Orden del Fénix • Familia Potter •

[Hannity Ollivander Evans]

Hannah Rambaldi

MODALIDAD B

Con @@Rory Despard

 

No había estado muy convencida de ayudar a Despard con aquello de llevar la oración, no era algo en lo que ella creyera ni algo que alguien le hubiera inculcado, al contrario, el hecho de ser vampiro le había traído bastantes problemas en cuanto a religión, la veían como un demonio y por ello la habían perseguido infinidad de veces, a pesar de que ella era vegetariana.y no hacía daño alguno a ningún ser humano, por mucho que estos la hubieran lastimado en más de dos ocasiones por el simple hecho de ser diferente.

 

Por fortuna aquellas oraciones no habían durado mucho tiempo, pero aún había algo en aquel ambiente que la hacía sentir extraña, incluso soñolienta, lo cual era nada peculiar y por tal motivo ponía sus sentidos alerta, o eso creía ella, no había prestado atención a nada de lo que había ocurrido a su alrededor, para ella era como si todo lo que ocurría con sus demás compañeros de bando, nunca hubiera pasado, de hecho ella no observaba ni escuchaba nada extraño y tal era así que se había quedado en el mismo lugar después de haber terminado la oración.

 

Era extraño, puesto que no quería moverse, se sentía cómoda en el lugar y lo último que recordaba era caer por un oscuro túnel en que escuchaba voces gritarle, pero ¿qué le decían? Escuchaba claramente si nombre, de eso no había duda, la llamaban Hannah, pero , de repente aquellos sonidos se habían convertido en gritos, volvía aquella temporada en la que las persecuciones habían regresado y a ella se le culpaba por la desaparición de dos niños que días después habían sido encontrados sin gota de sangre.

 

-¡No! ¡Yo no fuí! No hice nada a esos niños, ni siquiera los había visto antes...

 

La mano de Despard agarrándola para ayudar a levantarse la retiró rápidamente y escondió su mano en el abrigo, levantándose con una agilizar impresionante y echándose para atrás. ---Le digo que yo no he hecho nada, yo no me metería ccon un par de niños indefensos, yo no pedí está condición...

 

La mano de Despard se acercó a ella para intentar ayudar a levantarse, pero el atuendo que el joven pelirrojo traía no ayudaba mucho con aquellas alucinaciones que la Rambaldi tenía, de repente los ojos esmeralda se tiñeron de rojo y siseó enseñando los enormes y blancos colmillos de manera amenazante.

 

---Te he dicho que yo no hice nada, pero si quieres creer que soy tan terrible para tu

especie como dices, tal vez debas cuidarte...

 

 

@Scarlett Akane @Syrius McGonagall @ @David James Dumbledore

[Rory Despard]

Modalidad B

Con Hannah Rambaldi (@)

 

Retrocedió asustado ante la brusca reacción con que Hannah había retirado su mano, esa que le sujetaba la muñeca buscando comprobar que se encontraba consciente todavía. A la par, podía ver como ella clamaba a viva voz ser inocente de una acusación vinculada a unos niños.

 

- ¿De qué niños hablas? Hannah, nadie te está acusando nadie creería que tu condición te convierta automáticamente en un ser corrupto.

 

 

Quería creer que sus palabras llegarían a ella. Por un momento al ver que abría los ojos, Rory creyó que lo peor había pasado, pero esa suposición era totalmente equivocada. Las pupilas de la joven Rambaldi se encontraban dilatadas, y además de un brillante color rojo. Ahora el predicador se encontraba en la encrucijada entre seguir ayudándola, o protegerse él mismo, y es que aunque no los hacía menos de ninguna manera, si que las muchas historias de boca de su madre sobre los vampiros, le habían traumatizado lo suficiente la infancia como para que aquel miedo de la niñez todavía lo arrastrase al presente.

 

Se giró entonces hacia los demás que también estaban en la casa. Pedir ayuda en voz alta hubiese sido lo más conveniente, pero temía, ante las últimas palabras que la jovencita había dicho, que ella pudiese tomar ese pedido como un llamado a intentar hacerle daño, por lo que solo con la vista intentó llamar la atención de los otros. Sin embargo, no lo consiguió y no solo eso, sino que directamente parecía que ellos no alcanzaban ni siquiera a verlo.

