Orden del Fénix • Familia Potter •

[Luna Gryffindor Delacour]

¿Darla? ¿qué le pasaba? no supo en que momento sintió una presencia más allí, como si Sebas estuviera entre nosotros o algo por el estilo, eso era imposible, sentía su espíritu lo cual hacía que quisiera llorar mucho más, mire a Rory preguntándole con los ojos que hacíamos, ¿qué sucedía allí y porque sentía esa pesadumbre en mi interior? la pregunta no solo era que sucedía si no porque pasaba aquello en esos momentos, aunque nadie lo supiera la vampiresa era una persona de fe casi ciega por dios o por lo que se consideraba Dios, de hecho antes de ser vampiro ella era católica e iba a misa, una época que prefería olvidar tanto por su ex prometido como por su madre, así que suspiro sintiendo que tenía que decir algo solo que no sabía el que decir en aquella ocasión, algo raro viniendo de la auror.

 

- ¿Darla? ¿puedes oírme? es como si, como si alguien la llamará ¿no? siento como una presencia más aquí, ¿es eso posible? me preguntó por qué solo ella puede ver a quien sea que este aquí, enserio que siento algo pero no se que sea, es una locura lo sé, quizás porque soy vampiro siento más las cosas, intente aturdir a lo que sea que esté pero me rehusó así que sea lo que sea no debe ser algo malo ¿no? creo que es Sebas, de acuerdo suena a locura pero es como si parte suya estuviera aquí, al menos, lo siento, lo cual es extraño y para nada lógico ¿no? - Dije preocupada mirando a Darla, Kimberly, Rory, David y Syrius preguntándoles que estaba sucediendo con la mirada y no con las palabras -

 

Mi mirada se centro en Rory porque si había alguien que podía explicarlo suponía que sería él, así que lo observé teniendo miles de preguntas una de ellas era si era posible la comunicación con los muertos o que estos nos manden mensajes, algo que suponía que se podía hacer pero no creía que algo así pudiera pasar en eso momentos, solo era una misa de los caídos, no tenía porque suceder nada extraordinario en una misa ¿o si? intentaba frenéticamente recordar lo que había vivido de joven pero sus recuerdos iban pasando casi borrosos por su mente, suspiré intentando idear algún plan aunque no tuviera ninguno en mente, esto era fuera de mi campo de acción, era fe y eso era algo que si bien sabía no entraba entre mis conocimientos, asi que no podía pensar ningun hechizo que funcionará para esta ocasion, estaba en blanco y estar en blanco no era algo que me gustará por demás.

 

 

- Aguamenti - Dije apuntando a Darla esperando que el efecto de agua la volviera en sí, pero amen de mojarla un poco, no hubo rastro de que se recuperará, lo que me desespero por demás, así que le aferré la mano en un vano intento de que volviera en sí, estaba fria y parecía ida, así que lo que le pasaba no era algo sencillo de solucionar así como así -

 

 

- Creo que esta poseída por algo o al menos ida, algo le pasa, es posible ¿qué la estén llamando del mas allá? no se que teoría barajar porque de verdad que no se me ocurre ninguna, ¿qué piensan? es que es muy raro que le pasé algo como esto, además no reacciona a ningún hechizo, es posible que esté ida o algo por el estilo ¿no? Rory ¿crees que puedes ayudarla de alguna manera?, lo siento es que no se que más hacer y es desesperante para mí - Le explique intentando sonar tranquila cuando en realidad estaba muy preocupada por Darla y lo que sea que le pasará -

 

 

Lentamente pensé en que la idea de homenajear a los caídos si bien era una buena manera de no olvidarlos también era peligroso, ¿qué pasaba si llamaban a sus espíritus? de acuerdo quizás sea un pensamiento extraño y para nada lógico, pero algo había pasado con Darla y eso era preocupante, así que había que encontrar una solución ¿qué pasaba si algún espíritu había poseído a mi amiga? eso era algo extraño y raro, por no decir loco, pero había escuchado historias que podían ser ciertas, aunque sonaban más a cuentos de terror que a lo que en realidad pasaba con ella.

 

- Quizás sea un espíritu, insisto en que podría estar poseída de acuerdo es una locura, pero es una posibilidad, además Rory, Sirius, David, Hannity ni estaban haciendo nada malo, solo estábamos reunidos intentando honrar a nuestros muertos, algo que se hace desde tiempos inmemoriales es algo lógico honrarlos así no los olvidamos, así que no se que es lo que podría pasarle a ella a no ser que sea algunas de las cosas que dije anteriormente - susurré lo suficientemente bajo para que solo los que estuvieran cerca mío pudiera escucharlo, puesto que no estaba segura de que algo así sucediera en realidad -

 

@ @@Syrius McGonagall @@david james Potter @@Rory Despard @ @@Sherlyn Stark

[Darla G Dumbledore]

 

La rubia escuchaba las preguntas que les dirigía la muchacha que había entrado recién. Negó con la cabeza, ella también podía sentir lo que fuera que estaba allí, pero no era algo normal. Un occamy puede ofuscarse, lo mismo que unas necrohands pero obviamente nada tenían que ver con aquello. ¿Podrían ser criaturas de las sombras? También podían ocultarse, pero ¿qué clase de criatura podrían haber sido convocadas para que Darla hablara con ellas? ¿Quién invocaría un boggart? Porque una quimera o un esfinge seguro no eran, no se trataba de acertijos.

