidor donde deje mi sobretodo para quedarme con un traje fino aunque algo gastado principalmente en las mangas y el codo. De ahi tomamos direccion hasta la Sala de la Chimenea donde tome asiento. Por un instante no supe reaccionar ante el silencio hasta que me gire a Harpo.

 

-Me alcanzar un poco de cafe...bien fuerte si se puede.

 

Si, un cafe estaba bien, necesitaba tener mis sentidos alertas y al menos el vino me los aletargaba un poco y bebidas mas subidas de tono pues los aceleraban. El cafe siempre era la mejor opcion y curiosamente me ayudaba a mantener la calma y la concentracion. Mientras esperaba mire a la chimenea tambirileando mis dedos sobre mi pecho. Era raro....esta situacion me recordaba mucho cuando en el orfanato tenia que esperar para entrar en la oficina de la madre superiora cuando habia causado grandes estragos. Pero una voz sono a mis espaldas e instintivamente me incorpore para dar la cara a mi interlocutora.

 

-Hola Sagitas....no estoy seguro a que vino la invitacion pero la agradezco y bueno....ya estoy aqui- por cierto ella habia dicho MI casa???...debi haber oido mal asi que mejor no hacer incapie en eso...

[Sagitas E. Potter Blue]

No pude evitarlo. Mi primer vistazo fue su ropaje. Aquel muchacho necesitaba urgente un cambio en su guardarropía. Después recordé que yo no lucía mucho mejor con aquel chándal usado y que, extrañamente, lucía los mismos desgastes en las misma zonas. Tomé aliento e incorporé a mi rostro una media sonrisa que no sentía. Me senté en uno de los silloncitos al lado de la chimenea, ignorando que él se había levantado para recibirme. Miré las maderas limpias y me pregunté qué pensaría Harpo si le pedía encenderlos. Retiré mi mirada de los troncos y pasé a mirar de nuevo a Sean.

 

-- No necesitas invitación para venir aquí aunque también sé que no la estás usando mucho.

 

Ese "mucho" implicaba que sabía que la visitaba en alguna ocasión a pesar de que yo no lo veía pero que no se me escapaba. Aún así, yo sabía cuándo entraba en casa a visitar a su hijo y a mi hija. Disimulé bien mi estado de ánimo y le invité con un gesto a que se aposentara cerca de mí.

 

-- Te he llamado porque creo que hay cosas que debes saber antes de entrar oficialmente en la mansión "Ojo Loco", datos que sólo saben los más íntimos y que cualquier otro que lo intuya, podría aparecer muerto en la rivera del río.

 

Sonreí para que se diera cuenta que bromeaba, aunque no mucho. Yo nunca usaría el río teniendo un circo con criaturas hambrientas que me librarían del problema mucho más limpiamente.

 

-- Así que te he llamado venir para aleccionarte sobre la necesidad de conocer tu fidelidad total a la familia. Si conoces todo, pertenecerás a ella y la defenderás como si tu vida dependiera de ello. -- Otra sonrisa, esta vez más fría. Le iba la vida en ello. -- Así que tú decides si vas en serio al entrar en la familia y aceptar todo lo que conlleva e implica, como el que te marcan a fuego el logo de la mansión en... alguna parte de tu carne.

 

Esto sí que era una broma aunque...

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Su mirada rapidamente recorrio mi anatomia. Me sentia totalmente medido y no para ropa, tal cual si con rayos X fuera fulminado. Aun asi permaneci de pie hasta que Sagitas tome asiento. Podria ser un poco de mala cabeza pero sabia cuando ser gentil, ameble o respetuoso y por ahora no tenia previsto sacar el hacha de la guerra. Ya sentada giro si viste de unos maderos hacia mi y converso la que ahora si era la verdadera conversacion.

 

-Se que no la necesito...de hecho me es mas facil entrar por la ventana...pero digamos que estoy tratando de ganarme tu respeto -dije mientras tomaba asiento a su lado- aunque por alguna extraña razon a Perenela le gusta que siga subiendo por la ventana...supongo que es romantico.

 

Por un momento guarde silencio mientras Sagitas continuo con la conversacion con un hablar pausado pero dejando en claro el motivo de la visita y lo que esperaba de mi. Una muestra de que mi mala imagen me precedia.

 

-Bien Sagitas estoy a tu disposicion- dije sonriendo y pensando en que turbios secretos tendria mi querida suegra....- y aunque admito que sentir el peligro de un hacha en mi cuello a punto de cortarlo suena provocador, intentare mantener silencio....como se dice por ahi.....sere como una tumba..- claro la parte de ser marcado..pues ya esa no molaba mucho- Ya me declare a Perenela..y aunque se diga que la palabra de ladron es endeble..pues mi intencion es mantenerla...claro.....eso de marcar a fuego era broma no???? -dije con cierta reticencia a que sucediera el hecho.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me mantuve todo lo impasible que pude cuando mencionó que entraba por la ventana. Intenté sonreír pero por dentro tuve la idea descabellada de talar el árbol que le favorecía subir. O mejor, talar todos los árboles de la fachada. Después recordé que, como sacerdotisa, no podía acabar con la vida de arbolitos inocentes, que era mejor talar a Sean. El esfuerzo por no sonreír ante la idea de cortar al muchacho en pedacitos fue realmente duro pero creo que lo conseguí, que no dejé que mis sentimientos se reflejaran en mi cara.