 

¿Qué era lo que estaba sucediendo?

 

- Hannah, pueda que no te conozca mucho tiempo, pero el tipo de maldad que obraría sin culpas para cobrar la vida de un inocente...tan maldad no existe en tu interior. Tu corazón es bondadoso, y esa es tu verdadera naturaleza, empática y amable. No lo olvides...por favor...

 

Mientras lo decía, Rory creyó ver por solo una fracción de segundo que una materia oscura envolvía a la muchacha, mientras un murmuro tan bajo que era imposible identificar lo que podía estar diciendo se colaba en sus oídos. Verlo hizo que pensase en que definitivamente no era un alma la que podía estar atrás de eso, era algo mucho peor, probablemente un demonio como sus compañeras habían mencionado.

 

Lamentablemente, él no contaba con los poderes aun en el clan de los sacerdotes para hacer frente a esa amenaza. Pero recordando las enseñanzas de Luna se obligó a serenarse dejar que su don natural de curación pudiese obrar sobre Hannah.

 

¿Funcionaría? La palma de sus manos acumuló solo un poco de energía antes de lanzarla en dirección a ella, esperando que pudiese funcionar.

[Hannity Ollivander Evans]

Hannah Rambaldi

MODALIDAD B

Con @@Rory Despard

 

No era conciente de la realidad, las alucinaciones que tenía eran cada vez más fuertes, ligadas a sus miedos más profundos y a sus recuerdos más vulnerables llenos de temor y persecuciones.

 

Había amenazado a Rory con sus enormes colmillos, pero aquello solo había sido la reacción de su conducta vampírica, ya que el aroma a sangre mágica invadía el lugar. ¿Qué haría ahora? ¿Iría a buscar la procedencia de aquel aroma para saciar una sed que siendo ella misma no hubiera sentido o atacaría al predicador?

 

Sin pensarlo mucho, o más bien luchando contra aquello que la hacía actuar de esa manera, alcanzó a escuchar a medias lo que decía Rory ...tan maldad no existe en tu interior. Tu corazón es bondadoso, y esa es tu verdadera naturaleza, empática y amable. No lo olvides...por favor... Pero mientras más intentaba resistirse más miedo la hacía sentir.

 

Comenzó a ver más sombras a su alrededor y muchas de ellas llevaban antorchas, tridentes, definitivamente iban a acabar con ella, eran demasiados y definitivamente el pelirrojo tenía razón, ella no acabaría con ninguna vida humana por más que está lo mereciera.

 

Quería huir, salir corriendo, con su agilidad podía que no la alcanzarán, pero estaba rodeada, no había por dónde salir de aquella aglomeración de gente, uno de ellos se acercó y la mano de él brillaba... ¿Cómo era posible? Si ellos eran magos... ¿por qué temian a un vampiro?

 

Lo único que hizo para protegerse fue arrinconarse en una esquina de la habitación y esperar el impacto, el cual, a pesar de que ella no vió tanta energía el golpe fue suficiente para regresarla a la realidad.

 

Vió al joven pelirrojo frente a ella, no había ninguna otra persona, además de los miembros de la orden, o eso era lo que creía.

 

-¿Qué fué lo que pasó?

[Darla G Dumbledore]

El dolor que sentía en el brazo al momento de intentar despertar fue muy fuerte, las garras de Batibat habían dejado una marca en el brazo de la Potter Black. La demonio del sueño no había esperado encontrarse con alguien, que al igual que ella, pudiera caminar entre mundos de sueños y de esa forma conocer la manera de despertar y vencerla tan fácilmente. De hecho la propia Darla había olvidado su historia familiar, luego del encuentro con su madre cinco años atrás no habían vuelto a hablarse y ahora por primera vez ella había utilizado aquellos poderes olvidados.

La pelirroja entre abrió los ojos, pensando que el dolor hubiera sido menor si se hubiera mordido ella misma el pulgar o aún mejor si hubieran movido con Kimberly los dedos de los pies. Las dos brujas se observaron y se sonrieron mientras se ponían de pie, estaban caídas en medio de la sala de estar o living de la casa. Todo era cada vez más extraño, de la reunión habían pasado a la cocina y de allí a la biblioteca para despertarse en aquel lugar. La pelirroja abrió la boca para preguntarle a Kim si estaba bien, o al menos eso intentó, descubriendo que ni una ni la otra tenían voz.