 

—¿Y si fuera un demonio? —susurró Kim para agregar —el reino de los sueños es especialidad de Darla no mío —lamentándose que la Potter Black fuera la única que hubiera aprendido tantas cosas en su vida, desde la Defensa Contra las Artes Oscuras, hasta maldiciones y ahora los conocimientos y habilidades de la Orden Oscura.

 

—No es ilógico, Myrtle, Nick casi decapitado, la Dama Triste, el Fraile Gordo, el Varón Sanguinario son ejemplos claros incluso… —se calló bruscamente, había nombrado los fantasmas de Hogwarts y por poco se le escapa el de una taberna de mala muerte que solían frecuentar con Darla, pero que había pertenecido a la Marca Tenebrosa, aquello no era buena idea.

 

—No es ilógico pero ella no estaría así, como en trance y sufriendo —gruñó Kimberly preocupada —¡qué demonios! —gruñó la rubia cuando ella pero más la Potter Black terminaron empapadas por el aguamenti de Lunática.

 

—No es una locura —murmuró e intentó algo de lo que poco sabía, entrar en la mente de Darla con un escendia, otra cosa que solo había visto practicar a la pelirroja con ella y sus elfos.

 

 

 

El golpe fue como el de una locomotora contra una casa de papel. Darla podía sentir pero casi no era consciente de ello, un grito escapó tardíamente de sus labios, de cuando había sentido el agua que impactaba contra su cuerpo. Pero eso no era lo que la había despertado ni tirado fuera de su silla.

 

Miró para todos lados, estaba empapada, Kimberly estaba caída hacia el otro lado de las sillas, como si ellas dos fueran el centro de una explosión, la rubia tenía un hilillo de sangre corriendo por la comisura de sus labios y se pasaba la lengua por sus labios secándolo y cicatrizando su herida. Si pudiera se ruborizaría al notar como Luna la observaba junto con los demás ¿o qué es lo que los demás veían?

 

—¿Fue un sueño? ¿Qué ocurrió? —preguntó mientras intentaba ponerse de pie, notando que ella también tenía sangre, pero en su rostro, pasó la mano y se las vió, sus ojos se abrieron desmesurados por la sorpresa, era una sangre negra y coagulada, ¿cómo podía haber sangrado tanto y cuánto tiempo para que estuviera así? Parecía sangre de demonio, aunque esa era verde a menos que…

 

—Gracias —dijo ya de pie, invocando su varita para hacer un tergeo sobre su ropa —gracias —volvió a repetir, la primera vez había sido para Kimberly y la segunda para Lunita que podía notar había sido quien la había empapado al venir a ella en forma entrecortada los recuerdos de lo que había pasado.

[David Augustus Lestrange]

La noche había llegado. La noche era oscura, albergaba cosas terribles, malvadas, tenebrosas. Nadie podía vivir tranquilo las horas en las que el Sol dejaba paso a la Luna. La noche daba poder a las bestias, a los seres más peligrosos que existían. Daba poder a todo aquello que luchaba contra la paz y la armonía. No es casualidad, no puede ser casualidad, que todo lo malo comience cuando la luz del día desaparece por el horizonte.

 

La llegada de una nueva persona, Luna, le hizo mirar hasta la entrada de la estancia. Le dedicó una sonrisa mientras hablaba, escuchando cada una de las palabras que tenía que decir. No llegaba sola, detrás de ella entró por la puerta un viejo amigo del joven Gryffindor. Otro joven de su edad que había conocido en su etapa como estudiante de Gryffindor en la escuela de Hogwarts y que respondía al nombre de Tobias Abbot, un mago de nivel 20.

 

Le dedicó un saludo con la mano a su amigo, con el cual había compartido habitación durante siete largos años, pero a partir de ahí todo comenzó a nublarse. Tuvo que retirarse aún más hacía atrás hasta que su espalda dio contra la pared. En ese momento se dejó caer, sentándose en el suelo. Su cabeza le daba vueltas, se sentía extraño. Quizá los aromas que se respiraban en el lugar le habían hecho marearse, no estaba seguro. Mantenía los ojos abiertos, pero cada vez tenía más ganas de cerrarlos.

 

¿Qué le estaba pasando? No estaba seguro, en esos momentos hubiese agradecido que alguien le diese un vaso de agua, de cerveza de mantequilla o de whisky de fuego. ¿Qué más daba? Lo que necesitaba era mojar sus labios. No era consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor, lo único que fue capaz de distinguir fue que una persona se le acercó y se colocó a su lado para preguntarle qué tal estaba, qué le pasaba. Al mirar el calzado se dio cuenta de que solo podía tratarse de Tobias Abbot, que se había preocupado por él. Su falta de concentración apenas le había dejado escuchar su voz.

 

Sabiendo que su amigo estaba a su lado se dejó llevar cerrando los ojos, pero esa fue la peor decisión que pudo tomar. Batibat tenía una sorpresa preparada para él.

