Orden del Fénix • Familia Potter •

[Rory Despard]

— Bienvenidas, sean todas bienvenidas— sonriente, Rory se hizo a un lado ofreciendo lugar en las sillas o los sillones que estaban dispuestas en el salón— y Darla, esas bromas blasfemas del confesionario y de nuestra señora, van a costarle caro cuando rinda cuentas en los cielos, escúcheme más, que la condena en la tierra es lo de menos frente al suplicio eterno.

 

No podía enojarse con la mujer, aunque tuvieran diferentes perspectivas de vida, por cuanto sabía en el fondo, que su corazón obraba con bien. Era extraño, como los poderes del clan de Avalon iban fortaleciéndose día con día, e incluso en el saludo con todas las recién llegadas, era capaz de detectar vagamente sus auras y entonces percibir las emociones que el encuentro les iba generando.

 

La angustia por la presencia de ese cuervo estaban patentes en aquella mujer de jeans y botines café, preocupada también de su crup, mientras un cierto desconcierto era lo que alcanzaba a notar en Emily, a quien rápidamente le había alcanzado una distribución de la segunda planta de la casa, con indicaciones de donde hacer "aparecer" su habitación, mas cómodas según si prefería que le diera o no el sol, o tuviera más o menos ventilación. Le habían sonado extrañas las palabras de Lunita respecto a que el nombre de una de las brujas era Alba, y no Mica, pero no hizo mayor comentario del asunto y en su lugar intentó apaciguar los ánimos respecto al cuervo.

 

— Creo que con semejantes protectores de la casa— mencionó haciendo alusión al hechizo conjurado por Darla, mientras circulaba una bandeja de galletas— a ese cuervo no le quedarán ganas de seguir husmeando por aquí.

 

Pero aunque no fuera el cuervo, unos golpecitos a la puerta principal anunciaron la llegada de alguien más. Ya eran tantos los reunidos, que Rory no podía sentirse más agradecido, así que dejando la fuente en la mesa, fue de inmediato a abrir para ver de quien se trataba. No la conocía, pero en sus rasgos finos e hipnotizante belleza, Rory encontró las señales inmediatas de que tenía delante de él a una mujer de clase y alcurnia, que hasta había traído un presente a los demás.

 

— Es un gusto conocerte, pasa por favor, siéntate y come lo que desees.

 

Una cosa intrigaba a Rory y era el porqué únicamente las mujeres habían acudido a su invitación. ¿Que sucedía con los hombres del bando? ¿Traían demasiadas ocupaciones? ¿Eran tímidos o demasiado creídos de sí mismos para asistir a una reunión casual? Mientras se dirigía a la cocina para traer el ponche de frutas y repartilo a las demás, notó que en la sala las voces se multiplicaban, aunque no alcanzaba a escuchar lo que decían.

 

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[Darla G Dumbledore]

—Mi querido Despard, dicen que tu dios es bueno y sabe perdonar, mis bromas son el menor de los males que me podrían condenar —dijo guiñándole un ojo al pelirrojo, efectivamente más debían pesar cada una de las muertes, que por más justas que las considerase, había tenido que infligir la Potter Black. Y ni hablar de su convivencia sin estar casada ni sus noches de lujuria, pero eso no lo iba a discutir ahora con el predicador. Quizás en una charla más íntima algún día podrían poner en entre dicho las creencias de ambos, pero más sobre el quinto mandamiento que sobre el sexto o noveno.

 

Una sonrisa divertida se dibujó en sus labios ante el comentario de los protectores mientras tomaba una galleta de la bandeja. Un sonido extraño, no, una vibración, la magia oscura se podía sentir por los oscuros pero ella además potenciaba su magia con el conocimiento de maldiciones y artes oscuras, se giró y volvió a asomarse justo a tiempo para ver desintegrarse el cuervo. Su sonrisa se amplió pero se mantuvo en silencio y volvió a correr las cortinas, no podía fiarse, podría tratarse de un truco.

 

Con media galleta aún en la mano se acomodó en uno de los sillones de un cuerpo, Rory parecía el perfecto anfitrión. Frunció el ceño ante aquello, no sabía por qué eso le molestaba en el predicador. Aunque sospechaba el por qué, otro motivo para alguna vez hablar con él, seriamente. Darla no se objetaba la decisión de su alter ego de elegirle pero sí los motivos del Despard para no haber declinado.