La pelirroja enfureció, no podía creer que por alguna misteriosa razón Batibat continuara dominándoles cuando se suponía le habían vencido. Cerró los ojos y movió los dedos de los pies, intentando hablar y nada. Su aspecto de furia hizo que Kim la tomara por los brazos e intentara expresarle que se calmara a lo que la pelirroja solo asintió y deshaciéndose del agarre sacó llevo alternadamente sus pulgares a la boca. Debía reconocer que hacer eso la hacía sentir aún más est****a que mover los dedos, pero probó mordiéndose ambos, y aunque sus dedos sangraron con lo cual luego debió aplicarse un par de episkeys no verbales no hubo caso para recuperar su voz.

¿Dónde estaban los demás, pensó Darla, sacudiendo la cabeza, la última vez que les había visto todos estaban en la ceremonia que había organizado Despard, o había nada raro en ellos, Hanna le había ayudado. Lunita y David eran a los que había visto luego, Lunita no parecía verse afectada por nada, al contrario, les había ayudado, al igual que Tobías lo había hecho con David. Darla no podía recordar qué había pasado con el otro hombre al que no conocía y menos con Sherlyn, lo cual realmente la traumó. Debemos ir, quiso decir, pero su voz no salía. ¿Cómo demonios la recuperaría?

Demonios, pensó en ese momento y luego recordó a los elfos de la cocina ¿estarían realmente allí? Hizo un gesto a Kimberly para que la siguiera y corrió con ella por detrás a la cocina. Efectivamente los elfos se encontraban allí. Lo siento, pensó la pelirroja mientras se concentraba y pensaba escendia, la bruja comenzó primero lentamente a desvanecerse, ante el asombro de las criaturas en el lugar y de su amiga Kim y de repente toda ella por completo desapareció, todos los elfos menos uno emitieron un grito y Kim abrió sus labios sin sonido alguno.

Plinea había cerrado los ojos, su cuerpo había sufrido un estremecimiento en el momento en que la Potter Black había dejado de ser visible para los demás. Cuando los abrió nuevamente no eran del color azul zafiro habitual del pequeño elfo sino de un tono negro profundo en donde destellos escarlata se notaban en los bordes del iris.

—Kimberly —la voz era del elfo pero la rubia sospechaba que no podía ser él, ya que no sabía su nombre y no había escuchado antes ese tono en el pequeño, imperativo, era imposible.

—Sí, soy Darla, no se me ocurrió mejor manera que hacerme entender —los demás elfos parecían asustados y ella movió su mano con gesto inquieto y mandándoles callar —esto sigue siendo obra de Batibat, la habremos vencido en el plano de los sueños pero de algún modo aún nos posee —luego miró a los elfos y los observó pensativa, podía sentir la magia distinta que ellos poseían, eran capaces de hacer magia sin varita, solo tronando sus dedos —los miembros de la Orden del Fénix los van a necesitar, vamos a invocar a otro demonio y él nos ayudará a vencer a la demonio de los sueños y terminar de contenerla en el necronomicón pero ustedes deberán ayudar con su magia, solo todos unidos podremos terminar con esta pesadilla —los elfos parecieron dudar pero luego se observaron entre sí y el mayor se adelantó, con el delantal entre sus pequeñas manos.

—Tabhita y los demás ayudarán a los miembros de la Orden, el Señor Potter nos hizo libres pero Tabhita y los elfos de la Mansión Potter no abandonan a sus amos, puede contar con Tabhita y los demás —Darla asintió, ahora era solo cuestión de invocar a un demonio que supiera dominar a Batibat.

dado: https://imgur.com/2HzUXRu

Editado 2 de Diciembre del 2020 por Scarlet Akane

[David Augustus Lestrange]

Post 3

 

Cuando levantó su varita para apuntarles varios fueron los que intentaron sacar la suya, pero no les sirvió de nada. El mago consciente de que esa sería la primera decisión que tomarían estaba preparado y el encantamiento desarmador siempre se le había dado muy bien. Las varitas volaron por los aires, era como enfrentarse a muggles. Después de acabar con ellos, ¿debería ir a enseñarle a los muggles sus conocimientos de Artes Oscuras? ¿Por qué no?