 

 

 

OFF: Modalidad A | Dados -> https://imgur.com/m2pGDtP.jpg

Editado 22 de Noviembre del 2020 por David James Dumbledore

[Luna Gryffindor Delacour]

No dije si quiera nada más, primero porque no sabía que decir y segundo porque al menos la había ayudado, evitaba mirarla pero parte mía seguía yendo hacía Darla preocupada, nada de lo que dijeran me quitaba la preocupación de encima ni si quiera el saber que al parecer alguien malvado había entrado allí ¿o eran todas alucinaciones mías? ¿podría estar alucinando sin más o esto pasaba enserio? primero el trance con ella, después algo parecido a un fantasmas que parecía querer algo con su amigo David, ¿qué demonios sucedía en lo que antes era su cálido hogar? alcé la varita mágica, más por inercia que por saber que hacer a continuación, la Gryffindor estaba en blanco y sin saber que decir o que hacer, algo del todo impensado para la mujer que acción en la que últimamente se había convertido, tantas misiones en la Orden habían dado su fruto y ahora estaba lista para salir a batallar, eso y pasar tanto tiempo con Made y Eilen que le daban el combustible necesario para estar siempre preparada y con un alerta permanente casi constante, de tantas misiones y redadas que había tenido en su haber.

 

- ¿Soy yo o alguien malvado hay por aquí? primero a Darla le pasa no se que cosa, segundo parece ser que hay algo de verdad que la poseyó así que sea lo que fuera no es para nada bueno así que ¿qué hacemos? podemos juntar las varitas y enfrentarlo o seguirle el juego y ver hacía donde nos llevan, un demonio no se portaría amable con Darla créeme que si algo aprendí con mi padre Mefistófeles es que ningún demonio sería tan amable de dejarla viva, se que suena horrible lo que digo pero es así, así que no creo que sea un demonio créeme sea lo que fuera era algo más terrorífico y malvado que un demonio, mil veces más - Le dije a Kymberly contestándole lo que en realidad pensaba de toda esta locura que teníamos en puerta -

 

- No fue nada Darla y siento empaparte Kim pero necesitaba despertarla y como veras funciono, fue lo primero que quise hacer, quiero decir no iba a dejar que ella esté mal, es mi amiga y por sobretodo mi familia al igual que vos, así que iba a encontrar la manera de despertarla del trance, se que actué impulsivamente como suelo hacer, pero créeme que era necesario y además, un poco de agua no le viene mal a nadie ¿verdad? anímate, al menos, Darla esta bien y tu igual, que era lo que me preocupaba por demás - Les dije a Darla y a kim sonriéndoles amablemente y disculpándome haciéndoles una reverencia, la realidad era que no había tenido mala intención y solo quería ayudar y que funcionará era lo mejor de todo, porque las necesitaba allí alertas y conmigo para la misión que teníamos en nuestro haber -

 

 

Lentamente y sin decir más nada, le acerque un vaso de agua de la mesa a David, esperé que lo tomé sintiéndome mucho mejor y volví hacía donde estaban Darla y Kim, sintiéndome inútil en más de un sentido ¿en que lio me había visto envuelta? ¿como encontraría o hallaría una salida rápida? asintió hacía Tobias Abbot, preguntándose que demonios sucedía con James, era su amigo también y estaba la mar de preocupada, pero aun así se mantuvo con Darla y Kim, primero porque preparaba su varita mágica así y segundo porque tenía que pensar que hacia a continuación y no podía permitir que nada malo sucediera, así que lentamente pensó estar lista nada más por si las cosas se salían de control.

 

- Hagan algo, preparen su varita, no la usen pero solo prepárenla ¿si? - Les pidió con mi repique de campanas más alto de lo habitual a Darla, Kim y David, sin estar muy segura de que hacer, solo para advertirles que quizás necesitaríamos refuerzos o si quiera protección de algún tipo y que estuvieran lo más alertas posibles -

 

No le dije a nadie que en realidad la auror no estaba lista para enfrentarse a demonios o monstruos por doquier, no era que no supiera que hacer porque tenía una especialización en defensa contra las artes oscuras, así que tendría que saber como defenderse ¿o no? pero el caso era que no estaba preparada para aquello y menos sola sin la ayuda de Elvis, aun así con todo lo que tendría en contra, aferro su varita y deseo con todas sus fuerzas saber que hacer, no era su primer rodeo mágico por decirlo de alguna manera, así que podría saber apañárselas la mar de bien y solo esperaba saber como defender a todos sus familiares por sí algo malo sucedía, ya saben, eso de alerta permanente le había salvado el cuello en más de una ocasión, así que se mantuvo firme con su varita a la espera del menor movimiento en falso, por si tenía que atacar en menos de lo que canta un gallo, tendría que estar preparada más que nada en el mundo.

 

@ @@David James Dumbledore

[David Augustus Lestrange]

Post 1

 

 

Tobias Abbot, nivel 20.

 

La familia de Tobias siempre había vivido acomplejada por la equivocación. Eran muchas las personas que se acercaban preguntándole si tenía algún parentesco con la familia Abbott, famosa por haber sido una de los Sagrados Veintiocho. Él, como anteriormente le había pasado a muchos de familiares en el pasado, negaba con la cabeza sin querer dar muchas explicaciones, tratando de cambiar de tema.

 

La leyenda dice que, los antepasados de Tobias sí que están realmente emparentados con la familia Abbott porque básicamente, en su momento, eran la misma familia. El problema surgió cuando un tatarabuelo de Tobias deletreó mal su apellido en el registro de magos pasando a ser un 'Abbot'. Su esposa tomó este apellido mal escrito, sus hijos llevaron ese mismo apellido y generaciones más tarde aún siguen llevando el apellido mal escrito.