 

La pelirroja se mantenía en silencio, observando al grupo sin verlo y escuchando sus voces sin prestar verdadera atención. La llegada de Rory con ponche de frutas la hizo sonreír y salir de sus pensamientos, deseaba proyectar su mente más allá de aquella habitación, podría haber enviado su sombra mediante un umbra, pero sospechaba que el espía o se había rendido o buscaba otros métodos para ¿qué? Quizás la reunión de niñas exploradoras tuviera la respuesta. Aquel pensamiento la hizo sentir mal, el líder se molestaba en realizar una reunión y ella pensaba eso, pero con el compacto y variopinto grupo ¿Qué podía pensar?

Editado 27 de Enero del 2021 por Darla Potter Black

[Rory Despard]

Repartir el ponche no había sido tarea fácil, pero en cuanto cada una de las presentes tuvo un vaso entre sus manos, Rory se animó por fin a tomar asiento y beber también un poco, que ya lo iba necesitando por causa de todo lo que había ido hablando, entre presentaciones y charlas informales ¡él siento tan expresivo con otros! Una situación como en la que estaba involucrado en ese momento hubiera sido sencillamente imposible en su Irlanda natal, pero le animaba que de unas maneras un tanto extrañas, estuviera haciéndose de un lugar en Ottery.

 

¿Lo encontraría también en la Orden del Fénix? Todavía sentía toda su inmersión al bando demasiado reciente, y el cargo de líder que ahora ostentaba había entorpecido más que ayudado a sus deseos de encontrar allí también un lugar para él.

 

— Ahora que el cuervo ha dejado de ser un problema y las veo a todas ya instaladas. Cuéntenme ¿Cómo estuvo su año? ¿Ha sido muy pesada la tarea de llevar a cabo las acciones del bando en el contexto de guerra? A las que han estado fuera ¿han sido igual de duras las condiciones para magos y muggles fuera de Inglaterra? Quisiera que en este momento pudieran decir con confianza todo eso que están sintiendo. Hemos sufrido pérdidas muy grandes en estos últimos tiempos— sintió que el corazón se le hacía un nudo al recordar aquella profecía horrenda de un terreno baldío que esperaba no se cumpliera nunca por el bien de la felicidad de Lunita y su maravillosa sonrisa que en esos momentos adornaba gentilmente su rostro— quizá quieran empezar con lo más simple. Lo que sea, quiero que sepan que convoqué a esta reunión con la intención de que tengamos un momento, en medio de las múltiples actividades de todos los días, para simplemente contar nuestras angustias y temores, y poder sanar en el proceso, con el apoyo de los demás. Porque es de esta manera que veo a la Orden del Fénix, como una familia que siempre estará para escucharte. Yo no tengo otro propósito hoy más que el escucharlas.

 

Sonrió y entonces alzó el vaso de ponche.

 

— Un pequeño brindis, por todos los presentes, y por el bando ¡salud!

 

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[Luna Gryffindor Delacour]

Lo que decía Rory me hizo sonreír porque yo también nos veía como una familia o eso era lo que me gustaba pensar a diario, apreté mi copa cuando dijo que podíamos contar como nos sentiamos, así que suspiré pensativa, charlar podía ser una buena manera de pasar el rato, sólo que debía seleccionar bien mis palabras y ver cómo explicarle correctamente.

 

- Bueno llevar las acciones de bando en este contexto es por demás complicado,muchas veces me encontré temiendo por mi vida o por las de mis familiares pero eso se incrementó mucho más cuando cayó el ministerio como lo conocíamos, ya nadie está seguro y me Temo que no lo estaremos por mucho tiempo, la situación en Inglaterra es complicada y como siempre espero poder ayudar de alguna manera, aunque con tantas restricciones.... Ese nuevo edito de no relaciones con los muggles me dejó sin una parte importante de mi trabajo de campo... - le admiti a Rory pensando si contarle mi verdadera preocupación o no -

 

A medida que pasaba el tiempo consideraba a los de la Orden como mi familia y que me dieran el espacio para decir cómo nos sentíamos me ayudaba a aclarar todo el panorama, era en la guerra y no en la paz cuando descubriamos el espíritu de las personas y en ese momento, solo pensaba en pasar un buen momento y en intentar solucionar algo de lo que pasaba en mi comunidad mágica.