 

Estaba en un momento de completo disfrute, por lo tanto iba a alargarlo todo lo que fuese posible. Cerró las puertas con su varita y los miró fijamente. Eran tres jóvenes los que tenía delante, no reconocía a ninguno de ellos por lo tanto no eran los hijos o familiares de ninguna amistad suya. Eso era mucho mejor, no quería acabar teniendo problemas con alguna familia que lo conociese demasiado. La información era poder, siempre lo había pensado y siempre lo pensaría.

 

En ese momento un importante dilema se le planteó. ¿Quería que supiesen que lo había hecho él? Si los mataba y se largaba posiblemente nadie pensaría que él había sido, pero eso le quitaba gracia a todo. Ser un mago oscuro en las sombras tenía su encanto, pero ser reconocido y temido a partes iguales era mucho más interesante y divertido. Sí, no podía matar a los tres, tenía que dejar a uno vivo. Fue entonces cuando les pidió a cada uno de ellos que dijese un número.

 

Cuando lo hicieron, apuntó directamente al pecho del joven que había dicho el número más pequeño y más cercano al '1'. Él sería el primero. Suspiró, vio el temor en sus ojos y sonrió. Tras murmurar unas palabras un rayo salió directamente hacia el pecho de su víctima. Le parecía que era un rayo de color verde, pero en esos momentos...

 

David abrió los ojos. Empapado en agua y en sudor. Temblando, temeroso. Con un fuerte dolor en una de las rodillas que no tenía muy claro a qué se debía. Miró a Tobias y unas lágrimas comenzaron a caerle por las mejillas. ¿Cómo le explicaría qué acababa de hacer?

 

 

 

Tobias Abbot

 

Comenzaba a desesperarse. Nada de lo que hacía estaba sirviendo. Una, dos, tres veces habían sido las ocasiones en las que había utilizado el hechizo 'Aguamenti' directamente contra la cara de su amigo. ¡Por Merlín! Estaba tan mojado que parecía que acababa de salir del Lago Negro de Hogwarts. Lo había agarrado por los hombros y lo había zarandeado. Le había dado una pequeña bofetada e incluso le había dando un golpe en su cabeza con la palma de la mano.

 

Pero nada de nada, no estaba sirviendo. Parecía que su amigo seguiría en trance mucho más tiempo. El cuerpo de su amistad cada vez se movía más y se estaba poniendo nervioso. O lo paraba ya o seguiría sufriendo durante más tiempo. Al resto de los magos que allí se encontraban y que habían vivido algo similar no parecía que les hubiese costado tanto volver a la realidad.

 

Agarró de nuevo el vaso que Luna le había dado unos minutos atrás. Su idea era lanzarlo con todas sus fuerzas al suelo para provocar mucho ruido. Tomó aire preparando todas sus fuerzas y lo lanzó con la mala suerte de que no había apuntado bien. No, nunca había sido bueno en ninguna clase de actividad que requiriese mucha puntería. ¿El resultado? Le había dado en toda la rodilla a su amigo haciendo que se rompiese en pequeños trocitos de cristal. Le resultó doloroso hasta a él mismo.

 

No sabía si eso había conseguido despertarle o la suma de todas las cosas anteriores, pero por fin el mago abrió los ojos y lo miró. Parecía asustado y nervioso. ¿Qué le habría pasado? Tenía mucha curiosidad, pero antes de hacerle esa pregunta tenía otra de suma importancia.

 

—¿Estás bien?

 

[Rory Despard]

Modalidad B

Con Hannah Rambaldi (@)

 

 

Roy contiene el aliento. No hay un indicio mayor de que su hechizo haya podido impactar en Hannah para hacer que reaccione. Pero siente como un deber mayor acercarse a la muhcacha que ya no tiene las pupilas encendidas en un tono carmesí, y lo que es peor, simplemente no muestra brillo alguno. Como si su alma la hubiese abandonado del todo.