 

Para no parecer que formaban la parte tonta de una familia tan reconocida comenzaron a mentir, diciendo que no tenían nada que ver con aquellos con los que se les asociaba.

 

Fue Tobias quién agarró el vaso que @ le llevó a David, pues este último parecía haber entrado en trance. Escuchaba a la mujer, pero no era capaz de entender lo que decía pues sus pensamientos se habían centrado exclusivamente en David. Le estaba pasando algo. De las personas que estaba en la mansión solo el Abbot parecía darse cuenta de que le sucedía algo raro.

 

 

 

David

 

Físicamente David se encontraba sentado en el suelo y apoyado contra una de las paredes de la Mansión Potter, pero sus pensamientos estaban muy lejos.

 

Las alucinaciones de Batibat estaban comenzando, tenía una desagradable experiencia preparada. El mago había aprendido todo lo posible acerca de las Artes Oscuras para conocerlas mejor, para tener más conocimientos de cómo pararlas. Pero cuanto más aprendía, más se arrepentía de haber tomado esa decisión.

 

Batibat lo sabía.

 

El mago apareció en las calles de Hogsmeade la noche de Halloween. Una agradable noche para causar problemas, para causar el caos. Era el día perfecto para hacer todo lo que le diese la gana. El joven se miró en el espejo de uno de los escaparates de las conocidas tiendas del pueblo. Se vio y sonrió. Estaba más guapo que nunca, pero tenía un halo malvado a su alrededor.

 

El verdadero David comenzó a moverse ligeramente, incómodo. Su propia imagen le estaba causando revuelo. Se había dejado llevar por el mal.

 

Hace unos minutos había tomado la poción Felix Felicis, una poción que había comprado hace mucho tiempo atrás y que había guardado para un día como hoy en el que necesitaba que todo saliese bien, que todo saliese perfecto. Comenzó a caminar por el pueblo aunque su verdadero destino estaba en Hogwarts. En ese lugar un número importante de pequeños magos y brujas estaba con su banquete festivo e iba a hacerles la velada más interesante.

 

Su misión era acabar con todos aquellos magos que no perteneciesen a Gryffindor. La casa fundada por Godric Gryffindor era la única digna de pertenecer a Hogwarts. En ella se encontraban los magos más fuertes, más valientes y más caballerosos. Si solamente hubiese magos de Gryffindor el mundo iría mucho mejor. Cada vez veía más cerca el castillo y en su cabeza repasaba los hechizos oscuros que había aprendido, pensando cuál sería el que pudiese causar más daño.

 

El David de carne y hueso comenzaba a moverse más rápido, pataleaba. Quería que alguien apareciese y le parase, no quería hacer daño a nadie. Siempre había presumido de que su casa era la mejor, pero... ¡Jamás eliminaría al resto! Lo peor de todo era saber que nadie podría detenerlo, la poción haría que todo saliese perfecto. Sus piernas aumentaron más de velocidad, como si pensase que cuanto más rápido las moviese más posibilidades existirían de que en sus pensamientos se diese la vuelta y saliese corriendo en dirección contraria.

[Luna Gryffindor Delacour]

- David oh por dios, Dave, por favor no patalees ya basta, quieto, deja de patalear, qué es lo que te sucede? eres un mago fuerte y siempre lo has sido ¿de verdad dejaras que un fantasma te venza? ¿Qué sucede con el David que todos conocemos y queremos? animo, sea lo que fuera que te tiene así, no te dejes vencer, eres mucho más fuerte que este monstruo que te quiere gobernar, así que por favor, no le hagas caso, por favor, tan solo escúchame ¿si? haremos que todo esto desaparezca pero necesito que me ayudes, por favor, no te rindas - Le pedí apretándole la mano en un intento vano de que no se moviera ni pataleará por demás -

 

Aunque mi mano podría resultarle helada, lo cual podría ser algo bueno, quizás eso haga que se diera cuenta de lo que pasaba alrededor, lo que era evidente era que él estaba poseído y que no podía escucharnos así que tendríamos que hacer algo mucho más drástico, solo qué no se le ocurría el que ¿quizás algo de agua podría servirle? ¿tal vez algún otro hechizo? me devane los sesos pensando que hacer para ayudarlo, tenía que haber algo, no podía ser que nada funcionará, solo que no tenía idea de que hacer con aquella extraña posesión fantasma que tenía encima.

 

- Tobías, ¿Qué crees que le sucede? ¿lo habrá poseído alguien? ¿hay algo que podamos hacer? no tengo mucha experiencia en posesiones malvadas, pero algo tenemos que poder hacer qué crees que sea? algo raro le pasa a David, del tiempo que lo conozco jamás lo vi así de mal, así que sea lo que sea que le esté haciendo esto, lo necesita lo que no entiendo aún es para que demonios lo querría, perdón es que enserio es extrañísimo, pobre James, tenemos que ayudarlo de alguna manera, por favor, tenemos que hacerlo - Le pedí a Tobías aún indecisa de que hacer acontinuacion -

 

 

MI vena rebelde no se quedo quieta y como venía haciendo desde hacía meses, decidí tomar el toro por las astas, así que lo apunté con mi varita pensativa y la bajé sintiéndome del todo extraña y rara, no podía hacerle daño, solo quería despertarlo así que hice lo único que se me ocurrió hacer, no iba a dejar que esté así de mal, así que esperé un milagro o al menos, que con mi accionar estuviera mejor rezando porque así fuera y que nada más malo le pasará.