 

- espero sentirme mejor y más contenta, no sé si pueda lograr todo lo que quiero pero pondré de mi parte para ayudar a mi amado bando y estar para lo que me necesiten, tanto para patrullar como para charlar o conversar un poco también - Le comenté sintiendo que me sacaba un peso de encima al decirme cómo estaba en ese momento -

 

- cómo han estado? Tienen alguna novedad de algo? Por lo demás estoy bien y contenta de poder ayudar de alguna manera, además de que estar aquí siempre es agradable y lindo - Confesé sonriendo al final, porque si había alguien que me mantenía andando ese era Rory quien me mantenía siempre alerta y esperando o por sus charlas o por ayudarle en algo -

[Melrose Moody]

Melrose no se había mantenido muy al tanto de las situaciones políticas en Inglaterra o incluso de lo que acaecía en La Orden del Fénix, debido a los encargos y misiones que había estado recibiendo de Richard últimamente. Así que ese día, el día en que se suponía que daba una reunión en la Potter en favor de Despard, había decidido tener alguna clase de gesto para con todos.

 

Richard, ni corto ni perezoso, se había ofrecido a ayudar enseguida. Melrose no sospechó de su actitud debido a que había visto al pelirrojo satisfecho con su trabajo. Ni por asomo, se le ocurrió que pudiera existir otra posibilidad.

 

—Apenas horneé estos muffins hace un par de horas le confió —debían ser especiales, porque Melrose notó enseguida un aroma gracioso apenas perceptible debajo de la capa de chocolate que bañaba la cubierta. Supuso que se debía quizá a que Richard había usado algún elemento barato y el olor se esfumaría para cuando llegara a la casa de los Potter—. Deberías compartirlos con todos.

 

Mel se sentía muy tentada a comérselos sola pero sabía que Richard tenía razón. Así que ahí marchó, abriéndose paso cohibida en medio de la celebración, esperando que nadie notara su intromisión o que lo consideraran una invasión, dejando sobre la mesa, la flamante bandeja plateada cargada de muffins de chocolate con un elemento sorpresa del que ni ella misma estaba enterada.

 

@@Luna Gryffindor Delacour @@Rory Despard @@Darla Potter Black @@Valkyria Karkarov @ @@Mica Gryffindor @@Emily Karkarov

[Luna Gryffindor Delacour]

La llegada de Melrosé con muffins la hizo sonreír, olio el aire frunciendo el ceño después de un tiempo, ¿Qué tenían esos muffins de raro? sabían a chocolate, frambuesa, arándanos y ¿Qué otro ingrediente secreto tenía? no podía identificarlo lo que la hizo pensar que quizas esos muffins tuvieran algo especial, solo que no tenía ni idea de que era ese algo, tampoco es que se quejaría mucho de eso, lo importante era pasarlo en familia y el resto se vería, porque no había nada que una buena historia no se pudiera acompañar con un rico muffins de por medio.

 

- Sigo pensando que en estos tiempos que corren debemos estar más unidos que nunca, nunca se los admití a nadie pero tengo miedo de que alguno de ustedes muera o yo misma, tengo miedo de que en la calle me encuentre el cuerpo de alguno o que me llamen para reconocerlo en alguna redada, no sé... es una sensación rara y horrible, temo por la vida de todos los de aquí y aunque suene loco, a veces no puedo estar quieta por eso, enserio que las cosas están peligrosas, así que tienen que tener mucho cuidado ¿si? - Les pedí contándoles uno de mis mayores miedos, de esos que guardaba bajo muchas llaves, para que nadie supiera de esto -

 

Era una pesadilla recurrente, estaba sentada en mi escritorio del Cuartel de Aurores, ordenando papeles y pidiéndole a Darla que me ayude, cuando el teléfono sonaba y me avisaban que Mica estaba muerta haciéndome gritar mucho, había sido en una emboscada y no habían podido ayudarla, el sueño se convertía y después ya no era Mica, si no que eran Rory, Darla, Valkyria, Kassandra y hasta Emily, había soñado hasta que Annick estaba allí, era como si todos mis familiares les pasará algo malo a la vez, quizas eso solo fuera un trauma que me quedo, pero sea lo que fuera, me daba un miedo terrible y me paralizaba más veces de lo que podía decirle a nadie en realidad.