 

 

Entonces es que vuelve a notarlo. Aquellas sombras envolviéndola, y el impulso de protegerla se impone a su casi natural miedo. Avanza hasta ese rincón a donde ella se ha apartado en lugar de atacarlo, y sujetándole las manos, empieza un viejo rezo de protección aprendido del sacerdote de Dublin. Está convencido de que si consigue al menos la mitad de lo que el padre hacía podrá darse por satisfecho, pero otra cosa es la que sucede...

 

Su mente se llena con múltiples voces clamando que se queme a todas esas brujas, enarbolando antorchas con llamaradas que iluminan una noche cerrada sin estrellas. Y rodeadas por esa turba enardecida varias mujeres amarradas a postes gruesos, emiten los gritos desmesurados y más desgarradores que el predicador ha oído en mucho tiempo. El olor de la carne quemada lejos de hacer retroceder, parece dar bríos a la gente que comienza a reír observando aquel horrible espectáculo.

 

Y entonces es que ve a Hannah junto a él, agazapada y con las ropas hechas jirones como las mujeres colgadas. ¿Qué era lo que presenciaba? ¿El pasado de la joven o una fantasía de su mente? A Rory no le importa averiguarlo tanto como el poder ponerla a salvo de allí.

 

Rebusca entonces entre sus ropajes su varita, y aunque su mano tiembla mientras la sujeta, se las arregla para mentalizarse en la casa de los Potter. No está seguro que una simple desaparición pueda hacerlos salir, él cree que podrían estar en alguna clase de dimensión desconocida, así que un portal hecho con fulgura nox es una mejor opción. Así lo hace, mas poco antes que ese lienzo de espanto desaparezca, es que nota, entre el cúmulo de personas, una vieja gorda que sonríe maliciosamente con dientes desdentados.

 

Un escalofrío le recorre la espalda y lo acompaña mientras cruza el portal. Él quiere creer que ahora podrán descansar, pero un desesperado gito de ayuda es lo que les recibe del otro lado. Rory, mucho más perturbado, se pregunta ahora si es que hizo algo mal. Deberían estar a salvo, pero aquellos gemidos solo le indican que esa pesadilla no ha terminado. No es Hannah ya, ni son esas mujeres quemadas vivas, es una única voz, de un hombre, la que le llena los oídos, y que parece emerger del suelo bajo sus pies.

 

No quiere levantarse, no tiene las fuerzas para ver que es lo que puede estar sucediendo. Pero tiene que hacerlo ¿dónde quedaría su voluntad y compromiso con el prójimo si no lo hiciese? ¿dónde su voto de llevar el consuelo de la palabra a quien lo pudiese necesitar?

 

— Hannah ¿vienes conmigo?

 

Intenta ser lo más delicado posible con ella mientras dice aquello. Ni siquiera está seguro de que sea buena idea llevarla con él a un lugar donde probablemente no encuentren nada agradable, pero volver a dejarla sola no parece una opción ahora que casi no tiene dudas de que es un demonio el que está tras de todo eso, atormentando sus almas y sus mentes. Si tan solo alguien más estuviese cerca otras serían las opciones, pero inexplicablemente ninguno de los que estaban presentes en la ceremonia se encuentra allí.

 

Y eso solo hace que su temor se refuerce.

 

— Vamos a permanecer juntos, por favor pase lo que pase, no dejes de confiar en mí— las palabras salen en un tono de súplica, mientras el rosario en su cuello tintinea.

 

 

 

 

OFF:

Dado 2: Resultado 1: Se dirigirán al sótano donde encontrarás a un antiguo compañero de la orden debilitado y lleno de heridas, al parecer autoinflingidas.

 

 

Editado 3 de Diciembre del 2020 por Rory Despard

[Darla G Dumbledore]

Modalidad A

 

 

El elfo se adelantó, llevaba su delantal atado a la cintura, sobre unos pantalones cortos. Se detuvo de pronto y se vio en el reflejo de una puerta vidriada. En verdad Darla se sentía extraña en el cuerpo del elfo, claro que jamás sería más extraño que cuando habían poseído entre más de un oscuro las paredes de un edificio para tirarlo encima de Dalixian y sus secuaces. Demasiado tiempo atrás y en verdad poco tiempo para perder, se recordó a sí misma.