 

-- No hagáis tanto de Romeo y Julieta porque no os va... El niño, SJ, necesita una normalidad que no lo va a conseguir si entras por la ventana. Sobre todo si te falla un pie y caes al vacío -- le dije, enarcando una ceja al mencionar la "posible" caída.

 

Después carraspeé y me toqueteé un mechón de pelo de forma inconsciente. No estaba segura de cómo podía iniciar la historia y, en el fondo, no estaba segura de si debía explicarle toda la historia. Además, tal vez Perenela ya le había informado de la historia de la familia, con lo que no hacía falta que yo le contara nada.

 

-- Yo no hago bromas. Nunca. -- Ahora sí que sonreí de forma real. -- Menos cuando soy payasa, que bromeo siempre.

 

Deseé de nuevo tener mi mantita polar tapándome los hombros. No sé porqué el tener los brazos tapados me relajaba y me daba una seguridad que no tenía ahora. Lo malo es que también me daba sueño y no me iba a dormir delante de mi yerno.

 

-- ¿Te puedo preguntar qué te ha informado Perenela de la historia de esta familia? Es para no repetirme, no más.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Ahora que mencionaba a Romeo y Julieta....pues si...supongo que no nois iba para nada. O sea, dado el caso me iria con Perenela y SJ a vivir solos rescatandola del encierro y tedio de vivir en la Ojo Loco...nada de envenenarnos juntos...Claro tambien sabia de la adoracion de Perenela por su madre y sus fuertes relaciones familiares por lo que consideraba que el dialogo era la mejor opcion. Yo podia intentar molestar con cada palabra a Sagitas, pero aun asi y ya lo habia demostrado en el Ministerio, misteriosamente le era bastante leal, y no solo por Perenela...tal vez me divertia mucho con los metodos estrambolicos de mi antigua jefa.

 

-No te preocupes....SJ esta comenzando a ver la estabilidad que podemos regalarle, aunque tambien ha de aprender(y yo estaba dispuesto a ayudarlo) a como impresionar a su chica...llegado el momento...Aun asi lo tendre en cuenta....-No mas entradas por la ventana al menos con SJ despierto me dije mentalmente-

 

Y la conversacion siguio ahora pues con algo de reticencia de mi parte, si en verdad era en serio sin lugar a dudas dejaria clara mi postura de no ser marcado a hierro candente....no....eso no...un tatuaje lo admitiria...ademas se veia mas sexy en mi piel. Pero eso lo diria en su momento ahora mismo Sagitas me hacia una pregunta que posiblemente marcaria el comienzo de toda la historia familiar.

 

-Bueno no me ha dicho mucho....solo que su padre era demonio....y murio...-dije mientras me rascaba el menton- realmente eso era lo esencial, o sea en el pasado habian existido otros problemas con esa parte demoniaca de Perenela como la maldicion pero ese era un mundo de que siempre me mantuvo bastante alejado Perenela. -Eso y claro, las relaciones contigo y con Matt..

[Sagitas E. Potter Blue]

Harpo entró en la sala con una bandeja llena de bebidas humeantes y pastitas muy dulces, como a mí me gustaban. La dejó sobre una de las mesitas y la acercó con un movimiento de sus dedos hasta mi alcance. Sonreí al darme cuenta que Sean debería moverse un poco para manipular su taza; mi elfo siempre me cuidada lo más posible.

 

-- Bien... Veo que no es mucho... Hum... No sé porqué no te dijo la parte más importante que...

 

Guardé silencio y contemplé unas ausentes llamas en la chimenea. En realidad, mis ojos veían una antigua hoguera, extinguida hacía mil años, en la que un hombre de pelo oscuro y una chiquilla loca de pelo violeta danzaban, extasiados, mientras una casa ardía hasta sus cimientos. Enaltados por la tragedia que ellos mismos habían provocado, se enlazaron allá mismo en besos y abrazos hasta que acabaron unidos tan íntimamente que ni sintieron el derrumbe total de aquella mansión. Me mordí el labio superior al recordar aquello y lancé un suspiro a la chimenea apagada.

 

-- Yo maté a su padre. Supongo que aún le cuesta mucho aceptar que la privé de su presencia, a pesar de que, con eso, le hice un favor. Reiven era...

 

Mi mirada volvió, instintivamente, hacia los jardines, donde reposaban las cenizas de aquel hombre que casi llegó a ser mi marido. Después agaché la cabeza y volví a dirigirme hacia Sean, aunque esta vez le miraba a los pies.