 

- Aguamenti - Dije apuntándole a David esperando que eso lo despertará -

 

Aunque me llego una ráfaga de viento y sentí temor por él, quería que despertará, solo era cuestión de esperar a ver si mi Aguamentí había funcionado por el contrario no, me sentía mal y quería ayudarlo, pero no sabía como hacerlo, ¿por que no enseñaban como defenderse cuando te poseían en Hogwarts? me dije que tendrían que poner esa asignatura en la escuela para así todos sabrían que hacer, por lo pronto la Auror, pensó en alguna cosa que hiciera cuando Eli la poseía, pero realmente, no había nada que se le viniera a la menté, porque hacía años que eso por suerte no le pasaba, así que esto que le sucedía a su amigo no se comparaba con nada que viera antes, así que recé en silencio, aun aferrada a su mano, para que se mejoré y esté mejor pronto o todo lo pronto que pueda claro está.

 

- Yo solo.... enserio que quiero que este bien, ¿creen que podamos hacer algo más? llamar a alguien o algo así, lo siento, es que no sé que hacer y me temo que no se me ocurren más ideas, ¿Qué creen que sea? no tengo idea de como curar una posesión y lamento que nadie me lo enseñará, por las barbas de merlín, ¿Qué haremos? - Pregunté a los demás presentes por si alguno se le ocurría algo más, porque lo que era la vampiresa no se le ocurría más nada, como no sea agua y más agua por doquier -

 

 

Recuerdos de cuando era chica y su mamá la ayudaba con sus jaquecas vinieron a su mente, cuando era humana tenia fuertes dolores de cabeza que no sabía de donde venían, pero su mamá la ayudaba y se los quitaba con remedios, ahora que ya era adulta, llevaba esos remedios a todos lados y su mamá Annick no necesitaba recordárselo, suspiré pensando que realmente necesitaría algo como eso para darle a su amigo y lamento no tenerlo, porque quería ayudarlo y no sabía como hacerlo, solo esperaba que estuviera bien en algún momento y encontrar la respuesta a su problema y saber que era lo que le había pasado.

 

@@David James Dumbledore @

[Darla G Dumbledore]

 

 

Pensó que aquello era una verdadera locura, pero no quería contarle a sus compañeras lo que había visto. Le dolía en el alma. Solo sonrió a Lunita que la había ayudado mientras escuchaba a Kimberly decirle que no era nada el que la hubiera mojado y que había hecho bien. Darla descubrió que aquello había sido como una “patada”, había escuchado hablar de ellas hacía algún tiempo. Su madre se lo había mostrado en el mundo de los sueños, cuando uno duerme por más que sean pocos minutos, el tiempo dentro del sueño parece prolongarse y los soñadores necesitan esas “patadas” que los despierten para salir de su mundo cíclico en el cual estarían de por vida si lo desearan.

 

—De verdad gracias —repitió Darla a la trajinante Luna para luego notar que algo no estaba del todo bien ¿qué ocurría con el resto que apenas tenían reacción alguna?

 

Giró hacia Kim y le señaló lo que veía.

 

—Esto no cierra, Luna tiene razón, preparemos las varitas, hagamos salvio hexia, protego máxima, repello inimicum y fianto duri, algo nos acecha y parece que puede controlarnos cuando ¿nos dormimos? —la voz de Darla había bajado el tono ¿se había dormido? Miró a David, a quien Luna empapaba, ni los carroñeros lograrían atraparles si ella les defendía siempre así, como a su familia mágica, como los miembros de la Orden que eran, unidos, fieles como Sirius y Lupin.

 

Pero lo que estaba pasando allí los hacía actuar como Krum en el laberinto, sin sentido, pero al menos no atacando a los demás solo a ellos mismos. Era muy extraño pero la Potter Black comenzaba a sospechar que algo no cerraba bien del todo.

 

—Luna, hazte cargo de David y los demás, ayuda a Abott con Kim iremos a la cocina, yo —¿cómo le decía que olía a sangre? Miró a Kimberly y ella asintió, ambas vampiresas podían sentirlo, el ferroso olor de la sangre, aunque debía reconocer que no parecía humana.

 

—Vamos —dijo apresurándose junto con la Black a seguir sus instintos.

 

Cuando llegaron al lugar ambas vampiresas quedaron sorprendidas.

 

—Por Merlín —dijo Kimberly, ahogando un grito de sorpresa, los elfos tenían cuchillas en sus manos y se hacían corte sobre la piel, cada tanto bajaban sus brazos y cabezas y quedaban como dormidos para luego volver a elevar sus cuchillas y autoinfligirse cortes en sus pequeños miembros.

 

—¡Basta! Kim, ayúdame a despertarlos ¡aquamenti! —los aguamentis de Lunita fueron repetidos por las dos brujas que fueron lanzando chorros de agua a los rostros y cuerpos de las criaturas, el piso se convirtió en una laguna de agua sanguinolenta.

 

—¿Qué demonios estaban pensando? —recriminaba Darla mientras aplicaban junto a la Black varios episkeys a los maltrechos elfos, que parecían debatirse y discutían entre ellos, diciéndose que ni los ambos Black habían sido tan crueles con Kritcher y los otros elfos como lo había sido la bruja del grimorio con ellos.