 

La bruja juntó a Kimberly y los elfos de la cocina alrededor de un espacio amplio que habían dejado en el centro del lugar. Plinea, guiado o más bien manipulado por la pelirroja había dibujado un pentagrama con runas, había dudado, pensando en utilizar a Lilith, la madre de los demonios, reina de la noche. Pero la bruja no había estado segura de si la experta en manipulación y el engaño era lo que realmente necesitaba. No quería manipular a Batibat, quería descubrir su engaño y obligarla a doblegarse por completo.

 

Si pudiera usar dos demonios a la vez, se lamentó que Kimberly no fuera de su clan, juntas podrían haber invocado una a cada demonio. Seere por su parte, como príncipe infernal, tenía ese desinterés por hacer el mal que ella necesitaba, descubriría el engaño que pudiera hacer Batibat y estaba segura que los ayudaría a encontrar su voz de regreso ¿acaso no era el tesoro de toda persona poder hablar y comunicarse? Él estaba segura haría por completo su voluntad.

 

Cuando estuvieron listos se ubicaron alrededor del círculo de sal que rodeaba el pentagrama y Plineas pidió a Kimberly que derramara su sangre en la runa central, la sangre de elfo no serviría y necesitaba al pequeño entero. Cuando todo estuvo listo el elfo pronunció la invocación con voz clara.

 

—Daimōn… Seere ven a mí… —de la sombra del elfo comenzó a desprenderse poco un vapor oscuro que finalmente tomó la forma del demonio quien observó a su alrededor, con una ceja levantada y expresión de curiosidad, luego su vista se centró en el elfo que compartía con él el centro del círculo.

 

—Vaya vaya, esto sí que no me lo esperaba, dudo mucho que un elfo como tú sea capaz de invocar a un demonio como yo pero veo que sí sabes cómo contenerme —señaló con desprecio el círculo a su alrededor con las runas que había hecho dibujar a los elfos.

 

—El contenedor no, pero yo sí —respondió el elfo —umbra —la sombra de la Potter Black se deslizó lentamente a su lado mientras adoptaba la forma de la bruja mientras la sombra del elfo se mantenía en su lugar.

 

El demonio observó con curiosidad y luego lanzó una carcajada que arrancó escalofríos a todos los presentes.

 

—Bien, bien, ¿y a qué se debe que estés en un elfo chica lista? ¿Y qué pretendes de mí?—preguntó evaluando de pies a cabezas al pequeño elfo quien se hubiera muerto de miedo ante semejante escrutinio. A la Potter Black no se le escapó la ironía del indiferente príncipe de los demonios, solo su magia combinada con la de los elfos impedía que él se marchara de allí sin más.

 

—Batibat escapó del poder del necronomicón y ha intentado dominar a los de la Orden, le estamos venciendo pero se ha “robado” nuestras voces, la de los miembros de la Orden o solo las de Kim y mías no sé, por ello necesito que te asegures que quede encadenada a la Orden Oscura para siempre y que todo vuelva a la normalidad, como antes de que lograra huír y encuentres cómo evitar que lo vuelva a hacer.

 

—¿No quieres que también te haga la cena y limpie la casa? —río el demonio con expresión desenfadada y desafiante, lo que hizo que el pequeño elfo extendiera su mano y mostró un pentagrama más pequeño con el sigilo del demonio por detrás e hizo un gesto de atrévete ahora. El demonio volvió a reir, observando como la sombra, la bruja rubia y los demás elfos todos tenían una réplica más pequeña del pentagrama sobre el que estaba y con el sigilo marcado con sangre por detrás.

 

—Muy bien, muy bien, no te sulfures, sabes que haré lo que me pides, Batibat solo es… Batibat jajajaja pero vale, voy por ella y tus voces —el demonio tronó sus dedos y un caballo apareció para luego desaparecer con él.

 

—¿Es todo? —se atrevió a preguntar uno de los elfos.

 

—Él cumplirá su palabra, no tiene remedio y en realidad no le importa, eso lo hizo para —Darla dudó unos segundos en el cuerpo de Plinea —Marcar territorio diría yo —hizo un gesto a su sombra y a Kim para que se mantuvieran con ella —te dejaré libre Plinea, cuando esto acabe, te compensaré, espero no tener que volver a tomar tu cuerpo, gracias —la bruja se concentró y deshizo el escendia con el que había poseído al elfo, provocando que ambos cayeran desvanecidos a la vez siendo sostenidos uno por la sombra de Darla y la otra por Kimberly, para luego recostarlos en el suelo contra la pared, esperando que pronto despertaran y el demonio regresara con su misión cumplida.