 

-- Fue adoctrinada por el bando de la Orden del Fénix para, al salir de la Academia, entrar en el bando mortífago y ser espía. Allá conocí a su padre, Reiven Grindelwald de la Familia Malfoy, mi pareja y tutor en varias misiones. Me enamoré perdidamente de él y Perenela es la muestra de lo que llegué a amarle.

 

Fruncí el ceño con los recuerdos que me agolpaban en aquel instante. Mi voz se hizo algo monótona mientras los sentimientos volvían a la boca del estómago. Harpo, que los Dioses le be.ndigan, apareció con la manta y me cubrió los hombros, sin que yo me diera cuenta. Proseguí, mirando aún el vacío ante los pies del muchacho.

 

-- Llegué a olvidar qué me había llevado a aquel bando y a disfrutar de la violencia, de los ataques, de las matanzas... Recuerdo que, una vez, matamos a un muggle y me dio a probar su sangre. Reiven era un demonio, cruel, asesino, despiadado... Vivir a su lado era un puro éxtasis continuado. Vivíamos doble vida porque yo era espía allá dentro y él intentaba espiar en la Orden. Viví a su lado los momentos más oscuros de mi vida pero quiero que sepas que disfruté de todos y cada uno de los actos ilícitos que viví allí, con él. Vivir en la oscuridad se hizo mi vida y fui feliz. Hasta que...

 

Cerré los ojos al recordar lo sucedido y me incliné un poco hacia delante, entrelazando los dedos, guardando un momento de silencio.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

En apenas un momento entro a la habitacion Harpo. El dejar lejos de mi alcance la taza de cafe hizo que me incorporara un poco para tomarla y regresar a mi puesto. En ese lapsus de tiempo Sagitas remarco lo evidente, si Perenela no me habia dicho mucho. Incluso eso podria haber dado en el traste con que posteriormente a lo nuestro y en un momento de soledad me asociara romanticamente con su nieta...***idos arboles complicados genealogicos. Respire profundo tratando de olvidar ese incidente cuando Sagitas solto lo que podria ser una bomba.

 

A pesar de lo grave de su confidencia trate de mantenerme ecuanime, a pesar de ser terrible la muerte de alguna persona o demonio...como era el padre de Perenela, mejor dejar que Sagitas desarrollara el contexto. Yo valoraba mucho la vida y trataba de cuidarla lo mas posible...asi sea de asociados como implicados, claro el limite lo trazaba en mi seguridad y las personas que apreciaba.....y por lo que conocia de Sagitas pues estaba casi seguro que los tiros irian por ahi. Eso si...que habria hecho el padre de Perenela para merecer que alguien que lo amaba decidiese finalizar permanentemente con el. Algo terrible debia ser.

 

-Comprendo...a veces uno toma deciciones radicales en momentos limites....-respire profundo- yo conozco todos los falsos ideales que el asociarse a un bando adquirimos. Yo estuve ahi....tambien disfrute de hacer el mal....mucho -reconoci y vino a mi mente los juegos de tortura en las mazmorras mortifagas- y de hacer el bien....y simplemente me percate que era simplemente un juego del que no ganaria nada. Decidi pensar mas en mi que en pensar que el mago de un lado era un enemigo porque un lider lo decia..No me arrepiento de nada...pero tome mi decision...y supongo que tu tomaste la tuya en su momento...y por lo que veo has afrontado las consecuencias. No veo nada mal en eso...y mas si como creo...fue para defender a la familia. -y con familia asumia era Perenela.

[Tamarindo]

Flashback de Flamingo Flamengo, el conejo a lunares verdes

 

Ya le faltaba poco, estaba a nada de conseguirlo, un poco mas, unos saltitos mas, venga que el podía conseguirlo, aquella planta que lloraba sería su gran recmensa al hambre que sentía esa noche y despues de escapar triunfante del niño de la dueña de la casa, esa planta era todo lo que necesitaba. Sobre todo porque asi se callaría, no era un aullido o llanto que fuese agradable y el conejo flamingo flamengo pensaba que solo comiendosela podría acabar con ella...

 

Pero algo le agarro las patitas de atras en el ultimo salto cuando ya estaba tocando con sus bigotitos a la planta. No podía ser, le habían truncado sus alegrías y planes de comerse aquella planta que lloraba tan suculenta.

 

Era Sagitas, que se habia tirado al suelo para agarrarlo y ahora lo apretaba contra el pecho, y claro, el como buen conejo que es, pataleaba con sus fuertes patas de conejo para librarse del abrazo, hasta pensó en morderle el brazo a ver si le soltaba, pero escuchaba como lamentaba ella que no se la comiera, y acabó cediendo a la milesima suplica (?) porque creía que era lo mejor, que por algo suplicaba que no se la comiera, a lo mejor no era una planta que pudiera comerse... a lo mejor era algo mas que una planta...

 

--"Saldría un bebé humano de ahi?"

 

El conejo no sabia muy bien como iban esas cosas, asi que era normal que se lo preguntase... ahora solo quedaba resistirse a ella, pero no sabía si lo conseguiría...