 

—¿De qué grimorio hablan? —preguntó la pelirroja sorprendida.

 

—La bruja que trajo el grimonio dijo a Plinea que no lo tocara —dijo refregándose las manitos el más joven de los elfos —dijo que era el Grimorio de la más Oscura Orden, que Pinea no debía seguir limpiando la biblioteca porque ella debía guardar ese objeto allí —las dos brujas intercambiaron miradas —Plinea hizo caso pero la bruja le dijo que no se durmiera en su trabajo o le haría pagar caro, pero Plinea no se durmió, hasta que el grimorio no le cantó arrorró y le dio sueño.

 

En la biblioteca, la más oscura orden, grimorio.

 

—Pinea ¿no será Orden Oscura? —preguntó Darla y el pequeño elfo movió la cabeza asintiendo —el grimorio está en la biblioteca ¿entonces? Vamos allá —indicó a su compañera y mientras se dirigían fuera de la cocina uno de los elfos se le colgó del vestido.

 

—Plinea no tomó nada como hacía Winky, la ama debe creerle a Plinea —los redondos ojos del elfo se habían llenado de lágrimas, Darla se arrodillo y le sonrió, acariciándole la cabeza.

 

—Plinea puede estar tranquilo, le creemos —la sonrisa que se dibujó en el rostro del elfo la llenó de tranquilidad y se puso de pie, rumbo a la biblioteca de la residencia Potter.

 

 

 

 

dado: https://imgur.com/mwDpSFa

 

 

Editado 29 de Noviembre del 2020 por Scarlet Akane

[David Augustus Lestrange]

Post 2

Tobias Abbot

 

Tobias escuchó a Luna atentamente mientras pensaba qué estaba sucediendo. Todo era extraño, difícil de explicar sin haber vivido la experiencia que el otro mago estaba sufriendo. Esperó que las palabras de la mujer sirvieran para algo, pero en el fondo estaba convencido de que no serviría de mucha ayuda. Su respiración se había acelerado, lo que más temía en esos momentos es que él fuese el siguiente. Si lo era, dejaría de ser de ayuda para su amigo.

 

—Creo que nada de lo que hagamos servirá para defendernos. —comenzó a decir pensativo. Nadie había visto lo que había causado esas reacciones, por lo tanto tenía que ser una fuerza lo suficientemente poderosa como para pasar desapercibida a un grupo de magos bien preparados, como lo eran los miembros de la Orden del Fénix que se encontraban allí.

 

Su amigo parecía no reaccionar a los elementos externos. Le daba igual que le hablasen y que lo tocasen, parecía como si su cuerpo estuviese pero su mente se hubiese desplazado a muchos kilómetros de allí.

 

—Poseído... podría ser una opción. —lo que había dicho Luna era probable, pero... ¿Sería eso realmente lo que le estaba sucediendo? Temía no descubrirlo nunca. Empezó a pensar hechizos y/o pociones que le pudieran servir en ese momento. La mujer tomó la iniciativa y mojó al mago así que aprovechando que aún tenía el vaso de agua en sus manos se lo lanzó por encima. No parecía que sirviera para despertarle.

 

Dejó el vaso a un lado. Estaba dejando que fuese Luna la que realizase las acciones, pues él seguía con su cerebro dando vuelta a posibles soluciones. En Hogwarts siempre había preferido quedarse a un margen pensando soluciones que actuar, justamente lo contrario que le sucedía a David que siempre había preferido lanzarse a la batalla.

 

—Me parece que lo mejor que podemos hacer es tratar de alejar todos nuestros pensamientos. Si alguien nos está poseyendo es posible que se aproveche de nuestros miedos, de nuestros deseos, de nuestros sentimientos. No sé, tengo la sensación de que alguien con Oclumancia sería capaz de defenderse mucho mejor de lo que sea que nos esté atacando, ¿probamos a cerrar nuestra mente?

 

Preguntó. Lamentó que dos de las personas que se encontraban por allí decidiesen marchar de la estancia, era mejor que todos estuviesen juntos por lo que podría pasar, pero ir a investigar otras zonas de la mansión podría ser efectivo.

 

Miró a David y luego a Luna.

 

—¿Probamos un Aguamenti conjunto? ¿O probamos con otro hechizo? —preguntó a la mujer.

 

@

 

 

David James

 

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando notó agua caerle encima. Era una sensación fría, extraña, desagradable y muy lejana. Escuchaba alguna voz hablar, pero estaba lejos, era como si lo estuviera imaginando. Durante unos segundos su cuerpo se relajó completamente para luego contraerse y estirarse más rápido de lo que hubiese podido hacerlo en caso de que fuese completamente consciente de todo lo que sucedía.

 

Sabía que la puerta de entrada al castillo se encontraría abierta. ¿Quién podría hacerle frente a uno de los magos más poderosos de su generación cuando iba acompañado de suerte líquida? Nada más cruzar las puertas del castillo empezó a escuchar voces que salían indudablemente del Gran Comedor donde se estaba llevando a cabo el banquete de Halloween. Sus piernas le pedían entrar ahí, pero su cabeza mejor aconsejada por la poción le dijo que continuara de largo.