[Thoth]

El gran magizolo Scamander no había descubierto a todas las criatura del mundo mágico, por eso nuevas especies y diferentes comenzaban aparecer en Oterry, quizás este era uno de los planes del Inquisidor para traer al mundo de los magos y brujas, o bien pudiera ser uno de esos experimentos que ha salido mal de tantos laboratorios. Y fue así, que cercano al hogar de los Potter, aparecio en la puerta una sombra negra con careta blanca, así como usaban los Mortífagos. Este ser no habitaba en cada uno de los seres vivos, era como una sombra, un fantasma.

 

Allí, murmurando a los presentes ¿que les hace felices? ¿Acaso ofrecería galeones? Éste ser era uno de muchos que pudiera aparecer, pero por ahora no había animado hablar con alguien por el momento, aunque fu feroz por la comida, era algo que deseaba tener, llegando a tener diferentes gustos y placeres, por el momento se limitaría a degustar lo que su anfitrión hacia, y una extraña cualidad era que su formaba cambiaba.

Editado 9 de Diciembre del 2020 por Azrael Licaón

[Sophie Elizabeth Granger]

Jiji - Extendiendo la Magia de Ghibli

 

Camino por la orilla del alfeizar por un momento antes de encontrar la manera de meter la patita en la ventana y jalarla para poder colarse dentro. Estaban en pleno invierno y eso de andar solo por las calles no era la mejor idea. Cuando logro que esta se abriera lo suficiente, se colo dentro y comenzo a investigar cual seria el mejor lugar para tomar una siesta. Para Jiji era facil pasar desapercibido, con su pelaje negro, las sombras eran sus aliadas, solo tenia que hacerse bolita en un rincon oscuro y no habia ojo humano que lo detectara. Aunque desde que se había topado con aquel pueblo se habia dado cuenta que aquellos no eran todos humanos. Incluso habia dormitado en la casa de un hombre lobo hacia apenas dos noches.

 

El problema era claro cuando abria esos lindos ojos suyos, o movia las lindas orejitas con aquel morado dentro, en que estaba pensando la naturaleza cuando le había dado aquel toque de color entre tanta negrura. Eso si que arruinaba su camuflaje. Se paro un momento sobre un sofa que estaba en la sala, frente a la chimenea y busco el sitio donde dormiria esta vez. Se le antojaba tanto quedarse cerca del calor, pero no estaba seguro de que no lo corrieran en cuanto lo descubrieran.

 

Se lamio una pata mientras pensaba su siguiente paso, mientras se limpiaba entre las uñas se dio cuenta que por un lado de la chimenea haria calor y ademas tenia un punto ciego donde podia esconderse y lo mejor, tenia alfombra, aquella casa era su nueva favorita.

[Thoth]

Sin rostro con Jiji | Extendiendo la Magia de Ghibli

 

Una de esas curiosas criaturas se encontraba en todos, y fue así que estando en ese ser tan extraño (Jiji) le intenta seducir con sus papitas fritas , a ver si lograba llenar sus deseos, anhelos, sueños o metas, dandole oro, igual todos para eso le buscaban, a pesar que era un ser de sombra, aún así los demás le buscan por ese interés. Sin embargo, su voz resonaba y solo ese ser le pudiera escuchar, al menos eso pensaba esa criatura tan extraña, algo curiosa.

 

-Jiji te puedo dar oro, mucho oro, incluso comida, mira estó.-

 

Le ofrece ese tesoro, muchos lo llamaban papita frita de oro, otros galeones, igual muchos de esos seres con magia ambicionaba tener más y más, este solo se encontraba para complacer sus deseos, despertar en otros la avaricia, pero este se sintia solo, buscando compañía, quizás un amigo, pero al tener todo ese oro, y aún así sentirse así era algo extraño, pero al menos así le podía dar gusto a muchos, viendo como ellos eran felices al tener, poseer y conquistar todo por ese oro que les daba.