 

- No se si todos se dan cuenta del peligro que corremos a diario o si lo sabemos y lo dejamos pasar, estamos en guerra y seguiremos así, tenemos que estar unidos, todo mi mensaje apunta a que tenemos que estar más unidos que nunca, ayudarnos entre todos, estar para lo que necesité el otro, preguntarle como anda, si necesita ayuda con algo, si quiere hablar de algo, así como lo esta haciendo Rory hoy aquí, tenemos que estar unidos ¿si? tenemos que hacerlo - Les pedí suplicándoles con mas energía de la cuenta y mi voz más baja de lo habitual -

 

 

Intente calmarme porque no quería asustar a nadie, así que fui a por un muffins que comí con gusto y guiñándole un ojo a Melrosé agradecida por eso, volví a pensar en mi pesadilla, pero allí estaban en ese lugar fríos y sin vida, ¿Qué clase de horrible pesadilla era esa? ¿por qué no paraba de soñarla? era algo que nunca les contaría porque me daba vergüenza admitir que tenía una vena cobarde del que nadie sabía, yo solo los observaba sin poder hacer nada y cuanto más corría menos podía alcanzarlos, pero solo era un sueño y una pesadilla, quizas producto de todo el dolor que aún tenía encima y estaba segura que en algún momento dejaría de soñarlo y todo volvería a la normalidad o al menos, eso esperaba que pasará de un momento a otro.

Editado 7 de Febrero del 2021 por Luna Gryffindor Delacour

[Rory Despard]

El silencio que siguió a sus palabras, fue roto rápidamente por Lunita. Sabía que ella, como funcionaria del ministerio de magia, había podido ver más de cerca los cambios que el gobierno de Aaron había introducido y las repercusiones que eso había generado, políticas que lamentablemente su sucesora, Sagitas, estaba siguiendo.

 

- Creo que es importante que no olvidemos eso Lunita. Cumplir actividades para el bando está bien, pero tampoco podemos, ni debemos descuidar nuestro entorno personal, nuestras relaciones- bebió un poco más de ponche, antes de proseguir con su respuesta- Sé que cada quien tiene una o un puñado de personas a las que le puede confiarle sus preocupaciones más íntimas. Y si no la tienen, quizá como yo pueden confiarlas a un poder más alto, creador y divino redentor. Lo importante de todo es que nunca permitan que la soledad los consuma. Quizá no sea la persona más adecuada, soy joven, y bastante ignorante de muchas cosas, pero siempre estaré para escuchar a todo el que quiera confiarme algo, y proteger aquello que me diga, celosamente.

 

Una nueva invitada cruzó de repente el espacio, con una bandeja de muffins de muy vistosa y apetitosa apariencia. Rory recordaba que había compartido la misión de París con ella, pero poco más sabía aparte de su nombre (Melrose). Lunita estaba volviendo a insistir en la necesidad de unión y también de sus temores de que alguien importante pereciera por causa de la guerra. Efectivamente, con cada día que pasaba, el pelirrojo era más consciente de todos los peligros que implicaba formar parte del bando de la orden, que estaban lejos de tener la vida garantizada y por el contrario, podían encontrarse la muerte a la vuelta de la esquina.

 

Pero quería reconfortar a Luna, y sobre todo, hacerla sentir que estaba en lo correcto en lo que decía, por qué él también, se negaba a perder la esperanza aun cuando el escenario se mostraba tan nefasto.

 

- Dise el señor en Hebreos 11:1, que la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Lunita, no temas por el futuro, aunque se vislumbre oscuro. Yo confío en que tu fortaleza de corazón y nobleza de espíritu te hará sobreponerte a cualquier clase de tragedia, incluso la muerte. Y te pido también que sigas teniendo esa misma fe por el bando y quienes forman parte de él. De que podremos, a pesar de las circunstancias adversas, construir un mundo más justo con nuestras propias manos.