 

Se paró delante de la Gran Escalera durante unos instantes. ¿Hufflepuff, Ravenclaw o Slytherin? ¿A quién atacaría primero? Cerró los ojos pensativo, pero antes de darse cuenta comenzó a caminar escaleras arriba. Sí, de pronto le habían entrado muchas ganas de acudir al aula de Transformaciones, por alguna razón pensó que allí encontraría lo que buscaba. ¿Y qué buscaba? Hacer el mal. Caminó lentamente, disfrutando cada paso que daba pues estaba a punto de hacer una acción que lo llevaría directamente a los libros de historia.

 

Cuando se estaba acercando escuchó, para su sorpresa, que volvía a oírse ruido que parecía provenir de una fiesta. ¿Acaso había una fiesta en el aula? Pronto lo descubriría. Sin hacer ruido se acercó lo suficiente, la puerta estaba abierta y al entrar por la misma se dio cuenta de que sí: era justamente lo que sucedía. Vio a unos cuantos magos, por el tamaño de la mayoría imaginó que tenían que ser alumnos de sexto, puede que de séptimo incluso. Alumnos que se estaban portando muy mal y que pagarían por ello.

 

Eran alumnos de las cuatro casas, pero él nunca le haría daño a un Gryffindor de forma gratuita. Carraspeó y cuando lo hizo fue como si la música se parara. Todos se giraron y un número indefinido de ojos apuntaron hacía él. Sonrió con maldad. No sabía exactamente el motivo, pero cuando lo vieron varios gritaron y otros cuantos comenzaron a correr. Unos debían de querer esconderse, otros debían de ser lo suficientemente inteligentes para escapar por la puerta trasera y otros, dubitativos, no sabían qué hacer. ¿Iba a ser tan fácil?

 

Levantó su varita y apuntó a un par de miembros de este último grupo, del grupo de personas que cuando sucedía algo inesperado solo sabían quedarse parados.

 

—¡NOOO! —comenzó a decir el David de carne y hueso mientras de nuevo volvía a patalear con fuerza. Si nadie le paraba iba a cometer una tortura o un asesinato. Alguien debía detenerle.

 

[Darla G Dumbledore]

Las dos brujas se dirigieron de la ocina de la casa de los Potter hacia el estudio-biblioteca ubicado en la misma planta. En el camino iban discutiendo de cómo era posible que aquello pasara y Darla le daba por menores de la extraña pesadilla que había sido ver ese especie de fantasma de Seba recriminándole que le había matado.

—Es como cuando tuve frente a mí un bogart, hace muchos años atrás —comentaba la Potter Black, recordando aquella dolorosa ocasión, pero Kimberly negaba con la cabeza.

—Es imposible que fuera un boggart —su expresión de preocupación era clara —Lunita y yo lo hubiéramos visto, un ridikulus hubiera bastado para deshacernos de él y al acercarnos cualquier de nosotras él se hubiera transformado en nuestros temores cuando ya no te atacó a ti, no, esto es algo más que eso —comentaba mientras traspasaban las puertas del estudio.

Observaron por unos momentos el lugar, había una mesa larga en un costado, con varias sillas a su alrededor, una ventana cubierta por cortinados oscuros y la otra pared estaba cubierta por una biblioteca que iba desde el suelo hasta el techo, en las estantería inferiores, tras las puertas corredizas, había una variedad de objetos mágicos y muggles, desde unos cincuenta centímetros del suelo hacia arriba una amplia colección de libros y pergaminos, algunos muy antiguos, envueltos en encuadernados cubrepolvo o enrollados dentro de bolsas de cuero o terciopelo.

—Allí —dijo Kim, señalando una pequeña mesa junto a la ventana donde se veía un libro grueso de tapas muy antiguas.

La pelirroja se apresuró hacia el libro y sus ojos se abrieron como platos al reconocer al necronomicón de la Orden Oscura, estaba abierto y una gruesa cinta rojo sangre marcaba una de sus páginas, el título de la nota en él decía en letras negras “Daimōn”. Darla se apresuró a pasar página por página, luego de leer la ya conocida invocación de demonios. Las siguientes páginas tenían el nombre y la imagen de cada uno de los demonios que eran capaces de invocar. Llegó hasta Pazuzu y regresó en forma apresurada a las páginas en que estaba Batibat. Su fotografía había desaparecido.

—¿Cómo llegaste? —preguntó Darla a su compañera.

—¿Cómo? —dijo Kim sin lograr entender lo que estaba preguntando su amiga.

—Sí, ¿cómo llegaste hasta aquí? Yo —Darla hizo un movimiento de cabeza, —en la mañana en el cuarto —se detuvo pensativa.

—Llegaba desde Londres, tomé —Kim se detuvo, no había tomado nada, se había aparecido, ¿por qué pensaba entonces en el tren que siempre había planeado tomar para un día recorrer tranquila aquella zona?

—Ignoré a todos —murmuró Darla —el mago preguntó quién era y nunca se me ocurrió decirle mi nombre, es nuevo él —sabía que lo conocía y le parecía más que lógico que él la hubiera saludado por su nombre, ¿por qué no lo había sentido así? ¿Por qué había creído que era normal estar allí y no ser ni decir nada a nadie? El duelo, sí, pero.

—Nunca llegué ¿verdad? —preguntó Kimberly, —ayer vinimos juntas, me pediste que te acompañara —ambas brujas se vieron a los ojos, la idea de ir a un encuentro de homenaje, como lo había planeado Rory no era algo a lo que Darla se sintiera preparada, habían llegado juntas.

—Batibat —susurró la Potter Black mientras se aceleraba su respiración —pasamos la noche en la casa, ella ha escapado, yo, yo debo haber sido el canal, si lo he sido, u otro oscuro pero la hemos perdido. Debemos, debemos… despertar —la explosión que sonó en ese momento fue como la de un cuerno de erumpent en el centro de la cada, ambas perdieron el equilibrio y por poco cayeron mientras restos de mampostería caían a su alrededor. Darla dudo, le recordaba a la explosión de Ministerio.

—Vamos —dijo de pronto mientras salía corriendo varita en mano, deteniéndose de golpe a mitad del pasillo y cerrando los ojos —madre, guíame —susurró la pelirroja, invocando a su madre.

Nahira se materializó frente a la Potter Black cuyos ojos se abrieron y nuevamente estaban en aquella mansión de paredes de mármol blanco que había visto cuando el Ministerio explotó años atrás.

—Tú eres hija de los sueños Darla, ¿lo has olvidado? Tú puedes elegir qué ocurre en ellos, tú los dominas y tú los despiertas —dijo la arcángel del sueño a su hija.

—Pero yo… —comenzó a protestar y nuevamente recordó la historia que su madre le había contado aquel día.

—Tú puedes —el tono de reclamo de su madre la hizo sentir impotencia cuando ella tomó sus manos —naciste con el alba —la mujer pasó su mano por los ojos de su hija.

—Y muero con el atardecer —susurró Darla mientras intentaba dar un paso y sentía que todo a su alrededor había desaparecido, su pie encontró el vació y fue como un sacudón —Batibat —volvió a susurrar mientras se sacudía por la sensación de caer al vacío pero no…

Editado 2 de Diciembre del 2020 por Scarlet Akane

[Rory Despard]

MODALIDAD B

Rory Despard & Hanna Rambaldi (@)

 

El momento resultó breve a su conciencia. Rory, concentrado en la tarea, y envuelto en una suerte de éxtasis contemplativo, con la vista vuelta al cielo y las palabras fluyendo de él, apenas notó los gestos de los demás miembros que le acompañaban, aunque era capaz de distinguir la voz de Irowood en cada amén con que iban cerrando las oraciones. La llegada de Luna, le renovó los ánimos. Rory creía que aquello era un don natural en ella, pero no esperó las palabras que con una fuerza inusitada pronunció, un discurso que resaltaba el sacrificio que suponía pertenecer a la Orden del Fénix, y el compromiso asumido que había costado y podía seguir costando la vida de más de un miembro del bando.

 

Sin embargo, antes que pudiese invitar a los demás a pasar al interior de la casa, para la modesta cena que se había preparado, la voz alterada de una mujer rubia (Kimberly) intentando hacer reaccionar a Darla, lo sobresaltaron y borraron de su mente cualquier palabra de cortesía. ¿Qué había provocado semejante reacción en Darla? ¿La oración? Lunita comenzaba a tirar varias ideas, y Rory apenas podía seguirle el hilo, todavía demasiado preocupado en la situación de Darla. ¿Podría ser realmente que alguno de los compañeros no tuviese el descanso eterno y su alma se mantuviera errante? El pelirrojo conocía varios testimonios de personas, respecto a almas incapaces de transitar a la eternidad, y que penaban muchas veces condenadas a repetir una y otra vez aquellos hechos que le habían hecho infelices en vida.

 

Estaba inquieto, pero en lo que podía deseaba ayudar. Y esperaba que los demás pudiesen hacer mucho más. La teoría que ahora compartían los recién llegados, sobre que una entidad demoniaca estuviese atrás lo sacudió lo suficiente, como para girarse hacia Hanna Rambaldi ¿sería por eso que la joven, que todavía estaba a su lado, había estado con aquel raro comportamiento? La sensación pesada en su pecho volvió con mucho más fuerza que la primera vez. ¿Qué estaba pasando?

 

Solo un poco después, vio como David también parecía abstraerse, y otro muchacho (Tobias) que se había incorporado intentaba ayudarlo, nuevamente con Luna prestando ayuda. ¿Tendría que ver el tiempo que llevaban allí? ¿algo ocurrido durante la ceremonia de lo que no se percató? ¿Pero entonces por qué @, @@Sherlyn Stark y @@Syrius McGonagall parecían mantenerse a diferencia de los demás? ¿Sería algo que los recién llegados habrían traído consigo? No tenía elementos para cuestionarse eso, y el repentino desvanecimiento de Hanna a su lado, hizo que de repente dejase de pensar en las causas, para solo concentrarse en salvar a la muchacha.

 

- Hannah, reacciona Hannah- tomando su pulso, y acercándose a su pecho, Rory notó que los latidos de ella eran cada vez más acelerados- Hannah estoy aquí contigo, vamos.

 

Un ataque en un día que debía ser pacífico. Realmente no sabía como sentirse al respecto, pero solo esperaba que todo aquel incidente no se saldase con la muerte de nadie.

 

 

 

OFF:

 

Primer dado: 1 - El compañero de menor nivel (Hannah) es totalmente afectado por las alucinaciones de Batibat y el otro deberá ayudarlo a salir del trance.

 

 

Editado 2 de Diciembre del 2020 por Rory Despard