 

Ya que ella había decidido tomar un muffin aproveché de ponerme de pie, y tomando la bandeja empecé a ofrecerlos al resto de las presentes, incluida la propia Melrose. De regreso en mi lugar, también con el postrecito en mano, di un primer mordisco, intrigado por el curioso sabor que tenía.

 

- ¿Los hiciste tú Melrose? Creo que se pasó un poco la cocción, pero el sabor es muy agradable.

 

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[Darla G Dumbledore]

Tomo la taza o vaso con asa, nunca los entendía, que contenía el ponche que había preparado Rory. Le había agradecido con una sonrisa cálida, pero aún algo ausente. Las palabras del mago la trajeron de vuelta, a medias, porque su primer pregunta era como un puñal, y la segunda una clara muestra de que, aunque integrada a Gringotts junto a Seba, la pareja jamás se había integrado al mundo mágico reinante más que para buscar la manera de trasladar todos sus bienes fuera del país. Esperaba que fuera alguien más quien hablase y de ser posible, zafar de contestar.

 

Las siguientes palabras del Despard le sonaron tan a reunión de autoayuda que esperaba que alguna de las presentes se pusiera de pie, dijera su nombre y a continuación “soy fenixiana y me ha pasado esto”… grotesco. Se sintió peor porque se notaba en cierta forma que el hombre se esforzaba, pero estaba convencida que el camino que seguía no era el correcto y la Potter Black comenzaba a cuestionarse si su elección había sido lo correcto. Sonrió para el brindis, casi en forma automática elevando la copa y repitiendo sus palabras.

 

—Por los presentes y el bando —para luego tomar un largo sorbo del ponche, sorprendiéndose de lo agradable que resultaba al paladar.

 

Darla escuchó atentamente a Luna, que fue la primera en hablar, después de todo, había tomado un trabajo junto a ella bajo el mando de su padre. Su atención se centró en Melrose en ese momento llegaba con una bandeja con muffins, la observó registrando su presencia y el aroma de lo que traía por inercia, pues su mente, aún sentada en solitario, estaba repartida entre la reunión y su propio mundo.

 

Las palabras de Luna la sobresaltaron, no temía a la muerte, pero que a ella le preocupase, era normal, Sus ojos bajaron y con una nerviosidad que no esperaba tener notó sus manos temblorosas. ¿Qué demonios le pasaba? Vació el vaso de ponche de un solo trago y lo apoyó en una mesa cercana.

 

Las palabras de Rory más que un consuelo resultaron un puñal, había perdido a Seba. ¿A dónde se podía refugiar? La Potter Black seguía siendo “su hogar” se lo había dicho su tía Sagitas hace años pero ahora ¿seguía siéndolo? La Dumbledore se había convertido en su refugio, pero era consciente que los asiduos al hogar de su sobrina y de su cuñada eran de ideales totalmente opuestos a los de ella en ese momento.

 

La frase final del Despard, le dio un revoltijo mental que por poco le arroja el vaso vacío por la cabeza mientras escuchaba hebreos y luego, una vez más por inercia y cortesía, aceptó con otra sonrisa uno de los muffins que él repartía. Seguía creyendo que debería dejar de ser tan amo de casa, pensaba ésto mientras miraba el muffin en sus manos. Escuchó la pregunta de Rory hacia Melrose, sentía los aromas y caía en la cuenta del aroma que había sentido antes. El chocolate, los arándanos, las frambuesas, todos sabores y perfumes fuertes que disimulaban algo más en el fondo. ¿Qué se habían pasado habían dicho? Su mirada se elevó con curiosidad.

Editado 8 de Febrero del 2021 por Darla Potter Black

[Mica Gryffindor]

Aquel comentario de Luna, quien la nombró en forma despreocupada, le dijo que no podría esconderse por mucho. Si bien no recordaba con certeza quién era ni cómo presentarse ante los demás. Era muy extraño todo.

“No debí venir” se dijo, sintiendo que le costaba respirar, observando la dinámica que se desenvolvía ante sus ojos. Todos actuaban de forma tan natural, se conocían y llevaban bastante bien entre ellos. Sin darse cuenta había empezado a retroceder, hasta toparse con una pared a sus espaldas, y ahí permaneció inmóvil.

Una idea loca vino a su mente, recordando que Luna le mencionó el hecho de que había habitaciones disponibles y, tal vez, podría ser una buena idea quedarse. Aunque era una contradicción, pues al mismo tiempo quería salir huyendo.

A su alrededor, todos parecían desenvolverse con normalidad, apenas notando su presencia. Notaba al líder de la Orden ir y venir, siendo muy buen anfitrión para todos. Cuando una compañera apareció con una bandeja con muffins, no tardó en empezar a repartirlos entre el grupo.

Cuando llegó a ella, no pudo rechazarlo. Tal vez comer algo era una excusa para tener algo que hacer. Lo tomó y dio un mordisco. Necesitaba relajarse un poco. Se acercó a un sofá, donde pudo reconocer a la pelirroja que había entrado junto con ella, y se sentó en un extremo a disfrutar su muffin…

[Luna Gryffindor Delacour]

Escuchar a Rory le hizo sonreír, él hablaba de que podíamos confiarle todo lo que quisiéramos y si no era a él, alguna divinidad, eso le hizo pensar en la Diosa de Avalon, ¿ella entraba en lo que él llamaba divinidad? ¿podría confiarle sus miedos o no? cavilaba sobre todo eso mientras seguía escuchándolo, procurando no perderse de nada de lo que decía, era cierto que la soledad era peligrosa sobre todo para alguien tan social como yo, así que procuraba nunca estar sola y siempre estar acompañada porque temía derrumbarse si se quedaba a solas, por eso evitaba a toda costa que eso le pasé.

 

- Confió en Dios y en la Diosa de Avalon, ambos son en los que más confió, además de eso todos los que estamos aquí son dignos de guardarme cuanto secreto tenga, que no lo tengo pero si lo tuviera.... confiaría plenamente en todos porque los considero mi familia y se que incluso Rory nos considera así, por lo demás todos saben que cuentan con mi ayuda si se requiriera y aspiro que este encuentro nos una mucho más, necesitamos estar unidos, más que nunca contra fuerzas que no conocemos del todo - Dije con energía intentando mostrarles que unidos podríamos lograr lo que sea -

 

 

- Confió en el bando Rory, confió en todos nosotros y pesé a la situación adversa en la que sufro y se que a nadie es ajena, el bando y este lugar me dio el refugio que necesito para no pensar y seguir adelante me hace bien, tener cosas por hacer, ayudar a todo el mundo, podremos construir un mundo mejor, aunque todo se vea negro y oscuro, sigo confiando en mi amado bando y espero que tiempos mejores vengan pronto, sobre todo porque siempre viví en guerra e intento que eso no mine mi espíritu, aun confió en todos y sepan que pueden contar conmigo para lo que sea y que trabajaré por y para el bando siempre que pueda y me necesiten, allí estaré - Exclamé entusiasmada y feliz de poder decirles lo que pensaba y creía, por más triste que estaba en esos momentos en realidad -

 

Levanté mi copa junto con Darla para brindar, para luego tomar un largo trago, el ponche sabía sumamente bien y parecía tener algo especial al igual que el muffin que acaba de comer, ¿eso lo había traído Melrose también? suspiré pensativa mientras seguía tomando y dejaba la copa arriba de la mesa pensativa, mis ojos azules claro brillaron al volver a fijarme en mi tía Mica, a quien quería muchísimo y le sonreí alegremente, nada me ponía más feliz que su vuelta aunque no era momento para decírselo, estaba contenta de volverla a ver aquí con todos nosotros y esperaba que así siguiera por mucho tiempo más.

 

 

- Tía Mica, ¿estas bien? qué opinas de lo que estamos hablando aquí? - Le dije feliz dirigiendo mis ojos hacía ella, intentando unirla en la conversación también y que participará en ella -

Verla callada me ponía de los pelos, por lo general era muy vivaz y hablaba bastante, al menos la tía que yo recordaba hablaba mucho conmigo, así que era extraño que no se dirigiera a nosotros, sentía que algo raro pasaba con ella pero no podía averiguar ni pensar el que, tal vez debería de hablarlo con ella a solas en algún momento o quizas solo estuviera pensativa por algo, sea cual fuera el motivo, debería de preguntárselo en algún momento porque esa no era la Mica Gryffindor que recordaba por nada del mundo.